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El latón es una aleación de 70% de cobre y 30% de zinc, cuya tonalidad varía del rosa al amarillo claro
según la proporción que contenga de esos metales.
Los componentes más importantes de los baños de latonar son los cianuros complejos de cobre y zinc,
además del cianuro libre.
La presencia del carbonato, del amoniaco y del hidróxido, que se forman por acción del dióxido de carbono
del aire, por oxidación e hidrolisis del cianuro según las reacciones:
El latonado tiene fines decorativos y tanto sirve como recubrimiento final en el hierro o capa intermedia para
niquelar y cromar o para facilitar la adherencia de la goma al acero. Recibe el nombre de similoro el
recubrimiento decorativo formado por 92% de cobre y 8% de zinc.
Ánodos.- Deben ser de latón fundido (Cobre 80% - Zn 20%) idéntica al latón que se desea depositar.
pH 11 – 13
Temperatura (ºC) 23 – 37
Preparación del electrolito.- En la cuba a medio llenar con agua destilada caliente se va agregando las
sales previamente disueltas con agua en recipiente esmaltado. Se agita constantemente y cuando se
observe que todas las sales están bien disueltas, completar con agua hasta el nivel normal. Finalmente se
agregarán 4 g/l de agua amoniacal o cloruro de amonio para asegurar buena coloración.
Los recubrimientos irregulares o la presencia de lodo anódico o índice de alteración de pH y del contenido
en cianuro libre, que disminuye el rendimiento catódico si está en exceso; si faltan los depósitos son
irregulares o ampollados o no se adhieren bien.
Es importante tener en cuenta que a cada composición de latón le corresponde determinada tonalidad. Esa
composición para un mismo color es distinta según se trate de latón laminado, fundido o electrolítico. Por
eso si se pretende recubrir una pieza de modo que su coloración sea la misma del latón fundido de 65%
Cobre y 35% Zinc, es necesario recubrir con un latón de 70 -80% Cobre, utilizando ánodos de 75 – 80% de
Cobre.
Los ánodos deben ser arenados antes de utilizarlos por primera vez en el baño. Luego sumergirlo
brevemente en solución de ácido nítrico, enjuagado en agua después, y finalmente atacado con ácido
sulfúrico diluido.
La observación de los ánodos permite deducir el estado del electrolito. Si se recubren de moho significa que
falta cianuro libre o contiene el baño sustancias extrañas. Se puede confirmar lo primero por tomar tonalidad
azul - verdosa el electrolito y el recubrimiento se realiza en forma muy lenta. Mediante cepillado se rascan
los ánodos dentro del electrolito y se agrega cianuro de sodio o soda caustica hasta que el baño tome
nuevamente color amarillo claro y desaparezca el lodo anódico.
Los ánodos se pueden quedar sumergidos dentro del electrolito aunque no trabaje y debe tomarse como
norma agregar 1 g/l de cianuro de sodio por cada 5000 dm2 de superficie latonada.
En general no exige un filtrado continuo y solo es necesario depuración por carbón activado cuando el
recubrimiento es defectuoso. Para ello se calienta el electrolito a 50º C y se filtra a través de 5 – 10 g/l de
carbón activado.
Práctica operatoria.- Para el latonado puede aplicarse todo lo que se sabe sobre los baños de cobre, sólo
que necesita mayor vigilancia este último. Los baños nuevos a menudo trabajan mal, tienen que
estabilizarse. Se acelera este proceso haciendo hervir el líquido durante una a dos horas, o haciéndolo
trabajar durante 12 horas.
Es de gran importancia la temperatura del electrolito. Siendo esta elevada, el depósito adquiere un color
rojizo; por ello no conviene trabajar muy por encima de la temperatura ambiente. Como en el baño de latón
se deposita más cobre que zinc, es necesario verificar de cuando en cuando el contenido de este metal. La
mejor manera de hacerlo es agregar cianuro de cobre y potasio, añadiendo eventualmente sulfito y
carbonato de sodio. Si el depósito adquiere coloración roja tendrá que agregarse cianuro de potasio y zinc;
de lo contrario el recubrimiento toma coloración verde. Por lo demás, se procederá como en el baño de
cobre. Si el contenido en metal es ya de por sí muy débil, se agrega suficiente cantidad de cianuro de cobre
y cianuro de zinc, mientras se agita vigorosamente.
Al latonar piezas cuya distancia al ánodo es distinta para sus diversas partes, las más cercanas al mismo
llegaran a adquirir un color diferente de las más alejadas. Debe tomarse entonces la distancia máxima a los
ánodos, a menudo de 25 a 30 cm, para que esa diferencia no sea notable.
Al cubrir de latón una pieza de hierro, no deberá ser muy grande el exceso de cianuro de potasio; por el
contrario, como ya se ha dicho, es ventajoso que exista un exceso de carbonato de sodio, la fundición que
no ha experimentado ningún trabajo mecánico de desbaste, cuando sea difícil cubrirlo directamente de una
capa de latón, ha de niquelarse o estañarse previamente de manera muy débil.
Mayor importancia que el porcentaje de cobre y zinc tienen la corriente, el contenido en cianuro libre y la
temperatura. Mediante una corriente débil se deposita principalmente cobre; si la corriente es intensa se
deposita más zinc. Esto es cierto hasta densidades ampéricas normales del orden de 0,3 amp/dm 2 ; al
aumentar la densidad hasta 1 amp/dm2 , el color tiende más y más a ser amarillento verdoso; al llegar a 2
amp/dm2 adquiere nuevamente un color rojo, pero el rendimiento de la corriente es muy pequeño.
Indudablemente en el caso del latonado la posibilidad de lograr la tonalidad amarillenta deseada, dependerá
de la composición del metal de la pieza a recubrir, del electrolito y de la técnica utilizada.