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Capítulo lll, Traza Urbana

Evolución de la Forma Urbana de La Ciudad y el uso de ella.

1. Topografía del Lugar


El área elegida por el conquistador español para fundar y luego re-fundar nuestra ciudad en
las márgenes norte y sur respectivamente del río Elqui, manifiesta como principal
características físicas la presencia de varias terrazas, desniveles notables de la aparente
horizontalidad de la superficie terrestre originadas por movimientos de la corteza de la tierra,
por fluctuaciones del nivel del mar y por la acción del mar y del río.
En el Plioceno época de la evolución de la tierra que comprende desde los 13 millones a los
0 millón de año, el mar ingresó sobre esa área depositando materiales de origen marino, los
cuales en el Cuaternario período iniciado hace un millón de años y los periodos de ínter
glaciación, fueron labrados por el mar, lo que ha unido a los procesos de solevantamiento
dieron origen a la formación de las terrazas:
1.1. Descripción de la Terrazas
La Terraza más desarrollada horizontalmente que corresponde a la primera se relaciona con
un periodo de ínter glaciación más largo y las otras a periodos mas breves todas ellas están
ubicadas en posiciones concordantes al mar. También se presentan terrazas ceñidas al río
originadas por solevantamiento que obligaron a este a profundizar su cauce.
1.1.1. Terraza 1, roca fundamental, Cerro Grande, El Milagro
Terraza uno asciende de oeste a este presentando en su borde oeste una altura de
102 mts. Sobre el nivel del mar, está el Aeropuerto poblaciones altas y cementerio,
1.1.2. Terraza 2, Cerro del Regimiento, subida San Joaquín
Terraza Dos aparece como una saliente de la primera con un ancho de solo 200 mts
y una altura que va desde los 94 a los 96 mts. Una estructura de pendiente de 6
mts. La une con la primera y cae bruscamente sobre la tercera terraza con un
desnivel de 50 mts.. Los puntos culminantes de esta segunda terraza mirados desde
los niveles inferiores da la impresión del cerros destacándose los de Santa Lucia y El
Pino. Estos dos cerros se encuentran separados por la Quebrada San Francisco,
cuyo profundo lecho ayuda aún màs a caracterizarlos. Regimiento, Oficinas
Observatorio ESO, Campus Andrés Bello de la Universidad de La Serena.
1.1.3. Terraza 3, Centro en altura
Terraza tres, con un ancho de 500 mts nos presentan una altura mínima de 36 mts y
una altura máxima de 43, termina al oeste sobre la cuarta en una ruptura
dependiente de 12 mts de desnivel, se encuentran allí calles Cisternas, Población
Militar, Seminario Conciliar, Liceo Gregorio Cordobés y Gabriela Mistral, Campus
Ignacio Domeyco, e Isabel Bongard de la Universidad de La Serena.
1.1.4. Terraza 4, centro
Terraza cuatro, unida a la tercera a la cual asciende desde una altura inferior a los 20
mts. Sobre el nivel del mar, cae a la quinta terraza con un desnivel de 12 mts.
Presenta en su extremo norte inmediato el río un ancho d 700 mts que disminuye
notoriamente hacia el sur en solo 3400 mts de extensión, en esta terraza se
encuentra Museo Arqueológico, la Plaza de Armas, Iglesia Santa Inés y Buen Pastor.

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1.1.5. Terraza 5, planicie costera


Terraza Cinco o Planicie Costera, desciende imperceptiblemente hacia el mar casi
10 mts su largo es aproximadamente 10 km sobre el margen norte del río hasta el
extremo sur de la Bahía, su ancho varía en dos mil metros en su extremo norte hasta
500 en el sur, se encuentran allí Parque Pedro de Valdivia, Estación de Ferrocarriles
y Peñuelas.

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2. Evolución de la Forma urbana


2.1. Emplazamiento y cartografía
“La ciudad, como actualmente se encuentra(1870), está edificada en anfiteatro formado por
dos mesetas; en la primera, a la altura de diez y seis metros sobre los terrenos de la vega,
se halla la parte principal, estando dividida, casi por mitad, por la quebrada de San
Francisco, que corre de oriente a poniente, transformada en la actualidad en un bellísimo
paseo público.
En la segunda, superior a ésta 10 metros aproximadamente, se encuentra el extenso barrio
denominado Santa Lucía, que cuenta de existencia solamente noventa y ocho años, y a su
respaldo se eleva una tercera meseta, que lleva el mismo nombre, en cuya suave falda sólo
se ve uno que otro rancho.
Situada de esta manera, presenta desde la vega, que en el espacio de una milla de
extensión la separa del mar, un golpe de vista encantador, destacándose sus blancos
edificios como superpuestos unos sobre otros, divididos caprichosamente por fajas de
follajes que ostentan las gradaciones del color verde; árboles que brindan sabrosos y
variados frutos en las huertas de cada propiedad..
De entre todo este conjunto de edificios se alzan, a mayor altura, las torres de los templos y
sus esbeltas palmas; denominando este precioso panorama, en la cima del humilde cerro
Santa Lucía, por efecto de perspectiva, se ve el cementerio, formando el último término del
cuadro.”1
La Ciudad de San Bartolomé de La Serena, fundada el 26 de Agosto de 1549 por don
Francisco de Aguirre en la ribera sur del río Coquimbo, a una milla de distancia al mar, es
demarcada sobre la plataforma natural de aproximadamente 6 x 6 cuadras españolas, de
acuerdo al esquema de damero usado, por la colonización española.
Su plaza de Armas es ubicada al centro, pero desplazada al poniente, Las Leyes de Indias
reglamentaban que:
"...,el templo de la iglesia mayor, siendo la población en costa, se edifique en parte que en
saliendo de la mar se vea".
La plataforma ocupada por la ciudad limita al Norte y Oeste por una barranca,.al Sur por la
llamada Quebrada de San Francisco, y por el Este con el canal que abastece de agua la
ciudad, colocado al borde del plano superior de Santa Lucía.
Dichos limites corresponden hoy a las calles Videla y Almagro por el Norte, Pedro Pablo
Muñoz por el Oeste, la Alameda(Av. De Aguirre) por el Sur y Vicuña y Zorrilla por el Este.
Sus calles e iglesias ocupan hoy el mismo emplazamiento primitivo, y cabe hacer notar que
La Serena, junto con Santiago, son las dos únicas ciudades chilenas que conservan el sitio,
la traza primitiva y la continuidad de asentamiento y población, desde el siglo XVI.

1
Texto sobre el emplazamiento de la ciudad y su imagen en el año 1870

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No existen planos de la ciudad que nos muestren como era en los tiempos de su fundación
ni de su aspecto anterior a 1680, por haberse quemado el archivo de la ciudad en esa fecha
durante el asalto e incendio provocado por el Pirata Bartolomé Sharp. Sin embargo, se
conservan registros de algunas asambleas del cabildo, donde se habla de los límites de la
ciudad en 1556.
En esta ciudad de la Serena, a 30 de octubre de 1556, los muy magníficos señores
licenciados Escobedo, teniente de gobernador y justicia mayor, etc., y Pedro de
Herrera, alcalde, y Juan González y Pedro de Cisternas y Alonso de Torres, regidores;
ante mi Juan Fernández de Almendras, escribano susodicho, fueron a visitar y renovar
los mojones de los ejidos de esta ciudad, llevando con nosotros el libro viejo de
Cabildo, en el cual está sentado como se amojonaron los ejidos al tiempo que se
señalaron a esta ciudad, y comenzaron a visitarlos desde unos tombillos (tambillos
debe ser) derribados que están sobre la barranca a vista de la mar, por detrás de las
casas del general Francisco de Aguirre, y se hizo un mojón en alozanillo cabe de una
quebrada seca; y de allí fuimos descubriendo hacia lo alto de la loma la quebrada
arriba e se hizo otro mojón cabe la casa de la viña del dicho Francisco de Aguirre; y de
allí subimos la acequia grande y fuimos al valle arriba del río de esta ciudad hasta
llegar a la viña de Pedro Cisternas, la cual pareció, por los dihcos mojones, estar fuera
de los ejidos, y los ejidos van a la loma alta, que cabe ella, e estaban corriendo por allá
afuera a lo alto, y desde allí arriba comienzan por el dicho libro de Cabildo parece; y
de los mojones de las dichas chacras volvimos abajo; porque, como dicho es, las
chacras van en llano entre la barranca y la loma del ejido; y volviendo a esta ciudad
se aclaró la chacra de Nuestra Señora, y va como salimos de esta ciudad, el valle
arriba, en el camino real de las estancias, a la mano izquierda como vamos de la
ciudad el valle arriba y entra por ella parte de la acequia grande del agua, donde se
hizo su mojón de piedras secas; por manera que queda líquido y señalado para
chacra de Nuestra Señora en el valle en la parte que dicha es, y desde la barranca del
río a la acequia grande en aquel llano. Fernández de Almendras, escribano.
Los grabados del SXVIII2, la muestran
amurallada como plaza fuerte o ciudad
de guerra. Dichos muros y bastiones de
barro, son edificados después del
ataque e incendio de la ciudad por el
pirata Sharp en 1680
En 1773 el muro ha sido extendido hacia
el sur(barrio San Miguel),
conformándose el ingreso a la ciudad en
el encuentro de las actuales calles

Balmaceda y Amunategui, donde estuvo hasta


principios del siglo XX la portada de piedra. (ver
Fotografía, der.)

2
Ver grabado, Defensas de La Serena en 1767

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Desde 1772 la plataforma de Santa Lucía es también ocupada por la ciudad.


La vivienda del período colonial, según las descripciones de la época, consta de un portón,
desde el cual se accede a un corralón donde estaba ubicada la casa.
“Los edificios estaban al interior de los solares”...”Una puerta de quicio sin cerradura, porque
durante la noche se atrancaba con gruesos palos de algarrobo y jamás se dejaba la
propiedad desabitada, formaba la de calle o principal; en el interior, casi en la parte central,
un cañon de edificios, de veinte varas de largo, dividido en tres departamentos, con una sola
puerta, correspondiente a la habitación central que era la mas espaciosa, a cada extremidad
de esta había una recámara”...(M. Concha)
A la Calle se presenta mas bien como tapias o cercos, habiendo también mucho terreno
abierto sin edificar.
Las descripciones del siglo XVIII, muestran una ciudad pobre y de escasa población,
habiéndose los vecinos replegado a sus haciendas.
El subdelegado don Pedro Antonio Fontecilla y Villela, que informara en 1755 a Madrid
sobre como era La Serena en esa época dice:
"Y la fábrica de dicha ciudad es muy desmantelada por la pobreza y retiro de sus vecinos en
sus haciendas como a su tenor temeroso de la ruina de enemigos, como acaeció el año
1680, que entró en ella un pirata llamado Sharp, quien la arruinó quemando sus templos y
casas por no tener defensa, castillo, armas, ni Municiones"....”La construcción de dicha
ciudad lo mas es de paja, algunas de tejas y pocas de barro"...
Don Ambrosio O'Higgins en su visita a la ciudad en 1789 dice lo siguiente:
Desde la primera visita que dí de esta ciudad, no puede reconocer sin administración, que
siendo la mas antigua después de la capital del reino se halle tan atrasada en vecindad y
edificios, que no se encuentren sino muy pocas casas regularmente construidas, y las
demás, incluso las de la plaza, enteramente caídas y en solares sin tapiar, ni siendo menos
reparables que muchas del centro del pueblo y por lo común todas las de los extremos,
tienen las cercas y hasta las quinchas de sus ranchos solo de paja, de totora tan expuestas
a incendios».
Y agrega M. Concha:
"...Los sitios estaban circuidos por tapias y quinchas, no en muy buen estado, y muchos
otros en completo abandono, como lo demuestra un bando publicado en 1773, en que se
ordena cercar los solares”
Otro bando, ya en 1826, establece que:
"al no edificar, que hagan al menos una pared de adobes y alero de tejas de 4 ½ varas de
alto, estucada y blanqueada".
De acuerdo al informe del procurador de la ciudad don Miguel Riveros Aguirre, La Serena
tiene en 1798: ..."poco mas de tres mil habitantes".
Será durante el período republicano que La Serena se transforma, llegando a ser, pasada la
mitad del siglo XIX, una de las ciudades mejor conformadas de nuestro país.
Las descripciones anteriores nos hacen presumir que la arquitectura de tipo colonial,
alineada en la calle, con portadas de piedra. que aún vemos en La Serena, pertenece más
bien a los comienzos del XIX y no al siglo XVIII.
Excepción a esta condición precaria de solares y viviendas lo constituyen las iglesias, que
son de mampostería de piedra, las cuales resisten el incendio de 1680 y dan forma al perfil

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urbano dibujado por Frezier en 1713.(ver dibujo, abajo)


El siglo XIX, traerá junto con la Independencia, el auge minero.
Durante dicho período de gran actividad, como consecuencia del aparecimiento de los
establecimientos de fundición y la transformación del puerto de Coquimbo en ciudad (1844),
cabe destacar la obra de Carlos Santiago Lambert, químico alsaciano, llegado a Chile en
1824, que será el primero en instalar un horno de tipo reverbero en nuestro país en 1831,
seguido en 1841 de! primer laminador de cobre, dando comienzo a un período de particular
auge y prosperidad para la región.
Llegará también, durante la primera mitad del siglo XIX, junto con las personas atraídas por
la minería y el comercio, un importante contingente de carpinteros ingleses y
norteamericanos, que imprimirán un sello particular a la arquitectura de ese período.
El año cumbre de la producción de cobre fue 1872, siendo Chile hasta 1880 el mayor
productor mundial.
En 1852, la ciudad crece hacia el barrio de la Quinta situado al sur este.
En 1855, se arregla un paseo en la quebrada de San Francisco, actual Alameda, la que se

prolonga hacia el Oeste en 1870.


La Barranca Norte y Oeste, no siendo necesarios ya sus muros, es ocupada por viviendas,
como puede apreciarse en el plano de Formas y Lefait de 1881.(ver plano, arriba)

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Será en 1948, con el Plan Serena que la ciudad recupere nuevamente la barranca como
término visual de este hacia el poniente, perfilándose a la manera del grabado de Frezier de
1713, esta vez con construcciones de 3 pisos de altura.(ver fotografía, arriba)
El parque Pedro de Valdivia, situado en el bajo, contribuirá a destacar este contraste entre
forma urbana y medio natural.
Esta decisión urbanística, tornada por Guillermo
Ulriksen y Oscar Praguer, constituye uno de los
aportes al paisaje urbano más importantes del
Plan Serena, no habiéndose alcanzado a hacer,
durante la vigencia de dicho plan, la
recuperación de la barranca norte, actualmente
ocupada por viviendas.(ver fotografía, der.)
2.2. Características de la ciudad
La planta de la ciudad que nos entregan los
planos coloniales, correspondientes al siglo
XVIII, nos muestran límites bastante irregulares.
Efectivamente su ancho norte alcanzaba 900
mts., en tanto que el sur era solo de 500; el
largo también es variable, su extremo norte este
era de 200mts, mientras que al oeste era de
900mts., esta forma irregular se debió a que la
ciudad se ciñó a la superficie de la cuarta
terraza, la que se angostaba hacia el este, en
tanto al oeste se abre considerablemente, hasta
caer sobre la planicie costera. Además también
influyo el hecho que por el borde este de la
cuarta terraza corría el canal de abastecimiento
de agua de la población, el cual solo podía
abastecer a la cuarta y quinta terraza pues debido a la altura era imposible llevar el agua
hasta las terrazas mas altas. Esto nos explica la extensión de la ciudad sobre la cuarta
terraza y la instalación del trapiche sobre la quinta.
Las características de la ciudad desde el punto de vista de las
construcciones, están señaladas en párrafo de informes de
funcionarios del servicio real:
«...está situada en el bajo del valle de Coquimbo a un cuarto de
legua del mar sobre una pequeña eminencia de cuatro a cinco
toesas(1.9m) de altura».
«Las manzanas que forman son también de la misma medida,
cada una con su acequia, pero los pocos habitantes que hay, la
incomodad de las calles sin pavimento, la pobreza de las casas
edificadas de barro, cubiertas con rastrojos, la hacen parecer a un campo i las calles e
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avenidas de jardines pues, están orladas de higueras, olivos, naranjos, palmas, etc. que les
dan agradable follaje».
Frezier: 1713
Ingeniero Ordinario del Rei
«La situación y vista de la ciudad está en hermosa planta y de figura quadrilonga como ba
demarcada en el mapa que acompaña esta relación; está situada en una mezeta que
predomina al piso común de la demás tierra en la altura de 30 grados; quasí circumbalada
de una varranca natural que la hace foso i por el lado de el norte se la forma su río
nombrado Delque, lleno de arrayanes que niega y veneficia su vallecito, y con una toma
general que le sacan, reparten a los solares copiosas azequías con que les dan agua ... »
«Se compone de treynta y siette quadras de a ciento quarenta y cuatro varas cada una por
cada vanda de su quadro; sín algunos sitios que tiene formados en formas de rancherías en
algunos parajes. Sus calles son de doze varas de ancho; su materia es generalmente de
adobes; con techumbres de paja y tortas de barro; porque de tejas tiene muy pocos edificios
aunque aora regularmente, los que fabrican las hermosean y perfeccionan con ella y, hacen
más sólidas y costosas...»
Joseph Fernández de Campino
Juez Oficial Real
Relación del Obispado de
Santiago, 1744

2.3. Riego Urbano, influencia en el uso de las calles


Existen variadas causas por las que, tanto la planimetría como el uso de las vías se ha visto
alterado, una de ellas es el aspecto geográfico y la superación de barreras naturales, como
en el caso de La Serena lo fue la Quebrada de San Francisco, ubicada en la actual Av. De
Aguirre. También se puede comprobar que el cambio en la manera de abastecerse de agua
y la eliminación de ella, viene a modificar el uso y connotación de la calle. Desde su
fundación hasta aproximadamente 1920, la ciudad de La Serena carecía de servicios vitales,
como son el abastecimiento de agua y alcantarillado, lo que cualificaba una forma especial
de vida, ajena a lo que hoy conocemos, donde la calle era el lugar donde las personas se
abastecían de agua, ya que en ella estaban ubicados los pilones y fuentes, donde había que
ir a buscar el agua, y donde también circulaban acequias que conducían las aguas para el
regadío de las huertas3 que se mantenían en el interior de los patios de las casas4.

3
Ver plano de canales de regadío.
4
Ver anexo texto de Gabriela Mistral, sobre
los patios Serenenses, en relato “La Serena
y Pompeya”.

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Aunque situada en la margen del río necesitaba agua más próxima, agua que regara sus
solares y fecundizara sus plantíos de olivos y maíz.
Con la cooperación de los indios se concluyó el canal de la ciudad, que tiene su bocatoma
dos leguas al oriente, en corto tiempo.
De esta manera se encontró este terreno con el agua necesaria, para el regadío,
principiando, en consecuencia, cada propietario a sembrar los artículos que había menester
para su sustento y regalo.
Las tierras adyacentes se fueron poco a poco
convirtiéndose en productores campos, a medida que
se abrían canales para el regadío, y aunque en corto
número a los principios, fueron sin embargo los
suficientes.
En 1800, cada Solar, con poquísimas excepciones,
tiene agua corriente por medio de acequias, lo que es (1)
Regadío de las Huertas en los solares
una ventaja que en pocas poblaciones se goza y que proporciona el más grande aseo e
higiene pública, siendo estas once que obtienen su caudal de agua de los dos canales de la
población, llamados de la ciudad y de la Pampa.
Los puentes de esta acequias, en la parte que atraviesan las calles, son buenas, haciéndose
notar la importancia que de día en día se mejoran.
El plano de Fressier5 nos da pauta de las vías que se toman como principales, que son las
que van de oriente a poniente, ya que por ellas van las acequias que conducían las aguas
de regadío.
(3)
Riego de la Traza de La Serena, Planos de
Frezier, 1713

Este detalle de carácter “tecnológico”, le daba a la ciudad un aspecto muy distinto a la


ciudad actual, el agua era un elemento siempre presente, no solo en forma puntual en una
fuente sino en forma lineal, con las acequias, linealidad que marcaba la dirección y el
sentido de las vías, dándole una mayor importancia a aquellas que conducían las aguas.
Por esta razón las calles perpendiculares al mar, eran las principales, ya que por ellas corría
el agua, las calles paralelas al mar, tenían un carácter de conectoras, “para ir a...” y por lo
general se llamaban como la iglesia que se ubicaba en ellas, así tenemos la primera (de

5
Ver figura.

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poniente a oriente) se llamaba “de Santo Domingo”, la segunda “de Santa Inés”, la tercera
“de la Catedral”, la cuarta “de la Merced”, y la última “de los agustinos”.
Un aspecto significativo era, la incomodidad de circular a pie por las calles, en muchos
casos llenas de barro, saltando las acequias o cruzando por pequeños puentes. Se
establecía de esta forma, una relevancia mayor al interior de los “Solares” o propiedades,
que contaban con varios espacios abiertos, a modo de patios, con distintas connotaciones
de uso, así el primer patio(mas cerca de la calle) adquiría un carácter social abierto, donde
las personas de reunían, con o sin invitación previa ya que permanecían abiertos a los
transeúntes, el segundo y tercer patio estaban al interior de la casa y eran de uso privado,
en el tercero crecía la huerta, y tenía un carácter de servicio, teniendo muchas veces una
salida directa a la calle “de atrás”.
3. Antecedentes Históricos de las calles de la ciudad
Desde su Fundación hasta 1680, año del incendio que deja una laguna en registros tanto
gráficos como escritos, que nos impide averiguar, con alguna certeza, la marcha de la
población, de sus edificios, calles, etc.; pero es indudable que la superficie elegida para la
planta de la ciudad, cubierta de arrayanes, chañares, algarrobos y otros arbustos, necesitó
mucho tiempo para desbastarse, sobre todo en la parte señalada para calles, que debieron
ser, al principio, de muy corta longitud, en atención al poco número de habitantes.
“Las calles, polvorientas en verano y convertidas en lodazales en la estación de las lluvias,
conservaban la aspereza natural del terreno.”6
"Dicha ciudad tiene de norte a sud ocho cuadras, y nueve de oriente a poniente, fuera de un
arrabal que llaman San Miguel de la Chimba, y la fábrica de dicha es muy desmantelada por
la pobreza y retiro de sus vecinos en sus haciendas, como a su tenor temerosos de la ruina
de enemigos, como acaeció el año de mil seis cientos ochenta, que entró en ella un pirata
llamado Sharp, quien la arruinó quemando sus templos y casas por no tener defensa,
castillo, armas, ni municiones competentes.”7
Hasta fines del siglo XVIII, la ciudad tenía un triste y pobre aspecto; sus calles sin aceras y
frecuentemente anegadas, no presentaban un golpe de vista agradable por cierto, ni
muchos menos comodidad a los transeúntes, que debieron ser muy pocos, pues que, en
1798, en un informe del procurador de ciudad, don Miguel Riveros Aguirre, se lee que tenía
"poco más de tres mil habitantes".
Las puentes de las acequias sólo se componían la víspera del día de alguna solemne
procesión, y solamente en las calles que ésta recorría.
Los sitios estaban cerrados con tapias y quinchas, no en muy buen estado, y muchos otros
en completo abandono, como lo demuestra un bando publicado el 4 de enero de 1773, en
que se ordena cercar los solares.
A fines del siglo XVIII se acordó que los terrenos ubicados en la tercera terraza,
perteneciesen a la ciudad, y "se vendiese a censo para que formen calles y plaza". Plaza
que nunca se formó a pesar de la necesidad que para el porvenir tenía la ciudad, pues no
contaba más que con la que hoy tiene, situada a la extremidad Poniente.
Por otros sucesivos bandos podemos enterarnos de cómo fue la evolución de las calles, y la
preocupación constante de la autoridad por el adelanto de la ciudad.
"que en el término de dos meses se tapien y cierren los portillos de las tapias, en especial en
las dos cuadras de la plaza o esquina de la merced, que son los lugares y calles de más
concurso y comercio, bajo la multa de cuatro pesos por vara que no se compusiera.”

6
texto descripción de las calles de antes de 1870
7
Texto extractado de memoria del sudelegado Pedro Antonio Fontecilla, a solicitud de la Real Audiencia, 24 de Noviembre de
1755.

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A fines del siglo XVIII, el Gobernador de Chile, Don Ambrosio O'Higgins escribía al
subdelegado recomendándole el empedrado de las calles de la ciudad; recomendación que,
de seguro, no se llevó a, efecto. "Sin embargo de reconocer por las diligencias que remitió
US. con carta de 22 de marzo -decía la nota- que trabaja con el cabildo para procurar el
cumplimiento de mi orden sobre empedrado de esa ciudad, le recomiendo que empeñe todo
su celo en que lo ejecuten sus vecinos cuanto antes, de modo que pueda participarme la
perfecta consecución de esta obra, como, parte muy útil e importante de la policía".
Ya en 1770, en 26 de febrero, se había ordenado por bando "Que cada vecino pudiente
haga empedrar la porción de calle que corresponde a su sitio, según y en la forma que se le
tiene recomendado". Lo que prueba la buena voluntad del subdelegado por el
adelantamiento de la población.
Los edificios estaban en el interior de los solares, y de aquí los numerosos bandos
expedidos por el cabildo para que los nuevos se construyeran a la calle, para que la
población fuera presentando el aspecto de ciudad y no de una serie de corrales, como era
cada manzana.
“Una puerta del quicio sin cerradura, porque durante la noche se arrancaba con gruesos
palos de algarrobo y jamás se dejaba a la propiedad deshabitada, formaba la de calle o
principal; en el interior, casi la parte central, un cañón de edificios, de 20 varas de largo,
dividido en tres departamentos, con una sola puerta correspondiente a la habitación central
que era la más espaciosa, a cada extremidades de esta había una recámara estrecha,
cuyas puertas sin hojas, estaban guardadas por cortinas”...8
En el Siglo XIX, el panorama de la ciudad toma otro aspecto.
“La ciudad se desarrolla en sus mil detalles. Sus casas rodeadas de un oasis de verdura; el
humo de las chimeneas que se quiebra por los vientos en varias formas; el zumbido
indefinible, peculiar de una ciudad que se contempla a corta distancia; las pequeñas figuras
de resortes que se ven atravesar las calles, plazas y plazuelas; tales aparecen los
habitantes, animales y vehículos de toda especie; sus calles, tiradas de cordel, que se
asemejan a gigantescos reptiles de azulados flancos, que van a ocultar sus cabezas a la
Barranca del Mar; todo esto y mucho mas contribuye a que esta perspectiva sea una de las
mas admirables y pintorescas.”9
Las calles reunían un conjunto de actividades de servicio: acarreo de mercancías, de agua y
comercio callejero, que era vociferado por los vendedores, este ritual de bullicio y suciedad,
solo era interrumpido el día domingo, para el servicio religioso, donde el bullicio desaparecía
y la ciudad permanecía en calma.
Hasta el año 1850, las calles de la población, con pocas excepciones, no tenían nombres
determinados, distinguiéndose por los de los templos o por el de algún vecino acaudalado o
antiguo.
Así pues, en 1797, la que hoy lleva el nombre de Colón, se llamaba de los Carmona, y la de
la Catedral, que hoy corresponde a Cordovez, hasta el año 1727, de Petorca.
El año l822 se abrió la extremidad sud de la calle que hoy lleva el nombre de O'Higgins,
cediendo ese terreno el convento de San Francisco, con la condición que la municipalidad
hiciera a su costa las murallas "de dos tapiales" como dice en su concesión el guardián fray
Félix Ulloa.
Como hemos dicho, el año 1850, el 12 de agosto, se aprobó por la municipalidad la
denominación de las calles, y en consecuencia se mandó colocar los rótulos que importaron
seiscientos pesos, quedando comisionado para este objeto don Gregorio Urízar; y por otro

8
Descripción de una casa Vulgar a principios del SXVIII
9
Describe M. Concha, la ciudad vista desde el cerrito de Santa Lucía

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acuerdo de 6 de marzo de 1857, se mandó numerar las casas importando las planchuelas
205 pesos, 5 centavos.
"Se encarga al señor juez de policía y señores alcaldes traten de darle el ornato a esta
ciudad en particular a las dos calles principales [San Agustín y La Catedral], haciendo que
los dueños de solares sin edificar o de casas arruinadas las edifiquen de nuevo,
obligándoles en un perentorio término; y de no hacerlo, se les venda por justa tasación si no
hicieren al menos una pared de adobes y alero de teja de cuatro y media varas de alto,
estucada y blanqueada, todo conforme a la ordenanza de Intendentes".
En sesión Municipal, del 20 de agosto de 1834, se trató de la apertura de la calle que va
desde la plaza al sur, "entre los solares de los herederos de don Pedro Juan Osorio y
convento de Santo Domingo, hasta llegar a la muralla", tal es actualmente la calle Matta, que
antes se llamó de Santa Inés.
Para la conservación del pavimento de las calles, se acordó el 19 de febrero de 1856
prohibir la internación y extracción de mercancía en mulas, caballos o burros. Este decreto
comenzó a regir el 1º de enero del siguiente año(1857).
3.1. Descripción de Calles, Plazas, Plazuelas, Espectáculos Callejeros, etc. SXlX
3.1.1. Descripción de calles10.
Primera meseta o parte principal
Esta Parte contiene 42 manzanas

De oriente a poniente:
Principiando por el Norte

Calle de la “Barranca del Río”, tres cuadras de longitud.


Calle de “Almagro”, ocho cuadras.
Calle de “Colón”, nueve cuadras.
Calle del “Teatro”, nueve cuadras.
Calle de “San Agustín”, cinco cuadras
Calle de la “Recova”, dos cuadras
Calle de la “Catedral”, seis cuadras
Calle de “San Francisco”, cinco cuadras
Calle del “Arco”, una cuadra.

De norte a Sur
Principiando por el poniente

Calle de la “Barranca del mar”, siete cuadras.


Calle de “Santa Inés”, siete cuadras.
Calle de los “Carreras”, siete cuadras
Calle de “o’higgins”, seis cuadras
Calle de la “Merced”, ocho cuadras
Calle de la “Portada” (continuación de la anterior), tres y media cuadras.
Calle de “Cienfuegos”, cuatro cuadras.
Calle de “Rengifo”, tres cuadras
Calle de “Infante”, tres cuadras.

Segunda Meseta o Saota Lucía


Esta parte comprende 16 manzana

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Manuel Concha

A. Ponce capítulo III, traza urbana 63


transporte

De oriente a poniente:
Principiando por el norte

Calle de “Salas”, dos y media cuadras


Calles de “Gandarillas”, tres cuadras
Calle de “Las Casas”, cuatro cuadras
Calles de “Lautaro”, cuatro cuadras.
Calle de “Colocolo”, cuatro cuadras.

De norte a sur
Principiando por el poniente

Calle de los “Alamos”, cuatro cuadras


Calle de “Benavente”, tres cuadras
Calle de “Infante”, cuatro y media cuadra
Calles de “Rodríguez”, cinco cuadras.
Calle del “Tejar”, dos cuadras.

La parte sur, dividida por la quebrada de San Francisco, contiene Veintidós manzanas

Calles de oriente a poniente


Principiando por el norte

Calle de la “Alameda”, cinco cuadras


Calle de “San Juan de Dios”, tres y media cuadras
Calle del “Lazareto”, una y media cuadras
Calle del “Hospital”, cinco cuadras
Calle de “San Miguel”, nueve cuadras.

De norte a sur
Principiando por el porniente

Calle de “Barato”, una cuadra


Calle del “Santo”, dos cuadras
Calle de “González”, tres cuadras
Calles de “Carreras” (prolongación de la anterior), una cuadra
Calle “Sola”, dos cuadras
Calles de la “Portada, tres cuadras y continúa la de la “Pampa” por mas de una legua
Calle de la “Quinta”, tres cuadras
Calle de “Benavente” (prolongación de la anterior), dos y media cuadras
Calle de “Infante” (prolongación de la anterior), dos y media cuadras
Calle de “Rodríguez” (prolongación de la anterior), dos y media cuadras.

Callejones
El “Bolsillo del Diablo”
De “Yañez”
De las “Rojas”.
3.1.2. La Plaza
La plaza de armas es la única verdadera con que cuenta la ciudad. Situada a la extremidad
poniente de la población, no ocupa el punto céntrico.

A. Ponce capítulo III, traza urbana 64


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“..., no carece de belleza, pues en su centro tiene un precioso jardín en forma de montículo,
en cuya cima una elegante pila arroja murmuradora agua que, con diminutas gotas,
humedece a la magnolia, clavel, rosas y muchas otras flores que en hermosura y aroma no
reconocen rival en Chile. Además, una elegante alameda con piso enarenado de seis
metros de ancho de circuye, lo que forma un agradable paseo por las tardes, sobre todo en
el invierno. Actualmente se trabaja en dar a este paseo doble ancho, por haberse notado
que era estrecho para la concurrencia, y se plantan elegantes pimientos. Se construyen
igualmente cuatro avenidas, correspondientes a los cuatro ángulos que van a converger al
jardín central, donde se sitúan por las tardes bandas de música que con sus melodías
contribuyen en gran manera a hacer más grato y ameno este paseo.”11
Luego del servicio la gente solía reunirse en la plaza de armas donde lograban encontrarse
después de haber asistido a los servicios religiosos, a las distintas iglesias, si no era así se
reunían en las plazuelas al costado de los templos, estos espacios adquirían la connotación
social de lugares de encuentro, y corresponderían al nivel de uso aproximado que
conocemos en las calles hoy en día. Existen dentro de la ciudad recorridos tradicionales que
aparentemente que no tienen una razón de ser, es el caso del aparente término de todas las
jornadas en la plaza de armas, que representa, el punto final de cualquier actividad que se
realice en el centro.

11
Descripción de la plaza en 1870

A. Ponce capítulo III, traza urbana 65


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Vista de la Plaza de Armas con la Catedral, desde la torre de Santo Domingo, 1870
El día que se inauguró la fuente central...18 de Septiembre de 1857
“Dos horas después (las dos de la tarde), la pila llamó la atención del pueblo. El agua,
saliendo por un recipiente sujeto por las figuras de dos niños, se derramó en forma de un
fanal en la primera taza, de aquí, como un transparente encaje cubierto a las sirenas, se
precipitó a la segunda, de donde cayó a la tercera por ocho bocas de leones; formando el
todo el aspecto más armonioso y agradable”
3.1.3. Plazuelas
Las plazuelas que existen en la ciudad son nueve.
La de San Francisco, empedrada; tiene en su centro un pilón con agua potable, rodeado de
árboles.(foto actual)
La de Santo Domingo, igualmente empedrada y con árboles, pero sin pilón.(foto actual)

La de la Merced, empedrada.
La de San Juan de Dios, empedrada.
La de Santa Inés, sin empedrar.
La de San Agustín, empedrada.(foto actual)
La de la Recova, sin empedrar y con pilón.(foto actual)

A. Ponce capítulo III, traza urbana 66


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La de Santa Lucía, empedrada.


Y, por último, la plazuela de las cinco calles, sin empedrar, pero con pilón.
Varios son los pilones que suministran excelente agua a la ciudad. Dos existen en la plaza
a los lados oriente y poniente del jardín; uno en la plazuela de San Francisco; otro en la de
la recoba; otro al extremo oriental de la calle de la Catedral, en la plazuela de las cinco
calles, y finalmente otro a la entrada de la alameda, que es el desagüe del de la plazuela de
San Francisco.
3.1.4. Espectáculos callejeros
Los habitantes de la ciudad hasta finales del SXVIII, no gozaron de otra distracción que de
las representaciones de algunos sainetes, que tenían lugar en la plaza, en un tablado
levantado al efecto, para solemnizar la subida al trono de algún nuevo monarca, sainetes
que tenían la indispensable gracia, y que hacía llorar de risa a los espectadores.
“Multitud de personas vieron representarse entremeses en la plazuela de San Francisco. El
tablado se construía en el ángulo formado por la iglesia y la portería. Diversiones que
siempre fueron gratis, por lo que debe suponerse que debieron ser, en cambio, muy
concurridas por la condición natural de los hijos de este pueblo, más que de otro, de ser
aficionadísimos a espectáculos gratis et amore.”
Además, en la Semana Santa o día de algún
notable santo, tenían lugar algunas
representaciones de actos sacramentales,
escrito por algún padre lector, o por el maestro
de escuela.
Estos actos llamaban la atención de todos por
la esplendidez de los trajes de los actores;
pues los padres nada economizaban, y con
anticipación desnudaban a los santos de sus
mas brillantes vestidos. De lo que resultaba
Tunos en las calles de la ciudad que un rey moro ostentaba un traje de
cardenal; otro gentil la túnica de una virgen, y el personaje principal, que casi siempre era
San Agustín o San Francisco, aparecía en el momento solemne convertido en arlequín,
pués él sólo llevaba a cuesta todos los trajes sobrantes.
Estos anacronismos pasaban desapercibidos por la mayor parte de los espectadores

A. Ponce capítulo III, traza urbana 67


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3.2. Recorridos con Tradición Histórica


3.2.1. La Plaza
Dentro de las tradiciones perdidas de la ciudad, existía en la plaza de armas todo un ritual
que seguían los jóvenes, dentro del cual correspondía circular por el anillo mas central las
“niñas” en un sentido, y en el otro sentido los jóvenes, por el anillo siguiente, el hecho de
circular en distinto sentido facilitaba el encuentro de los enamorados; el último anillo era
ocupado por las familias y las parejas que ya se habían reunido. De esta manera se
concertaban encuentros juveniles y uniones entre las familias, esta costumbre perduró hasta
mediados del siglo XX. La Plaza pasaba a ser el lugar donde la sociedad se estructuraba y
perduraba en el tiempo.
3.2.2. Conexiones de los Templos
Otros recorridos con tradición histórica son el eje de la Calle Prat que une la Iglesia de los
Agustinos con La Catedral, pasando por La Merced.
La Calle de la Catedral, que ahora es la de Cordovez, unía a esta con distintos puntos, junto
con la actual Balmaceda, la unía con San Francisco, la calle Matta, unía Santa Inés con la
Plaza y la Catedral
3.2.3. Conexiones con la Chimba, La Pampa y Trapiches
La calle Pedro Pablo Muñoz conectaba con los trapiches, ubicados en el actual Parque
Pedro de Valdivia.
La calle Balmaceda, fue hasta la construcción de la carretera, la unión de la ciudad con La
pampa y otras ciudades.
3.3. Medios de Locomoción y su impacto vial.
La ciudad, enfrentada al transporte de cargas, crecimiento de su superficie y aumento
progresivo de las distancias, obliga a los habitantes a utilizar medios de transporte, que irán
variando en el tiempo, y los cuales necesitan de cierta infraestructura para ser usados con
comodidad. También la actitud del peatón varía conforme, aumentan las dimensiones y la
velocidad, que llegan a tener estos medios de transporte, esta actitud tiene que ver con el
uso de un mismo espacio que implica, cierto margen de inseguridad, sobre todo para los
peatones. En orden de incorporación, los siguientes medios de transporte, son los que
marcan un real cambio en la infraestructura y la actitud de los peatones.
Caballos y animales de carga: Mulas, Burros y Bueyes
Desde su fundación hasta mediados del
siglo XX, el caballo fue una alternativa
importante de transporte de personas. Con
el uso de estos animales y otros destinados
a la carga y tiro de carretas, se precisaban
de algunos elementos:
Los abrevaderos, utilizados por los animales
para tomar agua, se ubican en algunos
puntos de la ciudad. En estos lugares
también, se daban servicios adicionales para
cabalgaduras, los jinetes podían dejar al
animal para que descansara, reponer sus
herraduras, y luego volver a buscarlo, o en el caso de venir de afuera y dirigirse a otra
ciudad, tenían la posibilidad de cambiarlo por otro animal. El último de los abrevaderos que
se conservó, estaba ubicado en la actual plaza de la Recova, ya que en ese lugar hasta
hace poco tiempo, eran comercializados diversos productos agrícolas que eran traídos
desde el valle o los alrededores de la ciudad en carretas tiradas por caballos, burros o
bueyes.

A. Ponce capítulo III, traza urbana 68


transporte

Los mojones o barandas, para amarrar las cabalgaduras, ubicados en casi cualquier lugar
de las calles, sobre todo en lugares públicos.
Coches tirados por caballos
Junto con los caballos usados en forma
individual, el uso de carruajes tirados por
ellos, fue un medio usual de transporte
hasta la década de 1930
aproximadamente12. El uso de carretas,
se ha extendido hasta nuestros días, de
una manera mínima, pero sigue vigente.
Estos coches además de necesitar
lugares de atención para los animales,
precisaban de un lugar para guardarlos,
algunas casas incluían dentro de sus
recintos, una cochera, una amplia puerta
o portón de acceso se hacía notar dentro
de sus fachadas.
Los animales circulando por las calles,
agregaban suciedad al depositar sus
desechos en ellas, lo que necesariamente
implicaba olores e inmundicias, donde
había concentración de ellos, esto hacía
un poco desagradable circular por las
vías; al producirse la pavimentación de
las calles entre 1920 y 1930, estos
desechos principalmente, motivaron la
creación de un cuerpo de aseo y ornato
de las calles.
Vehículos a motor
Los vehículos a motor, empezaron a
introducirse en la ciudad a partir del siglo
XX, estos incorporaron toda una
estructura distinta en el espacio destinado
a ellos, como señalizaciones,
diferenciación en los niveles de
desplazamiento -originado por la
seguridad necesaria dada la velocidad
que pueden alcanzar-, pavimentación
especial, espacios anexos, como
estacionamientos, etc.

12
Ver fotografía antigua de Calle Cordovez

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transporte

Movilización Colectiva
La evolución de los vehículos a motor
también ha incorporado nuevas formas de
transporte, como es el transporte
colectivo, y sus características de
horarios, vías, paraderos, tamaño de los
vehículos, etc.
Estos medios de transporte, producen un
impacto vial considerable, ya que en el
caso de las micros o buses, su tamaño es
tal, que impiden la visión total de una
acera a otra, de esta manera, el espacio
tiende a minimizarse, causando una
sensación mas fuerte aún de inseguridad,
al no poder abarcar con la vista toda la
vía.
Un problema aparte radica en la cantidad de estos vehículos, que actualmente circulan por
la ciudad, sin respetar mayormente las reglas mínimas de seguridad.

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