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Texto sobre el emplazamiento de la ciudad y su imagen en el año 1870
No existen planos de la ciudad que nos muestren como era en los tiempos de su fundación
ni de su aspecto anterior a 1680, por haberse quemado el archivo de la ciudad en esa fecha
durante el asalto e incendio provocado por el Pirata Bartolomé Sharp. Sin embargo, se
conservan registros de algunas asambleas del cabildo, donde se habla de los límites de la
ciudad en 1556.
En esta ciudad de la Serena, a 30 de octubre de 1556, los muy magníficos señores
licenciados Escobedo, teniente de gobernador y justicia mayor, etc., y Pedro de
Herrera, alcalde, y Juan González y Pedro de Cisternas y Alonso de Torres, regidores;
ante mi Juan Fernández de Almendras, escribano susodicho, fueron a visitar y renovar
los mojones de los ejidos de esta ciudad, llevando con nosotros el libro viejo de
Cabildo, en el cual está sentado como se amojonaron los ejidos al tiempo que se
señalaron a esta ciudad, y comenzaron a visitarlos desde unos tombillos (tambillos
debe ser) derribados que están sobre la barranca a vista de la mar, por detrás de las
casas del general Francisco de Aguirre, y se hizo un mojón en alozanillo cabe de una
quebrada seca; y de allí fuimos descubriendo hacia lo alto de la loma la quebrada
arriba e se hizo otro mojón cabe la casa de la viña del dicho Francisco de Aguirre; y de
allí subimos la acequia grande y fuimos al valle arriba del río de esta ciudad hasta
llegar a la viña de Pedro Cisternas, la cual pareció, por los dihcos mojones, estar fuera
de los ejidos, y los ejidos van a la loma alta, que cabe ella, e estaban corriendo por allá
afuera a lo alto, y desde allí arriba comienzan por el dicho libro de Cabildo parece; y
de los mojones de las dichas chacras volvimos abajo; porque, como dicho es, las
chacras van en llano entre la barranca y la loma del ejido; y volviendo a esta ciudad
se aclaró la chacra de Nuestra Señora, y va como salimos de esta ciudad, el valle
arriba, en el camino real de las estancias, a la mano izquierda como vamos de la
ciudad el valle arriba y entra por ella parte de la acequia grande del agua, donde se
hizo su mojón de piedras secas; por manera que queda líquido y señalado para
chacra de Nuestra Señora en el valle en la parte que dicha es, y desde la barranca del
río a la acequia grande en aquel llano. Fernández de Almendras, escribano.
Los grabados del SXVIII2, la muestran
amurallada como plaza fuerte o ciudad
de guerra. Dichos muros y bastiones de
barro, son edificados después del
ataque e incendio de la ciudad por el
pirata Sharp en 1680
En 1773 el muro ha sido extendido hacia
el sur(barrio San Miguel),
conformándose el ingreso a la ciudad en
el encuentro de las actuales calles
2
Ver grabado, Defensas de La Serena en 1767
Será en 1948, con el Plan Serena que la ciudad recupere nuevamente la barranca como
término visual de este hacia el poniente, perfilándose a la manera del grabado de Frezier de
1713, esta vez con construcciones de 3 pisos de altura.(ver fotografía, arriba)
El parque Pedro de Valdivia, situado en el bajo, contribuirá a destacar este contraste entre
forma urbana y medio natural.
Esta decisión urbanística, tornada por Guillermo
Ulriksen y Oscar Praguer, constituye uno de los
aportes al paisaje urbano más importantes del
Plan Serena, no habiéndose alcanzado a hacer,
durante la vigencia de dicho plan, la
recuperación de la barranca norte, actualmente
ocupada por viviendas.(ver fotografía, der.)
2.2. Características de la ciudad
La planta de la ciudad que nos entregan los
planos coloniales, correspondientes al siglo
XVIII, nos muestran límites bastante irregulares.
Efectivamente su ancho norte alcanzaba 900
mts., en tanto que el sur era solo de 500; el
largo también es variable, su extremo norte este
era de 200mts, mientras que al oeste era de
900mts., esta forma irregular se debió a que la
ciudad se ciñó a la superficie de la cuarta
terraza, la que se angostaba hacia el este, en
tanto al oeste se abre considerablemente, hasta
caer sobre la planicie costera. Además también
influyo el hecho que por el borde este de la
cuarta terraza corría el canal de abastecimiento
de agua de la población, el cual solo podía
abastecer a la cuarta y quinta terraza pues debido a la altura era imposible llevar el agua
hasta las terrazas mas altas. Esto nos explica la extensión de la ciudad sobre la cuarta
terraza y la instalación del trapiche sobre la quinta.
Las características de la ciudad desde el punto de vista de las
construcciones, están señaladas en párrafo de informes de
funcionarios del servicio real:
«...está situada en el bajo del valle de Coquimbo a un cuarto de
legua del mar sobre una pequeña eminencia de cuatro a cinco
toesas(1.9m) de altura».
«Las manzanas que forman son también de la misma medida,
cada una con su acequia, pero los pocos habitantes que hay, la
incomodad de las calles sin pavimento, la pobreza de las casas
edificadas de barro, cubiertas con rastrojos, la hacen parecer a un campo i las calles e
A. Ponce capítulo III, traza urbana 58
transporte
avenidas de jardines pues, están orladas de higueras, olivos, naranjos, palmas, etc. que les
dan agradable follaje».
Frezier: 1713
Ingeniero Ordinario del Rei
«La situación y vista de la ciudad está en hermosa planta y de figura quadrilonga como ba
demarcada en el mapa que acompaña esta relación; está situada en una mezeta que
predomina al piso común de la demás tierra en la altura de 30 grados; quasí circumbalada
de una varranca natural que la hace foso i por el lado de el norte se la forma su río
nombrado Delque, lleno de arrayanes que niega y veneficia su vallecito, y con una toma
general que le sacan, reparten a los solares copiosas azequías con que les dan agua ... »
«Se compone de treynta y siette quadras de a ciento quarenta y cuatro varas cada una por
cada vanda de su quadro; sín algunos sitios que tiene formados en formas de rancherías en
algunos parajes. Sus calles son de doze varas de ancho; su materia es generalmente de
adobes; con techumbres de paja y tortas de barro; porque de tejas tiene muy pocos edificios
aunque aora regularmente, los que fabrican las hermosean y perfeccionan con ella y, hacen
más sólidas y costosas...»
Joseph Fernández de Campino
Juez Oficial Real
Relación del Obispado de
Santiago, 1744
3
Ver plano de canales de regadío.
4
Ver anexo texto de Gabriela Mistral, sobre
los patios Serenenses, en relato “La Serena
y Pompeya”.
Aunque situada en la margen del río necesitaba agua más próxima, agua que regara sus
solares y fecundizara sus plantíos de olivos y maíz.
Con la cooperación de los indios se concluyó el canal de la ciudad, que tiene su bocatoma
dos leguas al oriente, en corto tiempo.
De esta manera se encontró este terreno con el agua necesaria, para el regadío,
principiando, en consecuencia, cada propietario a sembrar los artículos que había menester
para su sustento y regalo.
Las tierras adyacentes se fueron poco a poco
convirtiéndose en productores campos, a medida que
se abrían canales para el regadío, y aunque en corto
número a los principios, fueron sin embargo los
suficientes.
En 1800, cada Solar, con poquísimas excepciones,
tiene agua corriente por medio de acequias, lo que es (1)
Regadío de las Huertas en los solares
una ventaja que en pocas poblaciones se goza y que proporciona el más grande aseo e
higiene pública, siendo estas once que obtienen su caudal de agua de los dos canales de la
población, llamados de la ciudad y de la Pampa.
Los puentes de esta acequias, en la parte que atraviesan las calles, son buenas, haciéndose
notar la importancia que de día en día se mejoran.
El plano de Fressier5 nos da pauta de las vías que se toman como principales, que son las
que van de oriente a poniente, ya que por ellas van las acequias que conducían las aguas
de regadío.
(3)
Riego de la Traza de La Serena, Planos de
Frezier, 1713
5
Ver figura.
poniente a oriente) se llamaba “de Santo Domingo”, la segunda “de Santa Inés”, la tercera
“de la Catedral”, la cuarta “de la Merced”, y la última “de los agustinos”.
Un aspecto significativo era, la incomodidad de circular a pie por las calles, en muchos
casos llenas de barro, saltando las acequias o cruzando por pequeños puentes. Se
establecía de esta forma, una relevancia mayor al interior de los “Solares” o propiedades,
que contaban con varios espacios abiertos, a modo de patios, con distintas connotaciones
de uso, así el primer patio(mas cerca de la calle) adquiría un carácter social abierto, donde
las personas de reunían, con o sin invitación previa ya que permanecían abiertos a los
transeúntes, el segundo y tercer patio estaban al interior de la casa y eran de uso privado,
en el tercero crecía la huerta, y tenía un carácter de servicio, teniendo muchas veces una
salida directa a la calle “de atrás”.
3. Antecedentes Históricos de las calles de la ciudad
Desde su Fundación hasta 1680, año del incendio que deja una laguna en registros tanto
gráficos como escritos, que nos impide averiguar, con alguna certeza, la marcha de la
población, de sus edificios, calles, etc.; pero es indudable que la superficie elegida para la
planta de la ciudad, cubierta de arrayanes, chañares, algarrobos y otros arbustos, necesitó
mucho tiempo para desbastarse, sobre todo en la parte señalada para calles, que debieron
ser, al principio, de muy corta longitud, en atención al poco número de habitantes.
“Las calles, polvorientas en verano y convertidas en lodazales en la estación de las lluvias,
conservaban la aspereza natural del terreno.”6
"Dicha ciudad tiene de norte a sud ocho cuadras, y nueve de oriente a poniente, fuera de un
arrabal que llaman San Miguel de la Chimba, y la fábrica de dicha es muy desmantelada por
la pobreza y retiro de sus vecinos en sus haciendas, como a su tenor temerosos de la ruina
de enemigos, como acaeció el año de mil seis cientos ochenta, que entró en ella un pirata
llamado Sharp, quien la arruinó quemando sus templos y casas por no tener defensa,
castillo, armas, ni municiones competentes.”7
Hasta fines del siglo XVIII, la ciudad tenía un triste y pobre aspecto; sus calles sin aceras y
frecuentemente anegadas, no presentaban un golpe de vista agradable por cierto, ni
muchos menos comodidad a los transeúntes, que debieron ser muy pocos, pues que, en
1798, en un informe del procurador de ciudad, don Miguel Riveros Aguirre, se lee que tenía
"poco más de tres mil habitantes".
Las puentes de las acequias sólo se componían la víspera del día de alguna solemne
procesión, y solamente en las calles que ésta recorría.
Los sitios estaban cerrados con tapias y quinchas, no en muy buen estado, y muchos otros
en completo abandono, como lo demuestra un bando publicado el 4 de enero de 1773, en
que se ordena cercar los solares.
A fines del siglo XVIII se acordó que los terrenos ubicados en la tercera terraza,
perteneciesen a la ciudad, y "se vendiese a censo para que formen calles y plaza". Plaza
que nunca se formó a pesar de la necesidad que para el porvenir tenía la ciudad, pues no
contaba más que con la que hoy tiene, situada a la extremidad Poniente.
Por otros sucesivos bandos podemos enterarnos de cómo fue la evolución de las calles, y la
preocupación constante de la autoridad por el adelanto de la ciudad.
"que en el término de dos meses se tapien y cierren los portillos de las tapias, en especial en
las dos cuadras de la plaza o esquina de la merced, que son los lugares y calles de más
concurso y comercio, bajo la multa de cuatro pesos por vara que no se compusiera.”
6
texto descripción de las calles de antes de 1870
7
Texto extractado de memoria del sudelegado Pedro Antonio Fontecilla, a solicitud de la Real Audiencia, 24 de Noviembre de
1755.
A fines del siglo XVIII, el Gobernador de Chile, Don Ambrosio O'Higgins escribía al
subdelegado recomendándole el empedrado de las calles de la ciudad; recomendación que,
de seguro, no se llevó a, efecto. "Sin embargo de reconocer por las diligencias que remitió
US. con carta de 22 de marzo -decía la nota- que trabaja con el cabildo para procurar el
cumplimiento de mi orden sobre empedrado de esa ciudad, le recomiendo que empeñe todo
su celo en que lo ejecuten sus vecinos cuanto antes, de modo que pueda participarme la
perfecta consecución de esta obra, como, parte muy útil e importante de la policía".
Ya en 1770, en 26 de febrero, se había ordenado por bando "Que cada vecino pudiente
haga empedrar la porción de calle que corresponde a su sitio, según y en la forma que se le
tiene recomendado". Lo que prueba la buena voluntad del subdelegado por el
adelantamiento de la población.
Los edificios estaban en el interior de los solares, y de aquí los numerosos bandos
expedidos por el cabildo para que los nuevos se construyeran a la calle, para que la
población fuera presentando el aspecto de ciudad y no de una serie de corrales, como era
cada manzana.
“Una puerta del quicio sin cerradura, porque durante la noche se arrancaba con gruesos
palos de algarrobo y jamás se dejaba a la propiedad deshabitada, formaba la de calle o
principal; en el interior, casi la parte central, un cañón de edificios, de 20 varas de largo,
dividido en tres departamentos, con una sola puerta correspondiente a la habitación central
que era la más espaciosa, a cada extremidades de esta había una recámara estrecha,
cuyas puertas sin hojas, estaban guardadas por cortinas”...8
En el Siglo XIX, el panorama de la ciudad toma otro aspecto.
“La ciudad se desarrolla en sus mil detalles. Sus casas rodeadas de un oasis de verdura; el
humo de las chimeneas que se quiebra por los vientos en varias formas; el zumbido
indefinible, peculiar de una ciudad que se contempla a corta distancia; las pequeñas figuras
de resortes que se ven atravesar las calles, plazas y plazuelas; tales aparecen los
habitantes, animales y vehículos de toda especie; sus calles, tiradas de cordel, que se
asemejan a gigantescos reptiles de azulados flancos, que van a ocultar sus cabezas a la
Barranca del Mar; todo esto y mucho mas contribuye a que esta perspectiva sea una de las
mas admirables y pintorescas.”9
Las calles reunían un conjunto de actividades de servicio: acarreo de mercancías, de agua y
comercio callejero, que era vociferado por los vendedores, este ritual de bullicio y suciedad,
solo era interrumpido el día domingo, para el servicio religioso, donde el bullicio desaparecía
y la ciudad permanecía en calma.
Hasta el año 1850, las calles de la población, con pocas excepciones, no tenían nombres
determinados, distinguiéndose por los de los templos o por el de algún vecino acaudalado o
antiguo.
Así pues, en 1797, la que hoy lleva el nombre de Colón, se llamaba de los Carmona, y la de
la Catedral, que hoy corresponde a Cordovez, hasta el año 1727, de Petorca.
El año l822 se abrió la extremidad sud de la calle que hoy lleva el nombre de O'Higgins,
cediendo ese terreno el convento de San Francisco, con la condición que la municipalidad
hiciera a su costa las murallas "de dos tapiales" como dice en su concesión el guardián fray
Félix Ulloa.
Como hemos dicho, el año 1850, el 12 de agosto, se aprobó por la municipalidad la
denominación de las calles, y en consecuencia se mandó colocar los rótulos que importaron
seiscientos pesos, quedando comisionado para este objeto don Gregorio Urízar; y por otro
8
Descripción de una casa Vulgar a principios del SXVIII
9
Describe M. Concha, la ciudad vista desde el cerrito de Santa Lucía
acuerdo de 6 de marzo de 1857, se mandó numerar las casas importando las planchuelas
205 pesos, 5 centavos.
"Se encarga al señor juez de policía y señores alcaldes traten de darle el ornato a esta
ciudad en particular a las dos calles principales [San Agustín y La Catedral], haciendo que
los dueños de solares sin edificar o de casas arruinadas las edifiquen de nuevo,
obligándoles en un perentorio término; y de no hacerlo, se les venda por justa tasación si no
hicieren al menos una pared de adobes y alero de teja de cuatro y media varas de alto,
estucada y blanqueada, todo conforme a la ordenanza de Intendentes".
En sesión Municipal, del 20 de agosto de 1834, se trató de la apertura de la calle que va
desde la plaza al sur, "entre los solares de los herederos de don Pedro Juan Osorio y
convento de Santo Domingo, hasta llegar a la muralla", tal es actualmente la calle Matta, que
antes se llamó de Santa Inés.
Para la conservación del pavimento de las calles, se acordó el 19 de febrero de 1856
prohibir la internación y extracción de mercancía en mulas, caballos o burros. Este decreto
comenzó a regir el 1º de enero del siguiente año(1857).
3.1. Descripción de Calles, Plazas, Plazuelas, Espectáculos Callejeros, etc. SXlX
3.1.1. Descripción de calles10.
Primera meseta o parte principal
Esta Parte contiene 42 manzanas
De oriente a poniente:
Principiando por el Norte
De norte a Sur
Principiando por el poniente
10
Manuel Concha
De oriente a poniente:
Principiando por el norte
De norte a sur
Principiando por el poniente
La parte sur, dividida por la quebrada de San Francisco, contiene Veintidós manzanas
De norte a sur
Principiando por el porniente
Callejones
El “Bolsillo del Diablo”
De “Yañez”
De las “Rojas”.
3.1.2. La Plaza
La plaza de armas es la única verdadera con que cuenta la ciudad. Situada a la extremidad
poniente de la población, no ocupa el punto céntrico.
“..., no carece de belleza, pues en su centro tiene un precioso jardín en forma de montículo,
en cuya cima una elegante pila arroja murmuradora agua que, con diminutas gotas,
humedece a la magnolia, clavel, rosas y muchas otras flores que en hermosura y aroma no
reconocen rival en Chile. Además, una elegante alameda con piso enarenado de seis
metros de ancho de circuye, lo que forma un agradable paseo por las tardes, sobre todo en
el invierno. Actualmente se trabaja en dar a este paseo doble ancho, por haberse notado
que era estrecho para la concurrencia, y se plantan elegantes pimientos. Se construyen
igualmente cuatro avenidas, correspondientes a los cuatro ángulos que van a converger al
jardín central, donde se sitúan por las tardes bandas de música que con sus melodías
contribuyen en gran manera a hacer más grato y ameno este paseo.”11
Luego del servicio la gente solía reunirse en la plaza de armas donde lograban encontrarse
después de haber asistido a los servicios religiosos, a las distintas iglesias, si no era así se
reunían en las plazuelas al costado de los templos, estos espacios adquirían la connotación
social de lugares de encuentro, y corresponderían al nivel de uso aproximado que
conocemos en las calles hoy en día. Existen dentro de la ciudad recorridos tradicionales que
aparentemente que no tienen una razón de ser, es el caso del aparente término de todas las
jornadas en la plaza de armas, que representa, el punto final de cualquier actividad que se
realice en el centro.
11
Descripción de la plaza en 1870
Vista de la Plaza de Armas con la Catedral, desde la torre de Santo Domingo, 1870
El día que se inauguró la fuente central...18 de Septiembre de 1857
“Dos horas después (las dos de la tarde), la pila llamó la atención del pueblo. El agua,
saliendo por un recipiente sujeto por las figuras de dos niños, se derramó en forma de un
fanal en la primera taza, de aquí, como un transparente encaje cubierto a las sirenas, se
precipitó a la segunda, de donde cayó a la tercera por ocho bocas de leones; formando el
todo el aspecto más armonioso y agradable”
3.1.3. Plazuelas
Las plazuelas que existen en la ciudad son nueve.
La de San Francisco, empedrada; tiene en su centro un pilón con agua potable, rodeado de
árboles.(foto actual)
La de Santo Domingo, igualmente empedrada y con árboles, pero sin pilón.(foto actual)
La de la Merced, empedrada.
La de San Juan de Dios, empedrada.
La de Santa Inés, sin empedrar.
La de San Agustín, empedrada.(foto actual)
La de la Recova, sin empedrar y con pilón.(foto actual)
Los mojones o barandas, para amarrar las cabalgaduras, ubicados en casi cualquier lugar
de las calles, sobre todo en lugares públicos.
Coches tirados por caballos
Junto con los caballos usados en forma
individual, el uso de carruajes tirados por
ellos, fue un medio usual de transporte
hasta la década de 1930
aproximadamente12. El uso de carretas,
se ha extendido hasta nuestros días, de
una manera mínima, pero sigue vigente.
Estos coches además de necesitar
lugares de atención para los animales,
precisaban de un lugar para guardarlos,
algunas casas incluían dentro de sus
recintos, una cochera, una amplia puerta
o portón de acceso se hacía notar dentro
de sus fachadas.
Los animales circulando por las calles,
agregaban suciedad al depositar sus
desechos en ellas, lo que necesariamente
implicaba olores e inmundicias, donde
había concentración de ellos, esto hacía
un poco desagradable circular por las
vías; al producirse la pavimentación de
las calles entre 1920 y 1930, estos
desechos principalmente, motivaron la
creación de un cuerpo de aseo y ornato
de las calles.
Vehículos a motor
Los vehículos a motor, empezaron a
introducirse en la ciudad a partir del siglo
XX, estos incorporaron toda una
estructura distinta en el espacio destinado
a ellos, como señalizaciones,
diferenciación en los niveles de
desplazamiento -originado por la
seguridad necesaria dada la velocidad
que pueden alcanzar-, pavimentación
especial, espacios anexos, como
estacionamientos, etc.
12
Ver fotografía antigua de Calle Cordovez
Movilización Colectiva
La evolución de los vehículos a motor
también ha incorporado nuevas formas de
transporte, como es el transporte
colectivo, y sus características de
horarios, vías, paraderos, tamaño de los
vehículos, etc.
Estos medios de transporte, producen un
impacto vial considerable, ya que en el
caso de las micros o buses, su tamaño es
tal, que impiden la visión total de una
acera a otra, de esta manera, el espacio
tiende a minimizarse, causando una
sensación mas fuerte aún de inseguridad,
al no poder abarcar con la vista toda la
vía.
Un problema aparte radica en la cantidad de estos vehículos, que actualmente circulan por
la ciudad, sin respetar mayormente las reglas mínimas de seguridad.