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LOS PROGRES EN LA DIRECCIÓN DE LA FEUCR

Por Bryan Brenes

En el pasado mes de noviembre se desarrolló la segunda ronda electoral entre Iniciativa y Progre
para renovar la dirección política de la Federación de Estudiantes de la UCR (FEUCR). 1 En la disputa
por el control del directorio federativo resultó como ganador Progre, en medio de una contienda
electoral que tuvo cerca de 10 mil sufragios en total.

¿Qué significa la victoria de Progre?

Es difícil entender a cabalidad la victoria de Progre con análisis fragmentarios o subjetivos, ya sea
partiendo de la situación en la UCR simplemente, o por los deseos de unos “activistas” que buscan
justificar por qué “los socialistas” no podían aguantar durante tanto tiempo la dirección de la
FEUCR. El avance de Progre2 demuestra un proceso más profundo políticamente, que tiene que
ver con la situación nacional y universitaria caracterizada por un giro a la derecha, y una serie de
políticas y duros errores “tácticos” cometidos principalmente por los compañeros del MAS que
dirigían la Federación de Estudiantes, como comentaremos al final de estas líneas.

Haciendo un esfuerzo por valorar la situación política en su conjunto, hay que decir que desde el
2007 con la derrota en el Referéndum existe en Costa Rica una situación general de estancamiento
con tendencias a la recuperación en la actividad del movimiento de masas. Es que después del
Referéndum, donde los “líderes” del NO habían depositado todas las expectativas de cuatro años
de ascenso, la victoria del gobierno de Arias enfrió los ánimos de movilización a escala nacional; y
el conjunto de la burguesía pudo pasar a la ofensiva políticamente, aprobando no solo 14 leyes de
implementación del TLC; sino leyes ultrarepresivas como la Ley Antiterrorista en el Congreso, junto
a verdaderos planes antiobreros y antipopulares para volcar los recursos del Estado hacia los
empresarios que gobiernan el país, como sucedió después del 2008 con el Plan Escudo y el
proyecto de Banca de Desarrollo, que destinó más de 117 millones de dólares para que los
bandidos que dirigen las empresas “no despidieran trabajadores” durante lo que Óscar Arias llamó
“la peor crisis económica en 80 años” a nivel mundial.

Este fenómeno de avanzada después de la derrota parcial en el Referéndum, se combinó con un


retroceso relativo en el nivel de las movilizaciones callejeras, que no alcanzaron más el caudal que
habían adquirido las de la lucha contra el TLC. Cuando más, se dieron importantes luchas
gremiales como la de los docentes encabezados por APSE por aumento de salarios, pero no un
movimiento nacional unificado y con elementos más “políticos” de cuestionamiento inclusive al
régimen como había sucedido con el TLC. Es más, frente a los primeros embates de la crisis
capitalista mundial que se expresó en decenas de miles de despidos; no hubo ninguna respuesta
por parte del movimiento de masas.

1
En la primera ronda participaron en total cuatro partidos: Progre, Iniciativa, Juntos y Alerta.
2
Progre es una agrupación electoral universitaria impulsada por el Frente Amplio, integrantes del PVP
stalinista y simpatizantes del PAC.
Políticamente este retroceso a nivel nacional, llevó a partidos como el FA a renunciar a toda
perspectiva de lucha seria y movilización 3, ya fuera contra las leyes de Implementación o contra
otros proyectos reaccionarios. El Diputado Merino, por ejemplo, en el Congreso pasó a la
defensiva absoluta, y debió guardar un silencio vergonzante mientras eran votados uno a uno los
distintos proyectos complementarios al TLC (a lo sumo hacia alguna crítica para satisfacer su
propia conciencia). Y es que no era para menos, Merino, que había prometido un “triunfo” del NO
y la apertura después del Referéndum de “una nueva Costa Rica”, ya había quedado terriblemente
desprestigiado frente a la opinión pública nacional cuando se comprometió a no estorbar en la
aprobación de las leyes de implementación si sucedía lo que para él era imposible: la victoria del SÍ
en las urnas. Bajo la presión de un mayor repudio por parte de la opinión pública nacional, y el
peligro de “embarrarla” más para cuando llegasen las elecciones de 2010, el Presidente del FA
tuvo finalmente que cerrar la boca en los momentos decisivos.

Pero los 14 proyectos de implementación apenas eran el comienzo. Con el voto del FA se aprobó
la Ley Antiterrorista (impulsada por Bush) en el Congreso, que busca dotar de mayores armas
legales al empresariado para combatir la movilización de masas y los grupos políticos de oposición.
Y como si fuera poco, después de la Ley Antiterrorista y con “la peor crisis económica en 80 años”
como excusa se votó el proyecto de Banca de Desarrollo para salvar a los grandes empresarios con
fondos públicos obtenidos de la recaudación de impuestos.

Ahora bien, aunque la lista de ejemplos que reflejan el avance del gobierno y el aporte del FA a la
derechización del panorama político es amplia, hacemos este recuento para explicar las grandes
fuerzas de fondo que generan el actual escenario en el país. Esto es necesario aclararlo porque la
UCR no es una isla separada por una gruesa membrana de lo que sucede a nivel nacional, sino que
está subordinada al conjunto de la situación costarricense. Y Progre, hijo del FA, lamentablemente
es el reflejo de este retroceso.

También hay que recordar que en medio de ese pesado panorama a nivel nacional se suscitaron
dos pequeñas pero importantes derrotas tácticas del movimiento universitario (principal punto de
apoyo de los grupos en cuestión): la de la defensa de la autonomía y la que se libró en torno al
presupuesto para las universidades estatales (FEES). La derrota parcial en estas dos coyunturas
significó un corrimiento a la derecha del activismo en la UCR, que decepcionado de la política del
MAS y el PRT (con responsabilidades en la FEUCR y en el Sindicato respectivamente) encontraron
en el “antitrotskismo” de los dirigentes del FA y en importantes capas del estrato administrativo
de la UCR la “solución” a todos los problemas de la Universidad.

La victoria de Progre representa el fortalecimiento de una mediación en el giro hacia la derecha


del activismo universitario, que decepcionado con el MAS por su lamentable conducción de la
FEUCR durante seis años, no tuvo otra alternativa desde la izquierda para dar solución a su gran
3
Aunque después de la derrota en el Referéndum impulsaron movilizaciones ultra aisladas (algunas de las
cuales fueron reprimidas frente al Congreso), lo hicieron con un contenido puramente demostrativo y con el
objetivo supremo de colocarse como furgón de cola del Diputado Merino en los primeros días
posreferéndum, y no para generar un amplio movimiento de masas a nivel nacional contra las leyes de la
Agenda de Implementación u otros proyectos de Ley.
vacío. Lo que queda más claro es que para el FA fueron necesarias dos derrotas tácticas dentro de
la UCR y una dura derrota parcial a nivel nacional para colocarse en la dirección de la principal
organización estudiantil universitaria del país aprovechando el descenso de la efervescencia.

La responsabilidad del MAS y la JS en el fortalecimiento del FA

Más allá de que la victoria de Progre representa la existencia de un cambio en la situación política
nacional y universitaria, y más allá del hecho de que el MAS y la JS no son grupos con influencia en
el movimiento de masas o en el conjunto del movimiento estudiantil; hay que decir que estos dos
grupos contribuyeron sino al fortalecimiento del FA, por lo menos contribuyeron a “no estorbarle”
en su avanzada política sobre la Universidad.

Es que tanto el MAS como la JS, apenas seis meses antes de las elecciones en la UCR, llamaron a
votar por el partido de Merino y José María Villalta en las elecciones nacionales de 2010,
embelleciendo ante el activismo de la UCR al Frente Amplio, esto más allá de sus “críticas”, que en
el mejor de los casos los colocaban como candidatos para “ala izquierda” del partido de Merino y
no como rivales desde el punto de vista estratégico y programático.

En el caso del MAS, intentaron sellar la unidad de sus militantes bajo la idea de que llamaban a
votar al FA para “formar un partido leninista de combate”, y externamente hacia la izquierda se
justificaban planteando una falsa polarización entre los partidos de los empresarios y aquellos que
no tenían empresarios en sus filas como el FA. 4

Mientras tanto la JS justificaba su capitulación bajo el argumento de que “Chema” (José María
Villalta) había prometido defender las causas ambientales, el matrimonio gay, y derechos políticos
para las mujeres; lo que desde un punto de vista político serio, no es suficiente para llamar a votar
por un partido, en este caso la centroizquierda del FA. Pero esto no es todo, la JS con sus limitadas
fuerzas llegó a lamentarse en su momento de “no haber hecho campaña con más fuerza por
Chema”, ante el fracaso del FA de haber obtenido un solo diputado.

Estos dos grupos, especialmente el MAS y la JS (que fueron coherentes cubriéndose la espalda en
sus errores políticos frente a los activistas independientes dentro de Iniciativa) si bien no
determinaron de conjunto el fortalecimiento del FA, por lo menos contribuyeron a él y dejaron
todo el espacio libre frente a la centroizquierda dentro de la UCR.

Los primeros meses de los Progres en la dirección de la FEUCR


4
Curiosamente este razonamiento no fue llevado hasta el final por el MAS, que debió llamar a votar también
por el PASE y otros partidos minoritarios que “no tenían empresarios” en sus filas. Esto es así porque
posiblemente lo que había de fondo en el llamado a votar por el FA era una táctica de congraciarse con la
dirección de ese partido a costa de una capitulación abierta que buscaba ablandar al activismo estudiantil
frenteamplista en la UCR, y así poder “dialogarle”. Es decir, en vez de combatir al FA como principal enemigo
de la movilización de masas y la lucha directa, lo presentaron como gran aliado y alternativa para los
trabajadores y los “socialistas”, dejando todo el espacio libre a este partido en la UCR no solo para que se
pintara como alternativa frente al activismo; sino para que se fortaleciera, desde el movimiento estudiantil y
en los estratos administrativos de la Universidad, muy dados al apoyo político a partidos como el PAC y el
FA.
Los compañeros militantes del MAS que reflexionen honestamente probablemente lleguen a la
conclusión de que no lograron “formar el partido leninista de combate” prometido con el FA, por
lo menos en este período. Incluso a veces la realidad es dura: como consecuencia de que no
lograron sus propósitos con el FA debieron formar un frente (Iniciativa) 5 por primera vez en seis
años con la JS para ver si así revertían una cadena acumulada de errores que actuaron como la
caja de Pandora; desatando miles de odios amontonados desde la derecha y catalizando el
surgimiento de una mediación como Progre.

Ahora bien, los Progres en la dirección de la FEUCR lo primero que han hecho es golpear la imagen
de la dirección política pasada (a lo que llaman vulgarmente “los troscos”) con el fin de crear un
discurso y una opinión interna favorable a la nueva gestión. Aunado a lo anterior, han mantenido
silencio absoluto respecto a la posición seguidista del FA y su dirección a la política chovinista de
Chinchilla en su conflicto con Nicaragua. Y dentro de la UCR, han actuado cínicamente como
correa de transmisión de las autoridades universitarias, que negociaron mal el FEES y que ahora
intentan descargar la crisis sobre los sectores más vulnerables (trabajadores y estudiantes
becados) de la UCR.

La nueva dirección federativa al parecer no tiene independencia respecto a las autoridades, y esto
es patente no solo con los estrechos lazos que tienen sus referentes con Decanos y
Administrativos de Facultades y Escuelas; sino en que sean las propias autoridades quienes envíen
masivamente los comunicados de la Federación, en una seña de total colaboración entre los
estudiantes organizados y quienes administran a la UCR para los empresarios y los
multimillonarios del país. En todo caso son dos elementos sintomáticos, si se quiere fragmentarios
para visualizar el carácter de la nueva dirección de la FEUCR; que tienen de lejos menos peso que
el rol jugado por el FA en la lucha contra el TLC, o en la Defensa de la Autonomía Universitaria o el
Presupuesto Universitario, tres escenarios donde no dieron la talla, dividieron al movimiento
obrero y popular, y prefirieron apostar a la negociación y las vías institucionales antes que a la
movilización de masas y la lucha directa en las calles de Costa Rica. Habrá que ver hasta donde la
Juventud del Frente Amplio está dispuesta a repetir los pasos de su partido nacional dentro de los
límites de la UCR.

Pero no solo se puede esperar y ver, sino que es necesario un verdadero agrupamiento de las
fuerzas más avanzadas de la UCR no solo para enfrentar a Progre (el “antiProgresismo” a secas
puede que no sirva para nada), sino para enfrentar los recortes presupuestarios de las
autoridades; y que la UCR se incorpore con posición de vanguardia en las principales luchas de la
clase obrera y el pueblo pobre de Costa Rica.

5
La formación de Iniciativa (un agrupamiento en apariencia radicalmente “antiProgresista” y
“antimerinista”) aunque correctamente planteaba ser independiente de las autoridades y reivindicaban en
su discurso el ser totalmente contrarios a la política de Progre, en realidad respondían a los intentos
desesperados por revertir el resultado de importantes equivocaciones políticas anteriores.

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