El vocablo latino curvilineus llegó a nuestro idioma como curvilíneo. Este adjetivo se
emplea para calificar a aquello formado por líneas curvas. Una curva, por su parte, es aquello que se va alejando de forma continua de la dirección recta, sin crear un ángulo. Se llama ángulo curvilíneo, en este marco, al ángulo formado por líneas curvas. Esto quiere decir que sus lados no son rectas, sino curvas. Si el ángulo dispone de una línea curva y una línea recta, se lo califica como mixtilíneo. Un movimiento curvilíneo, por otra parte, es un desplazamiento circular, oscilatorio o parabólico. Un vehículo de competición disputando una carrera en un circuito con forma de óvalo realiza un movimiento curvilíneo. Si la trayectoria por la que se desplaza una partícula es conocida por el observador, se cree adecuado describir el movimiento haciendo uso de los ejes de coordenadas n (que actúa como normal a la trayectoria) y t (es tangente a la trayectoria), y en el instante que se considera poseen su origen ubicado en la partícula. Si la trayectoria es curva, entonces se puede hablar de un movimiento elíptico. Cuando una partícula describe en su movimiento una trayectoria curva se dice que tiene un movimiento curvilíneo. En general, una curva tiene distintos radios de curvatura. Cuando el radio de curvatura es constante durante todo el movimiento, la trayectoria es una circunferencia y se denomina movimiento circular. Este movimiento es un caso particular del movimiento curvilíneo. En un movimiento circular, la velocidad angular "ω" es el ángulo recorrido por unidad de tiempo. Para calcular la velocidad angular sólo hay que dividir el ángulo recorrido (Φ en radianes) entre el tiempo transcurrido (t), según la expresión:
Puesto que al sustituir en la ecuación anterior queda