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CONTRADICCIÓN DE TESIS 101/2011.

ENTRE LAS SUSTENTADAS POR EL


PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO DEL
DÉCIMO NOVENO CIRCUITO Y EL PRIMER
TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIAS
ADMINISTRATIVA Y DE TRABAJO DEL
DÉCIMO PRIMER CIRCUITO.

MINISTRO PONENTE: JOSÉ RAMÓN COSSÍO DÍAZ


SECRETARIA: MIREYA MELÉNDEZ ALMARAZ

México, Distrito Federal. Acuerdo de la Primera Sala de la


Suprema Corte de Justicia de la Nación correspondiente al día
quince de junio de dos mil once.

V I S T O S para resolver los autos de la contradicción de


tesis 101/2011, entre las sustentadas por el Primer Tribunal
Colegiado del Décimo Noveno Circuito y el Primer Tribunal
Colegiado en Materias Administrativa y de Trabajo del Décimo
Primer Circuito, cuyo probable tema consiste en determinar si en
un juicio ejecutivo mercantil, en el que el documento base de la
pretensión es un título de crédito puede vincularse o no, a una
persona que no intervino en la suscripción del documento
cambiario.

R E S U L T A N D O:

PRIMERO. Denuncia de la contradicción. Mediante


escrito presentado el ocho de marzo de dos mil once ante la
Oficina de Certificación Judicial y Correspondencia de esta
Suprema Corte de Justicia de la Nación, Lucio Antonio Castillo
González, Magistrado del Primer Tribunal Colegiado del Décimo
Noveno Circuito, denunció la posible contradicción de tesis entre el
CONTRADICCIÓN DE TESIS 101/2011

criterio emitido por el órgano jurisdiccional al que se encuentra


adscrito, al resolver el juicio de amparo directo civil 461/2010, en el
que esencialmente sostuvo, que la acción cambiaria directa que se
ejerce a través del juicio ejecutivo mercantil, tratándose de títulos
de crédito, solamente procede contra el suscriptor del título y del
avalista, no así en contra del deudor solidario que se comprometió
a garantizar el adeudo en un documento separado, pues a través
de la referida acción ejecutiva se hace valer el derecho literal
contenido en el título, cuya ejecución va aparejada al documento
mismo; y el sustentado por el Primer Tribunal Colegiado en
Materias Administrativa y del Trabajo del Décimo Primer Circuito,
en el amparo directo 704/2008, en el que se resolvió que, por
virtud de la institución de la expromisión, sí es posible que una
persona ajena al título de crédito se encuentre vinculada al
proceso como deudor solidario, mancomunado o subsidiario. Tal
criterio dio origen a la tesis aislada: “EXPROMISIÓN. SU
CONCEPTO, CLASIFICACIÓN Y OBJETO”.1

SEGUNDO. Trámite de la denuncia. El Presidente de la


Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
mediante auto de veintidós de marzo de dos mil once, ordenó la
formación y registro del expediente de denuncia de contradicción
de tesis bajo el número 101/2011. Asimismo, giró oficio al
Presidente del Primer Tribunal Colegiado en Materias
Administrativa y del Trabajo del Décimo Primer Circuito, para que
remitiera copia certificada de la ejecutoria pronunciada en el
amparo directo 704/2008, así como de los asuntos más recientes
en los que se hubiera sustentado criterio similar, a fin de que el
asunto estuviera debidamente integrado.

1
Tesis Aislada XI.1o.A.T.160 C, Novena Época, publicada en el Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta en el Tomo XXIX, Marzo 2009, en la página 2753.

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Una vez que el tribunal requerido remitió las copias de la


resolución relativa a la denuncia de contradicción, el Presidente de
la Primera Sala, mediante auto de dos de mayo de dos mil once,
consideró debidamente integrado el expediente en que se actúa y
ordenó dar a conocer dicho acuerdo al Procurador General de la
República para que en el plazo de treinta días emitiera el
pedimento correspondiente, así como el turno de los autos a la
Ponencia del Ministro José Ramón Cossío Díaz a fin de formular el
proyecto de resolución correspondiente.

Mediante certificación de cuatro de mayo del año en curso, el


Secretario de Acuerdos de esta Primera Sala señaló que el plazo
concedido al Procurador para exponer su parecer respecto a este
conflicto, transcurre del nueve de mayo al diecisiete de junio de la
presente anualidad.

C O N S I D E R A N D O Q U E:

PRIMERO. Competencia. Esta Primera Sala de la Suprema


Corte de Justicia de la Nación es competente para conocer del
presente asunto, conforme lo dispuesto en los artículos 107,
fracción XIII de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, 197-A de la Ley de Amparo y 21, fracción VIII de la Ley
Orgánica del Poder Judicial de la Federación, en relación con los
Puntos Primero, Segundo y Cuarto, del Acuerdo General Plenario
5/2001, publicado en el Diario Oficial de la Federación el
veintinueve de junio de dos mil uno, por tratarse de una
contradicción suscitada entre los criterios de Tribunales
Colegiados de Circuito que abordan cuestiones de naturaleza civil,
en lo que esta Sala se encuentra especializada.

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SEGUNDO. Legitimación del denunciante. La denuncia de


contradicción de tesis proviene de parte legítima, de conformidad
con lo previsto por los artículos 107, fracción XIII, segundo párrafo,
constitucional y 197-A, párrafo primero, de la Ley de Amparo pues,
en el caso, fue realizada por el Magistrado Presidente Primer
Tribunal Colegiado del Décimo Noveno Circuito al resolver el
amparo directo civil 461/2010 de su índice, por lo que se actualiza
el supuesto de legitimación a que aluden los referidos preceptos.

TERCERO. Cuestiones necesarias para resolver el


asunto. Para poder resolver la presente denuncia de contradicción
de tesis, en primer lugar, debe determinarse si en el caso existe
contradicción de criterios, para lo cual es necesario analizar las
ejecutorias que participan en la misma.

1. Criterio del tribunal denunciante. El Primer Tribunal


Colegiado del Décimo Noveno Circuito, al resolver el juicio de
amparo directo 461/2010 analizó un asunto con las siguientes
características:

a. En el juicio ejecutivo mercantil 557/2010 del Juzgado


Primero de Primera Instancia de lo Civil con residencia en
Matamoros, Tamaulipas, la persona jurídica * * * * * * * * * *, en
ejercicio de la acción cambiaria directa demandó a * * * * * * * * * *
y a * * * * * * * * * *, el pago de diversas prestaciones. El documento
base de su pretensión fue el pagaré suscrito el veintiséis de julio
de dos mil cinco.

b. En sentencia definitiva se absolvió al codemandado * * * *


* * * * * *, con el argumento de que esa persona no intervino como

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avalista, pues en el cuerpo del título de crédito base de la acción,


no aparecen datos que lo vinculen.

c. En contra de esa decisión, la quejosa promovió el juicio de


amparo directo 461/2010, del que conoció el Primer Tribunal
Colegiado en Materia Civil del Décimo Noveno Circuito, quien el
veinticuatro de febrero de dos mil once resolvió negar el amparo a
la parte quejosa, en los siguientes términos:

“Para resolver este asunto, este tribunal hace suyas, en lo


conducente, las consideraciones expuestas por la Primera
Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación al
resolver la contradicción de tesis 73/2001-PS, consultable en
la página 15 del Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, Novena Época, Tomo XVI, Julio de 2002, que reza
de la siguiente manera:

“AVAL. AL CONSTITUIR UNA GARANTÍA MERCANTIL


DE APLICACIÓN EXCLUSIVA A LOS TÍTULOS DE
CRÉDITO, A QUIEN ASÍ SE OBLIGUE EN UN CONTRATO
MERCANTIL, DEBE TENÉRSELE, CONFORME A LA
NATURALEZA Y OBJETO DE ESTE TIPO DE
CONTRATOS, COMO FIADOR, SALVO QUE DE LA
INTERPRETACIÓN DE SUS CLÁUSULAS PUEDA
DERIVARSE OTRO INSTITUTO DE GARANTÍA.”
(Reproduce su contenido).

En la ejecutoria de mérito, la Primera Sala estableció que el


contrato es el acuerdo de voluntades por virtud del cual se
crean y transmiten obligaciones o derechos, y constituye la
fuente por excelencia de las obligaciones.

Que la legislación mercantil, en específico el Código de


Comercio, no cuenta con una regulación integral respecto
del régimen jurídico de los contratos mercantiles, debido no
sólo al reconocimiento en esta materia de la supletoriedad
del derecho civil, sino también al fraccionamiento de la
codificación mercantil que ha derivado en la existencia de
múltiples ordenamientos especiales que regulan multitud de
actos y contratos mercantiles, algunos contemplados
antiguamente en el propio Código de Comercio.

Sin embargo, en la sustanciación de las controversias


relativas a actos mercantiles, la parte adjetiva del Código de
Comercio, contenida en su libro V, sigue siendo el

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ordenamiento procesal aplicable, a través de los juicios


ordinarios, ejecutivos y especiales, siempre que la
legislación mercantil especial no contenga normas
procesales contradictorias, pues en este último caso
deberán prevalecer las de la ley especial, en términos de lo
dispuesto por el artículo 1054 del Código de Comercio.

El Código de Comercio postula de modo fundamental dos


vías procesales distintas para obtener justicia: el juicio
ejecutivo y el juicio ordinario. La primera es una vía
privilegiada de cobro que tiene lugar cuando la demanda se
funda en un documento que traiga aparejada ejecución;
mientras que la segunda es una vía general para todos
aquellos casos en que no se prevea una tramitación
especial. De esta forma la vía ejecutiva tiene como
presupuesto indispensable la existencia de un documento al
que la ley otorga carácter ejecutivo, reconociéndole pleno
valor probatorio, el cual debe contener un crédito líquido y
exigible.

El artículo 1391 del Código de Comercio enumera como


documentos que traen aparejada ejecución: (Lo reproduce).

Mientras que en materia civil, el ordenamiento adjetivo


aplicable al caso concreto, como lo es el Código de
Procedimientos Civiles para el Estado de Tamaulipas,
reconoce como títulos ejecutivos los siguientes: (Se
transcribe).

En este punto, la Primera Sala de la Suprema Corte de la


Nación señaló, que el legislador, a fin de acelerar la
recuperación del capital administrado por las instituciones
financieras y fortalecer su liquidez, ha otorgado el carácter
de títulos ejecutivos a ciertos contratos mercantiles cuando
son adminiculados en juicio con otros documentos, tal es el
caso de los contratos de factoraje y habilitación.

Empero, la vía procesal privilegiada atribuida a estos


contratos en nada afecta su naturaleza intrínseca; éstos son
contratos mercantiles y seguirán siéndolo, no pudiendo
asimilarse, en virtud de su simple carácter ejecutivo, con
otros institutos legales que poseen esta misma vía procesal
preferente.

Corresponde ahora determinar si es procedente o no la


acción cambiaria directa ejercida en contra de un deudor
solidario cuya obligación nace de la expresión de su
voluntad contenida en un documento distinto del título
de crédito (énfasis añadido).

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En relación a ello, conviene destacar que la Primera Sala


también estableció en la ejecutoria en consulta, que la
función jurídica de los títulos de crédito es la de ser
representativos de la riqueza mobiliaria e inmobiliaria
facilitando su circulación. Que se ha afirmado que a través
de ellos el mundo moderno puede movilizar sus propias
riquezas; gracias a ellos el derecho consigue vencer el
tiempo y el espacio, transportando, representados en esos
títulos, bienes distantes y materializando en el presente
riquezas futuras. Y, que estos títulos poseen un régimen
jurídico particular derivado de sus características de
literalidad, incorporación, autonomía, abstracción y
circulación, plasmado en la Ley General de Títulos y
Operaciones de Crédito.

Asimismo, se precisó que en nuestro sistema jurídico la


garantía cambiaria por antonomasia es el aval, el cual
encuentra su regulación en los artículos 109 a 116 de la Ley
General de Títulos y Operaciones de Crédito,
correspondientes al título primero, capítulo segundo,
denominado "De la letra de cambio". Así pues, la figura del
aval se halla prevista y regulada como una forma de
garantía propia de los títulos de crédito.

Destacándose, que si bien el artículo 114 de la Ley General


de Títulos y Operaciones de Crédito señala que el avalista
es un obligado solidario de aquel cuya firma ha garantizado,
la figura del aval es una solidaridad especial, de tipo
cambiario, derivada de la particular naturaleza de los
títulos de crédito y diferenciada de la solidaridad civil.

Por consiguiente, es dable concluir que la acción cambiaria


directa que se ejerce a través del juicio ejecutivo mercantil,
en tratándose de títulos de crédito, solamente es procedente
en contra del aval, pues a través de ella se hace valer el
derecho literal contenido en el título, pues la ejecución va
aparejada al documento mismo.

Así las cosas, si en el caso concreto * * * * * * * * * * , no


tiene el carácter de aval, porque su firma no aparece en el
título de crédito base de la acción o en una hoja adherida a
él, conforme lo exige el artículo 111 de la Ley General de
Títulos y Operaciones de Crédito, es claro que, no se trata
de un obligado solidario que deba ser considerado parte y
por ende, condenado en el juicio ejecutivo mercantil, como lo
ponderó la jueza responsable.

Sin que lo anterior implique que el tenedor no esté en aptitud


de ejercer la acción correspondiente, en contra del obligado
solidario, a través de la vía ordinaria.

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CONTRADICCIÓN DE TESIS 101/2011

Por las razones expuestas, este tribunal no comparte el


criterio del Primer Tribunal Colegiado en Materias
Administrativa y del Trabajo del Décimo Primer Circuito, que
invoca el quejoso en sus conceptos de violación, contenido
en la tesis que lleva por rubro: “EXPROMISIÓN. SU
CONCEPTO, CLASIFICACIÓN Y OBJETO”, consultable en
la página dos mil setecientos cincuenta y tres del Semanario
Judicial de la Federación y su gaceta, Novena Época, Tomo
XXIX, Marzo de 2009.

En las relacionadas condiciones, al resultar fundado pero


inoperante el único concepto de violación que hace valer la
empresa quejosa, procede negar la protección constitucional
solicitada”.

2. El Primer Tribunal Colegiado en Materias


Administrativa y del Trabajo del Décimo Primer Circuito (antes
Segundo Tribunal Colegiado del Décimo Primer Circuito) al
resolver el juicio de amparo indirecto en revisión 704/2008 analizó
un asunto con las siguientes características:

a. * * * * * * * * * *, demandó en la vía ejecutiva mercantil a * *


* * * * * * * *, el pago de las prestaciones derivadas de tres pagarés
suscritos el doce de septiembre de dos mil siete.

b. En la diligencia de requerimiento de pago, embargo y


emplazamiento, * * * * * * * * * *, hija del demandado, manifestó:
“que se solidariza mancomunadamente con el adeudo y señala
para que le embargue un vehículo de su propiedad”2.

c. Una vez agotado el juicio ejecutivo mercantil número


1425/2007, el Juez Sexto de lo Civil en el Estado de Michoacán,
dictó sentencia en la que acogió las pretensiones del actor. La
condena se dirigió exclusivamente al suscriptor del título.

2
Página 15 de la sentencia de amparo dictada en el amparo directo civil 704/2008.

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d. Inconformes con dicha resolución, las partes interpusieron


sendos recursos de apelación, de los que conoció la Tercera Sala
Civil del Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Michoacán,
quien en resolución de treinta de junio de dos mil ocho resolvió
modificar la sentencia definitiva apelada, para tener como obligada
solidaria a * * * * * * * * * * y, con esa calidad, condenarla también
al pago de la condena.

e. En contra de esa decisión, la “obligada solidaria” promovió


juicio de amparo directo el que fue admitido y registrado con el
número 704/2008 del índice del Primer Tribunal Colegiado en
Materias Administrativa y del Trabajo del Décimo Primer Circuito
(antes Segundo Tribunal Colegiado del Décimo Primer
Circuito), quien el veintitrés de octubre de dos mil ocho resolvió
negar el amparo, en los siguientes términos:

“…si bien es verdad que, en tratándose de títulos de crédito,


la solidaridad surge a virtud del aval, figura jurídica que se
encuentra perfectamente regulada en el Código de Comercio
y que, por consecuencia, no admite la aplicación supletoria
de alguna otra legislación; otro tanto lo es que ello no implica
que solamente a través de aquélla puede existir la
solidaridad pasiva, sino que hay otras instituciones por
función de las cuales emerge ésta y que, por no estar
reglamentadas en la citada legislación, necesario se hace
acudir a la aplicación supletoria del Código Civil Federal.

En efecto, la función jurídica de los títulos de crédito


es la de ser representativos de la riqueza mobiliaria e
inmobiliaria facilitando su circulación. Se ha afirmado que a
través de ellos el mundo moderno puede movilizar sus
propias riquezas; gracias a ellos el derecho consigue vencer
el tiempo y el espacio, transportando, representados en esos
títulos, bienes distantes y materializando en el presente
riquezas futuras. Estos títulos poseen un régimen jurídico
particular derivado de sus características de literalidad,
incorporación, autonomía, abstracción y circulación,
plasmado en la Ley General de Títulos y Operaciones de
Crédito.

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CONTRADICCIÓN DE TESIS 101/2011

En nuestro sistema jurídico la garantía cambiaria por


antonomasia es el aval, el cual encuentra su regulación en
los artículos 109 a 116 de la Ley General de Títulos y
Operaciones de Crédito, correspondientes al título primero,
capítulo segundo, denominado "de la letra de cambio". Así
pues, la figura del aval se halla prevista y regulada como una
forma de garantía propia de los títulos de crédito,
desarrollada por el derecho mercantil como una forma
particular de responsabilidad patrimonial que protegiera el
intercambio de títulos-valor y que, sin entorpecer o retardar
su circulación, otorgara al beneficiario la máxima seguridad
en la satisfacción de su crédito. Esta circunstancia implica
efectos jurídicos peculiares que hacen del aval una forma sui
generis de garantía mercantil y que permiten distinguirla de
otros institutos de garantía.

Sin embargo, la circunstancia de que el aval


constituya una institución netamente de garantía de
títulos de crédito y que, por ende, debe constar
ineludiblemente en el cuerpo del documento o en hoja
adherida a él, ello no implica la inexistencia de otras
figuras jurídicas que se traduzcan en una
responsabilidad solidaria para aquél o aquéllos que
libremente manifiestan su voluntad de obligarse; de
aceptar lo contrario, se daría margen a múltiples abusos
por parte de personas inescrupulosas que, habiendo
consentido de forma libre garantizar cierto negocio con
su patrimonio o parte de éste, invocaran la inexistencia
del aval y, por tanto, la ineficacia jurídica de dicha
garantía solicitando su exoneración judicial.

En esos supuestos en los que no cabe la institución


del aval, evidentemente debe acudirse a la legislación
supletoria, pues el que no exista aquélla, se insiste, no debe
frustrar la intención real de las partes ni ser vehículo para
liberar de responsabilidad, libremente asumida, a uno de los
participantes involucrados en el acto.

Es menester –previamente- realizar algunos


comentarios jurídicos y doctrinarios de la supletoriedad de la
ley, y la forma de operar en el derecho. Por principio de
cuentas, es un fenómeno que puede ser la categoría
asignada a una ley o respecto de usos, costumbres y
principios generales del derecho, ya que la supletoriedad
sólo se aplica para interpretar sus disposiciones en forma
que se integren con principios generales contenidos en otras
leyes; este segundo aspecto, es común entre leyes
especializadas y los códigos, ya sea que dichas
legislaciones hayan sido parte integrante de un código, como
el de Comercio.

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CONTRADICCIÓN DE TESIS 101/2011

Aunque la supletoriedad de usos, costumbres y


principios procede en cualquier instancia, siempre que no
afecte el orden público, la supletoriedad de leyes
generalmente se aplica mediante referencia expresa de un
texto legal que la reconoce, de esta manera se tiene
presente que el artículo 2 del Código de Comercio enuncia
como de aplicación supletoria el Código Civil Federal.

Al contemplarse en los ordenamientos legales la figura


jurídica de la supletoriedad, la mayoría de las referencias a
ésta, se hace respecto de leyes de la misma materia, cuyo
contenido es considerado como el que establece los
principios generales, por lo cual coincide, con los códigos,
debido a su tendencia sistematizadora de principios sobre un
objeto de regulación.

Cuando la referencia de una ley u otras es expresa,


debe entenderse que la aplicación de las supletorias se hará
en los supuestos no contemplados por la primera ley y que
la complementará ante posibles omisiones o para la
interpretación de sus disposiciones, por ello, la doctrina
considera que las referencias a leyes supletorias son la
determinación de las fuentes a las cuales una ley acudirá
para deducir sus principios y subsanar sus omisiones.

En ese orden de ideas, la supletoriedad en la


legislación es una cuestión de aplicación para dar debida
coherencia al sistema jurídico, y su mecanismo se observa
generalmente de leyes de contenido especializado en
relación con leyes de contenido general.

El carácter supletorio de la ley, resulta ser en


consecuencia, una integración y reenvío de una ley
especializada a otros textos legislativos generales que fijen
los principios aplicables a la regulación de la ley suplida, es
así que la supletoriedad implica un principio de economía e
integración legislativa para evitar la reiteración de tales
principios por una parte, así como la posibilidad de
consagración de los preceptos especiales en la ley suplida.

Por lo que para que opere la supletoriedad se requiere


básicamente de cuatro requisitos, a saber: a) que la
legislación mercantil admita expresamente dicha
supletoriedad; b) que dicho ordenamiento jurídico contemple
la figura respecto de la cual se pretende la aplicación; c) que
la institución jurídica a ser suplida no tenga reglamentación
o, bien, que teniéndola, se encuentre regulada de manera
deficiente; y, d) que las disposiciones supletorias a través de
las cuales se pretende colmar tal deficiencia o laguna no
contraríen de modo alguno los principios y normas del

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CONTRADICCIÓN DE TESIS 101/2011

sistema al cual pertenece la institución suplida. Ante la falta


de alguno de estos requisitos, no puede operar la
supletoriedad de un ordenamiento legal en otro.

Por compartir el criterio, es de citarse la jurisprudencia


del Cuarto Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer
Circuito, que bajo la clave I.4o.C. J/58, se encuentra
publicada en la Gaceta del Semanario Judicial de la
Federación, Octava Época, Tomo 76, Abril de 1994, página
33, que dice:

"SUPLETORIEDAD DE LA LEY. REQUISITOS PARA QUE


OPERE." (Reproduce su contenido)

En el caso, el artículo 2 del Código de Comercio,


establece lo siguiente:

"Artículo 2. A falta de disposiciones de este ordenamiento y


las demás leyes mercantiles, serán aplicables a los actos de
comercio las del derecho común contenidas en el Código
Civil aplicable en materia federal."

Asimismo, cabe referir que la enunciada legislación


únicamente reglamenta la figura jurídica del aval, pero no
aquellas situaciones en las que consta expresamente en el
acta de requerimiento, emplazamiento y embargo el deseo
de una persona ajena a la relación jurídico procesal, de
garantizar la obligación contraída por el demandado, por lo
que, ante dicha laguna, debe acudirse al Código Civil
Federal, como lo hizo la responsable y en atención a lo que
estatuye el transcrito numeral 2º del Código de Comercio.

Así, debe traerse a cuenta el contenido de los artículos


1984 y 1987 del Código Civil Federal:

"Artículo 1984. Cuando hay pluralidad de deudores o de


acreedores, tratándose de una misma obligación, existe la
mancomunidad."

"Artículo 1987. Además de la mancomunidad habrá


solidaridad activa cuando dos o más acreedores tienen
derecho para exigir, cada uno de por sí, el cumplimiento total
de la obligación; y solidaridad pasiva cuando dos o más
deudores reporten las obligación de prestar, cada uno de por
sí, en su totalidad, la prestación debida."

Igualmente, de relevancia resulta establecer, en lo que


interesa, el contenido de la prealudida diligencia, a saber:

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CONTRADICCIÓN DE TESIS 101/2011

"…Asimismo se hace constar que en este momentos (sic) la


hija del demandado ciudadana * * * * * * * * * *, quien
manifiesta que se solidariza mancomunadamente con el
adeudo y señala para que le embargue un vehículo de su
propiedad marca * * * * * * * * * * , línea * * * * * * * * * * ,
tipo Sedan, con número de serie * * * * * * * * * *, modelo
2004, con placas de circulación * * * * * * * * * * , color Gris
Plata, demostrando la propiedad del mismo con la tarjeta de
circulación, con folio número * * * * * * * * * *, faltándole
una polvera, tiene unos raspones y rayones, siendo todo lo
que se señaló en estos momentos; la suscrita hago constar
que tengo a la vista todos y cada uno de los bienes
señalados para tal efecto los que concuerdan con las
características y datos indicados, el carro se encuentra
estacionado en el interior en su cochera y el que concuerda
con los datos indicados los que se desprenden con la tarjeta
de circulación que se me exhibe en este momento, vehículo
que tiene una caja de discos compactos marca * * * * * * *
* * *; la suscrita en nombre de la ley y de los autos que se
cumplimentan declaro bien y formalmente embargados los
bienes señalados para tal efecto hasta en cuanto basten a
garantizar lo reclamado, los que se pondrán en depósito del
ciudadano * * * * * * * * * * , quien sólo es nombrado como
depositario del vehículo y que firma la presente acta en
señal de protesta del fiel cumplimiento del cargo conferido…
La suscrita hago constar que la hija del demandado señora *
* * * * * * * * *, se identifica con la credencial con fotografía
para votar, expedida por…- Acto seguido, con las copias
simples de la demanda, documentos base, instructivo de ley
y copia al carbón de esta acta, emplazo al demandado para
que en el término de 5 cinco días comparezca ante el
juzgado de los autos…" (foja 15)

Como se advierte, en la transcrita diligencia aparece


que una tercero extraña –hasta antes del emplazamiento–
se solidarizó expresamente con el adeudo reclamado al
demandado e, inclusive, señaló para su embargo un
vehículo que dijo era de su propiedad, por lo que esa
manifestación ineludiblemente la coloca como deudora
solidaria y mancomunada, como lo sostuvo el ad quem,
comprometiéndola a pagar la cantidad reclamada, surgiendo
con ello la figura jurídica denominada expromisión que, de
suyo, impide determinar que la obligación contraída por la
ahora quejosa, sea simplemente la de fiadora, conforme lo
aduce ésta, al manifestar en su concepto de violación que el
Código de Comercio no regula el contrato accesorio de
fianzas, sino sólo el de aval.

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CONTRADICCIÓN DE TESIS 101/2011

La expromisión, conforme al Diccionario Jurídico


Mexicano del Instituto de Investigaciones Jurídica de la
Universidad Nacional Autónoma de México- se define como
"Una forma de extinguir una obligación y dar origen a otra,
que difiere de la primera en que es distinta la persona del
deudor. Pacto por el cual un tercero se compromete con el
acreedor de una obligación –que acepta- a asumir las
obligaciones del deudor –que queda liberado- sin necesidad
de consentimiento por parte de éste y permaneciendo
incambiados los demás elementos de la obligación" 3

Es pues la expromisión el acto por el cual un tercero –


sin intervención o delegación del deudor (o sea,
espontáneamente)- se ofrece a asumir frente al acreedor
(que acepte) la deuda de otro. El efecto es que él queda
obligado solidariamente con el deudor originario, sumándose
así dos obligaciones de contenido idéntico con una causa
única, salvo que el acreedor declare expresamente liberar a
este último (caso en el cual el expromitente se convierte en
el único obligado)

La expromisión puede ser de dos clases:

a) Simple o acumulativa (la denominada ad promissio),


y que consiste en la agregación del nuevo deudor al deudor
primitivo, quedando ambos obligados solidaria y
subsidiariamente; y,

b) Liberatoria, en la cual el deudor originario queda


liberado de su obligación y el único obligado para con el
acreedor es el nuevo deudor. Esta segunda clase de
expromisión requiere necesariamente de la concurrencia de
la voluntad del acreedor.

La regla general es la expromisión acumulativa (o sea


no-liberatoria), en cuanto que con ella, el expromitente
tiende a reforzar el crédito y, por consiguiente, a hacer una
cosa de la que se beneficia el acreedor; y no está orientada
a beneficiar al deudor originario, liberándolo. La función
práctica de la expromisión es, en efecto, el reforzamiento del
crédito, no la liberación de la deuda.

En el caso, se está en presencia de una expromisión


simple o acumulativa, dado que la ahora quejosa, de manera
expresa, señaló que se solidarizaba mancomunadamente
con el adeudo reclamado al deudor, de lo que se sigue que
tal manifestación –espontánea- no tuvo por efecto extinguir
la deuda que el actor reclamó de * * * * * * * * * *, sino que

3
Diccionario Jurídico Mexicano D-H, Décima Primera Edición, Instituto de Investigaciones
Jurídicas de la Universidad Autónoma de México, Editorial Porrúa.

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CONTRADICCIÓN DE TESIS 101/2011

persistieron los elementos de la relación personal de crédito,


con la única modalidad de que en lugar de un deudor ahora
son dos, pero sin que el principal quedara liberado del
imperativo de pago.4

Apoya la anterior determinación, la siguiente tesis:

"EXPROMISIÓN (OBLIGACIÓN DE PAGAR POR OTRO,


CONTRAÍDA VOLUNTARIAMENTE). Si en la diligencia de
embargo practicada en un juicio, el quejoso se obligó
expresamente, a pagar la cantidad a que había sido
condenado el demandado, y al efecto señaló para que fuese
embargado un tercero (sic) de su propiedad, debe estimarse
que se operó la figura jurídica llamada expromisión, y por
tanto, no puede decirse que la obligación contraída por el
quejoso sea simplemente la de fiador, pues al haberse
obligado a pagar por el demandado, se constituyó deudor
solidario y mancomunado con éste y quedó sustituido en la
personalidad que hasta entonces había venido teniendo el
último; por lo que no puede decirse que en tales condiciones
hubiera sido necesario entablar un nuevo juicio en contra de
dicho quejoso, ya que éste ocurrió espontáneamente al que
se había promovido."

(Quinta Época, Cuarta Sala, Semanario Judicial de la


Federación, Tomo LXXIV, página 4324)

En similares términos se pronunció este órgano


colegiado dentro la revisión civil 117/2008, interpuesta por *
* * * * * * * * *, sesionada el cinco de agosto de dos mil
ocho.

De ahí que resulte infundado lo argumentado por * * *


* * * * * * *, en la parte final de su único motivo de
inconformidad, con relación a que como en la especie hay
disposiciones legales que rigen el caso concreto, como lo es
el Código de Comercio, no procedía la aplicación supletoria
del Código Civil Federal. Ello, porque como también lo refirió
líneas atrás y que este órgano de control constitucional
abordó en párrafos que anteceden, la solidaridad, como la
que aquí se trata, no se encuentra regulada por el
Código de Comercio, sólo la que deriva de la institución
jurídica del aval -la que no se actualiza en la especie- por
lo que debía acudirse de manera supletoria al Código
Civil Federal, conforme al artículo 2 de aquella
legislación; por lo que al así hacerlo la responsable,
procedió ajustada a derecho.

4
Manual de Derecho Civil y Comercial. Francesco Messineo. Ediciones Jurídicas Europa-
América. Chile 2970. Buenos Aires 1955. Pág. 182 y 183.

15
CONTRADICCIÓN DE TESIS 101/2011

Siendo infundado, por otra parte, lo argumentado


acerca de que al condenar a la ahora solicitante del amparo
a la prestación consignada en los títulos de crédito base de
la acción, se transgredió el artículo 1327 del Código de
Comercio, por no formar parte de la litis, la cual se conforma
con los hechos contenidos en la demanda y contestación a
ésta. Así es, porque aun cuando cierto es que la ahora
quejosa no fue señalada como demandada ni se le tuvo, por
consecuencia, con tal carácter, pero sí como solidaria del
adeudo reclamado a * * * * * * * * * * , como incluso se
advierte del proveído pronunciado por el juez de primera
instancia (foja 22), otro tanto lo es al constituirse * * * * * * *
* * * con aquel carácter en la diligencia de requerimiento,
embargo y emplazamiento, debía resultar condenada a las
prestaciones que resultaren procedentes, en cuanto deudora
mancomunada y solidaria, por ser consecuencia jurídica de
esa calidad, conforme a los preceptos 1984 y 1987 del
Código Civil Federal; por lo que siendo así, inconcuso
resulta que no se transgredieron las tesis invocadas,
intituladas: "PRUEBA EN JUICIOS MERCANTILES.
MATERIA DE LA. SOLO LA CONSTITUYEN LOS HECHOS
CONTROVERTIDOS" y "APELACIÓN EN LOS JUICIOS
MERCANTILES"; puesto que a pesar de que a la enunciada
solicitante del amparo no se le reclamó prestación alguna en
la demanda ni se le tuvo con el carácter de demandada;
empero, al constituirse deudora solidaria y mancomunada,
debía resultar condenada a las prestaciones que resultaren
procedentes.

En consecuencia, al resultar infundado el concepto de


violación esgrimido por la quejosa, procede negar el amparo
y la protección de la justicia federal solicitados”.

De la anterior ejecutoria surgió la tesis aislada cuyo rubro es:

“EXPROMISIÓN. SU CONCEPTO, CLASIFICACIÓN Y


OBJETO”.5

CUARTO. Existencia de la contradicción. Conforme lo


resuelto por el Tribunal Pleno de la Suprema Corte de Justicia de
la Nación en sesión de treinta de abril de dos mil nueve, la nueva
mecánica para abordar la procedencia de las contradicciones de
tesis no necesita ya pasar por el cumplimiento irrestricto de los
5
Tesis Aislada XI.1o.A.T.160 C, Novena Época, publicada en el Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta en el Tomo XXIX, Marzo 2009, en la página 2753.

16
CONTRADICCIÓN DE TESIS 101/2011

requisitos establecidos en la jurisprudencia número P./J. 26/2001,


emitida por el Tribunal Pleno, cuyo rubro dice: “CONTRADICCIÓN
DE TESIS DE TRIBUNALES COLEGIADOS DE CIRCUITO.
REQUISITOS PARA SU EXISTENCIA”6, puesto que dicho criterio
fue ya interrumpido.

Una nueva forma de aproximarse a los problemas que


plantean los tribunales colegiados en este tipo de asuntos debe
radicar en la necesidad de unificar criterios y no en la de
comprobar que se reúnan una serie de características
determinadas en los casos resueltos por los tribunales colegiados.

Por ello, para comprobar que existe la contradicción de tesis


será indispensable determinar si hay necesidad de unificación, es
decir, deberá analizarse detenidamente cada uno de los procesos
interpretativos involucrados ―y no tanto los resultados que ellos
arrojen― con el objeto de identificar si en algún tramo de los
respectivos razonamientos se tomaron decisiones distintas ―no
necesariamente contradictorias en términos lógicos― aunque
legales.

En esa línea argumentativa, si la finalidad de la contradicción


de tesis es la unificación de criterios, y si el problema radica en los
procesos de interpretación —que no en los resultados—
adoptados por los tribunales contendientes, entonces es posible
afirmar que, para que una contradicción de tesis sea procedente
es necesario que se cumplan los siguientes supuestos:

1. Que los tribunales contendientes hayan resuelto alguna


cuestión litigiosa en la que se vieron en la necesidad de
ejercer el arbitrio judicial a través de un ejercicio
6
Publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Novena Época, tomo XIII,
abril de 2001, página 76.

17
CONTRADICCIÓN DE TESIS 101/2011

interpretativo mediante la adopción de algún canon o


método, cualquiera que fuese.

2. Que entre los ejercicios interpretativos respectivos se


encuentre algún punto de toque, es decir, que exista al
menos un tramo de razonamiento en el que la
interpretación ejercida gire en torno a un mismo tipo de
problema jurídico: ya sea el sentido gramatical de una
norma, el alcance de un principio, la finalidad de una
determinada institución o cualquier otra cuestión jurídica
en general;

El discernimiento expuesto, es tomado y resulta


complementario del criterio sustentado por el Tribunal Pleno de
esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, al resolver la
contradicción de tesis 36/2007-PL7.

Por otro lado, cabe señalar que aun cuando los criterios
sustentados por los tribunales contendientes no constituyen
jurisprudencia debidamente integrada, ello no impide emprender
su análisis para establecer si existe la contradicción planteada y,
en su caso, decidir cuál es el criterio que debe prevalecer. Es
aplicable la jurisprudencia L/94, de rubro: “CONTRADICCIÓN DE
TESIS. PARA SU INTEGRACIÓN NO ES NECESARIO QUE SE
TRATE DE JURISPRUDENCIAS”, emitida por el Pleno de esta
Suprema Corte8.

Primer requisito: ejercicio interpretativo y arbitrio judicial. A


juicio de esta Primera Sala, en el presente asunto los tribunales
contendientes, al resolver las cuestiones litigiosas presentadas, se
7
De la señalada contradicción, derivaron la jurisprudencia 72/2010 y la tesis aislada
XLVII/2009, con los rubros: “CONTRADICCIÓN DE TESIS. EXISTE CUANDO LAS SALAS
DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN O LOS TRIBUNALES
COLEGIADOS DE CIRCUITO ADOPTAN EN SUS SENTENCIAS CRITERIOS JURÍDICOS
DISCREPANTES SOBRE UN MISMO PUNTO DE DERECHO, INDEPENDIENTEMENTE DE
QUE LAS CUESTIONES FÁCTICAS QUE LO RODEAN NO SEAN EXACTAMENTE
IGUALES” y “CONTRADICCIÓN DE TESIS. DEBE ESTIMARSE EXISTENTE, AUNQUE SE
ADVIERTAN ELEMENTOS SECUNDARIOS DIFERENTES EN EL ORIGEN DE LAS
EJECUTORIAS.”
8
Ibíd. Octava Época, tomo 83, noviembre de 1994, página 35,

18
CONTRADICCIÓN DE TESIS 101/2011

vieron en la necesidad de ejercer el arbitrio judicial a través de un


ejercicio interpretativo para llegar a una solución determinada. Ello
se advierte en las resoluciones emitidas por los tribunales
colegiados contendientes, detalladas en el considerando tercero
de esta resolución.

Segundo requisito: razonamiento y diferendo de criterios


interpretativos. Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación considera que en los ejercicios interpretativos
realizados por los tribunales colegiados contendientes no existió
un razonamiento sobre el mismo tópico, pues las circunstancias
que se verificaron en cada uno de los casos dieron lugar a
problemas jurídicos diferentes.

En efecto, si bien ambos órganos jurisdiccionales analizaron


la posibilidad de que, en ejercicio de la acción cambiaria, en un
juicio ejecutivo mercantil se vincule al “deudor solidario” cuya
obligación nace de la expresión de su voluntad contenida en un
documento o acto jurídico distinto del título de crédito base de la
acción, lo definitivo es que las razones que orientaron sus
respectivas conclusiones son incomparables, dado que se
sustentaron en situaciones fácticas diferentes.

Para mayor claridad, es oportuno mencionar que los dos


criterios surgen del trámite de sendos juicios ejecutivos mercantiles
en los que se ejerció la acción cambiaria directa con base en un
título de crédito (pagaré); asimismo, en los dos casos una persona
ajena a la relación crediticia se constituyó en deudor solidario, sin
que ese compromiso conste en el título de crédito. A continuación
se explican las consideraciones expresadas por dichos órganos

19
CONTRADICCIÓN DE TESIS 101/2011

jurisdiccionales al analizar los temas sometidos a su


consideración.

Aval. En relación a esa institución jurídica, ambos tribunales


coincidieron en que el instituto del aval es propio de los títulos de
crédito y descartaron que la persona que se obliga solidaria o
mancomunadamente mediante algún acto ajeno al documento
cambiario tenga la calidad de avalista, esto, en virtud de que los
artículos 109 a 116 de la Ley General de Títulos y Operaciones de
Crédito, disponen que ante la literalidad que caracteriza los
documentos cambiarios es necesario que la garantía que supone
el aval conste ineludiblemente en el cuerpo del documento o en
hoja adherida a él.

Deudor solidario. Los dos tribunales estuvieron de acuerdo


en que, la persona que se obliga en un documento o mediante un
acto ajeno al título de crédito, en todo caso, adquiere el carácter de
deudor solidario, pero nunca de avalista.

Vinculación al juicio. En relación al tema:

a) En el juicio ejecutivo mercantil que dio origen al juicio de


amparo directo 461/2010, del que conoció el Primer Tribunal
Colegiado del Decimonoveno Circuito, el actor demandó tanto a la
suscriptora del título de crédito, como al sujeto que se obligó
solidariamente mediante la celebración de un acto formalizado en
un documento diferente al título cambiario.

Al resolver el juicio de garantías, el Tribunal Colegiado


concluyó que la acción ejecutiva mercantil no puede

20
CONTRADICCIÓN DE TESIS 101/2011

enderezarse contra ese tipo de obligados; de ahí que concluyó


que no podía vinculársele al juicio.

b) En el juicio ejecutivo mercantil que dio origen al juicio de


amparo 704/2001, del que conoció el Primer Tribunal Colegiado en
Materias Administrativa y de Trabajo del Décimo Primer Circuito
(antes Segundo Tribunal Colegiado del Décimo Primer Circuito), el
actor demandó únicamente al suscriptor del título.

En la diligencia de requerimiento de pago, embargo y


emplazamiento, la hija del demandado se “solidarizó
expresamente con el adeudo del demandado e inclusive señal (ó)
para su embargo un vehículo de (su) propiedad”.

Al resolver el juicio de garantías, el Tribunal Colegiado


concluyó que la acción ejecutiva mercantil no se enderezó en
contra de la deudora solidaria, de manera que no se le tuvo
como demandada sino como obligada solidaria y fue con esa
calidad que se vinculó al juicio, para efectos de la ejecución.

Para llegar a esa conclusión, el órgano jurisdiccional analizó


el tema de supletoriedad de la ley y la institución jurídica de la
expromisión (sustitución de la deuda), tópicos que no fueron
examinados por el Primer Tribunal Colegiado del Decimonoveno
Circuito.

En lo así relacionado se advierte que no existe algún punto


de toque, es decir, un tramo de razonamiento en el que la
interpretación ejercida girara en torno a un mismo tipo de problema
jurídico, pues si bien ambos analizaron la posibilidad de que un
deudor solidario (cuya obligación nace de la expresión de su

21
CONTRADICCIÓN DE TESIS 101/2011

voluntad contenida en un documento o acto jurídico distinto del


título de crédito base de la acción, esto es, diferente del aval) se
vincule al juicio ejecutivo mercantil, lo contundente es que en
ninguno de los casos se aceptó que esa vinculación pudiera
actualizarse mediante su llamamiento a juicio como parte
demandada, en el entendido de que solamente uno de los órganos
jurisdiccionales contendientes analizó la posibilidad de que esa
vinculación se verificara con otra calidad, al sostener que si bien
existe el instituto del aval para el ejercicio de la acción cambiaria,
ello no implica que solamente a través de aquél puede existir la
solidaridad pasiva, sino que hay otras instituciones por función de
las cuales emerge ésta y que, por no estar reglamentadas en la
citada legislación, se hace necesario acudir a la aplicación
supletoria del Código Civil Federal.

Por todo lo anterior, se llega a la conclusión de que no se


dan los elementos necesarios para la existencia de la
contradicción de tesis, pues cada uno de los tribunales analizó
problemas jurídicos diferentes, a saber:

i. El Primer Tribunal Colegiado del Decimonoveno Circuito


examinó si la acción ejecutiva mercantil puede enderezarse contra
un obligado solidario, cuya voluntad de constituirse como tal no
consta en el título de crédito. Su conclusión fue negativa.

ii. El Primer Tribunal Colegiado en Materias Administrativa y


de Trabajo del Décimo Primer Circuito analizó si el obligado
solidario, cuya voluntad de constituirse como tal no consta en el
título de crédito, puede vincularse al juicio con una calidad
diferente de la de parte demandada. Su conclusión fue que sí era
posible.

22
CONTRADICCIÓN DE TESIS 101/2011

iii. Solamente este último órgano jurisdiccional analizó el


tema de supletoriedad de la ley y la institución jurídica de la
expromisión (sustitución de la deuda).

En esas circunstancias, ha lugar a declarar inexistente la


contradicción de tesis denunciada.

En este sentido, resulta aplicable la jurisprudencia


24/95 emitida por la Segunda Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, criterio que esta Primera Sala comparte
y que establece lo siguiente:

“CONTRADICCIÓN DE TESIS. ES INEXISTENTE SI


LOS CRITERIOS DIVERGENTES TRATAN
CUESTIONES ESENCIALMENTE DISTINTAS. Para
que se configure la contradicción de tesis a que se
refiere el artículo 197-A de la Ley de Amparo, es
menester que las resoluciones pronunciadas por los
Tribunales Colegiados que sustenten criterios
divergentes traten cuestiones jurídicas esencialmente
iguales; por tanto, si la disparidad de criterios proviene
de temas diferentes, la contradicción es inexistente.” 9

Por otra parte, debe decirse que si bien en la fecha en


que se dicta la presente resolución se encuentra corriendo el
plazo para que el Procurador General de la República emita
su opinión sobre esta contradicción conforme a lo expuesto en
el resultando segundo, dado el sentido de este fallo, no es
necesario esperar que transcurra dicho plazo.

Sirve de apoyo a lo anterior la jurisprudencia 29/2011,


sustentada por esta Primera Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, que es del tenor siguiente:
9
Publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, tomo II,
julio de 1995, página: 59.

23
CONTRADICCIÓN DE TESIS 101/2011

“CONTRADICCIÓN DE TESIS ENTRE


TRIBUNALES COLEGIADOS DE CIRCUITO. SI
ES EVIDENTE SU INEXISTENCIA, PUEDE
EMITIRSE LA RESOLUCIÓN CORRESPONDIENTE
SIN ESPERAR A QUE VENZA EL PLAZO
ESTABLECIDO PARA QUE EL PROCURADOR
GENERAL DE LA REPÚBLICA FORMULE SU
OPINIÓN. El artículo 197-A de la Ley de Amparo,
otorga al Procurador General de la República el
plazo de 30 días para que exponga su parecer
respecto de una denuncia de contradicción de
tesis. Sin embargo, en los casos en que se
advierta, de manera evidente, que no existe
oposición de criterios, es impráctico esperar a que
concluya el plazo referido para emitir la resolución
correspondiente, en tanto que cualquiera que fuera
la opinión de la representación social, no variaría el
sentido en que debe resolverse el asunto”.10

Por lo expuesto y con fundamento en los artículos 197-A


de la Ley de Amparo y 21, fracción VIII, de la Ley Orgánica del
Poder Judicial de la Federación:

SE RESUELVE:

ÚNICO. No existe la contradicción de tesis entre el Primer


Tribunal Colegiado del Décimo Noveno Circuito y el Primer
Tribunal Colegiado en Materias Administrativa y de Trabajo del
Décimo Primer Circuito, en los términos del considerando cuarto
de esta resolución.

Notifíquese. Con testimonio de esta resolución, vuelvan los


autos al lugar de su procedencia, y en su oportunidad, archívese el
expediente como asunto concluido.

10
Publicada en la página noventa y ocho, del Tomo XXXIII, abril de dos mil once, del
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta.

24
CONTRADICCIÓN DE TESIS 101/2011

Así lo resolvió la Primera Sala de la Suprema Corte de


Justicia de la Nación, por unanimidad de cinco votos de los
señores Ministros: Jorge Mario Pardo Rebolledo, José Ramón
Cossío Díaz (Ponente), Guillermo I. Ortiz Mayagoitia, Olga
Sánchez Cordero de García Villegas y Presidente Arturo Zaldívar
Lelo de Larrea.

Firman el Ministro Presidente de la Sala y el Ministro


Ponente, con el Secretario de Acuerdos que autoriza y da fe.

PRESIDENTE DE LA PRIMERA SALA

MINISTRO ARTURO ZALDÍVAR LELO DE LARREA.

PONENTE

MINISTRO JOSÉ RAMÓN COSSÍO DÍAZ.

SECRETARIO DE ACUERDOS DE LA PRIMERA SALA

LIC. HERIBERTO PÉREZ REYES.

“En términos de lo previsto en el artículo 3°, fracción II, 13 y 14 de la Ley Federal de


Transparencia y Acceso a la información Pública Gubernamental, en esta versión pública se
suprime la información considerada legalmente como reservada o confidencial que encuadra
en esos supuestos normativos”.

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