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Título: La extradición.

Especial referencia a los elementos del concepto,


en el marco del Derecho Internacional.
Autora: Msc. Idarmis Knight Soto
Profesora Derecho Internacional Público
Universidad Máximo Gómez. Ciego de Avila. Cuba
Miembro de número de la Sociedad Cubana de Derecho
Internacional. Vice Presidente del Capítulo.

Resumen

La extradición constituye un procedimiento singular, que ha tomado relevancia


en la actualidad en el marco del Derecho Internacional Contemporáneo, para
evitar la impunidad, por el traspaso de fronteras, debido al desarrollo de las
comunicaciones. El respeto a los derechos fundamentales del individuo y la
cooperación jurídica internacional constituyen los elementos esenciales del
concepto integrando las tendencias actuales de la institución, que en
actuación armónica constituyen las garantías del individuo durante el
procedimiento.
La extradición ha estado vinculada a las condiciones política de las distintas
épocas por la que ha transitado, así de un acto político se convirtió en un
acto jurídico, constituyendo los tratados la fuente fundamental , regulando los
principios y las diferentes formas de manifestación.

Palabras Claves: Extradición, derechos fundamentales y cooperación.

Sumario:I.-Prefacio.I.1.-Evolución de la extradición en América.


Referencia a Cuba. I.2.-Elementos del concepto de extradición. I.3.-La
cooperación jurídica internacional y la tutela de los derechos
fundamentales en los procedimientos de extradición. I.4.1.-Extradición
activa y Extradición pasiva I.4.1.1.- Peculiaridades sobre la regulación de
la extradición pasiva en los países que integran el sistema continental y
anglosajón. I.4.2.- Extradición instructoria y ejecutoria. I.4.3.- Extradición
Judicial, gubernativa y mixta. I.4.4.- Especial referencia a la reciprocidad.

1
I.4.5.-Otras formas de manifestación de la extradición.I.5.-Las entregas
irregulares.Conclusiones.Bibliografía.
Prefacio.
La lucha contra la delincuencia internacional requiere de la cooperación
interestatal para así superar el escollo que supone el principio de soberanía. La
creencia de que el delincuente se halle a disposición de otro Estado, señala
que hay que acudir a la forma de entrega adoptada por el Derecho
Internacional, esta es, la extradición, que le permite a los Estados dispensarse
ayuda mutua para poner a disposición de los Tribunales competentes, a los
individuos después de delinquir en un país y traspasar fronteras.
La evolución de la extradición muestra lo vinculada que ha estado siempre a
las concepciones políticas y culturales de cada tiempo. Tradicionalmente, era
considerada un acto político1, sin embargo, como es concebida en la
actualidad, encuentra sus orígenes en la Revolución Francesa 2, y siguiendo a
Billot, este señala que es “el acto por el cual un Estado entrega a un individuo
acusado o condenado por una infracción cometida fuera de su territorio a otro
Gobierno que lo reclama y que es competente para juzgarlo” 3, a partir de este
momento la doctrina comienza a intentar definirla.
Es entonces, cuando aparecen un gran número de Tratados que acentúan la
dimensión de la extradición como un procedimiento singular y al servicio de la
comunidad internacional, a través de relaciones intersubjetivas por encima de
los intereses nacionales, caracterizadas por la exclusión de los delitos políticos
y se incorporan principios, no como simples orientaciones éticas, sino como
auténticas obligaciones para los Estados en un ordenamiento jurídico

1
No existían reglas fijas para la entrega, constituía un arma política al servicio de los soberanos,
que obedecía al oportunismo político, era entendida como un acto de soberanía; cfr.,
QUINTANO RIPOLLÉS,A., Tratado de Derecho Penal Internacional e Internacional Penal, tomo
II,Instituto Francisco de Vitoria,Madrid,1957,pág. 154.
2
Momento en que se produce una profunda transformación social que trae progreso y
populariza las ideas de libertad, igualdad y fraternidad. Los pensamientos liberales como los
Bentham, hacen que surja un rechazo a la tiranía y a la opresión política, económica social, y
se exceptúa por primera vez los delitos políticos, comienza a configurarse la extradición como
una institución al servicio de los intereses de la Comunidad Internacional dejando de ser un
arma política al servicio de los soberanos apareciendo reglas para la entrega del individuo a
través de Tratados; cfr., SEBASTIÁN MONTESINOS, M .a A., Extradición Pasiva ,Editorial
Comares, Granada,1997,pág.5;también QUINTANO RIPOLLÉS.A.,Tratado de Derecho Penal
Internacional e Internacional Penal, tomo II,Instituto Francisco de Vitoria,Madrid,1957,pág.162.
3
BILLOT.,Traité de L’ extradition, París, 1874, pág 36;citado por FIORE,P.,Tratado de Derecho
Penal Internacional y de la Extradición, Imprenta de la Revista de Legislación,Madrid,1880,pág
304 .

2
internacional, para acotar las graves violaciones de los derechos del individuo
reclamado, que implican una agresión indirecta a los bienes colectivos de los
que es titular la comunidad internacional, como la paz, la seguridad y el
bienestar de la humanidad; cuya protección representa el sustrato del Derecho
Internacional Contemporáneo.
I.1.-Evolución de la extradición en América. Referencia a Cuba
Sin lugar a dudas las leyes belgas de 1833 y 1856 sirvieron de referencia para
los Tratados de extradición durante los siglos XIX y XX, no sólo en Europa sino
también en América, marcando su aparición en este continente a partir del
Congreso de Panamá celebrado en 1826 4. Este contribuyó a la suscripción de
varios Tratados bilaterales y multilaterales, comenzando de esta forma una
larga tramitación del tema a través de varias reuniones interamericanas 5,cuyo
propósito era perfeccionar la cooperación internacional en materia jurídico-
penal. Como se puede apreciar en América nace la institución con otro objetivo
distinto al político, y lo interesante de estas convenciones es que reconocieron
la necesidad de extender la extradición a fin de evitar la impunidad de los
delitos y simplificar las formalidades, otorgándole ciertas garantías al individuo
reclamado.
La vocación americanista por lograr un Tratado multilateral se extendió con la
aprobación de varios proyectos entre 1954 y 1973, entre ellos, el del Consejo
Interamericano de Jurisconsultos en 1959, que estableció determinadas
categorías de delitos políticos, caracterizadas por la extrema gravedad de los
actos mediante los cuales se perpetran. Esta fórmula denominada como “no
extraditabilidad”, no fue acogida en el continente por constituir un retroceso en
la evolución del concepto de la extradición.
Un fenómeno de incidencia, fue la adopción en el continente de las
Convenciones sobre Asilo Diplomático y Asilo Territorial, que conllevó a la
propia Conferencia de Caracas celebrada en 1954 a meditar, “que el derecho
de solicitar la extradición de perseguidos, procesados o condenados por delitos

4
Cfr. GOMEZ- ROBLEDO VERDUZCO, A., “Extradición en el Derecho Internacional. Aspectos
y tendencias relevantes “, Universidad Nacional Autónoma de México, México, 1996,pág 185.
5
En este sentido se puede mencionar el Congreso Americano de Jurisconsultos, Lima 1879; el
Primer Congreso Sudamericano de Derecho Internacional Privado 1889; la Sexta Conferencia
Internacional Americana La Habana 1928; la Séptima Conferencia, Montevideo 1933, y el
Segundo Congreso Sudamericano de Derecho Internacional Privado, Montevideo 1940, que
revisó el Tratado sobre Derecho Penal Internacional de 1889.

3
comunes, es el complemento indispensable del derecho de asilo, ya que
constituye el único recurso jurídico capaz de rectificar una calificación errónea
del delito hecha por el Estado asilante” 6, pero al no existir un Tratado sobre
extradición en que formaran partes todos los Estados, la Conferencia acordó
encomendar al Comité Jurídico Interamericano, la preparación de un proyecto
de Convención. Este concluyó con la Conferencia Especializada
Interamericana celebrada en Caracas, Venezuela, del 16 al 25 de febrero de
1981, donde se aprobó la Convención Interamericana sobre Extradición” 7.
Esta Convención, reconoce la estrecha cooperación entre los países del
continente, en la lucha contra el delito a escala internacional, y tiene en cuenta
el debido respeto de los derechos del individuo consagrados en la Declaración
Americana de los Derechos y Deberes del Hombre y la Declaración Universal
de los Derechos Humanos, dos aspectos que se avienen con la tendencias
actuales de la extradición.
En Cuba, la extradición encontró su regulación en la Ley de Enjuiciamiento
Criminal Española del 14 de septiembre de 1882, puesta en vigor a través del
Real Decreto del 19 de Octubre de 1888,refiriéndose exclusivamente a la
extradición pasiva, la cual se modificó en cuanto a esta figura por la Orden
Militar 45 del 4 de febrero de 1901, que estableció las Instrucciones para la
redacción de los documentos de Extradición, siempre que el delito haya sido
cometido dentro de la jurisdicción de Cuba y que se cree que la persona a
quien se le imputa ha buscado un refugio o se encuentra dentro de los
dominios del Gobierno extranjero, especificando que a falta de Tratados debe
darse a éste en promesa de reciprocidad.
Estas fuentes aunque perviven en el ordenamiento cubano actual, una de ellas,
la reciprocidad, es superada en la práctica internacional, como fuente
autónoma. Su configuración expresa una concepción primitiva de la extradición,
enmarcada en el compromiso de conceder cada Estado un trato equiparable al
que reciba del otro. De esta manera, se entiende como un elemento político de
garantía para el Estado, porque la entrega se realizaba aunque el acuerdo
fuera injusto, discriminatorio, e incluso represivo; por ejemplo, un acuerdo para

6
Cfr. GÓMEZ-ROBLEDO VERDUZCO, A., Extradición en Derecho Internacional. Aspectos y
tendencias relevantes,ob.cit, pág 223.
7
Cfr. Convención Interamericana sobre Extradición http://www. sitio de la OEA, visitado el día 5
de marzo de 2009.

4
la extradición de personas acusadas por delitos políticos. Es una fuente alejada
de la seguridad jurídica del individuo reclamado.
Es notorio que esta institución se concreta exclusivamente a la extradición
activa, no existiendo desde entonces puridad en la extradición pasiva a través
de un ordenamiento orgánico, las entregas se realizaban a través de
interpretaciones legales del ejecutivo carente de garantías para el individuo.
Divergencia en la regulación de solicitud provocó el Decreto aprobado con
fecha 11 de febrero de 1905, publicado en la Gaceta Oficial en fecha 24 de
abril del propio año, no reconoció el sistema gubernativo de solicitud de
extradición, establecido en los Tratado firmado con Estados Unidos,al otorgar
una competencia sui generis al juez de Instrucción de Guantánamo para
solicitar de las autoridades de los Estados Unidos la entrega de los
delincuentes prófugos de la justicia, acusados de delitos o faltas cometidas,
que se hubieran refugiado en la Base Naval de Guantánamo.
El referente anterior introduce el sistema judicialista en los procedimientos de
extradición activa, perteneciente a la concepción establecida en el sistema
anglosajón (este no es seguido por ningún país del entorno), que otorga
predominio absoluto en el procedimiento extradicional a los organismos
jurisdiccionales, contradictoriamente con el sistema gubernativo establecido en
el Tratado de Extradición Cuba-Estados Unidos de América de 1904,como bien
se expresó con anterioridad. Esta disparidad de forma a la hora de
manifestarse la extradición activa(sistema judicialista y gubernativo) en el país,
solamente incidió en el órgano que la solicita, pues se rigió por las normas
existentes a tal efecto.
I.2. —Elementos del concepto de extradición.
Un estudio profundo del concepto de extradición necesariamente debe abordar
los elementos básicos para su definición, aquellos que permiten enunciar su
esencia. El elemento objetivo de la definición de extradición es la cooperación
entre los Estados, que debe estar basada en el respeto a las soberanías
territoriales ajenas y en la no injerencia en los asuntos internos de otros 8. En el

8
Sobre estas cuestiones desde un punto de vista estrictamente jurídico, el Instituto de Derecho
Internacional adoptó una Resolución según la cual, el dominio reservado o jurisdicción interna
de los Estados sería aquel de las actividades estatales donde la competencia del Estado no se
encontraría vinculada o determinada por el Derecho Internacional .Los Estados podrían
libremente regular todos los asuntos que no estuviesen definidos por una norma de Derecho
Internacional. También la Corte

5
espacio territorial donde un Estado ejerza soberanía debe aplicarse su Ley
Penal según el principio lex locci delicti commissi y desde la perspectiva
jurídico penal, se aboga por este principio en aras de la prevención general,
pues resulta más eficaz si la pena se impone y se ejecuta en lugar próximo al
de la perpetración del delito. Entonces, es allí donde causa la alarma social
para evitar la impunidad de los delincuentes 9.
El fin de la prevención general es ampliamente admitido, sin embargo se
cuestiona que el principio de territorialidad favorezca el cumplimiento del fin de
la prevención especial10, lo que se cree desacertado, ya que el Estado en cuyo
territorio se perpetró el delito, sigue ejerciendo su ius puniendi. Es su Ley Penal
la que se aplica al hecho. Lo único que sucede, es que la sentencia se cumple
en otro Estado, aquel del que sea nacional el sujeto que ha delinquido, al
considerarse más adecuado para los fines de la reinserción social. Se trata en
definitiva, de la búsqueda de soluciones de cooperación, a través de otros
Tratados Internacionales, que ayudan a los fines de la institución, como por

de Justicia Internacional en su opinión consultiva sobre los Decretos de Nacionalidad


promulgados en Túnez y Marruecos.(7-II-1923).En esta opinión sostuvo que el término
jurisdicción doméstica indicaba las materias que, aun y cuando pudiendo tocar muy de cerca
intereses de más de un solo Estado, no eran en principio reglamentadas por el Derecho
Internacional, es decir ,las materias en las cuales cada Estado es único soberano de sus
decisiones. En el caso de las Actividades Militares y Paramilitares en Nicaragua , conocido
también por la Corte en su sentencia del 27 de junio de 1986 ,ésta volvió a poner muy claro que
el principio de no intervención pone en juego el derecho de todo Estado soberano de conducir
sus asuntos sin injerencia externa, aunque las infracciones ha dicho principio pueden ser
múltiples, no obstante no cabe duda que el mismo forma parte integrante del Derecho
Internacional Consuetudinario.la Corte, retomando su fallo de 1949, vuelve a recordar que
entre Estados independientes el respeto de la integridad política.Cfr”.Affaire des activités
militaires ex paramilitares, au Nicaragua el et contre celui-ci, Nicaragua c. États Unis d´
Amérique” Fond , Arrét du 28 junio 1988, CIJ Recueil des Arréts,pág 106 202 en GOMEZ-
ROBLEDO VERDUZCO,A.,Extradición en Derecho Internacional, Aspectos y Tendencias
relevantes, Ob.cit,pág 101-104
9
En este sentido el Código Bustamante artículo 340: Para conocer los delitos y las faltas y
juzgarlas son competentes los jueces y tribunales del Estado contratante en que se hayan
cometido; cfr DÁVALOS FERNÁNDEZ ,R., Derecho Internacional Privado. Parte General,
Editorial Félix Varela ,La Habana,2006,pág 219.
10
Cfr.POLAINO NAVARRETE ,M. ,Derecho Penal, Parte General: Fundamentos Científicos del
Derecho Penal, Tomo I, 3 a edición ,totalmente renovada y actualizada con la colaboración de
ORTEGA TEROL,J., Editorial Bosch, Barcelona, 2001, págs 556 y 558.¨Evidentemente esta
posibilidad encontraría graves dificultades prácticas en los supuestos en que el Estado
requirente imponga una modalidad de pena inexistente en el Estado de origen del autor del
delito, o una pena que en principio solo pueda ser cumplida en el lugar donde se imponen. En
estos supuestos sería necesario encontrar un equivalente funcional de la pena inicialmente
impuesta”.

6
ejemplo el Convenio sobre traslado de sancionados extranjeros 11, sobre
ejecución de sentencias penales12.
La opinión actual y unánime que se va adoptando en este campo, es la de
considerar a la extradición como una de las manifestaciones más típicas de la
cooperación entre los distintos Estados, en la lucha contra la delincuencia y con
el fin de lograr que los delincuentes sean castigados, en el lugar donde se
cometió el delito; sin perjuicio de cuál sea el lugar donde se encuentre. De ahí
que se defina a esta institución como acto de asistencia o auxilio judicial
internacional, abandonándose las razones de soberanía que en su momento se
alegaban con carácter permanente13.
Como se puede apreciar en el plano del Derecho Internacional está cobrando
un papel cada vez más importante el concepto de cooperación jurídica entre los
Estados, al considerarse que la persecución de la delincuencia es cuestión de
todos, vinculado a los principios de independencia, soberanía y no injerencia en
los asuntos internos de los Estados, pues a todos interesa que la extradición
funcione para la defensa de la sociedad contra el crimen 14, de ahí la necesidad
que los Estados acuerden Tratados Internacionales para la reafirmación de los
principios jurídicos vigentes en cada ordenamiento.
Ahora bien para referirse al elemento subjetivo del concepto se debe partir de
la sentencia del Tribunal Permanente de Justicia Internacional, el cual señaló la
existencia de una pluralidad de sujetos de Derecho Internacional “no idénticos
en cuanto a su naturaleza o a la extensión de sus derechos” 15.Esta decisión
11
Cuba mantiene Convenios firmados en materia de Traslado de Sancionados con México,
Zambia, España, Canadá, Colombia, Cabo Verde, Austria, Francia, Bahamas, Gran Bretaña,
República Dominicana, Suecia, San Marino, Guatemala, Filipinas, Granadas, Angola, Belarus,
Bulgaria, Congo, Corea, República Checa, Chipre, Eslovaquia, Guinea Bissau, Hungría, Iraq,
Libia, Mongolia, Mozambique, Polonia, Rumania, República Federativa Rusia, Sao Tome y
Príncipe, Viet Nam, Yemen Democrático, Ucrania,
12
Cfr. MURILLO Y GARCÍA-ATENCE, A., ”La Cooperación Jurídica Internacional”, en
Cuadernos de Derecho Judicial,vol.XI,Madrid,1994,pág 379.
13
ABAD CASTELO,M.,”La toma de rehenes como manifestación del terrorismo y el Derecho
Internacional, Ministerio del Interior Secretaria General Técnica, s/e, Madrid, 1997, págs 43-52.
14
El gran peso normativo se dio en el mes de diciembre del 2000, cuando en Italia ciudad
Palermo, se , firmó la Convención contra la Delincuencia Organizada Transnacional, de la cual
Cuba es parte, y su objetivo es promover la cooperación para prevenir y combatir más
eficazmente la delincuencia organizada trasnacional, estableciendo los requisitos para la
extradición de los delitos que regula. Véase ANDRÉS SÁENZ DE SANTAMARÍA,
P.,/GONZALEZ CAMPOS, J.D., Legislación básica de Derecho Internacional Público,Ob.cit,pág
791.
15
Véase Asunto de las reparaciones de los daños sufridos al servicio de Naciones
Unidas,CIJ,Reports,1949,pág.182 en SOROETA LICERAS,J.,/BOLLO AROCENA, M a.D., La
protección de la persona Humana en Derecho Internacional, Editorial
Dilex,S.L,Madrid,2007,pág 30.

7
reflejó el camino de la protección de los derechos fundamentales en el
ordenamiento internacional, basado en el protagonismo del individuo en las
relaciones internacionales que ha llevado a vías de hecho un proceso de
institucionalización, socialización y humanización, bien distinto al Derecho
Internacional tradicional16; que tenía por objeto, la regulación de las relaciones
entre los Estados y la distribución de competencias entre ellos.
De esta forma, la determinación del elemento subjetivo en el concepto está
dado por la reclamación que hace un Estado a otro de una persona por
razones penales, es decir, se trata, del Estado y el individuo, la petición de un
sujeto que ha cometido un delito común y se encuentra fuera de su territorio.
Esta relación es protegida por instrumentos de carácter internacional, que
reconocen derechos a favor de los individuos y establecen obligaciones a cargo
de los Estados, de esta manera, el individuo reclamado posee capacidad activa
para actuar en el ámbito internacional y poder reclamar ante estas instancias
por la violación de determinados derechos y capacidad pasiva para ser
responsable penal por violaciones del ordenamiento internacional, que atenten
contra valores superiores amparados y protegidos por la Comunidad
Internacional en su conjunto, como la paz y el respeto a la persona, siempre
que el Estado sea parte de estos Convenios.
Estos elementos (objetivo y subjetivo) en el concepto señalan la razón de ser y
fines de la institución, es decir, la cooperación jurídica internacional en aras de
evitar la impunidad de los presuntos o ya delincuentes por el hecho de haber
traspasado las fronteras y la protección de sus derechos fundamentales.
se han formulados múltiples definiciones, en las cuales se encuentran matices
diferentes e interesantes, elementos que nos ayudan a vislumbrar la evolución
que ha experimentando el concepto de la extradición,pero sin lugar a dudas
cada una de ellas pone acento en aspectos relevantes como la conveniencia, la
utilidad, la necesidad o la justicia para la seguridad jurídica internacional hacia
la efectividad de los derechos de la persona que se encuentra en un país y es
reclamado por otro.
La extradición, a juicio de la autora, es un procedimiento singular de
cooperación mediante el cual los Estados se legitiman a través de Tratados
CARRILLO SALCEDO, J.A., Curso de Derecho Internacional Público, 4a reimpresión, Editorial
16

Tecnos, Madrid,1999, pág. 25.

8
unos a solicitar (Estado requirente) y otros se obligan a entregar (Estado
requerido) a los individuos reclamados para que sean juzgados o para que
cumplan una medida de seguridad o sanción por un delito común, atendiendo a
los principios jurídicos que se estipulen en su contenido.
Se considera que la extradición como procedimiento comienza con la solicitud y
termina con la entrega, que independientemente a las formas de manifestarse,
esta tiene sentido cuando se recibe una petición de uno o varios Estados,
momento en que comienza a desplegar su eficacia todos los principios
recogidos en los Tratados para garantizar la entrega del individuo reclamado.
Además en el momento de solicitud se ofrecen una serie de garantías que son
necesarias observar preliminarmente como cuestiones obligatorias durante
el procedimiento.
En este sentido y más allá de los cambios que ha experimentado el concepto
de la extradición, su esencia radica en la colaboración entre la actuación
administrativa y judicial, para el ejercicio del ius puniendi de otro Estado,
teniendo en cuenta los principios a que está sometida, según los Tratados.
I.3.-La cooperación jurídica internacional y la tutela de los derechos
fundamentales en los procedimientos de extradición.
El profesor Carrillo Salcedo, afirma que existen principios de Derecho
Internacional que hoy tienen carácter de ius cogens por responder al mínimo
jurídico esencial que la Comunidad Internacional precisa para su pervivencia en
cuanto tal, así como a las necesidades morales de nuestro tiempo. Entre ellos
cabe citar unos derechos fundamentales de la persona humana que todo
Estado tiene el deber de respetar y proteger, no tanto a través de pomposas
declaraciones políticas como por medio de reglas procesales que garanticen la
puesta en práctica de aquellos derechos fundamentales 17.
Un hito importante en la configuración de los derechos humanos desde la
perspectiva de Derecho Internacional marcó la adopción de los Pactos de
Derechos Civiles y Políticos y de los Derechos Económicos, Sociales y
Culturales, al tratarse de instrumentos convencionales de los que se derivan
obligaciones jurídicamente vinculante para los Estados Parte y disponen

17
Cfr. CARRILLO SALCEDO, J.A., Soberanía del Estado y Derecho Internacional, 2a edición,
Editorial Tecnos, Madrid, 1976, pág 279.

9
garantías destinadas a impedir la limitación de los derechos que le
corresponden al hombre.
La cuestión sobre qué derechos fundamentales deben ser protegidos en los
Tratados de extradición, queda determinado por la interpretación de los
Convenios Internacionales de protección a esos derechos, pues al ser
Convenios que vinculan a varios Estados, ello legitima y se entiende que
obliga, para que un Estado requerido parte del Convenio de protección de los
derechos fundamentales imponga dicho respeto a cualquier otro Estado 18.
Estos derechos sirven de fundamento a los Estados para elaborar los nuevos
principios19 que limitan la entrega del individuo reclamado en los
procedimientos de extradición. Los Estados poseen una obligación general de
protección y respeto de tales derechos ante la Comunidad Internacional. Estas
obligaciones son erga omnes, insertas en el Derecho Internacional
contemporáneo y constituyen compromisos básicos de principios y reglas,
relativos a los derechos fundamentales de la persona humana.
En los procedimientos de extradición se puede incurrir en violación indirecta de
los principios, facilitada por la actuación u omisión del órgano extradicional. En
este sentido, si las autoridades y los órganos judiciales del país en el que se
encuentra el individuo reclamado, siendo conocedores de la eventual
posibilidad de vulneraciones de los principios en el país de destino, no la evitan
con los medios de que disponen, serán responsables de esa eventual
vulneración, que se produjo como consecuencia de su decisión, al autorizar la
extradición. En definitiva, los órganos encargados del control de la legalidad del
procedimiento de extradición deben regir su actuación por el respeto a los
derechos fundamentales, con independencia de su singularidad, es decir, que
deben aplicar estos derechos desde una predisposición hacia el exterior 20. Y es
18
Cfr. PÉREZ MANZANO, M.,”Ius Puniendi, Fronteras y Derechos Fundamentales: Un modelo
Constitucional de Extradición”, en Separata de Monografía de la Revista Aragonesa de
Administración Pública, VI, Madrid, 2003, págs.392-395.
19
Antes del auge de los Derechos Humanos en el ordenamiento internacional ,existían
Tratados de Extradición que recogían principios que fueron regulados primeramente en los
ordenamientos internos y se fueron generalizando, así por ejemplo la no entrega al nacional,
estos persisten adecuados a las formas actuales de cooperación.
20
En el caso Soering dicho sujeto fue acusado de asesinato doble en Estados Unidos, en marzo
de 1985. Las víctimas fueron los padres de la novia de Soering y parece ser que la causa fue la
oposición al matrimonio de su hija con el homicida, causando la muerte con arma blanca, por
golpes masivos en el cuello y en el tronco. La pareja huyó y fueron detenidos en abril de 1986
en Inglaterra, por el motivo de unas estafas sobre cheques. Su identificación determinó la
puesta en marcha del procedimiento penal en Estados Unidos, en Virginia, donde un jurado le
podía condenar a pena de muerte, tras reconocer su autoría. De esta manera el derecho a la

10
que el destino del extraditado, no puede ser indiferente para las autoridades del
Estado que la autorizó21, alegando el incumplimiento previo de un Tratado que
contenga obligaciones en materia de Derechos Humanos, sino que se
encuentra obligado a prevenir, e impedir que se convierta en un peligro efectivo
los derechos fundamentales del afectado, si es extraditado al país
reclamante,pues viola además instrumentos tan importante como la Carta de
Naciones Unidas.El Tribunal Internacional de Justicia en el dictamen consultivo
de 21 de junio de 1971, sobre el asunto de las consecuencias jurídicas para los
Estados por la continuada presencia de África del Sur en Namibia (Sudoeste
Africano),afirmó que “El hecho de establecer y de imponer, por el contrario,
distinciones, exclusiones, restricciones y limitaciones que están únicamente
fundadas en la raza, el color, la ascendencia o el origen nacional o étnico y que
constituyen una denegación de los derechos fundamentales de la persona
humana, es una violación flagrante de los fines y principios de la Carta” 22.
De las consideraciones del Tribunal, resulta claro que existen normas
imperativas en el sector de protección de los derechos humanos cuya violación
puede poner en peligro los principios básicos de coexistencia entre los
Estados, pues la protección internacional de los derechos del hombre y la
protección de la paz internacional forman un todo indivisible. Esto en particular,
no se puede perder de vista, para evitar la justificación de la intervención
humanitaria como forma de convalidar el empleo de la fuerza por algunos
Estados que sostienen, la necesidad de “reaccionar por violaciones graves de
los derechos humanos”.
Cuba aunque no ha ratificado el Pacto de los Derechos Civiles y Políticos que
es el instrumento que especialmente interesa a los fines de interpretar los
principios que se deben incorporar en los tratados de extradición, sí es
parte de otros Convenios que nos sirven también de referencia para limitar

vida, sería la verdadera razón determinante de la contradicción de la extradición. Véase en


GARCÍA SÁNCHEZ, B., La Extradición en el Ordenamiento Interno, Español e Internacional y
Comunitario, Editorial Comares, S.L, Granada, 2005, pág 156.
21
Referente al tema la Convención de Viena sobre Derecho de los Tratados, de 23 de mayo de
1969 tiende a salvaguardar directamente los intereses individuales evitando posibles
represalias contra los particulares protegidos por el Convenio, le impide alegar a un Estado el
incumplimiento previo de un Tratado que contenga obligaciones en materia de Derechos
Humanos.
22
Corte Internacional de Justicia Recuei, parágrafo 131, pág 57,1971; en GOMEZ-ROBLEDO
VERDUZCO, A., Extradición en Derecho Internacional, Aspectos y Tendencias relevantes, ob.
cit, pág 108.

11
la entrega del individuo reclamado, y constituya la base jurídica para
proteger cualquier derecho que pueda ser susceptible de violación con la
entrega, que no esté contemplado en el Tratado bilateral.
En tal sentido, el respeto a las obligaciones de protección de los derechos
fundamentales que constituyen un mínimo inderogable por representar valores
e intereses propios de la Comunidad Internacional en su conjunto, está
teóricamente garantizado por un derecho de protección, para cuyo ejercicio
existe una legitimación general en las normas internacionales; que debe
observarse como bien se ha referido con anterioridad, en los Tratados de
extradición, a través de los principios preceptuados en sus cláusulas que
limitan la entrega del individuo reclamado.
I.4.- Formas fundamentales de manifestación de la extradición
Diversas son las formas de manifestación de la extradición en la doctrina. En
este sentido, suelen clasificarse siguiendo una línea general, de acuerdo a los
Estados implicados, al órgano que decreta, a la persona que se reclama, ya
sea imputada o condenada, atendiendo también a las fuentes reguladoras y a
las normas jurídicas de entrega.
Desde una perspectiva internacional, se coincide con la profesora Pastor
Borgoñón al considerar que la extradición es una figura unitaria que se
manifiesta con fases que se desarrollan en distintos Estados, durante el
procedimiento23, pues se trata en definitiva, de la cooperación internacional
entre Estados para conseguir la presencia de un sujeto reclamado.
Sin lugar a dudas, conocer las formas de manifestación ayudarán a configurar
también la extradición en la legislación y en los Tratados, puntualizando los
extremos básicos, en la medida que se solicita y se ordena la entrega del
individuo, teniendo en cuenta la forma que ha adoptado el Estado, haciéndola
más expedita y evitando se entorpezca el procedimiento.

I.4.1.-Extradición activa y Extradición pasiva


Desde la preceptiva internacional la extradición pasiva constituye un sistema
instituido en los Tratados para decidir acerca de las peticiones de entrega

23
Cfr. PASTOR BORGOÑÓN, B., Aspectos Procesales de la Extradición en Derecho Español,
Editorial Tecnos, Madrid, 1984, págs. 21-22; en este mismo sentido, CEZÓN GONZÁLEZ, C.,
Derecho Extradicional. Apéndice: El futuro de la extradición en Europa, Editorial Dykinson,
Madrid, 2003, págs. 25-26.

12
realizadas por otros países. Debe observarse como el concepto que se
sistematiza en la doctrina actual coincide con esta forma de manifestación,
debido a que las autoridades competentes se obligan en una función
complicada, al decidir si concurren o no condiciones para la concesión de la
extradición del individuo reclamado; basada en un conjunto de principios que
trata de garantizar una serie de derechos al sujeto. En cambio, en la extradición
activa no se pone en juego la garantía de ningún individuo reclamado,
solamente se constata la competencia, en este caso del Estado para recibir la
solicitud.
Es discutida la naturaleza de la extradición activa y de la pasiva. Por un lado,
se suele afirmar que la extradición activa consiste en una mera petición formal,
que posee carácter político administrativo, sobre la base de que el pedir
siempre es libre, sin posibilidad decisoria y menos jurisdiccional. Mientras que
la pasiva, tiene básicamente carácter mixto, entrañando esta última una
obligatoriedad, del órgano jurisdiccional de otorgar garantías para que el
Estado pueda acceder a la entrega.
Se es del criterio, que la extradición (ya sea activa o pasiva) debe tener
carácter mixto porque el compromiso del órgano jurisdiccional debe acompañar
la solicitud para brindar ciertas garantías, por ejemplo, no aplicación de pena
de muerte.
En Cuba, no existe una ley específica sobre Extradición, en la Ley de
Procedimiento Penal se regula la extradición activa, de forma contraria a la
generalidad de los países, como bien se apuntó con anterioridad. Predomina el
carácter mixto24 y solo puede solicitarse por delitos previstos en una ley
vigente, tanto en el momento de su comisión, como en el de tramitarse la
solicitud25. Es importante tener presente que la delimitación de esos delitos
siempre se harán de conformidad a lo pactado en los Tratados Internacionales
por los Estados, ya sean, en un sistema de lista cerrada o delitos de mínima
gravedad.
24
La propuesta de solicitud de extradición se dirige al Ministerio de Relaciones Exteriores por
conducto del Presidente del Tribunal Supremo Popular. Con la comunicación contentiva de la
proposición de extradición, se remite testimonio literal del auto que la disponga y de los demás
antecedentes necesarios, para que pueda expedirse la solicitud por el Gobierno;cfr. Artículo
440 Ley de Procedimiento Penal de Cuba.
25
Cfr. Artículo 435 de la Ley de Procedimiento Penal de Cuba que supera al artículo 12 del
Código de Defensa Social que estableció que la extradición sólo podría pedirse por los delitos
previstos en las leyes de Defensa Social vigentes en el momento de cometido el delito.

13
Un aspecto que debe tenerse en cuenta en la extradición activa, es que en los
instrumentos internacionales (Convenio firmado entre Cuba y México en 1910)
aparece regulada la posibilidad de dar por terminada la solicitud de esta forma
de extradición, cuando la entrega del reclamado ha dejado de interesarle al
Estado requirente. En esta tesitura, la decisión puede responder a razones de
índole jurídicas o de hecho.
Las razones de índole jurídicas se generan como consecuencia de un cambio
en el proceso penal, base de la solicitud de extradición, esto implica que la
entrega del reclamado no cumpliría la finalidad por la que se pidió.
Ahora bien, las circunstancias de hecho que hacen conveniente el retiro de la
petición de extradición por el Estado requirente, puede darse debido a que el
reclamado haya huido a otro país distinto al que se le solicitó la extradición; o
puede suceder que el país requerido de manera unilateral, asume la decisión
de expulsar al reclamado a su país o a otro.
Es notorio que algunos de los principios que limitan la entrega en la extradición
pasiva, sí aparecen regulados en los Tratados firmados por Cuba, a pesar de
no estar lo debidamente actualizados de una u otra manera; destacándose el
carácter ejecutivo. Así se encuentra, bien delimitado en los Tratados, la
obligación recíproca de los Estados en la entrega y de esta forma fue recogida
en la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo del 25 de enero 1909, en su artículo 95,
donde se le concedió al Presidente de la República facultades para decidir
sobre la entrega sin intervención de la autoridad judicial, otorgándole un
carácter político a esta figura.
Este carácter político, concedido a la extradición pasiva, es criticado por la
doctrina de ser un acto sujeto a la discrecionalidad del poder político, y en este
sentido se comparte el criterio de Fiore al señalar que “el sistema que
predominaba en diferentes países, y según el cual se consideraba la
extradición como una medida de alta administración propia exclusivamente de
las atribuciones del Gobierno, está lejos de ser lo que debe desearse bajo el
punto de garantías que se debe a la libertad” 26. En la actualidad, eliminar todo
vestigio de discrecionalidad en materia de extradición constituye una garantía

26
Cfr. FIORE, P., Tratado de Derecho penal y de la extradición, ob.cit, pág.312-313.

14
jurídica para el propio extraditado y el deseo de la comunidad internacional de
poder proceder contra los verdaderos delincuentes 27.
Por último, se desea precisar que en Cuba, si bien la extradición activa se
refleja en los Tratados como un procedimiento desactualizado, la forma pasiva
no se recoge en los mismos de forma orgánica. Lo que existe al respecto son
interpretaciones legales, que se utilizaban y contribuyen a fortalecer el
convencimiento de la necesidad de una revisión de los Convenios bilaterales
firmados, en aras de buscar garantías para el individuo reclamado durante el
procedimiento.

I.4.1.1.- Peculiaridades sobre la regulación de la extradición pasiva en los


países que integran el sistema continental y anglosajón

Como bien se ha afirmado, la extradición constituye un acto de asistencia


jurídica internacional, que pone en relación a dos Estados soberanos: el
requirente y el requerido, y a este con el individuo reclamado. Estos presentan
determinadas características al momento de regular el procedimiento de
entrega, distinguiendo los países que siguen el sistema continental de los que
se insertan en el sistema anglosajón.
Aspectos interesantes marcan las diferencias entre ambos sistemas, por
ejemplo, los países que siguen el sistema continental durante el procedimiento
de extradición pasiva solo analizan ciertos aspectos procesales y de fondo,
aceptando como ciertas, las afirmaciones de hechos contenidas en la
resolución judicial de la solicitud de extradición, sin poder entrar a valorar las
pruebas aportadas ni verificar los hechos alegados. Esto significa que no se
enjuicia la culpabilidad del sujeto, pues se entiende que esto debe tratarse ante
los órganos judiciales del Estado requirente, juzgándose en definitiva la
solicitud de extradición pero no al individuo 28.
Oppenheim-Laterpacht, establece que los Tribunales del Estado requerido no
tienen competencia para analizar el fondo del asunto sino simplemente para

27
En este sentido COBOS GÓMEZ M.A., Y CUERDA RIEZU, A.,”La otra cara del problema: La
extradición”, en Revista de la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid,
núm.56, Madrid,1979, págs.173-178.
28
Cfr. VILARIÑO PINTOS,E., “El Nuevo Tratado de Extradición entre España y los EEUU”, en
Revista Española de Derecho Internacional, vol.XXIII, Madrid,1970, págs.733-734.

15
averiguar si los testimonios aducidos justifican prima facie el procedimiento
judicial contra el individuo reclamado29.
En este sentido, es conveniente explicar que el individuo reclamado sí puede
ofrecer otros tipos de pruebas para demostrar que no es la misma persona de
cuya extradición se solicita; también que el hecho ha prescrito y que el delito
por el cual se solicita es de carácter político, además que existan fundados
motivos de que la solicitud de reclamación motivada por un delito común, ha
sido presentada con la finalidad de perseguirlo o castigarlo por razones
políticas, de raza o religión. De ahí que la autoridad encargada de resolver en
el Estado requerido la extradición, viene obligado a admitirlas y valorarlas, de
conformidad con las disposiciones estipuladas en el Tratado respectivo. En
sentido contrario se dejaría en estado de indefensión al reclamado, al no
brindarle la oportunidad de demostrar las objeciones que pudiere tener en
contra de la petición de reclamación. Sobre todo, en casos en que se
contravierta su identidad, por constituir, un aspecto relevante que incide
directamente en la decisión definitiva.
De lo anteriormente expuesto, se deduce que al país requerido solo le
corresponde verificar que la demanda satisfaga las condiciones necesarias,
frente al derecho del otro Estado. No debe sustituirse al juez, ni deformar el
derecho extranjero. En este sentido, el principio general seguido es que el
Estado llamado a otorgar la extradición no examina otra cosa que el derecho
que ampara el procedimiento. Se da por afirmada la materialidad de los hechos
y la presunción provisional de imputación sobre la persona requerida. En
sentido contrario los Estados que siguen el sistema anglosajón 30 tienen por
objetivo comprobar los hechos de la presunta culpabilidad.
Existen Tratados que exigen el estudio de cuestiones de fondo de los hechos
en materia de solicitud (delito-responsabilidad del reclamado). Por ejemplo, en
Estados Unidos de América, en la audiencia de extradición, deben ser
fehacientemente probados los elementos que dan lugar a librar el certificate of
extraditability y uno de ellos es que las pruebas presentadas por el Estado
requirente constituyan una base razonable para justificar el enjuiciamiento
29
Véase OPPENHEIM, L., Tratado de Derecho Internacional Público, Editorial Tecnos, Madrid,
1961, pág 274.
30
Véase un resumen del sistema inglés y americano en: ALARCÓN BRAVO, J., “La práctica
extradicional: cuestiones” en Boletín de Información del Ministerio de Justicia de España, 1999,
núm.1848, págs.14-15.

16
reclamado. Así encontramos en la Jurisprudencia de ese país, la aplicación de
la regla non –inquiry,31 impuesta por primera vez en el caso Neely v. Henkel
189 U.S. 109,1901, a través de la cual los jueces no son competentes para
investigar el proceso que se va a seguir en el Estado requirente contra el
fugitivo si fuera entregado; sino que es facultad exclusiva del Gobierno de los
Estados Unidos, por considerar que es una materia de política exterior, por las
fuertes implicaciones que puede conllevar en las relaciones internacionales.
La aplicación de esta regla facilita al Gobierno de los Estados Unidos, a incurrir
en vulneraciones de los principios plasmados en los Tratados, en la medida
que se impide que exista un control judicial, por lo que prima los criterios
manejados en la política para el caso en cuestión. Procedimiento que puede
suponer un doble enjuiciamiento. Se comparte el criterio que resulta más
adecuado el procedimiento de los países que siguen el sistema continental,
pues su concepción favorece la cooperación, el auxilio judicial. Sin embargo, un
tema válido para los dos sistemas de regulación es saber valorar, antes de
otorgar la extradición, los principios consignados en los Tratados, basado en el
respeto de los derechos fundamentales del individuo y de su interpretación se
derivará la procedencia o no de esta figura.

I.4.2.- Extradición instructoria y ejecutoria


Estas formas se relacionan contra un acusado todavía no condenado y contra
el individuo sancionado que hubiere recaído sentencia condenatoria. Así Cobos
Gómez y Cuerda Riezu, establecen una diferencia jurídica sustancial, pues
para la entrega de una persona imputada se presume que ha tomado parte en
la infracción. Esto supone que el Estado al que se demanda la extradición
examine los términos formales y de fondo de la demanda y las alegaciones del

31
En este sentido cfr. SEMMELMAN,J.,”Federal Courts, The Constitution and The rule of Non -
Inquiry in Internacional Extradition Procedings”, en Cornell Law Review, vol.76/2,1990-1991,
págs.1199-1241; en contra cfr. BASSIOUNI,M.Ch., International Extradition and World Public
Order,Sijthoff / Oceana, Leyden-Dobbs Ferry, Netherlands, New York,1974, pág.466; el mismo
en International Criminal Law, 1986, págs.407- 417; HUGHES,T.,”Extradition Reform:The Role
of the Judiciary in Protecting the Rights of a Requested Individual”, en Boston Collage
International and Comparative Law Review, vol.9,1986,págs.294,303-322; QUIGLEY. J.,”The
Rule of Non-Inquiry and the Impact of Human Rights on Extraditions Law”, en North Carolina
Journal of International Law and Comparative Regulation, vol.15, 1990 págs. 412-418; 438-439.

17
reclamado. Tan sólo en el caso de que las evidencias de culpabilidad sean
claras, deberá acceder a la entrega del mismo 32.
En revisión efectuada se encontró, la denegación mediante Decreto
Presidencial 2871, de una solicitud de extradición instructoria formulada por el
Gobierno de Chile a Cuba del ciudadano Salim Gradallah Sacaan en 1938.
“(…) a falta de procesamiento o documento análogo tiene tanto más relieve
cuanto que de la ratificación de la denuncia por el perjudicado Yazigi, y de las
declaraciones prestadas en la causa “lejos de resultar la prueba indicatoria de
la existencia de un delito extraditable según la Ley Cubana y el artículo 365 del
Código Bustamante se infiere tan sólo, y ello constituye igualmente defecto de
fondo de singular importancia, la presencia de una acción permanente civil en
el perjudicado (…)”33.
La entrega del condenado presupone el análisis por parte del Estado requerido
de todo lo aportado y de las alegaciones del condenado y sus defensores. Tras
estas actuaciones, se decide si procede o no la extradición. De esta forma no
es lo mismo entregar a una persona para que se inicie o prosiga el proceso en
su contra que puede ser condenatorio o absolutorio, que entregar a una
persona para que se ejecute la pena contenida en la sentencia que le condena.
En Cuba, para solicitar la extradición instructoria es necesario que se haya
dictado un auto fundado34, declarando que existen méritos suficientes para
ejercitar la acción penal o una sentencia firme condenatoria contra el acusado
al que se refiere la extradición, esta última parte se refiere a la ejecutoria.
Esta forma de manifestación de extardición en la doctrina italiana se distinguía
según fuera definitiva o temporal, e inclusive se hablaba de una extradición
provisional35.
La temporal se dará cuando es concedida solamente para la ejecución de actos
instructorios o para facilitar la defensa del imputado en el proceso que se le
32
Cfr. COBOS GÓMEZ, M.A/CUERDA RIEZU, A., “La otra cara del problema: La Extradición”
en Revista de la Facultad de Derecho Universidad Complutense de Madrid, núm.56, Madrid,
1979, págs 172-173.
33
CHEDIAK, N., El Código Bustamante en un caso de Extradición, Talleres Tipográficos de
Carasa y Cia, s/e Habana, 1938, pág.23.
34
V.gr. cfr. artículo 441 apartado 3-1 de la Ley 5 (Actualizada) de Procedimiento Penal de fecha
13 de agosto de 1977,Imprenta del Ministerio de Justicia, plantea: si el reclamado no ha sido
sentenciado y solamente se le imputa la comisión de un delito la solicitud debe contener: copia
debidamente legalizada del auto fundado (…) y en el apartado 4 se estipula que en el caso que
en el caso que el reclamado haya sido sancionado se acompañará una copia debidamente
legalizada de la Sentencia firme del Tribunal.
35
Cfr. FIERRO, G., La Ley Penal y El Derecho Internacional, ob.cit, págs.245-248.

18
sigue al extranjero y se concede con la obligación de devolverlo. Está prevista
en algunos Tratados de extradición como el firmado por Argentina e Italia de
1886, artículo 10.
También es preciso examinar el fenómeno de la “reiterextradición”, que aunque
no se considera una forma de extradición, sí aparece recogido en algunos
Tratados como orientación a los Estados implicados en tal situación. Por
ejemplo, el firmado entre Cuba y Francia de 1925, en su artículo tres, último
párrafo, consistente en reiterar la entrega de un sujeto que ya fue objeto de una
demanda de extradición y que después de remitido al país requirente, logra
sustraerse a la acción de la justicia y vuelve a refugiarse en el país que lo
extraditó con anterioridad o que pasara por él en tránsito.

I.4.3.- Extradición Judicial, gubernativa y mixta


Esta forma de extradición está relacionada con el órgano que la decreta,
distinguiéndose entre varios sistemas, el anglosajón, que sigue un sistema
judicialista a través de la ley inglesa de Extradition Act de 1870, otorgando un
predominio absoluto en el procedimiento extradicional a los organismos
jurisdiccionales.
También se encuentra el sistema gubernativo, adoptado por la ley belga del 15
de de marzo de 1874, seguido por Holanda, Alemania, Cuba y México,
conforme a la normativa interna de los países o los Tratados. Así por ejemplo,
cabe citar en Cuba a los inicios del siglo pasado 36 que “La Resolución
Gubernativa de 13 de Agosto de 1904 dispuso (…) Que siendo la extradición
un acto de soberanía y de carácter internacional (…) corresponde al Poder
Ejecutivo el derecho de negarla o concederla, mientras que una ley no se lo
atribuya especialmente a otro Poder, conforme a la Constitución (1902) que
declaraba que ninguna Ley de la República atribuía al Poder judicial
competencia, únicamente le está atribuido el conocimiento de los asuntos
civiles criminales o contenciosos-administrativos”.
Esta forma de manifestación como un acto de soberanía ha sido superado en
el contexto internacional, pues como la misma definición lo indica la extradición
se identifica como un procedimiento singular basada en normas

SÁNCHEZ, DE BUSTAMANTE A., Manual de Derecho Internacional Privado,2da edición.


36

Editorial Carasa, S.A, La Habana, 1941, pág 484.

19
preestablecidas. Como se puede apreciar, en los Tratados vigente, un sistema
gubernativo es adoptado en la extradición. Sin embargo, en la Ley de
Procedimiento Penal se sigue un sistema mixto (judicial-gubernativo) para la
solicitud, es decir, la extradición activa es un motivo más para actualizar los
instrumentos bilaterales vigentes en aras de buscar garantías al individuo
reclamado, también en el momento de entrega.
Al hacer referencia al sistema mixto, es necesario precisar que fue recogido por
la Ley francesa de 1927. La extradición la concede el Gobierno, previo
pronunciamiento del Tribunal y en caso que el Tribunal la rechace no puede
concederla el Estado; por ello se ha dicho que este sistema es judicialista en lo
negativo y gubernativo en lo positivo. Lo que se trata, en definitiva, es de
salvaguardar la garantía del futuro extraditado 37.
En la actualidad, muchos países recogen el sistema mixto con otras
matizaciones. Así por ejemplo, en la Ley 4 de 1985 de Extradición Pasiva en
España, el Gobierno a propuesta del Ministerio de Justicia puede denegar la
solicitud de extradición, pero si acuerda que ha de seguir el trámite, intervienen
los organismos judiciales competentes que son quienes declaran procedente o
deniegan la extradición. Si se declaran procedentes, el Gobierno puede
denegarla atendiendo al principio de reciprocidad, por razones de seguridad.
En México, para estos fines, los Estados y el Distrito Federal podrán celebrar
Convenios de colaboración con el Gobierno Federal, quien actuará a través de
la Procuraduría General de la República y el requerimiento del Estado
extranjero. Entonces serán tramitadas por el Ejecutivo Federal a través de la
Secretaria de Relaciones Exteriores, con la intervención judicial en los términos
de la Constitución.
Se adolece de regulaciones precisas para determinar el sistema general exacto
que rige en el país. No obstante, se debe considerar que debe predominar el
sistema judicial en la medida que el Tribunal pueda como órgano encargado,
decidir sobre la extradición de un individuo, pues en definitiva, es el encargado
por mandato de ley comprobar si se cumplen los principios garantistas para
hacerla más viable. Como por ejemplo la doble incriminación o si el hecho
puede ser considerado delito político, ofreciendo agilidad en la entrega y de

37
Cfr. QUINTANO RIPOLLÉS, A., Tratado de Derecho Penal Internacional e Internacional
Penal, ob.cit, pág 134.

20
esta forma poder evitar que los Estados acudan a métodos más rápidos que
nada tienen que ver con la legalidad.

I.4.4.- Especial referencia a la reciprocidad


El Código Penal Cubano regula en su artículo 6) apartado 2) que la extradición
de extranjeros se llevará a cabo de conformidad con los Tratados
Internacionales o en defectos de éstos, de acuerdo con la ley cubana. Sin
embargo, la Ley de procedimiento Penal establece en su artículo 437) apartado
2) la solicitud de extradición procede en defecto de Tratados según el principio
de reciprocidad.Esta variedad de fuentes se debe a que la primera, es decir la
aplicación de la ley, responde a la extradición pasiva que tiene sentido con la
petición de otros Estados, es cuando se debe desplegar la eficacia del sistema
legal interno e internacional para suplir las cuestiones no reguladas en los
Tratados, que generalmente se refieren a cuestiones procedimentales. En
cambio, la extradición activa se reduce al modo de solicitarla y puede ocurrir
que se haga uso de la reciprocidad.
La reciprocidad consiste en un pacto, un compromiso por el que cada Estado
otorga un trato equiparable al que reciba del otro, ante casos análogos. Es una
configuración primitiva de la extradición. Entendida como instrumento al
servicio de la soberanía que ya no resulta suficiente como elemento de
garantía para la efectividad política del Estado. En similares términos, se
expresó también el Instituto de Derecho Internacional en su conclusión V de
Oxford según el cual “La condición de reciprocidad en esta materia puede estar
recomendada por la por la política, pero no lo exige la justicia” 38.
También en el X Congreso Internacional de Derecho Penal, celebrado en
Roma de 1969, se insistió en que “la reciprocidad no viene impuesta por
exigencias de justicia”, y se manifestó también que era “deseable que dejara de
ser una regla rígida en materia de extradición” 39.
La regulación del principio de reciprocidad en las diferentes legislaciones
advierte que no hay unanimidad en la doctrina, en la interpretación de cada uno
de los preceptos que la acogen. Por un lado, considerar la reciprocidad formal

38
BELLIDO PEDANES, R., La extradición en Derecho Español, Editorial Civitas, Madrid, 2001,
pág. 38.
39
Véase MANZANARES SAMANIEGO,J., “El principio de reciprocidad en el Convenio Europeo
de extradición y la Constitución Española”, en Poder Judicial, núm.15,1985, pág 55.

21
como fuente autónoma de extradición, en virtud de tal principio, el Estado
requerido obtiene del requirente la seguridad de que éste le entregará a un
fugitivo perseguido por los mismos hechos y con las mismas cualidades
personales que el perseguido; cuya extradición se demanda. Y por otro lado,
en sentido de igualdad material, una anterior entrega del nacional por un
Estado ahora requirente, se considera suficiente, para que, el Estado ahora
requerido entregue a sus nacionales a ese Estado requirente, sin exigir
mayores requisitos como igualdad de delitos o igualdad de procedimientos 40.
La reciprocidad en estos tiempos debe de ser entendida como garantía de
efectos parecidos, ante supuestos análogos y de respeto mínimo a los
derechos exigibles para la entrega de un individuo. Se razona que la
concepción del principio en la extradición tiene lugar cuando un Estado desea
la entrega de un delincuente que se ha refugiado en otro Estado, con el que no
tiene Tratado de extradición, mediante un acuerdo; pero no se admite su
aplicación cuando exista Tratado y el delito por el que se reclama el
delincuente esté incluido en la lista de este instrumento. Por lo que tiene un
carácter excluyente y no complementario en la extradición activa. A dicha
interpretación se llega al ordenamiento por la expresión “en defecto de
Tratados” que aparece en el tenor literal del precepto 41.
Se aprueba que en la actualidad se debe excluir la reciprocidad como principio
autónomo de la extradición. De utilizarse, la formalización debe hacerse a
través de un Canje de Notas basado en el principio de legalidad, si se tiene en
cuenta los criterios sostenidos en esta investigación de protección a los
derechos fundamentales del individuo y la cooperación jurídica internacional,
pues no tiene mucho sentido la intervención del Estado para la denegación de
extradición jurídicamente viable, a contrario sensus, si se entiende la aplicación
de una Ley en defecto de un Tratado, bastaría con su aplicación sin mayores

40
En este sentido BUENO ARÚS, F.,”Notas sobre la nueva la Nueva Ley de Extradición Pasiva”,
en Actualidad Administrativa, número 4,1985, pág.187; también VILARIÑO PINTOS, E.,”La
extradición: régimen jurídico y práctica internacional”, en Cursos de Derecho Internacional de
Vitoria Gasteiz, s/e, 1984, págs. 109-111, este último acepta la reciprocidad material,
significando la semejanza básica de todo requerimiento de extradición.
41
V.gr.cfr. artículo 437 de la Ley de Procedimiento Penal de Cuba refiere y cito textualmente la
solicitud de extradición procede: en los casos estipulados en los Tratados vigentes con el
Estado en cuyo Territorio se halle la persona reclamada; en defecto de Tratados, cuando la
extradición sea procedente se hará según el principio de reciprocidad.

22
interpretaciones, por la función de garantía y seguridad jurídica representada
por la norma frente a la discrecionalidad del Estado.

I.4.5.- Otras formas de manifestación de la extradición


Varios Tratados recogen otras formas distintas a las ya citadas. Se refieren a
aquellas, por ejemplo, en la que el individuo que se encuentra bajo la
jurisdicción de un Estado, accede voluntariamente a ser entregado a otro
Estado que lo requiere sin que se exija mayores formalidades. Su objetivo es
evitar un largo proceso extradicional, a pesar de correr el riesgo de no estar
protegido por el principio de especialidad. Razón que obliga al Estado
requerido a verificar con la entrega, la violación de sus derechos
fundamentales.
Se entiende que otro supuesto que debe observar el país requerido al acceder
a la entrega cuando el individuo lo consienta, es que no haya cometido delito
en el territorio donde se encuentre. En la medida que puede resultar factible
para el individuo reclamado que hubiera cometido un delito en el Estado
requerido con el propósito de no ser enjuiciado por dicho país, y acceda
voluntariamente a ser extraditado.
Cuestión diferente es la auto-entrega del sujeto al Estado interesado en
perseguirlo, pues en estos casos no se puede hablar de extradición, ya que no
hay relación bilateral entre Estados. Las partes implicadas serán el individuo y
un determinado Estado, los cuales acordaran la vía y el modo para efectuarla.
También se reconoce la extradición impuesta u obligatoria como un acto entre
dos sujetos supraindividuales, sin poder decisorio del individuo. Manifestación
contraria a la extradición voluntaria, donde el consentimiento de la persona
reclamada pone fin al procedimiento extradicional. Resulta prudente apuntar
que esta forma de extradición no se encuentra muy utilizada en estos tiempos,
pues la tendencia actual está encaminada como bien se ha indicado, a la
protección de los derechos del individuo.
La extradición en tránsito, constituye otra forma de manifestarse. Es entendida
como aquel procedimiento que se inserta en un proceso extraditorio previo, en
el momento de la entrega del Estado requerido al Estado requirente de un
sujeto que tiene que ser trasladado a través del territorio de un tercer Estado.
Esta forma de extradición, es concebida como un estadio o una fase en el

23
procedimiento que se sigue contra un determinado individuo. Así por ejemplo,
se manifiestan Cobos Gómez y Cuerda Riezu, señalando que el Estado de
tránsito “tiene derecho a oponerse a la circulación por su territorio de personas
que por cualquier razón le resulten non-gratas; el Estado que realiza la entrega
debe por ello ponerse en contacto con las autoridades diplomáticas del tercer
Estado acreditadas en aquél para que otorguen, si lo creen conveniente, el
oportuno salvoconducto para el extraditado y sus acompañantes” 42
Alcanza gran consenso la opinión de la necesidad de dispensar un tratamiento
diferente, menos riguroso, de la extradición stricto sensu en aras de viabilizar el
mismo, teniendo en cuenta la facilidad de las comunicaciones en el mundo de
hoy y las menores implicaciones del Estado de tránsito en tal procedimiento,
sobre todo cuando en poco tiempo se sobrevuelan territorios de numerosos
Estados sin que se produzca ningún aterrizaje 43.
No se trata de una nueva extradición, pues el tránsito no entraña intervención
jurisdiccional o estatal. Puede darse sin la existencia de Tratados, bastaría con
la presentación de la copia certificada de la Sentencia o del auto. Así se
consigna por ejemplo, en el Tratado firmado por Cuba con Colombia en fecha
28 de diciembre de 1932 en su artículo veintidós.
Por último se aborda la cuasi extradición como forma de manifestación de
esta institución, esta alude a los marinos desertores o delincuentes que se
refugian en buques anclados, en la que los trámites para concederla se
simplifican extraordinariamente bastando, por lo general, una pura petición de
tipo consular44.
I.5.-Entregas informales o Irregulares
Las entregas irregulares integran también la regla Male captus bene judicatus,
en este supuesto no se vulnera el principio de respeto a las soberanías
territoriales, pues el Estado donde se encuentra el individuo reclamado
colabora de cierta manera con el Estado interesado en la captura, pero dichas

42
COBOS GÓMEZ, M, A./CUERDA RIEZU, A., “La otra cara del problema: La extradición,
(procedimientos y efectos )”,en Revista de la Facultad de Derecho de la Universidad
Complutense Madrid, núm.57, Madrid,1979, pág. 175.
43
En este sentido PASTOR BORGOÑON, B., “Comentarios a la Ley 4/1985 de 21 de marzo de
Extradición Pasiva”, en Poder Judicial, núm.15, Madrid, 1985, págs.111-112 y 240-243.
44
VACAS MEDINA.,”La extradición y su procedimiento”, separata de la Revista de Derecho
Judicial, Madrid, 1962, pág.9; BUENO ARÚS, F., “Nociones básicas sobre la Extradición”, en
Revista de Documentación Jurídica, octubre-diciembre, núm.24, Ministerio de Justicia,
Secretaría General Técnica, Madrid, 1998, págs. 19-25.

24
entregas no se realizan conforme al procedimiento de extradición establecido
para ello, sino que se producen de manera informal o bajo el amparo de la
legislación que regula la expulsión de extranjeros.
La utilización de estas formas irregulares es más frecuente que la de los
secuestros internacionales, quizás sea porque la legalidad de este último es
menos cuestionable, al no vulnerarse el principio básico de Derecho
Internacional de respeto a las soberanías estatales. Así los Estados admiten
como válidos estos procedimientos de entrega alternativas a la extradición,
consistentes, en la generalidad de los casos, en la puesta en frontera y
detención practicadas por el Estado “requirente” de un sujeto para su
aprehensión por el Estado “requerido”, evitando la técnicas más formalistas
como la extradición, así puede citar el caso Sobbel45.
46
Estas técnicas vienen realizándose desde antaño por numerosos países , y
su fundamento se adjudica como mecanismo válido alternativos a la extradición
en la medida que no existe una regla que imponga taxativamente a los Estados
el servirse única y exclusivamente del procedimiento de extradición, aun
cuando existiere Tratado.
Es de considerar que esta proyección de la doctrina male captu bene
judicatus, también se debe desechar, aún cuando, esté presente el
consentimiento de los Estados en tales actos, pues resulta difícil concebir que
no se vulnere algún derecho fundamental del individuo al obviar reglas que se
reconocen en los procedimientos de extradición, pues son principios u
obstáculos que se imponen para que al menos el individuo tenga derecho a un
procedimiento con todas las garantías previstas en los Tratados concebidos al
efecto.
Conclusiones

 La extradición en su evolución histórica se convierte de un acto político


en un acto jurídico a través de normas que regularizan su ejecución y se
45
El secuestro llevado a cabo dentro del territorio mexicano fue realizado presumiblemente por
sus propias autoridades. Sobbel fue llevado contra su voluntad a la frontera con los Estados
Unidos, y ahí fue entregado a funcionarios norteamericanos, incluso antes de cruzar la frontera.
El gobierno norteamericano llevó a Sobbel a Nueva York, donde fue juzgado y condenado por
conspiración en el delito de espionaje, todos sus argumentos fueron desechados, incluyendo el
relativo a que se había violado el tratado de extradición, cfr. ROBLEDO-VERDUZCO, A.,ob.cit
pág 66.
46
Cfr. Sobre estas prácticas BASSIOUNI, M.C., Internacional Extradition and World Public
Order, Sijtohoff-Oceana, Leyden-Dobbs Ferry, 1974, pág.133-142.

25
encaminan paulatinamente hacia la protección de los derechos
fundamentales.
 Los elementos esenciales que deben configurar el concepto de
extradición son que la entrega se realice por un delito común, basada en
normas nacionales o internacionales preexistentes como parte del
auxilio judicial o cooperación entre los Estados.
 La entrega del extraditurus debe fundamentarse en el principio de
cooperación entre los Estados para evitar la impunidad y garantizar los
derechos que le son inherentes a su dignidad.
 Las formas de manifestación de la extradición condicionan los
instrumentos jurídicos necesarios circunstanciales para la entrega del
individuo.
 En el marco de las relaciones internacionales los tratados firmados entre
países pertenecientes al sistema continental y al sistema anglosajón,
debe buscarse un equilibrio de manera que la entrega se realice basada
en los principios que se configuran en los tratados, procurando la
intervención judicial como requisito previo.
 El principio de reciprocidad no debe constituir fuente autónoma en los
procedimientos de extradición en la medida en que no propicia un
régimen garantista para la entrega del individuo.
 Las entregas irregulares aunque no conllevan a violaciones de principios
internacionales, violan los derechos del individuo, razón por la cual no
pueden constituir una vía alternativa a la extradición.

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