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Tema 2

El efecto invernadero

2.1. El balance atmosférico de energía

¿Por qué sube la temperatura de la Tierra? ¿Si el clima es intrínsecamente variable,


por qué es tan preocupante el cambio que estamos experimentando actualmente? Es
un hecho bien conocido que el clima es variable y, como veremos en el capítulo 3, así
ha sido a lo largo de la historia del planeta. El clima en tiempos pasados ha dejado una
huella a partir de la cual, mediante sofisticadas técnicas, la paleoclimatología ha podido
ir descubriendo su evolución. A partir del análisis de las burbujas de aire atrapadas en
el hielo de los casquetes polares, nos podemos hacer una idea bastante precisa del clima
terrestre durante los últimos 800 000 años. Aunque con menos detalle, otros indicios
permiten conocer el clima hasta hace 500 millones de años. Toda esta información
nos permite saber que el clima de la Tierra ha experimentado épocas más frías y más
cálidas que la actual.
Lo que hace singular el presente calentamiento global es: 1) son las actividades
humanas las causantes; 2) la extrema rapidez con la que se está produciendo (en unas
pocas décadas cuando los cambios de origen natural en el pasado lo fueron en escalas
de tiempo mayores).
Por lo tanto, podemos cambiar la pregunta inicial por la siguiente: ¿Cómo modifica
la actividad humana la temperatura global? La respuesta está en que los gases de
efecto invernadero producidos por la quema de combustibles fósiles modifican el flujo
de energía a través del sistema climático. Para entender esta modificación hay que
analizar la forma en la que el planeta transporta y modifica la energía que recibe del
Sol.
Según las últimas estimaciones la energía que llega a la parte más externa de la
atmósfera procedente del Sol es de unos 340 W/m2 (recordemos que el vatio es la
unidad de potencia y equivale a la energía de un Julio por segundo), en su mayor parte

37
38 TEMA 2. EL EFECTO INVERNADERO

Figura 2.1: Flujos de radiación y balances en atmósfera y superficie. La radiación incidente se esti-
ma en 340 W/m2 en la parte superior de la atmósfera (TOA: Top of Atmosphere) y la reflejada en
100 W/m2 . Eso deja 240 W/m2 absorbidos por la Tierra, que son casi equilibrados por los 239 W/m2
emitidos por esta en la parte superior de la atmósfera. La diferencia es de unos 0,6 W/m2 , aproxima-
damente, capturados por el planeta y que pasan a formar parte de su reserva de calor. Fuente: IPCC
Fifth Assessment Report, Chapter 2.

en forma de radiación de longitud de onda corta1 . De este flujo de energía incidente


unos 100 W/m2 son directamente reflejados al espacio exterior por la atmósfera y la
superficie del planeta. Consecuentemente, la potencia solar absorbida por el planeta
es 341 W/m2 − 100 W/m2 = 241 W/m2 . Esta energía absorbida es la que mantiene la
atmósfera y los océanos en movimiento y, por lo tanto, la que a través de una serie de
complejas transformaciones define el clima. En la figura 2.1 se señalan los principales
flujos de energía que intervienen en el sistema climático.
La Tierra como todo cuerpo caliente emite energía. Se estima que desde la parte
externa de la atmósfera la Tierra emite 239 W/m2 , en forma de radiación de longitud
de onda larga. Como absorbe 340 W/m2 , el balance neto de energía, esto es, energía
absorbida menos energía emitida, es 240 W/m2 − 239 W/m2 = 1 W/m2 . Es decir, hay
un flujo energético de 1 W/m2 que queda atrapado en la atmósfera y que hace que

Se entiende por radiación de onda corta al rango de longitudes de onda (0, 4−4 µm) que comprende
1

el visible y visible cercano.


2.1. EL BALANCE ATMOSFÉRICO DE ENERGÍA 39

el planeta se caliente y, por lo tanto, la temperatura global aumente. Los valores que
se han manejado aquí han sido redondeados a valores enteros. El Quinto Informe del
IPCC establece un valor de 0,6 W/m2 , tal como indica en la figura 2.1.

2.1.1. La energía radiada y la temperatura


Veamos ahora qué es lo que está detrás de este desequilibrio energético que es la
causa del calentamiento global. Hemos hablado de energía incidente de longitud de onda
corta y de energía emitida de longitud de onda larga. Pero ¿qué queremos decir con
esto? Hay muchas formas de energía, térmica, química, eléctrica, elástica, nuclear, etc.,
y también se transmite de muchas formas. La Tierra en su conjunto, atmósfera incluida,
intercambia energía con el espacio exterior casi exclusivamente mediante radiación,
es decir, mediante ondas electromagnéticas. La emisión de energía radiante es una
característica de todos los cuerpos cuya temperatura sea superior al cero absoluto, que
es el cero en la llamada escala de grados Kelvin, 0 K = −273 ◦C. Cualquier cuerpo por
el simple hecho de estar a una temperatura superior al cero absoluto emite radiación
con unas características conocidas desde el siglo XIX como radiación del cuerpo negro.
La teoría del cuerpo negro proporciona unas ecuaciones que relacionan la radiación que
emite un cuerpo con la temperatura.
Un cuerpo negro emite radiación de todas las longitudes de onda, pero la intensidad
de la radiación en función de la longitud de onda depende de la temperatura del cuerpo.
Esta función llamada espectro del cuerpo negro, tiene forma de campana como se
muestra en la figura 2.2. En la figura se muestra el espectro de emisión del cuerpo
negro para varias temperaturas ilustrando cómo el máximo de la emisión disminuye y
se desplaza hacia menores longitudes de onda según disminuye la temperatura. Así, los
cuerpos muy calientes, con temperaturas superiores a los 7000 K emiten principalmente
en el rango del ultravioleta (longitud de onda corta). Según la temperatura de los
cuerpos disminuye hasta el rango 7000 K − 4000 K la emisión es principalmente en
el rango del visible, y para temperaturas inferiores a los 4000 K la emisión es en el
infrarrojo (longitud de onda larga).
La temperatura de la fotosfera, la parte externa del Sol, es aproximadamente de
5700 K y, por tanto, la máxima emisión corresponde al visible, razón por la que vemos
el Sol brillante. Por otra parte, como la temperatura media de la Tierra es de 288 K =
15 ◦C la radiación que emite está, mayormente, en el rango del infrarrojo. Como la
radiación infrarroja no es visible, nuestro planeta no brilla.
El flujo de potencia de onda larga que emite la Tierra al exterior y que se estima
en 239 W/m2 , ver figura 2.1, es básicamente radiación infrarroja. Ahora es cuando
estamos en condiciones de analizar el papel que juegan los gases de efecto invernadero
en el balance global de energía, que describimos en la siguiente sección.
40 TEMA 2. EL EFECTO INVERNADERO

Figura 2.2: Variación del espectro de radiación del cuerpo negro con la temperatura. Los cuerpos más
calientes emiten radiación principalmente de onda corta que es más energética, mientras que el rango
de la radiación de los cuerpos más fríos se desplaza hacia longitudes de onda mayores y por tanto de
menor energía. Fuente: https://glossary.periodni.com/glossary.php?en=blackbody+radiation

2.1.2. La atmósfera
No toda la radiación solar que incide sobre la parte más externa de la atmósfera llega
a la superficie terrestre. La atmósfera selecciona algunas componentes de la radiación
solar. Parte de la radiación se refleja y parte se absorbe y es dispersada por los gases,
el vapor de agua y las partículas que forman la atmósfera.
Los gases atmosféricos absorben energía solar de forma selectiva en lo que se cono-
ce como bandas de absorción. Estas bandas son rangos de longitudes de onda para las
cuales los gases atmosféricos absorben la radiación. Igualmente hay bandas de transmi-
sión o ventanas para las que la atmósfera es transparente. La mayoría de la radiación
letal es de muy baja longitud de onda, rayos Gamma, rayos-X y los rayos UV son
absorbidos por el oxigeno, nitrógeno y ozono. El dióxido de carbono y el vapor de agua
absorbe la radiación en el rango del rojo y el infrarrojo. Como estamos interesados en
valores medios anuales sobre toda la superficie terrestre, no vamos a considerar que la
intensidad de la radiación que incide sobre la superficie terrestre depende de la latitud
del lugar, de la estacionalidad, de la nubosidad y de la contaminación.
La superficie terrestre también refleja, absorbe y emite radiación. La radiación re-
flejada por el suelo es fundamentalmente luz visible, por eso la Tierra parece brillante
desde el espacio exterior. La radiación emitida por la Tierra debido a que se encuentra
a una temperatura de 17 ◦C se encuentra en el rango del infrarrojo con un máximo de
2.2. LOS GASES DE EFECTO INVERNADERO 41

emisión en 970 nm2 y, aunque es relativamente pequeña durante el día, es la radiación


dominante durante la noche.
En la figura 2.3 se compara cómo la atmósfera filtra la radiación solar incidente
y la emitida por la Tierra. Nótese que la parte superior, en color, corresponde a la
radiación transmitida y la parte inferior, en gris, a la radiación absorbida. Es decir,
que ambas partes son como el positivo y el negativo de la misma foto. En la parte
inferior se muestra la absorción de cada uno de los gases, con la posible sorpresa de
que el vapor de agua es el mayor absorbente de radiación térmica, larga longitud de
onda. Podemos ver que después vienen otros gases de efecto invernadero como son el
dióxido de carbono, el metano y el óxido nitroso.
Ahora nos podríamos preguntar por qué si el vapor de agua es el gas más absorbente
de la radiación térmica, hay tanta preocupación por las emisiones de dióxido de carbono.
El efecto de calentamiento que ofrece la atmósfera es un fenómeno natural que permite
que la Tierra sea un planeta habitable. Si no hubiera atmósfera la temperatura de la
superfice terrestre sería parecida a la de la superfice lunar co variaciones diarias entre
123 ◦C y −233 ◦C. La atmósfera se calienta y también se enfría emitiendo radiación al
espacio, y cuando ambos mecanismos están en equilibrio la temperatura atmosférica
se mantiene más o menos constante. El problema surge cuando no hay equilibrio entre
los procesos de enfriamiento y calentamiento. Mientras que la concentración de vapor
de agua en la atmósfera permanece prácticamente constante, la de dióxido de carbono
está aumentando rápidamente alterando el equilibrio y consecuentemente originando
un calentamiento global.

2.2. Los gases de efecto invernadero


Se llaman gases de efecto invernadero a todos los gases que absorben radiación in-
frarroja. Los principales son: vapor de agua (H2 O), dióxido de carbono (CO2 ), metano
(CH4 ), óxido de nitrógeno (N2 O), ozono troposférico (el estratosférico no lo es) (O3 ,) y
otros gases artificiales como los clorofluorocarbonos. La intensidad del efecto inverna-
dero de un gas depende de su concentración en la atmósfera y de su propia capacidad
de absorción de radiación infrarroja.
La figura 2.4 muestra la evolución, durante el período 1979-2016, de la contribución
al desequilibrio radiativo de cada uno de los gases de efecto invernadero de origen
antrópico. El dióxido de carbono ha sido el dominante durante todo este período y su
contribución ha ido en aumento; no así la de los otros gases, que se ha ido manteniendo
constante durante las cuatro últimas décadas. Eston no excluye un aumento futuro de
la parte correspondiente al metano, sobre todo si se liberan los depósitos capturados
por el permafrost o depositado en el fondo de los océanos en forma de hidratos.
Veamos por separado cada uno de estos gases.
2
Recordemos que 1 nm = 1 × 10−9 m.
42 TEMA 2. EL EFECTO INVERNADERO

Figura 2.3: Bandas de absorción de las radiaciones solar y terrestre por parte de atmósfe-
ra debido a la presencia de gases de efecto invernadero. Arriba la radiación solar, en rojo,
y la radiación terrestre, en azul. En el centro el porcentaje de radiación absorbida por la at-
mósfera y abajo la contribución de cada gas a dicha absorción. Source: Global Warming Art,
http://www.globalwarmingart.com/wiki/File:Atmospheric-Transmission.png
2.2. LOS GASES DE EFECTO INVERNADERO 43

Figura 2.4: (Escala de la izquierda): Crecimiento progresivo del desequilibrio energético de la Tierra
desde entre 1979 y 2016 debido a los GEI y desglosado por gases. El crecimiento se mide relativo al
año 1750, convencionalmente señalado como el del comienzo de la Revolución Industrial, y en el cual
se asume que el desequilibrio fue nulo. Los GEI emitidos hacen que la atmósfera actual impida que
3 W/m2 sean devueltos al espacio (esta es solo la influencia de los GEI, sin contar otros factores).
(Escala de la derecha): el índice relativo de cada gas, que mide la proporción en la que cada GEI afecta
al forzamiento radiativo. Este índice es relativo al año 1990, en el cual se la da el valor de 1. Fuente:
NOAA - Climate.gov
44 TEMA 2. EL EFECTO INVERNADERO

2.2.1. Dióxido del carbono


Este gas ha sido siempre un constituyente de la atmósfera y forma parte del ciclo
natural del carbono, siendo absorbido por las plantas y emitido por los animales. Su
concentración ha ido aumentando durante los últimos cien años debido a la quema de
combustibles fósiles hasta alcanzar unos niveles de concentración nunca vistos en los
últimos 650 000 años3 . En el panel superior de la figura 2.5 se representan los valores
de la concentración de CO2 en los últimos 2000 años, y en la figura 2.6 en el periodo
1960-2010, donde se observa el espectacular incremento que se ha experimentado desde
el siglo XIX. Desde los valores de la época preindustrial que eran aproximadamente
de unas 280 partes por millón hasta las 406 ppm de agosto 2017, se ha producido un
incremento del 45 % en menos de 200 años.
Las variaciones estacionales (en rojo) observadas en los ciclos anuales en la figura 2.6
son debidas al crecimiento de la vegetación durante la primavera y el verano en el
hemisferio norte, que es en el que se encuentra la mayor parte del suelo continental.
El crecimiento de la vegetación fija CO2 , mientras que en el periodo frío se vuelve a
liberar por la descomposición de la misma vegetación.
Los datos son aún más impresionantes si se comparan con los valores de la con-
centración en los últimos 420 000 años, ver figura 2.7. Estos datos se han obtenido a
partir de las burbujas de aire atrapadas en el hielo depositado en los casquetes polares,
concretamente por la estaciones de Vostok, EPICA y Law Dome en la Antártida. Los
valores de la concentración varían entre los 180 ppm en los períodos más fríos (glacia-
ciones) , hasta los 280-300 ppm en los periodos más cálidos (interglaciares). La figura
permite comparar la correlación entre la temperatura global y la concentración de CO2
en la atmósfera4 .
En la figura 2.7 se muestran los datos de temperatura y concentración atmosférica
de CO2 extraídos de testigos de hielo procedentes de las estaciones antárticas Vostok,
EPICA y Law Dome representados junto a los obtenidos en Mauna Loa. La elipse
encierra los datos de los 420.000 años que preceden a la Revolución Industrial. Los datos
combinados de Law Dome cubren el período 1840-presente y muestran al aumento de
CO2 y el correspondiente aumento de temperatura resultante, que salen, claramente,
del dominio (elipse) en el que se movieron durante las grandes glaciaciones.
La mayor parte de este aumento de la concentración de CO2 en los últimos 200
años se debe a la quema de combustibles fósiles, carbón, petróleo y gas natural, a los
procesos industriales y al cambio de uso del suelo. Este aumento se está acelerando: de
3
Según Hönisch et al., Science, Vol. 324. no. 5934, pp. 1551 – 1554, la concentración máxima de
CO2 en los últimos 2.1 millones de años fue de 280 partes por millón.
4
Aunque estas figuras muestran una clara correlación entre temperatura y concentración de CO2 ,
las causas que originaron estos cambios parecen estar relacionadas con variaciones cíclicas de la órbita
terrestre, como describiremos en el siguiente capítulo. También parece que el océano según su tempe-
ratura ha jugado un importante papel regulador acumulando y emitiendo CO2 según ha variado su
temperatura.
2.2. LOS GASES DE EFECTO INVERNADERO 45

Figura 2.5: Reconstrucción del histórico de concentraciones de los tres principales GEI. Período hasta
1750 (Izquierda); Era Industrial (derecha). Fuente: IPCC Fifth Assessment Report, Chapter 6.
46 TEMA 2. EL EFECTO INVERNADERO

Figura 2.6: Medida directa de la concentración de dióxido de carbono en el observatorio de Mauna


Loa, Hawaii, realizada por Charles Keeling. La línea roja representa la variación estacional mientras
que la azul es la media anual.
2.2. LOS GASES DE EFECTO INVERNADERO 47

Figura 2.7: Evolución histórica de la concentración de CO2 y de la temperatura global. Datos obtenidos
a partir del análisis de los testigos de hielo extraidos en Vostok. Nótese que la máxima concentración en
la figura es de 300 ppm y que la concentración actual en 2017 supera los 400 ppm. Philippe Rekacewicz,
UNEP/GRID-Arendal. Source: http://maps.grida.no/go/graphic/temperature-and-co2-concentration-
in-the-atmosphere-over-the-past-400-000-years
48 TEMA 2. EL EFECTO INVERNADERO

Figura 2.8: Anomalía de temperatura global vs. concentración de CO2. Fuente: adaptado de Etkin
2010.
2.2. LOS GASES DE EFECTO INVERNADERO 49

un ritmo de incremento de 0,5 ppm/año en los años 50 del pasado siglo, se ha pasado
a valores de 2,5 ppm/año en la actualidad.
En la figura 2.9 se muestran los sumideros y fuentes principales, así como los flujos
de carbono más importantes. A destacar entre las de origen antrópico: la quema de
combustibles fósiles, que representa una emisión anual de dióxido de carbono a la
atmósfera de 7,8 GtC5 equivalentes de carbono; los cambios de uso del suelo, con una
emisión neta de 1,1 GtC/año. Por otra parte, 2,3 GtC/año son absorbidas por el océano
y 2,6 GtC/año lo son por el suelo (datos referidos al período 2000-2009)
Entender el mecanismo de absorción de CO2 por el suelo es esencial para poder
estimar futuros niveles de concentración en la atmósfera. Aunque se ha escrito mucho
sobre el efecto fertilizante del CO2 atmosférico, lo cierto es que los estudios están lejos
de ser concluyentes y el debate sigue abierto. Parece que efectivamente durante las
décadas de los 80 y los 90 se produjo un incremento de la vegetación terrestre [Nemani
et al, 2003], pero la tendencia se ha invertido en la primera década del siglo XXI
[Zhao and Running, 2010]. Aunque la causa de esta inversión no está suficientemente
confirmada, todo parece indicar que se debe a la disminución de las precipitaciones en
grandes extensiones de Sudamérica, del sur de Africa y de Australia. No parece pues
que se pueda contar con este proceso para secuestrar CO2 y contrarrestar las emisiones
antropogénicas.

2.2.2. Metano y óxidos de nitrógeno


El metano y el óxido nitroso son respectivamente el segundo y tercer gas de efecto
invernadero después del dióxido de carbono. Medidas precisas de la concentración de
estos gases muestran que la concentración de los mismos en la atmósfera ha aumentado
de forma espectacular respecto a los niveles preindustriales (Véase el panel intermedio
de la figura 2.5 y la figura 2.10). Este hecho es especialmente preocupante en el caso
del metano porque no se conoce completamente el origen de toda esta emisión a la
atmósfera.
La concentración de metano es casi 200 veces menor que la de CO2 y sin embargo
representa un 17 % del efecto invernadero antropogénico6 , lo que una idea de la su gran
capacidad para absorber radiación infrarroja. Comparado con el CO2 , su tiempo de
residencia en la atmósfera es mucho más corto, unos pocos años frente siglos [Archer
et al., 2009].
Aproximadamente la mitad de las emisiones de metano a la atmósfera son debidas
a la actividad humana. La principales fuentes son la fermentación anaeróbica en zonas
pantanosas, cultivos de arroz, ganado y termitas, la quema de combustibles fósiles y
5
1 gigatón equivale a 109 toneladas
6
En las figuras 2.5 y 2.10 la concentración de CH4 está dada en partes por mil millones (ppb),
mientras que la de CO2 está en partes por millón (ppm).
50 TEMA 2. EL EFECTO INVERNADERO

Figura 2.9: Esquema simplificado del ciclo global del carbono. Las cifras representan la masa en de-
pósitos (en PgC) y los flujos anuales de intercambio (en PgC/año). Las cifras y flechas en negro
representan las estimaciones para flujos y depósitos antes de 1750. En rojo, las de origen antrópico
correspondientes al período 2000-2009. Fuente: IPCC Fifth Assessment Report, Chapter 6.
2.2. LOS GASES DE EFECTO INVERNADERO 51

Figura 2.10: (a) evolución de la concentración de metano a partir de tres bases de datos (verde,
UC Irvine; rojo, MIT; negro, NOAA). (b) Ritmo de aumento anual de la concentración de metano
utilizando el mismo código de colores que en (a). Fuente: IPCC, AR5, WGII, Chapter 2 (2013).
52 TEMA 2. EL EFECTO INVERNADERO

escapes de gas; fuentes tradicionales a las que hay que añadir en la actualidad el metano
el liberado por el derretimiento del permafrost.
Finalmente, mencionar que el aumento en la concentración de oxido de nitrógeno
(véase el panel inferior de la figura 2.5) se debe fundamentalmente al uso de fertilizantes
nitrogenados. Aunque su concentración es la tercera en valor numérico, su efecto es
importante porque su molécula es un potente absorbente de radiación infrarroja.

2.2.3. Vapor de agua


El vapor de agua es el gas de efecto invernadero más importante, es decir, el que
más contribuye al calentamiento de la atmósfera. Sin embargo, juega un papel complejo
porque si bien contribuye a aumentar la temperatura lo que conlleva una mayor tasa de
evaporación, también es cierto que una atmósfera más húmeda tiene mayor tendencia
a formar nubes. Y las nubes juegan un doble papel en el calentamiento de la atmós-
fera porque si bien absorben radiación infrarroja, también aumentan la reflexión de la
radiación solar. Este es quizá uno de los problemas más complejos de parametrizar en
los modelos climáticos.

2.3. Forzamientos y variabilidad climática


Además de la composición química de la atmósfera, hay otros agentes que influyen
en el clima. De hecho, en la determinación del clima intervienen interacciones complejas
entre las partes constituyentes del sistema climático que a su vez está influido por los
llamados forzamientos externos. Como veremos al final del tema, los modelos climáticos
son un compendio de todo lo que se conoce sobre la dinámica del clima, en cuanto que
incluyen todos los mecanismos detallados que determinan su evolución.
El sistema climático está formado por la atmósfera, la hidrosfera, la criosfera, la
litosfera y la biosfera. Todas estas partes interaccionan entre sí y están además afectadas
por los llamados forzamientos externos, de los cuales el Sol es el más importante. En
la figura 2.11 se muestra un esquema del sistema climático en el que también figura
como forzamiento externo la actividad humana.
En el esquema de la figura 2.12 se resumen los agentes externos o forzamientos
capaces de inducir cambios en el sistema climático. Todo cambio en el clima involucra
alguna redistribución de la energía entre sus componentes. Pero se puede distinguir
entre forzamientos radiativos, aquellos que afectan directamente a los flujos de ener-
gía radiativa tanto incidentes como salientes, y los forzamientos no radiativos que no
afectan directamente a estos flujos radiativos. Así, cambios en la irradiancia solar y
variaciones en la órbita de la Tierra son forzamientos radiativos. Otros ejemplos de
forzamientos radiativos son la actividad volcánica y la actividad humana porque in-
ducen cambios en la composición atmosférica que alteran los flujos de energía que la
atraviesan.
2.3. FORZAMIENTOS Y VARIABILIDAD CLIMÁTICA 53

Figura 2.11: El sistema climático, sus componentes e interacciones mutuas. Source: IPCC Fourth
Assessment Report, chapter 1, Historical Overview of Climate Change Science.

Un ejemplo de forzamiento no radiativo es el cambio en la conformación de los


continentes y del océano, que afecta a la forma en que se distribuye la energía entre los
componentes del sistema pero no afecta directamente a los flujos de la radiación.
Asociar un determinado cambio climático a una causa concreta es generalmente
muy difícil si no imposible, porque no siempre hay un relación unívoca causa-efecto,
sino que debido a la interconexión entre las partes del sistema climático un forzamiento
puede modificar varias partes en mecanismos de retroalimentación.
En el proceso de relacionar la causa y efecto es importante tener en cuenta la escala
temporal. Por escala temporal se entiende el periodo de tiempo en el cual se produce
un determinado cambio. Las variaciones en la órbita terrestre se producen en escalas
temporales del orden de decenas de miles de años a cientos de miles de años, mientras
que las variaciones causadas por la deriva de los continentes se miden en millones
de años. En el otro extremo de la escala está, por ejemplo, el forzamiento debido a la
actividad humana, en la que cambios en la vegetación, por ejemplo,de una zona pueden
producirse incluso en unas pocas décadas.
El uso de los gases clorofluorocarbonos se extendió unos pocos años antes de que se
notara su efecto en la capa de ozono, mientras que las emisiones de dióxido de carbono
pueden producir su mayor impacto en décadas o siglos. En la tabla 2.1 se presentan
algunas valores de escala característicos.
La comparación de las respectivas escalas temporales permite una regla sencilla
para correlacionar las causas y los efectos. Así, podemos decir que sucesos que ocurren
54 TEMA 2. EL EFECTO INVERNADERO

Figura 2.12: Esquema de los forzamientos externos, las interacciones entre los componentes de sistema
climático y como la respuesta es la variabilidad climática.

FORZAMIENTOS EXTERNOS Tiempo en años


Variabilidad solar 10−1 − 109
Deriva continental, cambios orográficos, cambios del nivel del mar 106 − 109
Cambios en la órbita terrestre 103 − 105
Emisiones volcánicas 1 − 106
Actividades humanas 10−1 − 102
PROCESOS INTERNOS
Interacción atmósfera-océano-criosfera 102 − 105
Interacción atmósfera-océano 1 − 104
Variaciones internas en la atmósfera 10−1 − 10
Cuadro 2.1: Escalas temporales en el sistema climático.
2.3. FORZAMIENTOS Y VARIABILIDAD CLIMÁTICA 55

en escalas de tiempo muy diferentes no están correlacionados. Los ciclos once años en
la actividad solar no pueden estar relacionados con cambios en escala geológica. Ni la
precesión de los equinoccios, movimiento que requiere tiempos del orden de decenas de
miles de años, puede estar relacionado con cambios observados en los últimas decenas
de años.

2.3.1. La variabilidad climática natural y la antropogénica


Que el clima es variable es un hecho con el que todos estamos familiarizados. En
el capítulo 3 veremos cómo la reconstrucción de la historia del clima confirma esta
propiedad del clima. Ahora lo que nos interesa resaltar es si el calentamiento global
que estamos sufriendo actualmente puede ser explicado como consecuencia de un for-
zamiento natural o es debido a la modificación antropogénica de la concentración de
los gases de la atmósfera.
Retomando el argumento anterior sobre las escalas temporales, lo primero que hace-
mos notar es que si el calentamiento global reciente ha tenido lugar aproximadamente
en los últimos 150 años, podemos olvidarnos de forzamientos que evolucionan en escalas
temporales mucho mayores. Así, podemos ignorar los cambios orbitales y la deriva de
los continentes, y tendremos que considerar tanto la variabilidad de la actividad solar
como la actividad volcánica, porque su rango de variabilidad solapa con el rango del
reciente cambio climático.
De nuevo nos referimos al capítulo 3 para una descripción más detallada de las
variaciones de las actividades solar y volcánica. Baste ahora mencionar que la actividad
solar observada en los últimos cinco siglos muestra variaciones del orden del 0,1 %, como
se muestra en la figura 2.13.
La actividad volcánica en los últimos siglos se ha limitado a algunos episodios
relativamente breves durante los cuales se emiten a la atmósfera ingentes cantidades
de CO2 junto con otros gases sulfurosos y cenizas, que han tenido un claro efecto en la
temperatura global. Las cenizas y aerosoles en suspensión, tanto directamente porque
reflejan parte de la radiación solar incidente, como indirectamente porque favorecen la
formación de nubes, tienen un efecto (forzamiento radiativo negativo) refrescante. Sin
embargo, el enfriamiento observado después de la grandes erupciones estudiadas sólo
ha durado unos pocos meses, que es aproximadamente el tiempo necesario para que las
cenizas y otros aerosoles se depositen en la superficie terrestre. Pocos meses después
de la erupción del Pinatubo se produjo una disminución de la temperatura global de
aproximadamente 0,5 ◦C.
En la figura 2.14 se muestra un esquema de los principales forzamientos radiativos
que se han identificado en el clima en el periodo comprendido entre 1750 y 2005.
La cuestión más importante es la asignación cuantitativa de cada uno de los for-
zamientos radiativos a variaciones en la temperatura global. Para ello se tiene que
recurrir a los modelos climáticos, que permiten estimar la variabilidad climática como
56 TEMA 2. EL EFECTO INVERNADERO

Figura 2.13: Distintas reconstrucciones de la constante solar desde 1745. Fuente: IPCC Fifth Assess-
ment Report, Chapter 6.
2.3. FORZAMIENTOS Y VARIABILIDAD CLIMÁTICA 57

Figura 2.14: Forzamientos medios globales de los agentes externos y de los mecanismos interactivos
entre las partes del sistema climático. En rojo los forzamientos positivos, favorecedores del calen-
tamiento, y en azul los negativos, que mitigan el calentamiento. Source: IPCC Fourth Assessment
Report, chapter 2, Changes in Atmospheric Constituents and in Radiative Forcing.
58 TEMA 2. EL EFECTO INVERNADERO

respuesta a los forzamientos. Por ejemplo, en la figura 2.15 se comparan resultados de


la simulación con los valores observados de la temperatura global. En la figura superior,
los valores observados (en negro) se comparan con la simulación (línea roja) cuando
se consideran tanto los forzamientos naturales como los antropogénicos. En la figura
inferior no se han tenido en cuenta los forzamientos antropogénicos, y el resultado de
la simulación (línea azul) claramente no reproduce el calentamiento global a partir de
la década de los 60 del siglo pasado.
Pero no es sólo la temperatura global, los modelos climáticos también reproducen
variaciones climáticas locales, como se muestra en la figura 2.16
Por lo tanto, podemos concluir que los modelos actuales son capaces de reprodu-
cir aceptablemente la variabilidad local y global del clima terrestre. Sin embargo, la
resolución espacial de los modelos actuales no es suficiente para describir variaciones
climáticas regionales, que es lo que afecta a la mayor parte de la sociedad y a los go-
biernos. Para éstos, lo que realmente preocupa es cómo afecta el calentamiento global
al clima de su región. Para resolver este problema se están desarrollando prometedores
modelos climáticos regionales [Houghton, 2009].
La cuestión es pues, si el hecho de que los modelos matemáticos reproduzcan la
realidad climática es una prueba incuestionable de que los gases de efecto invernadero
son la causa del calentamiento global. Desde un punto de vista científico, un modelo
se valida si las predicciones del mismo se ajustan a los resultados experimentales. Pero
con el clima no se pueden hacer experimentos controlados. Todo lo que tenemos es una
serie de datos históricos con los que se comparan continuamente las predicciones de los
modelos. Los resultados permiten asegurar que los modelos son fiables. Como veremos
más adelante, los modelos parten de unas condiciones iniciales, esto es, de ciertos valores
para las variables que definen el clima, y a continuación se lanza el programa que modela
la evolución del clima con el tiempo. Sabemos que las ecuaciones climáticas tienen
soluciones caóticas, pero si se promedian las predicciones de los modelos cambiando
las condiciones iniciales, se obtiene siempre el mismo resultado: si se incluyen en la
simulación los gases de efecto invernadero se observa calentamiento global.
2.3. FORZAMIENTOS Y VARIABILIDAD CLIMÁTICA 59

Figura 2.15: En negro, representación de tres bases de datos de anomalías de la temperatura global
(HadCRUT4, GISTEMP y MLOST), comparada con las simulaciones de modelos (CMIP3, en azul, y
CMIP5, en amarillo): (a) forzamiento natural + antrópico; (b) forzamiento natural; (c) únicamente
forzamiento debido a GEI. Base de referencia período 1880-1919. Fuente: adaptado de IPCC Fifth
Assessment Report, Chapter 10.
60 TEMA 2. EL EFECTO INVERNADERO

Figura 2.16: Anomalías de temperatura global para distintas regiones: observaciones (negro); simula-
ciones de modelos CMIP3 y CMIP5 con todos los forzamiento (rojo); simulaciones de modelos CMIP3
y CMIP5 con solo el forzamiento natural (azul). Línea base: 1880-1919 para todas las regiones excepto
Antártida (1950-2010). Fuente: IPCC Fifth Assessment Report, Chapter 10.

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