Está en la página 1de 22

-No mamá – dijo Ramón- ¡Yo no fui ! Estaba cerca de los pasteles.

Los estaba soplando para que se enfriaran y de pronto…

-De pronto ¿ Que ? – preguntó mamá conejo.


-De pronto llegó un marrano grande, gordo y sucio.
Me empujo y se llevó el pastel.
-¿Un marrano sucio? Preguntó mamá conejo.
-¡si!, un marrano grande, gordo, sucio y cubierto
de lodo- respondió Ramón.
-¡oh! –exclamó mamá conejo-. Entonces es
mejor que te dé un buen baño.
Mamá conejo abrió la llave del agua caliente, y tomó el
 jabón de hierbas y el cepillo para restregar.
Lo que mas le molesta a Ramón era el olor
de ese jabón y la piquiña que le producía.
-Ya está listo, Ramón, métete al agua-dijo
Mamá.
-¡Un momento! – suplicó Ramón- . ¡Acabo de
recordar que no fue un marrano sucio!
-¡Tonterías, Ramón!, todos los marranos son
sucios – dijo mamá conejo-. Ahora, métete al agua.
-Es que no fue un marrano –dijo Ramón.
-Fue un perro grande. Me empujó y se llevó
el pastel –dijo Ramón.
- ¡Un perro grande!. Exclamó mamá.
- S… sí – dijo Ramón-. Fue un perro grande y
lanudo que venía por el camino.
- ¡No te muevas! –le advirtió mamá.
- ¿Qué pasa, mamá?
- Ese perro lanudo está lleno de pulgas.
Mamá conejo corrió al botiquín.
- ¡ah! ¡Aquí esta el remedio contra las pulgas!.
-¡Pero mamá!...
-¡Quédate quieto, Ramón! No respires
mientras te rocío este polvo por todo el cuerpo.
- ¡Espera! -grito Ramón-. Acabo de recordar
que no fue un perro.
- ¿No fue un perro?- pregunto mamá conejo.
- No, mamá. Fue… un… un zorro malvado.
- ¡Un zorro! – grito mamá,
asustada- ¡Dios mío!.
¡Rápido, niños, cierren todas
las puertas con llave! ¡No
iremos a pasear hoy!
- ¡Oh, no – murmuró
Roda.
- Pero, ¡Por que? – gimió
Rena.
- ¿Qué pasa? – preguntó
Ricky.
- ¡Un zorro! – explicó
mamá-. ¡ Hay un zorro
rondando nuestro hogar!
Ramón no se atrevía a mirar a nadie. Se
acurrucó en un rincón y cerró con fuerza
sus ojos rosados. Nunca se había sentido
tan solo en toda su vida. Había arruinado
el paseo y estaba arrepentido.
- Mamá – dijo Ramón con una gran lágrima
rodando por la mejilla – Ya recuerdo quien se
comió el pastel.
- ¿Quieres decir que no fue un zorro?
- pregunto mamá.
Ramón negó con la cabeza.
- ¿ Fue un perro lanudo o un marrano ?
- No, ninguno de los dos – dijo Ramón
sollozando-. ¡ Fui yo! Yo me lo comí y siento
mucho haber arruinado el paseo.
- Bueno, bueno – lo consoló mamá conejo-.
 Yo siento mucho que no me hayas dicho la
verdad desde el comienzo.
- Yo también – dijo Ramón -. Me duele mantener
ese secreto.
- Me alegra una cosa –dijo mamá conejo.
-¿Qué cosa? – pregunto Ramón.
- Me alegra saber que no hay zorros alrededor
Ramón y todos los conejitos se rieron.
-¿Podemos ir a pasear? –pregunto Rudy.
-¿Podemos? – preguntaron Roda, Rena Ricky
y Margarita Rosa.
-¡Claro que sí - dijo mamá conejo.
Entonces mamá conejo se fue de paseo con sus
seis conejitos. Ramón le ayudó a mamá a extender
el mantel. Y mientras Ricky, Roda, Rena, Rudy y
Margarita Rosa se comían el pastel de zanahoria,
Ramón mordisqueaba un trébol.

También podría gustarte