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La verdad, parecería que la conducta agresiva- activa o pasiva es un mal hábito, que
trae serias y fatales para la persona que la sufre, vive y padece intensamente.
Perseguir, vigilar, acosar, prohibirle a una persona trabajar afuera, superarse mediante
el estudio o tener control de su propia sexualidad.
Según Leyman (1993) define el acoso moral como stress social, pero también es
conocido como los constantes, consecuentes y seguidos actos dereganar, atacar,
maltratar, asediar Hirigoyen (2000) dijo que es un atentado a la integridad psicológica
y emocional de una persona, es un ataque contra su identidad.
manejo de crisis ante el acoso moralDentro del seno del hogar pueden darse las
peores injurias, sin darnos cuenta, que así se menoscaba con ello nuestra salud
mental y física, sin menospreciar el dañó permanentemente espiritual, que se le
produce a una persona porque se está vulnerando lo más elementales derechos
humanos.
Hirigoyen (2000) expreso que la violencia perversa, una vez instalada en el hogar,
constituye un engranaje infernal difícil de frenar, pues tiende a traspasarse de
generación en generación.
Repulsión afectiva, exigencias excesivas sin correlación con la edad del niño (a), toda
consigna o inyecciones educativas contradictorias o imposibles.
No cabe duda que esta violencia que nunca es anodina, puede ser indirecta y afectar a
los niños solo de rebate o salpicadura. O muchas veces puede trastocar a un niño(a) a
quien se quiera eliminar.
Pinuel (1999), y Martínez (2002) indican que por la educación recibida son las mujeres
las que presentan mayor tendencia a recibirlo y a sufrirlo toda su vida.
Son precisamente las mujeres las que siempre encuentran la justificación para ser
culpables, su inseguridad las lleva a demostrar mas rápidamente, que los hombres sus
problemas de autoestima, autoconfianza, automerito y viven con la agonía de sus
propios internos contraataques de ansiedad, pánico y autodestrucción.
Obviamente, esta conducta muy mal aprendida las lleva a ser más débiles
emocionalmente que los hombres.
Posiblemente, se eche la culpa y diga que no merece el amor de su esposo por ser
una pusilánime, que es lo que él necesita hacerle creer para tener el absoluto y total
control de la relación.
Los perversos falsifican muy bien su violencia perversa, que no puede extrañar que
sea muy frecuente, que ellos hagan el papel de victimas, por la buena imagen que
proyectan de sí mismo.
En esta fase se puede matar el cuerpo de una persona, por el maltrato psicológico
recibido. La mujer empieza a tomar tranquilizantes, depresivos y hasta deja de comer.
Con esta acción ella quiere hacerle saber a su pareja, que es cierto que ella es nadie y
se anula psíquicamente.
Aun cuando se tenga una buena imagen de sí mismo, la persona pierde conciencia de
su propio valor. Cuando la Tirania es domestica y la desesperación es individual la
muerte alcanza un objetivo primordial y se apodera el sentimiento de no Ser.
Aparece en esta situación una constante particular no hay rastro, no hay sangre, y no
hay cadáver. El muerto está vivo y no hay nada que lo pueda incriminar. El muerto
está vivo y todo es normal.
Esto coloca a su pareja en una angustia terrible porque es quien tiene que hacer la
toma de conciencia y manejar toda la gama de manipulación. Cuando sucede esto la
mujer siente ira, vergüenza por no haber sido amada y vergüenza por aceptar
humillaciones y padecido el trato cruel y sin sentimientos de su pareja.
El odio acumulado aparece abiertamente y se ve a plena luz y es muy similar al delirio
de persecución.
Aquí la mujer no importa lo que haga siempre será un objeto de odio por haber
expresado y desafiado la imagen ideal que su pareja tenía de ella. Además, el
necesitara desesperadamente formar otra relación “ideal” basada en el odio de su
anterior pareja.
La conclusión que se desprende de todo esto es que en los perversos el amor tiene
que estar separado del odio y a la vez es vital, para tener fuerzas estar rodeado de
este malsano y espantoso sentimiento.
Según Lemaire (1979) algunas de las conductas vengativas tras una separación o
divorcio pueden expresarse de la siguiente manera, para no odiarme a mí mismo
necesito volcar todo mi odio contra otro, en este caso su anterior pareja, porque
considero que en otro tiempo formo parte de sí mismo.
Muchas veces esto se llama “Stalking” o acoso. Esto ocurre con antiguos amantes o
parejas que no quieren soltar a su pareja.
Generalmente, las victimas se defienden mal sobre todo si creen que por haber
tomado la decisión de la separación, lo cual es a menudo el caso y mantienen una
actitud generosa esperando escapar de su perseguidor. La conducta perversa lo que
pretende es desestabilizar al otro y le hace dudar de si mismo y de los demás.
Para ello todo vale, las insinuaciones, las mentiras y los absurdos.
Para tener éxito el agredido no debe dejarse impresionar, no debe demostrar ninguna
duda de si mismo, ni sobre las decisiones que haya tomado. Un hallazgo significativo
en todo esto es aceptar que el que tiene un comportamiento perverso se negara a
tener comunicación directa.
Esta será su arma absoluta para demostrar la nulidad de su víctima. Los seres que
tienen conductas perversas no hacen otra cosa más que reproducir lo que padecieron
en su infancia, lo que vieron en acción en su propia familia.
No naciste para destruirte, sino para construir y aprender de errores y lecciones que
son parte vida.
La curación
A continuación aparecerán del libro ‘” Superar el dolor Emocional” de John Preston los
pasos para empezar el proceso de curación.
1- No te hagas más daño– El primer paso es no empeorar las cosas. Hipócrates
estableció que la primera norma de un medico es ” No agravar la enfermedad”.
Las personas disponen de una capacidad natural de sanción emocional. Por eso sin
duda la primera regla debería ser “No empeores las cosas”.
Evitemos entonces lo siguiente: Bloque psicológico, echar más leña al fuego, hacer
malos augurios o excesivo pesimismo entre otras conductas que sin duda no ayudan a
la curación.
Tal parece que en la mente humana hay una especie de mecanismo que nos permite
comprobar y dosificar el dolor y su conciencia.
Dentro de los procesos que se podrían dar están: Expresa tus emociones, habla de lo
que sucedió, Asume responsabilidad por las emociones fuertes, acepta la realidad,
comparte tu sufrimiento, ten una comunicación positiva contigo mismo, Decídete a
empezar con manos a la obra. Entra en tu propia curación profunda.
4- Pisa Tierra, – Aceptar que el dolor emocional, sanara como las quemaduras y
heridas físicas es un principio. Puede que como quiérale tiempo lo haga, pero si
decides meter el dedo en la llaga, hurgar y sacarte sangre diariamente, ni curaras, ni
mejoraras el proceso de sanación será más doloroso.
Ser asertivo es eliminar la agresión física o verbal porque hieres a los demás y a ti
mismo, la no asertividad es la auto negación
La verdad, parecería que la conducta agresiva- activa o pasiva es un mal hábito, que
trae serias y fatales para la persona que la sufre, vive y padece intensamente.
Perseguir, vigilar, acosar, prohibirle a una persona trabajar afuera, superarse mediante
el estudio o tener control de su propia sexualidad.
Según Leyman (1993) define el acoso moral como stress social, pero también es
conocido como los constantes, consecuentes y seguidos actos dereganar, atacar,
maltratar, asediar Hirigoyen (2000) dijo que es un atentado a la integridad psicológica
y emocional de una persona, es un ataque contra su identidad.
Dentro del seno del hogar pueden darse las peores injurias, sin darnos cuenta, que así
se menoscaba con ello nuestra salud mental y física, sin menospreciar el dañó
permanentemente espiritual, que se le produce a una persona porque se está
vulnerando lo más elementales derechos humanos.
Hirigoyen (2000) expreso que la violencia perversa, una vez instalada en el hogar,
constituye un engranaje infernal difícil de frenar, pues tiende a traspasarse de
generación en generación.
Repulsión afectiva, exigencias excesivas sin correlación con la edad del niño (a), toda
consigna o inyecciones educativas contradictorias o imposibles.
No cabe duda que esta violencia que nunca es anodina, puede ser indirecta y afectar a
los niños solo de rebate o salpicadura. O muchas veces puede trastocar a un niño(a) a
quien se quiera eliminar.
Pinuel (1999), y Martínez (2002) indican que por la educación recibida son las mujeres
las que presentan mayor tendencia a recibirlo y a sufrirlo toda su vida.
Son precisamente las mujeres las que siempre encuentran la justificación para ser
culpables, su inseguridad las lleva a demostrar mas rápidamente, que los hombres sus
problemas de autoestima, autoconfianza, automerito y viven con la agonía de sus
propios internos contraataques de ansiedad, pánico y autodestrucción.
Obviamente, esta conducta muy mal aprendida las lleva a ser más débiles
emocionalmente que los hombres.
La perversión desgasta considerablemente a las familias y cuando viene de la propia
pareja contra la esposa se destruyen totalmente los lazos de unidad y se echa a
perder toda individualidad sin que la mujer se dé cuenta del daño que esto le ocasiona
día a día.
Posiblemente, se eche la culpa y diga que no merece el amor de su esposo por ser
una pusilánime, que es lo que él necesita hacerle creer para tener el absoluto y total
control de la relación.
Los perversos falsifican muy bien su violencia perversa, que no puede extrañar que
sea muy frecuente, que ellos hagan el papel de victimas, por la buena imagen que
proyectan de sí mismo.
Es muy
importante identificar y reconocer que hay diferencias entre la violencia domestica y la
violencia psicológica. Para este artículo no se han incorporado los artículos de la Ley
54 en Puerto Rico, que penalizan este tipo de conducta en ambos cónyuges.
En esta fase se puede matar el cuerpo de una persona, por el maltrato psicológico
recibido. La mujer empieza a tomar tranquilizantes, depresivos y hasta deja de comer.
Con esta acción ella quiere hacerle saber a su pareja, que es cierto que ella es nadie y
se anula psíquicamente.
Aun cuando se tenga una buena imagen de sí mismo, la persona pierde conciencia de
su propio valor. Cuando la Tirania es domestica y la desesperación es individual la
muerte alcanza un objetivo primordial y se apodera el sentimiento de no Ser.
Aparece en esta situación una constante particular no hay rastro, no hay sangre, y no
hay cadáver. El muerto está vivo y no hay nada que lo pueda incriminar. El muerto
está vivo y todo es normal.
Esto coloca a su pareja en una angustia terrible porque es quien tiene que hacer la
toma de conciencia y manejar toda la gama de manipulación. Cuando sucede esto la
mujer siente ira, vergüenza por no haber sido amada y vergüenza por aceptar
humillaciones y padecido el trato cruel y sin sentimientos de su pareja.
Aquí la mujer no importa lo que haga siempre será un objeto de odio por haber
expresado y desafiado la imagen ideal que su pareja tenía de ella. Además, el
necesitara desesperadamente formar otra relación “ideal” basada en el odio de su
anterior pareja.
La conclusión que se desprende de todo esto es que en los perversos el amor tiene
que estar separado del odio y a la vez es vital, para tener fuerzas estar rodeado de
este malsano y espantoso sentimiento.
Según Lemaire (1979) algunas de las conductas vengativas tras una separación o
divorcio pueden expresarse de la siguiente manera, para no odiarme a mí mismo
necesito volcar todo mi odio contra otro, en este caso su anterior pareja, porque
considero que en otro tiempo formo parte de sí mismo.
Muchas veces esto se llama “Stalking” o acoso. Esto ocurre con antiguos amantes o
parejas que no quieren soltar a su pareja.
Generalmente, las victimas se defienden mal sobre todo si creen que por haber
tomado la decisión de la separación, lo cual es a menudo el caso y mantienen una
actitud generosa esperando escapar de su perseguidor. La conducta perversa lo que
pretende es desestabilizar al otro y le hace dudar de si mismo y de los demás.
Para ello todo vale, las insinuaciones, las mentiras y los absurdos.
Para tener éxito el agredido no debe dejarse impresionar, no debe demostrar ninguna
duda de si mismo, ni sobre las decisiones que haya tomado. Un hallazgo significativo
en todo esto es aceptar que el que tiene un comportamiento perverso se negara a
tener comunicación directa.
Esta será su arma absoluta para demostrar la nulidad de su víctima. Los seres que
tienen conductas perversas no hacen otra cosa más que reproducir lo que padecieron
en su infancia, lo que vieron en acción en su propia familia.
No naciste para destruirte, sino para construir y aprender de errores y lecciones que
son parte vida.
La curación
A continuación aparecerán del libro ‘” Superar el dolor Emocional” de John Preston los
pasos para empezar el proceso de curación.
1- No te hagas más daño– El primer paso es no empeorar las cosas. Hipócrates
estableció que la primera norma de un medico es ” No agravar la enfermedad”.
Las personas disponen de una capacidad natural de sanción emocional. Por eso sin
duda la primera regla debería ser “No empeores las cosas”.
Evitemos entonces lo siguiente: Bloque psicológico, echar más leña al fuego, hacer
malos augurios o excesivo pesimismo entre otras conductas que sin duda no ayudan a
la curación.
2- Descubre cómo se cura la gente– Responde al Síndrome de respuestas del
“Streess”. Evalúa lo que sientes, lo que te duele, enfréntate a tus emociones de ira,
dolor, coraje, tristeza, rabia y busca una dosificación para el dolor.
Tal parece que en la mente humana hay una especie de mecanismo que nos permite
comprobar y dosificar el dolor y su conciencia.
Dentro de los procesos que se podrían dar están: Expresa tus emociones, habla de lo
que sucedió, Asume responsabilidad por las emociones fuertes, acepta la realidad,
comparte tu sufrimiento, ten una comunicación positiva contigo mismo, Decídete a
empezar con manos a la obra. Entra en tu propia curación profunda.
4- Pisa Tierra, – Aceptar que el dolor emocional, sanara como las quemaduras y
heridas físicas es un principio. Puede que como quiérale tiempo lo haga, pero si
decides meter el dedo en la llaga, hurgar y sacarte sangre diariamente, ni curaras, ni
mejoraras el proceso de sanación será más doloroso.
Ser asertivo es eliminar la agresión física o verbal porque hieres a los demás y a ti
mismo, la no asertividad es la auto negación