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Serafini, M. T. (1991), Cómo redactar un tema. Didáctica de la escritura, México, Paidós.

Los textos generalmente están compuestos de una introducción, el desarrollo y la


o las conclusiones del tema. La introducción y la conclusión son tipos especiales de
párrafos.

es un tipo de presentación que expresa el marco general de lo que va


a tratar el texto, permitiendo una mejor comprensión del escrito. Es una visión de lo que
se va a encontrar: el tema investigado, el problema a resolver, la metodología a utilizar y
la presentación de los contenidos esenciales.

A continuación te presentamos una clasificación de los tipos de introducción que te será


útil para guiarte en el proceso de construcción de un texto.

a) Introducción-síntesis. Es una de las más frecuentes en todo tipo de texto.


En ella se resume el tema o la tesis del escrito, en ocasiones desarrollando el título, ofrece
la ventaja de dar, de forma rápida, informaciones esenciales sobre el contenido del texto.

Tiene la ventaja de dar, de forma rápida, informaciones esenciales sobre el contenido del
texto; pero con el defecto de hacerlo previsible, y en ocasiones un poco reiterativo.

Ejemplo:
La CEPAL estima que México, junto con el resto de Latinoamérica, crecerá este año a una
tasa cercana a 4.0%, pero este avance será por inercia, se verá impulsado por las
economías más desarrolladas, como EU., Europa y Japón…
Periódico “El Financiero” página 22 viernes 11 de junio 2004.

b) Introducción con anécdota. Las introducciones que incluyen una anécdota, un hecho,
una historia, atraen e implican al lector, siempre muy interesado en hechos concretos y
experiencias individuales.

Ejemplo:
Tránsfuga de todas las disciplinas en una porteña infancia poshippie de los 70 y medio, de
un holocausto familiar donde yo siempre era la culpable de todos los platos rotos (y de los
pelotazos en las ventanas, y de los niños aporreados en la escuela, y de los maquillajes
masacrados de mi prima adolescente, y del desorden de la casa y del empiojamiento
general de toda la familia), lo primero que tomé verdaderamente en serio (más que a mis
padres y sus regaños sin paréntesis) fue a un libro que para mí significó una revelación: El
maravilloso viaje de Nils Holgersson, de Selma Lagerlöf, en donde se hablaba de un niño
tan malcriado como yo, castigado por un duende que lo convierte en un ser diminuto que

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viaja por toda Suecia a bordo del lomo de un pato doméstico, orgullo de la casa, que
decide súbitamente emigrar con sus parientes salvajes.
Periódico UniVerso, 28 de enero de 2002.

c) Introducción con breves afirmaciones. La introducción con breves afirmaciones es


típica de un estilo periodístico, fragmentado. Esta constituida por frases breves, formadas
por pocas palabras y en ocasiones sin verbo. Es sintética y efectiva, pero puede resultar
incomprensible si se lee aisladamente.

Ejemplo:
Explotan bombas en bancos de Morelos, las explosiones llevan un mensaje de protesta
contra la pandilla de ladrones de Sergio Estrada y la incapacidad del Congreso local...
Periódico el Dictamen, 24 de mayo de 2004, Pág. 1.

d) Introducción-cita. La introducción cita es una de las formas más utilizadas y eficaces


para atraer la atención del lector. Puede tratarse de un proverbio, de unos versos de un
poeta o de la frase pronunciada o escrita por una persona más o menos famosa. Es
importante que el contenido de la cita se ajuste de manera no forzada al tema del texto.

Ejemplo:
“Entre los individuos como entre las naciones el respeto al derecho ajeno es la paz”
(Benito Juárez) Satisfactoria resulta la reunión entre cancilleres de México y Cuba, los
cuales anunciaron que en breve se restablecerán embajadores en ambos países.
Notimex. 27 de mayo de 2004.

e) Introducción-interrogante. La introducción interrogante plantea un problema. El texto


posterior describe su desarrollo y, en ocasiones, añade otros interrogantes que ilustran los
diferentes aspectos de la cuestión inicial. Este tipo de introducción, como el anterior, tiene
la ventaja de la inmediatez: el escrito aborda su asunto principal desde el inicio, de la
forma más directa posible.

Ejemplo:
¿Qué tan sano es el consumo de limón? De la familia de los cítricos, el limón es
considerado el más benéfico para la salud. Su poder curativo reside en sus escasos
carbohidratos, su nivel equilibrado de sodio y potasio, y en su alto contenido de vitamina
C.
Revista Muy Interesante, No. 1, enero de 2004, p. 80.

f) Introducción-analogía. Establece una comparación entre el tema del escrito y otra


situación. Su objetivo es explicar el problema aprovechando un contexto similar que sea
capaz de atraer la atención inicial del lector.

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Ejemplo:
Nadie malgasta saliva en alabar el aire y el oxígeno. Por lo menos, mientras respira. Se
alaben los beneficios del aire cuando falta el oxígeno, o cuando el sofoco o el asma
impiden respirar. Así sucede con todas las cosas de este mundo, y por ende así sucede con
la democracia.
Periódico Europeo, 13-9-1991.

Un escrito no termina cuando todas las ideas han sido desarrolladas, ya que es
necesario un párrafo final que le permita al lector extraer el hilo del material elaborado.

Existen tres tipos de conclusiones:

a) Conclusión-resumen
La forma más simple de concluir es la de resumir brevemente los problemas principales
tratados en el escrito. La exposición puede tener la misma estructura del texto,
subrayando en forma particular la tesis presentada. Un estudiante escribió la siguiente
conclusión:

En este escrito se ha mostrado cómo en las grandes ciudades el tráfico se ha convertido


en un problema muy grave y con aspectos múltiples, todos igualmente dañinos para el
ciudadano. El problema, si bien difícil, no parece irresoluble, han sido presentadas varias
soluciones a la situación actual, soluciones que pueden ser efectuadas mejorando la vida
de los ciudadanos.

Esta conclusión resume el enfoque mediante el cual se ha abordado el problema del


tráfico, subrayando la tesis del autor de querer cambiar la situación actual. La conclusión-
resumen es un párrafo similar a la introducción-encuadre. Para no ser repetitivo y no
aburrir al lector es mejor recurrir a uno de los otros tipos de conclusiones que se
presentan enseguida.

b) Conclusión-propósito
En la conclusión-propósito, en lugar de volver a mencionar los argumentos desarrollados,
se indican ideas que no han sido tratadas y en los que se quisiera profundizar en un escrito
posterior, como en los dos ejemplos que siguen:

A las descripciones de las ciudades modernas de hoy día sería necesario agregar también
algunas descripciones de tipo psicológico sobre cómo viven los ciudadanos; por ejemplo
cómo viven el problema del tráfico actual las personas ancianas que han visto las ciudades
llenarse poco a poco de automóviles que van cada vez más lentamente.

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En este escrito he analizado la situación del tráfico en las ciudades modernas; en otra
ocasión me gustaría describir cómo imagino la organización de los desplazamientos en
una gran ciudad del año 2000: aceras que se desplazan, vehículos que vuelan como en el
film Blade Runner y, para los ricos, láser que desintegran las personas en un lugar para
luego volver a materializarlas en el lugar adonde querían ir.

En este tipo de conclusiones también pueden entrar comentarios sobre las propias
actitudes o propósitos en relación al tema planteado:

El tráfico es un gran problema en las ciudades modernas, problema que requiere la


atención y la buena voluntad de todos; como todo buen ciudadano, me empeñaré en
respetar sus reglas y en hacerlas respetar a los demás.

c) Conclusión con efecto


Un hecho curioso, una paradoja o una ocurrencia dejan al lector con un recuerdo divertido
y positivo de lo que ha leído.

Veamos cómo termina su escrito un estudiante que ha desarrollado el tema en primera


persona, describiendo lo que piensa sobre el problema del tráfico un automovilista
aparentemente consciente y serio durante un lento y fatigoso recorrido en automóvil.
Hacia el final de texto, el estudiante imagina a su personaje bajar del coche para realizar
algunas tareas y, posteriormente, tomar conciencia de que ha hecho lo que los otros:

«Por cierto, hay bastante confusión creada por la indisciplina de los automovilistas; sería
necesario hacerles pagar multas impresionantes, así aprenderían.» Al abrir la puerta de la
calle me doy cuenta de que he dejado el coche como también lo hicieron otros, en el
espacio reservado al autobús.

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