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Universidad Ruhr de Bochum

Departamento de Filología Románica


Semestre de Verano 2014
Seminario: Papel de la Mujer a lo Largo de la Historia:
Mujeres Célebres
Profesora: Josefina Martínez González

Ropa Rebelde:
Compendio Histórico de la Moda Española

Nombre: Marina Wolf


Número de Matrícula: 108009228627
Correo Electrónico: Marina.Wolf@rub.de
-Contenido-

1. Introducción pp.1-2

2. La Moda Romana y la Era Árabe pp.2-4

3. Los Reyes Católicos pp.4-6

4. Siglo de Oro pp.6-11

5. Conclusión p.11

6. Bibloiografía p.12
1. Introducción

“Por el traje se conoce el personaje”, dice un proverbio español bien

conocido. La profundidad de este proverbio quizás no se presume. Sin embargo,

si se analiza la evolución de la moda, destaca que casi desde la prehistoria, hasta

la actualidad, nunca perdió nada de su validez. El vestido de siempre ha sido, y

sigue siendo “uno de los signos más visibles de las transformaciones sociales,

políticas y culturales.” (Lorenzo:77). La moda, al paracer algo francamente trivial,

presenta un vehículo potente para transmitir tanto el gusto, como la ideología de

los tiempos en los que se origina. Con la intención de compilar un panorama

histórico desde el punto de vista feminino, parece tanto más conveniente estudiar

cómo se vestían las mujeres y qué valor tenía la moda en las sociedades

contemporáneas.

La minifalda sirve como ejemplo clásico de una prenda que provocaba

controversia y solemne escándalo en la sociedad española, la cual se situaba entre

la disciplina dictatorial y las corrientes sumamentes liberales de los años 60 en el

extranjero. Liberalismo del sexo feminino, se tiene que añadir: lo cual, durante

siglos, había sido obligado a embutirse en corsés, tacones y pelúcas para satisfacer

las demandas de la ideología masculina tanto como el ideal de belleza feminia.

Rumpiendo con estos hábitos de vestirse, cada vez más la mujer se emancipió del

hombre de su tiempo y se presentó como individuo con gustos, pensamientos e

ideología proprios.

Aúnque el tema ofrece material en abundancia para estudios similares al

presente, y a pesar del hecho que se comprobarán desvelantes para investigar la

historia española socio-cultural, el foco de lo sucesivo se colocó sobre

acontecimientos relacionados con conflicos políticos o sociales y la indumentaria

española entre los siglos V y XVIII.

1
El marco temporal, en lo que se sitúa lo sucesivo, sirve para clarificar a los

cimenzos de la moda y los origenes de su valor ideológico en España, además de

facilitar atenerse a los límites determinados del trabajo presente.

2. La Moda Romana y la Era Árabe

El mundo antiguo promovió una serie larga de inovaciones progresistas,

resultando en que la civilización romana, por su parte influenciada por y imitando

a la griega, se puede concebir como sociedad altamente sofisticada. Esto también

se puede notar en el progresismo de la producción de tela y vestidos.

Las damas ibéricas aparecen engaladanas con adornos y tocados, [...] [así que] es difícil
diferenciar pasamanería y joyería en el adorno del vestido, siendo labores que
combinaban fibras metálicas y textiles con técnicas encajeras. (Sousa Congosto: 24/26)

Por supuesto -antes como hoy- era caro este típo de adorno, así que, se tiene que

notar que la cualidad de materiales determinaba pertenencia a ciertas clases

sociales.

El material más común era [...] [la lana], y lo había de tres clases, estambre para tejios
lujosos, lana de calidad intermedia para los vestidos comunes, y otra burda que se
utilizaba en las vestituras de los esclavos y los trabajadores del campo. (íd.: 35)1

Y sino que “[l]a prenda básica de los visigodos, al igual que de los romanos, era la

túnica” (ob.cit.: Piemonte), “solamente la podían utilizar aquellos que tenían la

categoría de ciudadanos romanos” (Lorenzo:78), la cual incorporaba una serie de

prestigios económicos y sociales durante el Imperio Romano. Así “[l]os

magistrados, los altos funcionarios o la aristocracia [son] los sectores que con más

observancia seguirán los preceptos de la metrópoli en cuestiones de traje.” (Sousa

Congosto:35).

1
Este diferencia también se hizo tras el uso de colorantes. “Blaca para las clases altas y parda para las populares.
Magistrados y sacerdotes, así como niños de familias nobles, llevaban un galón de púrpura. Prenda de uso
obligado en las funciones públicas, propia de reyes, cónsules y emperadores era [enteramente] púrpura.”
(Congosto:38)

2
Con la suspensión del último emperador del Imperio de Occidente en 476,

y la llegada de los árabes en 711, (cf. Mora) se desplaza el epicentro de las

tendencias de moda. Aún así no se cambió el simbolismo social que llevaba

consigo el vestido - todo lo contrario. Se reconoció el valor de las telas exóticas

como algo muy particular, muy deseable.

Las diferencias sociales en el vestir se empezaron a notar con más intensidad por el uso
de tejidos, pieles o colores costosos que sólo unos pocos se podían permitir, sin olvidar
que los tejidos más lujosos de este período fueron los hispanomusulmanes trabajados en
los talleres árabes establecidos en Al-Andalúz. (Lorenzo:81)

Esto no quiere decir que desaparece en absoluto la moda romana, sino que las

mujeres en particular impulsaron nuevas gustos y modas mixtas, así que

[a]unque los reinos cristianos siguen la moda que podemos denominar como
internacional, observamos entre las mujeres una serie de rasgos muy originales debidos a
la supervivencia de modas anteriores y a la influencia del mundo musulmán. (ibíd.)

De ahí no sorprende que tanto para los hombres, como para las mujeres era muy

de moda llevar turbante, velo o tocado con inspiración oriental. (cf. Goñi,

Piemonte, Sousa Congosto,). Mientras que en la era de convivencia, el período de

interrelaciones pacíficas entre cristianos, judíos y musulmanes, la ropa por

supuesto también tenía significato religioso. No obstante, cambió el parecer la

dinámica de este simbolismo vestuario con el IV Concilio de Letrán en 1215. (cf.

Sánchez). Esta junta -con ayuda del papa y conforme con 71 patriarcas

internacionales, como el rey Jaime I de Aragón- les exige a todos los judíos y

musulmanes de vestirse de modo que no se pueden ser confundidos como

cristianos y evitar de tal manera el ‘peligro’ del matrimonio mixto. (cf.

Montalvo). El matrimono además era la única posibilidad de ascender en la

jerarquía social; emparentándose con una familia más acomodada que la propria

era hecho que exigía a las mujeres de vestirse de modo -y finalmente de moda- lo

más ventajoso posible, y por lo tanto resolver el bienestar de la familia entera.

3
En resumen se puede observar que, salvo la indicación de pertenencia a

cierta clase social, la moda incorporaba así otro significativo discriminativo: la

supresión con respecto al fé. Y, más significativamente, entra el mundo

legislativo, el vestido.2 El contacto comerical entre los territorios cristianos y el

impacto creciente de la doctrina cristiania durante la reconquista española

aumentó el deseo de diferenciarse de otros creyentes otra vez.

3. Los Reyes Católicos

El fracaso feudal, el resultando crecimiento demográfico urbano y el nacer

de la clase burguesa (cf. Mora) aceleró de nuevo este deseo de destacarse: pero

ahora de personas menos adineradas y la clase campesina. Sobre todo tenía lugar

en los centros urbanos, que comenzaban a formarse como consequencia de las

dinámicas sociales entre 1350, punto culminante de la peste, y el fin de la Edad

Media en 1492. (cf. Mora, Sousa Congosto).

Duante esta época, los comericantes o ‘nuevos ricos’ buscaban métodos de

expresar su integridad y poder económico al exterior, y les encontraban en

prendas exquisitos y carísimos. Así imitando el estilo de vivir y vestirse de modo

aristócrato. “A lo largo de los siglos XIV y XV no sólo había que ser rico, sino

que también había que parecerlo.” (Pelarda: 355). Especialmente en tiempos de la

peste, el vestido ganó valor como indicador de poder y prosperidad. (cf. Pelarda,

Lorenzo:82). La gran demanda de productos de lujo de la diversificada sociedad

urbana, sus deseos individuales y cada vez más extravagantes, resultaban en una

estética que “camina hacia nuevos horizontes”. (Sousa Congosto: 66). Esta

estética culminó otra vez en la entrada del vestido al escenario político, ya que los

Reyes Católicos, y efectivamente “los monarcas de toda Europa, se vieron

2
Vale la pena notar que para prostitutas y cortesanas existía 'ropa de trabajo’ desde hace la antigüedad, sino solo
en el siglo XIII se imponía obligación a usar señales indumentarios para indicar su profesión como tal.
(cf. Pelarda).

4
obligados a promulgar una serie de leyes, las leyes suntuarias”. (Pelarda:355).

También se hace referencia a estas leyes en otros textos eruditos, aclareciendo que

habían sido concebidos “con la finalidad de frenar el lujo excesivo en el vestido,

así como marcar las diferencias de clase en la riqueza de la indumentaria.” (Sousa

Congosto: 87-88). Se puede obervar otra vez la intención de marcar los límites

sociales y de defender el rango de poder supremo de la autoridad a través del

vestido. “La fuerte jerarquización que existía en la sociedad de finales de la Edad

Media era algo comúnmente aceptado y la forma de manifestarlo era a través del

aspecto exterior, a lo que contribuía el atuendo3.” (Pelarda: 359) Se realizó esta

finalidad sobre todo con los materiales permitidos: la seda por ejemplo, todavía

quedaba reservada para la nobleza. Además solían ser demasiados caros las

confecciones exqisitos o tejidos más selectos: la seda, el damasco, o el tericopelo

(sobre todo de manera imprimida o teñida) fueron materiales particularmente

impagables para la majoría de españoles, o más bien, la majoría de europeos en

general. (Sousa Congosto:137).

Moda genuina española de esta época, y también llevada por la reina

Isabel la Católica de Castilla, vinió de Valencia y parece que sea uno de los

primeros acontecimientos del tacón, o más bien de plataforma, en la historia

indumentaria: los chapines.

(cf. Pelarda.:358)

Figura 1: Chapín. Figura 2: Chapines venecianos.


Siglo XVI. Siglo XVI. Museo
Museo del Traje. Madrid.4 Palazzo Mocenigo.Venecia.5

3
Perlada cita a J.A. González de Cortázar: “El Vestido: de Protector del Cuerpo a Signo Externo Socialmente
diferenciador” en Historia de España. Ramón Menéndez Pidal, t. XVI: La Época del Gótico en la Cultura
Española (c. 1220-1480), p. 29 y ss. Madrid, Espasa-Calpe, 1994.
4
Sacado de: <http://barbararosillo.wordpress.com/2012/11/20/taconazos/>.
5
Ibid., estos chapines tienen no más de 50 centímetros de altura.

5
“Los chapines eran calzados provistos de gruesas suelas de corcho, que se

forraban de oropel y oropel pintado y se adornaban con guarniciones de oro y

plata, e incluso con incrustaciones de piedras preciosas6.” (ibid.) No hace falta

decir que con este calzado, ninguna mujer podía dar ni un paso sin apoyo, así

resultaba que nunca podía irse fuera una mujer soltera. “Llamativo, extravagante e

incómodao, algunas damas debían ir acompañadas de sus sirvientas al andar

cuando se ponían chapines. [...] [R]ealzaba la altura de las mujeres, lo que

escandalizaba a teólogos y moralistas.” (De la Puerta:71)

Según el Museo de Traje hay otra teoría según los orígenes del chapín, o sea:

“probablemente haya que buscarlos en los zapatos altos de Oriente, que llegarían

a España con los árabes, [no obstante] pasó a convertirse en el calzado más

genuinamente español [...].” (Museo de Traje:2007) A pesar de todo se sabe con

certeza que fue de moda llevar chapines, y lleguen desde España a todas europeas

en el siglo XVI (Pelarda:358) y así causaban escándalos en todo el mundo.

4. Siglo de Oro

No solo se quería estabilizar la jerárquica del poder dentro del territorio

español unificado de Castilla y Aragón, sino también al extranjero, lo cual

encontraba en el reino de los Reyes Católicos un competidor próspero y ansioso a

ampliar su supremacia en toda Europa, e incluso, el nuevo mundo.

El primer cambio en el vestido contemporáneo fue el uso de materiales

importadas desde las colonías americanas. A partir de 1492, el ‘descubrimiento’

del nuevo mundo, se usaba con abundancia la plata y el oro -tesoros que se

producía trás la explotación del territorio americana- en la indumentaria tanto

feminina como masculina.

6
Pelarda cita Anderson, R. M. “El chapín y otros zapatos afines” en Cuadernos de la Alhambra, Granada, n° 5,
1959, pp. 17-32.

6
La expansión territorial, muy al pie de la letra, también se refleja en la

extensa amplitud de las faldas que aparecen de moda a través del siglo XV. Nace

el verdugo y con ello la indumentaria feminina restrictiva en términos de

movilidad. (cf. Sousa Congosto, Lorenzo). Tanto Lorenzo como Sousa Congosto

y Pelarda hacen referencia a teorías de que se usaba el verdugo, que, ampliando

la figura feminina artificialmente, al principio se inventó para ocultar embarazos

extramatrimoniales. Los trés independientementes subrayan que se

trata simplemente de rumores y clarifican que

[a]lguno de ellos [cronistas de la época] atribuye su invención a Doña


Juana, [la loca] [...] criticada siempre por su vida relajada. [No
obstante] [...] no estaba diseñada para ocultar una preñez, pero,
independientemente de quien partiera la idea, lo cierto es que el primer
can-can de la historia sugrió en España. (Lorenzo:84)

Pese a todo rumor, es cierto que tiene función decisiva vestirse en

verdugo, tan difícil de mantener que fuera, como ya su nombre

aprienta. “Reciben el nobre de verdugos precisamente porque estos

aros se hacían con varas de mimbre iguales a las que utilizaban los

verdugos en sus castigos.” (Lorenzo:357-358).


Figura 3: Pedro Garcia de
Este moda perduraría en España más largo tiempo que en el resto Benabarre, El Banquete de Herodes
(detalle), 1470-1480
de los países europeos, hecho que también se puede observar en tendencias

literarias que solían desarrollarse más rápidamente fuera de la Península. En la

literatura española del siglo XVI, todavía eran populares las novelas de caballería

por eso también lleguen frequentemente al mundo non ficional tópicos de la

caballería. Se dió gran importancia le honor y dignidad, virtudes y calidades

cortesanas. (cf. Gies). Este concepto de valores también reflejan “las prendas

rígidas, e inmoviles que exigía la etiqueta española, con la finalidad de transmitir

con el lenguaje corporal los gestos sosegados y altivos implícitos en los ideales de

la monarquía hispánica.” (Lorenzo:85). En el trascurso del siglo el verdugo sirve

de modelo para ampliaciones adicionales de la falda feminina, hasta lograr -con el

7
así llamada guardaifante- el punto culminante en la segunda mitad del siglo XVI;

justamente cuando el reino de Felipe II marcaba la expansión territorial de

domino español más grande. Es también cuando “comienza a definarse el estilo

típicamente español.” (Guía del Museo:22) Así parece que no sólo vale para el

Imperio español, sino en cierto modo para sus damas el lema “dónde el sol no se

ponía”. Este prenda requería artesanía muy diestra, ya que de verdad se tenía que

‘montar’ el vestuario feminino.

[C]onsistía en una plataforma de mimbre a la altura de las caderas, pero las españolas lo
convirtieron en un cmplicado armazón realizado con aros de madera, alambre o hierro unidos
entre sí con cintas o cuerdas que se completaba en la parte superior con mimbre, crin y otros
materiales para enfatizar las caderas. (Lorenzo:86).

Se puede ver muy bien en los illustraciones (Figuras 3 y 4, abajo) “el cartón

de pecho, embrión de los futuros corsés [...].” (Lorenzo:85). “La silueta femenina

quedaba envarada y presa de esas piezas interiores que atrofiaban los atributos

femeninos y encarcelaban el cuerpo de rígidas formas geométricas.” (Guía del

Museo:22-23).

Figura 4: Diego Velázquez,7 Figura 5: Tiziano Vecellio, 8


La Infanta María Teresa de España, Retrato de Isabel de Portugal,
(1652-1653) (1548)

7
Sacado de Wikipedia: < http://es.wikipedia.org/wiki/La_infanta_María_Teresa_de_España>.
8
Sacado de Wikipedia: < http://es.wikipedia.org/wiki/Retrato_de_Isabel_de_Portugal_(Tiziano)>.

8
En suma, la mujer contemporánea se vistió -o mejor dicho, obedeciendo el

código de conducta de aquel tiempo, tenía que vestirse - de modo que fue

imposíble andar, respirar, o moverse bien por lo general. Hecho que sólo era

intensificado por otro prenda de dimensiónes atrozes, muy de moda en España en

y que luego ganó fama a travéz del Imperio de Gran Bretaña y su reina Isabel I, la

Gloriana. (cf. Pelarda). Pero, ¿qué la hizo parecer tan gloriosa, y resultando,

todas las damas de su estílo?

Figura 6: Frans Pourbus9, Figura 7: Antonio Moro10, Figura 8: Anónimo11 Figura 9: Detalle de Fig.712
Infanta Isabella Clara Eugenia María de Austria Isabel de Borbón
(1595) (1551) (1615)

Un tipo de prenda que ha sido de moda en España durante el reino de

Felipe III e incluso llevada por los reyes mismos en fines del siglo XVI,

mantenido hasta el reinado de Carlos II, su nieto. (Lorenzo:85). “La corte

española, a la que había imitado en sus modas y costumbres [...] del que destacaba

el blanco cuello de golilla, y que todo el mundo identificaba como el típico

vestido ‘a la española’.” (Guía del Museo: 26; énfasis mía) Este cuello de golilla

también se conoce como cuello de lechuguilla, o gorguera.

9
Sacado de: < http://opusincertumhispanicus.blogspot.de/2011/11/retales-que-nos-vistieron-los-cuellos.html>.
10
Sacado de: < http://triangulomag.files.wordpress.com/2014/02/antonio-moro.png>.
11
Sacado de: <http://museodeltraje.mcu.es/fotos/virtual/piezas/MP%20P01037.jpg>.
12
Sacado de: < http://opusincertumhispanicus.blogspot.de/2011/11/retales-que-nos-vistieron-los-cuellos.html>-

9
Son “cuellos altos y rígidos que, en algunos casos, alcanzaban

dimensiones extraordinarias, elevándose por detrás de la cabeza de la dama y

llegando incluso a sobrepasarla.” (Pelarda:357). En los retratos de la familia real

(Fig. 6-9, arriba) de aquel tiempo destaca la variedad de este cuello, era hecho de

papél, o encaje fina con pliegues plisadas y a veces se lo reforzó con metal o

madeira. (cf. íd.) “La rígida golilla, que todo el mundo identificaba con España,

[...] obligaba a mantener la cabeza erguida, [y] se convirtió en símbolo de la

gravedad y altivez de los españoles.” (Lorenzo:86)

El siglo XVII lleva consigo cambios profundos para la sociedad española.

Sobre todo para las clases más prestigiosas, las cuales, con el fracaso de la

economía (en parte causada por la decadencia cortesana) temían perder sus

privilegios y además su prosperidad. El vestido, y con ello la doctrina jerárquica

de la aristocrácia tenía más valor que nunca en el intento de preservar las

estructuras sociales durante la crisis de los primeros años del siglo. (cf. Mora,

Lorenzo). Hecho que explica el mantener de modas, las cuales ya eran

impopulares en los otros países.

En el siglo XVII la moda española comienza a peder [sic] protagonismo en Europa a la par
que su economía y su política. [...] Mientras tanto España y los españoles se aferraran más que
nunca a sus modas y [...] podemos decir que durante gran parte del siglo XVII se mantuvo un
estilo proprio, que en los último [sic] años del reinado de Carlos II seguirá vigente a pesar de
iniciarse la introducción de la moda francesa en nuestro país. El siglo XVII se inicia sin
apenas cambios estilísticos en cuanto a moda [...].(Lorenzo:85).

Lo que también se destaca de otros estilos europeos fue el color del vestido, otra

vez llevando simbolismo proprio.

En este período, el estilo, más austero y sencillo que el de otros países, tiene una marcada
predilección por el color negro. En el Renacimiento se rescata la atracción por el negro
sentida por los grandes pensadores de la Antigüedad como Aristóteles, para quien dicho color
era símbolo de estabilidad. [...] (De la Puerta:77)

Estabilidad era lo que faltaba en el país español, ya que en aquel tiempo había

conciencias divididas en casi todos los asuntos de la vida contemporánea. En

cuanto a la religión se encontraba entre dos fronteras, el protestantismo y

10
catolocismo, ya que se había expulsado a los moriscos y judíos conversos trás el

real decreto de expulsión en 1609-1613. (cf. Mora). En cuanto a la política y al

poder de la nobleza había varias factores peligrosos para su continuación.

Por un lado había guerras exteriores, sobre todo la Guerra de Sucesión de

1700-1715 ponía peligro existencial al futuro real. Por otro había la crisis

económica tremenda que -en parte por causa de la peste, en parte por la grande

clase del clero ‘inproductivo’ y su decadencia- resultaba en que la produción y

con ella la competetividad económica estaba paralizada. (cf. Gies; Wikipedia:

“Decadencia española”).

5. Conclusión

Como se dió cuenta en los párrafos anteriores, se puede encontrar acontecimientos

conflictivos con relación de la moda contemporánea en casi todas las épocas de la

historia temprana española. Este hecho justifica suposiciones de que el cambio de

estilos del vestido no sólo explica ilustrativamente los conflictos socio-culturales,

sino que al mismo tiempo siempre tenía valor ideológico la moda. Ya que la

mujer solía ser la pantalla para nuevos estilos de la moda, no sorprende que

también tiene el poder de inovarse y finalmente escandalizar mejor la prenda

feminina. En fin siempre tiene relación con la interpretación de dimensiones y

estos son tan variables como la misma sociedad en las que se originan.

11
6. Bibloiografía

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