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Introducción
Para el caso de esta investigación la mirada se centrará en la familia como una unidad
ecosistémica. Se estudiará el papel de la familia, pero no como una simple institución
formadora o transmisora de un capital cultural acrítico, es decir, como reproductora pasiva
de unas prácticas o esquemas de pensamiento y acción, sino como un ecosistema en el que
los sujetos pueden adquirir la capacidad de transformar, a partir de la relectura de la realidad,
su cotidianidad (Zemelman, 2006, pp. 83-84); como un espacio problemático en el que
confluyen diversas intencionalidades o divergen distintos intereses particulares y públicos.
De esta manera, la familia se asumirá como un sistema transaccional de interface que más
allá de la reproducción de los estereotipos sociales, de las prácticas culturales o de los ideales
de vida, tiene la tarea de donar, por medio de las continuas interacciones cotidianas, unas
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Problema de Investigación
La respuesta a estas dos preguntas se transformó en la oportunidad para comprender que las
acciones cotidianas ejemplarizantes de los docentes pueden contribuir a una formación
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ciudadana virtuosa, es decir, que la escuela y sus miembros cumplen una función irreductible
en la formación de los sujetos sociales de derechos, los cuales se hacen capaces de actuar de
un modo ético y crítico frente a los procesos sociales y políticos de su contexto. Por otra
parte, el estudio dejó abierta la oportunidad de analizar a otro sujeto central en la formación
ciudadana: la familia, pues dentro de la investigación los estudiantes, docentes y directivos
docentes, reconocieron la necesidad de articular a la familia dentro de estos ejercicios
formativos, con el fin de que los procesos tuvieran mayor continuidad y se mostraran
coherentes ante los estudiantes (Moreno et al., 2012, p. 160).
Por esto, es necesario que la mirada se mueva también de la escuela hacia la familia, pero
con un sentido crítico, tendiente a reflexionar sobre las condiciones cotidianas que permiten
o limitan tal formación. La familia en su función educativa se ha tomado de forma acrítica
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como un sistema abierto al desarrollo máximo del sujeto, pues para los teóricos, es el espacio
donde primariamente se adquieren y desarrollan las habilidades indispensables para la vida.
Pero de entre todas las aptitudes que este ecosistema pueda desarrollar es necesario
comprender las aptitudes ciudadanas, ya que ellas, sin quitarles importancia a otras, son
centrales para cumplir con las necesidades formativas ciudadanas del sujeto, así como para
el desarrollo de la sociedad. La centralidad de esta reside en que le permitiría acceder a la
exigencia y cumplimiento de unos deberes y derechos que garantizarían su participación en
la construcción de ese futuro deseable. Por otra parte, también garantizaría el desarrollo de
otro tipo de aptitudes comunicativas que le facilitarían al sujeto enunciarse con respecto al
camino que ha seguido su comunidad local o global; esta enunciación le permitiría
empoderarse de su condición como sujeto de derechos y, de aparecer activamente en el
escenario político, ya sea aceptando o desaprobando las situaciones comunes que le atañen.
El problema está en que las afirmaciones que se hacen sobre la familia y su valor en la
formación ciudadana pueden ser no fundamentadas y por ende arbitrarias si no se identifican
y se estudia el conjunto de situaciones cotidianas que llevan o no a dicha formación. Desde
la literatura especializada se generan un conjunto de tópicos teóricos con los que se plantea
a priori que la familia es educadora; no obstante, estas afirmaciones sin el respaldo
investigativo, cualitativo o cuantitativo, pueden ser peticiones de principio, tópicos falaces
que, aunque se plantean como verdades universales y absolutas, no serían más que opiniones
acríticas, que no tendrían la suficiente fundamentación, sea esta empírica, socio crítica o
hermenéutica. Por esta razón, se hace necesario contar con una mirada analítica,
problematizadora y crítica que permita comprender la forma en que las situaciones cotidianas
familiares afectan o favorecen la formación ciudadana.
adquisición de unos saberes y hábitos que les permitirían actuar en comunidad. Pero el
proceso de socialización de los valores o ideales sociales y ciudadanos no siempre puede ser
reconocido unívocamente como algo loable, neutral o simplemente negativo, ya que aquí,
como en cualquier escenario humano, existen conflictos, problemáticas y tensiones
hegemónicas; pugnas entre figuras de dominación y control patriarcal o matriarcal que deben
ser analizadas.
contexto se presentan, del modo en que se resuelven y de los alcances que tienen en la
formación ciudadana de sus miembros más jóvenes. Es necesario pasar de un modelo
prescriptivo de la familia como agente de socialización y formación de ciudadanías a uno
compresivo, que evite una mirada ingenua y propenda por una mirada crítica de las
actuaciones ejemplarizantes y de los roles de poder históricos que se repiten, de las formas
en que explícita e implícitamente se transmiten los distintos sentidos de la ciudadanía.
timidez/temor/rabia/agresividad/rencor/alegría/respeto/cariño/confianza/solidaridad/
empatía).
Metodología