Está en la página 1de 5

Staphylococcus aureus

El estafilococo es una bacteria dispuesta en racimo de uvas, es muy resistente,

sobrevive en varias condiciones ambientales no fisiológicas, resiste

moderadamente al calor. Se caracteriza por ser Gram positivo. Los seres

humanos son colonizados por estafilococo conservando el germen en

nasofaringe, piel, vagina y en otras zonas no tan frecuentes como recto. De

estos lugares se esparce contaminando cualquier zona del organismo. (1)

El estado de portador nasal se observa hasta en un 30% de la población. La

mayoría de ellos lo son transitoriamente (60%) aunque existen portadores

permanentes (20%). Y solo el 10-20% de adultos sanos se encuentran

colonizados con estafilococo aureus. El riesgo de colonización persistente

aumenta en pacientes con dermatitis atópica (85%), en pacientes quirúrgicos,

en hemodiálisis crónica, en portadores de VIH. (2)

El personal de salud son los más vulnerables y tienen más riesgo de ser

colonizados con el estafilococo aureus al entrar en contacto con pacientes

colonizados y pueden ser el vehículo de transmisión de la infección a otros

pacientes. Para que se produzca la infección es necesario que haya una

alteración de los mecanismos defensivos de moderada magnitud ya que los

estafilococos causan una escasa proporción de las neumonías

extrahospitalarias, lo que demuestra que en condiciones normales las defensas

naturales son capaces de evitar la infección. (2)

El estafilococo aureus es el que ocasiona un 20-30% de los casos de

neumonía nosocomial y un 30-40% de los casos de neumonía asociada a

ventilador. (2)
En cuanto a la sensibilidad antibiótica se describe que, poco después de la

aparición de la penicilina G se obtuvieron cepas resistentes que producían

betalactamasas (penicilinasa) que inactivan el antibiótico, y esto permitió la

creación de moléculas sintéticas penicilinasa-resistentes como la Meticilina,

Oxacilina. Sin embargo nuevamente el germen generó resistencia como cepas

meticilina-resistentes y se conocen tres tipos de resistencia a los antibióticos

betalactámicos (1):

 Mediada por betalactamasas.

 Resistencia intrínseca (meticilino-resistencia) SAMR.

 Por tolerancia a la acción bactericida de los antibióticos betalactámicos.

Debido a que el estafilococo tiene una gran variabilidad genética es capaz

de adquirir resistencia muy rápido a los antibióticos. En la actualidad la mayoría

de cepas son productoras de betalactamasa y por lo tanto son resistentes a

penicilina. En caso de que exista resistencia a las penicilinas semisintéticas, el

tratamiento debe cambiarse a vancomicina, teicoplanina, linezolid. (2)

El estafilococo aureus tiene diferentes mecanismos para ejercer resistencia

a los antibacterianos y más del 20% son resistentes a los agentes antibióticos

como: Eritromicina, Lincomicina y Clindamicina. Aun así la mejor medicación

para los estafilococos aureus meticilino-sensibles es la Oxacilina. (1)

Pseudomona aeruginosa

La pseudomona aeruginosa es un microorganismo aerobio, es gram negativo,

es móvil, no esporulado y tiene requerimientos nutricionales versátiles y puede


usar un sinnúmero de elementos orgánicos para sobrevivir. Tiene la

característica de ser aerobio obligado ya que se desarrolla en una amplia

variedad de medios a temperaturas y condiciones físicas adversar, pero tiene

predilección por los ambientes húmedos como por ejemplo la vía respiratoria.

(1)

Es resistente a los desinfectantes, lo que le permite vivir y multiplicarse en

los ambientes húmedos del hospital, tales como lavatorios, jabón, soluciones

"desinfectantes" y equipos de terapia respiratoria, como nebulizadores y

respiradores. Por lo tanto, los pacientes con compromiso de su aparato

inmunitario expuestos a la pseudomona aeruginosa tienen una alta

probabilidad de contraer neumonías por este germen. (2)

Se lo considera un germen oportunista porque aparece especialmente en

condiciones de inmunosupresión. Debido al carácter potencialmente fatal de lo

que provoca este microorganismo y la respuesta variable al tratamiento, lo más

ideal y recomendado es la administración de un régimen por lo menos con dos

agentes antimicrobianos activos contra la cepa infectante. Los antibióticos más

usados incluyen: Amikacina, Claritromicina, Moxifloxacina, Levofloxacina,

Cefepime, Piperacilina, Tazobactam, Ciprofloxacina, considerando la condición

de inmunosupresión puede ser tributario el uso de Imipenem o Meropenem. (1)

La Rifampicina es el tercer antibiótico recomendado con la finalidad de

promover la curación bacteriológica (evitar la recurrencia de la bacteremia). La

administración en aerosol o endotraqueal de Ceftazidima o Tobramicina puede

ser complementario al tratamiento sistémico al aumentar los niveles de fármaco

en las secreciones. (1)


Haemophilus influenzae

El Haemophilus influenzae es un cocobacilo gramnegativo que coloniza la

faringe de un tercio de los adultos sanos y un porcentaje mayor de los niños. La

frecuencia de colonización aumenta en relación con las infecciones virales y

con el síndrome hipersecretor de los fumadores, en los cuales se lo encuentra

en más del 60% de los casos. Es una bacteria inmóvil no espurulada que

parasita especialmente en las vías respiratorias superiores. (2)

Existen dos tipos de Haemophilus influenzae:

a) Los capsulados: que tienen la capacidad de invadir el torrente sanguíneo y,

por lo tanto, tienden a producir enfermedades muy graves, tales como

meningitis, artritis y neumonías fulminantes.

b) Los no capsulados: que son los que con mayor frecuencia colonizan las vías

aéreas y producen otitis media en niños e infecciones respiratorias bajas en

pacientes senescentes o con limitación crónica del flujo aéreo (LCFA).

Por otra parte, los lipopolisacáridos de la superficie bacteriana de las cepas

no capsuladas paralizan los cilios respiratorios, lo que promueve su

proliferación.

Además, el Haemophilus tiene la extraordinaria capacidad de producir una

enzima específica para destruir la IgA humana, hecho que probablemente tiene

relación con su virulencia. Este microorganismo coloniza la vía aérea inferior de

los pacientes adultos con EPOC, liberando mediadores proinflamatorios

potentes que contribuyen a la inflamación de la vía aérea.


La gran mayoría presenta factores predisponentes como LCFA,

alcoholismo, diabetes, esplenectomía, SIDA o defectos inmunológicos

específicos. (2)

La infección por H. influenzae no tratada puede ser mortal, el tratamiento de

elección son las cefalosporinas de tercera generación especialmente

Cefotaxime y Ceftriaxona, por vía sistémica e independiente del antibiótico

instaurado, debe tener continuidad hasta que exista remisión de los síntomas.

Alrededor de un 20-35% de las cepas son productoras de betalactamasa, lo

que les confiere resistencia a ampicilina y amoxicilina. (1)

Otra opción terapéutica incluye el uso de Cloranfenicol especialmente en

pacientes con antecedentes alérgicos a la Penicilina y en la actualidad la mejor

forma de prevención es la inmunización activa contra H. influenzae es la

quimioprofilaxis que debe ejecutarse con Rifampicina en personas expuestas,

especialmente infantes sin inmunización previa, que cohabiten con un individuo

infectado por su alto riesgo de contagio. (1)

También podría gustarte