“En un mundo de posibilidades ilimitadas, no es posible el amor.” Chul Han.
Eva Illouz en su estudio: El consumo de la utopía romántica, nos comenta a cerca del amor de hoy día, un amor femenino, con escenas de amor y adjetivos descriptivos tales como agradable, íntimo y tranquilo. Pero llendo en contra de este estudio el amor del hoy se encuentra domesticado, pero ¿por qué? La ausencia total de negatividad lo vuelve una forma de consumo, un producto sin riesgo, sin exceso, sin locura. Entonces el sufrimiento y la pasión dejan paso a sentimientos agradables y excitaciones. Es en este punto en que Chul Han me hace recordar a una frase de una película infantil llamada la familia del futuro, que dice: “Del fracaso se aprende, del éxito… no mucho”. Las relaciono por que el simple hecho de que en el amor o en la vida, se dé todo color de rosa, se volverá aburrido y sin sentido, perderá esa sensación del sube y baja de emociones, de tener nuevas experiencias y hasta de encontrar nuevos sentimientos antes desconocidos. Encontramos también la sociedad narcisista, esta no es amor propio, no fija claramente sus límites. tienen un sentido desmesurado de su propia importancia, una necesidad profunda de atención excesiva y admiración, relaciones conflictivas y una carencia de empatía por los demás, ve el mundo como una proyección de sí mismo, lo que provoca que se ahogue lentamente en su yo. Chul Han nos muestra una enfermedad que “nace” del narcisismo como lo es la depresión, ya que es una relación exagerada y patológicamente recargada. Donde nos muestra un hombre agotado y fatigado de sí mismo. Y entonces. ¿Cuál sería la solución para la depresión? El eros efectivamente, pero ¿Por qué?, partamos primero por saber que es el Eros y este es sujeto del amor, que pone en marcha un voluntario des reconocimiento de sí mismo. Entonces este arranca al sujeto de sí mismo y lo conduce fuera, hacia el otro. Lo saca de su infierno narcisista. En definitiva, el Eros y la depresión son opuestos, pero también el eros vence a la depresión. “La depresión se presenta como la imposibilidad del amor. O bien el amor imposible conduce a la depresión.” Chul Han. Con esta frase podemos darnos cuenta que a pesar de que el amor es la cura para la depresión, también puede ser el causante de esta misma. El cuadro de Pieter Brueghel Los cazadores en la nieve, nos muestran el infierno de lo igual, donde no hay experiencia erótica, mientras que, en Hamlet de Shakespeare, la muerte de Ofelia, amada de Hamlet, tiene una bella muerte, una muerte de amor, en donde se hace referencia a la amapola una flor que alude al Eros. “Cercanía entre el Eros y Muerte” Chul Han. Al igual que la frase David con la cabeza de Goliad alude al deseo y la muerte. “El amor es la peste más perniciosa, enajena al hombre de su naturaleza y le trae la extraña” Marsilio Fisino. “La atopia del otro se muestra como la utopía del eros” Para Sócrates, la filosofía es el discurso seductor. Sus interlocutores lo llaman el atópico, es decir, el ser amado es reconocido por el sujeto amoroso como “átopos” es decir como inclasificable, de una originalidad imprevisible. La filosofía debe ser una atopía del otro, una constante sorpresa, la filosofía es, por tanto, resistencia a la descripción, a la definición, al lenguaje. Una filosofía atópica implica hacer temblar el lenguaje: para adentrarse en la diversidad ajena sin apropiarse de ella. Según Platón el Eros dirige el alma tiene poder sobre todas sus partes deseo (epithy-mia), valentía (thymos) y razón (logos). También da al Eros el calificativo de philosophos, amigo de la sabiduría. El filósofo es un amigo, un amante. En conclusión, sin eros no hay pensamiento.