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ANALISIS RETROSPECTIVO E HISTORICO (GEOHISTORICO)

LOS TIEMPOS GEOLÓGICOS PREPARAN…1

El tiempo es siempre una dimensión fundamental del espacio. La naturaleza trabaja por ciclos y la
duración de cada ciclo es de varios millones de años, por lo cual el tiempo humano no es más que un
instante en la escala del tiempo geológico. ¿Qué son y qué podrán ser los impactos de las acciones
humanas frente a solo uno de los ciclos sedimentarios que han dejado a nuestros pies millones de metros
cúbicos de materiales sedimentarios? Sin embargo, podemos ver que las formas actuales del relieve de
cada una de nuestras áreas de estudio son el producto de una evolución extremadamente larga en el
tiempo, que ha puesto en escena fuerzas naturales de un vigor y de unas intensidades excepcionales.
Estas formas se inscriben en una evolución geomorfológica actualmente estabilizada, pero que
seguramente se continuará algún día. Las condiciones climáticas que fueron imperando en su evolución
en la zona intertropical de nuestra ubicación planetaria, permite la aparición de la capa vegetal que le
es característica y que hoy protege este mismo suelo y que, en consecuencia de todo este proceso
histórico de nuestra plataforma de existencia, le da las características que en cierta forma hoy establecen
el paisaje que observamos.

… el campo de acción de las actuaciones humanas.

Es sobre el escenario nuevo que es producto de miles de millones de años de formación y evolución, y
en la escala de nuestro tiempo humano, donde se comienzan a hacer perceptibles los efectos de las
actuaciones humanas, de todo lo que ha emprendido el hombre. Con la formación y afirmación de las
culturas, la vegetación retrocede, nacen pequeños poblados, una red de intercambios se instaura y las
ciudades se crean modificando y transformando la cobertura vegetal y la ocupación del suelo, las
actividades descritas humanizan el paisaje y crean el marco de vida que tenemos bajo nuestros ojos.

La historia también explica la génesis de los asentamientos humanos y de todos los elementos del
espacio geográfico que hoy vemos…

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Material del seminario de Planificación territorial 2006, Profesora Dora Pinto, Maestría en Geografía, Convenio UPTC-
IGAC.

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La actividad humana no se desarrolla en otra parte que no sea la epidermis de la tierra, y a pesar de los
avances tecnológicos de los últimos tiempos dicha actividad es incapaz de modificar sustancialmente el
medio natural. Así, en cada una de nuestras áreas de estudio, municipios o sectores de una gran ciudad,
la historia de la formación de la superficie de la tierra que le corresponde (historia geológica) es la que
pone los cimientos de la formación de los paisajes y tiene la llave de su diversidad de expresión.

En consecuencia, el análisis geológico proporciona el cuadro de la composición general de los espacios


geográficos municipales, regionales, locales o nacionales, y además pone en evidencia el proceso de
formación de estos mismos espacios geográficos.

Es por lo tanto un factor decisivo de explicación en cuanto a la génesis de la ocupación del espacio por
los seres humanos y las sociedades que se van estableciendo. La morfología del paisaje y la composición
de sus materiales (suelos) es un factor determinante, por ejemplo, para elegir el lugar para establecer
una vivienda, o donde se funde un poblado; para obtener los materiales de construcción que la van a
caracterizar, para el trazado de las vías de comunicación, etc... Igualmente, es determinante en la
ocupación del suelo, en las actividades productivas de las que se ocuparán sus habitantes, y en general,
es determinante de la gran mayoría de los elementos del espacio geográfico que observamos (espacio
producto, espacio social).

La economía agraria en sus comienzos tenía sus leyes, sus contratiempos y sus exigencias, todas
relacionadas con las condiciones naturales. Una de las más importantes era el control de las aguas:
drenar y desecar las tierras demasiado húmedas; en ciertos climas irrigar las tierras los suelos
permeables (secos); disponer en abundancia de agua limpia para la alimentación de los hombres y del
ganado. Por mucho tiempo fueron las preocupaciones mayores de los hombres. Las poblaciones
buscaban establecerse allí donde hubiera abundantes fuentes de agua y no progresaban allí donde las
condiciones hidrológicas no lo permitieran. Los afloramientos arcillosos, sobre los cuales surgen las
fuentes de agua (freáticas), fueron las que atrajeron y determinaron la instalación de los poblados.

Igualmente, los materiales de construcción los determinaba en gran medida el medio natural. Hoy se
pueden traer de grandes distancias, pero solamente allí donde las condiciones económicas y de
transporte lo permiten. Pero la regla es satisfacer esta necesidad desde las fuentes o yacimientos más
próximos. De los materiales de construcción que ofrece el espacio físico de la región resulta la

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personalización que se observa en la construcción de los centros poblados y de las áreas rurales.
(Altiplano: arcilla, carburo; llanura caribe: bahareque, techos de paja; ciénagas: palafitos en madera;
ciudades: ladrillo cocido, bloque de cemento y estructuras de concreto (hierro y cemento)).

Las manchas verdes o de vegetación natural que se observan también los determinan los elementos
físicos. Por regla general es la pobreza de los suelos, puesto que allí donde en las primeras
deforestaciones no se encontraron suelos fértiles, se deja crecer la vegetación natural o se reforesta con
especies maderables. Suelos y subsuelos son los que están en el origen de la localización de los espacios
cubiertos de vegetación natural, o de la reforestada, que aún se observan en el espacio geográfico.

Las vías de comunicación naturales (ríos; gargantas geológicas) llamaron la construcción de las ciudades.
Casi todas las ciudades importantes de nuestra historia en Colombia, así como del mundo, se situaban a
lo largo de los cursos de agua. Esta situación tenía las ventajas de, primero, asegurarles el agua en
abundancia a todo lo largo del año para la alimentación humana y las actividades económicas; y, en
épocas donde la comunicación terrestre era difícil (y aún en algunas regiones actuales), los cursos de
agua eran y son esenciales para asegurar la comunicación directa con lugares de relación próximos o
lejanos. Razón por la cual, en los tiempos modernos se observa en el espacio geográfico una red de rutas
terrestres (carreteras) que enlazan las ciudades atravesando cordilleras y al mismo tiempo una malla de
ciudades en el fondo de los valles. Sin embargo el nacimiento de las carreteras asfaltadas y las vías
férreas modifican esta dinámica natural como poderosos vectores de urbanización que son. Un rosario
de ciudades surgen en los comienzos del siglo XX alrededor de una estación de tren y con el auge de las
carreteras, en la segunda mitad del siglo XX en los cruces de las mismas, generándose un crecimiento
urbano inusitado.

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