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Integrante: Angel Gabriel Delgado Valadez.

Materia: TEORIAS DE LA PERSONALIDAD.

Docente: Maria de los Angeles Arce Gonzalez


Erich Fromm

(Frankfurt, 1900 - Muralto, 1980) Psicoanalista alemán. Del psicoanálisis parece apreciar
sobre todo la crítica a la sociedad occidental, y del "primer Marx", el de los Manuscritos
económicos-filosóficos del año 1884, el proyecto humanista. Estos intereses se remontan a su
licenciatura en Sociología y Psicología, obtenida en Heidelberg en 1922. Al finalizar sus
estudios, ingresó en el Instituto de Psicoanálisis de Berlín, pero permaneció al margen de la
Asociación Internacional Freudiana. Trabajó con Max Horkheimer y Theodor Adorno en el
Institut für Sozialforschung de Frankfurt.

Erich Fromm

En 1934 emigró a América por cuestiones raciales, y vivió en Nueva York y en Cuernavaca
(México). Requerido por las más prestigiosas universidades, (New School, Yale, Columbia),
junto con Karen Horney, Harry S. Sullivan y Abram Kardiner, dio vida a la llamada Escuela
Neo-freudiana "culturista", la forma más importante de revisionismo del psicoanálisis surgida
en Estados Unidos, y que fue rechazada por los ortodoxos y criticada por Norman O. Brown,
por dar una lectura parcial de los textos freudianos.

También lo fue por Marcuse, por el radicalismo con el que la génesis pulsional de los
conflictos psíquicos (reivindicada por Freud) era sustituida por una génesis sociocultural.
Marcuse lo acusó también por buscar soluciones dentro de la sociedad competitiva a la que,
sin embargo, criticaba. A pesar de todo, algunas de las ideas de Erich Fromm (como el
análisis de la "autoridad racional") sobrevivieron y ejercieron de manera indirecta una
influencia determinante.

En 1941 publicó El miedo a la libertad, y posteriormente, Man for Himself: an Enquiry into
the Psychology of Ethics (1947), El lenguaje olvidado (1951), y un auténtico "best seller"
internacional: El arte de amar (1956). Más tarde, publicó La misión de Sigmund Freud
(1959), Marx's concept of Man (1961) y, en dura polémica con Konrad Lorenz, Anatomía de
la destructividad humana (1975), a la que siguió ¿Tener o ser? (1976).

Erich Fromm perdió progresivamente el interés por la psicología clínica y por el rápido
desarrollo técnico y teórico del psicoanálisis. Ignoró a autores como Melanie Klein y R.
Money-Kyrle que, desde un punto de vista clínico, abordaron temas habituales en él, como la
relación entre amor y odio, o naturaleza y cultura. Fromm no fue un psicoanalista
convencional, sino más bien un agudo, aunque a veces sectario, psicólogo social o tal vez un
librepensador, crítico de ideologías políticas, religiosas y terapéuticas, y un valiente
investigador e innovador. Como ejemplo basta citar su Budismo zen y psicoanálisis (1960),
escrito en colaboración con D. Suzuki y R. de Martino.

Se le considera, junto a Karen Horney y Harry S. Sullivan, entre otros, iniciador de la escuela
culturalista psicoanalítica estadounidense, cuya metodología busca resolver la neurosis del
hombre moderno, que, según Fromm, radica en el distanciamiento existente entre las
estructuras sociales y el individuo, anteponiendo una planificación humanista de la vida
frente a las teorías del consumo y del rendimiento económico.

Sus intereses se centraron en la definición de una nueva "ciencia del hombre", capaz de
orientar la formación de una personalidad equilibrada dentro del caos cultural, la violencia y
la soledad que constituyen las perversiones del totalitarismo en la sociedad contemporánea.
Entre los principios inspiradores de esta crítica al mundo actual se encuentran la obra de
Marx y la de Freud, a las que añadió más adelante la influencia del budismo zen, al
considerar Fromm como digna de aprecio su noción de "iluminación" entendida como
desarrollo de la cualidades intuitivas del hombre.

En efecto, no puede decirse que Fromm sea marxista ni freudiano: de Marx y de Freud recoge
en particular los elementos críticos y liberadores, abriendo una perspectiva que puede
definirse como existencialista o idealista con un notable acento místico. Contra el
determinismo económico, Fromm basa su análisis de la sociedad en el concepto de
inconsciente social, que representa la parte socialmente reprimida de la psique universal. La
realización del amor, de la justicia y de la libertad se conseguirá cuando se satisfagan de
manera correcta las necesidades radicales del hombre: la exigencia de relaciones espontáneas,
una dimensión trascendente y creativa, una plena expresión de la individualidad, una fe capaz
de orientar los comportamientos y una fraternidad universal.

Los 5 tipos de personalidad según Erich Fromm están basados en el principio de


productividad. Según el célebre psicoanalista solo una de esas cinco tipologías es capaz de
invertir en su propia libertad, de conquistar su independencia emocional y personal. El resto,
en cambio, vendría a representar un tipo de filosofía existencial más interesada, materialista e
improductiva.

Teorías sobre la personalidad hay muchas. De hecho, hasta es posible que a estas alturas más
de uno sienta cierta contradicción. Tenemos la teoría de la personalidad de Jung, la de Carl
Rogers, la de Cattell, la de Eysenk o la de los cinco grandes de Costa y McCrae… ¿Significa
esto que a día de hoy la ciencia del comportamiento aún no se ha puesto de acuerdo en esto
de definir el carácter y rasgos de la personalidad humana?

“Las personas egoístas son incapaces de querer a los demás, y tampoco son capaces de
quererse a sí mismas”

-Erich Fromm-

Cada corriente, cada escuela psicológica y cada autor enuncia desde sus propios modelos
teóricos una definición particular sobre la personalidad. Así, la tipología desarrollada por
Erich Fromm en su momento partió desde un interesante enfoque basado en la filosofía
humanista que, lo creamos o no, la hace verdaderamente útil en la actualidad.

Si había algo en lo que creía este psicólogo social y autor de “El arte de amar” o “El miedo a
la libertad” era en la firme obligación del ser humano de conseguir una auténtica autonomía,
en invertir en su independencia mientras se respeta las de los demás. Lograrlo, según Erich
Fromm, es sinónimo de productividad.

hombre con los brazos extendidos representando los tipos de personalidad según Erich
Fromm
Los tipos de personalidad según Erich Fromm
La teoría de la personalidad de Erich Fromm, psicoanalista neo-freudiano, se basa en dos
necesidades primarias: la necesidad de libertad, como ya sabemos, y la necesidad de
pertenencia. Así, cuando leemos su obra, hay un hecho que suele llamarnos la atención:
Fromm tenía una visión del ser humano algo negativa, lo veía demasiado pasivo y motivado
solo por su necesidad de consumo.

Por ello, en gran parte de sus trabajos se nos anima a favorecer nuestro desarrollo personal, a
dejar a un lado nuestra dependencia por los factores externos, los bienes materiales o la
necesidad de triunfo y reconocimiento para invertir en cualidades como el amor, el respeto, la
creatividad o la humildad.

De este modo, y a pesar de que el carácter y la personalidad humana está muy arraigada y es
difícil de cambiar, bastaría con que fuéramos un poco más conscientes de nuestras tendencias
y actitudes para comprometernos con el cambio. Veamos ahora cuáles son esos 5 tipos de
personalidad según Erich Fromm.

1. La personalidad perceptiva
El tipo receptivo se caracteriza por la constante necesidad de recibir aprobación y
reconocimiento de los demás. Ahora bien, lo más llamativo de este perfil de personalidad es
que ese apoyo que reciben no lo suelen devolver, no hay una inversión para con el otro ni una
atención recíproca.

Asimismo, suelen caracterizarse también por mostrar escasas habilidades sociales, dificultad
para tomar decisiones y una clara infravaloración de su propio potencial humano.

2. Personalidad del explotador


De entre los 5 tipos de personalidad, según Erich Fromm esta es sin duda una de las más
comunes según el propio autor. Hace referencia a ese tipo de perfiles que establecen vínculos
y relaciones con los demás por puro interés, por beneficio propio e incluso como dijo Fromm
en su momento, “por interés comercial”.

El tipo explotador está dispuesto a mentir y a manipular para obtener lo que necesitan, y lo
logran al centrar su interés en personas con baja autoestima para explotarlas.

Cabeza de una persona manipulada


3. El acumulador
El perfil acumulador o de acaparamiento hace referencia a esas personas que solo tienen un
objetivo, una necesidad: atesorar bienes materiales, poseer cada vez más cosas, más
objetos…

Así, cuántas más cosas logra tener más seguro parece sentirse, más reforzado se auto-percibe
y mayor satisfacción personal cree conseguir. No obstante, cabe destacar que ese apego
insano hacia lo inmaterial nunca se ve saciado, porque siempre le falta algo, la felicidad
nunca es completa o lo que es peor, siempre sale algo nuevo en el mercado del que carece y
que intentará conseguir.
“Solo la persona que tiene fe en sí misma es capaz de tener fe en los demás”

-Erich Fromm-

4. La personalidad mercantil
De entre los tipos de personalidad, según Erich Fromm este es el que más abunda en nuestro
mercado laboral por razones obvias: son personas que establecen relaciones con otras con el
fin de obtener un beneficio económico. Son vínculos basados en un claro objetivo financiero
o mercantil.

Ahora bien, lo que en un principio puede parecernos normal o esperable, en realidad es lo que
más daña el principio inviolable de libertad humana defendido por Fromm. ¿La razón? Esos
vínculos mercantiles buscan establecer diferencias de estatus social, ahí donde unos logran
prestigio y poder, mientras otros por su parte supeditados a los primeros.

5. El productivo
Hasta el momento hemos visto esos tipos de personalidad según Erich Fromm que definen a
los “improductivos”, es decir, perfiles que ni invierten en su propia libertad y autonomía
personal y aún menos en la de los demás. Sin embargo, lejos de estar todo perdido, lejos de
quedarnos con esa visión algo pesimista del ser humano, cabe decir que existe ese quinto
perfil donde se centra nuestra esperanza y nuestro objetivo personal.

El tipo productivo es una persona que canaliza todo su esfuerzo e interés en ser alguien
comprometido con el ser humano. ¿Qué quiere decir esto? Básicamente que son individuos
capaces de construir relaciones amorosas, enriquecedoras y significativas con sus semejantes.
Aún más, aplican un enfoque muy saludable para lidiar con las emociones negativas y con las
presiones o intentos de control que otros puedan ejercer sobre ellos.
mujer caminando por el campo para vencer la depresión
Para concluir, este enfoque que nos propuso Erich Fromm nos invita a reflexionar una vez
más en esa idea que tanto hemos visto en el campo del crecimiento personal, a saber: solo
quien invierte en su valías psicológicas, en su autoestima, en su independencia y es capaz a su
vez de promover esto mismo en los demás, logra poner los cimientos de una sociedad más
humana, más esperanzadora.

Como vemos, este enfoque sobre la personalidad según Erich Fromm tiene un claro
componente social que puede erigirse en una fuente de motivación válida, por qué no, para
generar en la medida de lo posible cambios que estimulen nuestro crecimiento

conclusión.
Erich Fromm nos muestra una nueva forma de personalidad basándose en el psicoanálisis en
donde explica que lo que esta mal con el hombre es que se alejó de su naturaleza y que
depender de los dogmas pueden llevarnos a ser irracionales y poco empáticos volviéndonos
así en una sociedad que nunca avanzara y solo se estancaria o retrocede

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