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La noche de Dos Lunas

Después de infinitas noches con cielos vacíos;

Aquella fue una noche extraña con dos Lunas;

Huían las personas de los lugares cerca de las playas;

En sus vehículos o caminando escapaban a las punas.

Era extraño contemplar este nuevo cielo;

La nueva Luna tenía un bello rostro de mujer;

Rayos eran sus ojos, su sonrisa relámpagos, su voz un trueno;

Bajo ella un mundo se destruía y otro empezaba a nacer.

Yo caminaba tranquilo en medio de este Armagedón,

Que sin poder ser contenido había escapado de mi mente,

Junto a tu ausencia lo encerraban todo y nada;

Las Lunas, el mundo y mi alma presos eternamente.

Era tu ausencia y tu presencia en mi despertar;

Con miedo acerqué mi rostro a la ventana;

La misma calle, las mismas casas, los mismos gatos;

Pero tu rostro de Luna estaba en el cielo esa mañana.

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