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DIRECCION GENF,RAI. DE AGKICULTURA

A^O XXVIII JLILIO i934 'I^I NU^1. i4

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^^ I^e^^^^^r't^:^^,.^»^rsir„^^>.'i^;LL:xSa?^^i^`3z^s^, ^^^^^

Características de su cultivo
EL QUINO EN ESPAÑA y su posible implantación.
Por el Dr. D. Joaquín Mús Guindal, Director del Laiboratorio y Parque
Central de Farmacía Milítar

Bosque de "C. Ledgcrinna"

F.ctas .hojas. se remiten gntis a quieu las pide al Servicio de Publi-


caciones Agrícolas de la Dirección General de Aflricultura
- 2 -

Los nobles deseos del culto y activo farmacéutico señor Blanco


Juste, de implantar el cultivo del quino en España, encontraron la
acogida cariñosa de la Academia Nacional de Farmacia, que los
^hizo suyos, elevándolos más tarde al Gobierno de la República :
éste, percatándose de la i^mportancia del asunto y cle la trascen-
dencia que para el país tendría la posi^ble implantación del mismo,
no sólo lo declaró d^e utilidad pública, sino que tam^bién creó, con
caracter oficial, un Comité N^acional, con dic^ho fin (r).
Numerosos autores se han ocupado del estudio del quino, desd^
sus diferentes puntos de vista, y algunos, como Perrot, Yhilipe,
Prud!home, etc., cuyos trabajos tenemos a la vista, están orientados
en el sentido del cultivo, pero aun cuando esto es cierto, tam^bién lo
es que en nuestro idioma, por lo que al cultivo se refiere y necesi-
dad de stt implantación, sólo son conocitlos los tra^bajos de Blz.nco
Juste, que 'ha estudiado este asunto con gran cariño (z), si bien
la nec^esidad de este cultivo fué aconsejada primeramente por el ce-
lebra•do don Hipólito Ruiz, Ihace años, y después por otros farnia-
céuticos, como Martín de Argenta v Lletget (t889), Gómez Pamo
(t88^), y aún por nosotros mismos en alguno de nuestros tra^bajos
(i9iz).
E1 cariño con que son acogidas por sus muy numerosos lecto-
res, las HoJf^s DivtriG:a^oRas de una parte, y el interés que ofre-
cen ]os importantes asuntos que estuclian por otra, motiva el que
no obstante lo ya publicado sobre el cultivo del quino, por el se-
ñor B'anco, traigamos a las mismas este asunto, dada su importan-
cia, a la vez que ^hablamos de otros, relacionados con el quino, si
bien todo ello sea tratado con ^carácter de divulgación.
D•eb^tlo a que la explotación de los quinos en la tlmérica del
Sur ^estaba en manos de los indígenas y no podía ser insp^ecciona-
da en los bosques de difíci.l acceso, se pensó en el cultivo, que ya
inició nuestro \!Iutis, en Mariquita, y^hoy se Ileva a cabo en Colom-
bia y Bol ivia, en los altos va'lles de Yungas y sobre todo en Mapi-

(i) El Comité está integrado por los farmacéuticos D. Toribio Zúñiga,


presidente; D. Joaquín Más Guindal, vicepresidente; D. César González y
D. Ferna^nd^o ^Hergueta, vocales ;]os ingeniero^s de Montes D. José Lillo,
D. Eladio Romero y D. Luis Ceballos, y, por último, D. Francisco Blanco
Juste, secretario.
(a) «El cultivo del árbol de la quina en España y en sus posesiones afri-
canasn, i93i. Folleto de q8 paginas. Prólogo de D. Bernardino Rojo.
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ri, cerca de "l^itil.ala, extencíiéndose a la América Central como Gua-


temala y Jamaica.
E1 cultivo del quino se ha extendido por diversas naciones,
así como por sus colonias respectivas ; buena prueba de ello tene-

DETALLE DE ORGANIZACIÓN FLORAL DE LA 'C. CALISAYA


VAR. JOSEPHIANA.
A. Diagrama.-B. Flor.-C. Idem corte longitudinal.--D. Corola abierte, vista por
el interior. E, Gineceo.-F. Fruto maduro.-G. Idem corte traosversal.-H. Idem
con la parte superior separada para mostrar las semillas.-1. Semillas ( se$ún Berg
y Schmidt).

mos al citar los nombres tle los siguientes países o localidades :


Arg^elia, ^^frica occid^ental ^francesa, Australi^a, ^Bal^iviao ^Ce+i^lan,
Coimbra, Congo belga, lndias iholandesas y'británicas, Indoch:-
na, Islas ^dc Santo "I'omé^, Madera, hitlji, Filipinas, Madagascar,
Reunión, Jamaica, Santa Elena, Nueva 7,elanda, Méjico, Tanga-
nilca, etc.
J,ava es el sitio más adecuado para el cultivo de la qtlina, lo
cual es debido a su clima tropical, ]luvias abundantes, atmósfera
cálida y ihúmeda, suelo poroso v suelto, pues 'la lava permite el
fácil acceso del aire y del agua, hasta las raicillas. En la isla cul-
tivan ]os iholandeses las C. Ledgey^i^a^za, succ7rubra, robusta e hí-
brida, partiendo de las semillas. F,n Java tienen los holandeses el
cé'l^ebre ^Establecimiento botánico agrícola de Buitenzorg, que es
modelo en su gér,ero, por cierto qtie en Lembang, el monumento
erigido a Junghum, se ihalla situado en med^o de tma espléndida
plantación de quino.
Los ingleses tienen sus plantac;ones en la India. En i868, iha-
bía ya al pie del Himalaya, i.zoo.ooo árboles ; en i886, éstos llega-
ban a la cifra de cinco millones. Según Ileuzé, en i895, vegetaba
la C. Calzsnya, a unos r.^oo metros, en las pendientes meridio-
nales del Nilg^heris, mientras que las demás especies llegaban a
z.ooo.
Las plantaciones llevadas a cabo en Africa merecen mencio-
narse : Los primcros ensavos de cult:vo fueron en Argelia en los
años r8^c^, i8^o, rS66 v r868, sin éxito ^alguno por ]as condiciones
cl imatológicas.
Los cultivos cn Santa I:lena datan ^de i854, con la C. Officina-
lais, que en i868, se extendieron a var:as especies que vivieron en-
tre goo tt t.ooo, llegando a zo.ooo ejemplares; pero por descuidos,
en t883, quedaron reducidos a r^6, en mal estado.
En la isla de ]a Reun:ón 7os ensayos datan de i865, con ]a
C. Off^c^inalis, y ilespués con la C. Calisaya y Pahudajiana, de
Java, ]legándose en ^879 a tener 3o.oc}o árholes, y en i894 a 80.000,
c]e las dos pr nieras citadas, iuás la C. succirubra v Ledgeriana.
En la isla de Matu^ic:o datan los cultivos que al principio tuvieron
éxito, dcsde r8fi^, y^en 1^1a•dagascar de r88r. En ^Cabo Verde y
Angola ]as plantacion^es no han tenido ^éxito.
Las plantac:ones de quinos en las poscsiones alemanas y portu-
guesas, dice Van der Wielen (ic^oq.), han tenido gran éxitor: en la
Isla de Santo Tomé, crece bien el quino a los r.ooo metros, exis-
tiendo en ^8qt, ^de la C. succirubr^^, z.^oo.ooo árboles.
Los alemanes cultivaron los quinus en sus posesiones tle Afri-
ca hasta el extremo de que el Instituto de I3:ología Agrícola de
Amani tenía en r^o3-r9o4 sus t5.ooo plantitas, según W. Bausse,
estando reservados a los cultivos del Kamerum en iqoó un gran
porvenir (Van der Wielen).
En nuestras Islas Canarias ("renerife), se ihicieron plantaciones
^íe quino en i868, segíu^ Van der Wielen, pero este autor no tiene
datos referentes a la suerte que tuvieron est^a plantaciones.

Los quinos son árboles que en estado salvaje crecen en Amé-


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rica del Sur desd^e el Norte de Colam'bia, llebando a través del


Fcuador v Pc:ní, hasta Rolivia, o sea una longitud de 3.zoo ki-
lóm<°Ir^s, p^r una ^tncihura de 6o a 80. Se trata de plantas perte-
necientes rt1 ^énero Cinehorza, de ]a familia de las RZCb^iaceas, en
cuv^ estudici no podemos entrar en este lu^ar, remitiendo a los ]ec-
tores a quienes pueda interesar a los artículos qtte con los títulos
de <<Estudio botánico del quino>> v<<(^uinos espontáneos cultiva-
dos v sus diferencias», publ^camos en los nítmeros de marzo v
abril de rc^3^, en F,co'nomía y Técníca q,^ rícola (puhlicación men-
sua] de 1a Dirección ^eneral de A^ricultura), con los ^rabados co-
rrespondientes.
Di^eho esto pasaremos revista a los datns que hay que tener pre-
sentes en la implantación de los cultivos del quino, que son los
si^•uientes :
Terreno.-D^ebe ser profundo, permeab^le, turboso y síliceo-
arcilloso. F,n Java, los más favorables son lós que tienen un ^o a
5o por roo de arcilla con humus ; los arcilloso-arenososos, con tm
zo ó 3o por ro^ de arcilla con ^humus, se desecan fácilmente con
los vientos, si las lltt^•ias cesan al poco tiempo ; en Cc^il^tn, los te-
rrenos dedicados al cultivo del quino, son menos profttndos v
men^s arcillos^s que los de Java. A sPr posible deber^n ser nue-
vos, vír^^enes v r:cos en ihumus (t^ por roo). E1 terreno de bosqtte
es el indicad^, aun cuando los quinos viven tamhit^n entre las
p;edras.
.altitnd.-Varía de 60o a r.orto metros, r.8oo _v atín z.^oo
(C. Cali.cava) (C. O/fic^naais). 1•,a altttra me^d^ia es de r.5oo a z.4oo.
Tenzfieyatura.-Varía se^ún los autores o las especies. De t7°
a zz° (Q. roja), de r7° a rt^° (C. T_ec^,^er^iana), d^e r4° a tfi° (C. Offici-
nalis). La temperatura media parece ser de ir° a r^° ó de ta° a zo°
de día, y de 7° a r4° de noche.
Humedad.-Se necesita ttn mínimum de z metros de lluvia
con unas r 5o jornadas lluviosas y contar con la humedad de la at-
mósfera durante el perío^do seco (Perrot). En Ceilán v Java, la
montaña es invadida por las nubes, y el rocío se deposita abundan-
te. Se,;ún jttmelle, las lluvias dehen ser de corta duración, pero
a^bundantes.
Vientos. - Floj^^s y moderacíos. Necesitan l^s quinos mucha
aireación.
Orientació^z.-A1 ser posi^^ble, al Mediodía.
Abonos.-Se emplea c^l estiércol fuertc, las eortas dc cacahuet
o las de ricino, para lo cual se establecen y^a cerca cultivos de esta
planta ; este abono es frecuente en Java. E1 empleo del estiércol
fuerte lle^a a aumentar ]os alcald:des desde un 3 a un 6 por ioo.
También se emplea como abono la nuez de coco.
Accidentes.-Perjudican a los cultivos dc quino : los cambios
bruscos de temperatura v las seduías, poca altitud }r el frío, así

Cinchona Ledgeriena.

como las abuas estancadas, pendientes no suaves, falta d^e aerea-


ción y el cansancio del terreno. El insecto Helopeltis brad,'ii, ataca
a las ihojas y es muy perjudicial. 1?1 cáncer es producido por un
hongo ^que corroe ^la madera, ihasta el centrc,, cubri^éndose la cor-
teza de placas a la v^ez que se pone ne^ra.
Mieltiplicnción.-I,a multiplicación •del quino se consigue por
tres procedimientos : 1.° Por semillas. z.° Por estacas. 3.° Por in-
gertos.
La multiplicación por semillas es bastante difícil, se^ún Pru-
d^home, debido a^que se necesitan cui^dados minuciosos, pero es el
medio más usado. Según este autor, contra lo que generalmente se
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cree, se conservan bastante bien durante muciho t:empo, pudiendo


soportar ]argos viajes sin necesidad de recurrir a embalajes espe-
ciales, sino simplemente en saquitos o envueltas en pape] fuerte :
cuando son frescas germinan pront:o, pero en cambio, si son viejas,
exigen a lo mejor varios meses para germinar, según el mismo
autor.
Las semillas en Java se conservan con cuidado en lugar seco,
no golpeándolas antes de la madtrrez ; las criban las mujeres del
país, separando ]as sustancias extrañas, escogiendo las enteras y
sanas. L1na onza c^ntiene de 6o a 75.00o semillas, debido a su te-
nuidad.
La siem!bra se efectúa a voleo, empleando semilla fresca en
semilleros de tierra alg^ húmeda, siempre germinan•do a los veinte
o treinta días y^hahituando un poco las plantas a la luz, cuando
tienen dos o tres centímetros. Aconsejan algunos autores que des-
pués de ihaberlas stttuergido en agua clurante seis a doce ihoras, se
las mezcle con un poco de arena y se siembren a voleo, compri-
miéndolas un poco contra ]a tierra para que se ad^hieran al suelo,
el cual clebe ^htnuedecerse cuida^dosamente con un vaporizador, pro-
curando due no se toqu^en y que germinen entre >8° y z^°. De^ben
emplearse semillas tle plantas no ihibrida^das, a causa de la gran
ternl^encia que tienen algunas especies de ^quinos a]a hibridación,
sabre to^do la ('. Cal,'isavn y la succirubra.
l?n Java son p^referidas por los ^holandeses ]as senti^llas de la
C. T,e^c^.ge^ri^rrtu, de^hido a que la planta es tle creciuii^ento más .rá-
pi^do ^^ resistc un frío relativo, a la vez ^que es ^de bello porte y]a
más rica en alcaloides.
Un modelo ^de semillero holandés descrito por el señor Blanco
Juste, tic^ne to metros de ^la^rgo por cuatro de anc^ho, con paredes
triangulares de adobe, cubiertas de bastidor de madera y cristales,
que se a^bren por sectores, estando dicidido su suelo en cuatro ; las
cu^biertas se sostienen por riostras. Su coste es de zoo pesetas, }^
en ellos se consigue la aereación, abrigo nocturno, aislamiento de.
los insectos, etc. ^
I,a distancia a que se colocan ]as plantas es variable, de 4,5 a
5^5 Ptes la C. Off^icin^alis en Ne^cíuvatum, y a 5,5 la C. Ledger^iana
en Javz, pero experiencias posteriores admiten que debe reducirse
a ^,3 pies.
Los híbridos son aprecia^los en el cultivo dc:l quino debido a
que su crecirniento es más rápido due el de la C. I edgeriana, pura
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a la vez, que son más resistentes que ella, puesto que un exceso
de humedad da lugar a la podedum^bre de las ^raíces, produciendo
un chancro ^que origina la muerte rápida de los árboles.
La mult'iplicación por estacas es muy fácil, según Heuze ; és-
tas proceden de j^óvenes retoños, que tienen o,25 a o,3o centíme-
tros de largo, llevando algunas hojas m^e^dio cortadas por la parte
superior, operando en terreno fresco y semisombreado, no Ihabien-

Cinchona offícinalis.

do éxito en los terrenos muy ihúmedos o de aguas estancadas, te-


niendo la parte enterrada de o,08 a o, ro de longitud ; el trasplan-
te exige ciertas precauciones con el fin de no deteriorar las raici-
Ilas, operando, a ser posibl^e, en tiempo de 1luvia, seguido de rie-
gos cada cinco o seis días, en el caso ^de que el terreno esté seco.
La propag^ación por ingeytos permite que se trasmitan las cua-
lidades del árbol-madre fielmente, de aquí el que sea recomenda-
ble, ^ha^biéndose conseguido en Java, merced a este procedimien-
-g-

to, elevar la riqueza en quinina de las cortezas. Se lleva a cabo qui-


tando la corteza en superficies ^de tres centímetros cle largo por uno
o dos de ancho, procurando que sea Iherida la base ; la p^equeña
planta se corta en cuñas de superfici•e muy limpia, que se aplica a
las incisiones ^de la C. succirubra, se r^ecubr^e con rafia, se ^ata bien
con ihojas de helechos retorcidas y se cubren estas partes con bar-
niz de cera _v aceite, dejando las plantas ihasta que tienen dos pies
de alto.
Ensayos sobre el cultivo del quino, ^fueron ]levados a cabo por
el culto farmacéut;co militar, ihoy inspector de la reserva, don La-
dislao ^lieto Carnino. En efecto, el vicecónsul ihonorario de ^^España
en Colombia, it2r. F1. I'orsun le remitió tres onzas de semillas de la
C. Ledgeyiana, las ^que fueron distribuídas entre personas residen-
tes en varias localiclades. E1 13 ^de abril ^de i9oa, consiguid que
germinaran scmillas en el patio clel .41gi^be del Hospital Militar
de Granada en número de diez ; a su vez, en Valencia v La Gran-
ja, bajo ]os ct^^dados del mc`;dico y jardinero don Giilén, en el jar-
dín de la racultad rle Cienc:as de la primera localidad y del jardi-
nero mavor serior Gras en la segunda. En Granada se ihicieron
plantaciones en el jardín de la Universidad, Observatorio de 1.^
Cartuja, jardines cle aclimataci^ín v Hospital Militar de Granada,
en este tíltimo sitio por el farmacéutico militar señor Torres Es-
criña.
E1 m^smo señor Nieto nos ihabla de erivíos de semi^llas a otras
localidades, como Málaga, "I'enerife, ^Castellón, Palma, Zaragoza,
La Guardia, Valdealgorfa (Teru^el) y Fernando Poo, si ^bi^en no
obtuvo contestación acerca de los resulta^los. A su juicio, en la
r^egión extremeña, es el partido cle Alcántara donde se cultivan los
castaños, el que acaso sea apropiado para el cultivo del quino.
Según el culto ingeniero de Montes de nuestro Comité del Qui-
no, señor Ceballos, podrían ser aprovechados para el cultivo del
quino en nuestro país, en la provincia de Cá^diz, los sitios llamados
Sierra de Algeciras, Montes de J^erez, y en Mála^ga, las ^localida-
des llamadas La Sauceda„ Valle de] Gena, Cuenca del Guadal-
via. Elche y Motril son convenientes por las temperaturas medias
^1^ tS° a zo°, pero no reunen condiciones dc hum^edad, aunque esta
sea artificial ; los climas mediterráneos t:enen un período de se-
quía estival, a veces prolongado, v^esto constituj^e un peligro pa^ra
los cultivos, se;tín e] mismo autor.
Plantaciones de quino con carácter particular se han llevado

^^:^^
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a cabo en nues(m p^ís. Según datns tomatlos d•el Sr. Blanco


Juste, celoso secretario del Comité del Quino en Zamudio (Viz-
caya), se prepararon por la eYCelentísima Diputación 16o hec-
t^íreas para tal fin, dirigiendo los cultivos a zoo m•etros de altura
el ingeniero de Montes D. Rafael Arzadum ; los Sres Angulo y
Martínez Vélez, del Colegio de Farmacéuticos de Vizcaya, tienen
gran entusiasmo por las planta ^iones ^le^l ^quino, como el doctor
Azc^.rraga, del Colegio de Farmacéuticos de Guipúzcoa ; el maes-
tro nacional D. José Palencia i\'luñoz, de Hornachuelos (CÓrdo-
ba), quien lo ensaya junto a plantaciones de algodón.
Según los datos obtenidos de la correspondencia sostenida por
el Sr. Blanco Juste _va citar.3o, el cultivo del ^quino interesa en nues-
tro país a diversas personalidades, como el Sr. Carranza, presi-
dente del Colegio de Farmacéuticos de Pontevedra ; Estévez, de
Tenerife ; Fernández de Castro, de Asturias ; Gil y Sastre, de
Epila (Zarago-r,a) ; García Figueras, de Jerez ; Martín Vélez, de
Baracaldo (Vizcaya) ; Massana Bozo y Pediola, de Barcelona ;
Daniel Nagón, de Navarra ; la señorita Galindo Montoza, de A1-
muñécar (Granada), v, últimamente, el Cabildo de Santa Cruz
de Tenerife (Canarias), en sesión de enero de este año, acordó
su implantación.
Todas estas citas ponen de manifiesto el entusiasmo con que
en nuestro país es acogido por los particulares el cultivo del^ qui-
no, siendo de desear que este entusiasmo continúe y que los en-
sayos que se realicen sean coronados por el éxito, si lo permiten
las condiciones en que se llevan a cabo.
De la labor silenciosa que viene Ilevando a cabo el Sr. Blanco
Juste, sólo con el fin altruísta y aun a trueque de violentar su
modestia, diremos que en el tiempo que la Secretaría del Comité
funciona, ha contestado más de z^o cartas, ha sostenido corres-
pondencia e^tranjera y enviado I3. L. M. De su actividad en todo
cuanto se refiere a la divulgación del culti^^o del quino en ei e^-
tranjero, condiciones que necesita el árbol para su desarrollo, ne-
cesidad de que se cultive en nuestro país, etc., etc., dan buena idea
también su medio centenar de artículos publicados, sus confe-
rencias en Madrid y Zaragoza o por radio y aun algún viaje,
como el efectuado a Lisboa, con el fin de proporcionarse semilla
para los cultivos.
La primera plantación oficial del quino en nuestro país tuvo
lugar el 17 de enero de 1933 en la Estación de ensayo de semillas
- II -

^d^^l Instituto de Investi^aciones v Expcriencias forestales de] Es-


cnrial (C'asita de :4rriba), emple^tndose las procedentes de la C.
Calisaya, de cuyo acto dió oportunamente cuenta la Prensa y se
describc^ en rin tr^h^tjn cíel Sr. Rlanco Juste. M^s tarde, en una
visita lle^-ada a cabo en a de marzo del mismo año, pudimos ^•er
ios cotil^dones que emitieron las sem^illas que ^erminaron en lns
di^^ersos tiestos examinados. I,os tallos a flor de tierra tenían al-
turas de 3, 5, 6 y 8 centímetros.
La aclimatación del quino en España y Colonias es cuestión
cie tiempo, tanteos, experiencias y de buscar los sitios drn^dc^ por
el ré^imen de lluvias, altittillcs, temp^^rattiras m^^dias v condicio-
nes del terreno se suponga que ha de prosperar con más o menos
cuidados, sin que se pueda, en absoluto, desechar localidades en
al^tín caso, puesto qiic^, sabido es, vivifi c^l quino cierto tiempo
en los jardines de Aranjuez v en el jardín Rotánico dc Madrid, v
p^dem^s, por lo tanto, encontrarnos con localidades insospecha-
das que sean propicias para su cultivo.
i,as naciones qiie ihan ac•limataclo la planta ^n sus colonias lo
han hech^ d^sptiés de experiencias, a^•eces infructuosas, de tiem-
po v de ^astos, con arre^lo a los recursos económicos del país; no
es, clescle lue^o, un problema de inmediata soluei^ín, tratúndose
de la aclim.itacicín de una planta exótica que exi^e cuidados, pero
nuestro país tampoco debe estar cruzado de brazos ante el mis-
m^, viendo cómo las naciones citadas en otro lu^ar lo han conse-
^uido, ^• ló^ico es que así sea cuand^ a España cl^:hen el que ]os
farmacéuticos gloriosos D. Hipfilito Ruiz v D. Jos^ Pavón pro-
pa^aran en F,uropa el uso de la quina, aparte de los estudios de
éstos y de otms c^mpatriotas sobre el precioso rírhol, al que veni-
mos aludiendo.
Con todo lo escrito damos por terminado cuanto en líneas ^e-
nerales, bajo di^^ersos aspectos y con carácter de cli.-ul^ación, pue-
de interesar de momento a l^s habituales lectores de HoJ.AS Dr-
^^vr.c9DOans, por lo que se refiere al posible culti^^o del quino en
España y sus colonias.
- I2 -

Una planta de gran rendimiento

LA MENTA Y SU CULTIVO
POr EMII.IO OSTALÉ TUDI:LA,

Perito aBrícola.

Más de diez millones de pesetas oro paga España a otras na-


ciones por la esencia de menta que imporCa para ser empleada en
farmacia, confitería y licorería, a pesar de la competencia que hoy
le hace en el mundo entero ese producto de la química moderna
que se conoce por el mentol (alcanfor de menta).
La menta es una planta aromática, del género de labiadas, es-
tagn oideas, satureyas, mentidas, corola cuadrífida, cuatro estam-
bres con tecas paralelas, aquenios redondeados en el ápice ; ^áliz
quimquedentado, con dientes no apendiculados, acampanado o tu-
bu]oso, de Io a 13 nervios ; lóbulos de corola y estambres casi
iguales.
^Esta hierba, que es del antiguo mundo, puede cultivarse en to-
dos los climas y terrenos frescos, de fondo, regables y, a ser posi-
ble, b:en próximos al agua ; tiene su historia mitológica, según
la cual, la hija de Cocito, Ninfa, era a^mada por Plutón, y rabiosa
Proserpina de estos amores, la conv;rtió en ia planta de la menta.
En España se da espontánea la variedad M. ^iulegium, que es
la misma que se trae de P.usia, Argelia y Mediodía de Francia, es
la ^de flora mediterránea, pero muy inferior a la M. ^ii^eyeta, cuyo
cultivo se sucede desde el antiguo ^Egipto.
La menta pipereta, co^nocida por menta ing^lesa y apimentada,
ctiltivada principalmente en los distritos de Mitdham Lincoln, Cam-
bri^dbe, ^Hertford, se planta tam^bién en Francia-Sens, y entre Pa-
rís y 'St. Germain-Sajonia, Estados Unidos y fapón, teniendo este
últi^mo país la ventaja sobre los otros citados de poder ihacer dos
siegas, una de septiembre a octubre ^- otra de noviembre a diciem-
^bre, en tanto que nosotros no podemos realizar más que la de agosto.
Los tallos y Ihojas son las partes aprovedhables por la indus-
tria para abtener la esencia de menta, por destilación con vapor de
agua cle la planta desecada, que produce un líquido amarillo muy
pálido, ^de fuerte olor y de sa^bor ardiente alcanforado y de uná
densidad de o,905, conteniendo de un 3o a 4o por ioo de alcan-
- 13 -

for ^de menta. Protliicí^ ef^e^^tus cáusticos sobre la piel ^ las muco-
sas y obra como carn^linati^^a, estomáquica-avivnndo el apetito y
logran^do una buena digestibn-anal^ésica y disminuye la exalta-
ción de reflejos y calma las netrralgias.
E1 año ^tnt^es de plantarse ]a menta, deb^e abonarse a^bundante-
mente el terreno con abonos orgánicos; pero como uno de los cui-
dados esPeciales que hay que tener para complacer a los destila-
dores es de que la menta vaya completamente limpia de malas

En este mngníñco paisaje de Canarias, en cuya lejanía aparece


el Teide, es en donde se da espontánea la mente sylvestris.

ihi^erbas, o sca sin m^^zcla ^^on otra clase de plantas, recomendamos


el empleo de los abonos químicos.
lJna plantac.ón de m^enta no tlebe dttr^ar mis que cinco años
a lo sumo, siendo en el tcrcer aiio cu^ancto .da el múaimo ^le rendi-
m:ento. Yero, o^bservando^ ^que los ^u-belinos (^qu^e son los que .nás
producción obtienen, con una esencia inferior, de4dc luego, por la
variedad que cult:vanj la renuevan todos los años, recomendamos
el culti^-o anual, entrando la menta en ]a ^rotación cle cosec'^t^as.
El terreno debe de preparars^e bien, pues la raíz de esta planta
es l:ub^. }^ rastrera, hbrosa y vivaz. Se obtiene ihacierrdo la multi-
plicación por esqueje en plantas d^e un año, en otoño, al extraer
^las raíccs pa^ra dejar el terreno limpio para el cultiv^o de la pl^an-
ta síguiente de la alternativa. También pue^de veri^ficarse al prin-
cipio de primavera, pero preferi^mos m^ejor realizar esta operación
en otoñ^o.
Se planta en líneas con una distan^cia de 35 centímetros de lí-
nea a línea y Zj centímetros de planta a plant^. Se deben dar cuan-
tas escardas sean precisas, por lo menos ^dos, ya que, como ihemas
dicJho antes, tiene excepcional importancia que no esté mezclada
con atras ihierbas. ^Conviene regarla cuantas veces sea preciso y
hacer recalces par^1 sostener siempre una vegetación lo más fron-
dosa posi^ble.
E1 abono, por 'hectárea, es : de 60o a 80o kilos de superfosfato
y zoo de sulfato de potasa antes de veriíicar la plantación y 300
de nitrato, echados al ^hacer la escarda primera.
Los tallos que alcanzan ihasta Go centímetros de altura y son
muy numerosos, se siegan a ras de tierra cuando la flor empieza
a granar.
La producción puede ser de ttnos 9.00o kilos por hectáerea de
tallos y hojas, empleándose ambas cosas en destilería, dando un
rendimiento de o,5 a I,5 por Ioo, cuya cantidad y calidad depen-
de del medio y]a forma de cultivo.
Se plantan otras clases, como la aquatica, conocida vulgarmen-
te por hierba^buena, rizada o morisca, y la variedad citrata, por sán-
dalo de jardín. La menta romana, en España hierbabuena o hier-
basanta, se cría ^en el Pirineo y Sierra de Mijas y prafusamente
en Canarias. La svlvestris, de las Islas Canarias, y flora medite-
rránea, etc., etc. Para nosotros, la más indicada es el Ihí^brido de
M. VIRIL^IS AQUA^rICA, o sea ]a M. PIPi:RITA, con la cual pademos
obtener un valor, por ihectárea, de cuatro mil pesetas.
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Em^leo de la cal en Agriculfura

por Lurs Mov^^^ncuuo ATn.rrzA,


Pezito agrícola.

La cal, en agricultura, tiene, entre otros, dos pa^p^el^es impo^r-


tantes : desde ^el punto de vista ^químico, o s^ea d^e la alimentación
de la plarrta, el uno, y como enmienda física, el otro.
D^esd^e el pun^to d^e vista de la a^limenta^ció^n puetle decirse que
todas las tierras tienen cantidades más que suficientes, sabradas,
y, por tanto, este aspecto no p^uede n,i de^be preocupa^rnos.
Como enmienda física es otra cosa, y, en efecto, Ihay casos en
qu^e ^es preciso aporta^r al su^elo cantidades ^de ^este alimento, y en
utras ocasiones su emplr:o es aeonsejable en determinadas circuns-
tancias. Vamos a ver si eaplir.amos de vna manera clara los dife-
rentes casos qu^e pued^en ocurri^r.
Cuando la tierra tiene cantitlacl suficiente de cal es intítil indi-
ca^r ^que su empleo, ni ]a de ningún produ^cto que en forma activa
ileve ^esle elemento ^en su com^posición, es a^conseja^ble por nin^gtín
c;oncepto. Alhora 'hien : cuan^do la -tierra es sumamente pobre en
cal, ^es siempre conveni.ente esparci^r cal? ^^En qué forma debe
eciharse? Estos son dos puntos concretos ^que conviene aclarar de
una manera te^rminante.
Si una tierra es pobre en cal S^ su empleo es francamente ne-
cesario, no es bastante esparcir abonos calizados, es ^decir, aquellos
que además de otro elemento (por ^ej^emplo, ácido fosfórico, nitr^^ó-
beno, etc.) contienen cal en su composicitSn, pues ]a cal que llevan
es insignificante. Entonces es preciso incorporar la cal en forma
d^e ca^l viva corrient^e, cuyo ^coste es muy pequeño, y^en cantidades
no inferiores de 30o a 40o kilos por ^hectárea y año ; o mejor, en-
caladuras de t.5oo a a.ooo kilos por Ihectárea cadl cuatro o cinco
años.
Pero incorporando cal solaniente no resolvemos el problema
de mejorar la tierra. Cuando se decide uno a aportar cal o abonos
que la conteng-an es absolutamente necesario disponer de basura
o estiércol para esparcir en cantidades convenientes, por lo me-
nos cada cu<rtro años. Si no se dispone de estiér^col, hay que re-
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nunciar a las ventajas que la cal pueda reportar en los casos en


que por pobreza el su^elo la pide ; de igual manera que ^hay que
rerruncia^r tam^bién al empleo de todos los productos que este ele-
mento entre en su constitución.
La razón es muy sencilla : la ca^l o^bra de manera muy enér-
gica, que^:^ando, destruyenct^ o mineralizando la materia orgánica
del suele. Esta :materia orgán:ca es aportada casí exclusivamenti
por el abono llamado natural, o sea el estiércol. Una tierra que
no contiene materia orgánica no puede mantener lo que se llama
la vida micrabiana, ^que es lo que bien pudiéramos llamar la ener-
^gía vital d^e la tierra y en lo -que funda pri^ncipalmente su capa-
cidad o incapacidad de producir, puesto que los m:cr^organismos,
m:crobios y bacterias qwe pululan por el suelo, al no encontrar
la materia orgánica, desa^parecen, convirtiendo ::na tierra de labor
en un terreno incultivable e'.mproductivo. Por eso dice un refrán
anbiguo q^ie <<la cal ^enriquece al ^padre y empobrece a los hijosn.
Lo que quiere dec;r que si bien es c:erto que con el empleo de la
cal puede aumentar el primer año ]a cantidad de coseaha, ryn vir-
tud de las r^eservas naturales del suelo, en los años sueesivos, en
cuanto éstas se agotan, las coseohas se verán cons`derablemente
reducidas.
En censecue^ncia, lo mismo ^que una persona que padezca úl-
cera de estómago y a la vez de ui. estado calarroso, a pesar de
estar 'indicado contra la tos los compuestos a base de creosota,
como eshe producto llevaría al ind;vi^duo a la mtterte po^r su do-
lencia ulcerosa, tiene que resignarse a curar la tos por ot, pro-
cedimiento, pero de ninguna marrera ingerir en su estómago pro-
ductos con creosota, igtralmente el agricultor qu^e no disponga de
abundante cantidad de estiércol t;ene que resignarse, aun cuando
conviniera su e^mpleo, a no utilizar en sus tierras cal ni ningún
p^roducto que la contenga, si no quie^re, a la larga, convertir sus
bierras en suelos completamente mineralizados, exentos de materia
orgánica, o lo que es lo mismo, en suelos inservibles para el cultivo.

Las obras y revistas reunidas para su trabajo por sl Servicio de Pu-


blicaciones Agrioolas pueden ser oonsultadas en el Wcal del mismo
(Ministerio de Agricuitura, paseo de Atooha, 1 y 3) todos los d^fas
laborabies, de diez a nna.

Papelerfa Sevilla.-Sevilla, 4, Madrid.

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