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Una flor, llamativa por su belleza, fue reuniendo a lo largo de los siglos connotaciones que la convir-
tieron tanto en símbolo de femineidad como en centro de atributos y funciones ligados a la sexualidad.
d e
a b c d
Obras del Clásico, el Posclásico y la Colonia temprana en las que aparecen alcatraces. a. Figurilla maya de cerámica, Jaina, MNA; b. Petrograbado,
Cerro Cuailama, Santa Cruz Acalpixca; c. Jura de Felipe II en 1557, Códice de Tlatelolco, lámina viii; d. Pintura mural de la planta baja, Convento agus-
tino de Malinalco; e. Fragmentos de pintura mural, caja de agua del Imperial Colegio de la Santa Cruz de Tlatelolco.
FOTOS: RICARDO ALVARADO, GERARDO VÁZQUEZ, ARCHIVO FOTOGRÁFICO DEL INSTITUTO DE INVESTIGACIONES ESTÉTICAS, UNAM; SALVADOR GUILLIEM
e f g
Un pintor amante de los alcatraces apenas muestra sus pies, sus manos, el los alcatraces de la “Dama del sombre-
Asombra en la obra pictórica de Diego ápice de su sombrero y su imposición. ro” (1942) resaltan a la mujer desnuda
Rivera la presencia recurrente de los al- Por su parte, la ahuiani o prostituta en que se contempla coquetamente frente
catraces, como impulsada por una ob- el mercado de Tlatelolco (Palacio Na- a un espejo.
sesión alegórica. Las blancas f lores cional, 1945) está nimbada por un halo
pueden aparecer en manojos; pero ad- albo que se agrega y domina el conjun- El alcatraz sudafricano
quieren funciones más expresivas to de los símbolos de su personalidad La flor que tanto atrajo a Rivera perte-
cuando forman parte de escenas en que erótica. La simetría dorsal de “Desnu- nece a una planta herbácea del sur de
mujeres u hombres aislados, en par o en do con alcatraces” (1944) forma la fron- África, la Zantedeschia aethiopica. For-
grupo, infantiles o maduros, son los dosa copa del formidable tronco mo- ma parte de la familia de las aráceas, que
agentes de la emoción estética. Su va- reno de la modelo Nieves Orozco comprende unos 104 géneros, y en la que
lor significativo se potencia, sin embar- Soberanes. Sumadas a la blancura del destacan los anturios, los filodendros,
go, cuando enmarcan figuras femeni- ave, acentúan la inocencia en “Niña con los aros, las dragoneas y las lentejas de
nas. La luz nívea enfatiza la tez morena paloma y alcatraces” (1954), y en el “Re- agua. Lo que en apariencia sería el úni-
en “Perfil de mujer indígena con alca- trato de Natasha Gelman” (1943) for- co pétalo de la Z. aethiopica es en reali-
traces” (1938). En “El vendedor de alca- man parte opulenta del respaldo del dad una espata o bráctea, en otras pala-
traces” (1941), el mazo de flores es un sofá en el que reposa la acaudalada co- bras, una hoja que nace del pedúnculo
mundo a cuestas de la cargadora arro- leccionista. Aun en los frívolos deva- y que protege parcialmente la inflores-
Algunos cuadros con alcatraces de Diego Rivera. a. “Perfil de mujer indígena con alcatraces”; b. “El vendedor de alcatraces”; c. “México-Tenochtitlan visto des-
de el mercado de Tlatelolco”; d. “Desnudo con alcatraces”; e. “Niña con paloma y alcatraces”; f. “Retrato de Natasha Gelman”; g. “Dama del sombrero”.
dillada, en tanto que el hombre –el ven- neos de Rivera al pintar las pin up cencia. Ésta, formada por un espádice o
DIGITALIZACIÓN: RAÍCES. dedor aludido en el título de la obra– girls del Bar Ciro´s en el Hotel Reforma, espiga de eje carnoso, sostiene las dimi-
Una flor, llamativa por su belleza, fue reuniendo a lo largo de los siglos connotaciones que la convir-
tieron tanto en símbolo de femineidad como en centro de atributos y funciones ligados a la sexualidad.
d e
a b c d
Obras del Clásico, el Posclásico y la Colonia temprana en las que aparecen alcatraces. a. Figurilla maya de cerámica, Jaina, MNA; b. Petrograbado,
Cerro Cuailama, Santa Cruz Acalpixca; c. Jura de Felipe II en 1557, Códice de Tlatelolco, lámina viii; d. Pintura mural de la planta baja, Convento agus-
tino de Malinalco; e. Fragmentos de pintura mural, caja de agua del Imperial Colegio de la Santa Cruz de Tlatelolco.
FOTOS: RICARDO ALVARADO, GERARDO VÁZQUEZ, ARCHIVO FOTOGRÁFICO DEL INSTITUTO DE INVESTIGACIONES ESTÉTICAS, UNAM; SALVADOR GUILLIEM
e f g
Un pintor amante de los alcatraces apenas muestra sus pies, sus manos, el los alcatraces de la “Dama del sombre-
Asombra en la obra pictórica de Diego ápice de su sombrero y su imposición. ro” (1942) resaltan a la mujer desnuda
Rivera la presencia recurrente de los al- Por su parte, la ahuiani o prostituta en que se contempla coquetamente frente
catraces, como impulsada por una ob- el mercado de Tlatelolco (Palacio Na- a un espejo.
sesión alegórica. Las blancas f lores cional, 1945) está nimbada por un halo
pueden aparecer en manojos; pero ad- albo que se agrega y domina el conjun- El alcatraz sudafricano
quieren funciones más expresivas to de los símbolos de su personalidad La flor que tanto atrajo a Rivera perte-
cuando forman parte de escenas en que erótica. La simetría dorsal de “Desnu- nece a una planta herbácea del sur de
mujeres u hombres aislados, en par o en do con alcatraces” (1944) forma la fron- África, la Zantedeschia aethiopica. For-
grupo, infantiles o maduros, son los dosa copa del formidable tronco mo- ma parte de la familia de las aráceas, que
agentes de la emoción estética. Su va- reno de la modelo Nieves Orozco comprende unos 104 géneros, y en la que
lor significativo se potencia, sin embar- Soberanes. Sumadas a la blancura del destacan los anturios, los filodendros,
go, cuando enmarcan figuras femeni- ave, acentúan la inocencia en “Niña con los aros, las dragoneas y las lentejas de
nas. La luz nívea enfatiza la tez morena paloma y alcatraces” (1954), y en el “Re- agua. Lo que en apariencia sería el úni-
en “Perfil de mujer indígena con alca- trato de Natasha Gelman” (1943) for- co pétalo de la Z. aethiopica es en reali-
traces” (1938). En “El vendedor de alca- man parte opulenta del respaldo del dad una espata o bráctea, en otras pala-
traces” (1941), el mazo de flores es un sofá en el que reposa la acaudalada co- bras, una hoja que nace del pedúnculo
mundo a cuestas de la cargadora arro- leccionista. Aun en los frívolos deva- y que protege parcialmente la inflores-
Algunos cuadros con alcatraces de Diego Rivera. a. “Perfil de mujer indígena con alcatraces”; b. “El vendedor de alcatraces”; c. “México-Tenochtitlan visto des-
de el mercado de Tlatelolco”; d. “Desnudo con alcatraces”; e. “Niña con paloma y alcatraces”; f. “Retrato de Natasha Gelman”; g. “Dama del sombrero”.
dillada, en tanto que el hombre –el ven- neos de Rivera al pintar las pin up cencia. Ésta, formada por un espádice o
DIGITALIZACIÓN: RAÍCES. dedor aludido en el título de la obra– girls del Bar Ciro´s en el Hotel Reforma, espiga de eje carnoso, sostiene las dimi-
j
decir la presencia de las imágenes de al-
catraces tanto en la cerámica y la escul-
tura anteriores a la conquista española, se observa una mariposa de grandes
como en los códices y la pintura mural proporciones volando hacia una planta
de la Colonia temprana. De la antigüe- de alcatraz–, además de las esculturas de
dad mesoamericana destaca, entre va- bulto de un esquelético Xochipilli y
rios ejemplos, una delicada figurilla de dos monos araña (Ateles geoffroyi)
maya de cerámica del Clásico en la que que lucen insignias divinas. En lo que
una bráctea azul envuelve, en vez de un respecta al arte pictórico de las prime-
espádice, a un anciano. Por su parte, del ras décadas de la Colonia, podemos se-
Centro de México y específicamente del ñalar aquí la lámina viii del Códice de
Algunas especies de alcatraces mexicanos. a-b. Flor y fruto de Arisaema dracontium; c. Flor de Dracontium gigas; d. Flor y fruto de Monstera deliciosa; e. Flor Posclásico tardío sobresalen un petro- Tlatelolco (c. 1562), en la que dos dan-
de Philodendron sagittifolium; f. Flor de Syngonium podophyllum; g-h. Flor y fruto de Xanthosoma mafaffa; i. Flor de Xanthosoma robustum; j. Flor de Xantho-
soma sagittifolium.
glifo tallado en un flanco del cerro Cuai- zantes ataviados fantásticamente por-
DIGITALIZACIÓN: RAÍCES. lama de Santa Cruz Acalpixca –donde tan uno la flor y la hoja del alcatraz y el
j
decir la presencia de las imágenes de al-
catraces tanto en la cerámica y la escul-
tura anteriores a la conquista española, se observa una mariposa de grandes
como en los códices y la pintura mural proporciones volando hacia una planta
de la Colonia temprana. De la antigüe- de alcatraz–, además de las esculturas de
dad mesoamericana destaca, entre va- bulto de un esquelético Xochipilli y
rios ejemplos, una delicada figurilla de dos monos araña (Ateles geoffroyi)
maya de cerámica del Clásico en la que que lucen insignias divinas. En lo que
una bráctea azul envuelve, en vez de un respecta al arte pictórico de las prime-
espádice, a un anciano. Por su parte, del ras décadas de la Colonia, podemos se-
Centro de México y específicamente del ñalar aquí la lámina viii del Códice de
Algunas especies de alcatraces mexicanos. a-b. Flor y fruto de Arisaema dracontium; c. Flor de Dracontium gigas; d. Flor y fruto de Monstera deliciosa; e. Flor Posclásico tardío sobresalen un petro- Tlatelolco (c. 1562), en la que dos dan-
de Philodendron sagittifolium; f. Flor de Syngonium podophyllum; g-h. Flor y fruto de Xanthosoma mafaffa; i. Flor de Xanthosoma robustum; j. Flor de Xantho-
soma sagittifolium.
glifo tallado en un flanco del cerro Cuai- zantes ataviados fantásticamente por-
DIGITALIZACIÓN: RAÍCES. lama de Santa Cruz Acalpixca –donde tan uno la flor y la hoja del alcatraz y el
Vacalsuchitl: in jquauhio memecatic, motlatlamjnanj, Flor-huacal. Sus tallos son como cuerdas. Lanza zarcillos.
amatapale: quillo papatlaoac in jatlapal iuhqujn, aioçona, Tiene hojas. Su follaje es ancho. Sus hojas son como las del
tetzcaltic, iamanquj, tlatlalhoaio, viviac in jquauhio: in jatlapal ayozonan [tal vez Cucurbita sp.], brillantes, tiernas, muy
movilananj, movicomanj, moiacatlaçanj: in jsuchio mjmjltic, nervadas. Sus tallos son muy largos. Sus hojas son rastreras,
ititzaianquj: in jitic hiiac, in oc ceppa yiollo, ololtic, iacavitztic, trepadoras, superadoras de las alturas. Sus flores son cilíndricas;
oxio. Inin suchitl in jeoaio tilaoac, movilana, mecatic, están rajadas hasta el interior. Su centro [su espádice] se yergue;
memecatic, memecati, mĵcuia. tiene a su vez su centro [raquis floral]. [El espádice] es
redondeado, puntiagudo, resinoso. La piel de esta flor es gruesa.
Trepa. Es como cuerda; muy semejante a las cuerdas; se hace
b cuerdas. Se ase [con los zarcillos].
Teccizoacalxuchitl: tomaoac in iquauhio, cenca patlaoac in Huacalxóchitl-caracola. Sus tallos son gordos. Sus hojas son
jatlapal: in jsuchio tvmaoac, iztac, viac, amo velic amo hiia, amo muy anchas. Sus flores son gordas, blancas, largas. No huele
ineconj; in aqujn qujnecuj, iacachachaquachivi, iacatomaoa. bien; no tiene aroma; no tiene buen olor. A quien la huele se le
Injc acan monequi: quil qujmotvnaltica, in tecpan cioa, in expande la nariz, se le engorda la nariz. En ningún lugar es
cacaltzacutoca; in jcioaoan catca motecuçoma: quil ic tlalticpac deseada. Dizque la querían obtener las mujeres de palacio, las
tlamatque; ic tetzotzonaloque, in qujnpiaia in suchitla, yoan in que estaban encerradas, las mujeres de Motecuhzoma. Dizque
cioa. con ellas lograban sensaciones sexuales. Por esto fueron
lapidados los que cuidaban los jardines y las mujeres. [La
expresión ic tlalticpac tlamatque, que hemos traducido “con
ellas lograban sensaciones sexuales”, comprende el verbo mati
en su acepción de “sentir” y tlaltícpac (“mundano”) en su
El mono araña y el dios Xochipilli. a. El mono como decimoprimera figura de acepción sexual.]
los nombres de los días del mes, con la pintura facial de tlapapalli, una barra
horizontal de colores en la mejilla, propia del dios Xochipilli (Códice Borgia, Tochnacazoacalsuchitl, çan qualton, velic, aviac, hineconj, Huacalxóchitl-oreja-de-conejo. Es común. Es olorosa,
lám. 1); b. Xochipilli como divinidad del día mono (Códice Borgia, lám. 13). qualli, iectli. perfumada, aromática. Es buena, fina.
c. Escultura en piedra, Museo Nacional de Antropología (inv. 11.0-05108)
DIGITALIZACIÓN: RAÍCES. FOTO: ARCHIVO DIGITAL MNA.
Tlapalhoacalsuchitl; chichiltic, çan qualton, tlaçotli, Huacalxóchitl roja. Es de color rojo encendido. Es común. Es
tetonaltilonj; njcnotonaltia, njcnotechtia, njcnomaca. preciada, requerida. La busco para mí; me la apropio; la tomo.
entre plátano, piña y mango. No obstan- sos estudios extensos y eruditos,
te, las pequeñas cantidades de ácido entre cuyos autores puede seña-
oxálico que contienen dichas bayas pue- larse a Martha Ilia Nájera Corona- Textos en lengua náhuatl del Códice Florentino, lib. XI, cap. VII°, pár. x, fol. 194, con nuestra traducción al español.
den hacer daño a personas sensibles. do, Stephen D. Houston, Mary Mi-
Los frutos producidos en el primer año ller, Karl A. Taube y Jaime Echeverría
de la planta no deben ser consumidos García. Tales cualidades del mono ara- tropología que ase un alcatraz con su Molina como “desainarse”, esto es “per- pan cioa, in cacaltzacutoca; in jcioaoan
por la abundancia de este ácido. ña se acentúan en los efectos que su in- hu alli que por t a el mono de la mano izquierda. Esta imagen es des- der el saín” o grasa. De manera conco- catca motecuçoma: quil ic tlalticpac tla-
Otros elementos iconográficos de fluencia significaba en el ciclo de los escultura de bulto en el pecho o que luce concertante, pues reúne elementos tan mitante, los informantes de Sahagún matque; ic tetzotzonaloque, in qujnpiaia
nuestras dos esculturas requieren de destinos. Se auguraba que los niños re- el mono del relieve como pendientes de extraños que pide a voces un estudio decían en tales situaciones: “Se seca la in suchitla, yoan in cioa. Como en el caso
una explicación de corte simbólico. cién nacidos ofrecidos al agua el día sus orejeras es, precisamente, una de las detallado. No es éste el lugar para ha- gente porque terminan nuestra sangre, de otras flores, Sahagún no vertió al es-
Eduard Seler, tanto en sus Comentarios 1-mono (ce ozomatli) serían amigables, divisas del dios Macuilxóchitl, posible cerlo; pero remarquemos al menos su nuestro color, nuestra grasa; porque pañol este pasaje cuando integró el tex-
al Códice Borgia (v. I, p. 101-102) como alegres, inclinados a la música, la pin- desdoblamiento de Xochipilli, pues cuerpo esquelético: parece evocarnos termina nuestro semen; termina nues- to que hoy conocemos como Historia ge-
en Las imágenes de animales en los ma- tura y el arte, mientras que los bautiza- ambos comparten atributos, símbolos los efectos perniciosos que, según las tra resina, nuestra trementina” (Códi- neral de las cosas de Nueva España.
nuscritos mexicanos y mayas, discute dos el día 5-mono (macuilli ozomatli) solares y cetro de corazón. fuentes documentales, la lujuria aca- ce Florentino, Lib. VI, cap. XXII, fol. Damos por ello a continuación nuestra
con detalle los atributos característi- tenderían a los placeres y las burlas. Lo Por esta causa, es muy revelador que rrearía al libidinoso. En efecto, para re- 105v. La traducción es nuestra). traducción del náhuatl: “Dizque que-
cos del mono araña en la cosmovisión anterior se torna aún más nítido en la Xochipilli esté también asociado al al- ferirse en náhuatl a los placeres sexua- rían obtener [esta flor] las mujeres de
mesoamericana: diversión, placer, asociación del mono con Xochipilli: catraz. Su pintura facial alrededor de la les se usaba el sustantivo tlalticpacáyotl, La flor del placer palacio, las que estaban encerradas, las
danza, juego, representación mímica, este dios era patrono del signo calen- boca es una mariposa estilizada, como “las cosas de la superficie de la tierra”, El tercer apelativo, “flor de adulterio”, mujeres de Motecuhzoma. Dizque con
alegría, destreza artística, voluptuosi- dárico ozomatli, que frecuentemente mariposa es el insecto que vuela hacia y cuando los varones abusaban de di- requiere de una explicación minuciosa. ellas lograban sensaciones sexuales. Por
dad, concupiscencia, sexualidad y pe- aparece en los códices como un mono los alcatraces en el ya mencionado ce- chos placeres se empleaban los térmi- Los informantes de Sahagún, al descri- esto fueron lapidados los que cuidaban
cado. Al trabajo del investigador ale- con la pintura facial propia de dicha di- rro Cuailama. Pero mucho más elo- nos cenca cihuanotza y cihuahuía (“en- bir la teccizhuacalxóchitl o “huacalxó- los jardines y las mujeres.”
mán se han agregado, precisando y vinidad (el tlapapalli o barra horizon- cuente es la escultura del Xochipilli tregarse a las mujeres”). Estas palabras chitl-caracola”, expresaron lo siguiente De manera sugerente, Hernández
ampliando sus observaciones, numero- tal de rectángulos de colores). El oyo- descarnado del Museo Nacional de An- fueron traducidas por fray Alonso de en su idioma: quil qujmotvnaltica, in tec- proporciona una noticia muy parecida
Vacalsuchitl: in jquauhio memecatic, motlatlamjnanj, Flor-huacal. Sus tallos son como cuerdas. Lanza zarcillos.
amatapale: quillo papatlaoac in jatlapal iuhqujn, aioçona, Tiene hojas. Su follaje es ancho. Sus hojas son como las del
tetzcaltic, iamanquj, tlatlalhoaio, viviac in jquauhio: in jatlapal ayozonan [tal vez Cucurbita sp.], brillantes, tiernas, muy
movilananj, movicomanj, moiacatlaçanj: in jsuchio mjmjltic, nervadas. Sus tallos son muy largos. Sus hojas son rastreras,
ititzaianquj: in jitic hiiac, in oc ceppa yiollo, ololtic, iacavitztic, trepadoras, superadoras de las alturas. Sus flores son cilíndricas;
oxio. Inin suchitl in jeoaio tilaoac, movilana, mecatic, están rajadas hasta el interior. Su centro [su espádice] se yergue;
memecatic, memecati, mĵcuia. tiene a su vez su centro [raquis floral]. [El espádice] es
redondeado, puntiagudo, resinoso. La piel de esta flor es gruesa.
Trepa. Es como cuerda; muy semejante a las cuerdas; se hace
b cuerdas. Se ase [con los zarcillos].
Teccizoacalxuchitl: tomaoac in iquauhio, cenca patlaoac in Huacalxóchitl-caracola. Sus tallos son gordos. Sus hojas son
jatlapal: in jsuchio tvmaoac, iztac, viac, amo velic amo hiia, amo muy anchas. Sus flores son gordas, blancas, largas. No huele
ineconj; in aqujn qujnecuj, iacachachaquachivi, iacatomaoa. bien; no tiene aroma; no tiene buen olor. A quien la huele se le
Injc acan monequi: quil qujmotvnaltica, in tecpan cioa, in expande la nariz, se le engorda la nariz. En ningún lugar es
cacaltzacutoca; in jcioaoan catca motecuçoma: quil ic tlalticpac deseada. Dizque la querían obtener las mujeres de palacio, las
tlamatque; ic tetzotzonaloque, in qujnpiaia in suchitla, yoan in que estaban encerradas, las mujeres de Motecuhzoma. Dizque
cioa. con ellas lograban sensaciones sexuales. Por esto fueron
lapidados los que cuidaban los jardines y las mujeres. [La
expresión ic tlalticpac tlamatque, que hemos traducido “con
ellas lograban sensaciones sexuales”, comprende el verbo mati
en su acepción de “sentir” y tlaltícpac (“mundano”) en su
El mono araña y el dios Xochipilli. a. El mono como decimoprimera figura de acepción sexual.]
los nombres de los días del mes, con la pintura facial de tlapapalli, una barra
horizontal de colores en la mejilla, propia del dios Xochipilli (Códice Borgia, Tochnacazoacalsuchitl, çan qualton, velic, aviac, hineconj, Huacalxóchitl-oreja-de-conejo. Es común. Es olorosa,
lám. 1); b. Xochipilli como divinidad del día mono (Códice Borgia, lám. 13). qualli, iectli. perfumada, aromática. Es buena, fina.
c. Escultura en piedra, Museo Nacional de Antropología (inv. 11.0-05108)
DIGITALIZACIÓN: RAÍCES. FOTO: ARCHIVO DIGITAL MNA.
Tlapalhoacalsuchitl; chichiltic, çan qualton, tlaçotli, Huacalxóchitl roja. Es de color rojo encendido. Es común. Es
tetonaltilonj; njcnotonaltia, njcnotechtia, njcnomaca. preciada, requerida. La busco para mí; me la apropio; la tomo.
entre plátano, piña y mango. No obstan- sos estudios extensos y eruditos,
te, las pequeñas cantidades de ácido entre cuyos autores puede seña-
oxálico que contienen dichas bayas pue- larse a Martha Ilia Nájera Corona- Textos en lengua náhuatl del Códice Florentino, lib. XI, cap. VII°, pár. x, fol. 194, con nuestra traducción al español.
den hacer daño a personas sensibles. do, Stephen D. Houston, Mary Mi-
Los frutos producidos en el primer año ller, Karl A. Taube y Jaime Echeverría
de la planta no deben ser consumidos García. Tales cualidades del mono ara- tropología que ase un alcatraz con su Molina como “desainarse”, esto es “per- pan cioa, in cacaltzacutoca; in jcioaoan
por la abundancia de este ácido. ña se acentúan en los efectos que su in- hu alli que por t a el mono de la mano izquierda. Esta imagen es des- der el saín” o grasa. De manera conco- catca motecuçoma: quil ic tlalticpac tla-
Otros elementos iconográficos de fluencia significaba en el ciclo de los escultura de bulto en el pecho o que luce concertante, pues reúne elementos tan mitante, los informantes de Sahagún matque; ic tetzotzonaloque, in qujnpiaia
nuestras dos esculturas requieren de destinos. Se auguraba que los niños re- el mono del relieve como pendientes de extraños que pide a voces un estudio decían en tales situaciones: “Se seca la in suchitla, yoan in cioa. Como en el caso
una explicación de corte simbólico. cién nacidos ofrecidos al agua el día sus orejeras es, precisamente, una de las detallado. No es éste el lugar para ha- gente porque terminan nuestra sangre, de otras flores, Sahagún no vertió al es-
Eduard Seler, tanto en sus Comentarios 1-mono (ce ozomatli) serían amigables, divisas del dios Macuilxóchitl, posible cerlo; pero remarquemos al menos su nuestro color, nuestra grasa; porque pañol este pasaje cuando integró el tex-
al Códice Borgia (v. I, p. 101-102) como alegres, inclinados a la música, la pin- desdoblamiento de Xochipilli, pues cuerpo esquelético: parece evocarnos termina nuestro semen; termina nues- to que hoy conocemos como Historia ge-
en Las imágenes de animales en los ma- tura y el arte, mientras que los bautiza- ambos comparten atributos, símbolos los efectos perniciosos que, según las tra resina, nuestra trementina” (Códi- neral de las cosas de Nueva España.
nuscritos mexicanos y mayas, discute dos el día 5-mono (macuilli ozomatli) solares y cetro de corazón. fuentes documentales, la lujuria aca- ce Florentino, Lib. VI, cap. XXII, fol. Damos por ello a continuación nuestra
con detalle los atributos característi- tenderían a los placeres y las burlas. Lo Por esta causa, es muy revelador que rrearía al libidinoso. En efecto, para re- 105v. La traducción es nuestra). traducción del náhuatl: “Dizque que-
cos del mono araña en la cosmovisión anterior se torna aún más nítido en la Xochipilli esté también asociado al al- ferirse en náhuatl a los placeres sexua- rían obtener [esta flor] las mujeres de
mesoamericana: diversión, placer, asociación del mono con Xochipilli: catraz. Su pintura facial alrededor de la les se usaba el sustantivo tlalticpacáyotl, La flor del placer palacio, las que estaban encerradas, las
danza, juego, representación mímica, este dios era patrono del signo calen- boca es una mariposa estilizada, como “las cosas de la superficie de la tierra”, El tercer apelativo, “flor de adulterio”, mujeres de Motecuhzoma. Dizque con
alegría, destreza artística, voluptuosi- dárico ozomatli, que frecuentemente mariposa es el insecto que vuela hacia y cuando los varones abusaban de di- requiere de una explicación minuciosa. ellas lograban sensaciones sexuales. Por
dad, concupiscencia, sexualidad y pe- aparece en los códices como un mono los alcatraces en el ya mencionado ce- chos placeres se empleaban los térmi- Los informantes de Sahagún, al descri- esto fueron lapidados los que cuidaban
cado. Al trabajo del investigador ale- con la pintura facial propia de dicha di- rro Cuailama. Pero mucho más elo- nos cenca cihuanotza y cihuahuía (“en- bir la teccizhuacalxóchitl o “huacalxó- los jardines y las mujeres.”
mán se han agregado, precisando y vinidad (el tlapapalli o barra horizon- cuente es la escultura del Xochipilli tregarse a las mujeres”). Estas palabras chitl-caracola”, expresaron lo siguiente De manera sugerente, Hernández
ampliando sus observaciones, numero- tal de rectángulos de colores). El oyo- descarnado del Museo Nacional de An- fueron traducidas por fray Alonso de en su idioma: quil qujmotvnaltica, in tec- proporciona una noticia muy parecida
Las costas
de México
en la época
prehispánica
Baja California,
Sinaloa, Oaxaca,
Golfo, Yucatán
VOL. XXV-NÚM.147 $ 80
MENTIRAS Y VERDADES
• Alcatraz / Huacalxóchitl: un • Los seris y su • La rueda en 1859, ¿el ocaso
instrumento de placer mexica sistema lunar Mesoamérica de los dioses?
arqueologiamexicana.mx
SECRETARÍA DE CULTURA INSTITUTO NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA EDITORIAL RAÍCES, S.A. DE C.V. REVISTA BIMESTRAL
Secretaria Director General Presidente Septiembre-octubre de 2017, vol. XXV, núm. 147
María Cristina García Cepeda Diego Prieto Sergio Autrey Maza
DOSIER 40 52
ARQUEOLOGÍA MEXICANA
Directora María Nieves Noriega de Autrey
Las costas de LAS LABRADAS, SINALOA
Víctor Joel Santos Ramírez
COPALITA, HUATULCO, OAXACA.
Los mareños precoloniales del
Editor
Jefe de Redacción
Enrique Vela
Rogelio Vergara
México en la época Las Labradas es un sitio de grabados rupes-
Ajujl’aimo’ (Casa del Lagarto)
Raúl Noé Matadamas Díaz,
prehispánica
Editor Gráfico Fernando Montes de Oca
tres localizado en una playa del sur del estado
Irene Alarcón Hernández
Investigación iconográfica Daniel Díaz
Sinaloa, con más de 700 figuras grabadas en
Archivo de imagen José Cabezas Herrera
Portada: Faro mirador o piedra vigía. Huatulco, Oaxaca. rocas basálticas en donde convergen el mar, un
Foto: Irene Alarcón Gracias a las investigaciones arqueológicas en
Asistencia de diseño Carlos Alfonso León
entorno singular y una antigua cosmovisión
la Bocana del Río Copalita, Huatulco, Oaxaca,
Asistente de redacción
prehispánica.
Luis Aguilar
28 ha sido posible determinar una ocupación que
Asistente editorial Ana Cecilia Espinoza va del Preclásico Medio al Posclásico.
Fotógrafos
8 ARQUEOLOGÍA DE LA COSTA
Gibrán de la Torre, Israel Hinojosa Baliño, Josara, Mauricio Marat,
NOTICIAS
Héctor Montaño, Gerardo Montiel Klint, Marco Antonio Pacheco, DEL PACÍFICO NORTE DE BAJA
Oliver Santana
10 CALIFORNIA
Comité Científico-Editorial Sergio Autrey Maza, Alfredo Barrera Rubio, Ann Cyphers, Bernar- RESEÑAS Rubén F. García Lozano, Gengis J. Ovilla Rayo
do García Martínez, María de la Luz Gutiérrez Martínez, Leonardo
12 Durante los últimos 25 años en la costa no-
López Luján, Eduardo Matos Moctezuma, María Nieves Noriega,
Xavier Noguez, Nelly M. Robles García, María Teresa Uriarte Cas- DOCUMENTO roeste del océano Pacífico se han puesto en
tañeda, Gabriela Uruñuela Ladrón de Guevara Mapa de Chalchihuapan, Puebla marcha varios proyectos de investigación que
Xavier Noguez han revelado la compleja y larga secuencia cul-
Consejo de Asesores Ricardo Agurcia Fasquelle, Anthony Andrews, Bárbara Arroyo, Al- tural de una zona que permanecía inexplora-
fredo Barrera Rubio, Juan José Batalla Rosado, Elizabeth Boone,
14 da y desconocida.
Johanna Broda, David Carballo, David Carrasco, Luis Jaime Casti- LA CASA REAL DE TENOCHTITLAN
llo, Robert Cobean, Ma. José Con, Ximena Chávez Balderas. Véro- Moctezuma Ilhuicamina
nique Darras, Davide Domenici, William L. Fash, Gary M. Feinman, María Castañeda de la Paz
Ángel García Cook, Rebecca González Lauck, Nikolai Grube, Nor-
man Hammond, Kenneth Hirth, Peter Jiménez, Sara Ladrón de Gue- 16
vara, Miguel León-Portilla, Alfredo López Austin, Luis Alberto Ló- TRADICIÓN ORAL INDÍGENA MEXICANA
pez Wario, Diana Magaloni, Linda Manzanilla, Simon Martin, Chaneques
Dominique Michelet, Katarzyna Mikulska, Mary E. Miller, Luis Mi- Elisa Ramírez
llones, Lorena Mirambell, Joseph B. Mountjoy, Carlos Navarrete,
Jesper Nielsen, Guilhem Olivier, Ponciano Ortiz, Edith Ortiz Díaz, 84
Jeffrey R. Parsons, Grégory Pereira, Hans Prem, Rosa Reyna Robles, LO QUE GUARDAN LOS ANTIGUOS LIBROS
José Rubén Romero, Maricarmen Serra Puche, Peter Schmidt, Origen y creación del calendario
46
Ronald Spores, Ivan Šprajc, Barbara Stark, David S. Stuart, Saburo Manuel A. Hermann Lejarazu PROYECTO RÍO VERDE
Sugiyama, Javier Urcid, Elisa Villalpando, Marcus Winter Costa de Oaxaca 57
86 ARQUEOLOGÍA DE LA COSTA
Arthur A. Joyce, Sarah B. Barber
Consejo Científico Fundador Joaquín García-Bárcena, Alejandro Martínez Muriel, Alba Guada- MENTIRAS Y VERDADES 34 DEL GOLFO DE MÉXICO
lupe Mastache Flores, Enrique Nalda 1859: ¿el ocaso de los dioses? LA COSTA NORTE DEL GOLFO Las primeras aldeas agrícolas de Oaxaca se
Eduardo Matos Moctezuma Roberto Lunagómez Reyes
asentaron en el valle del bajo río Verde desde
EN LA PENÍNSULA DE BAJA 1900 a.C. El ambiente costero contribuyó al Las exploraciones arqueológicas costeras en
CALIFORNIA surgimiento de una cultura regional bien de- el Golfo de México se han caracterizado por
Arqueología Mexicana es una revista escrita por profesionales de la arqueología, la historia, la antropología, Antonio Porcayo Michelini, finida con poderosas ciudades tales como Río algunos hallazgos fortuitos. Aun así, se han
la lingüística y otras ciencias afines. Todas las contribuciones son arbitradas por pares. © Arqueología Mexicana es una publicación bimestral editada y pu-
blicada por Editorial Raíces / Instituto Nacional de Antropología e Juan Martín Rojas Chávez Viejo y Tututepec. desarrollado investigaciones que han revela-
ISSN 0188-8218
Historia. Editora responsable: María Nieves Noriega Blanco Vigil.
do la complejidad cultural de algunos sitios
Certificado de Licitud de Título núm. 7593, Certificado de Licitud de
Esta región es un territorio estratégicos en que se explotaban recursos
Contenido núm. 5123, expedidos en la Comisión Calificadora de Publica-
ciones y Revistas de la Secretaría de Gobernación. Registro postal núm. agreste y ambientalmente ambientales.
PP 09-0151, autorizado por Sepomex. Registro núm. 2626 de la Cámara extremoso. En contraste,
EDITORIAL RAÍCES, S.A. DE C.V. Nacional de la Industria Editorial Mexicana. Reserva de uso de título
la riqueza biótica de su
núm. 1938-93. ISSN 0188-8218. Preprensa e impresión: Servicios Profe-
Directora General María Nieves Noriega de Autrey sionales de Impresión, S.A. de C.V., Mimosas núm. 31, Col. Santa María mar, aunada al agua
Director General Adjunto Miguel Autrey Noriega Insurgentes, C.P. 06430, México, D.F., tel. 5117-0100. Distribución en dulce que escurre
Ventas de publicidad Ana Lilia Ibarra, Gerardo Ramírez, César Vázquez la Ciudad de México: Unión de Voceadores y Expendedores del D.F.,
desde sus sierras,
Despacho Guillermo Benítez Velasco, Av. Morelos 76, Col. Juárez, Ciu-
Circulación María Eugenia Jiménez, Jesús M. Govela dad de México, C.P. 06200, tel. 5703-1001. Distribución en los estados y permitieron la vida
Representante legal Angelina Cué locales cerrados: INTERMEX,S.A. DE C.V. Lucio Blanco 435, Col. San Juan humana prehistóri-
Información, ventas y suscripciones Tel. 5557-5004, Exts. 5120 y 2061, 01800-4724237 Tlihuaca, Azcapotzalco, Ciudad de México, C.P. 02400, tel. 5230-9500.
ca así como diver-
La presentación y disposición en conjunto y de cada página de Ar
suscripciones@raices.com.mx queología Mexicana son propiedad del editor. Derechos Reservados sas adaptaciones
Correspondencia Editorial Raíces, Rodolfo Gaona 86, Col. Lomas de Sotelo, © EDITORIAL RAÍCES, S.A. DE C.V. / INSTITUTO NACIONAL DE y manifestaciones
Del. Miguel Hidalgo, C. P. 11200, México, D.F., Tel. 5557-5004, ANTROPOLOGÍA E HISTORIA.
culturales únicas
Fax 5557-5078 y 5557-5004, Ext. 5163 en México y el con-
Unidad Verificadora 001 por la Entidad Mexicana de Acreditación, AC
contacto@arqueologiamexicana.mx Circulación auditada bajo la Norma Mexicana NMX-R-057-SCFI-2012. tinente.
Medios Impresos.
Promedio de circulación mixta certificada por Moctezuma & Asociados,
Registro No. 47, periodo: 2013.
arqueologiamexicana.mx
SECRETARÍA DE CULTURA INSTITUTO NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA EDITORIAL RAÍCES, S.A. DE C.V. REVISTA BIMESTRAL
Secretaria Director General Presidente Septiembre-octubre de 2017, vol. XXV, núm. 147
María Cristina García Cepeda Diego Prieto Sergio Autrey Maza
DOSIER 40 52
ARQUEOLOGÍA MEXICANA
Directora María Nieves Noriega de Autrey
Las costas de LAS LABRADAS, SINALOA
Víctor Joel Santos Ramírez
COPALITA, HUATULCO, OAXACA.
Los mareños precoloniales del
Editor
Jefe de Redacción
Enrique Vela
Rogelio Vergara
México en la época Las Labradas es un sitio de grabados rupes-
Ajujl’aimo’ (Casa del Lagarto)
Raúl Noé Matadamas Díaz,
prehispánica
Editor Gráfico Fernando Montes de Oca
tres localizado en una playa del sur del estado
Irene Alarcón Hernández
Investigación iconográfica Daniel Díaz
Sinaloa, con más de 700 figuras grabadas en
Archivo de imagen José Cabezas Herrera
Portada: Faro mirador o piedra vigía. Huatulco, Oaxaca. rocas basálticas en donde convergen el mar, un
Foto: Irene Alarcón Gracias a las investigaciones arqueológicas en
Asistencia de diseño Carlos Alfonso León
entorno singular y una antigua cosmovisión
la Bocana del Río Copalita, Huatulco, Oaxaca,
Asistente de redacción
prehispánica.
Luis Aguilar
28 ha sido posible determinar una ocupación que
Asistente editorial Ana Cecilia Espinoza va del Preclásico Medio al Posclásico.
Fotógrafos
8 ARQUEOLOGÍA DE LA COSTA
Gibrán de la Torre, Israel Hinojosa Baliño, Josara, Mauricio Marat,
NOTICIAS
Héctor Montaño, Gerardo Montiel Klint, Marco Antonio Pacheco, DEL PACÍFICO NORTE DE BAJA
Oliver Santana
10 CALIFORNIA
Comité Científico-Editorial Sergio Autrey Maza, Alfredo Barrera Rubio, Ann Cyphers, Bernar- RESEÑAS Rubén F. García Lozano, Gengis J. Ovilla Rayo
do García Martínez, María de la Luz Gutiérrez Martínez, Leonardo
12 Durante los últimos 25 años en la costa no-
López Luján, Eduardo Matos Moctezuma, María Nieves Noriega,
Xavier Noguez, Nelly M. Robles García, María Teresa Uriarte Cas- DOCUMENTO roeste del océano Pacífico se han puesto en
tañeda, Gabriela Uruñuela Ladrón de Guevara Mapa de Chalchihuapan, Puebla marcha varios proyectos de investigación que
Xavier Noguez han revelado la compleja y larga secuencia cul-
Consejo de Asesores Ricardo Agurcia Fasquelle, Anthony Andrews, Bárbara Arroyo, Al- tural de una zona que permanecía inexplora-
fredo Barrera Rubio, Juan José Batalla Rosado, Elizabeth Boone,
14 da y desconocida.
Johanna Broda, David Carballo, David Carrasco, Luis Jaime Casti- LA CASA REAL DE TENOCHTITLAN
llo, Robert Cobean, Ma. José Con, Ximena Chávez Balderas. Véro- Moctezuma Ilhuicamina
nique Darras, Davide Domenici, William L. Fash, Gary M. Feinman, María Castañeda de la Paz
Ángel García Cook, Rebecca González Lauck, Nikolai Grube, Nor-
man Hammond, Kenneth Hirth, Peter Jiménez, Sara Ladrón de Gue- 16
vara, Miguel León-Portilla, Alfredo López Austin, Luis Alberto Ló- TRADICIÓN ORAL INDÍGENA MEXICANA
pez Wario, Diana Magaloni, Linda Manzanilla, Simon Martin, Chaneques
Dominique Michelet, Katarzyna Mikulska, Mary E. Miller, Luis Mi- Elisa Ramírez
llones, Lorena Mirambell, Joseph B. Mountjoy, Carlos Navarrete,
Jesper Nielsen, Guilhem Olivier, Ponciano Ortiz, Edith Ortiz Díaz, 84
Jeffrey R. Parsons, Grégory Pereira, Hans Prem, Rosa Reyna Robles, LO QUE GUARDAN LOS ANTIGUOS LIBROS
José Rubén Romero, Maricarmen Serra Puche, Peter Schmidt, Origen y creación del calendario
46
Ronald Spores, Ivan Šprajc, Barbara Stark, David S. Stuart, Saburo Manuel A. Hermann Lejarazu PROYECTO RÍO VERDE
Sugiyama, Javier Urcid, Elisa Villalpando, Marcus Winter Costa de Oaxaca 57
86 ARQUEOLOGÍA DE LA COSTA
Arthur A. Joyce, Sarah B. Barber
Consejo Científico Fundador Joaquín García-Bárcena, Alejandro Martínez Muriel, Alba Guada- MENTIRAS Y VERDADES 34 DEL GOLFO DE MÉXICO
lupe Mastache Flores, Enrique Nalda 1859: ¿el ocaso de los dioses? LA COSTA NORTE DEL GOLFO Las primeras aldeas agrícolas de Oaxaca se
Eduardo Matos Moctezuma Roberto Lunagómez Reyes
asentaron en el valle del bajo río Verde desde
EN LA PENÍNSULA DE BAJA 1900 a.C. El ambiente costero contribuyó al Las exploraciones arqueológicas costeras en
CALIFORNIA surgimiento de una cultura regional bien de- el Golfo de México se han caracterizado por
Arqueología Mexicana es una revista escrita por profesionales de la arqueología, la historia, la antropología, Antonio Porcayo Michelini, finida con poderosas ciudades tales como Río algunos hallazgos fortuitos. Aun así, se han
la lingüística y otras ciencias afines. Todas las contribuciones son arbitradas por pares. © Arqueología Mexicana es una publicación bimestral editada y pu-
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ISSN 0188-8218
Historia. Editora responsable: María Nieves Noriega Blanco Vigil.
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PP 09-0151, autorizado por Sepomex. Registro núm. 2626 de la Cámara extremoso. En contraste,
EDITORIAL RAÍCES, S.A. DE C.V. Nacional de la Industria Editorial Mexicana. Reserva de uso de título
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núm. 1938-93. ISSN 0188-8218. Preprensa e impresión: Servicios Profe-
Directora General María Nieves Noriega de Autrey sionales de Impresión, S.A. de C.V., Mimosas núm. 31, Col. Santa María mar, aunada al agua
Director General Adjunto Miguel Autrey Noriega Insurgentes, C.P. 06430, México, D.F., tel. 5117-0100. Distribución en dulce que escurre
Ventas de publicidad Ana Lilia Ibarra, Gerardo Ramírez, César Vázquez la Ciudad de México: Unión de Voceadores y Expendedores del D.F.,
desde sus sierras,
Despacho Guillermo Benítez Velasco, Av. Morelos 76, Col. Juárez, Ciu-
Circulación María Eugenia Jiménez, Jesús M. Govela dad de México, C.P. 06200, tel. 5703-1001. Distribución en los estados y permitieron la vida
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Información, ventas y suscripciones Tel. 5557-5004, Exts. 5120 y 2061, 01800-4724237 Tlihuaca, Azcapotzalco, Ciudad de México, C.P. 02400, tel. 5230-9500.
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Del. Miguel Hidalgo, C. P. 11200, México, D.F., Tel. 5557-5004, ANTROPOLOGÍA E HISTORIA.
culturales únicas
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Registro No. 47, periodo: 2013.
62 74 Antropología física
EL CUYO El concepto de la
Un puerto maya del rueda en Mesoamérica 79
noreste de Yucatán Javier Urcid Antropología física
Alfredo Barrera Rubio, Sergio Uribe
Bojórquez, Roberto Can Cituk Hoy día, en el pensamiento occidental, se va- y arqueología en el
lora la constante innovación tecnológica que Cerro del Tepalcate
Las actividades de rescate arqueológico han conduce al consumismo, pero en otras cul-
María Elena Salas Cuesta,
permitido obtener nuevos datos sobre El turas –antiguas y modernas– se le da mayor
Ismael Álvarez Zúñiga
Cuyo, sobre su cronología, así como infor- valor al conservadurismo.
mación sobre el papel que desempeñó en el
Se puede proponer que en vista de ciertas ca-
intercambio comercial y la explotación de las
racterísticas de la Plataforma I del Cerro del
salinas de la costa norte yucateca.
Tepalcate, como el piso cubierto por carbón
y ceniza y las marcas de exposición al fuego
en los restos óseos de un individuo enterrado
bajo el piso, podría tratarse de una construc-
ción dedicada al culto de Huehuetéotl.
Etnología
México antiguo
68
18 Los seris, el mar, el desierto
Alcatraz / Huacalxóchitl y su sistema lunar
SÍMBOLO DE LA SENSUALIDAD Guillermo Hernández Santana
E INSTRUMENTO DE PLACER
En el presente artículo se hace una reconstruc-
Alfredo López Austin, Leonardo López Luján
ción del sistema de tiempo de los comcaac o
seris, que estuvo basado en la Luna, algunos
Una flor, llamativa
astros, y se analizan diferentes actividades
por su belleza, fue
culturales y observaciones ambientales.
reuniendo a lo
largo de los
siglos conno-
taciones que
la convirtie-
ron tanto en
símbolo de
femineidad
como en cen-
tro de atributos y
funciones ligados a
la sexualidad.
Queda prohibida la reproducción parcial o total, directa o indirecta, por cualquier medio o procedimiento, del contenido de la presente obra, sin contar con la autorización previa, expresa y por escrito
del editor, en términos de la legislación autoral y, en su caso, de los tratados internacionales aplicables, la persona que infrinja esta disposición, se hará acreedora a las sanciones correspondientes.
La reproducción, uso y aprovechamiento por cualquier medio de las imágenes pertenecientes al patrimonio cultural de la nación mexicana, contenidas en esta obra, está limitada conforme a la Ley Federal
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