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A finales del siglo XIX parecía que la Física había conseguido la explicación
definitiva de los fenómenos naturales. Las leyes de la Mecánica de Newton y las de
Maxwell para el electromagnetismo parecían suficientes para explicar los fenómenos
conocidos.
En los últimos años del siglo XIX y principios del XX, se producen una serie de
descubrimientos que ponen de manifiesto la insuficiencia de las leyes de la Física
Clásica cuando se aplican al mundo de lo microscópico o de los microscópicos, al
átomo y al Universo.
Tres hechos fundamentales obligan a revisar las leyes de la Física Clásica y
propician el nacimiento de la Física quántica: Radiación térmica, efecto
fotoeléctrico, carácter discontinuo de los espectros atómicos.
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Las radiaciones emitidas constituyen un espectro continuo de emisión. Es
continuo porque hay emisión de ondas electromagnéticas para todas las frecuencias.
No hay discontinuidades como en los espectros atómicos.
Otra característica importante de la energía emitida, es la existencia de una
frecuencia para la que la intensidad de emisión es máxima y cuya posición en el
espectro depende de la temperatura. Al aumentar la temperatura del cuerpo negro,
obtenemos una distribución similar, en la que el máximo se desplaza hacia longitudes
de onda menores.
Ya en 1900, se disponía de las siguientes leyes que describían la radiación de
un cuerpo negro:
- Ley de Kirchhoff. El poder de emisión de un cuerpo en equilibrio térmico, a
cualquier temperatura, es igual a la energía absorbida por el mismo por la
unidad de área y unidad de tiempo. Así, un cuerpo con gran poder de
emisión, tendrá gran poder absorbente.
- Ley de Stefan-Boltzmann. La intensidad de la radiación térmica de un
cuerpo negro es proporcional a la cuarta potencia de su temperatura
absoluta.
E W
Ι = = σ ⋅ T 4 ; donde σ = 5.67 ⋅ 10−8 2 4
S ⋅t m ⋅K
- Ley del desplazamiento de Wien. La longitud de onda máxima, de la
emisión electromagnética, es inversamente proporcional a la temperatura
absoluta del cuerpo negro.
2.896 ⋅ 10−3 m ⋅ K
λmax =
T
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Hipótesis de Planck.
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Con esta hipótesis y considerando que el número de oscilaciones de baja
frecuencia es muy superior al de oscilaciones de alta frecuencia, logró explicar la
forma de la curva de emisión de un cuerpo negro. La expresión que obtuvo Planck era:
8 ⋅π ⋅ h ⋅ c 1
Ι ( λ ,T ) = ⋅
λ 5 h⋅c
e λ ⋅k ⋅T
−1
El efecto fotoeléctrico.
H. Hertz y, posteriormente, W. Hallwachs ponen de manifiesto este nuevo
fenómeno que la teoría electromagnética no predice y que no puede explicar. Hertz,
que investigaba el proceso de descarga entre dos electrodos como fuente de ondas
electromagnéticas, observó que una chispa eléctrica saltaba con más facilidad si sobre
uno de los electrodos se hacía incidir luz ultravioleta; si se utilizaba radiación de menor
frecuencia, el efecto no se observaba. De las experiencias de ambos científicos se
dedujo que la radiación ultravioleta es capaz de extraer cargas negativas de los
metales sobre los que incide.
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Los aspectos más interesantes, observados experimentalmente, son:
- Si se tiene desconectada la fuente de alimentación, se observa que al
hacer incidir radiación electromagnética cuya frecuencia sea igual o mayor
a una frecuencia umbral, νο, se produce paso de corriente; es decir, se
produce el salto de electrones desde el cátodo al ánodo.
- Por debajo de la frecuencia umbral, νο, no se produce el fenómeno; aunque
se aumente la intensidad de la luz incidente.
- Por encima de la frecuencia umbral, νο, se produce el salto electrónico
aunque la intensidad sea baja. En este caso, un aumento en la intensidad
de la radiación luminosa incidente, provoca un aumento del número de
electrones emitidos, pero no de su energía cinética máxima.
- Si se aplica una d.d.p. entre los electrodos, aumenta la intensidad de
corriente. Para un valor de potencial suficientemente alto, todos los
electrones alcanzan el ánodo y la corriente alcanza un valor máximo, Is,
denominado corriente de saturación.
- Si se invierte la polaridad de los electrodos, la intensidad de corriente
disminuye. En este caso, sólo llegan los electrones cuya energía cinética
sea mayor que e ⋅ V . Existe un valor de potencial, - Vo, a partir del cual
Estas observaciones se contradecían con las ideas clásicas por dos razones
importantes:
- el efecto fotoeléctrico debería producirse para cualquier frecuencia, siempre
que la intensidad luminosa fuera lo suficientemente grande.
- La energía cinética de los electrones emitidos debería aumentar con la
intensidad, cosa que no sucede. Por el contrario, la energía cinética sólo
depende de la frecuencia incidente.
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Explica el efecto fotoeléctrico como una interacción entre un fotón y un
electrón. Cada fotón incide sobre un punto de la superficie metálica del cátodo y choca
con un electrón. Cuando la energía que posee el fotón, E = h·ν, es superior al trabajo
de extracción, W, que se debe realizar para arrancar el electrón de la superficie
metálica, el electrón puede salir del metal y el exceso de energía, E – W, es la energía
cinética con la que se emite el electrón. Por tanto:
Einc = W + Ec
h ⋅ν inc = h ⋅ ν o + 21 mev max
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Hay que recordar que por la interpretación del efecto fotoeléctrico, Albert
Einstein (1879-1955) fue galardonado con el premio Nóbel de Física.
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Los espectros atómicos.
Una muestra gaseosa de un elemento
químico que es excitada, por ejemplo, al
calentarla o al aplicarle descargas eléctricas,
puede emitir radiación electromagnética que
puede registrarse constituyendo un espectro de
emisión de dicho elemento.
Al analizar estos espectros, se observa
una clara discontinuidad; es decir, un espectro
presenta una serie discontinua de rayas.
Si se trata del espectro correspondiente al visible, aparecerán líneas
coloreadas y, además, cada elemento tiene un espectro característico.
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Además, RH = 1.097·107 m-1 es la llamada constante de Rydberg.
- Primer postulado:
En un átomo, el electrón sólo puede tener ciertos estados de movimiento
definidos y estacionarios; en cada uno de ellos tiene una energía fija y
determinada. Y para que el electrón mantenga su órbita, la fuerza
electrostática de atracción hace la función de fuerza centrípeta.
m ⋅ v 2 K ⋅ q1 ⋅ q2 K ⋅ e2
Fcentrípeta = FCoulomb → = =
r r2 r2
- Segundo Postulado:
El electrón se mueve en órbitas circulares; pero sólo son posibles aquellas
órbitas en las que el momento angular del electrón al girar alrededor del
núcleo está cuantizado, siendo éste un múltiplo entero de h/2π.
r h
L = m ⋅v ⋅ r = n ⋅ ( donde n = 1, 2, 3,K)
2π
- Tercer postulado:
Cuando un electrón se encuentra en una órbita ni absorbe ni emite energía.
Un electrón puede cambiar de órbita, de manera que si pasa a una órbita
más exterior necesita absorber un cuanto de radiación electromagnética
que tenga la misma energía que la diferencia existente entre las energías
de la órbita inicial y final. Si el electrón pasa a una órbita más interna,
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emitirá un cuanto de radiación electromagnética de energía igual a la
diferencia entre las energías de las órbitas.
Efotón = Ef − Ei = h ⋅ υ
Los postulados propuestos por Bohr conducen a dos ecuaciones que nos
permiten conocer el radio de las órbitas posibles para el electrón en el átomo de
hidrógeno e, igualmente, el valor de la energía del electrón en cada órbita:
o 13.64 eV
rn = 0.53 ⋅ n 2 ( A ) En = −
n2
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ultravioleta, si llega a la órbita n = 2, el espectro registrado corresponde a la zona
visible y así sucesivamente.
En la siguiente figura se muestran los posibles saltos electrónicos y la serie en
la que se registran dichos saltos.
En 1924, Louis De Broglie tuvo una idea genial: si existen objetos materiales -los
fotones-, que se comportan como ondas, ¿por qué no concebir la posibilidad de que esto
mismo se dé en cualquier objeto material?, ¿por qué no asociar a todos los corpúsculos,
electrones, protones, partículas alfa, una onda?
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Esta idea le llevó a enunciar, a título de hipótesis, su principio de dualidad
corpúsculo-onda, que dice: Todas las partículas elementales manifiestan un dualismo
onda-corpúsculo y llevan asociada una onda cuya longitud de onda viene dada por la
ecuación: h
λ=
m ⋅v
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mediante un "supermicroscopio" que utilice luz de longitud de onda pequeña. Sin
embargo, los fotones de esa luz tendrán una gran energía y por tanto gran cantidad de
movimiento. El choque de uno de estos fotones contra un electrón cambia
instantáneamente su cantidad de movimiento. Por tanto, a medida que se determina la
posición con más exactitud, la cantidad de movimiento se hace más imprecisa.
La ecuación de Schrödinger.
E ψ = Hˆ ψ
dondeψ recibe el nombre de función de onda y es la descripción del sistema cuántico
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Sólo se obtienen funciones de onda aceptables cuando los números cuánticos
toman los siguientes valores:
n = 1, 2, 3,...
l = 0, 1, 2, ..., n-1
m = +l, ...,0,...,+l
s = +1/2 ó -1/2
dada por ψ ⋅ dV .
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En la tabla siguiente se dan los nombres de todos los posibles orbitales hasta n=3:
0 0 s 2s
2
1 -1,0,+1 p 2px ,2py ,2pz
0 0 s 3s
3
1 -1,0,+1 p 3px ,3py ,3pz
2 -2,-1,0,+1,+2 d 3dxy ,3dxz ,3dyz ,3dx2-y2 ,3dz2
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