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Marxismo

Este artículo trata sobre la explicación de la sociedad por Marx. Para el modelo
político previo al comunismo según Marx y Engels, véase socialismo científico.
Padres del marxismo
Karl Marx.
Friedrich Engels.

El marxismo es una perspectiva teórica y un método de análisis socioeconómico de la


realidad y la historia, que considera las relaciones de clase y el conflicto social
utilizando una interpretación materialista del desarrollo histórico y adopta una
visión dialéctica de la transformación social y análisis crítico del capitalismo,
compuesto principalmente por el pensamiento desarrollado en la obra del filósofo,
sociólogo, economista y periodista revolucionario alemán de origen judío,1 Karl
Marx, quien contribuyó en la sociología, la economía, el derecho y la historia.2

Este grupo de doctrinas filosóficas, sociales, económicas, políticas, etc. adquirió


una forma más definida tras su muerte por una serie de pensadores que complementan
y/o reinterpretan este modelo que van desde Friedrich Engels, compañero y coeditor
de Marx, hasta otros pensadores como Gueorgui Plejánov, Lenin, León Trotski, Rosa
Luxemburgo, Antonio Gramsci, Georg Lukács o Mao Zedong.2

Es correcto hablar de marxismo como una corriente del pensamiento humano. El


marxismo se asocia principalmente al conjunto de movimientos políticos y sociales
que surgieron durante el siglo XX, entre los que destacaron la Revolución rusa, la
Revolución china y la Revolución cubana.

El marxismo ha pretendido desarrollar una ciencia social unificada (historia,


teoría sociológica, teoría económica, ciencia política y epistemología) para la
comprensión de las sociedades divididas en clases y la fundamentación de una visión
revolucionaria del cambio social que ha inspirado innumerables movimientos sociales
y políticos en el mundo a través de la historia moderna. Presenta tres dimensiones
identificables: una dimensión económico-sociológica, una dimensión política y una
dimensión crítico-filosófica expresada la filosofía anterior en el idealismo de
Hegel y en el materialismo de Feuerbach.3 El análisis marxista, denominado
materialismo histórico, enfatiza en el carácter determinante de las condiciones
materiales - relaciones sociales y lugares en la producción- en la vida de las
personas y en la conciencia que tienen sobre sí mismas y sobre el mundo. Dicha base
material es considerada, en esta perspectiva, determinante en última instancia de
otros fenómenos sociales, tales como las relaciones sociales y políticas, el
derecho, la ideología o la moral.

Se ha desarrollado en muchas ramas y escuelas de pensamiento diferentes, con el


resultado de que ahora no existe una única teoría marxista definitiva.4 Diferentes
escuelas marxistas ponen un mayor énfasis en ciertos aspectos del marxismo clásico
mientras rechazan o modifican otros aspectos. Muchas escuelas de pensamiento han
tratado de combinar conceptos marxistas y conceptos no marxistas, lo que ha llevado
a conclusiones contradictorias.5

El materialismo histórico y el materialismo dialéctico sigue siendo el aspecto


fundamental de todas las escuelas de pensamiento marxistas. Esta opinión no es
aceptada por algunos postmarxistas como Ernesto Laclau y Chantal Mouffe, quienes
afirman que la historia no solo está determinada por modos de producción, pero
también por conciencia y voluntad.6 Varias corrientes también se han desarrollado
en el marxismo académico, a menudo bajo la influencia de otros puntos de vista:
marxismo estructuralista, marxismo histórico, marxismo fenomenológico, marxismo
analítico, marxismo humanista, marxismo occidental y marxismo hegeliano. El legado
de Marx se ha disputado entre numerosas tendencias, las cuales incluyen el
leninismo, el marxismo-leninismo, el trotskismo, el maoísmo, el luxemburguismo y el
marxismo libertario.

El marxismo ha tenido un profundo impacto en la academia global y ha influido en


muchos campos como la arqueología, la antropología,78 estudios de ciencias,9
ciencias políticas, teatro, historia, sociología, historia y teoría del arte,
estudios culturales, educación, economía, ética, criminología, geografía, crítica
literaria, estética, teoría del cine, psicología crítica y filosofía.
Introducción y resumen

Los componentes centrales del modelo teórico explicativo marxista se pueden dividir
en cuatro elementos esenciales:

En primer lugar, el concepto de «lucha de clases», que es formulado por primera vez
en el Manifiesto comunista y que progresivamente se va transformando en el método
de análisis materialista de la historia humana resultado de condiciones económicas
materiales, en torno a los conceptos de «clase social», «contradicción» y «división
social del trabajo» (materialismo histórico). A su vez el marxismo sigue la
corriente filosófica en donde la materia es el sustrato de toda realidad, sea
concreta o abstracta (materialismo dialéctico). Este método está a la vez basado en
la lógica hegeliana comúnmente llamada «dialéctica» (aunque en términos
estrictamente hegelianos se trata de una «lógica ontológica», modelo que a la vez
sobrepasa al concepto hegeliano de dialéctica). Curiosamente, Marx no especificó en
ninguna obra en particular cuáles eran los límites globales de este método, ni cuál
era el concepto que él tenía de dialéctica, sin embargo se cita el prólogo de la
Crítica de la economía política, de 1859, como su formulación más precisa.

El segundo punto central del modelo teórico marxista es la crítica a la economía


del capital, el cual es desarrollado extensamente en su obra El capital, compuesta
por tres tomos oficiales y un cuarto tomo editado de manera póstuma bajo el nombre
de Teorías sobre la plusvalía. En esta obra, partiendo de una crítica a las teorías
de los representantes de la economía clásica, Marx desarrolla su teoría laboral del
valor, un modelo alternativo para calcular el concepto de «valor» de la economía
capitalista, basado en la transformación de la «fuerza de trabajo» en una
«mercancías» y que el valor de toda mercancía es el «tiempo de trabajo socialmente
necesario», distinguiendo entre «valor de uso» y «valor de cambio», y la reformula
en su teoría con la cual trata de describe la explotación del proletariado por el
«capital».10 Esta investigación tiene directas consecuencias políticas, pues la
hipótesis marxista probaría que en realidad la sociedad capitalista se funda en
torno al robo del trabajo humano a través del concepto de «plustrabajo» y
«plusvalor», legitimado en el estado de derecho a través de la propiedad privada
sobre los medios de producción y el libre usufructo de esas ganancias.11121314

El tercer punto central es el concepto de «ideología», que es desarrollado por Marx


en sus primeros libros como La ideología alemana (en coautoría con Engels) y que
intenta explicar las formas de dominación mental de la sociedad capitalista y su
relación con la composición económica de esta. Este concepto es abandonado durante
algunos años por Marx para centrarse en el análisis político. Sin embargo, vuelve a
aparecer con fuerza en su libro El capital, bajo el concepto de «fetichismo de la
mercancía», que sería una forma de explicar la incapacidad psicológica de una
persona de percibir el «valor de uso» de una mercancía.1516 Este concepto es
extremadamente importante, porque describe todas las consecuencias de las formas de
producción de la vida dentro del capitalismo: la teoría del valor añadido, la idea
de que el capitalismo gana dinero pagando a trabajadores menos de lo que merece y
se quedan con el resto como beneficio

El cuarto punto central del modelo teórico marxista es el concepto de «comunismo»,


un modo de producción generado a partir del modo de producción capitalista, que
puede sobrepasar los límites de la sociedad capitalista fundada en la explotación
humana, en la extracción de valor. Marx utilizó muchas veces la palabra, pero jamás
explicó cuales eran sus alcances y características (salvo algunas referencias
relativamente cortas pero lúcidas, como por ejemplo las que pueden encontrarse en
su Crítica del programa de Gotha de 1875). Un análisis crítico de la obra de Marx
demostraría que él no habría estado dispuesto a describir algo que todavía no
existe; por lo tanto, el significado de «comunismo» se encuentra en una síntesis,
tanto como de los problemas económicos fundamentales encontrados de manera
explícita en El capital como un análisis de la crítica política-jurídica hecha por
Marx a las instituciones capitalistas.

Engels acuñó el término socialismo científico para diferenciar el marxismo de las


corrientes socialistas anteriores englobadas por él bajo el término socialismo
utópico. También se emplea el término socialismo marxista para referirse a las
ideas y propuestas específicas del marxismo dentro del marco del socialismo.

El objetivo que se propone es que los trabajadores tengan acceso a los medios de
producción en forma institucionalizada; es decir, utilizando las instituciones
públicas del Estado para que los trabajadores obtengan medios de producción y
evitar que «la burguesía vaya concentrando cada vez más los medios de producción,
la propiedad y la población del país. Reúne a la población, centraliza los medios
de producción (principalmente, las fábricas) y concentra en pocas manos la
propiedad».17

Marx propone la abolición de la apropiación privada (un concepto más amplio que el
de propiedad, que es meramente jurídico) sobre los medios de producción, esto es,
«la abolición del sistema de propiedad burguesa», tal y como lo menciona en su
Manifiesto comunista: «Lo que caracteriza al comunismo no es la abolición de la
propiedad en general sino la abolición del sistema de propiedad burgués»,18 ya que
la burguesía no solamente se apropia del producto social mediante la ley, sino que
también corrompe las instituciones u otros mecanismos legales para apropiarse de la
propiedad de los trabajadores. Un ejemplo de ello ha sido el robo (despojo) de
tierras a indígenas y campesinos para la instalación de agroindustrias y proyectos
minero-energéticos.

Con el acceso a los medios de producción por parte de los trabajadores, el marxismo
concluye que se logrará una sociedad sin clases sociales donde todos vivan con
dignidad, sin que exista la acumulación de propiedad privada sobre los medios de
producción por unas cuantas personas, porque supone que esta es el origen y la raíz
de la división de la sociedad en clases sociales. Esto implicaría una enorme
competencia y eficiencia en la economía; además, el trabajador no se podría
explotar a sí mismo ni tampoco podría explotar a otro trabajador porque ambos
tendrían medios de producción. Lo que dicho panorama podría ocasionar es que los
trabajadores se organizarían para crear empresas más grandes a través de
asociaciones justas; por tal motivo Marx expresa que «el precio medio del trabajo
asalariado es el mínimo posible. Es decir, el mínimo necesario para que el obrero
permanezca vivo. Todo lo que el obrero asalariado obtiene con su trabajo es, pues,
lo que estrictamente necesita para seguir viviendo y reproduciéndose. Nosotros no
aspiramos en modo alguno a impedir los ingresos generados mediante el trabajo
personal, destinados a adquirir los bienes necesarios para la vida». Y recalca en
su Manifiesto: «Solo aspiramos a destruir el carácter ignominioso de la explotación
burguesa, en la que el obrero solo vive para multiplicar el capital». Así,
entonces, el trabajador o trabajadores serán dueños de sus propios negocios,
iniciando un elevado comercio; por esa razón, en el Manifiesto especifica que «el
comunismo no priva a nadie del poder de adquirir bienes y servicios».19

Marx considera que cada país tiene sus particularidades y, por tanto, las medidas
para proveer a los trabajadores de medios de producción pueden ser diferentes, y
que al principio parecerá que no son suficientes. Marx tiene en clara la ley de la
escasez y por ende la distribución de medios de producción en forma
institucionalizada y legal se dará poco a poco en una transición lenta pero
efectiva; por tal motivo concluye en su Manifiesto: «(...) por medio de medidas
que, aunque de momento parezcan económicamente insuficientes e insostenibles, en el
transcurso del movimiento serán un gran resorte propulsor, y de las que no puede
prescindirse, como medio para transformar todo el régimen de producción vigente».19

En conclusión, Marx propone el uso de las instituciones del Estado, como por
ejemplo el uso de los impuestos para financiar la compra y distribución de los
medios de producción a los trabajadores, que al paso del tiempo formará un mercado
de competencia perfecta.
Etimología

El término marxismo fue acuñado por Karl Kautsky, quien se consideraba un marxista
ortodoxo durante la disputa entre los seguidores ortodoxos y revisionistas de
Marx.20 El rival revisionista de Kautsky, Eduard Bernstein también adoptó más tarde
el uso del término.20 Engels no apoyó el uso del término marxismo para describir
sus puntos de vista o los de Marx.21 Engels afirmó que el término estaba siendo
usado abusivamente como un calificador retórico por aquellos que intentaban
convertirse en verdaderos seguidores de Marx al mismo tiempo que lanzaban a otros
en términos diferentes, como las de Lassalle.21 En 1882, Engels afirmó que Marx
había criticado al autoproclamado marxista Paul Lafargue al decir que si las
opiniones de Lafargue se consideraban marxistas, "una cosa es cierta y es que no
soy marxista".22
Influencias intelectuales de Marx y Engels
Hegel
Feuerbach

Marx tuvo grandes influencias filosóficas, la de Feuerbach, que le aportó y afirmó


su visión materialista de la historia, y la de Hegel, basada en la filosofía
kantiana y que inspiró los jóvenes hegelianos, quien entre ellos, Marx usó la
dialéctica en la aplicación del materialismo. Aunque para su trabajo de disertación
doctoral eligió la comparación de dos grandes filósofos materialistas de la antigua
Grecia, Demócrito y Epicuro, Marx ya había hecho suyo el método hegeliano, su
dialéctica. Ya en 1842 había elaborado su Crítica de la filosofía del derecho de
Hegel desde un punto de vista materialista. Pero a principios de la década de 1840,
otra gran influencia filosófica hizo efecto en Marx, la de Feuerbach, especialmente
con su obra La esencia del cristianismo. Tanto Marx como Engels abrazaron la
crítica materialista de Feuerbach al sistema hegeliano, aunque con algunas
reservas. Según Marx, el materialismo feuerbachiano era inconsecuente en algunos
aspectos, por ello lo llama «contemplativo». Es en las Tesis sobre Feuerbach (Marx,
1845) y La ideología alemana (Marx y Engels, 1846) donde Marx y Engels ajustan sus
cuentas con sus influencias filosóficas y establecen las premisas para la
concepción materialista de la historia.

Si en el idealismo de Hegel la historia era un devenir de continuas contradicciones


que expresaban el autodesarrollo de la Idea Absoluta, en Marx son el desarrollo de
las fuerzas productivas y de las relaciones de producción las que determinan el
curso del desarrollo socio-histórico. Para los idealistas el motor de la historia
era el desarrollo de las ideas. Marx expone la base material de esas ideas y
encuentra el hilo conductor del devenir histórico.

La revisión de Marx del hegelianismo también estuvo influenciada por el libro de


Engels de 1845, La condición de la clase obrera en Inglaterra, que llevó a Marx a
concebir la dialéctica histórica en términos de conflicto de clases y a ver a la
clase obrera moderna como la fuerza más progresista para la revolución. A partir de
entonces, Marx y Engels trabajaron juntos por el resto de la vida de Marx para que
las obras recopiladas de Marx y Engels se publicaran generalmente juntas, casi como
si fuera el resultado de una persona.

Pero la parte más considerable de las principales ideas directrices,


particularmente en el terreno económico e histórico, y en especial su formulación
nítida y definitiva, corresponden a Marx. Lo que yo aporté —si se exceptúa, todo lo
más, dos o tres ramas especiales— pudo haberlo aportado también Marx aun sin mí. En
cambio, yo no hubiera conseguido jamás lo que Marx alcanzó. Marx tenía más talla,
veía más lejos, atalayaba más y con mayor rapidez que todos nosotros juntos. Marx
era un genio; nosotros, los demás, a lo sumo, hombres de talento. Sin él la teoría
no sería hoy, ni con mucho, lo que es. Por eso ostenta legítimamente su nombre.
Friedrich Engels (1886) Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica
alemana - Parte 4 (Nota de pie de Engels)23

Saint-Simon
Proudhon

No obstante, según Isaiah Berlin, fueron las obras de Engels, en lugar de las de
Marx, la fuente principal del materialismo histórico y dialéctico de Plejánov,
Kautsky, Lenin, Stalin, Mao e incluso Trotsky.24
Heráclito
Epicuro

En resumen, Marx y Engels se basaron en la filosofía clásica alemana de Hegel y de


Feuerbach; la economía política inglesa de Adam Smith y de David Ricardo; y la
teoría revolucionaria francesa, junto con el socialismo francés de Rousseau, Saint-
Simon, Charles Fourier, Babeuf y Proudhon respectivamente, para desarrollar una
crítica de la sociedad que fuera tanto científica como revolucionaria.25 De estos,
según Rudolf Rocker, fue Proudhon —fundador del mutualismo— el socialista que más
inspiraría a Marx.26Esta crítica alcanzó su expresión más sistemática en la obra
más importante dedicada a la sociedad capitalista, El capital: crítica de la
economía política.

Además de las raíces mencionadas, algunos pensadores marxistas del siglo XX, como
Louis Althusser o Miguel Abensour, han señalado en la obra de Marx el desarrollo de
temas presentes en la obra de Maquiavelo27 o Spinoza.2829 Marx fue influenciado por
el atomismo de Epicuro de y los materialistas franceses. Marx también señaló la
importancia de Aristóteles30 en la teoría del valor-trabajo,31 diferenciando el
precio del valor3233 y distinguiendo entre valor de uso y valor de cambio.3435 En
El capital concluye: “La brillantez del genio de Aristóteles se demuestra solo con
esto, que descubrió, en la expresión del valor de las mercancías, una relación de
igualdad. Las condiciones peculiares de la sociedad en la que vivía, solo le
impedían descubrir lo que, 'en verdad', estaba en el fondo de esta igualdad”.34

Otro filósofo griego de gran influencia fue Heráclito, considerado como uno de los
fundadores de la dialéctica.36373839 El mismo Hegel se consideraba filosóficamente
heredero de Heráclito, hasta el punto de afirmar: «No hay proposición de Heráclito
que yo no haya aceptado en mi Lógica» (Hegel, Lecciones sobre la historia del la
filosofía). Engels, que se asoció con los Jóvenes Hegelianos, también le dio a
Heráclito el crédito por inventar dialéctica, relevante para su propio materialismo
dialéctico.40 El mismo Vladimir Lenin reafirmó lo anterior.41

También Karl Marx y Friedrich Engels vieron en la nueva comprensión de la biología


provocada por el El origen de las especies de Charles Darwin y la comprensión de la
evolución por selección natural como esencial para la nueva comprensión del
socialismo, ya que proporciona una base en ciencias naturales para la lucha de
clases histórica.424344 Por otro lado, Engels recurrió a Lewis H. Morgan y su
teoría de la evolución social en su obra El origen de la familia, la propiedad
privada y el estado. Alexander Vucinich afirma que "Engels dio crédito a Marx por
extender la teoría de Darwin al estudio de la dinámica interna y el cambio en la
sociedad humana".45

Luego escribió una crítica mordaz de la hegelianos joven en dos libros, La Sagrada
Familia (1845) y La ideología alemana en la que criticaba a Bruno Bauer y Max
Stirner. En La miseria de la filosofía (1845), Marx también criticó a Pierre-Joseph
Proudhon, que se había hecho famoso con su grito "¡La propiedad es un robo!".
Además, criticó la concepción de Feuerbach de la naturaleza humana en su sexta
tesis sobre Feuerbach como un "tipo" abstracto que se encarnó en cada individuo
singular: "Feuerbach resuelve la esencia de la religión en la esencia del hombre.
Pero la esencia del hombre no es una abstracción inherente a cada individuo. En
realidad, es el conjunto de las relaciones sociales". Entonces, en lugar de
encontrarse en el sujeto individual singular y concreto al igual que la filosofía
clásica, incluido el contractualismo (Thomas Hobbes , John Locke y Jean-Jacques
Rousseau), pero también la economía política, Marx comenzó con la totalidad de las
relaciones sociales: trabajo, lenguaje y todo lo que constituye nuestra existencia
humana. Afirmó que el individualismo era una esencia el resultado del fetichismo o
la alienación de las mercancías. En El Capital, Marx critica la teoría del valor-
trabajo de Smith y Ricardo.

También diversos sociólogos y filósofos, como Raymond Aron y Michel Foucault, han
rastreado en la visión marxista del final del feudalismo como comienzo del
absolutismo y la separación del Estado y la sociedad civil, la influencia de
Montesquieu y Tocqueville, en particular en sus obras sobre el bonapartismo y la
lucha de clases en Francia.
Concepción materialista de la dialéctica
Esta sección es un extracto de Materialismo dialéctico[editar]

El materialismo dialéctico —expresión acuñada por Gueorgui Plejánov—46 es la


corriente del materialismo de acuerdo con los planteamientos originales de
Friedrich Engels y Karl Marx que posteriormente fueron enriquecidos por Lenin y
después sistematizados por miembros de la Academia de Ciencias de la Unión
Soviética principalmente.47 Esta corriente filosófica define la materia como el
sustrato de toda realidad, sea concreta o abstracta (pensamientos),47 emancipa la
primacía e independencia de la materia ante la conciencia y lo espiritual, declara
la cognoscibilidad del mundo en virtud de su naturaleza material, y aplica la
dialéctica —basada en las leyes dialécticas propuestas por Georg Wilhelm Friedrich
Hegel— para interpretar el mundo, superando así al materialismo mecanicista. El
materialismo dialéctico es uno de los tres componentes —la base filosófica— del
comunismo marxista-leninista.48 Denominado Diamat, el materialismo dialéctico fue
también la filosofía oficial de la antigua Unión Soviética.49
Dialectical-Materialism
Concepción materialista de la historia
Artículo principal: Materialismo histórico

El materialismo histórico (término acuñado por el marxista ruso Gueorgui Plejánov),


también conocido como la concepción materialista de la historia, es una metodología
marxista que se enfoca en las sociedades humanas y su desarrollo a través de la
historia, argumentando que la historia es el resultado de condiciones materiales
más que ideales.

Esta obra defiende lo que nosotros llamamos el «materialismo histórico» [...]


esa concepción de los derroteros de la historia universal que ve la causa final y
la fuerza propulsora decisiva de todos los acontecimientos históricos importantes
en el desarrollo económico de la sociedad, en las transformaciones del modo de
producción y de cambio, en la consiguiente división de la sociedad en distintas
clases y en las luchas de estas clases entre sí.
Federico Engels (1880) Del socialismo utópico al socialismo científico, Prólogo
a la edición inglesa de 1892.50

Marx resumió la génesis de su concepción materialista de la historia en


Contribución a la crítica de la economía política (1859):
El primer trabajo emprendido para resolver las dudas que me azotaban, fue una
revisión crítica de la filosofía hegeliana del derecho, trabajo cuya introducción
apareció en 1844 en los Anales francoalemanes, que se publicaban en París. Mi
investigación me llevó a la conclusión de que, tanto las relaciones jurídicas como
las formas de Estado no pueden comprenderse por sí mismas ni por la llamada
evolución general del espíritu humano, sino que, por el contrario, radican en las
condiciones materiales de vida cuyo conjunto resume Hegel siguiendo el precedente
de los ingleses y franceses del siglo XVIII, bajo el nombre de “sociedad civil”, y
que la anatomía de la sociedad civil hay que buscarla en la economía política.

En Bruselas, a donde me trasladé a consecuencia de una orden de destierro


dictada por el señor Guizot, proseguí mis estudios de economía política comenzados
en París. El resultado general al que llegué y que una vez obtenido sirvió de hilo
conductor a mis estudios puede resumirse así: en la producción social de su vida
los hombres establecen determinadas relaciones necesarias e independientes de su
voluntad, relaciones de producción que corresponden a una fase determinada de
desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones
de producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la
que se levanta la superestructura jurídica y política y a la que corresponden
determinadas formas de conciencia social. El modo de producción de la vida material
condiciona el proceso de la vida social política y espiritual en general. No es la
conciencia del hombre la que determina su ser sino, por el contrario, el ser social
es lo que determina su conciencia.

Al llegar a una fase determinada de desarrollo las fuerzas productivas


materiales de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción
existentes o, lo que no es más que la expresión jurídica de esto, con las
relaciones de propiedad dentro de las cuales se han desenvuelto hasta allí. De
formas de desarrollo de las fuerzas productivas, estas relaciones se convierten en
trabas suyas, y se abre así una época de revolución social.

Al cambiar la base económica se transforma –más o menos rápidamente– toda la


inmensa superestructura erigida sobre ella. Cuando se estudian esas
transformaciones hay que distinguir siempre entre los cambios materiales ocurridos
en las condiciones económicas de producción y que pueden apreciarse con la
exactitud propia de las ciencias naturales, y las formas jurídicas, políticas,
religiosas, artísticas o filosóficas, en una palabra las formas ideológicas en que
los hombres adquieren conciencia de este conflicto y luchan por resolverlo. Y del
mismo modo que no podemos juzgar a un individuo por lo que él piensa de sí, no
podemos juzgar tampoco a estas épocas de transformación por su conciencia, sino
que, por el contrario, hay que explicarse esta conciencia por las contradicciones
de la vida material, por el conflicto existente entre las fuerzas productivas
sociales y las relaciones de producción.

Ninguna formación social desaparece antes de que se desarrollen todas las


fuerzas productivas que caben dentro de ella, y jamás aparecen nuevas y más
elevadas relaciones de producción antes de que las condiciones materiales para su
existencia hayan madurado dentro de la propia sociedad antigua. Por eso, la
humanidad se propone siempre únicamente los objetivos que puede alcanzar, porque,
mirando mejor, se encontrará siempre que estos objetivos sólo surgen cuando ya se
dan o, por lo menos, se están gestando, las condiciones materiales para su
realización. A grandes rasgos, podemos designar como otras tantas épocas de
progreso en la formación económica de la sociedad el modo de producción asiático,
el antiguo, el feudal y el moderno burgués.
Las relaciones burguesas de producción son la última forma antagónica del
proceso social de producción; antagónica, no en el sentido de un antagonismo
individual, sino de un antagonismo que proviene de las condiciones sociales de vida
de los individuos. Pero las fuerzas productivas que se desarrollan en la sociedad
burguesa brindan, al mismo tiempo, las condiciones materiales para la solución de
este antagonismo. Con esta formación social se cierra, por lo tanto, la prehistoria
de la sociedad humana.51
K. Marx (1875) Prólogo a la Contribución a la crítica de la economía política

En El capital, Marx expone su famosa concepción materialista de la historia según


este punto de vista han sido los factores económicos los que han conducido la
historia y determinan lo que más llaman la superestructura cultural de las ideas
religiosas, artísticas, legales, filosóficas, éticas y políticas en cualquier
sociedad. El materialismo histórico es un ejemplo del socialismo científico de Marx
y Engels, que intenta mostrar que el socialismo y el comunismo son necesidades
científicas más que ideales filosóficos.5253 En conclusión, la historia no es el
desarrollo del espíritu «absoluto» de Hegel, sino el producto material de los
hombres reales y concretos empujados por sus condiciones socioeconómicas.
Análisis de las clases sociales
Primera edición del Manifiesto del Partido Comunista.

El concepto de clase social no fue inventado por Karl Marx, sino por los fundadores
de la economía política (Adam Smith…), los fundadores de la tradición de la
historia política francesa (Alexis de Tocqueville), y de la historia de la
revolución francesa (Guizot, Mignet, Thierry). Para los teóricos ingleses, los
criterios de identidad de una clase social, se encuentran en el origen de los
ingresos: los tipos de ingresos, la renta de la tierra, las ganancias y los
salarios. Estos tres grupos son los principales para la nación: terratenientes,
trabajadores y empresarios.

Entre los pensadores franceses, el término de “clase” es un término político. Por


ejemplo para autores como Tocqueville, existen diferencias entre clases cuando los
diversos grupos sociales compiten por el control de la sociedad. Marx señaló su
contribución a la comprensión de las clases sociales:

Ahora, para mí, que no soy yo quien merece el mérito por el descubrimiento de
la existencia de las clases en la sociedad moderna, al igual que de la lucha que se
dedica a ella. Los historiadores burgueses habían puesto delante de mí, el
desarrollo histórico de esta lucha de clases y, algunos economistas burgueses me
describieron la anatomía económica. Lo que yo aporto es: la demostración de que la
existencia de las clases sociales sólo va unida a las fases históricas a través del
desarrollo de la producción, que la lucha de clases conduce, necesariamente, a la
dictadura del proletariado y que esta misma dictadura no representa sino una
transición hacia la abolición de todas las clases y hacia una sociedad sin clases.
Carta de Marx a J. Weydemeyer. 5 de marzo de 1852.54

Para Marx, las clases sociales son parte de la realidad social. Las luchas de estas
clases sociales, señalan el cambio social como un fenómeno duradero. Estas clases
son el resultado de un mecanismo de división del trabajo, que se desarrolló al
mismo tiempo que la privatización de los medios de producción. Las clases sociales
surgen cuando la diferenciación de las tareas y las funciones dejan de ser cosa del
azar para convertirse en una herencia. Hay una tendencia hacia la polarización
entre las dos clases más antagónicas entre sí. Este antagonismo es la base de toda
transformación que afecte al funcionamiento de la organización social y que
modifique el curso de la historia. Para Marx, el proceso de producción capitalista
crea dos posiciones: la de los explotadores (empresarios) y los explotados
(trabajadores). Los comportamientos individualistas y colectivos se explican a
través de estas posiciones en la reproducción de un sistema. El conflicto de clase
es un rasgo cultural de la sociedad. Estos conflictos son el motor de los grandes
cambios sociales. Marx se interesa por los cambios endógenos, es decir, aquellos
que nacen del funcionamiento de la sociedad. La posición del individuo en las
relaciones de producción (trabajador o explotador) es, según él, el elemento que
permite la definición de la clase.
Los marxistas consideran que la sociedad capitalista se divide en clases sociales,
de las que toman en consideración principalmente dos:

La clase trabajadora o proletariado: Marx definió a esta clase como «los


individuos que venden su mano de obra y no poseen los medios de producción»,55 a
quienes consideraba responsables de crear la riqueza de una sociedad (edificios,
puentes y mobiliario, por ejemplo, son construidos físicamente por miembros de esta
clase; también los servicios son prestados por asalariados). Engels señala que el
proletariado nació a raíz de la revolución industrial por la segunda mitad del
siglo XVIII en Inglaterra y se repitió luego en todos los países civilizados del
mundo.56
La burguesía: quienes «poseen los medios de producción» y emplean al
proletariado. Constituyen la clase mercantil por excelencia: su riqueza proviene de
la administración intelectual de los negocios. Se apropian del excedente económico
de toda la sociedad por el mecanismo de la plusvalía, capaz de confiscar de forma
no coercitiva (mercantil, racional) el valor trabajo, pilar de todo valor y
riqueza.

Existen otras clases que integran aspectos de las dos principales, o que estando
asociadas a alguna, manifiestan nuevos rasgos propios particulares.

El lumpenproletariado: los que viven en pobreza extrema y no pueden hallar


trabajo con regularidad. Abarca desde la amplia masa de indigentes desocupados y/o
con trabajos precarios, hasta sectores en extremo marginales como las prostitutas y
los soldados del crimen organizado, etc.
La pequeña burguesía: forma parte del pueblo trabajador, pero en menor o mayor
medida su trabajo crea capital y encuentra en él su sostén, aunque en niveles de
acumulación siempre muy inferiores al de la gran burguesía. Este capital genera los
más diversos segmentos sociales, según sea principalmente intelectual
(profesionales), o mercantil (pequeños comerciantes), o inmobiliario (pequeños y
medianos campesinos, rentistas urbanos) o financiero (pequeños especuladores) o
directamente industrial (pequeños empresarios).

Algunos autores destacan la distinción en la obra de Marx entre clase en sí y clase


para sí. La primera refiere a la existencia de una clase como tal57 y la segunda a
los individuos que conforman dicha clase en tanto consciente de su posición y
situación histórica. Analizando la situación de Gran Bretaña en los años 1840, Marx
señala:

En principio, las condiciones económicas habían transformado la masa del país


en trabajadores. La dominación del capital ha creado en esta masa una situación
común, intereses comunes. Así, esta masa viene a ser ya una clase frente al
capital, pero todavía no para sí misma. En la lucha, de la cual hemos señalado
algunas fases, esta masa se reúne, constituyéndose en clase para sí misma. Los
intereses que defienden llegan a ser intereses de clase.
Marx, Karl; La miseria de la filosofía, pág. 257. Ed. Júcar.

Marx considera que, para que no haya una clase social, debe haber una conciencia de
clase: la conciencia de tener un lugar común en la sociedad. Marx señaló que no
basta con que muchos hombres estén del lado de un solo plan económico para que se
forme el espíritu de clase. La conciencia de clase denota la conciencia, de sí
misma y del mundo social, que posee una clase social y su capacidad para actuar
racionalmente en su mejor interés, por lo tanto, se requiere conciencia de clase
antes de que pueda efectuar una revolución exitosa y, por lo tanto, la dictadura
del proletariado.

Según el análisis marxista, la clase social dominante organiza la sociedad mediante


la protección de sus mejores privilegios. Para ello, se instaura el Estado,
instrumento político de dominación: “policía y ejército responsable de mantener la
seguridad y el orden público, el orden “burgués”. Marx también habla de "la
ideología dominante". En cualquier sociedad, hay ideas, creencias y valores que
dominan la vida social y cultural. Estas ideas dominantes son producidas por la
clase dominante, es decir, la burguesía. Por lo tanto, estas ideas expresan la
opinión de estas clases, es decir, la justifican y se esfuerzan en perpetuarse.
Estas ideas penetran la mente, y a menudo funcionan como una visión del mundo en
contra de sus intereses reales.
Lucha de clases y modos de producción
Artículos principales: Lucha de clases y Modo de producción.

Engels compartió las suposiciones básicas con Marx de que la historia de la


humanidad es una "historia de luchas de clases" y que su curso está determinado en
gran medida por las condiciones económicas.58 Engels dice que esta fórmula se
limita a la historia escrita.59 No obstante Marx no "inventó" el concepto de la
lucha de clases. En realidad, la lucha de clases se ha teorizado mucho antes que
él, por historiadores de la restauración, como François Guizot y Augustin Thierry.
La contribución fundamental de Marx en este concepto es haber demostrado que la
lucha de clases no se extingue en la Revolución Francesa, sino que se prolonga en
oposición burguesía / trabajadores en la de era capitalista.

En Anti-Dühring y en sus últimos escritos, Engels elaboró aún más los conceptos de
filosofía de la historia. La visión de Engels de la historia se caracteriza por un
optimismo fundamental. Al igual que Hegel, no entiende la historia humana como una
"intrincada confusión de violencias sin sentido", sino como un proceso de
desarrollo, cuya ley interna se puede percibir a través de todas las coincidencias
aparentes.60

Por lo tanto, Marx toma prestado de los economistas clásicos la idea implícita de
clases como un factor de producción, la historia de las clases y el conflicto como
productor de la historia. A todas estas teorías, Marx aporta el concepto del estado
de la clase social como su lucha intrínseca: sin lucha no hay clases. Las clases
sociales se consiguen con las luchas perpetuas históricamente determinadas. Cada
etapa de la sociedad que se ha dado a lo largo de la historia se puede caracterizar
a través de un modo de producción diferente.

Un modo de producción se basa en el conjunto formado por las fuerzas productivas y


las relaciones sociales de producción que se dan en la sociedad. En cada una de las
etapas de la evolución, el modo de producción demuestra un estado de la sociedad.
Este es tomado como algo social, ya que sin fuerzas productivas, no puede haber
ninguna duda sobre la falta de producción. Dichas fuerzas productivas son: los
instrumentos de la producción, la fuerza de trabajo de los hombres, los objetos de
trabajo, los conocimientos y las técnicas, la organización… Con motivo de todas
estas actividades de producción y a través de ellas, los hombres entran en las
relaciones sociales. El modelo de producción no puede ser reducido a un simple
aspecto técnico, ya que es uno de los conceptos más importantes para Marx.

Marx consideró los conflictos de clase como la fuerza impulsora de la historia


humana, ya que estos conflictos recurrentes se han manifestado como distintas
etapas de transición de desarrollo en Europa occidental. En consecuencia, Marx
designó la historia humana como que abarca cuatro etapas de desarrollo en los modos
de producción:

Comunismo primitivo: como en las sociedades tribales cooperativas.


Sociedad esclavista: un desarrollo de tribal a ciudad-estado; nace la
aristocracia.
Feudalismo: los aristócratas son la clase dominante; los comerciantes
evolucionan a capitalistas.
Capitalismo: los capitalistas son la clase dominante, que crean y emplean al
proletariado.
Comunismo: sociedad sin dinero, estado, propiedad privada y clases sociales.

Comunismo, socialismo y dictadura del proletariado


Artículos principales: Comunismo, Socialismo (marxismo) y Dictadura del
proletariado.

Marx forma parte de un pensamiento dialéctico, en contraposición al mecanicismo que


está presente en el materialismo anterior, ve la convivencia entre clases, como un
papel determinante en el desarrollo de la historia. A través de esta visión, el
proletariado se transforma en una clase en sí y para sí, se vuelve consciente de
sus intereses de clases, que son: socializar los medios de producción (socialismo)
con el fin de maximizar las fuerzas productivas, la extinción de las diferentes
clases sociales y la existencia de un estado político (comunismo). La historia
sigue siendo la suma de las contingencias sujetas a los vaivenes de las luchas
sociales de clases. La historia no es una evolución lineal entre los modos de
producción, sino que es una transformación dialéctica de tomar conciencia de clases
que experimentan fluctuaciones de lucha de clases en determinados momentos de la
historia. En este desarrollo, las fuerzas productivas son cada vez más
contradictorias con respecto a las relaciones sociales de producción, ya que no
evolucionan al mismo ritmo. Más allá de un cierto nivel de producción, los sistemas
sociales se bloquean. Una época de revolución social que comienza a funcionar,
permite eliminar las viejas relaciones de producción para dar paso al desarrollo de
relaciones más coherentes al nivel alcanzando por las fuerzas productivas.

La democracia burguesa se ejerce como una dictadura de la burguesía sobre el


proletariado, donde los intereses de estos últimos se oponen a los de la propiedad
privada. Por el contrario, la dictadura del proletariado, es la dictadura de la
clase más numerosa que no busca sostener su situación de dominio sino hacer
desaparecer los antagonismos de clase. Solo en la sociedad comunista, cuando se
haya roto cuando hayan desaparecido los capitalistas y no haya clases sociales,
solo entonces "desaparecerá el Estado y podrá hablarse de libertad".6162 El
comunismo constituye pues el estado de la sociedad sin divisiones de clase y por lo
tanto, sin lucha de clases. En Las luchas de clases en Francia de 1848 a 1850, Marx
expresó que "la emancipación del proletariado es la abolición del crédito burgués,
pues significa la abolición de la producción burguesa y de su orden."63

En efecto, a partir del momento en que comienza a dividirse el trabajo, cada


cual se mueve en un determinado círculo exclusivo de actividades, que le viene
impuesto y del que no puede salirse; el hombre es cazador, pescador, pastor o
crítico crítico, y no tiene más remedio que seguirlo siendo, si no quiere verse
privado de los medios de vida; al paso que en la sociedad comunista, donde cada
individuo no tiene acotado un círculo exclusivo de actividades, sino que puede
desarrollar sus aptitudes en la rama que mejor le parezca, la sociedad se encarga
de regular la producción general, con lo que hace cabalmente posible que yo pueda
dedicarme hoy a esto y mañana a aquello, que pueda por la mañana cazar, por la
tarde pescar y por la noche apacentar el ganado, y después de comer, si me place,
dedicarme a criticar, sin necesidad de ser exclusivamente cazador, pescador, pastor
o crítico, según los casos.
K. Marx y F. Engels (1845) La ideología alemana, Capítulo 1, Parte II, 4. La
división social del trabajo y sus consecuencias: la propiedad privada, el Estado,
la «enajenación» de la actividad social

Algunos revolucionarios como Aleksandr Herzen, Dmitri Písarev, Nikolái


Chernyshevski, y sobre todo, Karl Marx y Friedrich Engels, criticaron duramente al
comunismo igualitario:19

Este comunismo, al negar por completo la personalidad del hombre, es justamente


la expresión lógica de la propiedad privada, que es esta negación. La envidia
general y constituida en poder no es sino la forma escondida en que la codicia se
establece y, simplemente, se satisface de otra manera.
Manuscritos económicos y filosóficos, Tercer Manuscrito (1844), K. Marx.

Las aportaciones de los socialistas utópicos de Henri de Saint-Simon, Charles


Fourier y Robert Owen fueron positivamente valoradas por Marx y Engels, no obstante
también fueron criticados duramente por ser poco realistas:19

Estas descripciones fantásticas de la sociedad del mañana brotan en una época


en que el proletariado no ha alcanzado aún la madurez, en que, por tanto, se forja
todavía una serie de ideas fantásticas acerca de su destino y posición, dejándose
llevar por los primeros impulsos, puramente intuitivos, de transformar radicalmente
la sociedad.
Manifiesto comunista, Literatura socialista y comunista (1848), K. Marx y F.
Engels,

El modo de producción comunista de Marx está dividido en dos fases, cuya


realización estaría en manos del proletariado organizada bajo la dirección de un
partido comunista revolucionario, y que desaparecería en tanto clase durante la
realización del mismo. Para Marx y Engels, la clase obrera industrial es la única
que, por su imposibilidad de una adquisición privada, puede superar mediante la
síntesis comunista la contradicción sin salida de la socialización estatal: es la
negación comunista de la sociedad porque no puede transformarse en nueva clase
explotadora, es la negación comunista del Estado porque solo transformándose ella
misma en poder público puede superar su carácter asalariado remanente de la
sociedad burguesa, y es la negación comunista de la propiedad porque solo
distribuyendo de acuerdo a las necesidades y las capacidades puede adquirir los
frutos de los medios de producción. En la Crítica del programa de Gotha se
diferencia entre una etapa comunista previa en donde el individuo compraría bienes
con vales de trabajo, de una etapa superior, en la que cada persona contribuirá
según sus capacidades y recibirá acorde a sus necesidades.64 No fue sino hasta la
Revolución Bolchevique que el término socialismo llegó a referirse a la etapa
previa del comunismo.65
Concepción marxista de ideología
Artículo principal: Concepto marxista de ideología
Esquema de la distinción entre infraestructura y superestructura.

El papel de la ideología, según esa concepción marxista de la historia, es actuar


de lubricante para mantener fluidas las relaciones sociales, proporcionando el
mínimo consenso social necesario mediante la justificación del predominio de las
clases dominantes y del poder político. Tal como el materialismo histórico define
el concepto, la "ideología" forma parte de la superestructura, determinada por las
condiciones materiales de las relaciones de producción o estructura económica y
social y el reflejo que produce es denominado "falsa conciencia". Como el sofista
Trasímaco, Marx dijo que "las ideas de la clase dominante son las ideas dominantes
en cada época".66

«No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino, por el


contrario, el ser social es lo que determina su conciencia».
K. Marx (1859) Una contribución a la crítica de la economía política, I.

Engels explica que "las verdaderas fuerzas propulsoras que lo mueven, permanecen
ignoradas para el ideólogo”. Sus ideas le parecen al ideólogo "como creación, sin
buscar otra fuente más alejada e independiente del pensamiento; para él, esto es la
evidencia misma, puesto que para él todos los actos, en cuanto les sirva de
mediador el pensamiento, tienen también en éste su fundamento último". Estos
impulsores incluyen tanto intereses subjetivos oscuros como la constelación
económica objetiva.2 Marx creía que las ideas dominantes son "falsas" porque
reflejan los intereses económicos y preferencias de la clase dominante. Esta
crítica ha contribuido a una desconfianza académica hacia nociones como de
"objetividad", "neutralidad", "universalidad" y semejantes.53

[D]icho en otros términos, la clase que ejerce el poder material dominante en


la sociedad es, al mismo tiempo, su poder espiritual dominante. [...] Las ideas
dominantes no son otra cosa que la expresión ideal de las relaciones materiales
dominantes, las mismas relaciones materiales dominantes concebidas como ideas; por
tanto, las relaciones que hacen de una determinada clase la clase dominante, o sea,
las ideas de su dominación. [...]

La división del trabajo [...] se manifiesta también en el seno de la clase


dominante como división del trabajo espiritual y material, de tal modo que una
parte de esta clase se revela como la que da sus pensadores (los ideólogos
conceptivos activos de dicha clase, que hacen del crear la ilusión de esta clase
acerca de sí mismo su rama de alimentación fundamental), mientras que los demás
adoptan ante estas ideas e ilusiones una actitud más bien pasiva y receptiva, ya
que son en realidad los miembros activos de esta clase y disponen de poco tiempo
para formarse ilusiones e ideas acerca de sí mismos. [...] La existencia de ideas
revolucionarias en una determinada época presupone ya la existencia de una clase
revolucionaria [...] como representante de toda la sociedad, como toda la masa de
la sociedad, frente a la clase única, a la clase dominante.
K. Marx y F. Engels (1845) La ideología alemana, Capítulo 1, Parte III, 1. La
clase dominante y la conciencia dominante. Cómo se ha formado la concepción
hegeliana de la dominación del espíritu en la historia.

La moral en el marxismo

Marx no se ocupó directamente de las cuestiones éticas. Su concepción materialista


de la historia considera la moral como producto de la base económica de la
sociedad. Engels dedicó más tiempo analizando la moralidad en su obra Anti-Dühring.
En ella señala que la moral siempre fue "una moral de clase; o bien justificaba el
dominio y los intereses de la clase dominante, o bien, en cuanto que la clase
oprimida se hizo lo suficientemente fuerte, representó la irritación de los
oprimidos contra aquel dominio y los intereses de dichos oprimidos, orientados al
futuro”, rechazando así cualquier ética dogmática basada en leyes eternas o
inmutables.67

Pese a la clara antipatía de Marx hacia el modo de producción capitalista, no es


correcto el uso de términos morales o éticos como bueno/malo o justo/injusto para
describir el análisis marxista, pues para Marx el comunismo no es una descripción
de cómo debería ser la sociedad, sino una predicción a consecuencia de las
contradicciones del capitalismo. Además, Marx valoró las innovaciones del
capitalismo frente al feudalismo y no dijo que el comunismo sería la forma más
justa de sociedad.

Para nosotros, el comunismo no es un estado que debe implantarse, un ideal al


que ha de sujetarse la realidad. Nosotros llamamos comunismo al movimiento real que
anula y supera al estado de cosas actual. Las condiciones de este movimiento se
desprenden de la premisa actualmente existente.
K. Marx y F. Engels (1845) La ideología alemana, Capítulo 1, Parte II, 5.
Desarrollo de las fuerzas productivas como premisa material del comunismo

Según el Stanford Encyclopedia of Philosophy: "Marx se esfuerza por distanciarse de


aquellos que se involucran en un discurso de justicia y hace un intento consciente
de excluir el comentario moral directo en sus propias obras".68 La enciclopedia
británica expresa que: "Marx fue a menudo retratado por sus seguidores como un
científico más que como un moralista". De hecho, Engels acuñó el uso de socialismo
científico para diferenciar el marxismo de las corrientes socialistas anteriores,
englobadas bajo el término socialismo utópico.69 Marx criticó a los socialistas
utópicos (Robert Owen, Saint-Simon, Charles Fourier y Étienne Cabet), argumentando
que sus comunidades socialistas de pequeña escala favorecidas estarían abocadas a
la marginación y la pobreza y que solo un cambio a gran escala en el sistema
económico puede producir un cambio real.70 También se emplea el término socialismo
marxista para referirse a las ideas y propuestas específicas del marxismo dentro
del marco del socialismo.

No obstante, autores posteriores a Marx han discutido la visión moral de Marx


extrayendo del marxismo implicaciones éticas.7071 Por ejemplo, Marx toma el
imperativo categórico de la ética kantiana, en el cual se expresa: «Obra de tal
modo que uses a la humanidad, tanto en tu persona como en la persona de cualquier
otro, siempre al mismo tiempo como fin y nunca simplemente como medio». Como señala
Marx, en el capitalista no ve al proletariado como un fin en sí, sino como una
mercancía (mano de obra o fuerza de trabajo).72 Los primeros escritos del joven
Marx, parece que consideraba la libertad humana como el objetivo final que solo se
consigue con la abolición de la propiedad privada. Engels afirma que “una moral
verdaderamente humana, que esté por encima de las contraposiciones de clase, y por
encima del recuerdo de ellas, no será posible en un estadio social que no sólo haya
superado la contraposición de clases, sino que la haya además olvidado para la
práctica de la vida”.67

Manuel Fernández del Riesgo sugiere una ética marxista basada en el relativismo
moral, rechazando así la moral de clase y justificando la violencia revolucionaria
cuando esta sirve al propósito de producir un cambio en la infraestructura capaz de
generar una sociedad nueva y humanizada y un nuevo tipo de relaciones sociales.71
El problema es que esta posición es que se topa con el problema del ser y el deber
ser, viéndose como una ética emotivista, donde la afirmación "los obreros están
siendo explotados" se convierte en una expresión de sentimiento emocional hacia el
proletariado.73
Ideas sobre el crimen

Al entender Marx al derecho como fruto del poder de las clases dominantes, es decir
los burgueses dueños de los medios de producción, entiende que estos definen de
manera arbitraria, lo legal e ilegal, castigando todo tipo de conductas que atenten
contra sus intereses, así para Marx el crimen "no es algo objetivo propio de la
necesidad sino, la mera definición burguesa de acciones que atentan contra la
propiedad o el sistema económico."74

De esta manera el mismo Marx sostiene que "las violaciones de la ley son
generalmente el estallido de factores económicos que están fuera del control del
legislador, pero, como lo testimonia el funcionamiento de la ley sobre delincuentes
juveniles, depende en cierta medida de la sociedad oficial el catalogar ciertas
violaciones de sus reglas como crímenes y otras como meras faltas. Esta diferencia
de nomenclatura, lejos de ser indiferente, decide el destino de miles de hombres, y
el tono moral de la sociedad. La ley misma puede no sólo castigar el delito, sino
también improvisarlo."75

El pensamiento de Marx sobre la criminalidad influirá directamente a Steven


Spitzer76 y su pretensión de fundar una teoría marxista de la desviación,
actualmente parte de la denominada criminología crítica.77
Teoría marxista de la alienación
Esta sección es un extracto de Teoría marxista de la alienación[editar]

La teoría marxista de la alienación (en alemán: Entfremdung)78 es la interpretación


antropológica del concepto psicológico y sociológico de alienación. Dicha
interpretación considera que el trabajador, desde el punto de vista capitalista, no
es una persona en sí misma sino una mercancía —llamada fuerza de trabajo— que puede
representarse en su equivalente dinerario, es decir, el trabajador es una
determinada cantidad de dinero utilizable, como mano de obra, para la
multiplicación del mismo. La "Enciclopedia de Marxists Internet Archive" define la
alienación como «el proceso por el cual las personas se vuelven ajenas al mundo en
el que viven».79

Karl Marx, quien fue fuertemente influido por el filósofo griego Epicuro al tomar
un tema revelador para su tesis doctoral: Diferencia entre la filosofía de la
naturaleza de Demócrito y la de Epicuro. Toma el término y lo aplica al
materialismo; en concreto a la explotación del proletariado y a las relaciones de
propiedad privada. En su enfoque, denominó alienación a las distorsiones que
causaba la estructura de la sociedad capitalista en la naturaleza humana. Aunque
era el actor el que padecía la alienación en la sociedad capitalista, Marx centró
su análisis en las estructuras del capitalismo que causaban tal alienación.

En los Manuscritos económicos y filosóficos de 1844, Karl Marx expresó la teoría


Entfremdung, del alejamiento del yo. Filosóficamente, la teoría de Entfremdung se
basa en La esencia del cristianismo (1841) de Ludwig Feuerbach, que afirma que la
idea de un dios sobrenatural ha enajenado las características naturales del ser
humano. Además, Max Stirner amplió el análisis de Feuerbach en El único y su
propiedad (1845) de que incluso la idea de "humanidad" es un concepto alienante
para que los individuos lo consideren intelectualmente en toda su implicación
filosófica. Karl Marx y Friedrich Engels respondieron a estas proposiciones
filosóficas en La ideología alemana (1845).

La base teórica de la alienación dentro del modo de producción capitalista es que


el trabajador pierde invariablemente la capacidad de determinar la vida y el
destino cuando se le priva del derecho a pensar (concebirse) a sí mismo como el
director de sus propias acciones; determinar el carácter de dichas acciones; para
definir relaciones con otras personas; y poseer esos artículos de valor de bienes y
servicios, producidos por su propio trabajo. Si bien el trabajador es un ser humano
autónomo y autorrealizado, como entidad económica este trabajador está dirigido a
metas y desviado a actividades que son dictadas por la burguesía - dueña de los
medios de producción - para extraer del trabajador el máximo cantidad de plusvalía
en el curso de la competencia empresarial entre industriales.
Actualmente, como la mayoría de los conceptos filosóficos e instituciones sociales,
la alienación —como categoría analítica— se encuentra en una crisis teórica debido
a las profundas transformaciones sociales que han dado paso a la sociedad
posindustrial. El desarrollo de la sociedad ha complicado el análisis de los
mecanismos sociales de alienación dirigiéndolos hacia nuevas y más sutiles formas
que precisan ser estudiadas. Entre los autores inspirados por Marx, que efectúan
ese análisis, destaca, por ejemplo, Herbert Marcuse.

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