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Trabajo Social en Salud.

Visión histórica y práctica profesional en Atención Primaria de


Salud: los avances y el reto de la calidad1

RESUMEN

En este artículo se presenta una visión sobre la presencia histórica del Trabajo Social en Salud
y el tratamiento normativo nacional y canario sobre el marco competencial profesional de las
trabajadoras y trabajadores sociales en Atención Primaria de Salud. Se profundiza en la
práctica profesional del Trabajo Social reflexionando acerca de los avances en este ámbito y
los retos pendientes a los que se ha de mirar para alcanzar el futuro deseable, como se
preconiza desde la planificación estratégica, potenciando la misión y valores en los servicios
de salud, con enfoques de sistemas de calidad integrados, los cuales se proponen desarrollar
para seguir potenciando prácticas profesionales y entornos saludables.

PALABRAS CLAVES

Historia del Trabajo Social en Salud, legislación en salud, práctica profesional en atención
primaria de salud, sistemas de calidad integrados.

KEY WORDS

History of Social Work in Health, Health legislation, professional practice in primary Health
attention, integrated quality Systems.

ABSTRACT

This article provides an overview of the historical presence of Social Work in Health.
Besides, the national and self-governing region policy (Autonomous Government of Canary
Islands) on the professional framework competence of social workers in Primary Health
Attention. On this article, we will try to have an insight into the professional practice of Social
Work, and we will be reflecting on the progress in this area and the remaining challenges,
which have been achieved thanks to those who have been looking to desirable future, as
advocates from strategic planning, enhancing the mission and values on services health; let´s
approach the integrated quality systems from Social Work, which are proposed to develop
further enhance professional practices and healthy environments.
1
Para citar: Barranco, C. y Rodríguez Morales, H. (2008). Trabajo Social en Salud. Visión histórica y práctica profesional en Atención
Primaria de Salud: los avances y el reto de la calidad. En Revista de Trabajo Social y Salud, 61, 7-35.

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1. CONSIDERACIONES GENERALES SOBRE EL MARCO NORMATIVO Y LA
TRAYECTORIA HISTÓRICA DEL TRABAJO SOCIAL EN SALUD

En este trabajo situamos la trayectoria histórica y el marco normativo en España. Ubicamos el


Trabajo Social en el Sistema Nacional de Salud Pública, el cual se ha consolidado como uno
de los pilares del Estado de Bienestar Social, desarrollando el mandato de la Constitución
Española, que se ha concretado en un conjunto de Leyes y Decretos Nacionales de Salud. De
este modo, en el Estado Democrático y de Derecho de España en materia de salud, las
Administraciones Públicas del Estado y las Comunidades Autónomas garantizan a todos los
españoles y extranjeros que tengan establecida su residencia en el territorio nacional, un
conjunto de prestaciones y servicios básicos, los cuales tienen carácter de derecho universal.
Además del derecho a acceder al Sistema Nacional de Salud, la ciudadanía en cada
comunidad cuenta con servicios y prestaciones específicas, amparadas en el marco legislativo
de cada una de las 17 comunidades españolas y financiadas con los presupuestos generales del
Estado y de las propias Comunidades Autónomas.

1.1. Marco normativo

En la Constitución Española de 1978, en su artículo 41, se afirma que los poderes públicos
mantendrán un régimen público de Seguridad Social para todos los ciudadanos, que garantice
la asistencia y prestaciones sociales suficientes ante situaciones de necesidad; asimismo, en su
artículo 43, se reconoce el derecho a la protección de la salud, encomendando a los poderes
públicos organizar y tutelar la salud pública a través de medidas preventivas y de las
prestaciones y servicios necesarios. (Comentar que en el resto de los países europeos la
atención sanitaria, también, es un derecho social universal). De esta forma se da el primer
paso para construir dos de los pilares fundamentales y diferenciados dentro del Estado de
Bienestar: el Sistema de Pensiones por un lado y, por otro, el de Sanidad.

Entre las leyes en materia de salud vigentes, cabe destacar la Ley 14/1986, de 25 de abril,
General de Sanidad, a través de la cual se establece el cambio en la estructura sanitaria del
país. Asimismo, la Ley 41/2002, de 14 de noviembre, básica reguladora de la autonomía del
paciente y de derechos y obligaciones en materia de información y documentación clínica.
Igualmente, la Ley 16/2003, de 28 de mayo, de cohesión y calidad del Sistema Nacional de
Salud y el Real Decreto 1030/2006, de 15 de septiembre, por el que se establece la cartera de
servicios comunes del Sistema Nacional de Salud y del procedimiento para su actualización

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son los que terminan por delimitar el contenido de prestaciones y funciones de los servicios
públicos de salud al alcance de todos los usuarios.

En Canarias se asume las competencias en materia de Sanidad en 1994, y se promulga la Ley


11/1994, de 26 de julio, de Ordenación Sanitaria de Canarias. La legislación autonómica se
articula siguiendo las directrices establecidas por la normativa nacional y, conforme a ella se
desarrollan, además, los Decretos, Órdenes e Instrucciones que dan forma al Sistema de Salud
y, más concretamente, al marco funcional de cada una de las profesiones a él vinculadas.
Específicamente, en Canarias se ha publicado la Instrucción 3/2006 que desarrolla el marco
funcional del Trabajo Social en Atención Primaria de Salud .

Es preciso comentar que el marco legislativo más concreto que relaciona al Trabajo Social al
Sistema Público Sanitario es la citada Ley 16/2003 y el Real Decreto 1030/2006. En ambos,
con idéntica redacción, solo se indica “el trabajo social”, en el artículo 12; y en el anexo II,
respectivamente. Anteriormente, en la Ley 14/1986 en su artículo 5 únicamente se expresa:
“la reinserción social del paciente”. No hay más desarrollo ni ningunas otras alusiones al
Trabajo Social. Por consiguiente, se puede afirmar que en la legislación de ámbito nacional
las referencias al Trabajo Social y al quehacer profesional son vagas e imprecisas. Esta falta
de desarrollo legislativo con respecto al Trabajo Social será revelador del gran esfuerzo de
sistematización que han realizado en Canarias las trabajadoras y trabajadores sociales hasta
lograr el reconocimiento institucional de sus funciones en el año 2006.

Finalmente, mencionar que en este ámbito de salud la Federación Internacional de


Trabajadores Sociales ha realizado una declaración de Política Internacional sobre Salud, en
la cual se especifica que los profesionales del Trabajo Social en hospitales y centros de salud,
han de promover programas de Atención Primaria, programas grupales de salud mental y el
Trabajo Social en hospitales y centros de salud. Estos y otros aspectos se pueden ampliar
en: http://www.cgtrabajosocial.es/index.php? option=com_content&task= view&id=10&
Itemid=48&limit=1&limitstart=8).

1.2. Trayectoria Histórica del Trabajo Social en Salud

En cuanto a la trayectoria histórica del Trabajo Social en Salud se verifica que la intervención
profesionalizada de trabajadores sociales en el campo sanitario se desarrolla a partir del
pasado siglo XX. Al bucear en la historia es uno de los ámbitos donde encontramos más

3
publicaciones y evidencias sobre los planteamientos teóricos, metodológicos, experiencias y
prácticas profesionales, así como el reconocimiento y contribuciones que ha tenido el Trabajo
Social en Salud (Franklin,1912; Richmond, 1917; Mezquita Samaio, 1959; Bareny, 1976;
Basset, Codinach, Serra y Solé, 1977; Ituarte, 1992; Miranda, 1990 y 2004; Trigueros, 1999;
Díaz, Díaz, Suárez, Villazón y Casero, 2002; Soydan, 2004; Munuera y Munuera, 2007).
También, en la “Revista Trabajo Social y Salud”, que inicio su publicación a finales de la
década de los años 80. Desde este marco de implicación y desarrollo profesional es preciso
seguir indagando para continuar potenciando la práctica profesional y la disciplina del
Trabajo Social, subsanando las ausencias legislativas en este ámbito de salud e incrementando
la calidad.

Del origen histórico del Trabajo Social, cabe subrayar que fue en 1902 cuando médicos y
trabajadoras sociales cooperaron juntos en la campaña para prevenir la tuberculosis, citan
otros referentes de Jane Addams a intervenciones en los cuidados a la salud materno-infantil
(Munuera y Munuera, 2007). Estas autoras expresan que el servicio médico social se inicia en
1905 cuando Richard Cabot, médico del Massachusetts General Hospital de Boston, creó el
primer Servicio Social Hospitalario y que, unos años más tarde, en 1920, junto con Ida M.
Cannon se puso en marcha la primera Asociación Americana de Trabajadores Sociales
Hospitalarios (aspectos estos recogidos, además, en Richmond, 1917; Soydan, 2004; Miranda,
2004). En sus comienzos, los trabajadores y trabajadoras sociales hospitalarias se ocupaban
de complementar el diagnóstico médico, recabando los aspectos sociales vinculados a la
personalidad, los entornos inmediatos de la persona y del medio social. También, intervenían
en la promoción de la salud, la investigación y la prevención.

En España, fue uno de los primeros espacios profesionales que ocuparon los trabajadores y
trabajadoras sociales, al finalizar sus estudios en 1934 (Bareny, 1976). Atrás, queda la etapa
basada en la beneficencia y atención en los hospitales (que se crearon como asilos para pobres
y desvalidos) con aportaciones de Congregaciones Religiosas, entre las destacables la fundada
por San Vicente de Paúl y Luisa de Marillac; reminiscencias del intervencionismo quedaron
en la promulgación de la Beneficencia Pública Domiciliaria, en el año 1822; y en la Ley
General de Beneficencia de 20 de junio de 1849.

Destacar la relevancia del contexto político y social en este campo, generando avances,
estancamientos o retrocesos. En lo político, se verifica la incidencia de las políticas sociales
que los gobiernos implementan y sus repercusiones en el campo de la salud; aspectos estos
recogidos en el estudio realizado por Navarro, Borrell, Muntaner, Benach, Quiroga,

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Rodríguez-Sanz, Gumá, Vergés, Pasarín (2007). También, cómo influyen las desigualdades
sociales en la salud de las personas, evidenciándose en un estudio realizado por Wilkinson
(2001). En general, la atención a la salud es mejor en aquellos países que se han adherido a
los pactos pro Derechos Humanos, puesto que el concepto Salud implica más que la atención
sanitaria a la enfermedad. En España, por ejemplo estos efectos negativos se han evidenciado
durante la dictadura franquista, en general si exceptuamos el período final, concretamente, en
1967, cuando se amplia la cobertura de los seguros sociales al personal trabajador y a la
familia, en situaciones de invalidez, jubilación y fallecimiento, así como la puesta en marcha
en este mismo año de las Residencias Sanitarias de la Seguridad Social. Frente a esta realidad
en nuestro país contamos con los efectos positivos del corto período de la II República; y en
los treinta años de Democracia que pueden evidenciarse en la evolución de los Índices de los
Informes de Desarrollo Humano, que publica anualmente Naciones Unidas.

Desde estos planteamientos del derecho universal de la ciudadanía a la salud, es preciso


subrayar el avance experimentado a partir de la Declaración de la Derechos Humanos y la
muy difundida definición de Salud proclamada por la ONU y UNICEF en 1948, la cual sirve
de marco constitucional para la Organización Mundial de la Salud (OMS): “salud es el
completo bienestar físico, mental y social y no sólo la ausencia de enfermedad”. También, ha
sido fundamental para avanzar en este ámbito de la salud la Conferencia Internacional de
Salud, celebrada en Alma Alta en 1978, en la cual se definió y otorgó reconocimiento
internacional al concepto de Atención Primaria de Salud, como una estrategia para alcanzar la
meta de "Salud para Todos en el año 2000”.

Avanzando en esta presentación histórica, en el espacio de la Salud y Trabajo Social, indicar


que de la etapa anterior a la institucionalización del Trabajo Social en España, y por
consiguiente, de la intervención de estos profesionales en salud, son dignos de mención los
estudios realizados por Concepción Arenal (1894), que recoge la situación social y de las
instituciones de la época, entre las que se encuentra un listado de los principales hospitales de
España y las condiciones en las que se atendía a los necesitados. Por otro lado, y con respecto
al hospital, decir que se conocen en España desde el siglo XVI, estando dedicados al asilo de
personas sin recursos y, en su mayoría, eran gestionados por órdenes religiosas aunque, más
tarde, pasan a ser administrados por el Estado con la forma de acción social denominada
Beneficencia Pública. También, es de destacar en 1912, la traducción del libro de Richard
Cabot: “Ensayos de Medicina Social. La función de la inspectora a domicilio” (Munuera y
Munuera, 2007, p.133).

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Igualmente, resaltar que en la antesala de la institucionalización del Trabajo Social y durante
el corto período de la II República Española (1931-1936), se diversifica la cantidad y cualidad
de los centros sanitarios; se implantan normas para regular y velar con garantía en la
formación y profesionalidad de los médicos y la atención institucionalizada se completa con
la aparición de centros para el tratamiento de determinadas patologías, fundamentalmente
infecciosas, como la tuberculosis y la lepra Se continua evolucionando en servicios sanitarios
destacando a continuación otras entidades de dependencia diversa: mutualidades,
organizaciones asistenciales, como Cruz Roja, militares, clínicos y, por último, los de
iniciativa privada (Lamata, 1998). El autor destaca la labor en materia de salud de Federica
Montseny; ésta fue la primera mujer que llega a ministra en la Europa Occidental,
correspondiéndole la cartera de “Sanidad y Asistencia Social”, Ministerio creado en
noviembre de 1936. En la corta estancia de esta ministra, alrededor de 6 meses en el cargo,
debido al Alzamiento Nacional contra la República en 1936, dio tiempo a la regulación por
Ley de la Asistencia Social, existiendo escritos donde se deja constancia de la situación
laboral de las “asistentes sociales” como funcionarias (Montseny y Huertas, 1937).

Durante la etapa franquista (1939-1975), que se inicia al terminar la Guerra Civil Española, la
forma pública y la intervención de las trabajadoras y trabajadores sociales en este período está
supeditada a las limitaciones del estado, siendo asistencial y proteccionista, con servicios y
prestaciones selectivas y no universales. De los hechos a destacar, mencionar la puesta en
marcha el Instituto Nacional de Previsión y el Seguro Obligatorio de Enfermedad, en el año
1942, que establece la asistencia sanitaria a los trabajadores afiliados, a través de los
ambulatorios y los hospitales. En Trabajo Social la celebración de las Jornadas sobre: “El
Servicio Social en el Hospital”, celebradas en 1958 y en 1959 se impartió el curso para
asistentes sociales: “Servicio Social Médico” (Munuera y Munuera, 2007, p. 134). La entrada
en vigor de la Seguridad Social en 1967, dio lugar a la creación de puestos que ocuparon
profesionales de Trabajo Social en las denominadas “Residencias Sanitarias de la Seguridad
Social”.

En este contexto político e institucional, es preciso añadir las dificultades políticas,


económicas y sociales, así como el tardío reconocimiento de los estudios de Trabajo Social
por el Estado, en 1964. Todo ello hace que se produzca un desarrollo muy limitado del
Trabajo Social en el Sistema de Salud Pública. Recordar que en los años 60 es cuando el
gobierno de Franco abre las fronteras de nuestro país, empezando de este modo la
reactivación económica y social, así como la reorganización de la estructura sanitaria,
dependiente de la Seguridad Social, creándose hospitales y ambulatorios. La dependencia de

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estos servicios sanitarios se fijó, en función de su dependencia administrativa en Estatales,
Provinciales y Municipales. Paralelamente, las Diputaciones y en Canarias los Cabildos, que
tenían las competencias en la asistencia a los enfermos mentales y la gestión de los hospitales
psiquiátricos contrataron a trabajadores y trabajadoras sociales para la atención social. La
prevención y las actividades de Salud Pública estaban enmarcadas bajo responsabilidad
municipal.

En Tenerife, las primeras plazas de Trabajo Social se remontan a 1968, creándose en 1972
plazas para trabajadoras y trabajadores sociales en la Bomba de Cobalto, el Hospital Civil, el
Psiquiátrico y en la Residencia de la Seguridad Social. A partir de 1973, se fueron ampliando
las plazas en el Hospital General y Clínico, el Hospitalito de Niños y en la Clínica San Juan
de Dios.

Con la finalización de la etapa franquista, a mitad de los años 70, se inicia el camino hacia el
Estado Social y Democrático de Derecho, y con él los planteamientos y avances en materia de
política social, basada en los ya mencionados derechos sociales universales de las personas a
las prestaciones. Igualmente, en la creación y consolidación de los servicios y prestaciones del
Sistema de Salud Público, generándose la transformación de las estructuras de la
Administración Pública Central, Autonómica y Local y los correspondientes marcos
legislativos que la legitiman, partiendo del mencionado mandato de la Constitución Española
de 1978 y de las leyes mencionadas. Una visión sobre la evolución de la beneficencia, SOE,
Seguridad Social y Sistema de Salud Nacional Pública, se refleja en el siguiente cuadro.

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EVOLUCIÓN DEL SISTEMA DE
SALUD PÚBLICA ESPAÑOLA

SISTEMA NACIONAL DE
SALUD PÚBLICA

-Sistema universal
-Organización:
a) Áreas de Salud, unos
250.000 habitantes
Hospital General
b) Zonas Básicas de
Salud de Atención
Primaria, unos
25.000 habitantes)
Gestión
Financiación descentra-
pública 100% lizada,
presente
por impuestos,
en las 17
Seguridad CCAA
Social desde
2002

BENEFICIENCIA PUBLICA DESDE 1986 HASTA LA


ACTUALIDAD
40 50 60 70 80

Fuente: Freire (2005), adaptado

En el dibujo se visualiza los cambios acaecidos en salud. Indicar que a partir de los años
ochenta están en consonancia con las directrices de la OMS, desarrollándose un Sistema
Nacional de Salud basado: 1) en la universalización y 2) en la coordinación e integración de
los recursos sanitarios disponibles en dos niveles: Atención Primaria de Salud y la Atención
Especializada de Salud.

También, se inicia la reestructuración administrativa, recogida en la Ley General de Sanidad


de 1986. Concretamente, en artículo 44.2 se especifica: “el conjunto de los servicios de salud
de la Administración del Estado y de los servicios de salud de las Comunidades Autónomas”.
Se refiere así a la potestad que, por medio de la Constitución, se da a las Comunidades
Autónomas, para crear y gestionar sus Sistemas propios de Salud. A tenor de esa potestad, en
Canarias se asume las competencias en materia de Sanidad en 1994, y se promulga la Ley
11/1994, de 26 de julio, de Ordenación Sanitaria de Canarias (LOSCA). En esta Ley, se
contempla la creación del Sistema Canario de la Salud (artículo 2) y del Servicio Canario de
la Salud, especificándose en el artículo 50 que: “Constituye el objeto del Servicio Canario de
la Salud el desarrollo de las competencias de la Administración de la Comunidad Autónoma
de Canarias en materia de promoción y protección de la salud, de prevención de la
enfermedad, así como de la gestión y administración de los centros, servicios y
establecimientos sanitarios integrados o adscritos funcionalmente al propio Servicio”.

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A medida que el Servicio Canario de Salud fue asumiendo las transferencias de la
Administración Central del Estado en esta materia, el INSALUD, que era la entidad gestora
de la Seguridad Social, teniendo a su cargo las prestaciones sanitarias, fue desapareciendo
para dejar paso a los respectivos órganos de este Servicio Autonómico de Salud (al igual que
ocurriera en el resto de Comunidades Autónomas). Junto a los servicios y la infraestructura
proveniente de la Seguridad Social se encontraban los servicios e infraestructura de las
Direcciones Provinciales de Sanidad. Estas Direcciones Provinciales tenían, y aún en parte
persiste, una red de profesionales y centros sanitarios que se distribuían por los Municipios
para prestar asistencia sanitaria a los ciudadanos excluidos de las prestaciones de la Seguridad
Social, personas que se incluían en los Padrones Municipales de Beneficencia, para aquellas
personas que no cotizaban a la Seguridad Social o no habían alcanzado el tiempo de
cotización reglamentario; y también, aquellos que optaban por este sistema, beneficiarios de
la Seguridad Social que elegían ser atendidos por el médico de la Asistencia Pública
Domiciliaria.

Finalmente, destacar que con la nueva estructuración sanitaria se unifican las prestaciones y
servicios. Se distribuyen las competencias y se integran los diferentes recursos humanos y
materiales bajo los Centros de Atención Primaria de Salud y los Centros de Atención
Especializada. Asimismo, con respecto a los usuarios, se eliminan las diferencias relativas a
su condición de asegurado o no de la Seguridad Social y aparece la Tarjeta Sanitaria
Individual. También, queda margen para el desarrollo de organizaciones y programas de
intervención por iniciativa extra-gubernamental en las que se incluyen a trabajadoras y
trabajadores sociales. Y, por lo que respecta al Sistema Público, tal como se ha indicado al
inicio, el Real Decreto 1030/2006, de 15 de septiembre, sobre la cartera de servicios comunes
del Sistema Nacional de Salud, en el que se menciona el Trabajo Social.

2. VISIÓN SOBRE LA PRÁCTICA PROFESIONAL DEL TRABAJO SOCIAL EN EL


SISTEMA PÚBLICO DE ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD

En la actualidad la intervención de las trabajadoras y trabajadores sociales en España, tal como


se ha indicado, se ubica en la estructura organizativa sanitaria en los dos niveles de Atención
Primaria de Salud y Atención Especializada, recogidos en la Ley General de Sanidad de 1986 y
en la legislación de la Comunidad Autónoma de Canarias. Concretamente, en el Servicio
Canario de Salud el Trabajo Social está presente en los siguientes servicios: Atención Primaria

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de Salud; Atención Especializada de Salud (hospitales y unidades de salud
mental); y puestos de la administración del servicio canario de la salud.

2.1. Enfoque de la intervención profesional del Trabajo Social en la Atención Primaria

En la Atención Primaria de Salud, las trabajadoras y trabajadores sociales intervienen en los


Equipos de Atención Primaria de Salud, desde los Centros de Salud y Consultorios Locales de
las Zonas Básicas de Salud. Intervienen con la población para responder a las necesidades y
problemas sociales que se generan con la enfermedad, así como para promover la salud,
potenciando el fortalecimiento de las personas y de la comunidad para avanzar en los
Derechos Humanos, el bienestar social y la calidad de vida de la población correspondiente a
la demarcación territorial o Zona Básica de Salud.

Así, las trabajadoras y trabajadores sociales desarrollan su quehacer profesional en la atención


y prevención de las situaciones sociales que inciden en la salud. De esta forma, trabajan con
las personas enfermas y familia para dar apoyo psicosocial con la finalidad de potenciar las
capacidades, las redes familiares y sociales, así como eliminar o mejorar los problemas
sociales sobrevenidos a raíz de la enfermedad, o reactivados por la misma. El Equipo básico
de Atención Primaria está constituido por profesionales de la medicina, enfermería, trabajo
social y personal auxiliar. En dicho equipo se trabaja con las personas a nivel individual-
familiar, grupal y comunitario, para garantizar la globalidad y continuidad de la atención a lo
largo de las etapas evolutivas de las personas, trabajando en la promoción de la salud,
educación sanitaria, prevención de la enfermedad, mantenimiento y recuperación de la salud y
rehabilitación.

El trabajo en consulta (en el Centro de Salud, Consultorio o domicilio del usuario) puede
responder a una actuación adaptada a la demanda, o bien, puede realizarse una intervención
que previamente ha sido planificada e integrada en un Programa de Salud concreto. El
Servicio Canario de la Salud ha acreditado Programas de Salud para responder a problemas de
mayor prevalencia o riesgo en la salud de la población de esta Comunidad, tal y como
establece la legislación nacional y autonómica.

En cuanto a las actuaciones en los niveles de trabajo con grupos y comunitario, el trabajador
social fomenta la participación de agentes y equipos profesionales que comparten el mismo
territorio o población para abordar conjuntamente programas de educación para infancia,

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familia, mujer y personas mayores, entre otros. Los mismos están orientados a promover las
condiciones sociales que generen hábitos saludables. Es lo que en su momento se denominó
Interacción Comunitaria, para optimizar los servicios cuando se planificaban acciones
conjuntamente. De la misma forma que otros profesionales de distintos ámbitos intervienen
promoviendo condiciones y hábitos sanos, los profesionales sanitarios colaboran con los
demás con intervenciones que pueden focalizarse sobre problemas o no, porque la Salud, en
su amplitud, acoge actividades de crecimiento, de mejora, de potenciación de las capacidades
personales y comunitarias.

En definitiva, las trabajadoras y trabajadores sociales en este ámbito de salud, en general,


intervienen acompañando y fortaleciendo a las personas y a las redes comunitarias. También,
con el medio socioambiental, contribuyendo a promover servicios, prestaciones, planes y
programas generando cambios, en los espacios personales y en el entorno, que contribuyan a
mejorar o eliminar los problemas psicosociales de la enfermedad y a promover condiciones
potenciadoras de la salud. Con tal finalidad, en su quehacer profesional comparten los
planteamientos generales de la disciplina y lo aplican en sus prácticas profesionales. La
interacción entre la teoría y práctica y algunos de los aspectos centrales de la disciplina y
profesión se refleja en el siguiente dibujo.
OB
OBJE

OBJETO
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TIC

TEORÍA-PRÁCTICA
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INTERVENCIÓN
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EN TRABAJOSOCIAL
TRABAJO SOCIAL
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ÉTICA

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DOLO
MME TOD OLO GÍA
ETODOLOGGÍA
ÍA
Fuente: Barranco (2004c), adaptado

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Del dibujo, subrayar que en Trabajo Social la teoría y la práctica se constituye en los
elementos centrales en esta disciplina y profesión, articulada por los elementos constitutivos
de su objeto; los fundamentos epistemológicos, metodológicos y éticos, así como las
relaciones profesionales que se establecen en el marco de las organizaciones, desde los
enfoques de sistemas de calidad integrados, que es preciso potenciar.

Avanzando en este ámbito profesional del Trabajo Social en Salud, éste es definido por
Ituarte (1992 y 2002) como una actividad profesional que tiene por objeto la investigación de
los factores psicosociales que inciden en el proceso salud-enfermedad, así como el tratamiento
de los problemas psicosociales que aparecen en relación a las situaciones de enfermedad,
tanto si tienen que ver con su desencadenamiento como si se derivan de aquellas situaciones.
De ahí, que la trabajadora y trabajador social aporta al equipo el tratamiento de los factores
psicosociales, tanto en lo que se refiere al trabajo que sirve para diagnosticar como en el que,
posteriormente, se recoge en el Plan de Actuación a realizar con las personas; los indicadores
de los factores socioambientales, así como la existencia de los recursos sociales de la propia
organización y los recursos vinculados a las redes de servicios externas, tales como servicios
sociales, centros y servicios de salud especializados, educación en el caso de pacientes en
edad escolar y adultos, se tienen en cuenta tanto en lo que respecta a la parte de diagnóstico
como en lo que supone intervención de forma coordinada para posibilitar un tratamiento
integral e integrado por parte del Equipo de Atención Primaria.

El planteamiento psicosocial de Amaya Ituarte se fundamenta en el modelo y perspectiva


paradigmática psicosocial. El enfoque psicosocial en Trabajo Social, hunde sus raíces en
Mary Richmond que enfatizaba la necesidad de investigar las condiciones sociales y personales
en cada caso, no limitándose a la situación económica del mismo para desarrollar el diagnóstico
social y la intervención. El diagnóstico se basa en recoger las potencialidades de las personas
para sobreponerse a las condiciones adversas generadas por la enfermedad, y con ello, lograr
salir fortalecidas. Para lograr tal fin, es preciso que las personas desarrollen una comprensión
de sí misma y de su situación y se impliquen en el tratamiento. Otros aspectos que sirven de
referencia en esta orientación de apoyo son los enfoques de apoyo social de Barrón (1996) y
el proceso de ayuda psicosocial de Bueno Abad (2005).

Los resultados de la intervención social desde el Trabajo Social en Salud, con experiencias
consolidadas y estudios realizados ponen de relieve la mejoría que han experimentado las
personas en sus procesos de enfermedad con la atención de las trabajadoras y trabajadores
sociales; y que se recogen desde los inicios de la intervención social en este ámbito. Conocer

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la realidad social para tener en cuenta condiciones y variables sociales (para elaborar el
diagnóstico, establecer el plan de actuación y aplicar dicho plan o tratamiento) facilita que la
intervención obtenga resultados más acordes a lo que deseamos. En esta dirección se cuenta
con experiencias evidenciadas, recogidas en publicaciones que se abordan en este texto. Otras
evidencias no publicadas se basan en los relatos de las personas enfermas y de los propios
profesionales.

Y por último y no menos importante, vamos a detenernos en el análisis de la concepción


integral e integrada de la Salud de la OMS, que incluye las dimensiones bio-psico-social, en
los planes y programas de salud, donde se ha ido desarrollando la dimensión social de la
salud, plasmándose en los objetivos, en las funciones y acciones que las trabajadoras y
trabajadores sociales realizan en este campo. Aclarar que el enfoque y significado de una
atención bio-psico-social nos conduce a una atención integral (como un todo, indivisible por
parcelas) e integrada (inmerso en un entorno, en su medio, en continua interacción). Esto
implica la participación de profesionales y agentes de la salud que aborden los diferentes
aspectos físicos, funcionales, psicológicos, mentales y sociales del ser humano. Por tanto,
requiere de equipos multidisciplinares que trabajen en la Salud de forma interdisciplinar,
multidisciplinar o transdisciplinar, lo que requiere actuar integrándose en un medio, en una
Comunidad. Además, la atención se plantea de forma continua, a lo largo de toda la vida; y de
forma continuada, estando presente en cada momento, según proceda, cuidando y protegiendo
la Salud o curando y paliando la enfermedad.

2.2. Las funciones de las trabajadoras y trabajadores sociales en Atención Primaria

Adentrándonos en esta caracterización general en este primer nivel de atención, el Trabajo Social
abarca una población adscrita a su Zona Básica de Salud, y esa población está compuesta por
personas sanas, personas en riesgo de enfermar y personas enfermas; además, entre las personas
enfermas se diagnostican diversas patologías, incluso hay personas que padecen múltiples
patologías, y hay personas enfermas que pueden mejorar de su o sus procesos, incluso, hay
quienes pueden curarse.

En este sentido, nuevamente hay que mencionar la Ley 16/2003, de 28 de mayo, de cohesión
y calidad del Sistema Nacional de Salud, que en el artículo 13 especifica: “La atención
primaria es el nivel básico e inicial de atención, que garantiza la globalidad y continuidad de
la atención a lo largo de toda la vida del paciente, actuando como gestor y coordinador de

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casos y regulador de flujos. Comprenderá actividades de promoción de la salud, educación
sanitaria, prevención de la enfermedad, asistencia sanitaria, mantenimiento y recuperación de
la salud, así como la rehabilitación física y el trabajo social”. En el texto se especifica que las
funciones que se establecen para todo el personal de Salud, y por tanto se entiende que para la
trabajadora y trabajador social son: promoción de la salud; prevención de la enfermedad;
asistencia; rehabilitación y reinserción; investigación; y docencia.

Además, las trabajadoras y trabajadores sociales desempeñan las funciones de coordinación y


planificación entre el espacio sanitario y social, lo que en algunos casos se pudiera entender
también como sociosanitario. En esta dirección, con la finalidad de aplicar la Ley 16/2003, en
el artículo 14 se especifica: “son cuidados destinados a aquellos enfermos, (…) que pueden
beneficiarse de la actuación simultánea y sinérgica de los servicios sanitarios y sociales”. Para
su aplicación se llevan a cabo las funciones de coordinación. Esta función se les asigna a
trabajadoras y trabajadores sociales de forma concreta y específica en la normativa de
aplicación en la Comunidad Autónoma de Canarias. A través de la misma los trabajadores
sociales participan con otros agentes, profesionales y equipos, tanto a nivel interno (en el
ámbito sanitario) como externo (desde o hacia otros ámbitos), para hacer posible que se den
respuestas globales, tal como se propugna en la propia disciplina y en la OMS

En Canarias, la Dirección del Servicio Canario de Salud, en el año 2006, delimita el marco de
las funciones: “Instrucción nº 3/06 de la Directora del Servicio Canario de la Salud por la que
se establece el marco funcional de los trabajadores sociales de Atención Primaria de Salud”,
siendo de aplicación obligatoria para todo el personal de Trabajo Social del Servicio Canario
de Salud en Atención Primaria de la Comunidad Autónoma de Canarias. Con esta Instrucción
se da respuesta a la propuesta del colectivo de trabajadoras y trabajadores sociales de
Canarias. En dicha Instrucción, pionera en marco nacional, se recoge las funciones que se
identifican en el estudio: “Rol profesional del Trabajo Social en la Atención Primaria de la
Salud”, realizado en el año 2004, por las trabajadoras y trabajadores sociales del Servicio de
Salud de Canarias. (Este estudio se encuentra en la Web:
http://www.gobiernodecanarias.org/sanidad/scs/6/6_1/pdf/ROL_ PROFESIONAL.pdf )

Concretamente, en la mencionada Instrucción se recogen que las trabajadoras y trabajadores


sociales tienen las funciones generales y específicas siguientes:

A) Funciones generales del trabajador social. Las acciones están vinculadas a las Áreas
siguientes: 1) Área de Atención Directa, las funciones están orientadas hacia la atención

14
integral; 2) Área de Salud Pública y Control Sanitario, dirigida a la función de promoción de
la salud en la vertiente social; 3) Área de Administración y Gestión, asumiendo la
programación y evaluación de los servicios sanitarios y otras actividades; y 4) Área de
Investigación y Docencia, aportando los conocimientos propios de la disciplina, desde la
perspectiva social.

B) Funciones específicas. Están relacionadas con las siguientes Áreas de trabajo o Unidades
siguientes:

1. Funciones en el Área de Atención Directa. Hace referencia a la atención


individual/familiar. Las funciones a desarrollar son la atención a los pacientes y familiares
que presenten problemas de salud, de acuerdo con los programas y protocolos, y el estudio
de los factores y problemas sociales con la finalidad de establecer una valoración diagnóstica
y el plan de intervención con el paciente y los profesionales sanitarios (medicina y
enfermería) en aquellos casos que lo requieran. Concretamente el plan de intervención
incluirá: a) Movilizar y potenciar los recursos internos (capacidades) y externos de las
personas para que afronten adecuadamente la situación de salud; estrategias de afrontamiento
personal y fomento de la Red social de apoyo (formal e informal); b) Información al
paciente/familia sobre los servicios, programas de salud y los recursos comunitarios
existentes promoviendo el buen uso de los mismos; c) Conocer los Recursos Sociales que
respondan a las necesidades de los usuarios realizando actualizaciones periódicas; d)
Canalizar al paciente/familia poniéndolo en relación con otros que sufran el mismo problema
y/o grupos de ayuda mutua existentes; e) Mediación en los conflictos del paciente con su
entorno y con relación al proceso (relación con el sistema sanitario, acuerdos familiares
organización de cuidados; f) Ser el gestor de casos en los grupos de población de mayor
vulnerabilidad por motivos sociales que incluye: Captación y valoración social de los
pacientes, determinación los recursos y servicios a los que va a acceder y fomentar la
creación de circuitos de intervención/ derivación/ atención; g) Coordinación
Interinstitucional con los recursos que están implicados en la intervención ya sean públicos,
ONG o privados; y h) Coordinación intrainstitucional con otros servicios del sistema (Salud
Mental, Salud laboral. Inspección, etc.).

2. Funciones en el Área de Coordinación Sociosanitaria. Recoge la actividad de


coordinación con los recursos sociales y sociosanitarios de la zona. Las funciones están
orientadas: a) Favorecer el desarrollo del Área de Coordinación Sociosanitaria en la zona

15
básica de salud, conociendo los recursos y redes de la zona y formando parte activa de las
comisiones de trabajo que se formen, programando, protocolizando y ejecutando con el resto
de los profesionales las acciones programadas; b) Liderar el establecimiento de Protocolos de
Coordinación con los Servicios Sociales y con otros sectores, para la atención de la
población más vulnerable que precisan atención social y sanitaria de forma simultánea.

3. Funciones en el Área de Apoyo Social. Desarrolla el fomento de la Red Social de


Apoyo en salud. Las funciones están dirigidas: a) Fomento del apoyo social como curso en
salud, conociendo e impulsando los Grupos de Ayuda Mutua y el voluntariado; estudiando
las demandas de apoyo, asesoramiento y formación de los mismos: b) Desarrollar estrategias
de fomento de la red social de apoyo de las que exista evidencia de la mejora sobre la salud
de los usuarios; y c) Sensibilizar a los profesionales sanitarios y a la población, de la
importancia del apoyo social en salud y de las estrategias de su utilización de forma
adecuada.

4. Funciones en el Área de Promoción de Salud y Participación. Recoge las estrategias


para participaci6n de la comunidad y la promoción de salud y del autocuidado. Las funciones
están orientadas: a) Dar a conocer al EAP los grupos y colectivos de la zona, y establecer
canales estables de comunicación y colaboración actuando de enlace, siendo el receptor en
el EAP de las demandas de los distintos grupos y colectivos de la zona; b) Facilitar la
participación y organización en salud del tejido social de la zona, incorporando al Equipo de
Atención Primaria sus conocimientos técnicos, en lo referente a técnicas de relación de
comunicación, de trabajo en grupos, de metodologías participativas y de intervención
comunitaria; c) Desarrollar programas de educación para la salud con el resto del equipo,
incorporando los aspectos sociales de los temas de salud sobre los que se educa; d) Aportar
el soporte documental de las acciones desarrolladas en el área comunitaria; y e) lmpulsar y
desarrollar Junto con el EAP, los órganos de participación en salud: Consejos de Salud de
Zona y formar parte de ellos.

Vemos que estas funciones vienen a complementar las que se asignan a todos los miembros
del Equipo de Atención Primaria. En un Decreto anterior, que trataba sobre organización y
funcionamiento de las Zonas Básicas de Salud en la Comunidad Autónoma de Canarias
(Decreto 117/1997, de 26 de junio), ya se definía las atribuciones específicas del personal
facultativo (art. 18), del personal de enfermería (art. 19) y del personal no sanitario (art. 20)
en general. Además, este decreto establecía las Áreas de Actuación para el conjunto de los

16
profesionales de Atención Primaria. En la Instrucción 3/06 se expresa que el trabajador social,
tanto en las funciones generales como en las específicas, realizará cualquiera otras de análoga
naturaleza acorde con su capacitación y titulación. Sin duda la importancia de esta
Instrucción, pionera en España, delimitando las funciones de las trabajadoras y trabajadores
sociales en Atención Primaria, supone una conquista, la cual es preciso hacerla operativa.
Para tal fin, es necesario ampliar el número de plazas de trabajadores sociales para que las
funciones descritas se puedan realizar, previo establecimiento de ratios. En la práctica una
trabajadora o trabajador social, ha de atender a mas de dos Zonas Básicas de Salud y, en la
mayoría de los casos, a más de 25.000 habitantes. El texto integro de la Instrucción
mencionada está accesible en:
http://www.colegiotstenerife.org/ficheros/File/LSalud/Marco%20Funcional %20de% 20
los%20Trabajadores%20Sociales%20de%20AP.pdf

2.3. Enfoques teóricos y metodológicos aplicados con colectivos con los que trabaja la
trabajadora o el trabajador social en Atención Primaria

Se trabaja con diferentes enfoques, si bien el que predomina es el psicosocial. Aplica una
metodología participativa, con técnicas cualitativas y cuantitativas. Entre las técnicas de
intervención, cabe mencionar la entrevista, la observación, dinámicas de grupos. De los
instrumentos, citar la ficha social, el informe social, cuestionarios y protocolos, entre otros.
Trabaja con la población del territorio, con el Equipo de Atención Primaria y con los Agentes
de Salud de la Comunidad, a nivel individual/familiar, grupal y comunitario.

Así, la trabajadora y trabajador social realiza su quehacer profesional:

 Trabajando con la población del territorio, denominado Zona Básica de Salud. En la


promoción de la salud, realizando funciones educativas con la población y potenciando las
capacidades para que identifiquen los factores que favorecen el mantenimiento de un
estado de salud adecuado. En este proceso se les invita a participar activamente en la
responsabilidad de cuidar por su propia salud y por la salud en su entorno. Además, se
trabaja con el equipo para evitar situaciones de riesgo, cuidar el medioambiente,
alimentación sana, evitar el consumo en drogodependencia, etc. Son acciones que
requieren de una estrategia globalizadora y transversal para el conocimiento y para la
intervención.

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 Trabajando desde y con el Equipo de Atención Primaria de Salud. Se comparte el
territorio y la población con otros equipos y profesionales que tienen objetivos propios, al
tiempo que fines comunes que promueven la salud y la atención social en la enfermedad y
discapacidad. Estos objetivos hacen que los profesionales sanitarios se sientan interesados
en la realización de proyectos comunes, en los que cada uno aporta medios propios y la
suma de esfuerzos alcanza beneficios generales. Estos proyectos se han recogido bajo la
denominación de Atención Primaria Orientada a la Comunidad. También, se coordina con
los distintos equipos de Atención Especializada.

 Trabajando con los Agentes de Salud de la Comunidad. Desde el enfoque global del
objeto de la disciplina y profesión del Trabajo Social y centrado en las personas y el
medio socioambiental, las trabajadoras y trabajadores sociales del Sistema Público de
Salud establecen redes de cooperación y coordinación, fundamentalmente con las colegas
de los Servicios Sociales de los Ayuntamientos, Educación, Vivienda, Justicia y Sistema
Penitenciario, así como otras organizaciones del tejido asociativo. En este sentido, es
preciso tener presente las funciones asignadas en la Instrucción mencionada, en el Área de
Promoción de Salud y Participación. En estas redes el trabajador y trabajadora social
cooperan con los agentes de salud para: a) posibilitar un tratamiento global a las
situaciones sociales de las personas enfermas que redunden en su bienestar y en el de su
familia; y b) para sacar adelante planes y proyectos de salud participativos. Dichos planes
y proyectos están destinados a promover la vida saludable en la comunidad, eliminando o
mejorando los factores sociales que están generando o agravando la convivencia familiar
y el bienestar bio-psiquico-social del conjunto de la sociedad.

3. AVANCES Y RETOS EN ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD

En las páginas anteriores se ha tratado de reflejar los avances del Trabajo Social en Salud.
Avances que a modo de fortalezas se evidencian en su larga y amplia presencia a nivel
mundial. También, en el quehacer profesional de las trabajadoras y trabajadores sociales que
han ido construyendo un camino, que al volver la vista atrás ven consolidado; y que día a día
tratan de hacer visible. Avances que se reflejan en marcos normativos de reconocimiento y
especificidad de las funciones de los trabajadores y trabajadoras sociales, como es el caso del
Servicio Canario de Salud, cubriendo así la ambigüedad y limitación en la legislación
nacional.

18
Los retos que es preciso retomar en la Atención Primaria de Salud, parten de la complejidad
de los diversos contextos y realidades en los que se ha de promover la atención, promoción y
prevención de la salud de las personas. Complejidad que ha de ser abordada desde la
cooperación y actitudes dialógicas del Trabajo Social con otras disciplinas y profesiones, con
las administraciones y agentes sociales. Todo ello para engarzar los enfoques de salud de la
OMS, el trabajo transdisciplinar, la equidad en la dotación de medios y en el amparo
legislativo del conjunto de los profesionales y la calidad, tanto en la Administración Central
como en las Autonómicas.

En esta dirección, uno de los retos que las administraciones públicas de salud han de afrontar
es el cumplimiento de los objetivos siguientes: “garantizar la equidad, la calidad y la
participación social en el Sistema Nacional de Salud” (Ley 16/2003). Para ello, es necesario
que se determine la ratio paciente/trabajador social. Con esta medida se lograría incrementar
la eficacia, eficiencia y la calidad en los procesos y resultados de la gestión, eliminando la
práctica establecida de que el trabajador o trabajadora social es “personal de Área”, no de
Equipo o de Zonas Básicas de Salud. En la práctica ello se traduce en una falta de equidad en
la distribución de los recursos humanos. También, en que no se puedan realizar las prácticas
con calidad en el trabajo de equipo. Tampoco, que se pueda llevar a cabo en toda su
dimensión el enfoque bio-físico-psiquico-social propuesto por la OMS, enfoque global,
integral y “proactivo” del Trabajo Social para trabajar con las personas, familia, redes
sociales, equipos de salud, en la atención individual, grupal, comunitaria y en cada programa
de Salud.

Abundando en el reto de la calidad en este ámbito de salud, mencionar que en algunas


comunidades y servicios se ha ido introduciendo la implantación de las Normas de Gestión de
Calidad ISO y el EFQM. Uno de los retos es potenciar la ampliación de la calidad a la
totalidad del Sistema Nacional de Salud y en todos los Servicios de Salud de las Comunidades
Autonómicas, entre ellas Canarias, generando procesos participativos y de mejora continúa.
En esta dirección se propone avanzar en el enfoque de los sistemas de calidad integrados
(Barranco, 2008). Esta finalidad es una exigencia ética en estas organizaciones de salud para
incrementar la calidad, evitar el burnout (Barranco, 2006) y promover el “Engagement”,
traducido por la ilusión y vinculación psicológica con el trabajo (Salanova y Llorens, 2008).
A tal fin, se trata de establecer indicadores que midan los procesos y resultados alcanzados,
aplicando la mejora continua.

19
Debido a la importancia que la misma legislación concede a la calidad, vamos a detenernos en
el enfoque de sistemas de calidad integrados y las razones, por las que consideramos que es
importante implicarse, desde los enfoques y estilos propios que caracterizan al Trabajo Social.
Enfoque que trata de añadir calidad a la vida humana, al tiempo que equilibrar la gestión
económica, social y ambiental, desde la visión amplia global e interactiva de la Calidad
Integrada (Barranco, 2004); los Modelos y Normas de Gestión y Excelencia de Calidad; y la
Responsabilidad Social Organizacional. Una visión sobre estos aspectos se refleja en el
siguiente dibujo.

SISTEMAS DE
CALIDAD
INTEGRADOS

RESPONSABILIDAD
SOCIAL
ORGANIZACIONAL
MODELOS Y CALIDAD
NORMAS INTEGRADA
DE CALIDAD

Fuente: Barranco (2008).

Brevemente explicar lo que se entiende por calidad integrada, la importancia de los modelos
de gestión de calidad y de la responsabilidad social organizacional.

a) La calidad integrada. Se parte de la constatación de que la calidad tiene diferentes


vertientes según los diferentes marcos en donde se sitúe. Así, si la situamos en el marco
general de la vida de las personas, grupos o comunidades, estaremos hablando de la vertiente
“calidad de vida”, siendo uno de los fines del Sistema de Salud, contribuir a incrementar la
calidad de vida de las personas. Si la situamos en el marco de la gestión profesional y de las
organizaciones, estaremos hablando de la vertiente “calidad de servicio”, siendo uno de los
objetivos del Sistema de Salud ofrecer servicios de calidad. Si la situamos en el marco de los
trabajadores y trabajadoras, en las condiciones de trabajo, estaremos hablando de la vertiente
“calidad de vida laboral”, siendo uno de los fines del Sistema de Salud potenciar la formación

20
y la humanización de la vida laboral. Estas tres vertientes de la calidad, convergen y
configuran lo que se ha denominado calidad integrada (Barranco, 1999 y 2002), ya que cada
dimensión de la calidad mencionada, por separado, tiene identidad propia, y al integrarlas en
la investigación realizada en tres centros de atención a personas con discapacidad,
observamos relaciones directas entre las mismas, en el sentido de que aquellas organizaciones
que han obtenido resultados más altos en la calidad de vida, también los han obtenido en la
calidad de servicio y en la calidad de vida laboral.

b) Modelos y Normas de Calidad. Dentro del amplio abanico de modelos que se viene
implantando, comentar que en el Sistema de Salud Público, destacan la Norma de Gestión de
Calidad 9001: 2000, de la Organización Internacional para la Estandarización (ISO); y El
Modelo de Excelencia de la Fundación Europea para la Gestión de la Calidad (EFQM),
promocionado por la Fundación Europea de Calidad. La importancia de las normas ISO y del
modelo EFQM, estriba en que se fundamentan en los principios de la Calidad Total
siguientes:
 Orientación hacia los clientes.
 Liderazgo y participación e implicación de todo el personal.
 Mejora continua.
 Gestión por procesos.
 Información y análisis: basada en hechos y en datos.
 Comunicación multidireccional.
 Reconocimiento del esfuerzo de las personas.

c) La responsabilidad social organizacional. Su importancia radica en la necesidad de


avanzar hacia un mundo más justo y sostenible equilibrando en las organizaciones la
dimensión social, económica y ambiental. Estas tres dimensiones de la responsabilidad social
han de presidir el comportamiento de todo tipo de organización privada, pública o del tercer
sector, respondiendo éstas de sus actos ante la sociedad, el personal y otros grupos de interés
aplicando los principios del Pacto Mundial (NU, 2000), que aunque estén centrados en la
empresa se pueden aplicar a cualquier organización. Los mismos se recogen en el siguiente
cuadro.

21
PRINCIPIOS DEL PACTO MUNDIAL

Derechos Humanos
 Principio 1. Las empresas deben apoyar y respetar la protección de los derechos humanos
fundamentales internacionalmente reconocidos dentro de su ámbito de influencia.
 Principio 2. Deben asegurarse de no ser cómplices en la vulneración de los derechos humanos.

Derechos laborales
 Principio 3. Las empresas deben apoyar la libertad de afiliación y el reconocimiento
efectivo del derecho a la negociación colectiva.
 Principio 4. La eliminación de toda forma de trabajo forzoso o realizado bajo coacción
 Principio 5. La erradicación del trabajo infantil.
 Principio 6. La abolición de las prácticas de discriminación en el empleo y la ocupación.

Derechos sobre el Medio Ambiente


 Principio 7. Las empresas deben mantener un enfoque preventivo orientado al desafío de la
protección medioambiental.
 Principio 8. Adoptar iniciativas que promuevan una mayor responsabilidad ambiental.
 Principio 9. Favorecer el desarrollo y la difusión de tecnologías respetuosas con el medio
ambiente.

Lucha contra la corrupción


 Principio 10. Las empresas deben luchar contra la corrupción en todas sus formas, incluidas la
extorsión y el soborno.

Fuente: elaboración propia basada en Naciones Unidas (2000).

Además de los mencionados retos hay que afrontar los especificados en el documento “Marco
Estratégico para la mejora de la Atención Primaria de Salud para el período 2007-2012, de
Canarias”, orientados a reducir o eliminar la lista de espera, potenciar la accesibilidad,
autonomía, optimización de la cartera de servicios, promoción de la salud y mejora de la
calidad de vida laboral del personal. También, materializar y consolidar los principios y la
cooperación entre las organizaciones, recogida en el Pacto Social por la Sanidad en Canarias.

Finalmente, subrayar que a conseguir estos retos están llamadas las organizaciones públicas
de salud, los poderes públicos, los trabajadores sociales y otros profesionales de la salud,
agentes sociales y el conjunto de la ciudadanía, para posibilitar avanzar en el modelo de salud
global de la OMS y en los enfoques de calidad integrados.

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