Está en la página 1de 2

Para iniciar a hablar del tema, digamos que hay líderes que no sólo no nacen, sino que

no necesariamente se hacen, como fruto de un proceso deliberado de construcción del


liderazgo, desde la persona, sino que surgen y crecen en ciertos ambientes. Pero sí hay
otros que se lo proponen explícitamente y se hacen líderes en virtud de las
responsabilidades que asumen y de la influencia que llegan a ejercer sobre los demás,
por la ejemplaridad en su conducta y por su capacidad de convocatoria y de ayuda para
conseguir determinados objetivos. El único requisito para llegar a ser un buen líder es
sencillamente la voluntad de querer serlo, ya que de allí parte la autoformación basada en
la búsqueda personal de material que permita el conocimiento de las practicas inteligentes
que desarrollaron los líderes que han logrado dejar huella y por otro lado la capacitación
formal basada en seminarios, cursos y otros.

El liderazgo es el conjunto de habilidades gerenciales o directivas que un individuo tiene


para influir en la forma de ser de las personas o en un grupo de personas determinado,
haciendo que este equipo trabaje con entusiasmo, en el logro de metas y objetivos.
También se entiende como la capacidad de tomar la iniciativa, gestionar, convocar,
promover, incentivar, motivar y evaluar a un grupo o equipo. Se tiene el paradigma de
que el líder o gerente de una empresa es una persona con amplios conocimientos
académicos en áreas gerenciales y con temperamento estricto, carácter fuerte, autoritario
y distante que da órdenes a sus subordinados para que ellos le obedezcan al pie de la
letra. Sin embargo las características de un líder exitoso deben ir más allá teniendo este
un valor inquebrantable basado en el conocimiento de sí mismo y de la propia ocupación
puesto que ningún seguidor desea ser dominado por un líder falto de confianza en sí
mismo y de coraje; autocontrol ya que el hombre que es incapaz de controlarse a si
mimos nunca podrá controlar a los demás, el autocontrol es uno de los ejemplos más
poderosos que los seguidores emularan; precisión en la decisiones ya que el hombre que
demuestra que no está seguro de si no odre generar la confianza en otros; debe contar
con una personalidad agradable siendo este simpático con sus seguidores, además de
ser compresivo con ellos y sus problemas y por sobre todo el líder de éxito debe
comprender y aplicar el principio del esfuerzo cooperativo y ser capaz de impulsar a sus
seguidores a hacer lo mismo ya que el liderazgo requiere poder y el poder exige
cooperación.
Hay dos formas de liderazgo. La primera mucho más eficaz y es el liderazgo con
consentimiento y la simpatía de los seguidores, la segunda es el liderazgo por la fuerza
sin el consentimiento ni la simpatía de los seguidores. La historia está llena de pruebas de
que el liderazgo por la fuerza no perdura, la caída y desaparición de dictadores y reyes es
significativa indicando así que la gente no acatara indefinidamente un liderazgo por la
fuerza. La relación que entablan los jefes con sus equipos es nula, los jefes ven a sus
equipos como sus subordinados y, por eso, la relación que se ejerce es autoritaria, lo cual
afecta ámbitos tan diversos como la comunicación, la satisfacción y el desempeño. El
liderazgo no está sujeto a una relación de poder y por lo tanto crea una organización más
cómoda, la forma en la que un líder crea cohesión al interior de un equipo de trabajo es
mediante la influencia que ejerce en los colaboradores. Estos vínculos hacen que el
trabajo tenga motores distintos, el motivo ulterior que mueve a un equipo encabezado por
un jefe es el miedo y los equipos que están bien liderados avanzan motivados por su
pasión, lo cual genera cambios y transformaciones positivas. Los jefes representan
simplemente una autoridad y es por ese motivo que son acatados, pero los líderes
representan la visión y los valores de la organización, los encarnan tanto profesional como
personalmente, motivando a otros a hacer lo mismo.

Tras revisar estas diferencias entre líderes y jefes podemos concluir que aunque existe
una gran variedad de estilos de liderazgo, todos ellos tienen el objetivo de inspirar a los
colaboradores en busca de que se dé una verdadera transformación que abarque no sólo
a la organización, sino que logre tener alcances mayores para, de este modo, comenzar a
transformar a la sociedad. Pero en un entorno laborar son más útiles los líderes puesto
que no sólo oyen lo que sus colaboradores tienen que decir, mediante la escucha activa
están presentes y, en lugar de fungir sólo como espectadores, se involucran
completamente, brindando apoyo y las herramientas necesarias para resolver problemas
y alcanzar los objetivos. En este sentido, un líder ve a los miembros de sus equipos como
personas y no únicamente como empleados.

También podría gustarte