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Teología Moral Autoerotismo, pornografía… 239

16.1 Autoerotismo o masturbación


16.1.1 Noción
16.1.2 Causas
16.1.3 Consecuencias

16.1.4 Consideraciones éticas

16.2 Pornografía 

16.2.1 Noción

16.2.2 Situación actual 

16.2.3 Causas

16.2.4 Controles sociales
16.2.5 Consideraciones éticas
16.3 Prostitución
16.4 Violencia sexual y violación
16.5 El pudor

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16.1 AUTOEROTISMO

Uno de los ámbitos en los que la Teología del Cuerpo ─que acabamos de estudiar
en la lección anterior─ tiene más repercusiones, es en el de la sexualidad. Sobre
todo si se trata de los adolescentes y de los jóvenes,1 que viven hoy en un mundo
hipererotizado, donde se les “bombardea” constantemente con imágenes que
despiertan, a veces con gran fuerza, las pulsiones sexuales, ya de por sí tan
intensas en esa etapa etaria de la vida.

De los diversos tópicos que abarca la sexualidad humana, aquí nos limitaremos a
algunos de los que se consideran más recurrentes en las etapas juveniles de la
vida. Comenzaremos por el autoerotismo.

16.1.1 NOCIÓN

El autoerotismo, llamado también masturbación, es una de las experiencias


sexuales típicas de la adolescencia y de la juventud, aun cuando también suele
darse en los adultos, y consiste en la provocación de la excitación sexual que el
individuo realiza por sí solo ─sin la participación de otra persona─, de forma más
o menos deliberada y consciente, por lo general en un contexto de fantasías y
deseos eróticos. El autoerotismo se diferencia, por tanto, de cualquier
excitación sexual espontánea, o de la provocada en un contexto de relación, ya
sea heterosexual u homosexual.

1
Esta lección de nuestro curso y la siguiente, se desarrollarán con un enfoque “juvenil”, es decir, que
frecuentemente se tratarán los diversos temas como si los destinatarios de dichas reflexiones fueran
adolescentes y jóvenes, no porque se pierda de vista que los participantes en este curso son adultos, o
porque a ellos no incumban estos temas, sino porque nos parece que dándole ese enfoque, será más factible
que este material sirva para ser reflexionado con los alumnos de secundaria, preparatoria y licenciatura de
nuestros Colegios o en los grupos juveniles de las parroquias, o incluso, con sus propios hijos.

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¿Puedo comer todo el Quienes pretenden justificar la masturbación como


chocolate que un liberación necesaria del “exceso” de semen,
quiera y no parecen ignorar ─¿deliberadamente?─, que tal
engordar? liberación está prevista por la naturaleza mediante
¡Claro que no! la polución nocturna que, en cuanto efusión
¿Ves? Todo tiene sus involuntaria del semen durante el sueño, no puede
consecuencias. ser considerada, de ninguna manera, como una
forma de masturbación; no es lo mismo eyaculación
involuntaria que excitación voluntaria.
¿El hábito de la
masturbación como
La masturbación encierra sobre sí mismo, repliega
base del
al individuo en sí mismo, convertido en su propia
matrimonio? fuente de placer. Se pretende simplificar diciendo
¡No inventes! que se quiere hacer de los órganos genitales, el más
divertido de los juguetes; pero no es tan simple.
Cada búsqueda
equivocada del
16.1.2 CAUSAS
amor es un SOS
desgarrador Entre las más comunes está el despertar de las
pulsiones sexuales propias de la edad; el
Hay que aprender a adolescente descubre ─a veces sorpresivamente─
quitar dramatismo
las reacciones que ahora su cuerpo experimenta
frente a ciertos estímulos.
a las caídas, a no
hacer de ellas una
También está la curiosidad inicial de quien comienza
gran tragedia, al a descubrir las posibilidades de su sexualidad; o
punto de impedir bien la búsqueda de una experiencia placentera
volver a fácil; se puede dar también como una especie de
levantarse. “huida” o de compensación de una realidad poco
gratificante, ya sea:

El sexo “solitario”;  Personal; carácter introvertido, falta de


nada más contrario galanura…
a la dimensión  Psicológica; angustia, depresión, soledad…
 Relacional; falta de popularidad, ambiente escolar
relacional de la
adverso, influencia de algún compañero…
sexualidad.
 Familiar; falta de seguridad, violencia, abandono…

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Otra causa podría ser el ambiente permisivo e incluso favorecedor, de parte por
ejemplo, de un padre que anima a su hijo varón a tal práctica, cual si fuera
sinónimo de virilidad.

16.1.3 CONSECUENCIAS

En el llamado “autoerotismo adolescente”, esta práctica tiene las características


propias de la inmadurez, pero a la vez, el peligro de la fijación. Si no se logra la
superación de esta tendencia ─que resulta ciertamente gratificante─ y se cae
en dicha fijación, la consecuencia puede ser quedar atrapado en un hábito que
retarda el desarrollo psicosexual y afectivo, con el consiguiente aplazamiento
de la capacidad de relacionarse sexualmente con el otro, es decir, de amar.2 El
documento emitido por la Congregación para la Educción Católica sobre
Orientaciones educativas sobre el amor humano. Pautas de educación sexual
(OAH) dice:

Un problema particularmente complejo y delicado que puede


presentarse es el de la masturbación y sus repercusiones en el
crecimiento integral de la persona. OAH 98

La práctica de la masturbación puede ser eventual, pero también puede llegar a


ser habitual, e incluso alcanzar límites obsesivos, adictivos, pasando del deseo a
la necesidad y de ahí a la dependencia, al punto que, aun de adulto, se dificulta
la vida de intimidad conyugal, pues prevalece el hábito adquirido; en este caso,
el adulto en cuestión estaría manifestando dificultades para comunicarse y para
establecer verdaderas relaciones conyugales, lo cual sugiere la necesidad de una
ayuda profesional. El autoerotismo tiene un significado psicológico diferente si
se trata de un adolescente o un joven, que si se trata de un adulto.

Si la meta de la maduración personal es llegar a la entrega plena en el amor, la


masturbación puede reforzar el miedo a la relación con el otro y no hace más que
alejar de dicho proceso, por su carácter anti-unitivo. Mientras que el hombre

2
Cf. G. Capelli, citado por José Román Flecha Andrés en Moral de la Persona. Amor y sexualidad. Biblioteca
de Autores Cristianos. Madrid (2002) 189.

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madura en la apertura hacia los demás, la masturbación es una acción que lo


enclaustra dentro de sí mismo, luego no puede ser su “futuro sexual”.

Las consecuencias pueden también darse en el ámbito del rendimiento


académico, pues de tal manera se está atrapado en sus redes, que ya no se tiene
cabeza más que para repasar lo vivido y esperar la próxima oportunidad. ¿Caso
extremo? Sí, extremo, pero lamentablemente no tan infrecuente.

Desde el punto de vista de la salud física, no hay realmente ningún peligro en


esta práctica, excepto en casos extremos de frecuencia excesiva; la medicina
hoy difiere de lo que no hace ni un siglo se decía, sobre la larga lista de
enfermedades que provenían de la masturbación y con las cuales se llenaba de
miedo a quienes la practicaban. Desde un punto de vista estrictamente biológico,
no es anormal, sino que puede considerarse como una característica del largo
proceso de evolución sexual, sobre todo tratándose del adolescente varón. Pero
no se ha de perder de vista que una conducta no se puede valorar desde el punto
de vista moral, teniendo como dato sólo la cuestión biológica

16.1.4 CONSIDERACIONES ÉTICAS SOBRE LA MASTURBACIÓN

El planteamiento del asunto es: ¿La masturbación es un hecho inocuo o es


pecado? Ante todo, el silencio de la Sagrada Escritura sobre este tema no puede
ser invocado como signo de aprobación, pues en reiteradas ocasiones condena
conductas sexuales inadecuadas, aunque no las especifique al detalle. 3

Habrá que comenzar por retomar lo que ya se ha reflexionado sobre la


sexualidad en las dos lecciones anteriores. Veamos: ¿Hacia dónde está
“ordenada” (= encaminada) la sexualidad? Es decir: ¿Cuál es la doble finalidad de
la sexualidad humana? La complementariedad, es decir, el encuentro amoroso
con el otro y la procreación. ¿Y cuál de esas dos finalidades se cumple con la
masturbación? ¡Ninguna! Luego entonces, tal práctica es un “desorden”, está
fuera de orden, fuera de la finalidad para la cual fue creado el ser humano como
un ser sexuado, por eso la Iglesia afirma que “es un acto desordenado”4 es “un

3
Cf. Declaración emitida por la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre la Persona Humana, Acerca de
ciertas cuestiones de ética sexual (PH) 9.
4
PH 9.

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grave desorden moral”5 El Catecismo de la Iglesia Católica, que reflexiona


sobre este tema en el marco del sexto mandamiento, lo retoma así:

Tanto el Magisterio de la Iglesia, de acuerdo con una tradición


constante, como el sentido moral de los fieles, han afirmado sin ninguna
duda que la masturbación es un acto intrínseco y gravemente
desordenado. CEC 2352

Abundemos en esta cuestión. Si la capacidad sexual de una persona no está al


servicio del amor y de la vida, ¿qué sentido tiene? Una sexualidad cerrada sobre
sí misma, como “sexo solitario,” es una absoluta contradicción, y el hecho de que
las estadísticas hablen de su alta recurrencia, sobre todo a cierta edad, no es
argumento para juzgar el valor moral de los actos, ni mucho menos para
declararla moralmente ordenada.

Sin embargo, los documentos de la Iglesia, que es Madre, ponen a consideración


ciertos elementos que ayudan a tener más elementos de juicio.

 La cuestión del pecado objetivo y el pecado subjetivo

Para precisar esta terminología, recordemos que una cosa es el pecado objetivo
y otra cosa es el pecado subjetivo.
 Pecado objetivo: se refiere a las conductas que las leyes o normas
morales, generalmente emanadas de la ley natural, han declarado como
pecado; matar, robar, mentir…; hay pecado objetivo cuando una persona
comete dichas faltas con pleno conocimiento y pleno consentimiento.
 Pecado subjetivo: se refiere a que esas conductas objetivamente
inmorales, pueden no ser pecado cuando el sujeto (en ingles “subject” y
de ahí “subjet-ivo”), por algunas circunstancias, no ha pretendido cometer
tal falta, o no sabía de su gravedad, o no era realmente libre para
realizarla o evitarla, y por lo tanto, su responsabilidad se ve limitada o
incluso, anulada.

Pongamos algún ejemplo: matar es objetivamente inmoral; pero si al conductor


de un vehículo se le atraviesa repentinamente un peatón que no debía hacerlo, y

5
OAH 98.

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lo atropella y lo mata, no hay pecado subjetivo, pues de ninguna manera


pretendía cometer tal “pecado”; hay un pecado objetivo ─la muerte del peatón─
pero no un pecado subjetivo ─el conductor no pretendía matarlo─.

Igual sucede tratándose de otras conductas objetivamente inmorales, pero que,


por determinadas circunstancias, puede ser que no sean subjetivamente
inmorales; tratándose del autoerotismo, el documento de la Iglesia que ya hemos
citado, sobre la Persona Humana, dice:

La inmadurez de la adolescencia, que a veces puede prolongarse más allá


de esa edad, el desequilibrio psíquico o el hábito contraído pueden
influir sobre la conducta, atenuando el carácter deliberado del acto, y
hacer que no haya siempre culpa subjetivamente grave. PH 9

O sea, masturbarse es, objetivamente, “un grave desorden moral”, pero habrá
que hacer un discernimiento para ver si en cada caso concreto hubo tal desorden,
o si hay causas atenuantes; así lo expresa el ya citado documento sobre
Orientaciones Educativas sobre el Amor Humano (OAH):

Aun teniendo en cuenta la gravedad objetiva de la masturbación


se requiere gran cautela para evaluar la responsabilidad
subjetiva de la persona. OAH 99

El Catecismo de la Iglesia Católica, por su parte, lo expresa así:

Para emitir un juicio justo acerca de la responsabilidad moral de los


sujetos [que practican la masturbación] y para orientar la acción
pastoral, ha de tenerse en cuenta la inmadurez afectiva, la fuerza de los
hábitos contraídos, el estado de angustia u otros factores psíquicos o
sociales que reducen, e incluso anulan la culpabilidad moral. CEC 2352

No se puede valorar por igual toda práctica masturbatoria. Cuando hemos


señalado las causas de la masturbación, ya anotamos precisamente estas que
señala el Catecismo que, además de ser un atenuante o incluso una causa de
anulación de la culpabilidad moral, han de ser atendidas de raíz, para que en
verdad se pueda dejar el hábito contraído.

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 Desdramatizar el asunto

Y por si no ha quedado suficientemente claro que no se puede condenar sin más


a una persona que realiza esta conducta, el documento ya citad añade:

El educador debe despojar de todo dramatismo el hecho de la


masturbación y no disminuir el aprecio y benevolencia al sujeto. OAH 100

De modo que nos indica “desdramatizar” el asunto, lo cual supone no convertirlo


en el pecado de todos los pecados, en la causa de condenación de los jóvenes a
los cuales, nos dice, no hemos de menospreciar por su conducta inapropiada;
incluso sería un error inculcar a quienes han contraído ese hábito un fuerte
sentimiento de culpabilidad paralizante, capaz de destruir todo estímulo de vida
y de producir un permanente complejo de inferioridad e incapacidad para amar.
Se trata de no caer en los extremos de la obsesión y la trivialidad, no ver en ello
casi un “crimen imperdonable” ni tampoco hacer como que no pasa nada.

 Recomendaciones pastorales

Como ya hemos dicho, no podemos perder de vista que en no pocos casos, esta
práctica no es sino el síntoma de situaciones mucho más complejas, que no se
pueden simplificar diciendo que no es más que una búsqueda de placer:

Desde el punto de vista educativo, es necesario tener presente que la


masturbación y otras formas de autoerotismo, son síntomas de
problemas mucho más profundos los cuales provocan una tensión sexual
que el sujeto busca superar recurriendo a tal comportamiento. OAH 99

Síntomas como los anotados anteriormente en el apartado de “causas”.


Considerando todas estas circunstancias, la Iglesia, en el documento que venimos
citando, le indica al Educador:

Debe ayudarlo a integrarse socialmente, a abrirse e interesarse por


los demás, para poder liberarse de esta forma de autoerotismo,
orientándose hacia el amor oblativo, propio de una afectividad
madura; al mismo tiempo lo animará a recurrir a los medios
recomendados por la ascesis cristiana, como la oración y los
sacramentos, y a ocuparse en obras de justicia y caridad. OAH 100

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En verdad hay ocasiones en que los adolescentes y los jóvenes asumen esta
práctica porque no han aprendido a amar, porque son inmaduros afectivamente;
o porque no tienen nada mejor qué hacer, pues no están socialmente integrados,
o no han desarrollado el sentido de alteridad haciendo que, al ocuparse de los
otros, de ayudarlos, de servirlos, de trabajar por la justicia y por las causas
sociales, su vida tendría una plenitud que ya no daría cabida a conductas
egoístas, hedónicas e individualistas. Se trata de ir a la raíz del problema y
tratar de sanarlo desde ahí, ofreciéndole el apoyo y la cercanía de su familia y
de sus formadores.

Por supuesto, el Catecismo también indica que se ha de recurrir a los medios que
Gracias,Señor, la espiritualidad cristiana ofrece, como ciertas
prácticas ascéticas, pues el que no se priva de nada en
porque para Ti,
otros ámbitos del placer, no tendrá voluntad para
nadie está nunca dominarse en el ámbito del placer sexual; el recurso a la
demasiado lejos, oración, buscando establecer y crecer en la amistad
demasiado sucio, con Jesús, el Gran Amigo que te comprende y siempre
está a tu lado, al cual puedes recibir en los sacramentos,
demasiado perdido.
especialmente de la Reconciliación y la Eucaristía.

16.2 PORNOGRAFÍA

16.2.1 NOCIÓN

Texto, imagen o producto audiovisual que hace una presentación abierta y cruda
del sexo con el fin de producir excitación. Es dar a conocer actos sexuales,
reales o simulados, fuera de la intimidad de los protagonistas, exhibiéndolos ante
terceras personas de manera deliberada. Es la degradación del erotismo, una
erotografía de baja calidad; lo que está en juego es la imagen que se ofrece
sobre la sexualidad. El erotismo tiene un valor humano, lúdico y placentero, pero
la pornografía lo degrada y envilece a simple utilidad y mercancía.

Una definición más elaborada sería: La violación, merced al uso de las técnicas
audiovisuales, del derecho a la privacidad del cuerpo humano en la naturaleza
masculina y femenina, una violación que reduce la persona humana y el cuerpo
humano a un objeto anónimo destinado a una mala utilización con la intención de
obtener una gratificación concupiscente (Cf. infra PVCS 9).

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16.2.2 SITUACIÓN ACTUAL


Basta con echar una mirada al entorno social, para darse cuenta del crecimiento
desmesurado de esta situación; además de las múltiples publicaciones impresas
al respecto, medios como el Internet y, en general, las redes sociales, se están
viendo instrumentalizados para este fin. La situación se
¿No crees que
agrava por la imprudencia de adolescentes y jóvenes que
las sex-shops
se exhiben a sí mismos, sin medir las graves conse-
sólo prueban el cuencias que eso implica, y que les señalarán de por vida.
vacío del corazón? Se necesita una conciencia recta y una voluntad recia para
no caer en el juego de quienes pretenden reducir a los adolescentes, a los jóvenes
y aun a los adultos, a consumidores compulsivos6 de pornografía.

La pasión sexual desordenada, a diferencia de otros pecados, es como el fuego;


puede comenzar con apenas una chispa, pero se propaga a una gran velocidad, y
puede ser que todo se incendie. El “fuego,” sobre todo en el caso de los
adolescentes y los jóvenes, puede haber comenzado por habituarse a ver
pornografía, pero… ¿se reducirá a eso? O acabará incendiando otras áreas;
masturbación, violencia sexual, promiscuidad, y más tarde, infidelidad conyugal…
Cuando ese joven llega al matrimonio, se une a una mujer en concreto, pero está
habituado a ver a muchas otras ─a través de imágenes pornográficas─ y aunque
quiera serle fiel, es un hecho que llega debilitado en este campo.

La imagen alimenta la imaginación y ésta incita a la experiencia. ¡Es enorme el


poder de la imagen! Nada alimenta la imaginación, ni forma lo imaginario, como
las cosas vistas. Lo “oído” es exhortación, lo “visto” es incitación que lleva a la
excitación. Y paulatinamente se va dando, incluso, el hábito del “deslizamiento”
hacia lo pornográfico, cuando la dimensión pornográfica va a depender de la
lectura e interpretación que cada uno le quiera dar a ciertas imágenes, pues el
ojo ─¿o el corazón?─ del espectador es un factor preponderante para ver una
misma imagen con una óptica bastante diferente; así, la obra de arte más
exquisita y armónica puede verse con una mirada turbia que elimine por completo
su mensaje artístico y humanista y la reduzca a mera pornografía.

6
En las redes, se pueden encontrar diversos testimonio de hasta dónde la pornografía puede crear problemas
de adicción con sus múltiples daños colaterales. Ver, por ejemplo:
file:///C:/Users/Toshiba/Documents/1.%20%20%20Teolog%C3%ADa%20Moral%202019%20-
%202020/1.%20%20Gu%C3%ADas%20Teolog%C3%ADa%20Moral/16.%20%20Autoerotismo,%20pornogra
f%C3%ADa,%20violaci%C3%B3n/Pornograf%C3%ADa%203.html

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16.2.3 CAUSAS

La Iglesia ha dedicado un documento especialmente a tratar este tema, bajo el


título de Pornografía y Violencia en las Comunicaciones Sociales: Una Respuesta
Pastoral (PVCS), emitido por el Pontificio Consejo para las Comunicaciones
Sociales; como su título lo indica, en él trata el tema de la pornografía
simultáneamente con el de la violencia. A pesar de que su publicación data ya de
hace prácticamente tres décadas, su doctrina tiene una actualidad
incuestionable.

El documento comienza por constatar el crecimiento alarmante de la pornografía


(No. 5), tanto impresa como en los medios de comunicación de entonces ─¡qué
diría si fuera de hoy!─, llegando a constituirse en un serio problema social, pues
se ha hecho accesible aun a niños y jóvenes (No. 6) que, a través de dichos
medios, reciben una visión deformada de la vida, de la familia, de la religión y de
la moral, que no respeta la dignidad humana (No. 7).

Respecto de las causas del problema, anota en el No. 19:

 La propagación de una moral permisiva, basada


Nihilismo
en la búsqueda de la satisfacción individual a
todo coste. Un nihilismo moral de la Negación de todo
desesperación se añade a ello, que acaba principio o fundamento
haciendo del placer la sola felicidad accesible objetivo religioso,
a la persona humana.
 Los factores económicos que intervienen en la moral, político y social.
regulación de la pornografía. Algunos sectores
de la industria de las comunicaciones han ¿No crees que la
?
sucumbido trágicamente a la tentación de intimidad sexual
explotar la debilidad humana, especialmente la vale demasiado como para
de los jóvenes y la de las mentes
convertirla en una oferta
impresionables. Resulta lucrativa hasta el
punto de que en algunas sociedades se ha más del
vinculado al crimen organizado. mercado neoliberal?
 Bajo pretexto de la libertad de expresión y de progreso, según algunos,
hay que tener gran tolerancia hacia la pornografía, aún a precio de la salud
moral de los jóvenes y del derecho a la intimidad, así como un ambiente de
pública decencia.

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 Algunos, también erróneamente, afirman que el mejor medio de combatir


la pornografía consiste en legalizarla. Estos argumentos son a veces
propuestos por grupos minoritarios que no se suman a los criterios morales
de la mayoría y que se olvidan de que a cada derecho corresponde una
responsabilidad. El derecho a la libertad de expresión no es un absoluto.
 La ausencia de leyes cuidadosamente preparadas o su no aplicación, para
la protección del bien común, en particular de la moralidad de los jóvenes.
 Confusión y apatía por parte de muchos, incluso miembros de la comunidad
religiosa, los cuales se consideran erróneamente a sí mismos extraños a la
problemática de la pornografía y de la violencia, o sin posibilidades de
contribuir a la solución del problema.

Finalmente, nos parece oportuno añadir los intereses políticos que también
entran en juego, pues conviene a quienes detentan el poder, distraer al pueblo
de otras preocupaciones más importantes y urgentes, dándoles “pan y circo”;
y mientras más enajenados estén los jóvenes, menos peligro hay de que se
preparen y se organicen para exigir un cambio social, económico, político.

16.2.4 CONTROLES SOCIALES

El silencio y la apatía tienen visos de complicidad. No cabe duda de que, de alguna


manera, la sociedad debe ejercer un cierto control ─por ejemplo exigiendo
leyes─ sobre la manifestación y publicidad de todo lo relacionado con el sexo.
Se trata de ver si el bien común exige una amplia tolerancia en este terreno o
deberían prohibirse,7 al menos, aquellas conductas y expresiones públicas que
supongan un mal social o hieran la sensibilidad de la gente. Al respecto, uno de
los documentos eclesiales que ya hemos citado dice:

Es deber del Estado tutelar a los ciudadanos contra las injusticias y


desórdenes morales como el abuso de los menores y toda forma de
violencia sexual, la degradación de costumbres, la permisividad y la
pornografía, y la manipulación de los datos demográficos. OAH 65

7
De hecho, ya hay países que han legislado al respecto, por impensable que eso pueda parecer:
file:///C:/Users/Toshiba/Documents/1.%20%20%20Teolog%C3%ADa%20Moral%202019%20-
%202020/1.%20%20Gu%C3%ADas%20Teolog%C3%ADa%20Moral/16.%20%20Autoerotismo,%2
0pornograf%C3%ADa,%20violaci%C3%B3n/Pronograf%C3%ADa.html

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16.2.5 CONSIDERACIONES ÉTICAS SOBRE LA PORNOGRAFÍA

Sobre este asunto, el Catecismo de la Iglesia Católica (CEC) dice:

La pornografía ofende la castidad porque desnaturaliza la finalidad


del acto sexual. Atenta gravemente a la dignidad de quienes se
dedican a ella (actores, comerciantes, público), pues cada uno viene a
ser para otro objeto de un placer rudimentario y de una ganancia
ilícita. Introduce a unos y a otros en la ilusión de un mundo ficticio. Es
una falta grave. Las autoridades civiles deben impedir la producción
y la distribución de material pornográfico. CEC 2354

El documento eclesial antes citado, sobre Pornografía y Violencia en las


Comunicaciones Sociales, (PVCS) respecto de los perniciosos efectos de la
pornografía, señala:

 Nadie puede considerarse inmune a los efectos degradantes de la


pornografía. (No. 10)
 Los niños y los jóvenes son especialmente vulnerables y expuestos a ser
víctimas. (No. 10)
 La pornografía […] deprecia la sexualidad, pervierte las relaciones
humanas, explota los individuos ─especialmente las mujeres y los niños─,
destruye el matrimonio y la vida familiar, inspira actitudes antisociales y
debilita la fibra moral de la sociedad. (No. 10)
 Es evidente que uno de los efectos de la pornografía es el pecado. (No. 11)
 La participación voluntaria en la producción y en la difusión de estos
productos nocivos ha de ser considerada como un serio mal moral. Además,
esta producción y difusión no podrían tener lugar si no existiera una
demanda. Así, pues, quienes hacen uso de estos productos no sólo se
perjudican a sí mismos, sino que también contribuyen a la promoción de un
comercio nefasto. (No. 11)
 Se ha dicho que puede haber una vinculación sicológica entre la
pornografía y la violencia sádica. Una cierta pornografía ya es
abiertamente violenta en su contenido y expresión. Quienes ven, escuchan
o leen un material así corren el riesgo de introducirlo en el propio
comportamiento. Acaban perdiendo el respeto hacia los demás, en cuanto
hijos de Dios y hermanos y hermanas de la misma familia humana. (No. 13)

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 También la llamada pornografía blanda ("soft core") puede paralizar


progresivamente la sensibilidad, ahogando gradualmente el sentido moral
de los individuos hasta el punto de hacerles moral y personalmente
indiferentes a los derechos y a la dignidad de los demás. (No. 14)
 La pornografía ─como la droga─ puede crear dependencia y empujar a la
búsqueda de un material cada vez más excitante ("hard core") y perverso.
La probabilidad de adoptar comportamientos antisociales crecerá en la
medida que se vaya dando este proceso. (No. 14)
 Favorece insanas preocupaciones en los terrenos de la imaginación y el
comportamiento. Puede interferir en el desarrollo moral de la persona y
en la maduración de las relaciones humanas sanas y adultas, especialmente
en el matrimonio y en la familia, que exigen confianza recíproca y
actitudes e intenciones de explícita integridad moral. (No. 15)
 Cuestiona el carácter familiar de la sexualidad humana auténtica. En la
medida en que la sexualidad se considere como una búsqueda frenética del
placer individual, más que como una expresión perdurable del amor en el
matrimonio, la pornografía aparecerá como un factor capaz de minar la
vida familiar en su totalidad. (No. 16)
 En el peor de los casos, la pornografía puede actuar como agente de
incitación o de reforzamiento, un cómplice indirecto, en agresiones
sexuales graves y peligrosas, tales como la pedofilia, los secuestros y
asesinatos. (No. 17)
 Una de las consecuencias fundamentales de la pornografía y de la violencia
es el menosprecio de los demás, al considerarles como objetos en vez de
personas. La pornografía y la violencia suprimen la ternura y la compasión
para dejar su espacio a la indiferencia, cuando no a la brutalidad. (No. 18)

16.3 PROSTITUCIÓN

Sexualidad impersonal, anónima, alienante, comercializada, mercancía, regateo…


Y sin embargo se trata de personas; ¿de una víctima y un victimario? No. se trata
de dos víctimas. Una, de sus pasiones, otra, de la necesidad de sobrevivir. Pagar
por obtener placer sexual de otra persona es algo que denigra a ambas: a quien
paga y a quien recibe la paga. Los “table dance”, cabarets, centros nocturnos,
casinos, así como las escuelas de modelos y de actuación, son frecuentemente un
negocio disfrazado de prostitución. Habrá que estar alertas, pues cada vez son

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más numerosos y más sofisticados los traficantes de personas que atrapan a


jóvenes incautos, hombres y mujeres, en las redes de la prostitución, con falsas
promesas de un brillante futuro económico y/o artístico.

¿Reconocer Colonialismo masculino casi siempre, que explota la


la prostitución debilidad de las mujeres, de los jóvenes, de los niños.
como un “trabajo”? Situaciones de pobreza y de exclusión social que
Y entonces al fuerzan a asumir algo que en realidad repugna;
proxeneta como un incorpora todas las características de explotación
social, racista,
empresario ¿no? étnica y sexista, vigentes en nuestras sociedades globalizadas y
patriarcales. Calamidades de una sociedad que puede llegar a tales extremos,
detrás de los cuales están las conveniencias económicas e incluso políticas, que
llegan al absurdo de la “trata de personas”
¿No serán la ─impropiamente llamada “trata de blancas”─ la faceta
pobreza y la más dura y más perversa de la prostitución que, como
exclusión social los sociedad, no sólo no condenamos sino que no nos
atrevemos a cuestionar.
mayores proxenetas?

Los estudios sobre el tema se refieren en su gran


Proxeneta: mayoría a quienes se prostituyen, y se habla de
persona que proxenetas, prostíbulos, mafias y hasta de complicidad
comete el delito que policial e institucional, pero a los clientes ni se los
consiste en obtener menciona. Y, definitivamente, el cliente es el actor
beneficios económicos principal, porque sin demanda la oferta carece de
de la prostitución a sentido. Paradójicamente, es a la vez el gran invisible.
Si de pecado hablamos, ¿es el cliente o la prostituta quien tiene una mayor
costa de otra persona.
responsabilidad - culpabilidad?

El Catecismo de la Iglesia Católica ciertamente condena la prostitución:

La prostitución atenta contra la dignidad de la persona que se prostituye,


puesto que queda reducida al placer venéreo que se saca de ella. El que
paga peca gravemente contra sí mismo: quebranta la castidad a la que lo
comprometió su bautismo y mancha su cuerpo, templo del Espíritu Santo.
La prostitución constituye una lacra social. Habitualmente afecta a las
mujeres, pero también a los hombres, los niños y los adolescentes (en estos
dos últimos casos el pecado entraña también un escándalo). Es siempre

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gravemente pecaminoso dedicarse a la prostitución, pero la miseria, el


chantaje, y la presión social pueden atenuar la imputabilidad de la
falta. CEC 2355

Nótese que, mientras que al hablar del cliente,8 el Catecismo le hace reo de
pecado, al hablar de quienes ejercen dicha actividad ─generalmente mujeres que
en realidad se sienten indignas de ser amadas─, lo hace señalando las razones
por las cuales puede ser atenuada su responsabilidad (recordar lo del pecado
subjetivo). Justificar esta práctica como algo socialmente permitido o hasta
esperado de un hombre para que pueda ─¿presumir?─ asegurar ser tal, es
situarse en un nivel absolutamente ínfimo, no sólo desde el punto de vista moral,
sino incluso desde el punto de vista meramente racional.

16.4 VIOLENCIA SEXUAL

En oposición a la experiencia del amor ha de situarse la de la agresión sexual; no


es aceptable la violencia asociada a la relación sexual. La violencia, la agresividad
o los abusos en conexión con el sexo suelen estar más vinculados a los hombres
que a las mujeres. Ciertos contextos están asociados
¡Imagínate!
habitualmente con la violencia, como la bebida, que
Si ya de novios
actúa como supresor de las inhibiciones y suele ser un
te maltrata,
desencadenante de la llamada “violencia nocturna”: no es
excepcional que un marido alcoholizado maltrate ¿qué te espera
verbalmente ─insultos, reclamos por celos, cuando te cases?
recriminaciones─, físicamente ─empujones, jaloneos, ¿O eres tan…
golpes─ y sexualmente a su esposa, o un chico a su novia. ingenua que crees
que tú lo vas
La violencia sexual tiene su culmen más degradante en la violación, relación
a redimir?
sexual no deseada, forzada, impuesta, normalmente por los hombres a las
mujeres, fruto del poder y la violencia descontrolados. La violación significa
irrumpir con violencia en la intimidad sexual de una persona; equivale casi a un
asesinato. Asesinato de una libertad, de un futuro, de una tranquilidad, de una
8
No se pretende ignorar que hay hombres que acuden a una prostituta porque han permanecido aislados de
toda posibilidad de un encuentro sexual estable (en guerra, en la cárcel, embarcados…); hay hombres
solitarios e inseguros que son incapaces de establecer una relación personal con una mujer; hombres que
sienten rechazo o incluso vergüenza por su apariencia y suponen que ninguna mujer “normal” los aceptaría,
por lo que recurren a una prostituta. Sin embargo, ninguna de estas razones puede hacer que se califique
de moralmente bueno lo que no lo es.

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autoestima lesionada de por vida. Caso extremo en el que no hay amor que
expresar ni vida que suscitar, en el que triunfa sólo el instinto, la fuerza, a
menudo teñida de odio. La violación es una conculcación total de todo lo bueno
de la relación sexual. No hay reciprocidad; la mujer no da su consentimiento,
sino que es objeto de una agresión.

Habrá que tener siempre precauciones extremas para evitar correr peligros: las
dichosas “pintas”, “salarse las clases” (o como se diga en cada región), son mucho
más peligrosas de lo que se imaginan, pues no ha faltado ocasión en que semejante
"travesura"” acabó en tragedia, 9 es decir, acabó en una violación. Éstas y otras
imprudencias, como andar sola demasiado noche en la calle, salir con alguien a
quien apenas conoces, citarse con alguien a quien sólo conoces por internet, etc.
son una ocasión que puede propiciar esta espantosa experiencia.

Si bien la mayoría de las veces tiene lugar al margen de


¿Hard sex?
una relación permanente, no es tan remoto que suceda al
interior del matrimonio, donde el esposo viola a su propia ¡Cuidado!
esposa, o el novio a la novia ─sobre todo si ya cohabitan─, De ahí a la
como ya se podía sospechar cuando hablamos de la violencia sexual
“violencia nocturna”. Tener relaciones sexuales no es un sólo hay un paso
derecho que se exige, mucho menos a golpes, sino una y ese paso
expresión mutua y benévola de amor, al que se accede libremente. Cualquier
lleva al abismo
coerción, por mínima que sea, suscita un sentimiento de rechazo e incluso de ira
contra el perpetrador.

Por supuesto que el Catecismo de la Iglesia Católica (CEC) tiene una palabra de
fuerte condenación ante esta situación.

La violación es forzar o agredir con violencia la intimidad sexual de una


persona. Atenta contra la justicia y la caridad. La violación lesiona
profundamente el derecho de cada uno al respeto, a la libertad, a la
integridad física y moral. Produce un daño grave que puede marcar a la
víctima para toda la vida. Es siempre un acto intrínsecamente malo. Más
grave todavía es la violación cometida por parte de los padres (Cf. incesto)
o de educadores con los niños que les están confiados. CEC 2356
9
En el material que forma parte de esta lección, aparece un archivo llamado “Testimonio de una violación”;
es el caso verídico de una chica que narra la terrible pesadilla por la que pasó. Ojalá tuvieras cinco minutos
para leerlo; si lo que te interesa es saber si es materia de examen, no te preocupes… no lo es.

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16.5 EL PUDOR

No podemos concluir esta lección sin hacer una breve reflexión sobre el pudor,
que es esa especie de instinto de preservación de la propia intimidad, de defensa
ante la ruptura de esa intimidad, pues oculta aquello que, aunque sea bueno, no
se debe revelar por el momento a cualquier persona.

¿El pudor no es la delicadeza de un corazón que ama? El amor no busca el alarde,


no busca exhibirse. Las palabras de ternura no se gritan, no se pronuncian ante
un micrófono; los gestos de cariño no se hacen sobre un estrado o un podio.

El pudor preserva la intimidad de la persona. Designa el rechazo a


mostrar lo que debe permanecer velado. Está ordenado a la castidad,
cuya delicadeza proclama. Ordena las miradas y los gestos en
conformidad con la dignidad de las personas y con la relación que existe
entre ellas. CEC 2521

Controlar las miradas y los gestos, como señala aquí el Catecismo, implica una
actitud de autodisciplina, que supone saber ponerse límites, saber controlar
sus sentidos; quien se lo permite todo, quien no se quiere privar de ninguna
satisfacción sensible, de ningún placer en ningún aspecto de su vida, difícilmente
podré llevar una vida sexual moralmente correcta y, por lo tanto, plenamente
satisfactoria.

El pudor es un mecanismo psicológico e instintivo de defensa, una reacción


espontánea, que actúa como un freno frente a situaciones que pudieran herir la
sensibilidad; su función en la persona tiene una exquisita finalidad, pues intenta
mantener el clima íntimo y necesario para que el sexo no pierda su misterio y su
candor, manteniendo una atmósfera de reverencia y delicadeza hacia el cuerpo.

Las manifestaciones corporales tienen que vivirse como un don responsable,


como gesto de amor encarnado, aunque no lleguen a la entrega absoluta del
matrimonio; están cargadas de un lenguaje que no debería convertirse en
mentira o en burla hiriente. Y la única palabra válida que se afirma en las
miradas, conversaciones y caricias es la del respeto y aceptación del otro como
persona.

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El pudor protege el misterio de las personas y de su amor. Invita a la


paciencia y a la moderación en la relación amorosa; exige que se cumplan
las condiciones del don y del compromiso definitivo del hombre y de la
mujer entre sí. El pudor es modestia; inspira la elección de la vestimenta.
Mantiene silencio o reserva donde se adivina el riesgo de una curiosidad
malsana; se convierte en discreción. CEC 2522

El pudor y la modestia van de la mano; por cierto, ambos valores bastante


devaluados hoy. Basta ver la forma de vestir de algunas personas, jóvenes y no
tan jóvenes, para percatarse de que no han tenido muy en cuenta a los demás a
la hora de elegir su ropa, pues los demás no son ciegos, ni inmunes a los estímulos
sexuales. Si el respeto a sí mismo no aconseja qué tipo de ropa usar, tal vez el
respeto a los demás podría ayudar; o bien, a la inversa.

El pudor se verá lesionado gravemente cuando la relación con la otra persona se


reduce a verla como un simple objeto de placer, cuyo don más apreciable es su
cuerpo, sobre todo si es hermoso, marginando todos los otros aspectos que la
constituyen como persona; después de todo, un cuerpo es fácilmente canjeable
por otro si su dimensión personal no cuenta.

Para concluir esta lección, anotemos una palabra


Se puede seguir
de aliento para quienes han vivido algunas de las
experiencias sexuales sobre las que aquí se ha a Jesús cojeando, se
reflexionado, invitando a redireccionar lo que la le puede seguir con nuestros
propia conciencia reclama como inadecuado, para
cuerpos cubiertos de lepra,
que, en pleno uso de la libertad, se busque salir
del pecado, mediante la conversión, que llevará al se le puede seguir en la
reencuentro amoroso consigo mismo, con los ceguera… Pero no se puede
demás y con Aquel que es Amor, y que nos ha
pretender que Jesús apruebe
creado para amar, para amar en serio, sin
angustias ni culpabilidades, sin dañar ni dañarnos. nuestras transgresiones.

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