Teoría de los ciclos de Milankovitch

Ciclos de
Milankovitch
Explicación de la teoría
astronómica y su protagonismo
en el cambio climático.

Pablo A. Romero Ulloa

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Ciclos de Milankovitch. Explicación de la teoría astronómica y protagonismo en el cambio

climático.

Pablo A. Romero
Facultad de ciencias. Universidad Nacional de Colombia
2017776: Ciencias de la tierra
Profesor Alexis Jaramillo Justinicio
Septiembre de 2020
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Resumen
El contenido de este trabajo es la breve e introductoria explicación de los ciclos de Milankovitch
y cómo estos son protagonistas en los cambios climáticos de largo plazo. Se explican uno a uno
en qué consisten los tres movimientos orbitales precesión, oblicuidad y excentricidad.
Así mismo se describe en qué aporta cada uno de los movimientos a la variación del clima en el
planeta.

Palabras clave: oblicuidad, precesión, excentricidad, Ciclos de Milankovitch, Milutin

Milankovitch, glaciación, periodos interglaciares.

Abstract
The content in this text is a short and introductory explanation of the Milankovitch cycles and
how much are they important for the long-term climate changes. It explain one by one the
orbitals movements: precession, obliquity and eccentricity.
Likewise, it’s shown the climate variation aport on each movement of the planet.

Key words: obliquity, precession, eccentricity, Milankovitch cycles, Milutin Milankovitch,

glaciation, interglacial periods.

Introducción.
La intención de este trabajo es lograr explicar
en qué consisten los ciclos de Milankovitch y
exponer la relación que estos tienen en el
cambio climático del planeta tierra y qué tan
protagónicos han sido en estos procesos. De
manera introductoria y no entrando al más
profundo detalle de la teoría astronómica
planteada por Milutin Milankovitch en 1941,
se explica el contenido de las variaciones
orbitales; excentricidad, oblicuidad y
precesión. Se narra una breve historia del
origen de la teoría y de su autor.
Los cambios climáticos tienen dos orígenes:
causas externas y causas internas, el
contenido de este escrito expone las más
relevantes de las causas externas,
correspondientes a los ciclos de
Milankovitch; responsables de la existencia
de las variaciones estacionales en los
hemisferios norte y sur, y qué tan profundas
o suaves son estas, además de qué tan
diferentes son estas entre ambos hemisferios.
Finalmente se halla la conexión directa que
existe entre estos cambios en la órbita
terrestre y los cambios climáticos a largo
plazo (milenios), además de concluir los
efectos que estos tienen en la biota del
planeta.
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Cambios climáticos en la Tierra.
Se puede asegurar que, a lo largo de toda su
existencia, la Tierra ha sufrido cambios
constantes por la exposición a las fuerzas
universales. Muchas de las fuerzas se ven
reflejadas en el cambio climático del planeta.
Estos cambios climáticos naturales daban
saltos en la temperatura, a veces de manera
abrupta y otras en duraciones de tiempo
dilatadas.
Para poder distinguir las causas de estos
cambios, se clasifican en dos: externas e
internas. Las externas se identifican
principalmente como las variaciones en los
movimientos orbitales de la Tierra y cómo
estas interactúan con el Sol como fuente
fundamental de energía; haciendo que las
variaciones influyan directamente sobre el
cambio climático (Sóñora, 2007).
Milutin Milankovitch plantea en 1941 las
principales causas del cambio climático de
origen externo. Expone por medio de su
teoría astronómica la relación que hay entre
los movimientos cíclicos orbitales y la
variabilidad del clima en el planeta, debido a
la distancia y posición de la Tierra con
respecto al Sol. Estas condiciones intervienen
en la cantidad de energía recibida, y por lo
tanto en la temperatura final en los dos
hemisferios.
Los principales movimientos descritos por
Milankovitch (denominados ciclos de
Milankovitch) son: precesión, oblicuidad y
excentricidad.

Milutin Milankovitch (1879-1958). Imagen tomada del libro
"Climántica. Proxecto de educación ambiental".
Milutin Milankovitch fue un matemático
nacido en Serbia. Culminó sus estudios con
doctorado en Ciencias técnicas en el Instituto
de tecnología de Viena en el año de 1904.
Desde 1909 desempeñó su trabajo en
matemáticas aplicadas en la Universidad de
Belgrado.
En 1914 fue llevado como prisionero, durante
la primera guerra mundial, por la Armada
Austro-húngara. Sin embargo, recibió ayuda
por parte del Decano de su facultad
(Martínez, 2017).
Dedicó sus estudios a la descripción de un
detallado análisis matemático que justificara
las variaciones en la energía recibida por la
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Tierra a causa de los tres movimientos
orbitales ya mencionados. Aun así, su trabajo
no fue recibido con gracia y tardó varios años
en ser reconocido y aceptado.
Cuando en la década de los 50 un trabajo
acerca de la composición isotópica de las
conchas de foraminíferos demostró
secuencias de estadios glaciares e
interglaciares. Estos testigos de sedimentos
confirmaron la teoría de los ciclos de
Milankovitch (Schwarzacher, 1993). El
estudio de los isótopos en la estratigrafía son
un reflejo confiable de la composición del
aire y, por lo tanto, de la atmósfera en
distintos periodos de tiempo. De estos
estudios se permiten encontrar valores de la
energía solar captada por la tierra (teniendo
un especial cuidado de no confundir eventos
dados por variaciones orbitales con otros
ocasionados por factores geológicos o
tectónicos) y así determinar la incidencia del
Sol en un valor cuantitativo que permita
comparar los estratos geológicos.
Estudios geológicos para entender el
cambio climático.
Aunque muchos han atribuido las
glaciaciones a los ciclos de Milankovitch,
como inviernos y veranos prolongados
durante años, los datos químicos
suministrados por las diferentes capas
litológicas no son totalmente confiables para
asegurar que sí hay relación entre estos
periodos glaciares con los movimientos
orbitales.
La estratigrafía muestra resultados que bien
pueden significar interferencia de varios
factores, ya sean externos o internos del
planeta. Razón por la cual no hay garantía de
que los datos geológicos sean reflejo de una

directa influencia de estos ciclos en los
periodos glaciares e interglaciares. Sin
embargo, la periodicidad de dichos ciclos y
momentos en los que coinciden de manera
específica han coincidido a la perfección con
las glaciaciones.
Coincidencia de los ciclos de Milankovitch. Imagen tomada
del libro "Cyclostratigraphy and the Milankovitch theory".
Químicamente, el oxígeno del aire en la
atmósfera presenta variaciones isotópicas
gracias a la temperatura del globo. Estos
átomos representan un registro de la
temperatura atmosférica en distintos periodos
geológicos. Cuando se hacen excavaciones
en hielo, fondo marino o fondo de lagos y
fósiles de estructuras de calcio, se tiene
acceso a estos átomos que fueron
encapsulados (especialmente en procesos de
congelación). Posteriormente, en un estudio
de isótopos, se sabrá cuáles fueron las
condiciones climáticas terrestres y El movimiento de precesión describe un
temperatura media en el momento de
encapsulamiento o fosilización (Caballero,
2007).
El estudio geológico para determinar la fecha
o antigüedad de estos estratos permite
conocer la historia y periodos de temperatura.
Cuando se conoce la temperatura en distintas
zonas del planeta es posible llegar a concluir
las posiciones en la que el planeta se
encontraba en momentos determinados de la
5
historia geológica. Como el aumento o
disminución de temperatura está
fundamentalmente influenciado por el Sol, se
permite analizar; bien sea la distancia entre
los dos astros, la oblicuidad en la incidencia
de la radiación, o ambas.
Pero como se explicó anteriormente, los
distintos datos pueden ser registro de diversos
factores que intervienen y modifican sin
algún orden aparente. Hay que tener presente
que los movimientos e interacciones en el
interior del planeta causan variaciones en la
temperatura y procesos de fosilización,
además generan fuerzas o gases que podrían
dejar testigos de carácter sedimentario
totalmente confundibles con los causados por
las variaciones orbitales.
Ciclos de Milankovitch.
Precesión.
Este movimiento es atribuido a la forma y
masa no homogéneas del planeta, ya que hay
acumulación de masa continental en el
hemisferio norte, y al no ser la Tierra una
esfera perfecta la rotación se ve afectada en
su trayectoria.
“cabeceo” por parte del círculo de rotación de
la tierra alrededor del eje de precesión. Es
decir; el eje de rotación de la Tierra (eje
imaginario recto que une polo norte con polo
sur a través de la esfera) no está apuntando
siempre al mismo punto en el firmamento
debido a la distribución desigual de masa
continental en el planeta, y esto genera un
tambaleo parecido al de un trompo cuando
gira.
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El eje de precesión juega el papel de recta de Oblicuidad.

proyección simétrica para el eje de rotación,
La oblicuidad de la eclíptica es el título que
demorándose este último en darle la vuelta
recibe el ángulo de inclinación del eje de la
completa 26.000 años. Si se graficara la
tierra con respecto al plano de su órbita
trayectoria del eje de rotación alrededor de la
alrededor del sol. El movimiento de
del eje de precesión al completar un ciclo se
translación de la Tierra describe una línea
obtendrían dos conos en el espacio cuyo
imaginaria recta que atraviesa el sol (vista la
centro es el mismo eje de precesión.
órbita elíptica desde un costado), esta línea no
Actualmente el eje de rotación apunta hacia
es ortogonal al eje de rotación y su ángulo
la estrella Polar. 13.000 años en el futuro este
actual es de 23°27’ (Martínez, 2017). La
eje apuntará a la estrella Vega (Martínez,
oblicuidad de la eclíptica oscila entre 22,1° y
2017).
24,5°, cumpliendo un ciclo cada 41.000 años,
es decir; está en aumento hasta alcanzar su
máximo valor y después volverá a disminuir
hasta alcanzar su valor mínimo. Este ángulo
varía a razón de 48 segundos de arco por
siglo.

Movimiento de precesión. Imagen tomada de "Los ciclos de

Milankovitch: Origen, reconocimiento, aplicaciones en
cicloestratigrafía y el estudio de sistemas petroleros.".

Gráfico de oscilación en la oblicuidad de la TIerra. Imagen

tomada del libro "Climate change science: A modern
synthesis".

Gracias a esta oblicuidad del eje es que se

presentan los cambios estacionales en el
planeta ya que, en dos puntos específicos del
movimiento traslacional alrededor del sol,
uno de los dos hemisferios de la Tierra se
encuentra más expuesto a los haces lumínicos
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mientras que el otro se encuentra oculto. Esto
causa el aumento de temperatura en aquel que
recibe la luz de frente, y un enfriamiento en
el que le da “la espalda” al sol. Después de
media vuelta estas condiciones se invierten y
la temperatura cambia en ambos hemisferios.
La oblicuidad tiene un efecto sobre la
intensidad de las estaciones. Cuando el eje se
encuentra en su valor mínimo (21,5°) tanto el
invierno como el verano son suaves. Cuando
el eje se encuentra con su más alta oblicuidad
el verano es muy caluroso y el invierno es en
extremo frío.
máxima cuando la órbita adquiere una forma
elipsoidal. Esta última con leyes
astronómicas que señalan la posición de
ambos cuerpos celestes. Dichas variaciones
demoran tiempos distintos en completar un
ciclo. El mayor de los valores de un ciclo en
esta variación llega a ser de 413.000 años
cuando la excentricidad es larga. Los otros
componentes están comprendidos en
periodos que varían de 95.000 a 100.000 años
(Farmer, 2012).

Excentricidad.
Este tercer movimiento orbital genera un
impacto comparativamente mayor a los dos
anteriores. La órbita de la Tierra tiene
cambios cíclicos en la forma de la trayectoria
que describe alrededor del sol. Usualmente se
piensa que la forma de la órbita es elíptica
permanentemente, pero la verdad es que sufre Excentricidad máxima. Imagen tomada del libro "Climate
deformaciones por intervenciones Change Science: A Modern Synthesis”.
gravitatorias por parte de otros cuerpos
celestes: Júpiter y Saturno. Si el sol
únicamente tuviera a la Tierra girando
alrededor de él, se cree que la órbita del
planeta sería totalmente circular (Martínez,
2017). Sin embargo, la fuerza gravitatoria de
Júpiter y Saturno interfieren en la traslación
de la Tierra generando la elipse. Esto
significa que la figura de la órbita terrestre no
es estática y que sufre deformaciones que la
hacen variar entre un movimiento casi
circular y otro elíptico, en donde el sol se
encuentra en uno de los focos.
Se describen dos tipos de excentricidad: corta Excentricidad baja. Imagen tomada del libro "Climate
y larga. Siendo la corta o baja en donde la Change Science: A Modern Synthesis".
órbita mantiene una distancia relativamente
pareja con especto al Sol. Y la larga o

El efecto que la excentricidad causa en el
clima depende de la distancia a la que se
encuentre la Tierra del Sol. Cuando la
excentricidad es mínima (órbita casi circular)
la distancia Tierra – Sol es muy parecida a lo
largo del año, por lo tanto, no hay un brusco
cambio estacional. Cuando la excentricidad
es más pronunciada, las distancias entre estos
dos cuerpos varían ya que el Sol se encuentra
en uno de los dos focos de la elipse, de tal
forma que el cambio entre las estaciones es
más acentuado entre los hemisferios (veranos
muy calientes con inviernos muy fríos en un
mismo hemisferio, y veranos suaves con
inviernos suaves en el otro). Estas distancias
son llamadas: Afelio cuando la Tierra se
encuentra más alejada del Sol, y Perihelio
cuando la distancia entre ambos es mínima.
La fuerza de la excentricidad se define como
e mediante el cual se comparan las dos
longitudes focales (distancia de la Tierra al
Sol en el afelio y perihelio), se definen como
x y y.
De lo anterior sale la ecuación:
e=(x2-y2)1/2/x
En la excentricidad mínima:
e=0,005
Cuando la excentricidad es máxima:
e=0,060
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Afelio y Perihelio. Imagen tomada del libro "Climate change
science: A modern synthesis".
La posición del planeta (sumada la
oblicuidad) cuando se encuentra en estos dos
puntos da como resultado el invierno o
verano en los hemisferios, llamando a estos
dos puntos en la trayectoria orbital un
Solsticio. Cuando los hemisferios norte y sur
reciben la misma cantidad de energía solar se
dice que están en los puntos llamados
Equinoccios.
El cambio climático más grande generado por
este movimiento incluye el campo magnético
de la Tierra. La velocidad de rotación de
nuestro planeta se ve incrementada cuando
este está más cercano al Sol; significa que la
fuerza del campo magnético terrestre
decrece. Al ser más grande la distancia entre
los dos, la rotación del sistema Tierra - Luna
es más lenta y por lo tanto la fuerza del campo
magnético terrestre aumenta (el campo
magnético varía de acuerdo a la velocidad de
rotación).
Como el campo magnético del planeta genera
protección ante los rayos de alta energía que

nos llegan desde el Sol, la eficiencia de esta
protección se ve afectada directamente con la
velocidad de rotación. Dicho esto, se entiende
que, al estar más alejada la Tierra del Sol, la
protección del campo magnético es mucho
más eficiente (puesto que, a menor velocidad
de rotación; este es más fuerte) y el planeta se
enfría. En cambio, a menor distancia del Sol,
la protección del campo magnético es más
deficiente (a mayor velocidad de rotación;
campo magnético más débil) y el planeta
absorbe más energía solar, por lo tanto, se
calienta.
Papel en el calentamiento global.
¿Qué tanta culpa tienen los ciclos de
Milankovitch en el cambio climático
(calentamiento global) que enfrenta la Tierra
actualmente? Si bien es cierto que las
variaciones orbitales afectan directamente la
energía absorbida por el planeta de la
radiación solar, estos cambios se dan en
periodos de milenios. Aunque sí se llega a
calentar o enfriar el planeta de manera
significativa, el tiempo que demora el clima
en cambiar drásticamente da la suficiente
ventaja para que la biota tenga gran
posibilidad de evolución y no sufra una
extinción que afecte tan negativamente a los
procesos biológicos.
Dado que la actividad del ser humano ha
acelerado este cambio climático durante los
últimos dos siglos, muchas especies se han
extinto o han quedado con pocos escenarios
que permitan su existencia, y gracias a estos
estresores es que la ventaja para adaptarse ha
quedado muy reducida en el tiempo.
Pensemos que las variaciones orbitales, y con
ellas el cambio climático por fuente externa,
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están presentes incluso antes de la aparición
de las primeras formas de vida. El primer
individuo vivo en el planeta surgió, creció y
evolucionó supeditado a estas condiciones,
así que la relación entre la biota y el cambio
climático es dinámica y permite la adaptación
y especiación de distintos tipos de vida.
Cuando el clima cambia a un ritmo que no
engrana ni favorece esta relación dinámica, la
diversidad biológica se ve amenazada, y con
ella nuestra propia existencia como humanos
y elementos de un sistema biológico al que sí
o sí estaremos condenados a ser otro ladrillo
en el muro.
Conclusiones.
Los ciclos de Milankovitch explican los
cambios climáticos a largo plazo, en miles de
años, como resultado de las diferentes
combinaciones que se dan entre las
variaciones orbitales. Es decir, cada
movimiento genera un efecto climático
determinado ya que, al cambiar la posición de
la Tierra con respecto al Sol, la cantidad y
dirección de energía que recae sobre el
planeta es directamente proporcional con qué
tanto se calienta el globo. Esta cantidad de
energía cambia de acuerdo al ángulo de
inclinación del eje, a la distancia que haya
entre el Sol y la Tierra, la velocidad de
rotación (y con ella la variación en la potencia
del campo magnético terrestre), y hemisferio
que se encuentre de frente o del lado opuesto
al Sol. Si combináramos los efectos que tiene
un movimiento con otro obtendríamos
distintos datos en cuanto a duración, punto en
la traslación, temperatura y
suavidad/intensidad de las estaciones;
especialmente del invierno y del verano en
los hemisferio norte y sur.
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paleoclimatic-change-and-hominin-
evolution-68244581/
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https://www.aventura-amazonia.com/laravel-
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• https://www.nature.com/scitable/kno
wledge/library/milankovitch-cycles-