Otro ámbito abordado tradicionalmente por la terapia de conducta es el de las
disfunciones sexuales. señala a las terapias sexuales
(en realidad un conjunto de procedimientos que podrían identificarse como cognitivoconductuales) como el tratamiento de elección para las disfunciones sexuales. Estas pueden hacer referencia a problemas tales como la impotencia, la eyaculación precoz, la retardada, la dispareunia o el vaginismo. Las intervenciones, muy variadas, en función de la evaluación, pueden incluir ejercicios de focalización sensorial, técnicas de biofeedback, desensibilización sistemática, recondicionamiento al orgasmo, técnicas de autosugestión, etc. La excepción es el problema de la falta de deseo sexual; para él no se han dearrollado aún soluciones ni problema de la falta de destan breves ni tan eficaces.