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ARQUITECTURA FUNCIONAL

No me gusta la nueva arquitectura,


porque la nueva arquitectura no hace casas viejas.
No me gustan las casas nuevas
porque las casas nuevas no tienen fantasmas.
Y, cuando digo fantasmas,
no quiero decir esas apariciones vulgares que andan por ahí.
Hay un no sé qué más sutil
en esas casas viejas, viejas casas,
como en nosotros la presencia invisible del alma.
¡Tú no sabes la pena que me dan los niños de ahora!
Viven desencantados, como huérfanos:
sus casas no tienen cuevas ni sótanos,
pobres casas sin misterio.
¿Cómo puede el sueño venir a vivir en ellas?
El sueño es siempre un huésped clandestino, y es preciso,
(como muy bien sabíamos)
ocultárselo a las visitas.
(¿Qué dirían ellas, las solemnes visitas?)
Es preciso ocultarlo a las otras personas de la casa,
es preciso ocultarlo a los confesores,
a los profesores, incluso a los profetas.
Las casas nuevas no tienen aquellos largos, interminables corredores
que la Luna venía con frecuencia a embrujar.

MARIO QUINTANA

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