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TEMA 10

CLASES, FORMA Y TECNICA DE LA CONSTITUCIÓN. La


Constitución formal, rígida y flexible. La Constitución Material. La
Constitución según su origen: Otorgadas, pactadas e impuestas. La
Constitución real y la Constitución ideal. ¿qué clase de Constitución
tiene Venezuela y por que?. Técnica Constitucional: Adecuación a la
realidad institucional, estabilidad, flexibilidad relativa,
fundamentabilidad, prudencia, claridad y concisión. La Hermenéutica
Constitucional. Interpretación Autentica, Judicial y Doctrina.

CONSTIUCIÓN FORMAL
Es aquella que para su elaboración cumple con las formas y efectos
especiales de la técnica jurídica. Cumple con todos los requisitos,
normalmente exigidos por la misma Constitución. Es decir, cuando se
realiza una Reforma o una Enmienda, éstas serán normalmente
válidas si se han cumplido todos los requisitos formales
(formalidades) exigidos por tal actividad constitucional. De este tipo
de constitución formal emergen dos conceptos: Constitución Rígida y
Constitución Flexible, en función de la menor o mayor cantidad de
requisitos exigidos para elaborar cualquier modificación del Texto
Constitucional.

CONSTITUCIÓN RÍGIDA
Es el método seguido por la Constitución Venezolana y consiste en
consagrar una serie de requisitos y procedimientos, para modificar la
Constitución; distintos de los requisitos y procedimientos propios del
proceso legislativo ordinario. Este tipo de exigencias se produce
normalmente en la concepción escrita de la constitución, la cual,
generalmente, consagra un título relativo a las modificaciones del
Texto Constitucional.

A diferencia de las Constituciones flexibles, que pueden ser


modificadas por el poder legislativo ordinario por no revestir ninguna
solemnidad, las Constituciones Rígidas, solo pueden ser modificadas
o sufrir modificadas mediante el cumplimiento de prescripciones
especiales, que de una forma u otra dificultan su reforma, bien sea
por requerimientos para ello de órganos legislativos especiales que
actúan como súper legisladores, como es el caso de una asamblea
constituyente; o bien mediante el establecimiento en la misma
Constitución de un procedimiento más complejo que el simple de
reformar a las leyes por el legislador ordinario, como podría ser el de
la fusión de las Cámaras con una mayoría absoluta y el referéndum
popular.
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CONSTITUCIÓN FLEXIBLE
Normalmente tiene relación en la Constitución Consuetudinaria. Son
aquellas en las cuales para modificar la Constitución se sigue el
mismo procedimiento usado para la elaboración de la Ley Ordinaria.

Es decir, no existen requisitos especiales propios para este tipo de


actividad constitucional. Las flexibles o elásticas, son aquellas
Constituciones que pueden ser modificadas en cualquier momento
por el procedimiento legislativo ordinario, con la ventaja de que
puedan adaptarse a nuevas condiciones y a nuevas concepciones de
la sociedad, y con la desventaja que en esa misma forma podemos
estar cambiando estructura fundamentales del Estado.

El ejemplo típico de Constitución flexible lo encontramos en


Inglaterra, cuyo Parlamento es el único órgano legislativo, tanto en lo
ordinario como en lo constitucional, a pesar de la flexibilidad de su
Constitución, nos encontramos que su “Carta Magna” y sus leyes e
instituciones políticas, siendo apenas fragmentos de Constitución,
están completadas por el derecho común histórico, que la
jurisprudencia consagra y que el pueblo acata con ejemplar disciplina.

LA CONSTITUCIÓN MATERIAL
La Constitución Material es aquella cuyo sentido se refiere al
contenido de ésta, de la normativa constitucional. Una Constitución
en sentido Material puede ser consuetudinaria o escrita, pero debe
ser el conjunto de principios rectores constitucionales que estructuran
y ordenan al Estado, procurando su unidad y permanencia. En
ordenamiento/ estructura/ atribución de competencia y, muy
importante, es expresión de Soberanía Estatal.

El verdadero objeto de la Constitución Material es la organización


fundamental del Estado; pero no es sólo la distribución de la
competencia o de la extensión de los poderes, sino la expresión
primaria, extraordinaria e ilimitada de la soberanía, puesta en
ejercicio especialmente con ese fin, y por encuna de la competencia o
de la extensión de los poderes, existe un contenido teleológico que es
un ingrediente igualmente necesario del contenido constitucional. Por
eso, fuerza política y fin político son los elementos (instrumental y
material) que integran el contenido de la Constitución.

LA CONSTITUCIÓN SEGÚN SU ORIGEN


Son propias de regímenes monárquicos, en los cuales el Rey se auto
imita otorgando, concediendo, dando derechos o atribuciones a los
súbditos en una actividad graciosa. Por tanto, este tipo de
Constitución no es producto de un Órgano Constituyente, sino
conducta y actividad exclusiva del Rey, mediante una concesión
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graciosa. Marcan el paso histórico entre la Monarquía Absoluta y las


Monarquías Limitadas. Generalmente representan el producto de
ejercicio de las presiones políticas populares.

Las Constituciones otorgadas no son otra cosa que concesiones


graciosas y unilaterales, que hace el rey a favor del pueblo y donde
ningún consejo o cuerpo deliberante ha tomado parte alguna, aún
cuando de hecho estas Constituciones siempre responden a presiones
populares y la fuerza de las circunstancias que se imponen al
monarca. Estas Constituciones otorgadas señalan en la historia el
primer paso de la monarquía absoluta a la monarquía limitada. Desde
el punto de vista jurídico son obra exclusiva del rey, quien en el libre
ejercicio de su soberanía ilimitada, hasta ese momento, decide
conceder una Constitución a sus súbditos. En estas Constituciones
otorgadas y que se denominan comúnmente “Cartas”, el rey mismo
pone restricciones al limitar su propia soberanía.

CONSTITUCIONES OTORGADAS O PACTADAS

En este caso, no se trata de una concesión graciosa del Rey a sus


súbditos, sino del producto de un acuerdo entre el Rey y una
Asamblea Popular que representa a los habitantes del Reino. Se trata
de un pacto bilateral que inicia la transición entre la Monarquía y el
ejercicio popular de soberanía.

Es la transición entre la monarquía y la soberanía popular, en ella se


supone ya una debilitación de la monarquía. El pacto tiene un
carácter bilateral, porque es un acto firmado por ambas partes, y la
Constitución nace en virtud de ese acto. “La máxima dificultad que
encierra el pacto – observa Xifras Heras, estriba en que las dos
partes no se encuentran casi nunca en una situación de igualdad, y el
contrato se convierte, por tanto en una estipulación unilateral
camuflada.

CONSTITUCIONES IMPUESTAS

Se trata de la concepción de las Modernas Constituciones, en el


sentido de que una vez sancionadas, promulgadas y publicadas, son
de obligatorio cumplimiento para todos los habitantes de la Nación,
aún cuando no compartan sus principios. El desacuerdo con la norma
constitucional no justifica su incumplimiento.

Se basa en procedimientos democráticos y emerge de una Asamblea


Constituyente o Convención que redacta o modifica a la Constitución
anterior, con estricta observancia de la normativa al respecto.
Algunas Constituciones exigen la participación popular mediante un
Referéndum. En Venezuela participan también los Consejos
Legislativos Regionales.
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Las Constituciones impuestas reflejan el principio de la soberanía


nacional. Se basan en procedimientos democráticos o populares y
puede proceder: a) de una asamblea constituyente, (Convención) que
redacta la Constitución (pidiendo además, asumir otras funciones); o
b) de la directa intervención popular (referéndum) para aprobar o
rechazar el proyecto elaborado por la asamblea.

La Constitución real y la Constitución ideal. ¿qué clase de


Constitución tiene Venezuela y por que?.

TÉCNICA CONSTITUCIONAL: ADECUACIÓN A LA REALIDAD


INSTITUCIONAL, ESTABILIDAD, FLEXIBILIDAD RELATIVA,
FUNDAMENTABILIDAD, PRUDENCIA, CLARIDAD Y CONCISIÓN.
GENERALIDADES

Toda ciencia o arte posee un conjunto propio de procedimientos y


recursos de los cuales se vale para obtener un objetivo. Al conjunto
de estos procedimientos y recursos es lo que denominamos la
Técnica de toda ciencia o de todo arte. Además de esta técnica se
requiere pericia para la utilización de los recursos. En algunos casos
se exige habilidad especial. En el caso del hacer Constitucional,
requiere que esta habilidad se adecue a su condición Ciencia del
Derecho, pero también a su condición de arte. La elaboración de una
Constitución requiere el comportamiento de un artista aunado al
saber científico. La Constitución establece los principios básicos
rectores del Derecho. El Derecho por su parte, tiene un profundo
contenido ético, por lo que su formulación se hace con base a reglas
abstractas dirigidas a la armonía de la convivencia y al respeto de los
derechos ciudadanos, por lo que la Constitución y el Derecho en
general, no pueden concebirse independientemente de esos
intereses y tampoco de la técnica legislativa y constitucional.

TÉCNICA DE LA FORMULACIÓN CONSTITUCIONAL


De lo expuesto, se deduce que la formulación constitucional debe
obedecer a una serie de principios técnicos y jurídicos que harán que
el Texto Fundamental de una República sea aplicable, tenga validez
real como rector del Estado, de su estructura, fundamento,
organización, etc. Estos principios de la Técnica Constitucional son los
siguientes:

ESTABILIDAD
Como queda dicho, la pretensión del constitucionalista es que el texto
constitucional permanezca en el tiempo con su vigencia y hacia esta
meta debe dirigir sus esfuerzos. La Constitución deber ser estricta,
rígida, suprema y permanente. Esta permanencia va a garantizar
continuidad del orden jurídico establecido, pero no debe olvidarse que
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el texto constitucional debe ser lo suficientemente flexible como para


adecuarse a la realidad social que le toque resolver a través del
tiempo de su vigencia.

Esto la diferencia de las leyes ordinarias, generalmente a satisfacer


las necesidades del momento o circunstanciales; mientras que las
Constituciones, por ser el fundamento de esas leyes, se sancionan
con miras a ser permanentes; aún cuando esto no es una ley
inmutable y la Historia que es testigo del tiempo y de los
acontecimientos no dice que esto no sucede, y así tenemos leyes que
sobreviven, no a una Constitución, sino a muchas.

FLEXIBILIDAD
Dentro de los fines constitucionales, para su mejor cumplimiento se
persigue que el cuerpo Constitucional sea lo mas permanente posible.
La Técnica Constitucional debe estar dirigida a que no se produzcan
modificaciones continuas o frecuentes del Texto Constitucional, pero
esto no significa que se le debe considerar perpetuo, pues como
instrumento de gobierno que es, debe estar revestido de una cierta
flexibilidad que le permita la recepción de nuevas ideas, admisión de
nuevas tendencias, para poder adecuar su normativa a las modernas
realidades sociales o políticas de cada país.

Es bueno que las Constituciones sean permanentes, que tengan


estabilidad; pero como instrumento de gobierno que es, una
Constitución debe tener cierta flexibilidad y la receptividad suficiente
para recibir en su seno a las nuevas ideas y tendencias que nos
indican el sentimiento de la vida. Es necesario, para el buen camino
de las instituciones, que la Constitución esté a salvo de
modificaciones frecuentes e innecesarias; que no sea el plato de
apetencia de los políticos; pero tampoco debe caerse en el extremo
opuesto de creer que ella no debe sufrir jamás modificación alguna.

ADECUACIÓN

La Constitución está dirigida a regir la convivencia del Estado, sus


gobernantes y gobernados. Por tanto, va a regir determinadas
realidades socio-políticas, jurídicas y económicas de un determinado
Estado. Para lograr sus metas la Constitución debe considerar estas
realidades y en función de ellas, determinarse y determinar al Estado
y su gobierno. Una Constitución no adecuada a las realidades del
pueblo para el cual se elaboró, perderá vigencia y deberá
desaparecer de hecho y de derecho.

Según el Dr. Ángel R. Fajardo H., en su obra: “Compendio de


Derecho Constitucional general y particular”, nos dice: “Toda
Constitución debe ser un espejo fiel donde se refleje la realidad
jurídica, política, social, económica, moral, religiosa y cultural de un
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pueblo. Por ello, debemos tener muy presente estas condiciones


esenciales a la hora de darle una Constitución a un pueblo. Pero estas
condiciones varían de un pueblo a otro, por eso la Constitución debe
ser, ni mas ni menos, que el resultado de un proceso evolutivo, por lo
cual, esa norma fundamental deber ser la copia fiel, exacta, de la
herencia política, social y económica de ese pueblo determinado. No
debe ser una norma fundamental concediendo derechos, ya que éstos
no se conceden; por el contrario, debe ser el reconocimiento de
derechos que ya existen y establecerlos en forma enunciativa. La
Constitución “debe estar – como dice Montes quien – en relación con
la naturaleza física del país, cuyo clima puede ser glacial, templado o
tórrido; ser proporcionada a su situación, a su extensión, al género
de vida de sus habitantes, comercio y a la índole de sus costumbres.
Por último, han de armonizarse una a otras con su origen, y con el
objeto del legislador. Todas estas miras han de ser consideradas”.

FUNDAMENTALIDAD

Sólo lo fundamental es materia constitucional, la Carta Magna de una


República no puede descender al detalle, a la particularidad. Debe
circunscribirse a incluir en sus textos, principios básicos
(fundamentales) sobre el Estado, régimen político y económico, el
gobierno de ese Estado. El amparo de los derechos y deberes de los
ciudadanos. No puede legislar como lo hace el legislador ordinario,
pues éste es quien debe desarrollar en la “Ley Ordinaria” los
principios constitucionales.

Oigamos la palabra autorizada de Linares Quintana: “Para que la


Constitución sea estable a la vez que flexible y elástica, su contenido
debe circunscribirse a la exposición de los principios y las normas
fundamentales o básicas que hacen al gobierno y al amparo y
garantías y dignidad del individuo y sociedad. Una norma
fundamental que descienda al detalle y a la minucia invadiendo la
órbita del legislador ordinario y aún peor la del poder reglamentado,
se marchita casi inmediatamente a su sanción, poniendo en evidencia
bien pronto la falta de correlación entre muchas de sus cláusulas y la
realidad cambiante”.

Esto nos dice que la Constitución debe se cauta, reservada y sobria


en sus disposiciones, no debe ser completa entre sí, debe indicar con
toda la sobriedad posible el establecimiento de un gobierno que tenga
en varias ramas distintas, poderes ejecutivos, legislativos y judiciales,
“no debe contener más que los conceptos básicos, los que pueden
impunemente resistir a las mudanzas de los tiempos y a las
veleidades de la moda política”. En realidad, todo el problema estriba
en que la Constitución defienda y no ahogue; en que proteja cuanto
merezca amparo, y no cristalice con rigidez superlegal lo que deba
quedar sujeto a los embates de las nuevas corrientes. “Atendiendo a
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la naturaleza del documento constitucional, puede sostenerse que las


Cartas otorgadas suelen ser parcas”. Ya nosotros los venezolanos
tenemos una triste experiencia del pasado, cuando nuestras
Constituciones enumeraban a las entidades componentes del
territorio nacional, e igualmente se indicaban los nombres y sus
respectivas capitales; de las cuales, a capricho del gobernante de
turno, se aumentaba el número, o por egolatría se les cambiaba el
nombre, siendo necesario, para ello, de una reforma constitucional.
Hoy se puede hacer lo mismo; pero sin necesidad de tocar la
constitución, ya que ella pauta: “Los Estados podrán fusionarse,
modificar sus actuales límites y acordarse compensaciones o cesiones
del territorio mediante convenios aprobados por sus asambleas
legislativas y ratificados por el Senado”. E igualmente pueden
cambiar sus nombres. Así podemos observar que nuestra
Constitución es de corte moderno, y ya el cambio del número de los
Estados o el de sus nombres no amerita una reforma de nuestra
Constitución.
Todo esto nos lleva a concluir y no olvidar, que fuera de lo dogmático
y lo orgánico, no debe admitirse en la Constitución otras cosas,
porque éstas sobran y van a incidir en el pueblo, quien en última
instancia está destinado a soportar el peso del código político.

PRUDENCIA
El Constituyente debe ubicarse en la realidad para la cual está
legislando y decidir en forma ecuánime para que el texto
constitucional logre la permanencia requerida. Las pasiones deben ser
apartadas y sólo pensar en el bien del Estado y del ciudadano. Debe
ser el cerebro y no los sentidos, el que debe acudir en el momento de
legislar el constituyente.

La prudencia es una de las cuatro virtudes cardinales que consiste en


discernir lo bueno de lo malo, bien sea para seguirlo o huir de ello; en
virtud de eso, el constituyente debe tener la Constitución, donde se
debe moderar los apetitos y el uso excesivo de los sentidos,
sujetándolo a la razón.

Un aspecto de esa prudencia que debe caracterizar al legislador


ordinario, es ubicarse imaginativamente, en el puesto del Magistrado;
pero pensando desde el banquillo del acusado cuando se dispone a
dictar la ley, porque las leyes son reversibles y mañana tú serás
juzgado con ella. Con más razón debe hacerlo el Constituyente
cuando dicta la norma fundamental del Estado. Bien decía Sebastian
Soler citado por Linares Quintana – “Es muy difícil hacer derecho
pensándolo solamente desde el poder. Legislador completo es aquel
que sabe estructurar las normas jurídicas pensándolas primero desde
el sitial del juez y después desde el banquillo del acusado. El que no
sabe que la norma es reversible- todo lo que vale para una parte
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puede valer para la otra- todavía no conoce el verdadero poder del


derecho al cual mañana él mismo sucumbirá.

ESTILO: Claridad y Concisión

Debe ser un texto al alcance de todos. Su redacción debe ser


entendida sin dificultad por todo ciudadano, con el fin que se realice
su objeto fácilmente. Debe ser orgánica y lógica para ser entendible,
clara. Debe permitir una interpretación homogénea, fácil. La
hermenéutica constitucional recomienda que no sobren palabras en el
texto, pero que tampoco falten.

Claridad y concisión son dos virtudes que deben poseer los


encargados de elaborar la Constitución. La norma suprema debe ser
clara en su redacción para que el sentido que encierra pueda se
captado sin dificultad y ser realizada del mismo modo. “La claridad de
la ley, viene de su misma lógica, del encadenamiento y filiación de
sus partes”. La claridad nos da el consentimiento para emprender y
practicar lo que se conoce; por eso es requisito ineludible la claridad
en la expresión de los conceptos en cualquier rama del saber
humano, con mayor razón en la Constitución que ha de regir los
destinos de un Estado. ¿Que se puede esperar de una ley oscura, con
palabras omitidas o mal empleadas superfluas o hasta de signos de
puntuación deficientemente colocados? Y así como la redacción debe
tener una claridad meridiana para facultar su interpretación, también
ha de ser concisa, precisa en sus cláusulas, no deben sobrar
palabras, ya que el exceso de vocablos inútiles, hacen a la
Constitución ininteligible.

La concisión, o sea, la brevedad expresiva, es el arte de decir las


cosas con los términos justos y adecuados, sin una palabra más pero
tampoco menos. Si en el lenguaje común y en la técnica jurídica es
ésta una cualidad plausible, en el derecho constitucional resulta
inapreciable; por eso las enmiendas deben hacerse en la misma
forma para que nos resulten verdaderos remedios.

LA HERMENÉUTICA CONSTITUCIONAL.

LA INTERPRETACIÓN CONSTITUCIONAL
La interpretación es la aplicación de la hermenéutica; ya que ésta
descubre y fija los principios que rigen a la interpretación: por eso la
hermenéutica es el arte de interpretar; pero no es la interpretación
misma. De modo que la interpretación posee su técnica, al igual que
las artes en general, para llegar a los fines que se propone.
Interpretar es adaptar el sentido de una cosa y principalmente el
texto cuando éste no es claro, es desentrañar el sentido de una
expresión; se interpreta para descubrir la significación de los signos
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en el sentido que éstos encierran y no de los signos mismos por ser


la interpretación para determinar el alcance de la norma jurídica, si
no se quiere llega, mediante una interpretación defectuosa o errónea,
a un fracaso lamentable, ya que los errores de interpretación
constitucional suscitan desacuerdo entre los poderes públicos,
perturban la vida del país y hacen tambalear las instituciones.

INTERPRETACIÓN AUTÉNTICA
Es bien sabido que el intérprete de una obra es su propio autor, es la
interpretación auténtica porque viene de quien le dio la existencia. Y
sí el Poder Legislativo es el creador de la ley, es él quien mejor puede
considerar sus propias leyes, sea para modificarla, sea para
interpretarlas, determinando su alcance, aclarando su sentido, su
propósito; pero la norma interpretativa nada crea; sólo aclara para
que su aplicación sea correcta.

INTERPRETACIÓN JUDICIAL
Fuera de la interpretación auténtica, también podemos considerar
interpretación judicial, que es la efectuada por el Poder Judicial al
ejercer las funciones que específicamente le corresponde, pero su
interpretación no puede ser distinta de la del legislador; de modo,
que a los jueces corresponde aplicar la ley tal y como se haya escrita,
pues no están facultados para crear reglas de interpretación ya que si
esto fuese posible, se originaría la confusión de los poderes y se
violaría el principio fundamental de la separación entre el Poder
Judicial y el Poder Legislativo.

INTERPRETACIÓN DOCTRINARIA
También mencionarse la interpretación doctrinaria. Esta es la
realizada por los jurisconsultos, es una interpretación que por ser
realizada por los científicos del derecho, se le llama interpretación
científica, sin embargo, la interpretación judicial es igualmente
científica, ya que el juez procede exactamente igual que el
Jurisconsulto libre, quien no podría valerse de estar desligado del
Poder Judicial para darle un sentido distinto del que tiene la ley; no
hay mas que una forma de interpretación y ésta es la científica o
doctrinal, la cual se efectúa o por el juez o por el jurisconsulto. La
interpretación doctrinal se presenta como interpretación lógicamente
refinada, fruto de sutiles razonamientos, de agudas argumentaciones,
de prudentes analogías, de diligentes investigaciones históricas y
desvinculadas de preocupaciones contingentes y de elementos
pasionales.

Bibliografía
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FAJARDO A. Principios de Derecho Constitucional General y


Venezolano. Caracas 2008.

HERNANDEZ J. Summa Constitucional. Caracas 2004

LOAIZA C. Derecho Constitucional, General y Particular. Caracas 2000

MARCANO L. El Estado Y El Derecho Constitucional General Y


Comparado. Móvil Libros Caracas 2007.

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