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20 de marzo de 2021

1. Las consideraciones sobre las cosas. - Debemos preguntarnos si el no tener nombres para las cosas es
impedimento para el quehacer humano con aquellas, sean estas objetos, fenómenos u otras personas,
todo ello sin importar la época o el lugar. Puede declararse que no, que no necesitas mas que señalar
aquello con lo que pretendes interactuar.

Con lo anterior, sin embargo, habremos de decir que una vez nombrado algo (mientras más univoco sea
su uso mejor) se tratará con ello de forma consensuada y esto no es más que argumento a favor de la
eficiencia, no de que las cosas tuvieron en su grado más perfecto un nombre e identidad trascendente
(idea en Platón).

En psicología, y como adelanto de lo que veremos, notamos que una vez adquirido el nombre de lo
"reconocido" es que se suele proceder a elaborar las construcciones desde las que esto es incluido y
explicado. Será un gran error entonces, que el nombre para designar una cosa se explique sobre si
mismo, siendo que vista esta cosa en el quehacer diario (la inteligencia o el recordar por ejemplo) en
diversas y muy diferentes ocasiones.

En el saber común se podrá decir aquello a lo que se arriva con tiempo en teorías que tomen del
lenguaje común sus términos a ser usados. A lo mucho llegarán a dar definiciones más o menos
aceptadas por el común de las personas.

Las abstracciones de conjuntos observados, habiendo asimilado sus propiedades comunes nos dará una
categoría para llevar a cabo la comunicación. Una vez tratando con una categoría mayor no debiera
originarse un juego de lenguaje con niveles inferiores de abstracciones, es decir, la categoría plantas
(categoría grande) no se mencioina con el nombre "perro" por lo común. Uno no suele decir "ahí
tenemos plantas y un perro", ¿no es mejor decir "tenemos plantas y animales"? No diremos tampoco
"en mi casa tengo material bibliográfico y un libro", error aun mas notorio en tanto lo último está
incluido en lo primero.

Así, entre las consideraciones sobre las cosas tenemos niveles de conjuntos, unos no se mezclan con
otros en una comunicación efectiva, ¿es que acaso se puede decir que no buscamos una comunicación
así?

Aquí se puede mencionar el problema del lenguaje denotativo (uno que de cuenta de las cosas y de
forma ideal uno que tenga el nombre perfecto -no confundido con otro- para cada cosa)

1.1. El concepto de alma, mente o inconsciente servirían (justificados o no de manera filosófica o con
argumentos frente a otros) para dar cuenta de algo que se asume interior de uno e interior casi por
obligación de otros.

Extraño que quienes gustan operar y hablar de inconsciente y sus funciones no quieran saber más acerca
de las cosas con las que interactuan, se diran para si que de ser su interior la interferencia, ellos no se
ven obligados a actuar en su alrededor o saber de qué está hecho lo demás o para que se usa
comunmente.
2. Lo aplicado de la ciencia. - Si toda ciencia se inspira en filosofía o en técnica ya desarrollada (Bueno),
sus construcciones teóricas son acaso para influir o actuar en el entorno o sólo deben buscar
comprensión de lo que estudian.

3. Lo influyente en la filosofía y la ciencia. -

4. Argumentos para convencer

5. Operar de acuerdo a principios

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