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GREGORY CORSO

GASOLINA
Y LA VESTAL DE LA CALLE BRATTLE

Edición bilingüe
Traducción de Roger Wolfe
1ª Edición: febrero de 2010

The Vestal Lady on Brattle and Other Poems © 1955 by Gregory Corso
Gasoline © 1958 by Gregory Corso

© Traducción: Roger Wolfe


© Fotografía de portada: Arthur Knight
© HUACANAMO, S. L.
C/ de Vinyals 47, 3º 1ª
08041 Barcelona
www.huacanamo.com
ISBN: 978-84-937432-6-0
Depósito Legal:
Impreso en España – Printed in Spain
Imprenta: Romanyà-Valls
NOTA DEL TRADUCTOR

Las traducciones incluidas en el presente volumen no son exactamen-


te versiones libres, pero tampoco lo son literales. Traducir es recrear. Y
traicionar. En el mejor sentido de la palabra, por supuesto. En el caso de
la poesía, es prácticamente imposible mantener la fidelidad sin recurrir
a la traición. En estos tiempos la literalidad es más flagrante que nunca,
y quien lo dude no tiene más que echarle un vistazo a los grotescos es-
perpentos que vomitan los programas informáticos de traducción, que en
internet alcanzan cotas que rebasan con creces el más delirante surrealismo.
Por suerte, el mundo real, aunque en retirada, se empecina tercamente en
subsistir; las traducciones que figuran a continuación las hizo un hombre
de verdad, con sentimientos, emociones y percepciones intelectuales de
verdad, en un mundo que para él es todavía de verdad.


Roger Wolfe
Madrid, abril de 2009
GASOLINA
Les dedico este libro a los ángeles de la cárcel de Clinton, que en mi décimo sép-
timo año me entregaron, desde todas las celdas que me rodeaban, libros llenos de
luz.

G. C.

«... Llega, os digo, inmensa en sus harapos empapados de gasolina, tachonada de


pedazos de alambre y viejos clavos torcidos, arribista oscura, desde un oscuro río
interior.»

Gregory Corso, «Cómo me llega la poesía»


INTRODUCCIÓN

Abran este libro como abrirían una caja de juguetes locos, tomen
en las manos un refinamiento de belleza sacada de una atmósfera
destructiva. Estas combinaciones son imaginarias y puras, en conso-
nancia con el DESEO individual (y por tanto universal) de Corso.
¡Todo ello su propia originalidad! ¿Dónde su conexión, más que
en su propia belleza? Estas extrañas yuxtaposiciones de fragmentos
que parecen haikus no vienen en el manual americano. ¡Ah! Pero
están en la auténtica tradición clásica; desde la descripción de la
metáfora, de Aristóteles, al más montaraz Shelley, pasando por Apo-
llinaire, por Lorca, por Mayakovski. Corso es un lanzador fenomenal
de palabras —primera señal desnuda del poeta—, un maestro cientí-
fico de delirantes bocanadas de lenguaje. Anhela una superficie des-
ternillada de elipsis, de acrobacias del más peculiar fraseo, recogidas
de las calles de su psique como «locos niños de chapas de botella».
Éste es el gran sonido: «¡Oh sacaros ese camión de bomberos de
la boca!».
Más descocado todavía: «El Orejas Sucias va a lanzarme la nava-
ja..., pero lo acribillo a perdidos relojazos».
¡Qué nervio! «Tú, Méjico, no tienes ningún chicago, ninguna
rubia novia gangsteril...» («H. G. Wells»; inédito.)
Corso captura la pura poesía abstracta; las entrañas sonoras de la
lengua sola.
Pero ¿qué es lo que dice? ¡Y a quién le importa! ¡Dicho queda!
«Afuera, junto a una fogata de halloween, sabio en su tronco cha-
muscado, un viejo dicta frases al heredero del Chiflado.»
Ese heredero transcribe a veces unos perfectos versos modernos
que cualquiera puede entender: «Fantasía italiana», «Regreso a mi
lugar de nacimiento», «El último gángster», «Triste yak», «En las pa-
redes de un sombrío cuarto de alquiler», «Haarlem», «Anoche me di

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una vuelta con un coche», «Ecce homo», «Hola».
Raro y triste y chiflado conocimiento de la realidad, y visionario
desprecio de la misma...; pero el poeta prefiere sus sueños. ¿Por qué
no? Su Paraíso es la Poesía. Él mismo lo explica, largo y tendido, en
su gran poema inédito, «Poder»:

No canto el poder dictatorial.


El rígido brazo de la dictadura es un símbolo de poder atroz.
En mi cuarto acumulo gasolina y evidencia suficientes como
para darles a los dictadores un poder incombustible.
¿Soy yo el rígido brazo de Costa Rica?
¿Me paseo, de uniforme verde y rojo, patrullando en cochazos
de la Chrysler?
¿Odio a mi pueblo?
¿Me perdonarán los tributos que les cobro?
¿Seré asesinado en el hipódromo? ¿Conspiran ahora mismo
contra mí?

... ... ... ...

Bello pueblo, tú también eres poder. Y ese poder tuyo lo


recuerdo.
No te he olvidado entre las nieves de Bavaria, descendiendo
en esquís sobre la aldea dormida, con bengalas y carabinas.
No te he olvidado cuando te frotabas las manos en mi avión,
para limpiarte la grasa, ¡o firmabas con tus extraños
nombres en la carcasa de esas bombas!
¡No!
¡No he olvidado el bazoka, camuflado con ramas de palmera,
con el que desde el hombro de un soldado negro
apuntaste al tanque aquel lleno de arios!
Ni he olvidado la granada, ni ese miedo y esa ansiosa
urgencia que vertió por la trinchera de tu hermano.
¡Tú eres poder, hermoso pueblo!

... ... ... ...


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El poder no se arroja desde bombarderos
El poder se oculta en un sombrero
El poder está en el mundo
El poder está en el miedo
El poder es pulular sin esperar a nadie en una esquina
El demonio no conoce el poder que encierra el simple acto
de cruzar la calle.
Ni el ángel el de aquel que mira y luego ya no mira.

¡Qué solitario dignatario! Posee el angelical poder de crear poe-


mas autónomos, como Dios creando fuentes.
«Para mí el automatismo es un momento de trance en el que
la mente se acelera con velocidad constante de chifladura mental,
genio mental, locura mental...
»Cuando Bird Parker o Miles Davis interpretan una pieza están-
dar de música, la fragmentan dividiéndola en sus propios sonidos
originales. Bueno, pues eso es lo que hago yo con la poesía; la frag-
mento en una serie de pedazos —X, Y y Z—, de una manera que
podríamos llamar automática. Yo lo llamo flujo estándar (porque
las palabras iniciales son corrientes); y luego ese flujo lo disperso y
lo diversifico intencionadamente para crear mi propio sonido. Ya sé
que muchos dirán que un poema escrito de ese modo queda basto
y sin pulir, y etc. etc. Pero eso es justamente lo que quiero que sean
mis poemas, porque los hago realmente míos; los convierto en algo
inevitablemente NUEVO. Y al igual que ocurre con todo el jazz
espontáneo, y bueno de verdad, lo nuevo es lo que acepta y espera la
gente que sabe de qué va la cosa y que escucha.»
«¡No disparéis al jabalí!» La mente ha dado un salto dentro del
lenguaje. Corso fluye como un río; pura poesía. «Grité su nombre:
¡Belleza!». Despreciarla nos convertiría en los proverbiales malditos
de las fábulas. Puede que Gregory Corso sea el poeta más grande de
Norteamérica, y se está muriendo de hambre en Europa.

ALLEN GINSBERG
Ámsterdam, octubre del 57
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ODA A LA TORRE COIT

Oh antiverdorosa y fálica si no fuera por tu derramada altura


alzándose entre lágrimas como un árbol enfermo o tu siempre
chabacana complacencia perforando el arrugado cielo de esa tu
ciudad parecerías una Babel absurda acuclillada ante millones
de mortales
Con mis ojos neoyorquinos llené tus apagadas cuencas de temblores
que no habían sentenciado al mudo Empire State y tampoco a
ti te sentenciaron
Pero aun así viste por mis ojos fantasmales en la noche a esos niños
locos de las chapas de botella abandonando sus abundantes
rubios versos en la rejilla mutua de sus pies de eucaristía como
reyes que ofrendaran sus tesoros traídos en camellos desde lejos
Iluminaciones engastadas en masculinos miembros recubiertos del
fresco sudor de los trabajos del tranvía y en Génova papá y la
carretilla
Plétora de eléctricas visiones ensambladas en la noche de bastardo
hierro en sus esporas como tenues luces de una alucinógena
fachada*
Ah torre desde tu cabeza que las bayas no coronan he tenido
una visión en común conmigo mismo la cercanía de Alcatraz y no

ODE TO COIT TOWER


O anti-verdurous phallic were’t not for your pouring height looming in tears like
a sick tree or your ever-gaudy-comfort jabbing your city’s much wrinkled sky
you’d seem an absurd Babel squatting before mortal millions/ Because I filled
your dull sockets with my New York City eyes vibrations that hadn’t doomed
dumb Empire State did not doom thee/ Enough my eyes made you see phantasmal
at night mad children of soda caps laying down their abundant blond verse on
the gridiron of each other’s eucharistic feet like distant kings laying down treasures
from camels/ Illuminations hinged to masculine limbs fresh with the labor sweat
of cablecar & Genoa papa pushcart/ Bounty of electricity & visions carpented
on pig-bastard night in its spore like the dim lights of some hallucinating facade/
Ah tower from thy berryless head I’d a vision in common with myself the
proximity of Alcatraz and not
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el chorro sabio de blancor del jazz y la poesía o viceversa que se
abrazan entre sí sino más bien una visión constante real
desgarradora de Alcatraz que ante mis ojos desfilaba
Alcatraz la achaparrada sollozaba en la mesa de Neptuno cuya
pétrea servidumbre aplasta el arpa de las olas que no sueña y se
asfixia por cantar y oh ese trozo de los mares que sigue sin soñar
Torre yo he sentido un verdor frondoso y vago que ha fijado un
viento verde en la sombra de la Misericordia que azotaban uñas
frías contra el trigueño cielo de Occidente que sollozaba estoy
seguro para que la inmensa puerta de la humanidad se abriera y
fueran libres ya todos los hombres y murieran gozne y cerradura
y que si otra vez las puertas se cerraran se cerraran como
campanillas chinas
Fue el amor del hombre el que violó este cielo con monumentos que
abarcan toda la bahía con puentes de color naranja y plata
fundiéndose estructura en estructura incorruptibles en este
vínculo infinito que insufla apasionada cada época sea en piedra
o en acero en eco o ruina que nos llega sólo a medias al oído
Fue el amor del hombre el que erigió ahí esa roca que nunca cederá
ante la avalancha si no es en visión o en este imaginario ahora o yo
mismo aquí de pie en Telegraph o en Nob o en Russian Hill la
misma vista siempre a lo lejos Alcatraz como una desolada fiesta
*

the hip volley of white jazz & verse or verse & jazz embraced but a real
heart-rending constant vision of Alcatraz marshalled before my eyes/ Stocky
Alcatraz weeping on Neptune’s table whose petrific bondage crushes the
dreamless seaharp gasping for song O that that piece of sea fails to dream/ Tower
I’d a verdure vagueness fixed by a green wind the shade of Mercy lashed with
coldnails against the wheatweather Western sky weeping I’m sure for humanity’s
vast door to open that all men be free that both hinge and lock die that all doors
if they close close like Chinese bells/ Was it man’s love to screw the sky with
monuments span the bay with orange & silver bridges shuttling structure into
structure incorruptible in this endless tie each age impassions be it in stone or
steel either in echo or half-heard ruin/ Was it man’s love that put that rock there
never to avalanche but in vision or this imaginary now or myself standing on
Telegraph Hill Nob Hill Russian Hill the same view always Alcatraz like a
deserted holiday/
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Y lloré por Alcatraz ahí dentro en tus entrañas secas oh torre
agarrándome el pie de Pan con recordado aluvión de imágenes
de la prisión de Dannemora
Lloré por todo aquello que en mí había perdido ya soberanía y
apestaba a sueño muerto y a sueños que aún finjo que no están
enterrados para así darle la espalda al gusano de los hechos
Sueños que alguna vez brincaron radiantes y gozosos desde mi
corazón tal chispas que saltaran de la piedra loca de un afilador
y que ahora ya se habían apagado
Si no fuera por las ciudades las prisiones oh torre yo quizás aún fuera
ese monje verdoroso inclinado sobre verdes álbumes campestres
sin otro sueño que no fuera el sueño de mis años jóvenes
¡Ojos de mis manos! ¡La reina Pentesilea y su tribu! ¡Estrellas
mensajeras y el Doctor Deforme de vuelta de su lepra y de su
pena! ¡Navíos de Tracia! ¡Gozosas huellas en puro aire dibujadas!
Me es imposible traicionar el más humilde árbol
Coloso idiota yo vine a tu ciudad en el verano desde Cambridge
y allí tampoco había hoja alguna palpitando entre mis dedos
ni fresco insecto que mi mano electrizara aunque allí tuve una
visión de Muerte sentada en la enorme estufa negra de su trono*
Y así inspirado vine a tu ciudad y caminé por la calle del Mercado
iba cantando oíd oíd los perros ladran los mendigos han llegado

And I cried for Alcatraz there in your dumb hollows O tower clenching my Pan’s
foot with vivid hoard of Dannemora/ Cried for that which was no longer
sovereign in me stinking of dead dreams dreams I yet feign to bury thus to shun
reality’s worm/ Dreams that once jumped joyous bright from my heart like
sparks issued from a wild sharper’s wheel now issued no longer/ Were’t not for
cities or prisons O tower I might yet be that verdure monk lulling over green
country albums with no greater dream than my youth’s dream/ Eyes of my
hands! Queen Penthesileia and her tribe! Messenger stars Doctor Deformous
back from his leprosy and woe! Thracian ships! Joyprints of pure air/ Impossible
for me to betray even the simplest tree/ Idiotic colossus I came to your city during
summer after Cambridge there also no leaf throbbed between my fingers no cool
insect thrilled my palm though I’d a vision there Death seated like a huge black
stove/ Inspired by such I came to your city walked Market Street singing hark
hark the dogs do bark the beggars are coming to town
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y crucé corriendo como loco el Golden Gate hasta llegar a
Sausalito y allí me desplomé extenuado en la pradera donde un
espantapájaros tan largo que parecía no acabarse nunca me dejó
caer la cabeza en el regazo
Qué contento qué loco de contento estaba oh torre allí tumbado
entre el bisbiseo de la hierba soñando con Quetzalcóatl mien-
tras enarcaba la espalda como un arco iris tendido sobre un
golfo imaginario
Ah si volviera una vez más esa locura esa soledad en infinitivo en que
hablaba la ilusión en el divino dialecto en el que la Verdad se
manifiesta
Debí quedarme y sin embargo me marché para irme a Méjico a
Quetzalcóatl y allí en lo alto de Teotihuacán pude escuchar en
voz profética de enmarihuanado Cuauhxicalli un himno oscuro
para el año venidero
Ah torre torre que mi pena no la sintiera por tus héroes sino por
Alcatraz no hizo menguar aquel amor turista de mis ojos
Vi tus santos de negra cazadora tus zénicos fumadores de hachís
tus atenienses tus polludos sementales
Pero aunque el Viento del Oeste parecía remansarse allí no vi ni un
puro sueño shelleyiano de digamos almiar universal en áurea
pila sobre un muro incendiado corriendo hacia la vaporosa
erradicación de la gran Filfa de Tinta*

and ran mad across Golden Gate into Sausalito and fell exhausted in a field
where an endless scarecrow lay its head on my lap/ How happily mad I was O
tower lying there amid gossipy green dreaming of Quetzalcoatl as I arched my
back like a rainbow over some imaginary gulph/ O for that madness again that
infinitive solitude where illusion spoke Truth’s divine dialect/ I should have
stayed yet I left to Mexico to Quetzalcoatl and heard there atop Teotihuacan in
T-prophetic-Cuauhxicalli-voice a dark anthem for the coming year/ Ah tower
tower that I felt sad for Alcatraz and not for your heroes lessened not the tourist
love of my eyes/ I saw your blackjacketed saints your Zens potsmokers Athenians
and cocksmen/ Though the West Wind seemed to harbor there not one pure
Shelleyean dream of let’s say hay-like universe/ golden heap on a wall of fire/
sprinting toward the gauzy eradication of Swindleresque Ink
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EN LA FUGAZ MANO DEL TIEMPO

En la escalinata del resplandeciente manicomio


oigo la campana cuyo son hirsuto reverbera por el bosque
y toca a muerto por mi mundo
Y trepando comparezco en una reunión de fogosos caballeros
que sin verme despliegan estrategias dibujadas en pieles de cordero
y con dedos protegidos por sus mallas datan mi llegada
tiempo atrás atrás atrás cuando en los negros escalones de la lírica
Roma de Nerón vine a pararme
cargando entre mis brazos al filósofo de las endechas
y el postrero toque de diana de la loca historia
Ahora mi presencia es conocida
mi llegada la marcan iluminadas manchas
Abiertos los grandes ventanales del Paraíso
Convertidas en radiante polvo las cortinas del Pretérito
Entran volando estas bandadas de pájaros multicolores
La luz la luz alada oh maravilla de la luz
El tiempo me toma de la mano
nacido el 26 de marzo de 1930 me arrebata a más de cien por hora
para sobrevolar conmigo el vasto mercado de la elección
¿y qué elegir? ¿qué elegir?
Oh – – – y abandono mi cuarto anaranjado de los mitos*

IN THE FLEETING HAND OF TIME


On the steps of the bright madhouse/ I hear the bearded bell shaking down the
woodlawn/ the final knell of my world/ I climb and enter a firey gathering of
knights/ they unaware of my presence lay forth sheepskin plans/ and with mail-
coated fingers trace my arrival/ back back back when on the black steps of Nero
lyre Rome I stood/ in my arms the wailing philosopher/ the final call of mad
history/ Now my presence is known/ my arrival marked by illuminated stains/
The great windows of Paradise open/ Down to radiant dust fall the curtains of
Past Time/ In fly flocks of multicolored birds/ Light winged light O the wonder
of light/ Time takes me by the hand/ born March 26 1930 I am led 100 mph
o’er the vast market of choice/ what to choose? what to choose?/ O - - - and I
leave my orange room of myth/
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sin haber podido guardar mis juguetes de Zeus bajo llave
Elijo el cuarto de la calle Bleecker
Una madre aún bebé me embute en la boca un pálido pecho milanés
Mamo y me revuelvo y gimiendo exclamo oh madre del Olimpo
extraño es para mí este pecho
Nieves
Décadas de asfalto helado caballos condenados
Endebles sueños Oscuros corredores del colegio público 42
Tejados Palomas con buches como cuellos de rata
Arrebatado a más de cien por hora volando por encima
de estas más que verosímiles calles de la Mafia
impío me desprendo de mis alas hermesianas
Oh Tiempo ten piedad de mí
arrójame debajo de esa humanidad de coches
entrégame como alimento a gigantescos rascacielos grises
ofrece a tus puentes mi exhausto corazón
pues desecho aquí mi lira de órfica inutilidad

Y en castigo por mi acto de traición he de subir ahora estos


peldaños locos y radiantes
y penetrar en esta sala de luz paradisíaca
y efímera
El Tiempo
largo largo perro que de su propia cola la órbita persigue
se acerca y me agarra de la mano
y me conduce a una vida sometida a condiciones*
no chance to lock away my toys of Zeus/ I choose the room of Bleecker Street/ A
baby mother stuffs my mouth with a pale Milanese breast/ I suck I struggle I cry
O Olympian mother/ unfamiliar this breast to me/ Snows/ Decade of icy asphalt
doomed horses/ Weak dreams Dark corridors of P. S. 42 Roofs Ratthroated
pigeons/ Led 100 mph over these all too real Mafia streets/ profanely I shed my
Hermean wings/ O Time be merciful/ throw me beneath your humanity of cars/
feed me to giant grey skyscrapers/ exhaust my heart to your bridges/ I discard my
lyre of Orphic futility/ And for such betrayal I climb these bright mad steps/ and
enter this room of paradisical light/ ephemeral/ Time/ a long long dog having
chased its orbited tail/ comes grab my hand/ and leads me into conditional life
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VISIÓN DE RÓTTERDAM

En septiembre de 1957 convocado por mi agente de visiones


por ventrílocuo telegrama
que me entregaron mudas bocas hechas piedra en Notre Dame
y tras recibir unas monedas de oro para el viaje y un diagrama
del siglo XVII
me marché de la ciudad de las gárgolas
y
con dos maletas llenas de desesperanza
llegué a Rótterdam

Rótterdam está muriéndose de nuevo


vapores y mercantes
descargan una atroz visión
Estibadores de mayo de 1940 lideran pelotones de leucemia
Barcos de placer envían ratas con voces de metal que van chillando
una propaganda de la ruina
Un cargamento de alaridos ensordece a esa cantamañanas esmirriada
de la Guerra
Bombarderos en el cielo
Rubios niños pequeños en blancas blusas
se arrastran por la calle royendo sus hogares*
Los viejos los enfermos y los locos abandonan sus sillas de ruedas y
sus celdas y tras postrarse de rodillas adoran el gentil torpedo de
los milagros
VISION OF ROTTERDAM
September 1957 summoned by my vision-agent/ via ventriloquial telegram/ deli-
vered by the dumb mouths stoned upon Notre Dame/ given golden fare & 17th
Century diagram/ I left the gargoyle city/ And/ Two suitcases filled with despair/
arrived in Rotterdam/ Rotterdam is dying again/ steamers & tankers/ unload an
awful sight/ May 1940 stevedores lead forth a platoon of leukemia/ Pleasure ships
send metalvoiced rats teeheeing a propaganda of ruin/ A cargo of scream deafens
the tinhorn of feeble War/ Bombers overhead/ Young blond children in white blo-
uses/ crawl in the streets gnawing their houses/ The old the sick the mad leave their
wheelchairs & cells and kneel in adoration before the gentle torpedo of miracles/
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Bombarderos que ningún corazón hace apiadarse
vitalizan un sueño de una tarde de domingo
Bombas como joyas descargan su sorpresa
Explosiones y explosiones y explosiones
Avalancha de columnas medievales en que se hundió el año 40

La misericordia se apoya en su bombardeo favorito


y absuelve a la bomba

Solo

Ojos pegados al antiquísimo diagrama


Deambulo por las ruinas y contemplo

entre una locura de bronquíticas bicicletas
el esquema de la nueva Rótterdam tararear en el vacío*

Bombers unanswerable to the heart/ vitalize a Sunday afternoon dream/ Bombs


like jewels surprise/ Explosion explosion explosion/ Avalanche on medieval
stilts brought down 1940/ Mercy leans against her favorite bombardment/ and
forgives the bomb/ Alone/ Eyes on the antique diagram/ I wander down the ruin
and see/ amid a madness of coughing bicycles/ the scheme of a new Rotterdam
humming in the vacancy
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DOS EXTRAÑOS SUCESOS ACAECEN EN HAARLEM

Cuatro molinos de viento, vagos conocidos,


una mañana fueron vistos comiendo tulipanes.
A mediodía
toda la ciudad se vuelve majareta
y grita: ¡Apocalipsis! ¡Apocalipsis!

¡Oh pueblo! ¡Oh mi pueblo!


Algo extrañamente arquitectónico
se presentó anoche en Haarlem,
como un destartalado caníbal,
y se zampó un canal.*

2 WEIRD HAPPENINGS IN HAARLEM


(1) Four windmills, acquaintanceships,/ were spied one morning eating tulips./
Noon/ and the entire city flips/ screaming: Apocalypse! Apocalypse! (2) O
people! my people!/ something weirdly architectural/ like a rackety cannibal/
came to Haarlem last night/ and ate up a canal!
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EL ÚLTIMO CALOR DE ARNOLD

Arnold, aún envuelto en el hálito de Dios,


busca refugio bajo el porche
y recuerda el día de su fuga, cuando —prisionero en Vermont—
despejaba la nieve a paletadas. Arnold era de otro sitio,
de un lugar donde hacía calor; donde llevaba zapatos de ante
y jugaba al pimpón.
Arnold conocía el Corán.
Y sabía también cantar:
El joven Julián Sorel
se sabía el latín muy bien.
Era muy sabio, muy sabio,
y todo un dechado de belleza.
Hasta que le cortaron la cabeza.

En su mundo de atmósfera vacía


Arnold guardaba un palomo y una bolsa de maíz.
Pensaba en Eleanor, y en esas manos suyas;
y la veía, triste en su pupitre, en el colegio.
Consiguió que Carmine la sacara
al cálido exterior;
quería besarla, y vivir con ella para siempre;
y con sus gangas dejarla aturullada.*

THE LAST WARMTH OF ARNORLD


Arnold, warm with God,/ hides beneath the porch/ remembering the time of
escape, imprisoned in Vermont,/ shoveling snow. Arnold was from somewhere
else,/ where it was warm; where he wore suede shoes/ and played ping-pong./
Arnold knew the Koran./ And he knew to sing:/ Young Julien Sorel/ Knew his
Latin well/ And was wise as he/ Was beautiful/ Until his head fell./ In the empty
atmosphere/ Arnold kept a tiplet pigeon, a bag of chicken corn./ He thought of
Eleanor, her hands;/ watched her sit sad in school./ He got Carmine to lure her
into the warm atmosphere;/ he wanted to kiss her, live with her forever;/ break
her head with bargains./
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¿Que quién es Arnold? Pues bien, os lo diré:
la primera vez que lo vi llevaba una gorra negra
cubierta de viejas chapas de Wilkie*. Tenía trece años.
Y bastante miedo. Pero sonreía. Y estaba siempre†
dispuesto a acompañarte a casa, para conocer a tu madre
y hablarle del parque de la calle Hester
y los vagabundos que pasaban frío allí;
y de las viejecillas judías que tiritando
se sentaban en los bancos, con la manos
entrelazadas y los tristes ojos apartados
de la vieja residencia judía.
Arnold se crió tratándose con apostadores
y desplumadores de gallinas.

Y Arnold sabía cantar:


Quince años tengo, y ya murió
FDR, el de la cara sonriente,
que tan malísimos hacía parecer
al imperialista de los dientes de conejo,
al ario bigotudo
y al césar de la mandíbula saliente;
ahora está muerto, y yo sollozo,
porque una vez odié a ese hombre
sin otro motivo

* Candidato republicano a la presidencia de los EUA en 1940. Fue derrotado


por el demócrata Franklyn Delano Roosevelt (FDR). (N. del T.)

Who is Arnold? Well,/ I first saw him wear a black cap/ covered with old Wilkie
buttons. He was 13./ And afraid. But with a smile. And he was always/ willing
to walk you home, to meet your mother,/ to tell her about Hester Street Park/
about the cold bums there;/ about the cold old Jewish ladies who sat,/ hands
folded, sad, keeping their faces/ away from the old Jewish Home./ Arnold grew up
with a knowledge of bookies/ and chicken pluckers./ And Arnold knew to sing:/
Dead now my 15th year/ F.D.R., whose smiling face/ Made evil the buck-toothed
Imperialist,/ The moustached Aryan,/ The jut-jawed Caesar—/ Dead now, and I
weep.../ For once I did hate that man/ and no reason/
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que el de un odio inocente;
yo con mi gorra recubierta
de viejas chapas de Wilkie.

Arnold recibió un patadón en las pelotas


que le propinó una italianita cabreada
porque había huelga del carbón
y hubo que cerrar la Alianza Educativa.
Arnold, ya muy débil y en las últimas,
robaba monedas en la biblioteca;
pero allí también leía libros
sobre las andanzas de Paderewski.
Solía bajar por South Street
pensando en pegamento para maquetas.
Y en eso mismo iba pensando el día
en que bajo el puente de Brooklyn
cayó al suelo, y allí quedó sin vida.*

but innocent hate/ —my cap decked with old Wilkie buttons./ Arnold was kicked
in the balls/ by an Italian girl who got mad/ because there was a big coal strike
on/ and it forced the Educational Alliance to close its doors./ Arnold, weak and
dying, stole pennies from the library,/ but he also read about Paderewski./ He
used to walk along South Street/ wondering about the various kinds of glue./
And it was about airplane glue he was thinking/ when he fell and died beneath
the Brooklyn Bridge.
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AMNESIA EN MENFIS

¿Quién soy yo, plegado bajo las sombras de Isis,


este cuerpo de piel de arcilla, objeto de estudio
por parte de los médicos de Menfis?
¿Fue siempre así? ¿Abandonar el Norte,
acurrucado en la espalda del cocodrilo?
¿Recuerdo este jirón de venda para momias
mientras humeaba junto al Nilo?
¡Oh vida abandonada! ¡Medio embalsamado, doy golpes en la
tierra!
Pues lo que soy, quien soy, no puedo recuperarlo,
ni esponjarme otra vez de vida con ungüentos mágicos de Ibis;
¡augurio mortinato del baboso Escarabeo!
¡Hado que me enclaustra en la cámara de perfumes azulados!
¿No hay otro digno de alguna profecía
que el Adornista que engalana mi espalda con plumas de avestruz?

Ya nunca más la sarnosa Esfinge


con pedigüeños profetas narrará sus profecías;
los lectores del papiro han visto caer la cabeza del Halcón
en la bandeja del Chacal.*

AMNESIA IN MEMPHIS
Who am I, flat beneath the shades of Isis,/ This clay-skinned body, made study/
by the physicians of Memphis?/ Was it always my leaving the North/ Snug on
the back of the crocodile?/ Do I remember this whorl of mummy cloth/ As I
stood fuming by the Nile?/ O life abandoned! half-embalmed, I beat the soil!/
For what I am; who I am, I cannot regain,/ Nor sponge my life back with the
charm of Ibis oil—/ Still-omen of the dribbling Scarab!/ Fate that leads me into
the chamber of blue perfumes!/ Is there no other worthy of prophecy/ Than
that Decker who decks my spine with ostrick plumes?/ No more will the scurvy
Sphinx/ With beggy prophets their prophecies relate—/ The papyrus readers
have seen the Falcon’s head/ Fall unto the Jackal’s plate.
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