Perú se ha convertido en los últimos años en el destino más de
moda de Sudamérica. Motivos no le faltan: una variedad de ecosistemas impresionante, paisajes desbordantes, hermosas ciudades cargadas de historia, cultura, tradiciones, playas, fauna, flora... y, por supuesto, su deliciosa y afamada gastronomía.
De la Amazonía, al desierto, de las altas cumbres de los Andes
al Pacífico, pasando por los valles y altiplanos, el país enamora por sus increíbles contrastes. Aunque los motivos para visitar el país son realmente infinitos, queremos mostrarte algunos argumentos de peso para que te lances a la apasionante aventura de descubrirlo. ¿Te animas?
Sentir Machu Picchu
Aunque pueda resultar algo tópico, Machu Picchu justifica
por sí solo viajar a Perú. La antigua ciudadela inca, descubierta por Hiram Bingham en 1911 y declarada Patrimonio de la Humanidad en 1983, está considerada una de las diez maravillas del mundo moderno. Situada a 2.500 metros sobre el nivel del mar, ofrece un panorama impresionante que invita a la reflexión.
Acceder a esta ciudad sagrada, localizada a 130
kilómetros de la ciudad de Cusco, en una meseta interior de la selva amazónica, puede convertirse en una auténtica aventura. El Camino Inca puede recorrerse en tren o a pie, en una ruta que se prolonga durante varios días, por caminos empedrados a través de montañas, bosques y ríos. Disfrutar de su afamada gastronomía
Ser considerado mejor destino culinario del mundo, según los
World Travel Awards (WTA) -algo así como los Oscar del turismo- durante cinco años consecutivos ha permitido situar la cocina peruana en un puesto de honor de la gastronomía planetaria. Lo cierto es que el galardón viene a reconocer la calidad y múltiple variedad de la tradición local, tan diversa como el propio territorio.
Más allá de restaurantes de grandes chefs como Virgilio
Martínez -su restaurante, el Central, es el mejor de Latinoamérica- o Gastón Acurio, que han dado prestigio a los fogones peruanos, lo cierto es que en cualquier rincón encontraremos locales en los que degustar la comida local.
Son especialmente recomendables los huariques ,
establecimientos caseros en los que comer bien a buen precio. En Lima encontrarás muchísimos. En el barrio de La Victoria, te recomendamos la cocina marinera de Mi Barrunto; en Miraflores, Grimanesa Vargas Anticuchos, donde podrás comer anticuchos -brochetas de carne-, o Lobo de Mar Otani, que ofrece camarones. En el corazón de la capital, El chinito deleita con sándwiches de chicharrón. Visitar sus ciudades
La ciudad más conocida del país es Lima, una de las pocas
capitales latinoamericanas bañadas por el mar. Su centro histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad, cuenta con la mayoría de edificaciones históricas. La plaza de Armas es, sin duda, el epicentro, con la Iglesia Mayor, el edificio de la municipalidad o el Palacio de Gobierno.
Vale la pena acercarse hasta los distritos de Magdalena
del Mar y de Miraflores y disfrutar de sus espacios verdes y de las fantásticas vistas del Malecón, o del Parque del Amor, cuyos bancos recuerdan a más de uno a los del Park Güell de Barcelona. Antes de partir, el Parque de la Reserva nos espera con el Circuito Mágico del Agua, que conjuga de forma original luces, música e imagen. Bañarse en sus playas
Playa de Punta Sal, una de las más bonitas de Perú
Playa de Punta Sal, una de las más bonitas de Perú elisalocci / Getty Images/iStockphoto Los más de tres mil kilómetros de litoral peruano permiten disfrutar de innumerables rincones para disfrutar del baño. Entre las mejores playas está Punta Sal, una de las más atractivas del norte del país. Las aguas cálidas y el clima -disfruta de sol durante todo el año- de este pequeño balneario a una hora media de Tumbes lo convierten en un paraíso. Cerca de Punta Sal, encontramos Zorritos, una playa paradisíaca con un pequeño pueblo de pescadores.
Los amantes del surf tienen en Mancora y Pimentel -esta
última a unos 20 minutos de Chiclayo-, dos de las playas donde disfrutar de las mejores olas. Avistar las líneas de Nazca
Líneas de Nazca, en Perú
Líneas de Nazca, en Perú demerzel21 / Getty Images/iStockphoto Las líneas de Nazca son uno de los grandes enigmas arqueológicos de los últimos tiempos. Se trata de geoglifos trazados en el suelo del desierto del mismo nombre entre los años 200 a.C. y 600 d.C. Las figuras geométricas, de animales y humanas, declaradas Patrimonio Cultural de la Humanidad, ocupan una superficie de 450 km2 y solo son visibles desde el aire.
Si viajas a zona, es recomendable avistarlos desde una
avioneta. Los vuelos, que pueden prolongarse entre 30 y 90 minutos, tienen precios razonables y la experiencia resulta impagable. Comprar su artesanía
Una mujer realiza teje en Perú
Una mujer realiza teje en Perú hadynyah / Getty Images/iStockphoto No es posible viajar a Perú y no regresar cargado de artesanía. Y es que, sin duda, este es uno de los mejores lugares del continente para comprar productos elaborados de forma manual, ya que la cultura ancestral está muy presente y todavía se utilizan técnicas tradicionales.
El chullo, el típico gorro de vivo colorido y tejido en
alpaca y otras fibras, se ha convertido en todo un icono y en una de las prendas preferidas por los viajeros que visitan Perú. Hecho a mano, de forma artesanal, con ojeras y originario de la zona andina, permite cubrirse del frío y del viento. Así mismo, suelen comprarse guantes y ponchos también de alpaca de gran suavidad y poco peso. Disfrutar de sus parques naturales
La Cordillera Blanca de Perú
La Cordillera Blanca de Perú rchphoto / Getty Images/iStockphoto ¿Sabías que Perú es uno de los países con mayor biodiversidad del mundo? Lo cierto es que en sus tres regiones –costa, sierra y selva- disfrutan de 90 microclimas que proporcionan a sus territorios una flora y una fauna espectaculares que, en muchas ocasiones, hacen que precisen de una protección especial que los preserve de amenazas externas.
Entre estos espacios encontramos el parque nacional
Huascarán, que con sus 16 picos nevados de más de seis mil metros de altura, es una de las zonas protegidas más emblemáticas, con numerosos glaciares y lagunas. Se encuentra en el departamento de Áncash, al sur del país, y está considerada la cadena de montañas tropicales más alta del mundo. Si te gustan los deportes, disfrutarás de lo lindo, haciendo trekking, mountain bike, escalada, esquí o pesca.
Muy distinto es el parque nacional Cerros de Amotape, al
norte, la zona de bosques secos ecuatoriales mejor conservada en todo la región Pacífico. Atravesado por el río Tumbes, es casi un oasis junto a la costa de vegetación autóctona, en la que viven cocodrilos americanos, nutrias y centenares de especies de aves.
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