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SUSANA VILLARÁN VERSUS HUMALA

¡Cómo has cambiado, pelona!


Por: Martha Meier M Q
Jueves 28 de Abril del 2011
Corría el año 2006 cuando la actual alcaldesa de Lima era
candidata presidencial y entre uno de sus contrincantes
figuraba el comandante Ollanta Humala. Ella, por entonces,
a viva voz denunciaba que este era el carnicero y violador
de derechos humanos ‘capitán Carlos’. Villarán fue la única
candidata que llegó hasta Madre Mía, donde Humala en los
años noventa –es decir durante el gobierno del ingeniero
Alberto Fujimori– estuvo dos veces a cargo de la base
contrasubversiva. Allí con la voz entrecortada y los ojos
húmedos por la emoción, Villarán se despachó una
perorata en la que aseguró que, de ser elegida, levantaría
un monumento “para rendir homenaje a las víctimas de la
violencia política [en Madre Mía] para que nadie las olvide”.
El ‘capitán Carlos’ (a decir de Villarán, Ollanta Humala) era
señalado como culpable del asesinato de los pobladores
Natividad y Benigno Sullca.
La actual alcaldesa no llegó a la presidencia y rápidamente
olvidó a tales y otras víctimas de violaciones de los
derechos humanos en la zona donde Humala se
desempeñó en tiempos del fujimorato. Su excusa es de
vergüenza: el caso fue judicializado (César San Martín –
hoy presidente del Poder Judicial y entonces vocal de la
Suprema– dejó al voto el archivamiento del caso, no por
contarse con pruebas irrefutables de la inocencia de
Humala, sino por una débil investigación y por el peso dado
a los testimonios de sus compañeros soldados de la base,
en comparación con los de los familiares de las víctimas).
Dónde quedó la señora Villarán que se rasgaba las
vestiduras por los derechos humanos y fue hasta Madre
Mía a vociferar: “Ollanta Humala debe venir aquí y decirle
cara a cara a la gente si es responsable o no de los delitos
que se le imputan”. Cuando se la acusó de intromisión en
las diligencias judiciales, uno de sus voceros aseguró que
Villarán estaba en la zona invitada “por una coordinadora
regional de derechos humanos y por los propios afectados.
Se reunirá […] con un grupo de vecinos que ha recibido
amenazas para que no siga declarando en los casos de
violación de derechos humanos que están en plena
investigación”.
Las notas de prensa sostenían que Susana Villarán llegó a
la zona para “recoger los testimonios de los familiares de
las víctimas de violaciones de derechos humanos por parte
del candidato a la presidencia [Humala] que tiene la
valentía para amenazar con fusilar, con cerrar el Congreso,
pero que no tiene la valentía de dar la cara ante personas
humildes que exigen justicia y reparación”. Arrebatada, dijo:
“Soy pequeña de estatura, pero valiente para defender los
derechos humanos y la vida, mientras que el ‘comandante’
se corre de Andahuaylas, Madre Mía y Aguaytía”.
Lo que se le ven pequeñas son la vergüenza y la memoria.
Los afectados y amenazados se le han evaporado con la
misma facilidad que esas propiedades de El Suche,
Miraflores, que “olvidó” mencionar en su declaración jurada.
Ahora con irresponsabilidad y oportunismo –vía las
declaraciones de Eduardo Zegarra, vocero de su hoy
extinto partido Fuerza Social y teniente alcalde– trepa al
pacatán del entuerto humalista, pese a haber sostenido
enfáticamente que “Humala es el candidato de la
incivilidad, porque apoya un modelo militarista de gobierno,
similar al que existe en Venezuela. Los peruanos ya hemos
tenido demasiados gobiernos militares y desean seguir
siendo gobernados por civiles. Un eventual gobierno de
Ollanta Humala sería riesgoso para el país, pues este sería
presa de una total improvisación que perjudicaría a todos
los peruanos. ¿Qué experiencia en la gestión pública tiene
el señor Humala? ¿Cuándo ha estado él al frente de un
organismo estatal o empresa privada? Otro aspecto a
criticar es su postura a favor de la impunidad, puesto que
este no ha mostrado una condena expresa a la posible
amnistía en contra de los militares que cometieron
crímenes de lesa humanidad”.
Así en el 2006 Susana Villarán, actual alcaldesa de Lima,
calificaba al comandante como el candidato de las tres I:
“improvisación, impunidad e incivilidad”. Señora alcaldesa,
usted en el 2011 se lleva la gran I por su grandiosa
incoherencia. La deben estar recordando con mucho
respeto y cariño en Madre Mía, pero eso qué importa,
¿verdad? Salvo el poder, todo es ilusión, decía Lenin
después de todo.

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