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Papasquiaro
Algebra Lineal
Competencia 1
Números Complejos
Los números complejos o imaginarios son aquellos que conforman a un grupo de cifras
resultantes de la suma entre un número real y uno de tipo imaginario. Un número real se
refiere aquel que puede ser expresado por un número entero o decimal. En cambio, un
número imaginario es aquel cuyo cuadrado es negativo. Su nombre fue acuñado por
René Descartes en el Siglo XVII y lo propuso con intenciones despectivas aunque es un
concepto válido, suponiendo un plano con ejes cartesianos en el que los números reales
se encuentran sobre el eje horizontal y los imaginarios sobre el eje vertical complejo.
Los números complejos se introducen para dar sentido a la raíz cuadrada de números
negativos, de esta forma ecuaciones como x2 + 1 = 0 pueden ser resueltas.
Fue así como crearon una unidad nueva, imaginando la raíz cuadrada de -1 (o √-1 en
términos matemáticos).
Años después en 1573 otro matemático renacentista, quien llevaba por nombre Rafael
Bombelli, se dio la tarea de explicar cómo funcionaba la aritmética bajo este nuevo
concepto, a través de una obra llamada “Algebra”. Donde además señalo que esta
unidad nueva no era ni positiva ni negativa y, por lo tanto, no obedecía las reglas que
habitualmente tenía la aritmética. Esta idea fue rechazada durante varios años e incluso
se referían a esta unidad inventada como “ficticia,
imposible o sin sentido”.
En 1707, otro francés, Abraham de Moivre, relacionó los números imaginarios con la
geometría, logrando así usar esta disciplina para resolver complejos problemas
algebraicos.
Setenta años más tarde, los números imaginarios tendrían finalmente su propio símbolo:
i (gracias al matemático suizo Leonhard Euler). Y su uso permitiría extender el sistema
de números reales al sistema de números
complejos, donde se combinan números reales con
números imaginarios.
De todos modos, hasta el momento no había rigurosidad en el trabajo con estos números,
fue recién en el siglo XIX que matemáticos de Cambridge propusieron generar reglas
que rijan la herramienta que estaba siendo de tanta utilidad para los matemáticos de la
época. Recién en 1833, William Hamilton da la primera definición algebraica rigurosa del
número complejo, como un par de números reales. Ya a partir de segunda mitad el siglo
XIX los mitos y miedos de trabajar con estos números habían desaparecido, pasando así
a ser una herramienta matemática más, para la sociedad matemática.
En el siglo XX, los números imaginarios empezaron a tener muchos usos prácticos,
permitiendo a ingenieros y físicos, entre otros, resolver problemas que de otra forma no
hubieran tenido solución.
No sólo podrían ser clave para el futuro, sino que algunos creen que eventualmente
podrían servir para responder una de las grandes incógnitas que siguen dejando
perplejos a los científicos.