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1 Comunicación y Grupo
Selección de Lecturas
Esta publicación es financiada gracias a la colaboración de la Organización Alemana Pan para el Mundo
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Selección de Lecturas
Palabras al lector
Por tal razón, se han priorizado autores que han reflexionado el tema desde sus prác-
ticas como educadores populares y otros reconocidos especialistas que lo abordan desde
otras áreas del conocimiento científico; pero todos aportan su saber perfectamente apli-
cable al quehacer comunitario. También presentamos, del V Encuentro Nacional de Ex-
1
periencias de Trabajo Comunitario / 2002 , una síntesis de los resultados de aprendiza-
jes sobre comunicación en la comunidad. Es por tanto este texto, un esfuerzo que trata
de poner las ciencias y la reflexión teórica al servicio del perfeccionamiento de la prácti-
ca comunicativa dentro de los procesos de transformación comunitaria.
Toda lectura permite al lector asumir o no, la coautoría del texto y visualizar los retos, en
este caso, no sólo comunicativos, sino de construcción teórica que aún tenemos. Desde
ya, anticipo el sentimiento de carencia del tratamiento en Cuba del tema de comunica-
ción, en función del trabajo en las comunidades y vislumbro en nuestros lectores, los
futuros autores de la segunda Selección de Lecturas.
1 - Evento convocado anualmente por la Asociación de Pedagogos de Cuba, para la sistematización del trabajo
de desarrollo local.
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Selección de Lecturas
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Selección de Lecturas
EL COMUNICADOR POPULAR 2
Mario Kaplún
Paulo Freire
2 - Kaplún, Mario. “ El Comunicador Popular”, Quito: Ediciones CIESPAL, Parte II: 63-70; 99-104. Parte III: 105-
112; 113-127.
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Tenemos comunicación siempre que una fuente emisora influencia a otro -el
destinatario- mediante la transmisión de señales que pueden ser transferidas por
el canal que los liga.
OSGOOD, 1961
EL CONTEXTO SOCIAL
Otro factor que quizás haya contribuido a esta reducción del concepto, es el carácter
autoritario y jerárquico de nuestras sociedades.
está siendo tan vigorosamente cuestionado, no es porque sea falso. Describe en for-
ma correcta un hecho que se da permanentemente en el seno de una sociedad autorita-
ria y estratificada. Es así como suelen “comunicarse”...
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Selección de Lecturas
No es por falsa, pues, por lo que esta concepción es impugnada. Lo que se cuestiona
es que eso sea realmente comunicación.
Los hombres y los pueblos de hoy se niegan a seguir siendo receptores pasivos y
ejecutores de órdenes. Sienten la necesidad y exigen el derecho de participar, de ser
actores, protagonistas, en la construcción de la nueva sociedad auténticamente demo-
crática. Así como reclaman justicia, igualdad, el derecho a la salud, el derecho a la edu-
cación, etc., reclama también su derecho a la participación. Y, por lo tanto, a la comuni-
cación.
Los sectores populares no quieren seguir siendo meros oyentes; quieren hablar ellos
también y ser escuchados. Pasar a ser Inter.- locutores. Junto a la “comunicación” de
los grandes medios, concentradas en manos de unos pocos grupos de poder, comienza
a abrirse una comunicación de base; una comunicación popular, comunitaria, democrá-
tica.
En el fondo de las dos acepciones, subyace una opción básica a la que se enfrenta la
humanidad. Definir qué entendemos por comunicación, equivale a decir en qué clase de
sociedad queremos vivir.
Monólogo Diálogo
Poder Comunidad
Vertical Horizontal
Unidireccional De doble vía
Monopolizada Participativa
Concentrada en minorías Al servicio de las mayorías
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Cada vez se hace más neta la diferencia entre comunicación e información. Así,
para Ricardo Noseda.
Por eso, este autor rechaza que “esa irradiación de mensajes procedentes de infor-
mantes centralizados y sin retorno de diálogo pueda ser identificada con la comunica-
ción humana”.
Para los teóricos e investigadores latinoamericanos, los medios masivos -tal como
operan actualmente en su casi totalidad-, no son “medios de comunicación “, sino “me-
dios de información” o de “difusión”. Podrían llegar a ser realmente “de comunicación” (y
de hecho algunos pocos excepcionalmente, han logrado y demostrado serlo); pero para
ello tendrían que transformarse profunda y radicalmente.
La verdadera comunicación -dicen- no está dada por un emisor que habla y un recep-
tor que escucha, sino por dos o más seres o comunidades humanas que intercambian y
comparten experiencias, conocimientos, sentimientos (aunque sea a distancia y a tra-
vés de medios artificiales). Es a través de un proceso de intercambio cómo los seres
humanos establecen relaciones entre sí y pasan de la existencia individual aislada a la
existencia social comunitaria.
COMUNICACIÓN es...
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Selección de Lecturas
Coinciden en esta certera formulación con el canadiense Jean Cloutier quien, para
mejor expresarla, acuñó un término nuevo: EMIREC, amalgama de Emisor y Receptor.
Todo hombre debe ser visto y reconocido como un EMIREC, propone Cloutier; todo
ser humano está dotado y facultado para ambas funciones; y tiene derecho a participar
en el proceso de la comunicación actuando alternadamente como emisor y receptor.
Tal como Freire había dicho “no más educadores y educandos sino educadores /
educandos y educandos / educadores”, diríamos hoy; no más emisores y receptores
sino EMIRECS; no más locutores y oyentes sino interlocutores.
EMIREC EMIREC
A B
Como se acaba de ver, existen muchos recursos para estimular el diálogo y la partici-
pación. Encontrarlos, depende de la creatividad de cada equipo de comunicadores.
Siempre comienza un pequeño equipo. Pero este debe saber ir creando desde el
principio las condiciones que favorezcan el proceso. Según como él arranque, logrará
poco a poco una real comunicación, dialogal y participativa, o se estrellará, tal vez, con
la indiferencia y el silencio de la comunidad.
Los primeros pasos son de decisiva importancia. Conviene, pues, seguir clarificándo-
nos sobre el papel del equipo comunicador y sobre el estilo con y el método con que él
debe comenzar su trabajo.
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“PARTIR DE LA GENTE”
· Un equipo de periódico nos dice: “Para elaborar cada número, comenzamos yendo al
mercado, al bar, a la parada de buses, en fin a los lugares de concentración y de reunión
y conversamos con la gente”.
· Otro explica que se preocupa por ”recoger lo que dice, piensa y vive la comunidad”,
para así hacer el periódico con “los temas que han salido de la propia gente; temas que
le interesan y responden a su realidad”.
· Asimismo, un grupo que produce audiovisuales, expresa que escoge los temas para
los mismos “consultando a la comunidad, conversando con los vecinos”.
· Uno de los grupos de teatro lo señala aún más explícitamente: “Hemos aprendido que
la investigación es fundamental. Los temas para nuestras obras lo tomamos de la reali-
dad; los investigamos en la región”.
· Con la misma concepción actúa el equipo que, para producir su programa de radio,
“visita las comunidades, las recorre con grabadores para recoger las opiniones de la
gente, sus experiencias, sus noticias” y con todo ese material que recoge alimenta y
arma su programa.
No es difícil percibir lo que estos ejemplos tienen de común: todos los grupos aquí
citados comienzan “yendo a la gente”, partiendo de la gente y de su realidad. Todos
hablan de recoger; de comenzar recogiendo. Aunque todavía no se plantea la partici-
pación directa de la comunidad en la producción de los mensajes - porque saben que
eso no siempre es posible desde el comienzo -, empiezan por conocer y escuchar a sus
destinatarios, por tomar en cuenta sus necesidades y aspiraciones para verterlas en sus
mensajes.
LA PRE-ALIMENTACIÓN
¿Es posible designar, dar un nombre técnico a esa etapa inicial del proceso comuni-
cativo? Creemos que sí. Podríamos decir que, en lugar de plantearse un hipotético fee-
dback o retroalimentación, estos equipos han sabido incorporar y valorar otros compo-
nentes de la comunicación del que nunca se habla: La PRE-ALIMENTACIÓN (o, si se
quiere conservar el contraste en inglés, el feed-forward).
Proponemos llamar pre-alimentación a esa búsqueda inicial que hacemos entre los
destinatarios de nuestros medios de comunicación para que nuestros mensajes los re-
presenten y reflejen. Por ahí comienza y deben comenzar un proceso de comunicación
popular.
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DESTINATARIOS
del proceso comunicativo, como el que determina los contenidos del mismo y las ideas
que quiere comunicar; en tanto el destinatario está al final, como receptor, recibiendo el
mensaje. Los equipos anteriormente citados, de hecho han cambiado este esquema.
Su experiencia nos enseña que, si se desea comenzar un real proceso de comunicación
en la comunidad, el primer paso debiera consistir en poner al destinatario, no al final del
esquema, sino también al principio: originando los mensajes, inspirándolos; como fuen-
te de pre-alimentación.
experiencias
necesidades necesidades
aspiraciones aspiraciones
EL PRIMER REQUISITO
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La ficha de uno de los grupos de teatro, ilustra bien esta interacción cuando registra:
Invirtiendo el orden de los términos, podemos extraer una buena enseñanza: todos
querían hablar (esto es dialogar) porque el grupo que creó la obra había sabido primero
discutir y detectar “un conflicto que le tocaba muy de cerca a la comunidad”. Esto es,
había partido de una buena pre-alimentación. De no haberlo hecho así, de haber presen-
tado un tema no conectado de alguna manera a las experiencias y vivencias del público,
éste no se habría interesado ni comprometido en la discusión.
SABER COMUNICAR
Y, aun más; se nos pide que tratemos de formular esos mensajes pedagógicamente.
Por eso dedicaremos los siguientes capítulos de este manual a la práctica de la comu-
nicación; esto es, a la formulación de los mensajes. Presentaremos algunas nociones
elementales que todos necesitamos hacer conscientes en nosotros para comunicar mejor
y cumplir más eficazmente nuestra función.
Iremos descubriendo juntos que comunicar bien no es tan difícil ni complicado. Que
quizás algunas de estas nociones ya en cierto modo las intuíamos a partir de nuestras
prácticas y las manejábamos empíricamente. Pero aun así conviene razonarlas y orde-
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narlas para que tomemos más clara conciencia de ellas y comencemos a aplicarlas en
forma más orgánica y por tanto más eficaz. Otros preceptos, en cambio, pueden resul-
tarnos nuevos y reveladores; y su conocimiento ayudarnos a detectar y corregir errores
que cometíamos sin darnos cuenta.
- La reunión del grupo de periódico en que este determina los temas y contenidos de
los artículos y secciones que incluirá en su próximo número.
- La reunión del grupo de teatro en que escoge la obra o selecciona el tema para su
próximo espectáculo, etc, etc.
Pedir a los grupos que sean sinceros y reconstruyan fielmente la forma en que proce-
den habitualmente.
Luego preguntarse: ¿En qué medida practicamos la pre-alimentación? ¿En que medi-
da, al elaborar nuestros mensajes, partimos de la comunidad o partimos de nuestras
propias ideas?
PARTE III
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Selección de Lecturas
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Selección de Lecturas
esperada y tan reiterada respuesta. ¿Qué significa comprar un periódico “por cola-
borar”? Dar unas monedas en un gesto de buena voluntad a esos “buenos mucha-
chos” que con tanto esfuerzo lo escriben e imprimen. Pero cuando ésa es la motiva-
ción, hay demasiadas probabilidades de que, una vez cumplido con esa “colabora-
ción”, el periódico sea dejado en cualquier rincón de la casa sin ser leído. Después
de esta encuesta, el grupo reflexionó mucho y se replanteó a fondo su periódico;
cambió totalmente su enfoque, la manera en que lo venía haciendo.
Pero, en comunicación popular, aún con eso, no basta. Nuestra comunicación cum-
ple realmente su objetivo:
Para cumplir bien ese papel tan valioso en el movimiento popular, es importante
que conozcamos cada vez mejor el proceso de la comunicación; las condiciones y
exigencias a que debe responder un mensaje para ser eficaz.
Los que utilizan los medios masivos para manipular y dominar, han estudiado muy
bien ese proceso. Ellos manejan conceptos como “empatía”, “código”,
“descodificación”, “ruido”... Solemos pensar que todo esto no es más que un palabrerío
teórico y abstracto que no tiene nada que ver con nosotros ni con nuestro trabajo
popular de base.
Claro está, no se trata de adoptar las mismas armas. Es preciso transformar esas
nociones, reformularlas críticamente, descubrir otras nuevas; crear otro conocimien-
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¿De qué depende la eficacia de un mensaje? ¿Qué puede determinar que encuen-
tre más o menos eco en sus destinatarios?
LA ACTITUD DE COMUNICAR
Quisiéramos abordar esta reflexión compartiendo con el lector una experiencia que
nos resultó una rica fuente de aprendizaje. En una oportunidad quienes formamos el
equipo de Comunicación de CESAP fuimos llamados por varias Asociaciones de
Vecinos de una ciudad industrial de Venezuela. Nos pedían apoyo técnico para me-
jorar los periódicos de sus Asociaciones. Estaban preocupados porque tenían la
sensación de que aquellas publicaciones, hechas con tanto esfuerzo, eran poco leí-
das, poco eficaces; que no “llegaban” a la gente de sus barrios.
Pensaban que el fallo era causado por la mala presentación de aquellos periódi-
cos. Lo que esperaban de nosotros, pues, eran conocimientos técnicos de
diagramación, ilustración, impresión, etc., que les permitieran mejorarlas.
Era, sin duda, una buena razón: la organización popular necesita comunicarse, darse
a conocer, para promover la participación. Pero, obviamente, si los periódicos no
eran leídos ni conseguían penetrar, mal podían cumplir ese trabajo de promoción. De
ahí la justificada preocupación de aquellos esforzados compañeros.
Entonces, como una manera de iniciar el trabajo, les propusimos que comenzára-
mos analizando y evaluando juntos los periódicos que estaban sacando. Obviando
por el momento los aspectos técnicos que les inquietaban, hicimos participativamente
un sencillo análisis del contenido de cuatro de ellos: se trataba simplemente de iden-
tificar el tema central y el sujeto protagonista de los artículos y noticias publicados.
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Selección de Lecturas
- Entrevistas a vecinos. 0%
- Entonces, pongámonos en el lugar de los vecinos, de esos vecinos que no son diri-
gentes, que no participan en la vida interna de la Asociación, que ustedes caracterizan
como indiferentes y que son precisamente a los que desean llegar a interesar. Si fueran
unos de esos vecinos, ¿leerían un periódico que sólo habla de las gestiones de la Aso-
ciación?.
Aquel análisis les impresionó. Nunca habían caído en la cuenta de que sus periódicos
eran así. Descubrieron que estaban reproduciendo sin quererlo el mismo esquema de
comunicación impositiva y vertical de los medios masivos. Era cierto que aquellos pe-
riódicos adolecían también de defectos técnicos que podían y debían ser superados.
Pero había algo más importante.
Si no “llegaban”, no era sólo por sus carencias técnicas, sino por su poco interés perio-
dístico y humano; porque únicamente planteaban problemas y cuestiones organizativas,
pero no recogían la vida del barrio, la presencia de vecinos concretos.
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Dice con razón un experto:”Todos podemos comunicarnos con los demás; pero no
siempre sabemos hacerlo”.
Comunicar es una aptitud, una capacidad; pero es sobre todo una actitud. Supo-
ne ponernos en disposición de comunicar; de cultivar en nosotros la voluntad de en-
trar en comunicación con nuestros interlocutores.
Esta segunda se pondrá en la posición que llamaríamos “del puro emisor” (es, desde
luego, una exageración: semejante ser no existe nunca en estado químicamente puro.
Estamos acentuando los rasgos para que se perciba mejor la tendencia que queremos
caracterizar).
Pues bien: este “puro emisor” pondrá el énfasis principalmente -y a veces exclusiva-
mente- en el CONTENIDO de lo que se propone transmitir. Casi lo único que se pregun-
tará será:
Tal vez estemos exagerando. Pero seamos sinceros: ¿no es así como solemos proce-
der? ¿no es eso lo que hacemos muchas veces: pensar sólo en el contenido de lo que
NOSOTROS queremos decir?
Pues bien: ¿en qué reside el fallo? ¿Qué carencia, qué omisión hay en este emisor?
¿Qué otra cosa importante debió preguntarse y no se preguntó?
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Selección de Lecturas
El “puro emisor”, el mal comunicador, es aquel que lanza un mensaje sin tener en cuen-
ta al DESTINATARIO. Hay muchas personas (e instituciones) que reducen la comunica-
ción al acto de emitir sus propios mensajes. No van en busca del otro, del destinatario,
sino que éste tiene que venir a ellos.
LA OBSESIÓN DE LA DENUNCIA
Hace pocos años, tuve oportunidad de escuchar por radio un informativo popular, diri-
gido a las barriadas. La iniciativa de abrir un espacio de ese carácter y el esfuerzo de
realizarlo son, sin duda, meritorios y valiosos. Otra cosa era el programa en sí. Llevé la
cuenta: el 80 % de las noticias transmitidas eran denunciadas sobre la acumulación de
basura.
No pude menos que ponerme en el lugar de esa gente de los barrios populares a la
que el programa pretendía llegar y servir. Pensé en esos vecinos que ven basura desde
que se levantan hasta que se acuestan, que viven oliendo basura. ¡Y cuándo ponen la
radio, ésta les habla otra vez de basura!
Lo que sucede en estos casos es que, en realidad, el emisor no tiene claro quién es su
destinatario; no se ha preguntado a quién le está realmente hablando. Esta insistencia
en la denuncia tal vez pudiera tener algún sentido si nos estuviéramos dirigiendo
acusadoramente a los responsables de los malos servicios públicos, es decir, a las au-
toridades. Pero sabemos muy bien que éstas no leen nuestros periódicos comunales ni
escuchan nuestros programas. A quien nos estamos dirigiendo es a la comunidad. ¿Y
qué valor informativo encierra el repetirle permanentemente a la comunidad que no tiene
agua, que no tiene luz, que no tiene pavimentos?...¡Ella ya lo sabe de sobra! Con eso, tal
vez no hacemos más que reforzar su sentimiento de desesperanza, de impotencia: “es-
tamos jodidos”. Lo que la comunidad necesita es que la ayudemos a comprender con
claridad las causas del problemas: por qué no hay servicios para ellas. Y, sobre todo,
que la ayudemos a encontrar alternativas, salidas de solución.
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Selección de Lecturas
Tiene razón Pierre de Zutter cuando critica mucho de los mensajes destinados a que
“la gente tome conciencia de un problema social y político”.
Parece creerse que cuanto más deprimente sea el cuadro, mayor será el im-
pacto (...) No se trata de propiciar el olvido ni la evasión. Pero es importante
aprender a ser más amenos, dejar que la risa , el sueño, la poesía que también
brinda la vida, se filtren en la labor de comunicación.
Cuando hay un “puro emisor”que sólo se preocupa por el contenido, qué sólo se
pregunta qué quiere él decir, resulta casi siempre una comunicación impositiva,
autoritaria, aunque no sea ése el espíritu del que la emite. Podríamos llamar a este
tipo de comunicación “monológica” porque su forma de comunicar ese el MONÓ-
LOGO.
La del “emisor- comunicador”: el que busca establecer una RELACIÓN con los desti-
natarios de su mensaje.
Desde luego, él también, igual que el anterior, se preocupa por el contenido; define
lo que se propone decir. Pero tanto como en el contenido del mensaje, pone el énfasis
en el DESTINATARIO. No sólo piensa en lo QUE quiere decir, sino también en aquel a
QUIÉN se lo va a decir, y ese A QUIÉN es para él determinante: el destinatario es el
que determina las características del mensaje, cómo será enunciado y formulado, qué
medio se ha de emplear, el lenguaje que será utilizado, etc.
Más aún: ese destinatario tienen sus intereses, sus preocupaciones, sus necesida-
des, sus expectativas.
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Selección de Lecturas
Tan importante cómo preguntarnos que queremos nosotros decir, es preguntarnos qué
esperan nuestros destinatarios escuchar. Y, a partir de ahí, buscar el punto de conver-
gencia, de encuentro.
Esa actitud de “pensar en el otro”, todo buen comunicador la lleva tan adentro que
es en él como una segunda naturaleza, casi como un instinto. Constantemente se
plantea cómo formular su mensaje, de dónde partir, para que el interlocutor se reco-
nozca en el mensaje, se identifique con él. Se pregunta cómo son sus destinatarios,
qué problemas, qué inquietudes, qué características culturales tienen. Trata de po-
nerse en su óptica. Es un comunicador DIALÓGICO: procura dialogar, aunque sea a
distancia.
Estos dos ejemplos, aunque sencillos y elementales, sirven para visualizar la diferen-
cia entre ambos estilos de comunicación:
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Variante A
Variante B
GARCÍA: No hay peor cosa que andar con una duda adentro y tragársela. El
domingo, en el mercado, me encontré con mi compadre Julián
medio como desorientado, como despistado. “Dígame García, us-
ted que anda en eso... hablando en serio... ¿resulta esa broma de
entregar el maíz a la cooperativa? ¿Conviene? ¿Qué seguridad
tiene uno de cobrar sus realitos? Porque por ahí andan diciendo
que se tarda mucho en cobrar. Y que al final, el precio que se saca
no es seguro.
¿En qué difieren estos dos mensajes? El contenido que se busca comunicar es el
mismo. Pero en la VARIANTE A encontramos la típica redacción formal del técnico o el
gerente. No busca establecer una comunicación personal con el oyente. Resulta imper-
sonal, vertical. Hace afirmaciones. En la VARIANTE B, en cambio, García cuenta una
historia y, a través de ella, establece una relación de empatía con los campesinos socios
de la cooperativa; conversa, dialoga con ellos. Parte de una referencia a la vida cotidia-
na del que escucha (“el domingo en el mercado”), de una experiencia común, de las
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Selección de Lecturas
Las decisiones que se lleven a cabo con este instituto (CVG) serán comunica-
das a ustedes en nuestro próximo número.
A veces nos encontramos en la calle con un vecino que nos pregunta: “Qué
pasó con el parque que iban a hacer?; ¿era para bulla?” Entendemos que esa
actitud se debe a la falta de información: el parque y todo lo que dijimos que
íbamos a hacer se hará ... con la ayuda de todos los vecinos (nosotros sólo
somos los coordinadores del esfuerzo colectivo).
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Sería interesante incluso analizar los nombres de ambos periódicos la diferencia entre
llamarse “A.V.L.A informa” o “El Vecino”.
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Como destreza, la empatía es una condición que podemos cultivar, desarrollar. Todos
podemos incrementar nuestra capacidad para “empatizar” tratando de ponernos en la
situación, en el lugar de aquellos con quienes queremos comunicarnos; de ubicarnos en
su realidad, de sentir con sus valores y de pensar con sus categorías.
Pero esa capacidad no es sólo intelectual, racional; no es una mera estrategia. Signi-
fica QUERER, VALORAR a aquellos con los que tratamos de establecer la comunica-
ción. Implica comprensión, paciencia, respeto profundo por ellos, cariño, aunque su vi-
sión y su percepción del mundo no sea todavía las que nosotros anhelamos. Significa
estar personalmente comprometido con ellos.
En nuestros Talleres, cuando reflexionamos sobre este tema, surgen algunas dudas,
objeciones... Anotamos aquí tres de ellas que nos parecen importantes, para que tam-
bién los lectores, individualmente o, mejor aún, en grupo, las discutan. Damos asimismo
las respuestas a las que suele llegar colectivamente el taller.
En parte esto es cierto; pero aun así es relativo. Cuando, a lo largo de un proceso,
llegamos a asumir un cierto papel de organizadores, de coordinadores, ya no tendre-
mos que pensar y sentir tan igual. Estamos unidos, ciertamente, al barrio, en el compartir
y en el compromiso. Pero adquirimos otra percepción, otra visión, otro nivel de concien-
cia. Lo cual es lógico, es bueno y positivo en sí mismo. Pero nos puede llevar a la ten-
dencia de plantear las cosas desde nuestra perspectiva, que ya no es la del destinata-
rio. Al hablar de la organización desde nuestra convicción y desde nuestra experiencia,
no desde la experiencia y expectativas del que se encuentra comenzando su proceso de
conciencia organizativa, o del que aún no está organizado. Y eso conlleva siempre un
cierto peligro de que nos distanciemos de aquellos quienes, por el contrario, queremos
acercarnos e incorporar. Entonces, volvemos a necesitar de nuestra capacidad de
“empatía”.
Un ejemplo, vivido en un Taller, ilustra bien esta comprobación. En una organización po-
pular de mujeres, está muy difundida la frase “se me cayó la venda de los ojos”. La dijo una
vez, espontáneamente, una militante: “Después que entré en la Organización, fue como si
se me cayera la venda de los ojos” (es decir, vi claro, tomé conciencia de mi realidad). Por
ser tan expresiva y tan real, la frase se ha popularizado entre las compañeras.
25 Comunicación y Grupo
Selección de Lecturas
Cuando en el Taller se analizó este pequeño folleto, los otros participantes procuraron
PONERSE EN EL LUGAR de sus destinatarias; ver aquella portada con la óptica de
ellas. Y consideraron que esta frase, si bien excelente para la mujer que ya está en la
Organización, resultaba “cerrada”, carente de “empatía” para las no organizadas, a quienes
todavía “no se les había caído la venda de los ojos “. Peor aún: podía resultar negativa,
contraproducente; inspirarles miedo, ahuyentarlas. O, tal vez, sentirla como una agre-
sión.
La autora cayó en la cuenta y cambió su portada por otra pensada A PARTIR DE LAS
DESTINATARIAS y no a partir de sus propias percepciones.
Ciertamente. Pero podemos conocer a muchos otros que se les parecen. Y, en todo
caso, nos conocemos a nosotros mismos. Nosotros tampoco hemos sido siempre como
somos ahora. Hemos hecho un camino, un proceso.
Para retomar el ejemplo anterior, recordar cómo éramos, cómo sentíamos y pensába-
mos antes de que “se nos cayera la venda de los ojos”.
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Selección de Lecturas
No para quedarnos ahí, no para enquistarnos. Sino para que, desde ese arranque
común, la comunidad vaya adquiriendo gradualmente una visión más crítica, más amplia
y global, que le permita comprender el problema en sus verdaderas causas -condición
indispensable para que llegue a resolverlo- y descubra esas otras necesidades que aún
no percibe.
27 Comunicación y Grupo
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Paulo Freire
Esta búsqueda nos lleva a sorprender en ellas dos dimensiones -acción y reflexión- en
tal forma solidarias, y en una interacción tal que, sacrificada, aunque sólo fuera en parte,
una de ellas, se reciente inmediatamente la otra. No hay palabra verdadera que no sea
6
una unión inquebrantable entre acción y reflexión y, por ende, que no sea praxis. De ahí
7
que decir la palabra verdadera sea transformar el mundo .
La palabra inauténtica, por otro lado, con la que no se puede transformar realidad,
resalta de la dicotomía que se establece entre sus elementos constitutivos. De tal forma
que, privada la palabra de sus dimensión activa, se sacrifica también, automáticamente,
la reflexión, transformándose en palabrería, en mero verbalismo. Por ello, alienada y
alienante. Es una palabra hueca de la cual no se puede esperar; la denuncia del mundo
dado que no hay denuncia verdadera sin compromiso de transformación, ni compromi-
so sin acción.
4 - Tomado de Pedagogía del Oprimido, en: Selección de lecturas sobre Comunicación Social. Curso de formación
de trabajadores sociales, La Habana, 2002.
5 - Paulo Freire, La educación como práctica de la libertad, Siglo XXI editores, 3.ed., 1972
6- A) acción A) de la acción: palabrería, verbalismo
Palabras praxis sacrificio
B) reflexión B) de la reflexión: activismo
7 - Algunas reflexiones aquí desarrolladas nos fueron sugeridas en conversaciones con el profesor Ernani María
Fiori.
Comunicación y Grupo 28
Selección de Lecturas
El diálogo es este encuentro de los hombres, mediatizados por el mundo, para pro-
nunciarlo, y no se agota, por lo tanto, en la mera relación yo-tú.
Esta es la razón que hace posible el diálogo entre aquellos que quieren pronunciar el
mundo y los que no quieren hacerlo, entre los que niegan a los demás la pronunciación
del mundo y los que no la quieren , entre los que niegan a los demás el derecho de decir
la palabra y aquellos a quienes se ha negado este derecho. Primero, es necesario que
los que así se encuentran, negados del derecho primordial de decir la palabra, recon-
quisten ese derecho prohibiendo que continúe este asalto deshumanizante.
Por esto, el diálogo es una exigencia existencial. Y siendo el encuentro que solidariza
la reflexión y la acción de sus sujetos encauzados hacia el mundo que debe ser transfor-
mado y humanizado, no puede reducirse a un mero acto de depositar ideas consuma-
das por sus permutantes.
Tampoco es discusión guerrera, polémica, entre dos sujetos que no aspiran a compro-
meterse con la pronunciación del mundo ni con la búsqueda de la verdad.
Dado que el diálogo es el encuentro de los hombres que pronuncian el mundo, no
puede existir una pronunciación de uno a otros. Es una acto creador. De ahí que no
pueda ser mañoso instrumento del cual eche mano un sujeto para conquistar a otro. La
8 - No nos referimos, obviamente, al silencio de las meditaciones profundas que en los hombres, en una forma
aparente de salir del mundo, se apartan de él para “admirarlo” en su globalidad, continuando en él. De ahí, que
estas formas de recogimiento sólo sean verdaderas cuando los hombres se encuentran en ellas empapados
de “realidad” y no cuando, significando un desprecio al mundo, constituyan formas de evasión, en un espacie
de “esquizofrenia histórica”.
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conquista implícita en el diálogo es la del mundo por los sujetos dialógicos, no la del uno
por el otro. Conquista del mundo para la liberación de los hombres.
Es así como no hay diálogo sino hay un profundo amor al mundo y a los hombres. No es
posible la pronunciación del mundo, que es un acto de creación y recreación, si no
9
existe amor que lo infunda . Siendo el amor fundamento del diálogo, es también diálo-
go. De ahí que sea, esencialmente, tarea de sujetos y que no pueda verificarse en la
relación de dominación. En esta, lo que hay es patología amorosa: sadismo en quien
domina, masoquismo en los dominados. Amor, no. El amor es una acto de valentía, nun-
ca de temor ; el amor es compromiso con los hombres. Dondequiera exista un hombre
oprimido, el acto de amor radica en comprometerse con su causa. La causa de su libe-
ración. Este compromiso, por su carácter amoroso, es dialógico.
Por esta misma razón , no pueden los dominados, los oprimidos, en su nombre, aco-
modarse a la violencia que se les imponga, sino luchar para que desaparezcan las con-
diciones objetivas en que se encuentran aplastados.
No hay, por otro lado, diálogo si no hay humildad. La pronunciación del mundo, con el
cual los hombres lo recrean permanentemente, no puede ser un acto arrogante.
El diálogo, como encuentro de los hombres para la tarea común de saber y actuar, se
rompe si sus polos (o uno de ellos) pierde la humildad.
¿Cómo puedo dialogar, si alieno la ignorancia, esto es, si la veo siempre en el otro,
nunca en mí?
9 - Cada vez nos convencemos más de la necesidad de que los verdaderos revolucionarios reconozcan en la
revolución un acto de amor, en tanto es una acto creador y humanizador. Para nosotros, la revolución que no
se hace sin una teoría de la revolución, y por lo tanto sin conciencia, no tiene en esta algo irreconciliable con el
amor. Por el contrario, la revolución que es hecha por los hombres, en nombre de su humanización.
¿Qué lleva a los revolucionarios a unirse a los oprimidos sino la condición deshumanizada en que estos se
encuentran? No es debido al deterioro que ha sufrido la palabra amor en el mundo capitalista que la revolución
dejará de ser amorosa, ni que los revolucionarios silencien su carácter biófilo. Guevara, aunque hubiera
subrayado él “riesgo de parecer ridículo”, no temió afirmarlo: “Déjame decirle declaró, dirigiéndose a Carlos
Quijano; a riesgo de parecer ridículo, que el verdadero revolucionario está guiado por grandes sentimientos de
amor. Es imposible pensar en un revolucionario auténtico sin esta cualidad”. Ernesto Che Guevara: Obra
revolucionaria, Ediciones ERA, México, 1967, pp.637-638.
Comunicación y Grupo 30
Selección de Lecturas
¿Cómo puedo dialogar, si me admito como un hombre diferente, virtuoso por heren-
cia, frente a los otros, meros objetos en quienes no reconozco otros “yo”?
¿Cómo puedo dialogar, si parto de que la pronunciación del mundo es tarea de hom-
bres selectos y que la presencia de las masas en la historia es síntoma de su deterioro,
el cual debo evitar?
¿Cómo puedo dialogar, si me cierro a la contribución de los otros, la cual jamás reco-
nozco y hasta me siento ofendido de ella?
¿Cómo puedo dialogar, si temo la superación y si, sólo con pensar en ella, sufro y
desfallezco?
No hay diálogo tampoco, sino existe una intensa fe en los hombres. Fe en su poder de
hacer y rehacer. De crear y recrear. Fe en su vocación de ser más, que nos es privilegio
de algunos elegidos sino derecho de los hombres.
La fe en los hombres es un dato a priori del diálogo. Por ello, existe aun antes de que
este se instaure. El hombre dialógico tiene la fe en los hombres antes de encontrarse
frente a frente con ellos. Esta, sin embargo, no es una fe ingenua. El hombre dialógico
que es crítico sabe que el poder de hacer, de crear, de transformar, es un poder de los
hombres y sabe también que ellos pueden, enajenados en una situación concreta, tener
ese poder disminuido. Esta posibilidad, sin embargo, en vez de matar en el hombre
dialógico su fe en los hombres, se presenta ante él, por el contrario, como un desafío al
cual debe responder. Está convencido de que este poder de hacer y transformar, si bien
negado en ciertas situaciones concretas, puede renacer. Puede constituirse. No gratui-
tamente, sino mediante la lucha por su liberación. Con la instauración del trabajo libre y
no esclavo, trabajo que otorgue la alegría de vivir.
Sin esta fe en los hombres, el diálogo es una farsa o, en la mejor de las hipótesis, se
transforma en manipulación paternalista.
31 Comunicación y Grupo
Selección de Lecturas
obvia. Sería una contradicción si, en tanto amoroso, humilde y lleno de fe, el diálogo no
provocase este clima de confianza entre sus sujetos. Por esta misma razón, no existe
10
esa confianza en la relación antidialógica de la concepción “bancaria” de la educación .
Tampoco hay diálogo sin esperanza. La esperanza está en la raíz de la inclusión de los
hombres, a partir de la cual se mueven estos en permanente búsqueda. Búsqueda que,
como ya señalamos puede darse en forma aislada, sino en una comunión con los demás
hombres, por ello mismo, nada viable en la situación concreta de opresión.
Esperanza que no se manifiesta, sin embargo, en el gesto pasivo de quien cruza los
brazos y espera. Me muevo en la esperanza en cuanto lucho y, si lucho con esperanza,
espero.
Si el diálogo es el encuentro de los hombres para ser más, este no puede realizarse en
la desesperanza. Si los sujetos del diálogo nada esperan de su quehacer, ya no puede
haber diálogo. Su encuentro allí es vacío, estéril. Es burocrático y fastidioso.
10 - Para Freire, la concepción “bancaria” de la pedagogía sería aquella en la que el educador, de manera
verticalista, “deposita” en el educando sus conocimientos sin promover el intercambio, sin intención de diálogo
entre su saber y los saberes de los educandos (N. del E.)
Comunicación y Grupo 32
Selección de Lecturas
Se opone al pensar ingenuo, que ve el “tiempo histórico como un peso, como la estra-
11
tificación de las adquisiciones y experiencias del pasado”, de lo que resulta que el
presente debe ser algo normalizado y bien adaptado.
De ahí que, para realizar esta concepción de la educación como práctica de la liber-
tad, su dialogicidad empiece, no al encontrarse el educador-educando con los educandos-
educadores en una situación pedagógica, sino antes, cuando aquel se pregunta en tor-
no a qué va a dialogar con estos. Dicha inquietud en torno al contenido del diálogo es la
inquietud a propósito del contenido programático de la educación.
33 Comunicación y Grupo
Selección de Lecturas
No serían pocos los ejemplos que podríamos citar de programas de naturaleza políti-
ca, o simplemente docente, que fallaron, porque sus realizadores partieron de su visión
personal de la realidad. Falta verificada porque no tomaron en cuenta, en ningún instan-
te, a los hombres en situación a quienes dirigían su programa, a no ser como meras
incidencias de su acción.
Se acercan a las masas campesinas o urbanas con proyectos que pueden responder
15
a su visión del mundo, más no necesariamente a la del pueblo .
Comunicación y Grupo 34
Selección de Lecturas
¿EXTENSIÓN O COMUNICACIÓN? 16
Paulo Freire
Capítulo Primero
Desde un punto de vista semántico, sabemos que las palabras tienen un “sentido de
base” y un “sentido contextual”. Es el contexto, en que se encuentra la palabra, quien
17
delimita uno de sus sentidos “potenciales o virtuales”, como los llama Pierre Guiraud.
De esta forma, en cada uno de los contextos, siguientes, la palabra extensión tiene un
sentido específico:
“Este escritorio tiene tres metros de extensión”. El color tiene como esencial la exten-
sión del cuerpo”. “La extensión del término extensión fue uno de los temas analizados en
la semana de estudios”.
“La palabra estructura que, por su etimología, se unió inicialmente, a lo arquitectónico,
sufrió una extensión significativa, y pasó a ser empleada en economía, lingüística, psico-
logía, antropología, sociología, etc.” “Pedro es agrónomo y trabaja en extensión”.
El sentido del término extensión, en este último contexto, constituye el objeto de nues-
tro estudio. Más que en cualquiera de los casos que usamos como ejemplos, el término
extensión en la acepción que nos interesa aquí -la del último contexto- indica la acción
de extender, y de extender en su regencia sintáctica de verbo transitivo relativo, de doble
complementación: extender algo a.
En esta acepción, quien extiende, extiende alguna cosa (objeto directo de la acción
verbal) a o hasta alguien - (objeto indirecto de la acción verbal) - aquel que recibe el
contenido del objeto de la acción verbal.
16 - Paulo Freire, ¿Extensión o Comunicación? La concientización en el medio rural. Ed Siglo XXI Editores,
Capítulos I. p 17_25, Capítulo 2. p.41-47, Capítulo 3. p.73-84
17 - Pierre Guiraud, La semántica, Breviarios de Fondo de cultura económica , México, 1965, p.28.
35 Comunicación y Grupo
Selección de Lecturas
sencia humana en ella. Su acción es, por lo tanto, la del extensionista, y de quien extien-
de algo hasta alguien. En el caso del extensionista agrícola, jamás se podría tener el
sentido que, en esta afirmación, tiene el mismo verbo: “Carlos extendió sus manos al
aire”.
Por el contrario, lo que busca el extensionista no es extender sus manos, sino sus
conocimientos y sus técnicas. En una zona de reforma agraria, por ejemplo, que está
sufriendo el fenómeno de erosión, que obstaculiza su productividad, ¿la acción
extensionista se dirige directamente hasta el área en desgaste, o hasta los campesinos,
que se encuentran mediatizados por la realidad de su región, en la cual se verifica el
fenómeno de erosión?.
Así, Saussure abre caminos, altamente significativos, para toda la investigación se-
mántica y la lingüística posterior. Trier retoma, en cierta forma, los pasos de Saussure y
desarrolla su concepto de “campos lingüísticos”, donde las palabras se encuentran en
relación estructural de dependencia, unas con otras.
20
“Las palabras forman, de esta manera -dice Pierre Guiraud analizando el concepto
de los “campos lingüísticos”de Trier- un “campo lingüístico” que abarca un campo con-
ceptual y expresa una visión del mundo, que permite reconstruir”.
Comunicación y Grupo 36
Selección de Lecturas
Aun cuando, el concepto de “campos lingüísticos, de Trier, constituye, dice Giraud, “la
gran revolución de la semántica moderna”, está sufriendo críticas y superaciones de
otros lingüistas. Todos basados en la dimensión estructural de las lenguas, señalada por
Saussure.
Extensión...................Transmisión.
Extensión...................Sujeto activo (el que extiende)
Extensión ..................Contenido ( que es tomado por quien extiende).
Extensión...................Entrega (de algo que es llevado por un sujeto que se encuentra
“atrás del muro”, aquellos que se encuentran “más allá del muro”,
“fuera del muro”. De ahí que se hable de actividades extramuros)
Extensión...................Mesianismo (por parte de quien extiende)
Extensión ..................Superioridad (del contenido de quien entrega)
Extensión...................Inferioridad (de los que reciben)
Extensión...................Mecanismo (en la acción de quien extiende)
Extensión...................Invasión cultural (a través del contenido llevado, que refleja la vi
sión del mundo de aquellos que llevan, que se superpone a la de
aquellos que, pasivamente reciben).
Nos parece que la acción expansionista implica, cualquiera que sea el sector en que
se realice, la necesidad que sienten aquellos que llegan hasta la “otra parte del mundo”,
considerada inferior, para, a su manera, “normalizarla”. Para hacerla más o menos se-
mejante a su mundo.
Y todos esos términos envuelven acciones, que transformando al hombre en casi una
“cosa”, lo niegan como un ser de transformación del mundo. Además de negar, como
veremos, la formación y la constitución de conocimientos auténticos. Además de negar
la acción y la reflexión, verdaderas, a aquellos que son objetos de tales acciones.
Se podría decir que la extensión no es esto; que la extensión es educativa. Es, por
esto, que la primera reflexión crítica de este estudio viene incidiendo sobre el concepto
mismo de extensión, sobre su “campo asociativo” de significado. De este análisis se
37 Comunicación y Grupo
Selección de Lecturas
Es esta fuerza operacional de los conceptos que puede explicar que algunos
extensionistas, aun cuando definan la extensión como un quehacer educativo, no se en-
cuentren en contradicción al afirmar: “persuadir a las poblaciones rurales a aceptar nuestra
propaganda y a aplicar estas posibilidades -se refiere a las posibilidades técnicas y
económicas- es una tarea, por demás difícil, y esta tarea es, justamente, la del
22
extensionista, que debe mantener contacto permanente con las poblaciones rurales .
Por más que podemos creer en las intenciones educativas del profesor citado -y la
lectura de su texto nos ayuda a creerlo_ no es posible, con todo, negar que él presenta,
como tarea fundamental del extensionista, “persuadir a las poblaciones rurales a acep-
tar nuestra propaganda”.
Persuadir, en el texto citado, así como propaganda, son términos que se relacionan
con la connotación fundamental que, desde un punto de vista semántico, encontramos
en el término extensión. Jamás, por esto mismo, conciliables con el término educación,
tomado éste, como práctica de la libertad.
A los campesinos no tenemos que persuadirlos, para que acepten la propaganda que,
cualquiera que sea su contenido, comercial, ideológico o técnico es siempre
“domesticadora “.
21 - A propósito de la contradicción educador -educando, de cuya superación resulta: no más educador del
educando; no más educando del educador, sino educador educando, con educando-educador, véase Paulo
Freire, Pedagogía del Oprimido, Siglo XXI Ed. Tierra Nueva, Buenos Aires, 1972.
22 - Willy Timmer, Planejamento do trábalo de extensao agrícola, Ministerio de Agric., servicio de inf. Agrícola,
Brasil, 1954, p. 24. El subrayado es nuestro.
Comunicación y Grupo 38
Selección de Lecturas
Este si es el trabajo auténtico del agrónomo como educador, del agrónomo como es-
pecialista, que actúa con otros hombres sobre la realidad que los mediatiza.
No les cabe, por lo tanto, desde una perspectiva realmente humanista, extender sus
técnicas, entregarlas, prescribirlas; no les cabe persuadir, ni hacer de los campesinos el
campo propicio para su propaganda.
Nos parece obvio (pero aun así discutámoslo) que al establecer sus relaciones perma-
nentes con los campesinos, el objetivo fundamental del extensionista, en el trabajo de
extensión, es intentar hacer que ellos cambien sus “conocimientos” asociados a su ac-
ción sobre la realidad, por otros, que son los conocimientos del extensionista.
En la medida en que los campesinos sustituyen formas empíricas de tratar la tierra, por
otras (las de las ciencia aplicada, que son las formas técnicas), necesariamente, este
cambio de cualidad en el proceso de enfrentamiento con la realidad, provocará igual-
mente, el cambio de sus resultados, aunque no en términos automáticos.
23 - Veremos en el desarrollo de este estudio lo fatal que es no percibir que de las relaciones hombre-naturaleza
se constituye el mundo propiamente humano, exclusivo del hombre, en el mundo de la cultura y de la historia.
Este mundo, en recreación permanente, a su vez, condiciona a su propio creador, el hombre, en sus formas de
enfrentarlo y enfrentar a la naturaleza. No es posible, por lo tanto, comprender las relaciones de los hombres
con la naturaleza, sin estudiar los condicionamientos histórico-culturales a que están sometidas sus formas de
actuar.
39 Comunicación y Grupo
Selección de Lecturas
Por esto mismo, la expresión “extensión educativa” sólo tiene sentido si se toma la
educación como práctica de la “domesticación”. Educar y educarse, en la práctica de la
libertad, no es extender algo desde la “sede del saber” hasta la “sede de la ignorancia”,
para “salvar”, con este saber, a los que habitan en aquella.
Capítulo II
El análisis que nos proponemos hacer, en este capítulo de nuestro estudio, exige, ne-
cesariamente, algunas consideraciones previas. Consideraciones que girarán en torno
a un tema, cuya extensión reconocemos, y que será presentado aquí en forma sumaria,
o suficiente apenas, para apoyar las afirmaciones, básicas, que vamos a hacer. Son
consideraciones a propósito de la anti dialoguicidad, como fuente de una teoría de ac-
ción, que se opone, antagónicamente, a la teoría de la acción que tiene como matriz, la
24
dialoguicidad .
Comencemos por afirmar que solamente el hombre, como un ser que trabaja, que
tiene un pensamiento -lenguaje, que actúa, y es capaz de reflexionar, sobre sí mismo, y
sobre su propia actividad, que de él se separa, solamente él, al alcanzar tales niveles, es
24 - Véase al respecto, pedagogía del Oprimido, ed. Cit. En el que discutimos ampliamente este problema.
Comunicación y Grupo 40
Selección de Lecturas
25
un ser de praxis. Un ser de relaciones en un mundo de relaciones . Su presencia en tal
mundo, presencia que es un estar con, comprende un permanente enfrentamiento con
él.
Desprendiéndose del contorno, con todo, no podría afirmarse como tal (esto es, como
ser de la transformación, como ser de decisión) sino en relación con él. Es hombre por-
que está siendo en el mundo y con el mundo. Este estar siendo, que envuelve su relación
permanente con el mundo, envuelve también su acción sobre él.
Esta acción sobre el mundo, que, siendo mundo del hombre, no es sólo naturaleza, por
que es cultura e historia, se encuentra sometida a los condicionantes de su propio resul-
tado.
De esta manera, las relaciones del hombre, o de los hombres, con el mundo, su ac-
ción, su percepción, se dan también, a niveles diferentes.
Cualquiera que sea el nivel en que se da la acción del hombre sobre el mundo, esta
acción comprende una teoría. Tal es lo que ocurre, también, con las formas mágicas de
27
acción .
Siendo así, se impone que tengamos una clara y lúcida comprensión de nuestra ac-
ción, que envuelve una teoría, lo sepamos o no. Se impone que, en lugar de la simple
“doxa”, en torno a la acción que desarrollemos, alcancemos el “logos” de nuestra acción.
28
Es una tarea específica de la reflexión filosófica . Cabe a esta reflexión incidir sobre la
acción y desvelarla, en sus objetivos, en sus medios, en su eficiencia.
Al hacerlo, lo que antes, tal vez, no concibiéramos como teoría de nuestra acción, se
nos revelan como tal. Y, si la teoría y la práctica son algo indicotomizable, la reflexión,
sobre la acción, acentúa la teoría, sin la cual la acción (o la práctica) no es verdadera.
La práctica, a su vez, gana una nueva significación, al ser iluminada por una teoría, de
la cual, el sujeto que actúa, se apropia, lúcidamente.
25 - Sobre el hombre, como ser de relaciones, y el animal, como un ser de contactos y las connotaciones de
estos conceptos. Véase Paulo Freire, La educación como práctica de la libertad, ed. cit.
26 - El término decisión proviene de decidir, que, por su lado, se originan en el latín decidere: cortar. En el texto
corresponde a su etimología, y el término decisión significa el corte que el hombre realiza, al separarse del
mundo natural, continuando, con todo, en el mundo. Está implícita en la decisión al acto de “ad-mirar” al
mundo.
27 - The magic art is direted towards the attainment of practical ends; like any other art or craft it is also governed
by theory, and by a system of principles which dictate the manner in which the act has to be performed in order
to be effective. Thus, magic and science show a number of similarities and with Sir James Frazer, we can
appropriately call magic, a pseudoscience”. Bronislaw Malinowski, op.cit.,p.140
28 - La filosofía de la ciencia, como la de la técnica, no es una diversión de los que no actúan, no es una pérdida
de tiempo, como puede parecer a los tecnicistas, pero no a los técnicos.
41 Comunicación y Grupo
Selección de Lecturas
De las muchas características que tiene la teoría antidialógica de la acción, nos deten-
dremos en una : la invasión cultural.
El invasor reduce a los hombres, del espacio invadido, a menos objetos de su acción.
30
La relaciones entre invasor e invadidos, que son relaciones autoritarias , sitúan sus
polos en posiciones antagónicas.
El primero actúa, los segundos tienen la ilusión de que actúan, en la actuación del
31
primero; éste dice la palabra ; los segundos, prohibidos de decir la suya, escuchan la
palabra del primero. El invasor piensa, en la mejor de las hipótesis, sobre los segundos,
jamás como ellos; éstos son “pensados” por aquellos. El invasor prescribe, los invadi-
dos son pasivos frente a su prescripción.
29 - Esto no significa que el agrónomo llamado extensionista, no sea necesariamente dialógico. Significa,
simplemente, que cuando lo es no hace extensión, y si la hace, no es dialógico.
30 - La filosofía de la ciencia, como la de la técnica, no es una diversión de los que no actúan, no es una pérdida
de tiempo, como puede parecer a los tecnicistas, pero no a los técnicos.
31 - A propósito del acto de decir la palabra, de la significación de éste acto ver: Paulo Freire, A alfabetizacao
de adultos: crítica de sua visao ingenua, comprenensao de sua visuao crítica . Ernani maría Fiori:
Aprender a decir su palabra. El método de alfabetización del prof. Paulo freire, Santiago, 1968.
Comunicación y Grupo 42
Selección de Lecturas
Para que la invasión cultural sea efectiva, y el invasor cultural logre sus objetivos, se
hace necesario que esta opción sea auxiliada por otras, que , sirviendo a ella sean
distintas dimensiones de la teoría anti-dialógica.
La propaganda, las consignas, los “depósitos”, los mitos, son instrumentos usados por
el invasor, para lograr sus objetivos: persuadir los invadidos de que deben ser objetos
de su acción, de que deben ser presas dóciles de su conquista. Es necesario que el
invasor quite significado a la cultura invadida, rompa sus características, la llene, incluso,
de subproductos de la cultura invasora .
32
Otra característica básica de la teoría antidialógica es la manipulación
Como forma de dirigismo, que explora lo emocional de los individuos, la manipulación
inculca, en ellos, la ilusión de actuar, o de que actúan, en la actuación de sus manipula-
dores, de que hablamos antes.
33
Estimulando la masificación ,la manipulación se contradice con la afirmación del hombre
como sujeto, que sólo puede darse en la medida que, comprometiéndose en la acción
transformadora de la realidad opta y decide.
De ahí que, para este humanismo, no haya otro camino que la dialogicidad, para ser
auténtico sólo puede ser diálogico.
32 - La manipulación se instaura como una forma típica, aunque no exclusiva, de las sociedades que viven el
proceso de la transición histórica, de un tipo de”sociedad cerrada” a otra “en apertura”, donde se verifica la
presencia de las masas populares emergentes. Estas, en que la fase anterior del proceso se encontraba
“bajo” ella, al emerger, en la transición, cambian básicamente de actitud: de meras espectadoras, que eran
antes, exigen participación e ingerencia . Estas circunstancias condicionan el fenómeno del populismo, que se
ve como respuesta a la emergencia de las masas. Como mediadoras entre éstas y las élites oligárquicas, el
liderazgo populista se inscribe en la acción manipuladora.
33 - Entendemos por masificación, no el proceso de emersión de las masas (referido en la nota anterior), del cual
resulta su presencia en la búsqueda de afirmación y de participación histórica (sociedad de masa), sino un
estado en el cual el hombre, aun cuando piense lo contrario, no decide. Masificación es deshumanización, es
alienación. Lo “irracional” y lo mítico están siempre asociado a ella.
43 Comunicación y Grupo
Selección de Lecturas
Este encuentro amoroso no puede ser, por esto mismo, un encuentro de inconciliables.
34
No hay ni puede haber invasión cultural dialógica, no ya manipulación ni conquista
dialógicas: éstos son términos que se excluyen.
Insistimos en afirmar que ésta no es una discusión bizantina. En el momento en que los
“trabajadores sociales” definen su quehacer, como asistencialista, no obstante, digan
que éste es un quehacer educativo, estarán cometiendo en verdad, un equívoco de
consecuencias funestas, salvo que hayan optado por “domesticar” a los hombres.
Del mismo modo, un pensador que reduce toda la objetividad al hombre y a su con-
35
ciencia, inclusive la existencia de los demás hombres, no puede hablar de la dialéctica
entre subjetividad - objetividad. No puede admitir la existencia de un mundo concreto,
objetivo, con el cual el hombre se encuentra en relación permanente.
En el momento en que un asistente social, por ejemplo, se reconoce como “el agente
de cambio”, difícilmente percibirá esta obviedad: si su empeño es realmente educativo
liberador, los hombres con quienes trabaja no pueden ser objetos de su acción. Son tan
36
agentes de cambio, como él . De lo contrario no hará otra cosa que conducir, manipu-
lar, domesticar. Y si reconoce a los demás como agentes de cambio, tanto como a él
mismo, ya no es el agente, y la frase pierde su sentido.
35 - Conquista-participio femenino del antiguo conquerire: conquistar: Latín: conquireres buscar por todas parte.
No hay que buscar a los hombres por todas partes; al contrario, con ellos hay que estar. La conquista, que se
encuentra implícita en el diálogo, es la conquista del mundo para el SER MÁS de todos los hombres.
36 - Teoría idealista de la de la subjetividad conocida como solipsismo. Latín: solo: únicos; ipsés: mismo.
Comunicación y Grupo 44
Selección de Lecturas
Capítulo III
A) ¿EXTENSIÓN O COMUNICACIÓN?
Desde las primeras páginas de este ensayo, hemos insistido sobre esta obviedad: el
hombre, como un ser de relaciones, desafiado por la naturaleza, la transforma con su
trabajo; el resultado de esta transformación, que se separa del hombre, constituye su
mundo. El mundo de la cultura, que se prolonga en el mundo de la historia.
Este mundo, exclusivo del hombre, con el cual “llena” los espacios geográficos, es
llamado por Eduardo Nicol, como vimos en el capítulo anterior, “estructura vertical”, en
relación con la “estructura horizontal”.
La “estructura vertical”, el mundo social y humano, no existiría, como tal, sino fuese un
mundo de comunicaciones, fuera del cual, sería imposible el conocimiento humano.
Esta es la razón por la cual, estudiando las tres relaciones constitutivas del conoci-
37
miento, la gnoseológica, la lógica y la histórica, Eduardo Nicol agrega una cuarta, fun-
damental, indispensable, para el acto del conocimiento, que es la relación dialógica.
Todo acto de pensar exige un sujeto que piensa, un objeto pensado, que mediatiza al
primer sujeto del segundo, y la comunicación entre ambos, que se da a través de signos
lingüísticos.
Nicol afirma que la función del pensamiento no debería designarse por ser un sustanti-
38
vo, sino por un verbo transitivo .
45 Comunicación y Grupo
Selección de Lecturas
Tal vez, rigurosamente, podríamos decir que el verbo que designa el pensamiento,
más que puramente transitivo, debería ser uno que comprendiese, como régimen sintáctico,
el objeto de la acción y un complemento de compañía.
De este modo, más allá del sujeto pensante, del objeto pensado, habría, como exigen-
cia (tan necesaria como la del primer sujeto y la del objeto), la presencia de otros sujetos
pensantes, representados por el complemento de compañía. Sería un verbo “co-subjeti-
vo-objetivo”, cuya acción incidente en el objeto, sería, por esto mismo, coparticipada.
Esta función, a su vez, no es la mera extensión del contenido significante del significa-
do, objeto del pensar y del conocer.
Para que el acto comunicativo sea eficiente, es indispensable que los sujetos, recípro-
39 - En este sentido, los comunicados son los “significados”, que al agotarse en su dinamismo propio, se
transforman en contenidos estáticos , cristalizados. Contenidos que, a manera de petrificaciones, un sujeto
deposita en los otros, que dejan inmediatamente de pensar , por lo menos en forma correcta. Ésta es la forma
típica en que el “educador” actúa dentro de la concepción de educación, que irónicamente llamamos “bancaria”.
Comunicación y Grupo 46
Selección de Lecturas
camente, comunicantes, estén de acuerdo. Esto es, la expresión verbal de uno de los
sujetos, tiene que ser percibida, dentro de un cuadro significativo común, por el otro
sujeto.
Si no hay acuerdo en torno a los signos, como expresiones del objeto significado, no
puede haber comprensión entre los sujetos, lo que imposibilita la comunicación. Entre
comprensión, inteligibilidad y comunicación, no hay separación, como si constituyesen
momentos distintos del mismo proceso o del mismo acto. Es más, inteligibilidad y co-
municación se dan simultáneamente.
De ahí que las charlas se consideren, cada vez menos como método eficiente. El diálogo
problematizador se considera aquí aun más indispensable, para disminuir la distancia
entre expresión significativa del técnico y la percepción que de esta expresión tenga el
campesino. Y esto sólo se da en la comunicación e intercomunicación de los sujetos
pensantes, a propósitos de lo pensado, pero nunca a través de la extensión del pensa-
miento de un sujeto, hasta el otro.
La búsqueda del conocimiento, que se reduce a una mera relación sujeto cognoscente-
objeto cognoscible, y rompe la “estructura diálogica” del conocimiento, está equivoca-
da, por importante que sea su tradición.
La tarea del educador, por tanto, no es colocarse como sujeto cognoscente, frente a un
objeto congnocible para, después de conocerlo, hablar sobre él discursivamente a sus
educandos, cuyo papel sería el de archivadores de sus comunicados.
47 Comunicación y Grupo
Selección de Lecturas
40
La educación es comunicación, es diálogo en la medida en que no es la transferen-
cia del saber, sino un encuentro de sujetos interlocutores, que buscan la significación de
los significados.
41
Interesan algunas consideraciones que hace Urban al clasificar los actos comunicativos.
Según ese autor, estos datos se realizan en dos planos fundamentales: uno, en que el
objeto de la comunicación pertenece al dominio de lo emocional; otro, en que el acto
comunica conocimiento, o estado mental.
No existe, en este tipo de comunicación, que se realiza también a nivel animal, la “ad-
43
miración” del objeto por parte de los sujetos de la comunicación .
En éste, la comunicación se verifica entre sujetos, sobre algo que los mediatiza, y que
se “ofrece” a ellos, como un hecho cognoscible.
Este algo que mediatiza los sujetos interlocutores, puede ser tanto un hecho concreto
(la siembra y sus técnicas, por ejemplo), como un teorema matemático. En ambos ca-
sos, la comunicación verdadera no es la transferencia o transmisión del conocimiento,
de un sujeto a otro, sino su coparticipación en el acto de comprender la significación del
significado. Es una comunicación, que se hace críticamente.
Y, como señalamos en las primeras páginas de este capítulo, en este nivel, la comuni-
cación es esencialmente lingüística.
Comunicación y Grupo 48
Selección de Lecturas
Tal hecho, irrecusable, nos plantea problemas de real importancia, que no deben olvi-
darse, ni tampoco menospreciarse.
Queda claro el equívoco al cual nos puede conducir el concepto de extensión; extender
un conocimiento técnico, hasta los campesinos, en lugar de (por la comunicación efi-
ciente) hacer del hecho concreto, al cual se refiera el conocimiento (expreso por signos
lingüísticos), objeto de la comprensión mutua de los campesinos y los agrónomos.
No hay posibilidad de que exista una relación comunicativa, si entre los sujetos
44
interlocutores no se establece la comprensión del significado del signo .
El signo debe tener el mismo significado para los sujetos que se comunican, si no la
comunicación no es viable entre ambos, por falta de comprensión indispensable.
45
Considerando este aspecto, Adam Schaff admite dos tipos de comunicación: una
que se centra en significados; otra cuyo contenido son las convicciones.
44 - Esto ocurre con mucha frecuencia entre brasileños recién llegados a Chile, y los chilenos. La semejanza de
signos lingüísticos, desde el punto de vista ortográfico, y a veces prosódicos, no corresponde, con todo, a su
significado. En el lenguaje cotidiano, para una señora brasileña “botar la mesa” (en portugués: botar a mesa)
es servir la mesa; para una señora chilena es dejar caer la mesa al suelo. Si se dice a un niño chileno recién
llegado al Brasil: “Meu filho, podes tirar o livro “(Mi hijo, puedes alcanzar el libro), en castellano: Mi hijo, puedes
tirar el libro, probablemente lo lanzará al suelo.
45 - Adam Schaff: op.cit., p. 164.
49 Comunicación y Grupo
Selección de Lecturas
La comprensión significante de los signos, a su vez, exige que los sujetos de la comu-
nicación sean capaces de reconstruir, en sí mismos, el proceso dinámico en que se
constituye la convicción expresada por ambos, a través de los signos lingüísticos.
Desde luego, como afirmamos arriba, el entendimiento del significado de los signos
lingüísticos en este campesino, implica la comprensión del contexto en que se genera la
convicción, que se expresó por medio de estos signos.
No obstante, la comprensión de los signos, y del contexto, no son suficientes para que
yo comparta su convicción.
Pero lo que no se puede olvidar es que, lo que constituye, para nosotros en contrapo-
sición a la creencia mágica del campesino, el dominio de los significados (en el sentido
aquí estudiado, y que da Schaff), es considerado por el campesino como una contradic-
ción a su “ciencia”.
De ahí que la relación del agrónomo con los campesinos, de orden sistemática y pro-
gramada, debe realizarse en una situación gnoseológica, por tanto, dialógica y
comunicativa.
Aun cuando estuviésemos de acuerdo -que no es el caso- con la acción “extensiva del
conocimiento, en que un sujeto lo lleva a otro (que deja, por esto mismo, de ser sujeto),
sería necesario, no solamente que los signos tuviesen el mismo significado, sino tam-
bién, que el contenido del conocimiento extendido se originase en un terreno común a
los polos de la relación.
En último análisis, son comunicados a las masas, a través de cuyas técnicas son condu-
cidas y manipuladas, y sin estar comprometidas en un proceso educativo-libertador.
Comunicación y Grupo 50
Selección de Lecturas
Uno de los motivos del equívoco es que, frente a las primeras dificultades para la co-
municación con los campesinos, no perciben que éstas se deben, entre otras cosas, a
que el proceso de comunicación humano no puede estar exento de los condicionamientos
socio-culturales.
De ahí, a los actos de invasión cultural y de manipulación, hay sólo un paso, que ya está
prácticamente dado.
Algo de indiscutible importancia para el trabajo del educador, en sus relaciones con
los campesinos, debe ser considerado en el proceso de comunicación.
La relación de causa efecto, que los campesinos pueden descubrir entre algunos de
estos signos -naturales o no - y ciertos hechos, no es siempre la misma para el agróno-
mo, que también los capta.
Por último, nos parecen indispensables algunas consideraciones finales, en este capí-
tulo, a propósito del aspecto humanista en que debe inspirarse el trabajo de comunica-
ción, en un proceso de reforma agraria, entre técnicos y campesinos.
51 Comunicación y Grupo
Selección de Lecturas
Humanismo que, no teniendo una visión crítica del hombre concreto, pretende un será
para él que, trágicamente, está siendo una forma de casi no ser.
Es en este humanismo científico donde debe apoyarse la acción comunicativa del agró-
nomo educador.
Por todo esto, una vez más, estamos obligados a negar, al término extensión, y a su
derivado, extensionismo, las connotaciones del quehacer verdaderamente educativo,
que se encuentra en el concepto de comunicación.
Por lo tanto, a la preguntas que da título, no sólo a la primera parte del presente capítu-
lo, sino a este ensayo, ¿Extensión o Comunicación?, respondemos, negativamente a la
extensión, y afirmativamente a la comunicación.
Comunicación y Grupo 52
Selección de Lecturas
LA COMUNICACIÓN DIALOGADA
Irina Barrios Osuna
De modo que sí vivir es, en gran medida, un acto de comunicación, entonces vivir es
convivir, lo que nos enfrenta a modos alternativos no sólo de relaciones, interrelaciones
o interacciones, sino a la dimensión explícita o implícita de la cultura, del contexto y de la
situación donde los símbolos que se utilizan van a adquirir su significado como conse-
cuencia de la experiencia social compartida.
46 - Rodas, F.J. y R. Beltrán de Tenas, (1988): Información y comunicación. Los medios y su aplicación didáctica,
Barcelona: Editorial Gustavo Gilí.
53 Comunicación y Grupo
Selección de Lecturas
Aunque las personas logran comunicarse hasta con sus silencios, es común observar-
las conversando, debatiendo, confrontando o realizando cualquier otra acción que, siempre
que denote un activismo práctico o espiritual, dirigido a otros sujetos y recíprocamente,
será comunicación. Eso sí, para llegar a establecer y comprender qué se logró con ella,
tendremos que desentrañar sus bases afectivo-volitivas, así como indagar en la calidad
de los esfuerzos cooperativos, si los hubo.
Si los procesos y los cambios produjeron una mayor calidad en la actividad conjunta y
cooperada, y un cambio enriquecedor en las personas, hubo diálogo.
El diálogo es una forma de comunicación que surge precisamente como una nece-
sidad de contactar, de llegar, de hacer participar al otro, en el sentido de “hablar como
47
iguales en un intercambio no sólo de información sino de sentimiento y valores”
Este ideal comunicativo se basa en un método algo insólito y difícil, mezcla donde se
funden orgánicamente acción, conocimiento, ética y sensibilidad hacia la comunicación;
el diálogo involucra y reduce la posible incongruencia entre la comunicación verbal y no
verbal que pudiera retardar o debilitar el encuentro, el compromiso.
Comunicación y Grupo 54
Selección de Lecturas
frente a sus verdades y problemas; la práctica del diálogo propicia habilidades que
ayudan a obtener una visión de la investigación en una perspectiva más amplia, por
ofrecer nuevos recursos investigativos que permiten indagar con más profundidad en
las unidades de observación y análisis.
El diálogo no se cierra a sí mismo sino que puede surgir en cualquier forma de co-
municación, en virtud de su propósito y de la actitud que predomine. Por ejemplo,
ocurre que muchas conversaciones se caracterizan por la sociabilidad , por la charla
de rutina o de trabajo, o simplemente como preámbulo para iniciar intercambios que
conducen a otras búsquedas importantes, hacerse cargo de algo y pasar a la acción
práctica. Pero ocurre también que las conversaciones pueden adoptar la forma de
pelea, fundamentalmente cuando alguien experimenta “un sentimiento de vulnerabili-
49
dad… cuando la propia autoestima es cuestionada, amenazada o atacada …” hasta
llegar a verdaderas agresiones donde se mezclan el resentimiento, las ambigüeda-
des y otros estilos poco productivos.
49 - Miller, S.; Wackman, D.; Demmitt, D. y Demmitt, N., (1990): Trabajando juntos. Comunicación productiva
sobre el trabajo, Littleton: : Interpersonal Communication Programs.
50 - Kagan, M., (1989): Característica sistemática general de la actividad humana, en: Temas sobre la actividad y
la comunicación, La Habana: Editorial de Ciencias Sociales.
55 Comunicación y Grupo
Selección de Lecturas
cer más sobre nosotros mismos y sobre comunicación en grupos, sobre creación de
nuevos vínculos y subsistemas de relaciones que se promueven en la acción.
Por tal razón, entendemos oportuno, para lograr el diálogo, la definición dinámica de
referentes, de actitudes, y de métodos que propicien el camino para encontrar signifi-
cados y reconstrucciones totalizadoras, que den identidad a la experiencia que se mo-
difica y nos modifica en la acción. Estos caminos fueron indagados a través de la re-
flexión-acción desplegada en los grupos de aprendizaje del Diplomado de Trabajo Co-
munitario desde la Educación Popular.
Paulo Freire, quien desde la década del sesenta comenzó a elaborar un nuevo modelo
educativo, descubrió que la comunicación que predominara en el mismo iba a alcanzar
una gran importancia en el objetivo de lograr la coparticipación entre los sujetos
interlocutores.
51 - Freire, P., (1993):¿Extensión o comunicación? La concientización en el medio rural, México: Siglo XXI.
Comunicación y Grupo 56
Selección de Lecturas
dentro de ciertos límites. Visto como la capacidad para influir, forzar o controlar a otras
personas sin contar con su voluntad o deseo, violentando los límites personales o cultu-
rales produciendo invasiones en los espacios privados, aprovechando, quizás, desigual-
dades en la capacidad o en la inteligencia emocional o debilidades o posiciones des-
ventajosas del otro; en este sentido el poder paraliza, esquematiza, bloquea o destruye
las potencialidades participativas, convirtiendo a los sujetos de la comunicación en ob-
jetos de otros, en seguidores acríticos o en replicadores.
Como vía para entrenarnos en el arte del diálogo debemos comenzar por reconocer
que el yo es una estructura perceptual que se activa en la comunicación. Nuestro trabajo
desde los grupos debiera servir como una oportunidad para aprender más de nuestras
experiencias y para sentir orgullo de la propia identidad y cultura; pero identidad no es
sólo reconocer lo que somos diferente del otro, es también reconocernos en otros y ser
uno mismo con la participación o la ayuda de otros.
57 Comunicación y Grupo
Selección de Lecturas
Esto significa que el yo y el grupo pueden variar en forma súbita: organizándose, des-
organizándose y reorganizándose; nunca serán progresiones lineales, por lo que la ex-
presión del sí mismo en el grupo va a pasar por contradictorios movimientos de integra-
ción y ruptura.
Mientras más fuerte sea el yo, tanto más tolerantes seremos frente a lo nuevo o lo
53
desconocido, para nunca “perder lo diferente por temor a lo antagónico” . Nuestra
propia afirmación en torno al diálogo no puede mantenernos ajenos al hecho de que
en el trabajo participativo la diversidad se vuelve una fuente extraordinaria de riqueza,
54
vitalidad y fortaleza .
Claro, existe una dialéctica entre lo parecido y lo diferente en los grupos y ambos polos
de contradicción son necesarios. El encuentro con lo diferente puede dar satisfacción,
pero también ansiedad, o pérdida de seguridad. Se ha dicho que se aprende mucho
más de lo diferente que de lo semejante. Cuando esto se revela como relación humana,
encuentra su forma de personificación en una relación muy compleja que alienta tanto la
introspección y la afirmación del yo dentro de las propias posiciones así como el des-
prendimiento, la flexibilidad y la tolerancia hacia lo diferente: surge la relación empática.
Se trata, por tanto, de un cambio que se revela en una relación que apunta hacia el
surgimiento y el intercambio de emociones: sentimos que estamos viviendo lo que
vive el otro, como si nos estuviera pasando a nosotros mismos, tal como pudiera
55
suceder entre el público y sus héroes del teatro, del cine o la televisión .
Comunicación y Grupo 58
Selección de Lecturas
Vista así, como una relación que se produce entre interlocutores, la misma necesidad
empática que pueda sentir uno de ellos puede activar y desarrollar la necesidad del otro
o de los otros que se encuentran en dicha relación, ampliando el surgimiento de la
conveniencia del otro y del vínculo.
La relación empática constituye una de las fortalezas del diálogo que lo hacen útil para
consolidar y ampliar la actividad conjunta así como las acciones investigativas en los
grupos. Lo importante es llegar a conclusiones nuevas, experimentando por nosotros
mismos y adentrándonos en lo diferente, en lo inesperado, en lo sorprendente del com-
portamiento de personas y grupos; salir de una posición de clausura hacia una posición
de apertura, de escucha y de disfrute de otras voces diferentes. El ejercicio de la empatía
facilita el cambio y mejora la calidad de las decisiones, reforzando la flexibilidad y crea-
tividad de los sujetos dialógicos.
56 - De La Riva, F. (2000): “Gestión participativa de las asociaciones”, en Selección de Lecturas sobre trabajo
comunitario, La Habana: CIE Graciela Bustillos, Asociación de Pedagogos de Cuba
59 Comunicación y Grupo
Selección de Lecturas
Las personas que participan se redescubren nuevas energías y generan nuevas actitu-
des para trabajar en el grupo, el cual también se percibe a sí mismo como grupo al
analizar las influencias del entorno, generar su dinámica y evaluar su desarrollo.
57 - Nuñez, C. (2000): “La Revolución ética”, en Selección de lecturas sobre trabajo comunitario, La Habana:
CIE Graciela Bustillos, Asociación de Pedagogos de Cuba.
Comunicación y Grupo 60
Selección de Lecturas
61 Comunicación y Grupo
Selección de Lecturas
LA COMUNICACIÓN 59
EQUIPO CLAVES
En una asociación, la comunicación puede ser interna, cuando se produce entre los/as
miembros, o puede ser externa, la que se establece entre la asociación y el entorno en
que trabaja.
La comunicación, ya sea interna o externa, no tiene por qué surgir de forma espontá-
nea. Los procesos de comunicación necesitan ser atendidos y reforzados si se quiere
conseguir que la organización de la asociación y los resultados del trabajo asociativo
sean satisfactorios.
59 - Equipo Claves, Gestión participativa de las asociaciones, Editorial popular, s.a, Madrid, 1994, Cuarta parte
“Tres “claves” de la gestión participativa de las asociaciones, pp 167-182.
Comunicación y Grupo 62
Selección de Lecturas
No es suficiente que las personas que integran una asociación se sientan parte de
esa asociación y sepan lo que tienen que hacer por ella, también es necesario que estén
informados de los distintos procedimientos administrativos, de gestión, etc., que la que
la asociación necesita para desarrollar su práctica asociativa.
Esto no significa que todos/as los/as miembros tengan que estar “en todo”, porque no
resultaría operativo; se trata de impedir que en la asociación surjan”compartimentos
estancos” y poner en marcha los mecanismos comunicativos para que, cuantas perso-
nas la componen, tengan acceso y conozcan cómo están organizadas y cómo se desa-
rrollan las tareas de mantenimiento de la asociación.
63 Comunicación y Grupo
Selección de Lecturas
Una persona transmite una información a otra persona que no tiene posibilidad de
respuesta y cuyo papel se limita a recibir esa información y actuar en consecuencia.
Este tipo de comunicación:
· Es, aparentemente, más rápida, clara y ordenada, porque, al no haber contraste ni
diálogo, el/la “emisor/a” de la información se limita a “transmitir” lo que quiere comunicar
sin desviaciones ni “pérdidas de tiempo”.
· Facilita el control del funcionamiento organizativo por parte de quienes tienen el po-
der formal de la asociación, porque se garantiza un control de los contenidos y mecanis-
mos de información, sin que exista réplica alguna.
· Aumenta el riesgo de dificultad en la realización de tareas y de disminución de la
eficacia del trabajo, ya que no asegura la comprensión y correcta aplicación de las infor-
maciones, precisamente, porque no existe posibilidad de “contrastar” la información o
recabar nuevas informaciones.
· Aumenta la insatisfacción entre los/as miembros, ya que les otorga un papel pasivo
de simples receptores /as y a ejecutores/as de tareas.
- Comunicación recíproca.
La comunicación recíproca:
· Facilita una mejor comprensión y precisión de la información, porque permite aclara-
ciones, preguntas, aportar nuevas informaciones por parte de el/la “receptor/a”, etc.
· Resulta más laboriosa, ya que el intercambio emisor/a –receptor/a exige un mayor
tiempo.
· Permite una mayor “apropiación” de las tareas por parte de las personas encargadas
de realizarlas, precisamente porque, a través del intercambio, existe la posibilidad de
aclarar dudas o confusiones.
· Aumenta la motivación y la implicación de, los/as miembros en el trabajo de la asocia-
ción, porque pasan de ser meros /as receptores/as a poder ser también emisores/as y
ese diálogo les hace corresponsables.
Comunicación y Grupo 64
Selección de Lecturas
Lograr una buena comunicación, generalizada, fluida, entre los/as miembros de la aso-
ciación siempre requiere tiempo y, la mayoría de las veces, requiere también de forma-
ción (aprender a comunicarse). Dejar que la comunicación “vaya a su aire” es el método
más rápido para que se acabe repercutiendo negativamente en la práctica de la asocia-
ción.
- Sabemos que los/as otros/as quieren decir y los/as demás saben lo que deseamos
expresar.
Con frecuencia esta suposición da múltiples malentendidos por lo que nunca sobraran
los esfuerzos por dejar claro cuál es el mensaje, la idea que queremos transmitir.
Junto a estas suposiciones falsas, existen otros elementos que influyen en la calidad
de la comunicación. Entre ellos habría que destacar:
- El tamaño.
Cuanto mayor es el número de miembros de una asociación, mayor es también el
número de relaciones que están en juego y es mayor la dificultad para organizar estruc-
turas de comunicación adecuadas.
- La atracción interpersonal.
Es indudable que, dentro de un grupo, no nos sentimos atraídos de igual forma por
todas las personas que lo integran. Sin que sepamos porqué, muchas veces sentimos
que una persona “nos cae mejor”que otra. Estos fenómenos naturales de simpatía y
atracción dan lugar en ocasiones a la aparición de subgrupos que pueden interferir en la
estructura de comunicación de una asociación.
Todos estos factores condicionantes hacen que en una asociación el tema de la comu-
nicación no pueda ser dejado al azar. Las asociaciones deben procurarse canales y
estructuras que garanticen la regularidad y la continuidad de la transmisión de la infor-
mación.
Algunas “pistas” pueden sernos útiles para lograr que funcione más adecuada y eficaz-
mente la comunicación interna:
- Considerar la comunicación como un requisito fundamental de la participación y del
propio proceso organizativo.
Esto significa que, tan importante como fijar las formas de actuación y los mecanismos
de funcionamiento interno, es pensar cómo se va a transmitir la información, de qué
formas vamos a facilitar el diálogo y el intercambio, cómo evitaremos obstáculos inne-
cesarios y bloqueos, etc.
Comunicación y Grupo 66
Selección de Lecturas
- Contrastar a menudo las informaciones a fin de asegurar que existe una comprensión
correcta de las mismas por parte de los/as miembros. Esto se llama “retoralimentar” los
canales de comunicación.
- Asegurar que existe una relación estrecha entre la estructura organizativa, la estructu-
ra de trabajo y la estructura de comunicación.
Ya hemos señalado que se debe evitar el solapamiento y la duplicación de redes y
canales. Ello, además de dificultar la eficacia, obstaculiza la comunicación.
- Comprobar si realmente las informaciones que se transmiten son útiles para las per-
sonas a quien van dirigidas.
Buscar momentos para que los/as miembros de la asociación analicen y valoren las
informaciones que reciben, cómo las reciben, etc.
67 Comunicación y Grupo
Selección de Lecturas
Son muchos los instrumentos que se utilizan y se pueden utilizar en una asociación
para hacer circular la información. Recurrir a uno, a otro o a varios de estos instrumentos
dependerá de las circunstancias y el tamaño de la asociación.
Los medios de información deberán ser justos y precisos, apostando más por la cali-
dad de la información que por la cantidad y facilitando que cualquier miembro pueda
acceder a nuevas informaciones, profundizar en el conocimiento de un determinado tema
, recabar datos complementarios, etc., siempre que lo desee.
En todo caso, aunque los medios son importantes, estos no resuelven por sí solos los
problemas de la comunicación interna. Como su propio nombre indica, son “medios”,
“instrumentos”, todo eso y sólo eso, que deben estar al servicio de la voluntad de comu-
nicarse y de ideas claras sobre los procesos y los contenidos de la información.
Pueden ser más complejos y elaborados, como revistas, o menos, como una hoja in-
formativa o simplemente una carta de noticias.
En cualquier caso, deben ser boletines “abiertos”, que promuevan una comunicación
recíproca, que faciliten la participación activa de los/as miembros (comentando las infor-
maciones, dando su opinión, aportando nuevas informaciones, etc).
- Tablones de anuncios.
Como en el caso de ello los boletines, el tablón debe ser un “espacio abierto” en el que
pueden leerse noticias, pero también opiniones, incorporar libremente nuevas informa-
Comunicación y Grupo 68
Selección de Lecturas
ciones, etc. En este sentido, será conveniente distribuir el espacio del tablón en varias
secciones y encargar a las distintas comisiones, programas o áreas de trabajo de la
asociación el mantenimiento actualizado de sus respectivas parcelas de información.
Por otra parte, será bueno incorporar preguntas o consultas, de forma que los/as miem-
bros puedan incluir sus respuestas y opiniones.
- Redes de información.
Las redes de información hacen que, a través del correo (más lento), el fax (siempre
que muchos/as o la mayoría de los/as miembros dispongan de él), el “modem” (en las
mismas condiciones que el fax), el teléfono o el contestador automático, etc., se pueda
“conectar” y hacer circular la información con agilidad.
Algunas redes informativas son más complejas, conectando, en forma de rueda o pirá-
mide, a todos/as los/as miembros entre sí, pudiendo emitir y recibir informaciones des-
de cualquier punto de la red. Esto requiere ciertos medios y cierta disciplina para evitar
“cortes” o “rupturas” en la continuidad de la comunicación.
Otras redes se conectan a través de un punto central, al que cada miembro envía sus
informaciones y que se ocupa de distribuirlas entre las restantes personas por los me-
dios disponibles en cada caso.
69 Comunicación y Grupo
Selección de Lecturas
Por otra parte, y como hemos venido apuntando a lo largo de los capítulos anteriores,
la asociación necesita que sus objetivos, sus propuestas y acciones sean bien conoci-
dos. Ello es una condición necesaria para conseguir que se impliquen nuevas personas
en la tarea, para lograr el respaldo y apoyo de la gente, de las entidades e instituciones
a las que acudimos en busca de recursos, etc.
Por lo tanto, la comunicación con el entorno no puede ser dejada al azar o limitarse a
ser puntual, esporádica, basada exclusivamente en intereses de un momento concreto;
por el contrario, es una estrategia y un recurso que toda asociación ha de valorar en su
importancia y tratar de que se desarrolle adecuadamente y de forma continuada.
Comunicación y Grupo 70
Selección de Lecturas
Es muy importante que las asociaciones sepan con certeza cuál es la imagen que trans-
miten al exterior, cómo son percibidas por las personas, grupos y sectores a los que quie-
ren dirigirse. El trabajo de la comunicación externa ha de encaminarse a contrarrestar esa
mala imagen que con frecuencia acompaña a las asociaciones y que las identifica con
estructuras anticuadas, cerradas en sí mismas, repletas de intereses particulares, poco
eficaces, etc., transformándola en una imagen positiva.
Esta comunicación, que debe ser permanente, no puede ser planteada exclusivamente
como una mera transmisión de información sobre la actividades que realiza la asocia-
ción. Por el contrario, ha de ser entendida como una relación dinámica entre la asociación
y su entorno y, para conseguirlo, el diálogo, el intercambio, son piezas fundamentales. Se
trata de que la comunicación no sea “en una sola dirección” sino recíproca.
Uno de los principales retos a los que se enfrentan las asociaciones, especialmente las
pequeñas y medianas, es competir con el elevado número de mensajes y reclamos que
recibimos.
Más que ningún otro momento de la historia, en nuestra época se destinan ingentes
recursos económicos, materiales y humanos para atraer nuestra atención y convertirla en
beneficio comerciales. No cabe duda de que, en esta situación de saturación informativa
y publicitaria, los recursos con los que cuenta una asociación para hacer llegar sus mensa-
jes son limitados. Sin embargo, existen algunos aspectos prácticos que pueden facilitar el
logro de este objetivo.
71 Comunicación y Grupo
Selección de Lecturas
Se trata, por tanto, de evitar textos sobrecargados, fotocopias de mala calidad que
“ensucian” el texto, tamaño reducidos de letras que sugieran cansancio, etc.
Algo similar ocurre con los carteles. Además de las consabidas vallas publicitarias,
nuestras calles están llenas de carteles con informaciones de todo tipo: promoción de
discos, conciertos, reclamos de comercios, etc. Por ello, cuando nos planteemos hacer
un cartel hemos de pensar que, de un golpe de vista, han de percibirse claramente el
qué, el cuándo y el dónde. Carteles abigarrados, que necesitan que una persona se
detenga a leerlos, sirven de muy poco y lo mismo sucede con los anuncios que situemos
en los establecimientos públicos.
Muchas veces, como ya hemos dicho, tendrá mucho mayor impacto comunicativo la
realización de una actividad atractiva, imaginativa y colorista, como por ejemplo una
representación de teatro de calle, una caravana o cabalgata informativa, la “pintada”de
un mural urbano, etc., realizada en un espacio de encuentro, como una plaza principal o
un parque concurrido, en horas de mayor afluencia de gente, que la distribución de octa-
villas u otra fórmula más tradicional.
Comunicación y Grupo 72
Selección de Lecturas
Estos son sólo algunos aspectos que podemos tener en cuenta a la hora de diseñar
cómo va a ser la comunicación con nuestro entorno. Hay muchas más posibilidades que
dependerán de las características específicas de cada asociación.
73 Comunicación y Grupo
Selección de Lecturas
DIFICULTADES REMEDIOS
60 - Bustos Cristina, Antonio Moreno. Los equipos. Editorial, EDEX. Cádiz , 2000, “La comunicación: La madre
del cordero”. P 27-33.
Comunicación y Grupo 74
Selección de Lecturas
Cuando observamos la cantidad de elementos que son necesarios para que se reali-
ce una comunicación efectiva, parece muy difícil que ésta llegue a producirse. Por ello,
es importante reconocer las dificultades y trabajar sobre ellas, hacer el esfuerzo de es-
cuchar, reflexionar, organizar nuestros pensamientos, ponernos en el lugar de otra per-
sona, expresarnos con claridad, etc.
Un equipo asociativo está integrado por personas diferentes, con diferentes formas de
ver las cosas, cada uno es “de su padre y de su madre”. Un equipo no es una realidad
homogénea, sino todo lo contrario: diversa, heterogénea, multicolor, todos ellos aspec-
tos interesantes para obtener buenos resultados, ya que conseguiremos una visión más
amplia y variada de las cosas.
75 Comunicación y Grupo
Selección de Lecturas
Esto de los conflictos es inherente a las relaciones humanas. -Somos así conflictivos- y
no debemos tratar de eludir el conflicto, sino que hay que afrontarlo adecuadamente,
para resolverlo de forma positiva.
La opinión general nos dice que el conflicto es algo negativo, y se asocia a la violencia,
al peligro, a algo que es necesario alejar o alejarse de él.
En las asociaciones, en los equipos, muchas veces los conflictos son resultado de
malentendidos fáciles de aclarar o tienen una importancia menor y se resuelven sobre la
marcha, etc. Pero, en otras ocasiones, si no los abordamos y resolvemos adecuada-
mente, ponen en peligro la vida del proyecto asociativo.
Las posturas y posiciones que adoptan los miembros de un equipo asociativo ante un
conflicto son decisivas.
Comunicación y Grupo 76
Selección de Lecturas
Competición o colaboración
La cooperación no es fácil, ya que implica que cada uno abandone sus preferencias
particulares para ceder ante el interés común. Tal opción sólo es posible si cada una de
las partes afectadas se da cuenta de que el rechazo frontal hacia las otras personas,
hacia las otras posturas, sólo lleva a la catástrofe.
En el gráfico se pude ver las características que podemos encontrar, según la postura
que adoptemos.
Los miembros de los equipos asociativos no pueden competir entre sí; están condena-
dos a colaborar, especialmente cuando se trata de dar solución a un conflicto.
COMPETENCIA COLABORACIÓN
LA NEGOCIACIÓN
Hay algunos pasos básicos que es preciso tener en cuenta para llevar a cabo una
buena negociación:
Antes:
· Pensar que la negociación es algo normal, abordarla con tranquilidad.
· Darse tiempo para prepararla: aclararse, precisar cuál es exactamente el conflicto,
qué se quiere conseguir, qué se está dispuesto a ceder para llegar a un acuerdo.
77 Comunicación y Grupo
Selección de Lecturas
Durante la negociación:
Cambiar de papeles
Cada miembro debe actuar como cree que actuaría (lo que diría, como lo haría, etc.) la
otra persona ante esta situación de conflicto. Transcurrido un tiempo cada cual vuelve a su
propio papel y expresa sus sentimientos y lo que la experiencia le ha enseñado. El truco
nos va a ayudar a situarnos en el punto de vista ajeno y poder llegar a comprenderlo.
Los “Mensajes Tú” (“tú piensas, tú dices, tú haces....”) tienden a echar la responsabili-
dad, la culpa al otro, y lo que debemos intentar no es buscar culpables, sino identificar la
Comunicación y Grupo 78
Selección de Lecturas
situación conflictiva para ponerle solución. En este sentido, debemos hablar de nosotros
mismos (“Mensajes Yo”), aportando las posibles soluciones que pensamos que pueden
mejorar la situación. El truco evita una excesiva personalización de los conflictos y ayuda
a objetivar los problemas.
Tú dices- yo digo
Cada uno, al comenzar a hablar, debe empezar por resumir lo que la otra persona ha
dicho con anterioridad, y sólo entonces podrá aportar su punto de vista. Si la otra perso-
na no está satisfecha debe preguntar hasta que el resumen sea plenamente aceptable.
El truco nos obliga a considerar las otras opiniones y no sólo la nuestra.
Muchas veces las personas enfrentadas no son plenamente consciente de por qué
discuten o, a veces, discuten sobre algo que ninguna de las dos partes pueden cambiar.
El truco supone realizar tres pasos.
Resentimiento: las partes explican todo lo que les hace sentir molestas.
Requerimiento: cada parte señala algo que necesitaría que realizara la otra parte y
que le ayudará a sentirse mejor y a solucionar el problema.
Su función será ayudar a que ambas partes encuentren una solución satisfactoria. Debe
ser neutral y lo único que debe hacer es mediar en la situación, ayudando a la aproxima-
ción de posturas, pero la solución deben encontrarla quienes están directamente implica-
dos en el conflicto, para que así sea suya y para que sea más fácil llevarla a la práctica.
79 Comunicación y Grupo
Selección de Lecturas
Cerril A. Picard
El conflicto es algo que muchas personas tratan de evitar o al que responden con una
reacción violenta. Ambas respuestas provocan emociones negativas, soluciones inefi-
caces y asuntos sin resolver. La teoría del conflicto se basa en la premisa de que el
conflicto puede ser constructivo y saludable. El conflicto puede mejorar la cohesión del
grupo, estimular las innovaciones y fomentar la búsqueda de mejores soluciones.
Un concepto central en el manejo del conflicto es que el conflicto no tiene que ser des-
tructivo o disfuncional. De hecho, el conflicto es saludable y puede ser productivo. Mane-
jados de forma inadecuada, los conflictos pueden destruir las interrelaciones, las fami-
lias y las comunidades. Si se les maneja con habilidad y creación pueden traer mayores
beneficios para todos, estimular el interés, mejorar la comunicación, aumentar la pro-
ductividad e inducir al cambio social.
El conflicto puede ser útil al llevar cambios positivos y crecimiento a las personas,
organizaciones y comunidades. De hecho, suprimir el conflicto puede ser más costoso
que el conflicto en sí. Eliminar el conflicto es eliminar el incentivo al crecimiento y el
aprendizaje. Los procesos de solución constructiva de conflictos promueven la solución
de problemas en que todos ganan.
La capacidad para resolver los conflictos es una de las habilidades sociales más im-
portante que una persona puede adquirir, pero hay pocas oportunidades de aprender
cómo usar el conflicto de una manera positiva.
Comunicación y Grupo 80
Selección de Lecturas
Atención
Aceptación
Análisis
Acción apropiada
81 Comunicación y Grupo
Selección de Lecturas
Tipos de conflictos
Intrapersonales
Los conflictos intrapersonales son debates que se producen dentro de nosotros mis-
mos. Suelen guardar relación con decisiones morales, uso de recursos y metas perso-
nales.
Interpersonales
Intragrupales.
Los conflictos intragrupales son los que se producen entre personas o subgrupos del
mismo grupo.
Intergrupales.
· No existe interés en mantener una relación o existe alguna historia de conflicto nega-
tivo.
Comunicación y Grupo 82
Selección de Lecturas
La influencia de la percepción.
Estilos de conflicto
Las personas, los grupos y las organizaciones manejan el conflicto en una variada
combinación de estilos. La utilidad de cada estilo depende del contexto y del asunto, así
como de la relación que tengamos con la otra parte. La mayoría de nosotros utiliza en un
momento u otro cada uno de los cinco estilos. Cada uno de los estilos son tipos ideales
y no representan a personas reales. Sin embargo, tendemos a seguir un estilo dominan-
te o una reacción refleja.
83 Comunicación y Grupo
Selección de Lecturas
Alto 123456789012345678901234567890121234567890123456789012345
123456789012345678901234567890121234567890123456789012345
123456789012345678901234567890121234567890123456789012345
123456789012345678901234567890121234567890123456789012345
123456789012345678901234567890121234567890123456789012345
Competencia Colaboración
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tareas
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Avenencia
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Evasión Acomodación
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Bajo Alto
Relaciones
Los estilos en los conflictos se construyen en torno a dos factores presentes en todo
conflicto:
El estilo que escojamos está determinado en gran medida por el interés que otorgue-
mos a uno u otro de los dos factores. Los cincos estilos son los siguientes:
Acomodación
Cuando las personas se acomodan dejan de lado las situaciones y desean agradarle
a los demás y ser aceptados. Procuran complacer a los demás y hacen caso omiso de
sus propias necesidades porque creen que pedirle a otros que atiendan a ellas puede
dañar la relación. Estas personas tienen gran preocupación por las relaciones, están
dispuestas a renunciar a sus objetivos personales y suelen temer que el conflicto dañe
las relaciones.
Competencia
Las personas que compiten tratan de obligar a los demás a aceptar sus posiciones.
Permanecen ajenos a las necesidades y sentimientos de los demás. Creen que los con-
flictos se arreglan cuando una persona gana y la otra pierde. Estas personas quieren
ganar y pelearán a cualquier costo para que así sea. A los que eligen competir les pre-
ocupan enormemente sus metas personales y poco las relaciones.
Evasión.
Estas personas se apartan del conflicto porque creen que no merece la pena tratar de
resolverlo. Evitan a las personas y los asuntos que pueden causarles conflictos y se
Comunicación y Grupo 84
Selección de Lecturas
Avenencia
Las personas que buscan soluciones de avenencia son las que ceden algunas de sus
metas si los otros están dispuestos a hacer lo mismo. Estas personas ven con menos
optimismo que los colaborativos la posibilidad de que los conflictos mejoren las relacio-
nes. Asumen que en un conflicto no se puede obtener todo lo que se desea (mejor
“ceder un poquito y obtener un poquito”). Estas personas presionan por algunas metas,
pero intentan no arriesgar las relaciones y permiten que la otra parte obtenga también
algo de lo que quiere.
Colaboración.
Esta guía ha sido diseñada para ayudar a los terceros neutrales, y a las partes en
disputa, a examinar una situación de conflicto. Puede ser utilizada en conversaciones
informales, entrevistas o en sesiones conjuntas. La guía es útil para preparase para
exponer y como instrumento de reflexión durante la mediación.
La guía puede también entregársele a las partes para que se preparen para la media-
ción.
Recuérdese que todos los conflictos cambian con el tiempo. A lo sumo esta guía ayuda
a generar una perspectiva y no respuestas. Podrá ser necesario adaptarla a su propósi-
to o situación particular.
Actitudes y valores
85 Comunicación y Grupo
Selección de Lecturas
Posiciones e intereses.
Poder
¿Qué poder consideran poseer las partes y qué poder consideran que posee la otra?
¿Qué evidencias hay de poder destructivo?
¿Cómo cambia el poder? ¿Cómo pudiera equilibrarse?
¿Qué fuentes de poder no usado hay presentes?
Estilos y tácticas.
Soluciones intentadas
Comunicación y Grupo 86
Selección de Lecturas
El consenso.
Alcanzar consenso requiere respeto pare todas las ideas, opiniones y sugerencias.
Requiere que comprendamos todos los puntos de vista (recordemos que comprender
no significa estar de acuerdo). El consenso se alcanza cuando podemos comprender y
aceptar todos los puntos de vista antes de tomar una decisión.
· Evite discutir sobre posiciones y rangos. Examine todos los puntos de vista con serie-
dad.
· Evite los puntos muertos de “ganar-perder”: cuando se produce un impasse busque la
siguiente solución más aceptable.
· Evite el cambio de opinión como forma de evitar el conflicto y encontrar la armonía.
· Evite el voto mayoritario, el promedio, el regateo o el echarlo a suerte.
· Mantenga la actitud de que los puntos de vista diferentes son naturales y saludables
para el grupo.
· Enfrente las diferencias de opinión como resultado de haber compartido insuficiente-
mente la información pertinente; siga explorando.
Se proponen los siguientes puntos para hacer utilizados cuando uno participa en una
situación de conflicto y desarrolla un intercambio verbal.
· Evite ponerse bravo y esté dispuesto a expresar sus sentimientos.
· Mantenga todo lo más sencillo posible. Use la regla de las “diez palabras o menos”
· Haga planteamientos positivos y fomente que los demás lo hagan también.
· Hable en forma clara.
· Trate de exponer la hostilidad “escondida”. Hable sobre la causa subyacente del con-
flicto e intente entenderla.
· Sea transparente.
· Escuche y reformule en sus palabras lo que cree que el otro está diciendo. No supon-
ga nada.
· Trabaje con los asuntos, no con las personalidades.
· Evite el “tratamiento silencioso”.
· Evite traer a colación conductas pasadas que no tengan nada que ver con la situación
actual.
· Acepte la retroalimentación honrada.
· Luche por una situación en que todos salgan ganando.
Una vez más, los siguientes consejos pueden servir de ayuda cuando participe en un
conflicto.
87 Comunicación y Grupo
Selección de Lecturas
LA RUPTURA DE LA COMUNICACIÓN
Son varias las razone que pueden provocar una ruptura en la comunicación:
· Solo quien habla conoce sus pensamientos y sentimientos, de manera que el que
escucha tiene que adivinarlos. La interpretación de quien escucha es también privada,
de modo que ninguna de las partes podrá darse cuenta de si existe algún mal entendido.
· Se cree que el 75 % de la comunicación oral se pasa por alto, se entiende mal y se
olvida enseguida.
· Las palabras suelen tener distintos significados para las personas, sobre todo si es-
tas provienen de culturas o grupos distintos.
Comunicación y Grupo 88
Selección de Lecturas
· Las personas hablan del problema que presentan, cuando el problema subyacente es
el que más le preocupa.
· Suele ser difícil discutir las cosas que más importantes son para nosotros. Por ende,
damos solución a los problemas menores, pero no entendemos preocupaciones más
profundas.
· Quienes hablan pueden no ser conscientes de sus emociones. Se nos enseña a repri-
mir los sentimientos (los varones no lloran, las niñas no se enfadan) y esto puede contro-
lar nuestras acciones.
· Los pensamientos y sucesos que se producen a su alrededor distraen a quienes
escuchan. Escuchan a través de filtros que desarrollan la experiencia y el prejuicio y que
pueden distorsionar lo que se dice. Muchas veces oímos lo que esperamos que los
otros digan.
· Las personas pueden pensar a un ritmo de 400 a 500 palabras por minutos, pero
pronunciar apenas 125 a 150 (lo que nos deja muchísimo tiempo para “desintonizar”).
LA COMUNICACIÓN NO VERBAL.
La persona que sabe escuchar presta atención a lo que se dice y a la forma en que se
dice. Busca el mensaje no verbal y lee “entre líneas” para encontrar lo que apoya o con-
tradice el mensaje verbal. La mayor parte de la comunicación no verbal tiene que ver con
los sentimientos, que son más fuertes que la parte racional u objetiva del mensaje.
89 Comunicación y Grupo
Selección de Lecturas
El elogio manipulador. Utilizar el elogio como “gancho” para tratar que las personas
cambien su conducta o por motivos ulteriores. El elogio puede usarse para controlar o
manipular, lo que hace a las personas recelosas o asumir una postura defensiva. Implica
la capacidad de juzgar y establece una relación juez-juzgado. “No hay dudas de que
eres listo y sé que si trabajaras más alcanzarías mejores notas”.
La orden. Decirle a una persona de manera autoritaria qué debe hacer implica que
sus juicios carecen de solidez y socava su autoestima. “Debes aceptar esta decisión y
seguir adelante con tu vida.”
La amenaza. Darle a una persona un ultimátum para que cambie recalca el castigo.
“Si no aceptas mi oferta, te veré en los tribunales.”
El desvío. Mostrar falta de respeto desviando el foco de atención hacia uno. “Así que
crees que tienes problemas. Déjame contarte de la vez que me pidieron que dirigiera
el equipo.”
El consejo. Decirle a la persona cómo usted cree que debe resolver la situación impli-
ca falta de confianza en que esta enfrente y resuelva sus problemas. Fomenta la depen-
dencia y el “Si, pero...” “ Creo que debes rehusar la oferta y llevarlo a los tribunales.”
Los argumentos lógicos. Centrarse en los aspectos objetivos del conflicto y pasar
por alto las emociones puede irritar a la persona cuando ésta se encuentra bajo estrés
Comunicación y Grupo 90
Selección de Lecturas
por atender solo a los hechos y no a los sentimientos. “!Estas equivocado! De acuerdo
con este informe tú no tienes razón para creer en él o preocuparte por su reacción.”
Escuchar con reflexión requiere prestar oído a las ideas y emociones fundamentales,
aclarar las dudas para asegurarse de haber comprendido y luego reformular lo escu-
chado en sus propias palabras.
Escuchar con reflexión (o en forma activa) es una habilidad con que el oyente intenta oír
y retroalimentar con precisión el contenido y los sentimientos del mensaje del que habla.
Se ve que quien escucha está tratando de entender qué siente quien habla e intuitivamente
está diciendo que quién habla es importante.
Escuchar con reflexión implica más que asentir con la cabeza y decir “ajá” de cuando
en cuando. Requiere que se entiendan las palabras y los sentimientos de la persona y
que no se enjuicie lo que se dice. No juzgar disminuye la posibilidad de que quien habla
se sienta menospreciado, crea confianza e insta a las persona a compartir información.
I.- La atención. Utilizar indicadores no verbales tales como inclinarse hacia delante en
posición abierta, neutra, de aceptación.
II.- La paráfrasis. Repetir en sus propias palabras lo que la persona dice y suspender
el juicio sobre lo dicho.
Comprobar la comprensión no solo de las palabras dichas por la otra persona, sino
también su significado.
· Demostrar interés.
· Ayudar a la persona a sentirse comprendida.
· Permitir que el que habla piense sobre lo que ha dicho.
91 Comunicación y Grupo
Selección de Lecturas
Incitar
Esclarecer
Reformular
Reflejar
Resumir
Validar.
Comunicación y Grupo 92
Selección de Lecturas
Reformular. Exponer de nuevo las ideas y hechos básicos en sus propias palabras
muestra que se atiende y escucha lo que se está diciendo. Permite comprobar lo que
quien habla pretende decir con la interpretación propia. “A usted le gustaría que él pa-
sara mayor tiempo con usted, sobre todo los fines de semanas”.
Reflejar. El reflejar requiere que usted actúe como un “espejo” de los sentimientos de
quien habla. El propósito de reflejar es mostrar que se comprende lo que la persona
siente y ayudarla a evaluar sus sentimientos al escucharlos expresados por otra perso-
na. “A usted le molesta lo que ella acaba de decir”.
Resumir. Resumir implica exponer de nuevo las ideas principales que se han expresa-
do con el objetivo de revisar el adelanto alcanzado, reunir ideas y hechos importantes y
establecer la base para una discusión futura. Resumir es buena técnica cuando la conver-
sación parece girar en círculos y uno quiere volver a centrarla en los asuntos clave.
“Déjame ver si puedo resumir los aspectos fundamentales que han sido expresados
hasta aquí”.
Validar. La validación se utiliza para reconocer a otra persona y mostrar aprecio por
sus acciones. Implica dar reconocimiento a sus ideas, esfuerzos y sentimientos. “Le
agradezco que me haya recibido con tan poca antelación; sé que en estos momentos
está muy ocupado”.
CÓMO PREGUNTAR
Las preguntas de sondeo son abiertas. Esto significa que no pueden responderse con
un “sí” o “no”. Las preguntas de sondeo empiezan con qué, cuándo, dónde, cómo, quién
y, en menor medida, por qué. (El porqué puede hacer que las personas adopten una
actitud defensiva.) Las preguntas abiertas dan origen a información que ayuda a ir más
allá y pueden brindar información que de otro modo no se daría. Al formular preguntas de
sondeo es importante introducir sesgo o dejar ver que algunas respuestas son más acep-
tables que otras.
93 Comunicación y Grupo
Selección de Lecturas
El silencio
Tipos de preguntas
Comunicación y Grupo 94
Selección de Lecturas
95 Comunicación y Grupo
Selección de Lecturas
Fernando de la Riva
Nos han enseñado a evitar el conflicto, a temerlo, a huir de él. Y, sin embargo, el conflic-
to forma parte de la naturaleza humana.
Gracias al conflicto se producen los cambios y avances en las personas, en las socie-
dades, en las organizaciones.
Los conflictos pueden ser intrapersonales (cuando el conflicto se plantea dentro de uno
mismo), interpersonales (entre personas); intragrupales (cuando se plantea dentro de un
grupo) e intergrupales (cuando el conflicto enfrenta a diferentes grupos).
Lejos de temer al conflicto, postura que no nos conduce a parte alguna, hemos de
aprender a resolverlo para que nuestras reuniones sean verdaderamente eficaces y nos
sirvan para avanzar.
A menudo, en muchas reuniones, surgirán conflictos que son más bien mal entendidos
y distorsiones en la expresión y en la comunicación, por ejemplo: cuando dos personas
dicen lo mismo, o algo muy parecido, con palabras diferentes. El moderador o coordina-
dor debe detener el debate y llamar la atención sobre las coincidencias existentes y
aclarar el significado de las expresiones, clarificando las posturas, facilitando el avance.
A veces, aparece una discrepancia en torno a una cuestión determinada, incluso una
cuestión banal, pero en realidad se esconde detrás un conflicto por razones interpersonales
(rechazo o competencia mutua, disputa de la hegemonía en el grupo, etc.)
62 - De la Riva, F. y P. Solo de Zaldívar (1999) “Las reuniones”. Editorial Edex, Madrid, El conflicto en las reuniones,
pp. 31-34. 1 De la Riva, F. y P. Solo de Zaldívar (1999) “Las reuniones”. Editorial Edex, Madrid, El conflicto en
las reuniones, pp. 31-34.
Comunicación y Grupo 96
Selección de Lecturas
Se trata de “objetivar” el problema, hacerlo consciente para todos en los mismos térmi-
nos. Todos los implicados, ordenadamente, aportarán informaciones que ayuden a con-
cretar qué ideas, intereses, necesidades, etc., se oponen o enfrentan.
2.- Valorar la importancia del conflicto y la disposición o actitud de las partes para
resolverlo.
Analizar, la aportación de todos, cuál es el origen, la/s causa/s y de qué forma influye el
conflicto planteado en nuestro trabajo común, en nuestras reuniones, en el funcionamien-
to de nuestra organización. A veces, una vez analizado, la importancia relativa del con-
flicto permitirá manejar con mayor holgura y flexibilidad la búsqueda de una solución. En
otras ocasiones será obligado intentar resolverlo con la mayor agilidad y formalidad
posible.
97 Comunicación y Grupo
Selección de Lecturas
ciones posibles. Delimitamos y sintetizamos esas alternativas, hasta quedarnos con las
más significativas que recojan mayor consenso.
Debemos analizar, con relación a cada una de las posibles soluciones, cuál es su “cos-
te”, esto es, que consecuencias tiene para nuestros objetivos, para nuestro funciona-
miento organizativo, para nuestras reuniones. Debemos identificar y valorar qué implica
cada alternativa.
Toda decisión tiene inconvenientes y ventajas, toda elección implica un “coste”: toma-
mos una opción pero descartamos otras, nuestra organización, nuestras reuniones sa-
len más o menos, beneficiadas según los casos.
Nuestro objetivo es elegir la solución más “rentable”, aquella en la que las ventajas de
elección compensen en mayor medida los inconvenientes.
Esta decisión, en muchas ocasiones, podrá tomarse aproximado a las posturas, nego-
ciando las diferencias para llegar a acuerdos, buscando fórmulas de consenso que, aunque
no satisfagan en su totalidad a ninguna de las partes, aunque obliguen a ceder un poco
a todos, encuentren mayor respaldo mayoritario y beneficien en mayor medida a nues-
tros objetivos comunes.
Comunicación y Grupo 98
Selección de Lecturas
Manuel Calviño
Decía Kurt Lewin que era posible lograr una cooperación íntima ente los psicólogos
teóricos y los prácticos, si es que los teóricos no miran a los problemas aplicados con
aversión y desprecio (con la ceja levantada) o con temor a los problemas sociales, y si
los psicólogos aplicados reconocen que no hay nada más práctico que una buena teo-
ría.
Johnson and Johnson (1991) lo expresaron en un gráfico que voy a reproducir y re-
crear. 123456789012345678901234567890121234567
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TEORÍA INVESTIGACIÓN
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PRÁCTICA
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Claro, esto es aplicable también a todas las problemáticas de las Ciencias Psicoló-
gicas, pero en el tema de los grupos, como quizás en la práctica clínica y la institucional,
es prácticamente un planteamiento ineludible. El trabajo en grupo es siempre un tra-
bajo de investigación aplicado a una condición práctica desde un referencial teórico no
sólo general, sino también particular, ajustable al grupo con que se trabaje.
63 - Calviño Manuel A.(1998) Trabajar en y con grupos. Editorial Academia, La Habana. Nociones básicas para
la comprensión del proceso grupal. P. 6-36. El coordinador., p. 121-129.
99 Comunicación y Grupo
Selección de Lecturas
¿Qué es un grupo?
Esta es una pregunta con la que comienzan, lógicamente, casi todos los libros sobre
grupos. Y digo lógicamente porque si no hay una definición clara de cual es el objeto de
estudio, difícilmente podamos operar, interactuar adecuadamente con él.
Para las Ciencias Sociales, las Ciencias Humanísticas, una definición de grupo puede
tener requerimientos distintos en dependencia si el grupo es un objeto de estudio, o
una condición para un estudio, si el grupo es objeto de una práctica profesional o si es
objeto de una acción de investigación, si las variables que lo definen son extrínsecas,
intrínsecas o ambas inclusive. Pensemos, por ejemplo, en la utilidad que puede tener
una visión descriptiva y formal de la noción de grupo si su sentido se reduce a una
exigencia administrativa como puede ser la lista de alumnos a la que en la vida coti-
diana los profesores le llamamos el grupo. Otra cosa sería si pensamos en la caracte-
rización de una institución y utilizamos la noción de grupo para denominar el conjunto
de personas que conviven en cierto espacio institucional y que comparten caracterís-
ticas descriptivas comunes: el grupo de los dirigentes estudiantiles, el de los profeso-
res, y otros. En términos metodológicos, para cerrar cor la ejemplificación, un grupo
de estudio, (el grupo experimental, el grupo control...), se define por el conjunto de
sujetos que cumplen con ciertas exigencias del control de variables, que son
presumiblemente iguales, y con los que se hará algo a diferencia de lo que se realiza-
rá o no con otros grupos.
1.- “Un grupo es un número de personas en interacción unos con otros, y este proce-
so de interacción es el que distingue a un grupo de un agregado” (Hare, 1976: 4)
2.- “(...) podemos inferir que un grupo es una gestalt” (Kofka, 1973: 751)
3.- “La definición que consideramos más esencial es que un grupo es una colección
de organismos en el que la existencia de todos (en el tipo de relación que tienen) es
necesaria para la satisfacción de ciertas necesidades individuales de cada uno” (Cattell,
1951:167)
4.- “El concebir al grupo como un todo dinámico, debería incluir una definición de
grupo que se basará en la interdependencia de los miembros (o mejor en las subpartes
del grupo)” ( Lewin, 1979: 23)
5.- “Un grupo es un conjunto de personas que entran en interacción entre sí, ade-
más, el grupo es fundamentalmente una sociabilidad establecida sobre un trasfondo
de indiferenciación o de sincretismo en el cual los individuos no tienen existencia
como tales, y entre ellos actúa un transitivismo permanente” (Bleger, 1985: 87)
6.- “Un grupo consiste en dos o más personas que comparten normas con respecto a
ciertas cosas y cuyos roles sociales están estrechamente vinculados” ( Newcomb, 1964:
571)
10.- “Un grupo es una unidad social que consiste en un número de individuos que
guardan, más o menos, un status definido y una relación de roles entre ellos, y que
poseen un conjunto de valores o normas para la regulación del comportamiento de los
miembros individuales, al menos en lo que tiene consecuencias para el grupo” (Sherif
y Sherif, 1956: 144)
11.- “El grupo va sugiriendo cuando sus miembros pueden percibir e internalizar al
otro como un espacio - tiempo en el que determinadas situaciones pueden ser conte-
nidas” (Kisnerman y colaboradores, 1985:20)
13.- “(..) el grupo pequeño es una formación relativamente estable que supone una
forma permanente y directa de comunicación que posee una determinada estructura
de interacción determinada por las características de la actividad conjunta” ( Fuentes,
1985:22)
14.- “(...) es probable que cuando una serie de personas constituya un grupo, la ca-
racterizará una o más de las siguientes afirmaciones: a) participan en interacciones
frecuentes; b) se definen entre sí como miembros; c) otros las definen como pertene-
cientes al grupo; d) comparten normas respecto a temas de interés común; e) partici-
pan en un sistema de papeles entrelazados, f) se identifican entre sí como resultado de
haber buscado en su superego el mismo objeto, modelo o los mismos ideales; g)
encuentran que el grupo es recompensante; h) persiguen metas promovedoramente
interdependientes; i) tienen una percepción colectiva de su unidad; j) tienden a actuar
de modo unitario respecto al ambiente” ( Cartwright y Zander, 1971:63)
El grupo es para lo humano conditio sine quan non. El hombre no sólo vive en gru-
po, sino que él mismo es un grupo. El destino de los seres humanos está inexorable-
mente ligado a los grupos. Sociedad, grupo e individuo son nociones que apuntan no
sólo a realidades íntimamente conectadas, sino a la constitución, a la esencia misma
del sujeto entendido como hombre en situación. El grupo es, en este sentido, condi-
ción de existencia, modo de existencia, emergencia de la propia interacción vital y de
la construcción de la vida misma. Sólo en grupo puede el hombre satisfacer y desarro-
llar sus necesidades, y sólo la satisfacción y el desarrollo de estas garantiza la repro-
ducción de la vida y el crecimiento humano.
para con los otros, e interdependencia entre cada uno de ellos, y por último, tengan
tareas comunes y roles diferentes que realizar, ellos constituirán un grupo (Muñoz, 1976;
Fernández, 1989; Pinto, 1993). Pero el grupo de intervención existe sólo cuando hay una
tares específica a la interacción grupal que ocurre en un tiempo restringido, establecido
y diferenciado de la práctica habitual de sus miembros.
2.- Un grupo existe por diferentes razones, veamos algunas de ellas reportadas en la
literatura especializada (Burin, Karl y Levin, 1995; Filloux, 1980):
Pero de hecho, ninguna de estas razones da una visión convincente de por qué existe
un grupo de intervención.
El grupo de intervención existe porque se forma, se construye por alguien, atendien-
do a un conjunto de exigencias (llamado, convocatoria, citación, etcétera) y porque las
personas son compulsadas por alguna razón, interna o externa a interactuar durante
un tiempo determinado para lograr algo.
3.- Las prácticas de intervención en grupo, es decir, los grupos de intervención pueden
o no comenzar con un grupo. A veces trabajamos con “grupos”, dicho inespecíficamente
para formar un “grupo” en el sentido específico del concepto.
4.- La noción de grupo de intervención contiene dos subcampos que hay que precisar. De
una parte está la noción misma de grupo, que adquiere una especificidad al tener un “apelli-
do”. De la otra está la noción de intervención. Al hablar de intervención estamos llamando la
atención sobre dos cosas. La primera es que se hace algo con el grupo. Intervenir es enten-
dido aquí como “hacer algo para lograr algo”. Siempre que se trabaja en intervenciones
grupales se está presuponiendo que sucederá algo. Y al mismo tiempo decimos que existen
ciertas vías para lograr que suceda algo, vías que sin duda algunas son diversas. Es aquí
donde hablamos de las técnicas, los procedimientos de intervención.
5.- Esto último es algo de mucha importancia, toda vez que ubica con claridad que lo
fundamental en las prácticas de intervención grupal se ubica en el espacio epistemológico
pragmático (Calviño, 1997). Es claro que el marco epistemológico de partida resulta de
suma importancia, es cierto también que las adscripciones paradigmáticas juegan to-
davía un rol decisivo. Pero se va abriendo paso una visión más integral de la Psicología
y de las Ciencias Sociales en general, lo que supone que es posible asimilar procedi-
mientos de actuación emanados de referenciales teóricos diferentes.
Cuando hablamos de trabajar “en” y “con” grupos es claro que nos referimos entonces
a grupos de intervención, conformados especialmente o por membresía, o por tarea, o
por cualquier otro indicador de intervención, para trabajar por un tiempo determinado y
en condiciones particulares.
Tomando como punto de referencia las prácticas de intervención podemos afirmar que
existen grupos de los más diversos tipos. Si pensamos en una suerte de tipologización
sustentada en los presupuestos teóricos particulares o en sus modos de trabajar, pode-
mos hacer referencia a los Grupos T, los Grupos Gestálicos, los de Synanon, los
maratónicos, los basados en el Análisis Transaccional, los Psicodramáticos (morenianos,
psicoanalíticos, entre otros), los basados en técnicas corporales (expresión, danza, gri-
tos...), los que se apoyan en filosofías y prácticas orientales, los de relajación, los
transpersonales y muchos otros (Schützenberger y Suaret, 1986)
1.- Grupos de formación deliberada (aquellos que son formados por alguien, una o
varias personas, con un fin premeditado, para lograr algún objetivo)
· Grupos de trabajo.
· Grupos para resolver problemas.
· Grupos de acción social.
· Grupos mediadores.
· Grupos legislativos.
· Grupos de clientes.
· Grupos de estudio.
2.- Grupos de formación espontánea (aquellos que se forman porque la gente que va
a participar en él, lo hace espontáneamente).
3.- Grupos de designación externa (se trata de una situación muy especial en la que
un conjunto de personas se vuelve un grupo porque la gente lo considera y los trata
como tal).
Otra clasificación de tipos de grupo se centraría en los efectos, y basado en esto las
estrategias de trabajo que se desarrollan por él o los coordinadores, que se prevén
como más probables para sus participantes. Así se habla, entre muchos otros, de:
· Grupos terapéuticos.
· Grupos de autoconocimiento.
· Grupo de desarrollo personal.
· Grupo de creatividad.
· Grupos de solución de problemas.
· Grupo de desarrollo de habilidades.
Todavía podríamos diferenciar los grupos según su significado social, o el tipo de rela-
ción fenoménica existencial que, desde el punto de vista de los llamados roles sociales,
los miembros guardan entre sí.
Todavía podemos traer una lista que atestigua acerca de la diversidad de las formas
de llevar a cabo las experiencias grupales intensivas (Rogers, 1973:12-13)
· Grupo T
· Grupo de encuentro (o grupo de encuentro básico).
· Grupo de sensibilización (sensitivity training).
· Grupo centrado en la tarea.
· Grupos de conciencia sensorial.
· Grupos de conciencia corporal.
· Grupos de movimiento corporal.
· Laboratorios de expresión creativa.
· Grupo de desarrollo organizacional.
· Grupo de integración de equipos.
· Grupo gestáltico.
· Grupo o “juego” Synanon.
Conformación de un grupo.
Todo grupo comienza su conformación con una convocatoria, una invitación a partici-
par del trabajo grupal. Esta invitación puede ser más o menos formal, y puede llegar a
los miembros potenciales por diferentes vías. Las convocatorias pueden ser de diferen-
tes tipos, señalo solamente algunas de ellas:
2.- Convocatoria predefinida por interés de personas o instituciones con quienes los
miembros potenciales guardan relaciones de subordinación (jerárquica, funcional,
mecenazgo, y otros). La dirección de una institución convoca a los trabajadores de un
cierto sector a participar en un trabajo grupal que está realizando el Ministerio al cual
pertenecen. Los trabajadores seleccionados deben participar.
Pero la convocatoria es tan solo un paso de rutina que solamente en casos especiales
envuelve criterios técnicos particulares. El tema de la conformación es, sobre todo, el de
la toma de decisión concreta sobre cuáles de los miembros potenciales formarán parte
de los seleccionados, cuáles no, y lo más importante, por qué.
Siendo consecuentes con lo que hemos visto anteriormente, podemos reconocer con
claridad que en el momento de plantearnos el asunto de la conformación de intervención
es posible tener, al menos, dos situaciones de partida:
1.- El grupo ya existe y se solicita la intervención por algún motivo especial (estimu-
lar el desarrollo, favorecer el crecimiento, facilitar la solución de conflictos, formación
e integración de nuevos elementos, entre otros). La intervención pudiera ser llamada
de grupo sobre grupo, parafraseando el título de un interesante texto escrito por algu-
nos amigos, especialistas en grupos, de Brasil.
Una visión más o menos extendida supone que siempre el especialista puede y
debe decidir quiénes formarán parte de un grupo de intervención y quiénes no. Sin
embargo, es difícil, compartir este criterio, sobre todo cuando se trabaja en institucio-
nes públicas. Pensemos por ejemplo, en una intervención hecha con los trabajadores
de una sala de terapia intensiva de un hospital, o con los miembros del consejo direc-
tivo de una escuela. La membresía del grupo con el que se trabajará puede estar, al
menos, parcialmente predeterminada y en ese sentido los criterios de selección pue-
den resultar más o menos violentados. Otras veces se trata sencillamente de que una
exclusión sustentada en un criterio puede afectar otro, y por lo tanto habrá que tomar
una decisión. Llegando al punto de la decisión, se trata precisamente de partir del
hecho que el especialista que va a realizar un trabajo de intervención con un grupo
(existente o creado para el caso) siempre va a tener que entender la particularidad
conformadora del grupo con el que trabajará. Esto pasa no solamente por los llama-
dos criterios funcionales o subjetivos (similitud diagnóstica, rangos etáreos, sexo, esta-
do civil, nivel intelectual, problema identificado como productor de la solicitud de ayu-
da, entre otros). Y por los criterios de tarea (personas solas, matrimonios disfuncionales,
desorientados vocacionalmente, especialistas en un tema, y otros), sino también por
criterios ambientales o de las probabilidades de inclusión en el trabajo por incidencia
de la condición real de existencia de los posibles miembros (distancia geográfica, dis-
ponibilidad de locales).
Es claro que cuando uno va a enfrentar una tarea restringida a una situación, cuando el
trabajo grupal se limitará a un encuentro, las exigencias de contrato son menores. En
estos casos es usual que el profesional establezca el contrato desde la consigna y a
penas solicite el acuerdo de las personas que participarán con él en la experiencia. Es
aquí en realidad cuando decimos que vamos a utilizar el grupo o el trabajo grupal como
instrumento de trabajo. Otra cosa es cuando hablamos propiamente de una intervención
grupal, que por lo general supone más de un encuentro.
La formulación del contrato variará en dependencia del modelo de trabajo grupal con
el que opera el coordinador del grupo, pero no cabe duda que es un paso que nunca
debe ser omitido, y cuyo no cumplimiento puede traer dificultades al funcionamiento
grupal.
Más allá de las taxonomías más o menos oficiales, una de las cosas que necesita
saber un profesional interesado en trabajar con grupos son las formas en las que estos
se pueden organizar funcionalmente, atendiendo no sólo a las variables de contenido,
sino particularmente a las formas mismas de organización. Intentaré no una clasificación
sino una descripción que tiene como sustento, lo que he observado en organización de
grupos y, lógicamente, lo que he hecho.
1.- La distribución física de los miembros debe ser tal que favorezca al máximo posible
el contacto personal cercano, cara a cara y en presencia de todos (Stienzor, 1950). Esto
se refiere como veremos más adelante, al grupo básico. Es prácticamente universal el
uso de la disposición circular por ser esta la que más cumple con el principio antes
expuesto.
2.- Esto supone, al mismo tiempo, que el espacio físico utilizado para la distribución
espacial de los miembros no debe ser grande (algunos consideran que la mayor distan-
cia entre dos miembros no debe ser superior de 2,5 a 3m. A esta distancia se puede
tener un contacto visual sentido, se escucha adecuadamente, y se tiene una agradable
sensación de cercanía (Pease, 1981).
3.- Dependiendo de los objetivos, del tipo de grupo con el que se va a trabajar, etcéte-
ra, hay que definir con claridad el grado de apertura de este. La tendencia general se
mueve hacia los grupos cerrados, entendiéndose por esto: membresía fija, tiempo limi-
tado de trabajo (tiempo del encuentro grupal y cantidad de encuentros), espacio cerrado
a personas ajenas. No obstante, subrayo, lo fundamental está en definir con claridad que
se va a hacer y por qué.
5.- El trabajo grupal necesita desarrollarse en una situación con un mínimo de condi-
ciones para que las personas no se sientan físicamente incómodas. Al mismo tiempo, el
concepto de comodidad no debe ser violentado para la persona que participará. Estoy
pensando en ciertas prácticas que siguiendo sobre todo criterios estéticos o gustos del
coordinador, obliga a los miembros, siguiendo un principio de “flexibilidad y distensión”,
a sentarse en el piso, o en esterillas. Claro, es posible que exista una exigencia técnica
para tal decisión, pero sobre lo que llamo la atención es que no siempre esa exigencia
es real, y no todas las personas se sienten cómodas y relajadas sentadas en el suelo.
Hechas estas referencias elementales, pero sin lugar a dudas necesarias, paso a graficar
los modos en que se pueden organizar trabajos grupales.
Grupo simple
Grupo de representación.
Una exigencia importante para el buen trabajo con estos grupos está en el sistema
de coordinación. En algunos casos el coordinador de todos los subgrupos y el del
grupo de representantes es el mismo, y se alivian algunas dificultades emanadas del
cómo se realiza la coordinación, cómo se delimitan las tareas, los roles, y otros. Pero
con mucha frecuencia se trata de coordinadores distintos, cada uno trabaja con un
subgrupo, y un coordinador más que trabajará con el grupo de voceros. En este caso
debe haber un trabajo previo de grupo de coordinación de coordinadores.
Se trata de un grupo que trabaja para que otros trabajen sobre su trabajo. Son espe-
cialmente útiles para actividades de modelación, aprendizaje por observación, favo-
recer insights grupales. Aquí se habla de un grupo que trabaja en presencia de la
masa, para que luego esta trabaje sobre lo observado en el grupo. La masa puede
agruparse siguiendo cualquiera de los estilos expuestos aquí, u otro derivado del inte-
rés y la situación de trabajo.
Grupos combinados
En dependencia del sentido del trabajo que se realizará, en ocasiones es útil un grupo
en el que junto a los roles de coordinación y co-coordinación u observación, se asignan
roles a miembros. Estos roles no son fijos y transitan de un miembros a otro por encargo.
Esto sucede con mucha frecuencia cuando ante el grupo se erige una tarea de informa-
ción o también llamada tarea pedagógica. El grupo designa a un miembro que accede-
rá a cierta información que pondrá luego al servicio del trabajo grupal. Ello otorga al
miembro seleccionado, durante un período ciertamente limitado, una posición especial
que, además, se traduce en un modelo de comunicación-interacción también peculiar.
Podrían ser señaladas también otras variantes, pero de los que se trata sobre todo es
de plantear la variable organización como sujeta a variación, a flexibilidad, a generación
reflexiva y creativa por parte del especialista, poniendo como premisa el análisis de qué
es lo que se pretende, para qué y por qué el grupo, o los grupos, se organizan de un
modo y no de otro.
Roles grupales
Los roles primarios son ciertas funciones que desde el momento mismo de comienzo
del grupo, e incluso desde antes de la primera sesión, le corresponde hacer a los espe-
cialistas que asumen la organización del trabajo grupal. El concepto de primario se utili-
za en su acepción temporal, es decir, como los primeros roles que se asumen y que
están definidos con independencia de lo que en el grupo sucederá.
1.- Mantiene una relativa condición de “no miembro” del grupo en el sentido estricto. El
analista acepta a los miembros del grupo, pero no se da a conocer a ellos.
2.- Escucha el discurso (individual o grupal, según sea el caso).
3.- Atención flotante.
4.- Distancia de la situación dada por la transferencia, el simbolismo transferencial es
lo único que lo acerca al grupo.
5.- Crea un medio que invita a la indagación y a la interacción al nivel sólo de la pala-
bra.
6.- Interpreta la resistencia, las defensas, la transferencia, después el contenido.
7.- En ocasiones estimula a que se relaten sueños y fantasías, promueve la búsqueda
de asociaciones.
Como se puede ver claramente las distancias entre el peso que se le concede a lo que
es la actitud, y alas funciones del coordinador pueden ser muy distintas, y esto es válido
no sólo para las dos descripciones que hemos hecho, sino para muchas otras. Es obvia
la diferencia. Rogers prácticamente es la antítesis del coordinador psicoanalítico, y nos
está invitando a ser un coordinador que está en otro espacio epistemológico y cosmovisivo
distinto. El coordinador rogeriano:
Se han escrito miles de páginas acerca de los procedimientos y técnicas más apro-
piados para enfrentar los acontecimientos que pueden ocurrir en el grupo, pero nada
parece ser más importante que una actitud sincera de ayuda, un comportamiento trans-
parente y honesto, una clara tendencia hacia el entendimiento y el apoyo con los partici-
pantes. No obstante, es imprescindible tener en cuenta que “(...) quienes cumplen la
función de coordinación podrán ser objetos de la máxima hostilidad o de la adhesión
más entusiasta, como extremos de una gama de afectos que hacen a la esencia de los
fenómenos grupales” (Martín, 1985:90).
¿En que consiste esta función? Como siempre hay diversidad de opiniones y de situa-
ciones, resumiré las más comunes:
Las ventajas de tener a alguien realizando la función de observación son más o menos
claras. Los modos concretos en que estos se realizan pueden variar, pero hay conside-
raciones esenciales que a mi juicio no deben ser nunca obviadas.
1.- Las funciones deben ser siempre esclarecidas al grupo. No se debe admitir la exis-
tencia de “espías” grupales, es decir, personas que de espaldas al grupo hacen supues-
tas contribuciones al equipo de coordinación, ni tampoco tener equipos desconocidos.
2.- El medio de registro que se utilice debe ser comentado con el grupo en aras de
obtener su aprobación.
3.- Es conveniente dejar claro a los miembros, que las anotaciones que hacen los ob-
servadores no son secretas, y que si alguien quiere conocerlas puede hacerlo.
4.- La estructura, así como el sistema de comunicación interna en el equipo de coordi-
nación debe ser horizontal y democrática. No deben existir relaciones de poder dadas
por la función.
5.- El equipo de coordinación debe fijar el encuadre de su actividad (días, horarios,
modos de participar, tarea, etcétera).
Los roles derivados o secundarios tienen un significado especial. Ellos no son prede-
terminados, sino que son la resultante de la acción sobre los miembros de los procesos
dinámicos del grupo al entrecruzarse con las historias personales. Cuando se parte,
sobre todo de la noción de grupalidad, esta idea es bien clara e importante (Pichón-
Riviere, 1980). La llamada verticalidad del sujeto y la horizontalidad del grupo se conju-
gan en el rol. En otros modelos teóricos, la representación no es exactamente así, pero
como común denominador está la idea de ciertos comportamientos o actitudes que asu-
men los miembros del grupo, y que tienen un significado funcional para su dinámica.
Con respecto a los roles, quizás es importante señalar que ellos son inevitables en
el funcionamiento del grupo, es decir, siempre se asume algún rol, y más aun, siem-
pre se le adjudica algún rol a los demás. Además de esto, un rol no es una propiedad
privada de un miembro desde el inicio hasta el fin. Los roles usualmente circulan por
el grupo, se intercambian; y cuando un rol se fija en una persona se toma esto como
indicador de empantanamiento de la persona y del grupo. En este sentido es impor-
tante no confundir a las personas con los roles que desempeñan en una u otras oca-
siones, ni siquiera con los que desempeñan preferencialmente.
Una lista de los diferentes roles que se señala en las literaturas, sería lo suficiente-
mente extensa como para dejar de ser interesante. Sin embargo, es necesario llamar
la atención sobre un rol al que podemos dar un status especial: el portavoz.
El portavoz es aquel miembro del grupo que en determinado momento dice o hace
algo que representa un signo del proceso grupal latente que se está operando. Él no
tiene un significado claro total de lo que su intervención significa. Él denuncia algo que
está subyacente en el grupo. En él se da, entonces, una delegación expresiva. Esta
delegación puede ser expresada como un esquema centrípeto (Berstein, 1986).
Otro rol interesante que algunos autores consideran “el víctima de la función de por-
tavoz” es, como quedó apuntado anteriormente, el chivo emisario o expiatorio. Es pre-
cisamente sobre el miembro tomado como chivo expiatorio, sobre el que se depositan
las culpas, las amenazas, los aspectos negativos que van apareciendo en el trabajo
grupal.
EL COORDINADOR
1.- Recibir a los posibles miembros y explorar sus capacidades positivas, sus zonas
de conflicto, representaciones, su posible vínculo con un problema común, etcétera. También
es necesario tener acceso a un diagnóstico psicopatológico de los miembros, para evi-
tar la posible psicotización del grupo por efecto de una mala selección.
2.- Decide la aceptación o no de cada uno de los sujetos atendidos a sus criterios
técnicos, lo que se va a trabajar, las posibilidades reales de afrontar un trabajo grupal,
etcétera.
3.- Avanza en la posible formulación del problema.A
4.- Garantiza las condiciones ambientales en las que se desarrollará su trabajo (condi-
ciones físicas del local , privacidad, estabilidad de su disponibilidad).
5.- Prepara las condiciones para la formulación de un contrato realista y plausible.
6.- Establece el contrato y busca el acuerdo de los miembros del grupo.
7.- Define el trabajo que realizarán los auxiliares de coordinación, relatores, entre otros,
en el caso de trabajar con ellos.
1.- Aclarar objetivos y vínculos de los objetivos, las tareas, etcétera, con el problema.
2.- Mantener el setting, el trabajo sobre el problema.
3.- Esclarecer y trabajar sobre las resistencias y las defensas.
4.- Motivar para la tarea.
La subjetividad de los seres humanos, está atravesada por las vivencias, experien-
cias, acuerdos y desacuerdos que se promueven desde la convivencia grupal.
Los aprendizajes que se alcanzan en esta diversidad de grupos, son inagotables. Mu-
chas veces ellos nos permiten acercarnos o distanciarnos en las relaciones que estable-
cemos y mantenemos para vivir y convivir; esto se manifiesta en diferentes ámbitos,
como la escuela, la familia y la comunidad; esta última posee potencialidades que no
debemos desconocer quienes tenemos la responsabilidad y el reto de coordinar gru-
pos.
Las complejas dimensiones que alcanzan los grupos en la comunidad, están dadas
por la diversidad de, necesidades, intereses, motivaciones, problemáticas de quienes
los integran (niños, adolescentes, jóvenes, adultos y ancianos).
Al respecto el educador brasileño Paulo Freire señala: “Si el grupo me quiere escu-
char no puedo negarle mi voz, pero enseguida yo demuestro que necesito también de
su voz, porque mi voz no tiene sentido sin la voz del grupo.”
No es posible el hacer grupal, sino damos la oportunidad para que el sujeto, como
producto grupal sea el eje de su entorno.
La omnipotencia como método o vía que muchas veces empleamos en nuestra coordi-
nación grupal no brinda opción para que el grupo participe, éste asume una posición
cómoda, no avanza. Desde nuestras prácticas, escuchamos:
Sería interesante reconocer que cada grupo tiene una historia, por un proceso vivido y
gestado por él.
Al respecto Freire señala: ...” el educador tiene que ser ético, tiene que respetar los
límites de las personas, yo no puedo entrar en tí e irrespetarte, yo tengo que respetar tus
sueños y respetar tus miedos.”
Estas ideas refuerzan que es significativamente importante saber que el grupo está
ahí, sentir que sus oportunidades deben ser aprovechadas para alimentar un proceso
creciente, vital y necesario en la búsqueda de alternativas, se tracen metas, se alcancen
objetivos, se trabaje por el interés de todos, que cada fuerza individual sea parte del
objetivo del grupo, aprecien su tarea y se contengan, depositarle el poder para que sus
integrantes se impliquen, tomen decisiones. Esto favorece nuevas redes de interrelaciones
que permitan desarrollar sentimientos de pertenencia, colaboración, cooperación, co-
municación, promoviendo ideas que den fuerzas a la voz del grupo para sostener expre-
siones tales como:
“Reflexionemos juntos”
“Entre todos es mejor”
“Pensemos en tu propuesta”
“Ayudemos a resolver esto”
“La solución debe salir de nosotros”...
La comunidad, como espacio privilegiado para el encuentro de los sujetos que interactúan
en los grupos que la conforman presenta una realidad en la que es necesario detenerse
y meditar.
Buscando pistas para entrar en las complejas relaciones de los grupos que forman
parte de la comunidad, nos encontramos en este escenario con una amplia gama de
roles que asumen o se les asignan en el accionar de la comunidad, estos roles movilizan
el acontecer grupal en función de diferentes tareas.
mos una comunicación que califica de múltiples maneras la experiencia que trae
cada sujeto desde los diferentes grupos a los que se ha insertado.
Los roles que asumen las personas tienen una historia matizada por estereotipos y
etiquetas que están dibujadas en cada sujeto, creando expectativas que suelen ser
falsas y que a veces lastran, vician, entorpecen las posibilidades y potencialidades que
pueda revelar cada miembro en la cotidianidad de su comunidad.
Luego, esta riqueza del saber popular, que brota desde el grupo, es un valioso pro-
ducto para la acción transformadora de la realidad en la comunidad . Merece un espacio
de reflexión social a preservar por quienes nos empeñamos en realizar sueños en la
hermosa y compleja tarea de coordinar grupos . Por ellos y junto a ellos, preferimos
quedarnos atrapados con una mirada pendiente...
Nydia González R.
Las reflexiones, tesis y acciones que aporta este encuentro son sólo un primer acerca-
miento al problema y en ningún caso pretenden estar aportando verdades científicas ni
generales, por lo que entiéndanse válidas sólo para el grupo de experiencias que allí se
reunieron. Tal vez algunas de nuestras reflexiones coincidan con sus vivencias, o puedan
motivarlos a realizar nuevas investigaciones. Por lo que solicitamos del lector, ante todo
una lectura crítica.
· No escuchar lo suficiente
65 - Encuentro Nacional de educadores que convoca anualmente la Asociación de Pedagogos de Cuba, a través
del CIE Graciela Bustillos.
go, pues si bien el cubano es una persona por lo general conversadora, suele no escu-
char con parsimonia, tolerancia y empatía los criterios diferentes. Por el contrario, una
actitud de riposta, y la preocupación por la elaboración de los argumentos que esgrimirá
en la contienda, le impiden a los sujetos escuchar con suficiente agudeza.
Con frecuencia observamos acalorados debates, discusiones que podrían ser perfec-
tamente un rico diálogo, pues las discrepancias no son antagónicas y algunas veces ni
diferentes los argumentos, pero el acaloramiento impide apreciarlo. No sólo esto, afecta
la comunicación, sino las relaciones interpersonales entre los miembros del grupo.
Peores consecuencias tiene para el proyecto la actitud asumida por quienes, en aras
de evitar la controversia, dejan de expresar sus criterios. CULTURA DE LA DISCRE-
PANCIA
Al analizar las barreras que con mayor frecuencia se presentan en la etapa de acerca-
miento de los proyectos, se refuerzan las dificultades comunicativas, tales como:
66 - Memorias del III Encuentro Nacional de Experiencias de Trabajo Comunitario, APC, CIE Graciela Bustillos.
Este grupo comenzó con la lectura de la fábula de la antigua china “El señor Ye amaba
67
a los dragones ”.
“Al señor Ye le gustaban tanto los dragones que los tenía pintados o tallados
por toda la casa. Cuando se enteró el verdadero dragón de los cielos, voló a la
tierra y metió su cabeza por la puerta de la casa del señor Ye y su cola por una
de las ventanas. Cuando el señor Ye lo vio, huyó asustado y casi se volvió loco.
Esto demuestra que el señor Ye, en realidad no amaba tanto a los dragones.
Sólo le gustaba aquello que se le parecía, pero en ningún caso el auténtico dra-
gón”
Shen Zi.
67 - Leis, R (1991). El arte de conocer y transformar dragones, S.J. Costa Rica, Ed: Alforja
“El diálogo es una relación horizontal de A con B. Nace de una matriz crítica y genera
criticidad. Cuando los dos polos del diálogo se ligan así con amor, con esperanza, con fe
el uno en el otro, se hacen críticos en la búsqueda común de algo. Sólo ahí hay comuni-
cación. Sólo el diálogo comunica.”
¿Hasta que punto son coherentes las prácticas de trabajo comunitario con esta con-
cepción horizontal y participativa de la comunicación?
Las respuestas trataron de establecer la brecha que existe aún entre las prácticas
comunicativas que se dan en estos proyectos y la concepción comunicativa de la Edu-
cación Popular. Quedaron expresadas como retos:
dio, la valoración cada vez más objetiva, la búsqueda de soluciones cada vez más creativa,
y la transformación de los problemas cada vez más participativamente.
· Desarrollar entre los participantes una cultura del diálogo, que facilite la interrelación
de los vecinos, la disminución de los conflictos interpersonales, el aprovechamiento de
todas las ideas y el comprometimiento de los participantes.
· Aprender como dirigentes del proceso a promover el diálogo y la mediación como
elementos que logren convencimiento y participación, descartando mecanismos de pre-
sión o persuasión manipuladora para llegar a consensos.
· Concebir el trabajo comunitario como un proceso de comunicación educativa.
· Promover la concepción de una estrategia comunicativa que apoye a cada una de las
fases del trabajo comunitario y donde se fortalezcan los valores revolucionarios y estéti-
cos que condicionan contenido y forma de la comunicación.
· Una concepción comunicativa que responda a los enfoques de equidad, sostenibilidad,
jurídico y de paz, sin los cuales el trabajo comunitario perdería su verdadero valor. Pero...
¿Qué razones identificó el grupo como obstaculizadoras del logro de estos retos?
· El deseo de protagonismo.
Escena 1
No aceptación, divergencias, contradicción, diferencias, cada uno hala para su parte.
Se presenta desde el origen del conflicto.
Escena 2
Tensión, timidez. Se presenta en la manifestación del conflicto.
Escena 3
Discrepancia total, agudización, aumento. Se presenta en la profundización del conflicto.
Escena 4
Razonamiento, análisis, ponerse de acuerdo. Se presenta desde la capacidad de en-
tendimiento del conflicto.
Escena 5
Acuerdo, solución, empatía. Se presenta desde la posibilidad de una solución.
Escena 6
Satisfacción, equilibrio, felicidad, respeto al otro. Se presenta desde la armonía y feli-
cidad de la solución.
- Los conflictos en las comunidades suelen presentarse entre vecinos, entre personas
de una misma familia, entre grupos etáreos diferentes, entre comité gestor e institucio-
nes, entre líderes y facilitadores, y otros.
- Los participantes expresan haber tenido vivencias de haber estado como partes, o
como mediadores en múltiples conflictos.
- Los niveles de gravedad de un conflicto tienen que ver con el tipo de conflicto, con el
nivel de subjetividad de las personas, con el nivel cultural, con las condiciones de vida,
con el grado de satisfacción de las personas, con el nivel de autoestima de los conflictuados,
con la historia personal y familiar, en fin que cada conflicto está condicionado por múlti-
ples factores y que la valoración del nivel de gravedad del conflicto está evaluado funda-
mentalmente por las consecuencias y las secuelas que deja.
- No conocen indicadores para evaluar la gravedad del conflicto y tampoco tienen co-
nocimientos sobre qué tratamiento dar a los conflictos.
- Reconocen que con frecuencia los educadores son involucrados en conflictos en los
cuales debían haber jugado el rol de mediador y nunca identificado con alguna de las
partes.
- El tratamiento que han brindado a los conflictos ha sido absolutamente empírico, por
lo que atribuyen a la falta de conocimientos y habilidades en el manejo de los conflictos,
el agravamiento de algunas situaciones vividas.
- Actitudes como la poca escucha, la falta de tolerancia, la escasa empatía, los prejui-
cios, la falta de asertividad, unidas a cierta violencia verbal, agravan el desarrollo de los
conflictos.
- Los conflictos abundan en el trabajo comunitario, toda vez que se entiende como
confrontación de intereses de las partes, acciones donde se generan problemas o des-
avenencias que afectan alguna de las partes, discrepancias de criterios, incomunica-
ción, indecisión o incertidumbre ante la decisión.
- Resultan inevitables los conflictos y a pesar de que por lo general se aprecian como
fenómenos negativos, pueden constituir fuente de desarrollo y de aprendizaje, cuando el
tratamiento es correcto.
- Los errores, debilidades, insuficiencias, o evasión de los conflictos pueden acarrear
negativas consecuencias para el desarrollo del proyecto o para la vitalidad del grupo o
de las personas.
- Se considera importante la posición que el educador puede asumir como mediador,
pero se reconoce la falta de preparación que tenemos para ello.
- La etapa de acercamiento es un momento importante para que el educador se gane
la confianza de los diferentes grupos de la comunidad, como ente imparcial, capaz de
dirimir algunas desavenencias entre las familias o grupos.
- El no dejarse involucrar como parte de los conflictos de la comunidad es para el
educador un desafío permanente; ser ejemplo de ecuanimidad, imparcialidad, reflexión,
buen comunicador, ética revolucionaria, resulta imprescindible para lograr influencia
educativa.
- El sueño de establecer una buena comunicación con la comunidad exige, voluntad de
hacer, participación creativa, osadía, amor, humildad, respeto y reconocimiento del otro.
- La mediación consiste en una comunicación asistida con el fin de llegar a acuerdos
entre las partes. El mediador no resuelve el conflicto, (no tiene poder autorizado para la
toma de decisiones) lo resuelven las partes. El educador puede servir como mediador,
pero para ello requiere de habilidades comunicativas que le permita ayudar a las partes
a reconocer el conflicto, las causas, las consecuencias para poder alcanzar acuerdos
mutuamente satisfactorios. Es un proceso que se asume voluntariamente y con previa
aceptación de las partes a fin de encontrar no quien tiene la razón, sino ser razonable
para la solución del conflicto.
- La negociación es un proceso, donde las partes tratan de llegar a acuerdos sin que
medie nadie entre ellas y tratando de que ninguna salga perjudicada. Con frecuencia el
educador debe negociar determinadas soluciones, por lo que es importante que conoz-
ca elementos básicos para la negociación.
El tratamiento del tema comienza con la puesta en escena de una obra de teatro con-
cebida por el grupo para expresar, cómo en la comunidad se elaboran los productos que
permiten comunicarse entre sí a los participantes de un proyecto y cómo lo hacen hacia
el exterior.
La reflexión sobre la obra nos permite describir cómo son los productos comunicativos
que han hecho los proyectos, cómo ha participado la comunidad, valorar la calidad de
los mismos y las fundamentales carencias y retos.
Veamos:
Esta descripción fue seguida de una reflexión que precisa que este fenómeno no es
tan plano, ni en todos los casos se da así, aunque reconocen que sí es lo que más abun-
da dentro de las experiencias allí representadas. No obstante, existen proyectos capa-
ces de hacer muy buenos productos comunicativos desde el punto de vista estético,
sobre todo si en su grupo gestor tienen artistas, otros lo hacen muy participativo, aunque
carentes de valores estéticos, en fin que la vida no se atrapa tan fácilmente en una
descripción.
Otra arista del debate se refiere a cómo están condicionados los productos comunicativos
por los recursos que dispone el proyecto, las dificultades en el aprovechamiento óptimo
de los mismos y la poca creatividad para usar recursos no convencionales. Según los
soportes que se utilicen, existen distintos tipos de productos: gráficos, auditivos, visua-
les, audio visuales, vivenciales (le llamaron así a aquellos cuyo recurso fundamental es la
persona Ej. la obra de teatro).
Los productos que más se usan en estos proyectos son los gráficos, (póster, trípticos,
boletines) en el último año hay un incremento de videos. El teatro se utiliza poco como
producto comunicativo, algunos argumentaron que han invitado grupos teatrales que han
presentado obras clásicas para la recreación de la población, y consideraban esto como
productos comunicativos del proyecto. Esto originó la necesidad de precisar qué enten-
der por producto comunicativo dentro del trabajo de un proyecto y se construyó la si-
guiente definición:
“Es el resultado del trabajo creativo de un grupo de la comunidad que quiere compartir
con un determinado sector o grupo de vecinos un mensaje o idea, para lograr un objetivo
de interés común, por lo que responde a una necesidad y es portador de la afectividad,
identidad y espiritualidad de los participantes”.
resulta, por lo arraigada de esta práctica, pensar en productos interactivos, que promue-
van respuestas de los destinatarios.
Causas que condicionan los productos comunicativos hoy en nuestros proyectos co-
munitarios.
III - CONCLUSIONES
Pero si en un momento del camino nos encontramos con un obstáculo que parece
difícil de salvar, por ejemplo, un puente caído, lo que debemos hacer es buscar una
alternativa para superar ese obstáculo, pero sin perder el rumbo ni el objetivo, que
es llegar a la ciudad de México. Quizás tengamos que regresar y tomar momentánea-
mente una ruta alternativa que no estaba prevista; o quizás, podamos atravesar el río
con algún lanchón; o debemos quizás regresar hasta el punto de partida y volver a
iniciar el viaje tomando otra ruta diferente a la planeada. Pero lo importante es no
desmayar en el esfuerzo y tampoco abandonar o cambiar radicalmente el objetivo que
nos hemos propuesto, por ejemplo, decidir mejor ir a Colima. Este obstáculo que la
realidad nos impone y que es imprevisible e insalvable, nos obliga y nos conduce al
diseño de tácticas particulares que logren superar el obstáculo, pero sin renunciar a
la intención, a la voluntad y a la capacidad de conservar el objetivo estratégico.
Dicho de otra manera, “la estrategia” es lo que nos tiene que conducir con un sen-
tido y con un rumbo acorde a nuestra voluntad planeadora, mientras que “la táctica”
es la capacidad de respuesta que tiene que diseñarse de acuerdo a los obstáculos o
las circunstancias que brotan de la propia realidad y que nos imponen. Lo estratégico
brota de nuestra voluntad, de nuestra capacidad de sueño y de diseño –con sentido
68 - Núñez Hurtado, Carlos. (1999) “Revolución Ética, Centro Gráfico, Guadalajara, México, pp. 269-284
realista, por cierto- pero que surge de nuestra propia voluntad. Las tácticas, por el
contrario, son dispositivos que tenemos que imaginar para salvar los obstáculos que
nos impone la realidad.
Así, el hablar de querer tener un “plan estratégico”, es hablar de querer diseñar ese
futuro y de tener la capacidad de proponernos aquellos objetivos generales (de “largo
aliento”), que una vez alcanzados, modifiquen (por nuestra voluntad y capacidad de
diseño) la realidad de la cual partimos. Y eso sin perdernos en el camino (aunque
tengamos a veces que modificar el rumbo), a pesar de los cambios y variantes que
con imaginación, audacia y flexibilidad, tengamos que decidir y realizar para superar
los obstáculos y/o las circunstancias que se nos presenten en el camino durante el
tiempo que tenemos para lograrlo.
¿Cuáles son entonces los elementos que hay que desarrollar para lograr un plan
estratégico? A continuación daremos cuenta de cada uno de ellos, de acuerdo con
nuestra propia propuesta.
EL REFERENTE
Todo plan estratégico será realizado por un grupo, un partido, una organización, una
institución, etc., es decir, por un referente organizativo. No se puede planificar desde
el vacío, pues la planeación es necesariamente diseñada y realizada a partir de la
voluntad colectiva de un grupo, empresa, institución u organización.
EL CREDO BÁSICO
Así, la decisión del tiempo en el cual se operará el plan estratégico (el “horizonte de
planeación”) es un paso fundamental; normalmente se recomienda no plantearlo a muy
largo plazo, pues esto impediría o dificultaría la evaluación oportuna. Por ello, se reco-
mienda pensar en no menos de 9 meses probablemente en no más de 15 0 24 meses.
Por supuesto, esto no es una norma rígida, sino sólo una conveniente recomendación.
Muchas veces, acontecimientos del calendario político, social o cultural ayudan a deter-
minar con mayor facilidad un posible horizonte de planeación. Por ejemplo: Si con anti-
cipación decidimos enfrentar una coyuntura electoral, tenemos ya claramente determi-
nado, por la fecha del día de las elecciones, nuestro “horizonte de planeación”. Efectiva-
mente, si sabemos que va a realizarse un proceso electoral en nuestro estado o en el
país, pongamos por caso, dentro de un año, entonces el grupo referente tiene todas las
condiciones para diseñar con tiempo su plan estratégico de campaña, pues desde el
momento en el que toma conciencia de ello y decide actuar en consecuencia, cuenta
con un año como su posible horizonte.
Toda acción busca incidir en un determinado contexto, y de ese mismo contexto está
partiendo. El ámbito o alcance de ese contexto puede ser local, regional, estatal, nacio-
nal o incluso internacional. Es decir, no hay más determinación al respecto que la que se
desprende -y depende- de la fuerza, proyección, desarrollo y alcance con el cual el refe-
rente quiere realizar su plan estratégico.
Este “análisis de contexto” no quiere decir -por supuesto- la sola formulación de gran-
des enunciados de carácter doctrinal o ideológico que suele englobar, en formulaciones
abstractas, realidades muy particulares y con componentes históricos, culturales, socia-
les, etc., igualmente muy específico.
Insistimos en esto, porque muchas veces los grupos creen que tienen una interpreta-
ción de la realidad sólo porque son capaces de definir a la sociedad ( y posicionarse
frente a ella) en términos de grandes interpretaciones de carácter macro-económico o
estructural. Ejemplo claro de esto es el muy consabido discurso de que “vivimos en una
sociedad marcada por un modelo neoliberal, que por medio de la economía de mercado
y de un partido de estado que nos domina...etc., etc.” Todo esto -sin duda- es cierto, pero
en nuestro contexto de trabajo (cualquiera que sea su alcance) ¿Cómo se expresa y
cómo opera? ¿Es posible aplicar estas grandes formulaciones a nuestro contexto parti-
cular? ¿Hay consideraciones de tipo histórico, social o político, que modifiquen o mati-
cen estas grandes generalidades?
En pocas palabras, no hay que partir sólo y primordialmente de estas grandes genera-
lidades, sino de la interpretación dialéctica de la propia realidad (del contexto) en
el que se va a intervenir. Por eso preferimos hablar del análisis de la “formación so-
cial”, que tiene que ver no sólo con datos o realidades concretas, sino también con las
determinaciones históricas y culturales de las cuales deviene la realidad que hoy trata-
mos de interpretar.
En todo caso, si el grupo referente no tiene analizada con seriedad y rigor la realidad
en la que se va a trabajar, debe hacer primero un ejercicio de análisis e interpretación
de su contexto para así poder reconocer las fuerzas que en él actúan, las contradiccio-
nes que existen y se pueden generar, las limitaciones concretas, las tensiones, las
oportunidades, etc; es decir, tener una interpretación realmente objetiva, en la medida
de lo posible, que permita el diseño de la estrategia con la capacidad de la incidencia
planeada.
69
En algunas ocasiones suele hacerse también lo que se conoce como el F.O.D.A ., cu-
yas siglas refieren a un balance dialéctico entre las fuerzas y amenazas, así como entre
las oportunidades y debilidades que el referente tiene o enfrenta en su contexto para
poder realizar su misión, y en particular, su plan estratégico. Así, esta interpretación y aná-
lisis dialéctico entre el credo básico y el análisis del contexto (incluido en ocasiones el
F.O.D.A.) le darán más identidad y perfil al referente. Dicho de otra manera, el referente lo
será más, en la medida en que tenga claramente identificado su credo básico y la interpre-
tación que tiene del contexto donde interviene o decide intervenir.
69 - El F.O.D.A. suele utilizarse también como un método particular de ejercicio de análisis de correlación de
fuerzas para clarificar y/o priorizar criterios de acción.
(cualquiera que sea su nivel de formulación), finalmente será ajustado como conse-
cuencia del diseño del plan estratégico y de su planificación operativa. Pero es
conveniente acudir a lo que ya se tenga establecido como insumo más para el diseño
de su estrategia.
Si el referente ha logrado conjuntar los elementos hasta aquí descritos, está listo para
formular sus “objetivos estratégicos”, es decir, aquellas ideas de futuro que el grupo
referente plantea para expresar lo que quiere lograr durante el “horizonte de planeación”
(tiempo) previsto. Son los deseos y aspiraciones realistas (y alcanzables, por lo tan-
to) que de acuerdo a sus propias posibilidades, le permitan construir un escenario dife-
rente al actual. Son aquellos que servirán para conducir las acciones que deberán reali-
zarse para modificar substantivamente el estado de cosas del cual se parte.
Por lo tanto, son generales, amplios, de largo alcance; son ideas-fuerza que movilizan
voluntades y generan múltiples acciones (que por supuesto deberán planificarse
operativamente al detalle) encaminadas y coordinadas todas por el plan estratégico. De
esta manera será más difícil perderse en el camino, a pesar de que se tengan que
hacer los ajustes requeridos por las fuerzas de los hechos o las coyunturas, por lo que se
exige tener una “flexibilidad táctica” -sin duda- pero sin por ello perder el rumbo y el
sentido estratégico.
No son por lo tanto sólo “metas” a alcanzar, pues éstas sólo aterrizan, operacionalizan
y permiten hacer medible lo que los objetivos han formulado. No son lo mismo pues, los
objetivos estratégicos, que los objetivos operativos, ni que las metas. En orden de
general a particular, tendríamos primeros los objetivos estratégicos, después de los ob-
jetivos operativos, y por último, las metas, que son cuantificables, medibles, y que le
ponen “números” que permiten aterrizar y medir efectivamente los logros alcanzados
con las acciones previstas y realizadas.
Cuando el referente realiza una acción de carácter global o integral, por ejemplo,
una ONG que trabaja en un determinado territorio (una zona geográfica urbana o cam-
pesina) y lo hace desde una visión integral (es decir, que su enfoque abarca las múlti-
Pero también puede darse el caso de un referente que tenga como característica
una identidad muy claramente determinada; por ejemplo, un grupo dedicado a la “co-
municación popular” en forma exclusiva; por lógica, su línea de acción fundamental
será una “línea comunicativa” y no se preocupará necesariamente de trabajar explíci-
tamente una línea organizativa o productiva (como en el caso anterior); es decir, un
referente de carácter amplio, normalmente expresará su plan estratégico mediante el
diseño e implementación de varias líneas de acción complementarias entre sí. Pero
hay que advertir que lo estratégico no es sinónimo de integral, y por ello, puede
haber una organización que trabaje una sola línea de acción: educativa o comunicativa
o investigativa o productiva, etc., y sin embargo tener visión estratégica y planear sus
acciones en consecuencia.
No se trata entonces de que toda planeación estratégica tenga que ser integral y
compleja, puesto que lo estratégico está definido -como ya decíamos antes- por la
capacidad de diseñar el futuro y de utilizar adecuada y oportunamente todas las me-
diaciones requeridas para ello.
En síntesis: Las “líneas de acción” son aquellas grandes directrices que permiten
diseñar y aplicar coordinada y armónicamente el conjunto de acciones que van a ex-
presar la voluntad del referente en orden a lograr los objetivos que se ha propuesto.
Así pues, aún tratándose de un referente que trabaja específicamente la línea de comu-
nicación, y teniendo por tanto como “línea de acción dominante” la línea “comunicativa”,
puede sin embargo tener otras líneas “subordinadas inherentes”, como les llamamos
a aquellas sin las cuales (al menos desde nuestra propuesta teórico-metodológica) es
imposible desarrollar a fondo la “línea dominante” y cumplir eficazmente con los objeti-
vos y la misión.
Las líneas de acción surgen del “programa general de acción” que tenga definido el
referente (o que redefina en el proceso de elaboración de su propio plan). Dependiendo
de qué clase de actividades realizan y/o quieren realizar, se define qué líneas de acción
van a privilegiar y/o a priorizar. Pero también se podría enunciar al revés: Dependiendo
de qué líneas se seleccionen, serán las acciones a realizar.
Unas vez más, creo que un ejemplo nos ayudará a clarificar la idea. Supongamos que
un grupo quiere trabajar el tema de “Educación para la democracia” ya que en su credo
básico ocupa particular importancia el tema de la democracia, y por sus características
en cuanto grupo, ha planteado objetivos que tienen que ver con el desarrollo de la con-
ciencia ciudadana al respecto. Este sería entonces el gran “tema general” a través del
cual pretenden concientizar y motivar a la ciudadanía apática, para lograr que se incor-
pore a las tareas de defensa de los derechos cívicos o cualquier otra formulación que
exprese de manera global la intencionalidad estratégica del grupo. Pero después, y a
través de sus líneas educativa y comunicativa, va a tener que expresar cuál es su con-
cepción de democracia y de ciudadanía. Si fuera el caso que se tratara de un grupo con
una concepción de democracia de carácter eminentemente político, el grupo va a esta-
blecer líneas de acción y contenidos relacionados justamente con su concepción de
“democracia política”, y por lo tanto, trabajará fundamentalmente aspectos de educa-
ción electoral, legislativa, vigilancia ciudadana, cuidado del voto y denuncia del fraude,
educación en esa materia, etc. Si en cambio el grupo tiene una concepción de “demo-
cracia integral” con un marcado componente de democracia social, entonces estará
también preocupado por la relación entre democracia y vida cotidiana, derechos socia-
les, derechos humanos, etc., etc.
Es decir, ante el mismo “tema general” de la democracia los “ejes temáticos” son dife-
rentes según los contenidos derivados del “credo básico”, de su “análisis de formación
social”, de su “programa de acción” y de las prioridades que el grupo establezca, siem-
pre de acuerdo con las “líneas de acción” que haya decidido implementar. A partir de la
selección de los ejes, deberán explicitarse los contenidos particulares que se deri-
van de ese enfoque específico y que están contenidos en el gran tema general; y todo
ello, guardando siempre coherencia y unidad.
Cuando se trata de otro tipo de referentes y/o de estrategias, entonces solemos lla-
marles “ejes de acción”.
LOS SUJETOS
Cuando hablamos de “los sujetos”, nos queremos referir aquellos con quiénes se
quiere trabajar. ¿Se va a trabajar con la población en general? ¿ O sólo se van a priorizar
los jóvenes? ¿O las mujeres? O, si se trata de una estrategia de acción política ¿Va a
ser dirigida sólo a los cuadros dirigentes de la organización? ¿O a los militantes? ¿O a
la ciudadanía en general? ¿O se va a trabajar con todos estos diferentes “sujetos” a la
vez? Es decir, se tienen que definir cuáles serán los sujetos priorizados, ya que es deci-
sión del grupo referente el trabajar con uno o varios sectores; lo importante es que se
defina conscientemente y explícitamente con cuál o cuáles “sujetos” deberá trabajarse
al aplicar la estrategia.
Pero otra repercusión de la selección que se haga tienen que ver con “los lenguajes” y
los códigos culturales del grupo meta con el que se haya decido trabajar, pues desde la
perspectiva de la comunicación popular y la cultura -que ya hemos abordado antes- la
verdadera comunicación entre el “emisor” y el “receptor” de los mensajes o contenidos,
será sin duda más empática y con mejores posibilidades de ser captada con interés, si
las mediaciones comunicativas (los significantes) y las formas particulares que adopten,
son “apropiadas” a la sensibilidad y subjetividad cultural y comunicativa de los sujetos
específicos.
Creo que resulta fácil comprender que, por ejemplo, un contenido dirigido a los jóve-
nes, será mejor captado y provocará mayor interés si está elaborado y presentado en el
lenguaje de los jóvenes (expresiones, símbolos, música, etc.). Y es fácil imaginar lo mis-
mo si hablamos de mujeres, pues tener en cuenta e incorporar en los temas y en los
mensajes una perspectiva de género, puede ser de gran impacto y significación. Y así
podríamos fácilmente ejemplificar con sectores religiosos, o con campesinos, o con
militantes políticos etc., etc. Esto que resulta tan obvio, normalmente no es tomado en
cuenta; y por lo menos en lo que se refiere al trabajo político electoral, todos hemos
observado que en general los mensajes propagandísticos son los mismos para todos(as),
porque al final de cuentas se trata de dosis de “pura ideología”, sin más distinción ni
relación con la realidad, que aquellas conexiones “automáticas” que se establecen con
los fenómenos sociales generalizados de un país.
LOS NIVELES
Una vez que ya tenemos definidos todos los elementos anteriores y claramente selec-
cionados los sujetos, debemos abordar el tema de “los niveles” (personal, grupal, co-
lectivo y/o masivo) con que habremos de enfrentar cada una de las acciones planeadas.
Pero puede ser que con otro “eje temático” o con otros “sujetos”, la decisión “pedagó-
gico-táctica” sea radicalmente diferente y por lo tanto, se decida trabajar desde el prin-
cipio con el “nivel masivo”. Al igual que en los apartados anteriores, estos ejemplos sólo
quieren ilustrar el contenido abstracto de un concepto como “nivel”, pero lo verdadera-
mente importante es tratar de apropiarnos de una lógica de pensamiento estratégico
que nos tiene que llevar a considerar y seleccionar -no arbitraria ni caprichosamente,
sino en forma racional y con gran imaginación y creatividad- todos y cada uno de los
elementos que intervienen en el proceso de planeación.
Las decisiones sobre los niveles, al igual que con los sujetos, tendrán implicaciones en
el tipo de acciones o productos que se diseñen ; por ejemplo, si se decide trabajar al
nivel personal, el referente tendrá que elaborar materiales de “auto-consumo” estricta-
mente personal, ya que no tendrá condiciones (porque así lo ha decidido) de realizar
eventos para reflexiones críticas de carácter grupal. Por ello, sus productos y acciones
tendrán que ser diseñadas con esas características. En cambio si se decide hacer una
estrategia que se va a operativizar sobre todo a partir de una trabajo grupal, obviamente
tendrán que diseñarse eventos educativos, videos, materiales didácticos, etc.; es decir,
todo aquello que se considere pertinente como material para el trabajo grupal. Pero si
se decide trabajar solamente a nivel masivo, de nada servirán los materiales diseñados
y producidos para otros niveles, pues su formato y su metodología de uso no servirán
ante este otro nivel.
Definidos los aspectos anteriores, pasamos a explicar el siguiente aspecto que debe
ser tomado en cuenta en el proceso de planeación:
LOS ALCANCES
Por último, tendrán que definirse también los “alcances”, es decir, lo referido al ámbito
territorial donde se aplicarán nuestras estrategias. Efectivamente, resulta fácil compren-
der que las implicaciones y mediaciones serán muy diferentes en cada caso, pues no es
lo mismo trabajar en un ámbito local (un barrio o una comunidad campesina, por ejemplo
donde el “alcance” es local) que trabajar en un sector de la ciudad o en un municipio del
campo, o en una región determinada (por ejemplo, “la zona de la costa” o “ la región
montañosa”), o en un estado de la República, donde el alcance es regional. Pero igual-
mente se puede decidir trabajar con un alcance nacional o incluso internacional, de-
pendiendo del tipo de referente que diseñe y aplique la estrategia, así como de los re-
cursos y oportunidades, de las coyunturas, etc.,etc.
Los contenidos, las formas, los procedimientos y/o las acciones, se verán definitiva-
mente condicionados también por el alcance que se haya decidido trabajar. Si retomamos,
por ejemplo, el tema de la democracia dentro de un objetivo de carácter educativo, no
será lo mismo hacer un trabajo educativo, a partir del eje temático “democracia y vida
digna” y solamente con mujeres de un barrio, que “democracia y vida digna” para las
mujeres de toda una región porque los elementos de identidad cercana e inmediata
son directamente proporcionales a la limitación territorial y son mucho más complejos y
diversos cuando se amplía el alcance de trabajo. Este mismo eje temático puede trabajarse
simultáneamente con otro(s) sujeto(s), adaptando los contenidos y lenguajes a otros
ámbitos o alcances -similares o diferentes- de los atendidos para otros sujetos. El refe-
rente puede haber decidido trabajar con todos los sujetos, a todos los niveles y con
todos los alcances; será sin duda una estrategia realmente compleja, pero muy propia
de organizaciones de gran desarrollo, de redes nacionales o internacionales o de parti-
dos políticos en coyunturas electorales.
En síntesis: se puede definir trabajar solamente con determinados sujetos y con nive-
les de acción y alcance también muy determinados; o bien, trabajar con todo los sujetos,
niveles y alcances al mismo tiempo; o “mezclar” las categorías en diferentes momentos,
con diversos ritmos, modalidades, etc., como explicamos anteriormente cuando plan-
teaba el ejemplo del “ecualizador”.
LA PLANIFICACIÓN OPERATIVA
Efectivamente, por más bien diseñada que esté la estrategia, de nada servirá si no
somos capaces de “aterrizar” en metas, acciones, y productos concretos, lo que haya-
mos planeado. Sigamos con el ejemplo que hemos venido utilizando para clarificar los
elementos abstractos. Supongamos que el referente ha decidido trabajar con sectores
amplios de la sociedad a través del eje temático “democracia y vida digna”, con una
alcance urbano y a nivel masivo. Decide por lo tanto -supongamos- hacer un video para
ser pasado eventualmente por los canales de televisión, pero seguramente podrá exhi-
birlo en las plazas públicas en eventos masivos de carácter educativo y cultural. Ade-
más, sin duda será distribuido masivamente a través de una estrategia de multiplica-
ción natural, de mano en mano, de familia en familia, de grupo en grupo.
Pero ¿Quién va producir ese video? ¿Con qué recursos financieros? ¿Qué objetivo
particular se quiere lograr con su producción? ¿Qué contenidos específicos va a tra-
tar? ¿ Cómo va a ser su metodología de uso? ¿ En cuánto tiempo se debe produ-
cir? etc.,etc. Todos estos son elementos indispensables a ser tomados en cuenta para
garantizar el logro del objetivo específico: producir un video con tales características,
etc., etc. Es decir, se tienen que “planificar” el proceso de producción y uso en tiempo
y espacio. Y así con cada una de las acciones y cada uno de los productos que se
decida realizar.
Al respecto vale la pena recordar “los pasos” de la planificación, según los maneja-
mos en nuestra herramienta didáctica llamada La baraja de la planificación que se
· Diagnóstico
· Objetivo
· Metas
· Análisis de recursos y obstáculos
· Actividades
· Responsables
· Tiempo
· Ejecución
· Evaluación
Así pues, los elementos del proceso de planeación descritos nos permiten “aterrizar”
en objetivos concretos y metas específicas, los grandes objetivos estratégicos y demás
elementos de la planeación. Ambas dimensiones del proceso son indispensables e
interdependientes, pues la una conduce y da sentido al proceso global, mientras que
la otra materializa las grandes ideas rectoras.
Relato / Contenido
REPRODUCCIÓN
Posición (qué, para qué, para quién, cómo, cuando, con qué)
Principios frente a la
Guión / Texto
valores ... realidad Objetivo
Militantes
Sujetos
acción sectores y
SEGUIMIENTO Y EVALUACIÓN
premisa)
PROCESO DE PRODUCCION
Credo org. soc.
básico ciudadanía Lenguaje
LIneas de acción
Visionado / Boceteo
Registro / Imágenes
Ejes temáticos
EJECUCIÓN
Objetivos Personal Formato
Contenidos
Marco
Niveles
PRODUCCIÓN
Referente estraté- Grupal
teórico Metodología
gicos Colectivo
de uso
Masivo
Revisión
Local Recursos
Alcances
Interpretación
de la realidad Zonal
Regional Programa-
Musicalización / Impresión
ción de
151
Nacional
producción
Análisis de la Balance de
70
Cortes
(económico,
(Histórico, político,
Selección de Lecturas
económico, ideológico) Perspectivas estratégicas Conducción
ideológico,
comunicativo)
ELEMENTOS CULTURALES: Vida cotidiana, lenguajes, códigos ...
MOMENTOS: Políticos, Coyunturales, Culturales
HORIZONTE DE PLANEACIÓN
PARTIR DE LA PRÁCTICA ..TEORIZAR ... VOLVER A LA NUEVA PRÁCTICA
Selección de Lecturas
INDICE
Palabras al lector.....................................................................................................................3
EL COMUNICADOR POPULAR...........................................................................................5
Mario Kaplún
¿EXTENSIÓN O COMUNICACIÓN?
LA CONCIENTIZACIÓN EN EL MEDIO RURAL. ..............................................................35
Paulo Freire
LA COMUNICACIÓN DIALOGADA.....................................................................................53
Irina Barrios Osuna
LA COMUNICACIÓN..............................................................................................................62
Equipo Claves