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INTRODUCCION

Con el siguiente trabajo buscamos que el lector pueda conocer como nuestros aguerridos
héroes libertadores, a través de los movimientos independentistas, con sus fracasos y
victorias, formaron patrias soberanas y libres de imperios europeos, permitiendo a sus
países la oportunidad de desarrollarse en función a unas necesidades propias y que otorgó
una justicia más equitativa entre sus ancestros, empezando por los criollos, quienes coparon
los puestos de la máxima responsabilidad de gobierno, quienes habían sido explotados
antes por españoles peninsulares durante la colonia.

Las guerras de independencia hispanoamericana fueron una serie de conflictos armados que
se desarrollaron en el continente americano y que enfrentaron a los partidarios de establecer
nuevas naciones independientes donde se encontraban las colonias españolas en América,
enfrentando al Rey de España Fernando VII, y los partidarios de la Monarquía española.
Las guerras de independencia tuvieron tanto el carácter de guerra civil como de guerra
internacional.

Entre los líderes independentistas o libertadores, se encuentran la mayor parte de los


"padres de la patria" de los países hispanoamericanos, como Simón Bolívar, José de San
Martín, José Artigas, Francisco de Paula Santander, José Miguel Carrera, Brnardo
O'Higgins, Antonio José de Sucre, Miguel Hidalgo y José María Morelos, entre otros.

Para poder entender como verdaderamente se gestó la independencia de nuestras naciones


latino-americanas, hay que hablar del ideario republicano y en este trabajo abordaremos
temas relacionados como: Invasión Napoleónica y los principios fundamentales de la
Revolución Francesa.

LA IDEA DE REPUBLICANISMO.

El término republicanismo hace referencia a una corriente de pensamiento político surgida


en algunas municipalidades italianas del renacimiento que confirió nuevo sentido a las
tradiciones ciudadanas griegas y romanas, animó gran parte de los debates políticos de la
Inglaterra de los siglos XVII y XVIII, influyó sobre los padres fundadores de la
independencia estadounidense y, tras casi dos siglos de discreto silencio, ha llegado hasta
nuestros días como soporte de los clásicos ideales del vivere libero. El republicanismo en
su dimensión doctrinal ajena a las formas de gobierno y a su contraposición con la
monarquía es un programa de investigación de las decisiones políticas, no una receta
trazada de una vez por todas para adoptarlas.

La tradición republicana no es contradictoria con los principios liberales, sino que los
complementa y potencia mediante una participación ciudadana efectiva. Para ello, es
preciso reforzar ciertos elementos, todavía muy débiles, de las democracias representativas
que predominan en la actualidad: fomentar una cultura cívica más robusta, alcanzar una
mayor igualdad social y organizar unas instituciones políticas que aumenten la calidad de la
participación, en especial mejorando los mecanismos de deliberación a efectos de adoptar
las decisiones políticas más adecuadas a los intereses de todos.

En Europa con la ocupación napoleónica de España, y la captura de la familia real


española, Napoleón impuso en 1808 las “abdicaciones de Bayona” por las que el monarca
Fernando VII y su padre y predecesor Carlos IV renunciaban a sus derechos a la corona de
España y de las Indias, en favor del emperador Napoleón, quien finalmente los otorgó a
José Bonaparte, luego de lo cual Fernando VII quedó cautivo. Todo ello desencadenó el
levantamiento de los pueblos de España conocido como Guerra de la Independencia
Española (1808-1814) contra la ocupación Napoleónica, y se siguió de la creación de la
Constitución española de 1812.

En América comenzaron una serie de movimientos que desconocían los nombramientos


para la administración americana provenientes de España, y que se justificaban por la
renuncia de los herederos legítimos de la monarquía española. De esta forma, en el año
1808, el Ayuntamiento de México se erigió en Junta Soberana, con el apoyo inclusive del
virrey de Nueva España José de Iturrigaray. Sin embargo el movimiento fue disuelto y
concluyó con el encarcelamiento de los miembros del ayuntamiento y la destitución de
Iturrigaray. En los años siguientes se sucedieron levantamientos en todo el continente para
formar juntas de gobierno locales

La nación española se mostró indiferente, lo consideraban un problema ajeno. Para los


comerciantes y la administración gubernamental desapareció una fuente de ingresos - los
caudales de Indias-, esenciales para la Hacienda, así como un importante mercado para las
exportaciones españolas. España continuó el proceso inmerso de guerras civiles, quedando
como una potencia de segundo orden entre los estados europeos.

El movimiento independentista debido a su natural efecto disgregador fue la causa de la


fragmentación de los países nacientes. No hubo cambios en la estructura administrativa (Uti
possidetis).Tampoco hubo cambios sociales para las llamadas castas: criollos, mestizos,
morenos, ni para los indígenas ni para los esclavos negros. Desapareció el monopolio
comercial, y por tanto el proteccionismo, con el consiguiente empobrecimiento de muchas
regiones latinoamericanas que no podían competir con las industrias de Europa y que, para
América, el sueño de Bolívar de crear unos Estados Unidos de América del Sur fracasó en
el Congreso de Panamá (1826). Sin embargo, la opinión de algunos latinoamericanos es
muy diferente, ya que afirman que la independencia permitió a sus países la oportunidad de
desarrollarse en función a unas necesidades propias y que otorgó una teórica justicia más
equitativa entre sus componentes étnicos, empezando por los criollos, quienes coparon los
puestos de la máxima responsabilidad de gobierno, mayoritariamente empleados antes por
españoles peninsulares durante la colonia.

Las guerras de independencia hispanoamericana fueron una serie de conflictos armados que
se desarrollaron en el continente americano y que enfrentaron a los partidarios de establecer
nuevas naciones independientes donde se encontraban las colonias españolas en América,
enfrentando al Rey de España Fernando VII, las autoridades virreinales y los partidarios de
la Monarquía española. Las guerras de independencia tuvieron tanto el carácter de guerra
civil como de guerra internacional (entre naciones).

El conflicto comenzó en 1808, con la creación de juntas auto designadas en México y


Montevideo. Entre los líderes independentistas, también llamados libertadores, se
encuentran la mayor parte de los "padres de la patria" de los países hispanoamericanos,
como Simón Bolívar, José de San Martín, José Artigas, Francisco de Paula Santander, José
Miguel Carrera, Bernardo O'Higgins, Antonio José de Sucre, Miguel Hidalgo y José María
Morelos, entre otros.

Casi todos los países hispanoamericanos continentales de la actualidad (Argentina, Bolivia,


Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México,
Nicaragua, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela), reconocen en este movimiento sus
orígenes como naciones independientes. Sólo Panamá, y los países del Caribe de habla
hispana (Cuba, Puerto Rico y República Dominicana) reconocen sus orígenes
independientes en otros procesos históricos.

III. La idea de republicanismo

Bolívar encarna en líneas generales la defensa del ideario político de la Ilustración. Las
ideas básicas de este hombre eran las de igualdad, libertad y fraternidad, lo cual le costó al
país la guerra. Mientras España intentaba negociar con la oligarquía criolla la imposición de
un Rey, Bolívar residía afiliado a la idea republicana, era necesario implantar Repúblicas
libres y autogestionadas por sí mismas en el continente.

El ideario republicano trajo consigo la reacción de España contra los seguidores de estas
ideas. España envía tropas a Venezuela, se desata la guerra civil y el país se sumerge en un
baño de sangre. Las leyes españolas en la defensa de la monarquía no conocieron por
ningún respecto la tolerancia.

Bolívar, para llevar a cabo su proyecto independentista y emancipador, se soporta en las


ayudas y en los tratos comerciales con los países vecinos y las potencias adversas a España.
La independencia era una necesidad para un mundo que comenzaba a consolidarse.

Alexandre Petion desde Haití abastece a Venezuela de armas, de municiones y de hombres


para llevar a cabo el proceso emancipador. Los patriotas comercializan armas con Jamaica
e inician un proceso de no reconciliación con España.

Desatada la guerra Venezuela conoce la derrota con la perdida de la Primera República.


Superado este impasse, Bolívar impone la necesidad de que la conformación del ejército
venezolano no sea de condición social, lo cual abre la posibilidad para que los indios,
mestizos, negros, cuarterones y quinterones puedan ocupar posiciones de mando.

La Guerra a Muerte sumerge al país en el desastre total, los campos son abandonados, los
hombres se enfilan hacia la guerra, se estanca el desarrollo del país, la ganadería se diezma,
los caudillos imponen sus propias leyes.

José Tomas Boves azota a Venezuela, no hay pueblo que no se vea afectado por las ansias
de sangre de este caudillo. Distintas interpretaciones existen sobre Boves, unas lo ubican
desde una perspectiva sicologista, tipificándolo simplemente como un chacal; otras
anuncian que Boves poseía un proyecto agrario. En líneas generales lo más importante de
este conductor de masas es que ofrece -a los hombres que habían vivido bajo el cautiverio
de la oligarquía criolla- bienes de fortuna, propiedades y la posibilidad de ser libres. Esta
tesis es importante puesto que confronta dos métodos y visiones históricas como son el
positivismo y el marxismo.
Desde el punto de vista positivista los hombres que acompañaron a Boves no representaban
más que la incultura y la barbarie. Se habían hecho vasallos del Rey y defendían sin saberlo
la tiranía. Esta tesis es insostenible desde el punto de vista marxista, y se dice que esas
masas que formaron el ejército de Boves no luchaban contra otros sino contra la opresión
que los criollos llevaban adelante. Los criollos eran dueños de tierras, de esclavos y en
general de los medios de producción. El resentimiento social del pueblo venezolano era sin
duda hacia ellos. Bolívar dentro del constructo de su ideario político ilustrado incorporó la
idea de ciudadanía para aquellas masas que sufrían la miseria, la opresión y la carestía.

La idea del republicanismo:

El republicanismo es una teoría política que propone y defiende la república como el


modelo de gobierno óptimo para un Estado. En sentido estricto, la república se define en
oposición a las otras formas clásicas de gobierno: la monarquía y la aristocracia; así como a
sus respectivas corrupciones: el despotismo y la oligarquía. Por extensión, se refiere a un
sistema político que protege la libertad y especialmente se fundamenta en el derecho, en la
ley como expresión de la voluntad soberana del pueblo y a la que no puede sustraerse nunca
un gobierno legítimo. Se ha escrito mucho sobre qué tipos de valores y comportamientos
deben tener los ciudadanos de una república para su desarrollo y éxito; se suele hacer
énfasis generalmente en la participación ciudadana, valores cívicos y su oposición a la
corrupción.

En principio, la noción de república en cuanto forma de gobierno no es en sí misma


sinónimo de democracia, al menos en el sentido dado al término en la Edad
Contemporánea. Han existido repúblicas autoritarias y despóticas. Pese a apoyarse en el
principio hereditario para la designación de la Jefatura del Estado, una Monarquía puede ser
considerada democrática en la medida en que los miembros de los poderes legislativo y
ejecutivos sean elegidos directa o indirectamente por voluntad popular.

La Invasión Napoleónica
Napoleón fue nombrado comandante del ejército francés en Italia en 1796. Derrotó
sucesivamente a cuatro generales austriacos cuyas tropas eran superiores en número, y
obligó a Austria y sus aliados a firmar la paz.

En 1798 dirigió una expedición a Egipto, que se encontraba bajo el dominio turco, para
cortar la ruta británica hacia la India. Aunque conquistó este país, su flota fue destruida por
el almirante británico Horatio Nelson y el militar francés quedó aislado en el norte de
África tras ser derrotado en la batalla del Nilo. Bonaparte no se desanimó ante este
contratiempo y se dedicó a la reforma de la administración y legislación egipcias: la
servidumbre y el feudalismo fueron abolidos y los derechos básicos de los ciudadanos
garantizados.

Los eruditos franceses que le habían acompañado en el viaje comenzaron a estudiar la


historia del antiguo Egipto y a realizar diversas excavaciones arqueológicas. No consiguió
conquistar Siria en 1799, pero logró una victoria aplastante sobre los turcos en Abukir.
Mientras tanto, Francia hacía frente a una nueva situación internacional: Austria, Rusia,
Nápoles y Portugal se habían aliado con Gran Bretaña, configurando la Segunda Coalición.

Gran Bretaña, irritada por la hostilidad de las acciones de Napoleón, reanudó la guerra
naval con Francia en abril de 1803. Dos años después, Rusia y Austria se unieron a Gran
Bretaña en la Tercera coalición. Napoleón descartó su plan de invadir Inglaterra y dirigió
sus ejércitos contra las fuerzas austro-rusas, a las que derrotó en la batalla de Austerlitz el 2
de diciembre de 1805. Conquistó el reino de Nápoles en 1806 y nombró rey a su hermano
mayor, José; se tituló rey de Italia (1805), desintegró las antiguas Provincias Unidas (hoy
Países Bajos)

El Código Napoleónico se implantó en todos los Estados creados por el Emperador. Se


abolieron el feudalismo y la servidumbre y se estableció la libertad de culto (salvo en
España). Le fue otorgada a cada Estado una constitución en la que se concedía el sufragio
universal masculino y una declaración de derechos y la creación de un parlamento; fue
instaurado el sistema administrativo y judicial francés; las escuelas quedaron supeditadas a
una administración centralizada y se amplió el sistema educativo libre de manera que
cualquier ciudadano pudiera acceder a la enseñanza secundaria sin que se tuviera en cuenta
su clase social o religión.
Cada Estado disponía de una academia o instituto destinado a la promoción de las artes y
las ciencias, al tiempo que se financiaba el trabajo de los investigadores, principalmente el
de los científicos. La creación de gobiernos constitucionales siguió siendo sólo una
promesa, pero el progreso y eficacia de la gestión fueron un logro real.

En Europa con la ocupación napoleónica de España y la captura de la familia real


española, Napoleón impuso en 1808 las “abdicaciones de Bayona” por las que el monarca
Fernando VII y su padre y predecesor Carlos IV renunciaban a sus derechos a la corona de
España y de las Indias, en favor del emperador Napoleón, quien finalmente los otorgó a
José Bonaparte, luego de lo cual Fernando VII quedó cautivo.

Todo ello desencadenó el levantamiento de los pueblos de España conocido como


Guerra de la Independencia Española (1808-1814) contra la ocupación Napoleónica, y se
siguió de la creación de la Constitución española de 1812. La nación española se mostró
indiferente, lo consideraban un problema ajeno. Para los comerciantes y la administración
gubernamental desapareció una fuente de ingresos - los caudales de Indias-, esenciales para
la Hacienda, así como un importante mercado para las exportaciones españolas. España
continuó el proceso inmerso de guerras civiles, quedando como una potencia de segundo
orden entre los estados europeos.

Para América Latina, la figura de Napoleón Bonaparte es fundamental. Se reconocía la


autonomía de las provincias americanas del dominio español; sus pretensiones de reinar
sobre aquellos inmensos territorios, cuyos habitantes nunca quisieron aceptar los planes y
designios del emperador, son elementos básicos para entender los movimientos de
emancipación y las guerras hispanoamericanas por su independencia.

En América comenzaron una serie de movimientos que desconocían los nombramientos


para la administración americana provenientes de España, y que se justificaban por la
renuncia de los herederos legítimos de la monarquía española.

Bolívar, cuyo pensamiento se conformará a partir de los grandes conflictos y de las


urgencias dimanadas por la realidad sudamericana ya a inicios del siglo XIX, basándose
precisamente en el reconocimiento de un Ser Hispanoamericano como sujeto objeto
protagónico de la transformación liberadora, al cual agrega con prontitud sin el prejuicio
típico de otros el componente negro. Tómese en cuenta que al respecto el libertador se
adelanta incluso a los propios Estados Unidos, pues sus acciones concretas en torno al
problema de la esclavitud anteceden a la Proclama de Emancipación de Abraham Lincoln,
por la cual habría de esperar el mundo moderno hasta 1862.

Buena parte de la preocupación de Bolívar estaba en el modo de concebir el tipo de


gobierno y el sistema político a adoptar por las nuevas repúblicas. En este importante
documento, donde el Libertador rompe con la observación empírica y emprende una
caracterización objetiva del futuro de la lucha latinoamericana, se observa un intenso
debate interno al respecto. Sabiendo, de una parte, que son inviables las copias de uno u
otro modelo europeo, y, de otra, que no puede prescindirse de ellos como experiencia y
praxis histórica referente, sostiene abundantes observaciones y razonamientos por
momentos contradictorios.

Los principios de la revolución francesa (igualdad, libertad, fraternidad)

La revolución francesa fue el cambio político más importante que se produjo en Europa, a
fines del siglo XVIII. No fue solo importante para Francia, si no que sirvió de ejemplo para
otros países, en donde se desataron conflictos sociales similares, en contra de un régimen
anacrónico y opresor, como era la monarquía. Esta revolución significo el triunfo de un
pueblo pobre, oprimido y cansado de las injusticias, sobre los privilegios de la nobleza
feudal y del estado absolutista.

Durante el reinado de Luis XIV (1643-1715), Francia se hallaba bajo el dominio de una
monarquía absolutista, el poder del rey y de la nobleza era la base de este régimen, pero en
realidad el estado se encontraba en una situación económica bastante precaria, que se
agravo por el mal gobierno de Luis XV (bisnieto de Luis XIV) y que toco fondo durante el
reinado de Luis XVI, gobernante bien intencionado, pero de carácter débil, por lo que se lo
llamaba “el buen Luis” los gastos militares y lustro de malas cosechas crearon una
gravísima situación social. La mayoría de la población se vio en la miseria mientras el lujo
y el despilfarro del rey y la nobleza continuaban como si nada. Luis XVI se negó a realizar
cualquier tipo de reforma y defendió los privilegios de la aristocracia frente al hambre de
sus súbditos, que se estaban hartando de la injusticia.

Para que no empeorara la situación económica la nobleza trato de acaparar mas cargo en la
burocracia estatal, aumentando la explotación de los campesinos que trabajaban en sus
tierras exigiéndoles mayores contribuciones, las clases sociales existentes en ese momento
eran la nobleza, el clero, y la burguesía, pero al contar los votos de la nobleza y del clero,
estamento privilegiado que superaba en numero a la burguesía, y siempre tomaban las
decisiones que a este sector le convenían. Solucionando el sistema de conteo la burguesía
pudo tomar el control de la situación, y comenzó a seccionar como Asamblea Nacional y
juraron no disolverla hasta tanto conformar una Constitución Nacional.

El 14 de Julio de 1789, la burguesía apoyada por el sector explotado por la nobleza, los
campesinos que en medio de una agitada multitud revolucionaria formada por hombres y
mujeres, saturados de injusticias y de hambre, se dirigen violentamente a la Bastilla,
símbolo del régimen absolutista, donde funcionaba como cárcel de los opositores al sistema
de gobierno y la toman por la fuerza. Esta acción inclino la balanza a favor de los
revolucionarios, desplazando así del poder a los nobles y partidarios del absolutismo.
Paralelamente en las zonas rurales los campesinos se levantaron contra los señores
feudales, asesinándolos y saqueando he incendiando sus castillos. A este movimiento social
por la justicia y la fraternidad de los hombre en 1789, se le conoce como “El Gran Miedo”.
La Asamblea Nacional formada por la burguesía, cuando llego el momento de decidir la
forma de gobierno, la alta burguesía apoyo a los Girondinos, oriundos de la provincia de la
Gironda, que pretendían un acuerdo, con monarquía e instaurar una monarquía
constitucional.

Por otro lado los Jacobinos de ideas revolucionarias y de cambios radicales, con tendencia a
la instauración de una república democrática, con derechos a la participación política y con
la aplicación de medidas más equitativas para la repartición de la riqueza y la lucha contra
el hambre popular. El nombre de Jacobinos proviene de las reuniones en asambleas,
llamadas clubes, en un convento ubicado sobre la calle san Jacobo.

Los diputados de la asamblea decidieron eliminar los privilegios de la nobleza, se obligo a


pagar impuestos y se elimino el diezmo a la iglesia. Pocos días después la asamblea dicta la
declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano, esta proclama se transformo en la
síntesis de las ideas revolucionarias, basadas en tres banderas: igualdad, fraternidad y
libertad.

Les interesaba la igualdad de los ciudadanos ante la ley.


En términos generales fueron varios los principios que influyeron en la Revolución: un
régimen monárquico que sucumbiría ante su propia rigidez en el contexto de un mundo
cambiante; el surgimiento de una clase burguesa que nació siglos atrás y que había
alcanzado un gran poder en el terreno económico y que ahora empezaba a propugnar el
político; el descontento de las clases populares; la expansión de las nuevas ideas liberales;
la crisis económica que imperó en Francia tras las malas cosechas agrícolas y los graves
problemas hacendísticos causados por el apoyo militar a la Guerra de Independencia de los
Estados Unidos. Esta intervención militar se convertiría en arma de doble filo, pues, pese a
ganar Francia la guerra contra Gran Bretaña y resarcirse así de la anterior derrota en la
Guerra de los Siete Años, la hacienda quedó en bancarrota y con una importante deuda
externa. Los problemas fiscales de la monarquía, junto al ejemplo de democracia del nuevo
Estado emancipado precipitaron los acontecimientos.

Desde el punto de vista político, fueron fundamentales ideas tales como las expuestas por
Voltaire, Rousseau o Montesquieu (como por ejemplo, los conceptos de libertad política, de
fraternidad y de igualdad, o de rechazo a una sociedad dividida, o las nuevas teorías
políticas sobre la separación de poderes del Estado). Todo ello fue rompiendo el prestigio
de las instituciones del Antiguo Régimen, ayudando a su desplome.

Sectores dominantes:

Si bien la organización política de Francia osciló entre república, imperio y monarquía


constitucional durante 71 años después de que la Primera República cayera tras el golpe de
Estado de Napoleón Bonaparte, lo cierto es que la revolución marcó el final definitivo del
absolutismo y dio a luz a un nuevo régimen donde la burguesía, y en algunas ocasiones las
masas populares, se convirtieron en la fuerza política dominante en el país. La revolución
socavó las bases del sistema monárquico como tal, más allá de sus estertores, en la medida
en que lo derrocó con un discurso capaz de volverlo ilegítimo.

Desde el punto de vista económico, la inmanejable deuda del Estado fue exacerbada por un
sistema de extrema desigualdad social y de altos impuestos que los estamentos
privilegiados, nobleza y clero no tenían obligación de pagar, pero que sí oprimía al resto de
la sociedad. Hubo un aumento de los gastos del Estado simultáneo a un descenso de la
producción agraria de terratenientes y campesinos, lo que produjo una grave escasez de
alimentos en los meses precedentes a la Revolución. Las tensiones, tanto sociales como
políticas, mucho tiempo contenidas, se desataron en una gran crisis económica a
consecuencia de los dos hechos puntuales señalados: la colaboración interesada de Francia
con la causa de la independencia estadounidense (que ocasionó un gigantesco déficit fiscal)
y el aumento de los precios agrícolas.
El conjunto de la población mostraba un resentimiento generalizado dirigido hacia los
privilegios de los nobles y el dominio de la vida pública por parte de una ambiciosa clase
profesional y comerciante. El ejemplo del proceso revolucionario estadounidense abrió los
horizontes de cambio político.

Ilustración y guerra en América latina:

BOLIVAR Y LA INTEGRACION LATINOAMERICANA.

Iniciadas en el seno de la emergente clase criolla adinerada y expandidas a partir de 1767


con la expulsión de jesuítas, surgidas al calor del proceso de formación de las
nacionalidades en la región y el nacimiento de una conciencia independiente, las ideas
unionistas latinoamericanas tuvieron su origen durante la segunda mitad del siglo XVIII,
sobre todo a partir de las denuncias sobre la impiedad del coloniaje español en el Nuevo
Mundo y de la identificación de los pueblos latinoamericanos como una entidad
étnicamente propia.

En este contexto irrumpe Bolívar, cuyo pensamiento se conformará a partir de los grandes
conflictos y de las urgencias dimanadas por la realidad sudamericana ya a inicios del siglo
XIX, basándose precisamente en el reconocimiento de un Ser Hispanoamericano como
sujeto objeto protagónico de la transformación liberadora, al cual agrega con prontitud sin
el prejuicio típico de otros el componente negro. Tómese en cuenta que al respecto el
libertador se adelanta incluso a los propios Estados Unidos, pues sus acciones concretas en
torno al problema de la esclavitud anteceden a la Proclama de Emancipación de Abraham
Lincoln, por la cual habría de esperar el mundo moderno hasta 1862.

Ya desde 1811 el Libertador planteaba: “Lo que queremos es que esa unión sea efectiva y
para animarnos a la gloriosa empresa de nuestra libertad; unirnos para reposar, para dormir
en los brazos de la apatía, ayer fue una mengua, hoy es una traición (…) Pongamos sin
temor la piedra fundamental de la libertad suramericana: vacilar es perdernos”. Más
adelante, en la célebre Carta de Jamaica, puede leerse: “Seguramente es la unión la que nos
falta para completar la obra de nuestra regeneración. Sin embargo, nuestra división no es
extraña, porque tal es el distintivo de las guerras civiles”.
Buena parte de la preocupación de Bolívar estaba en el modo de concebir el tipo de
gobierno y el sistema político a adoptar por las nuevas repúblicas. En este importante
documento, donde el Libertador rompe con la observación empírica y emprende una
caracterización objetiva del futuro de la lucha latinoamericana, se observa un intenso
debate interno al respecto. Sabiendo, de una parte, que son inviables las copias de uno u
otro modelo europeo, y, de otra, que no puede prescindirse de ellos como experiencia y
praxis histórica referente, sostiene abundantes observaciones y razonamientos por
momentos contradictorios.

LA IDEA DEL GENDARME NECESARIO.

Gendarme necesario o cesarismo, es lo mismo; este nombre se obtiene de la imagen de


Julio César, como emperador, autócrata y gobernante absoluto. “Los rasgos generales de
cesarismo son la concentración del poder en una figura carismática que capta todos los
anhelos populares.“. Esta corriente de pensamiento no sólo justifica el gendarme necesario,
más que eso lo ve como una necesidad ante el carácter disociado de nuestra raza.

CONCLUSIONES

Una vez investigado el tema sobre la idea del republicanismo, y siendo la invasión
napoleónica en España y la Revolución Francesa los impulsores de los movimientos
independentistas, se puede deducir que la influencia de la Revolución Francesa en el
proceso de independencia de Venezuela fue limitada, podríamos afirmar que sólo se basa
en sus principios filosóficos y políticos para justificar la separación de Venezuela de la
Corona española.

Los blancos criollos que formaban la clase dominante desde el punto de vista
económico y social, no les interesaba implantar la libertad y la igualdad social, - principios
de la revolución francesa - , porque eran dueños de los esclavos, factor muy importante de
la producción. El clero tampoco veía con agrado las medidas radicales de la revolución
francesa, estaban en peligro de confiscación sus cuantiosos bienes.
También querían ejercer el poder político y gozar de libertad económica; pero se
oponían al ascenso social, económico y cultural de los pardos, que eran la mayoría de la
sociedad colonial. En consecuencia, el ejemplo de la revolución francesa y sus principios,
fueron utilizados como argumento político para sus propósitos de emancipación, pero jamás
como razón que les pudiera hacer perder sus privilegios.

Buscó resolver los problemas de la humanidad e iniciar el progreso mediante la razón y


la educación, ubicaba el hombre como el centro del universo reconociéndole "…como
derechos inalienables la libertad, la igualdad, la seguridad, la propiedad, la libre expresión y
la asociación."

Combatió la monarquía absoluta que otorgaba a los monarcas una soberanía sin
limitaciones y difundió la teoría de la soberanía popular indicando que el poder residía en
los miembros de una sociedad y por ésto, el mismo, deriva del pueblo quien tiene derecho a
elegir sus representantes para que lo gobierne

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