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aap FRANCESCO MESSIN DOCTRINA GENERAL DEL CONTRATO ‘Treduecidn de NOTAS DE DERECHO ARGENTINO per yiTTORIO NEPFL roca de Dehn te Vera rokar $e Sart be Core om Sal, ‘Tomo It eae cae each soraoms nmin persone OTECA COMPRA | Gaptruto x LA SIMULACION EN EL CONTRATO (*) EL CONTRATO FIDUCIARIO respecto al tercero sub-adquirente del titular aparente (tuncién de In transcripelén de la demanda de a elén) (are 14, ineleo primero). ==. ( clén) Tratamlento jurdleo del contro slmulado y del faskeads (ere Maik, pectaeieh ne: (Comoe 4 os ‘Tratamiento judo del contro simulsdo'y” dal trato ai) Cotenecn z de cada uno dp los participes en el contrato almulado (art 148); aodion de slmulacign y no del ‘contrato| ea 1) ‘Tratamiento juridl- 9 ‘imulado y del contrato disimulado: oe Pacer ss ae alcign ficticta de persona. — 11. Prueba de'ta simulacién pel er are st Enciclop. giur. italiana); Burena, Della simulasione, ete, (Torino, 1928); Berri, ob. cit., pigs. 248 y sigtes. (en esa obra, més Mearatowrn).: ret KAh Ch OCTHNA GENERAL DEL CONTRATO sn se ny Po a seem it a ane 1. Nocién, Teammooata. Log vines: ‘POSIBLES DE LA Si- eed rete eer ae oes que de ba erane (275 gdmnica y casi mediante alusiones se eferan Ja simulacién en el contrato, el cédigo must Eonee ot tseiplina coherente y completa de Iz materia, aunque ence- rrada en pocas y sucintas normas (arts. 1414-1417), aparte de Toe avifcalon gobre los contratos singularen (ejemplo, art 164), ‘con, respecto también a la interpbsicién ficticla persona (vease infra, n. 8, letra e) (Oéaxp ABICION TD). Bae itrato Paele oe : existe un con simulacién en el cont se dar ésta: Be an a ee ee uate oe Wintencién de las partes no es en a une: y se llama contrato simuledo (asf tn ley: capa fnclso pritnero) ('!). Bajo éste puede haber (aunque cesariamente) otro contrato, que existe— ee ; ontrato ditmalade (se que uno de it dos "4); 0 bien existe ia ca on ime fnterpiu ‘la que se Sutera gr oee acregio a un acuerdo entre Jas partes be prepard'o atompafia: la “Simiuulacién™ alude al junto; pero se descompone © aspetcos; y de “ 5 7m varias -yeces, (arts, 1435 y 1418) ("*) ta ley, cone eno y. (en ios easos correspondientes), al pro- tio th fcontrato disimulado, | LA OIMULACION EN RL coNTRATO 3 ra!", para ooultar finolidades diversas de las que en él se manifiestan, Este procedimlento puede estar inapirado (y la mayotia de las veces Jo esta) en finalidades contrarias a Ja ley (véage retro, Cap. TX, n. 2), pero no necesariamente. De todos modos, oposicién del contrato a in ley y simulactén del contrato s6lo ocasionalmente estén ligadas entre sf, man- tenléndose como fenémenos conceptualmente distintos e in- dependientes, El hecho de que el fin de la simulacién no se opone necesariamente a la ley y de que el contrato simulado no es —por s{ mismo— negocio ilfcito, basta para explicar cS- mo a simulacién del contrato puede ser lotta (véase ap. 11), Debe reconocerse, sin embargo, que la mayoria de las ve~ ces, mediante Ja simulaciin se en fines Hfettos: més particularmente, fines contra Legem( a) Puede ocurrir,. ante todo, que las partes realicen un contrato.que sea simulado en su naturaleza (contrato a t{- tulo gratuito distrazado bajo forma de un contrato oneros0; locaclén en lugar de venta: art. 1926, inciso tercero) 0 en alguno de sus elementos (fecha: mas precisamente, posdata- clon; precio en el contrato de venta; alguller en el contrato de locaclén, etc.). Aqui, ademés de en materia de sirmulaclén, estamos también en materia de contrato contra legen Gilegal) (Cap. TX, n. 2) (véase ap, mt). ) Puede courrir que las partes realicen un contrato di- simulado iMfelto (arg. art. 1417)("*), porque se opone a la ley susiancial: casos coniemplados en los arts. 79 y 780 (prohibielén de donar a elertas personas); yen los arts: 1261 (prohibiclén de hacerse cestonario de derechos litiglo- 08) (“*), 2283 (prohibicién del patto de quota Htis) (**) 1471 (prohibleién de comprar determinados blenes) (‘*), 45 (protbitén de Son pats euatorio) (+) (odanee ane Wwe). ¢) Puede ocurrir que el contrato exista aparentemente entre laa partes, cuando en realidad una de ellas es tal sélo ‘en apariencia, y Ia parte verdadera es otra; aqui, el fin de In simulaci6n es Infringir las normas que prohiben disponer () Otra cosa es que Ja simulseién pueda conflgurarse como acto flo, en el sentido de que, mediante elle, Ix partes perjudiean al teroere. Pero esto no constituye opoatelén a la te < no eatd comprendido en ia disc en Toa efecton do ‘stmulieiin. mes 9. it 2h 4 DOCTRINA GENERAL DEL CONTRATO por acto entre vives a favor de determinadas personas (ca- ‘$05 previstos en los arts. 779, 780, 71) (*#*#), ‘También ésta es una figura de actuacién contraria a la ley sustancial, d) Puede ocurrir que las partes, proponiéndose realizar un llamado froude ¢ la ley tributaria (en cuanto al mismo, ‘yéase retro, Cap. IX, n. 11), atribuyan al contrato un nomen juris distinto del efectivo o una fecha diversa de la verda- dera (posdatacién), o denuncien en.el contrato un monto inferior al real (art. 105 del T. U, del 30 de diclembre de 1023, n. 3269 y Supra, letra a). 2) En fin, finalidad conereta del contrato simulado pue- de ser el froude a los acreedores de uno de los contratantes (arg, art. 1416, pérrafo segundo, inciso primero); aqui se finge enajenar, cuando en realidad no se-enajena en absolt- to; es un caso de simulacién absoluta que da lugar 8 una aplicacién particular de la accién de (y dela que hablaremos més adelante (sub, n. 8), también con respecto ala relacién entre ésta y la accién revocatoria) (*) (véase 40, YI). ‘La ley de quiebra (véase art. 282 del D. L., del 16 de mar- zo de 1942, n. 287) y los practices, a propésito de este caso y del de fraude a la ley tributaria, emplean a menudo el tér- mino "simulacién fraudulenta”(*). (@) Constituye wna ensefiansa ya firme que, admisible 1 aimulacién en general, ¥ 1a i nil perfona en particular, en 1a lamada venta Tne venta yerdadera), Véase Casncléa, 29 de abril MET, 1943, n. 1000, col. 250; 28 de mayo de 103, {bid., 1948, A i 3 € i iW tl il eer E i m i } | & t g Bom igerey comportaitento que eae bajo i sandi6n de aquella norma ‘Beta que lo pronibe: mientras que In simuletén no log ss ser ol negocio a apleni 0 (ent be pando agro ute indo ae afar er uh negocl fee, en natocie ( egocta (9 el contrato) aimalado ex edie aparents, LA SIMULACIGN EN EL CONTRATO 5 f) Independientemente de las finalidades singulares co- mo las indi arriba, las partes emplean mds general- ‘mente el contrato simulado a fin de ocultar o disfrazar una situacién u operacién dada, es decir, el contenido de un con- trato y su alcance efectivo, y hacer creer en la realidad del contrato sintulado; esto para “llevar por un falso camino" (desviar) al tercero: y tercero puede ser, como veremos, un acreedor, un causa habiente u otro extrafio al contrato ssimulado; comg puede ser también —en sentido ms amplio— el fisco y, en general, ol ordenamiento juridico. En estos tilt casos no se puede —en rigor— hablar de contrato aunque exista ofensa a los principios de In confianza (en cuanto a éstos con- ceptos, Cap. IX, n. 1, al final, ¢ infra, ns. 6 y sigtes.). Ea concebible en general la simulacién de toda especie de contrato: traslativo de propiedad, constitutivo de un dere- cho real de cualquier tipo, obligatorio, gratuito, oneroso, etc. nacién o disposicién) 0 constitutivos de derechos (en gene- ral, reales: propledad; derechos sobre una cosa ajena; pero también personales) (sobre éstos, Cap. VIII, n. 8). Puede existir también, muy a menudo, (pero no necesariamente), ‘Todo esto es indudablemente exacto: pero para explicit aque tn ey (réase'o eh testo) In mnayeria Ge fon autores adlan de simulaclén, que puede ser también fraudulenta (es decir, que puede resllzar tambien un fraude), ex necesario pensar que, al Kcar esa terminologia, se tlene presente el aapecto subjetivo del Tendmeno, 0 tea la ixtenclds, que, por lo comin, loa es fe proponen: engaftar acerca’ de tu comportamiento, Aqui, Indu- Sablemente, existe un punto de contacto entre IntenciOn fraudu. fenta (acuerdo fraudatorio) e intenelén de simular (acuerdo al Imulatrio: en canto 8 a, vase infra, 2), por cuanto, en un in ley, Yen el otto, Wevar por un falso b%h 6 DOCTRINA GENERAL DEL CONTRATO ‘un resultado indirecto consistente en dar vida a otro contra- to distinto (o a algunos elementos del mismo); especialmen- te sustituir a uno de los contratantes que es sélo ficticio (persona interpuesta), un contratante efectivo (véase in- fra, n, 3), 2, ESENCIA Dz La SIMULACION (EN NOTA: NATURALEZA JU- aIDICA DE LA simutaciow). Et. ACUERDO SIMULATORIO, LA LiA- MADA "CAUSA SIMULANDI", — a)Segin! la opinién considera- blemente preponderante(®), la simulacién es un caso de divergencia consciente entre voluntad y declaraci6n, Pero es necesario desiindar bien en qué séntido se produce esta divergencia-en el caso de la simulacitin comparada con los fenémenos; similares de la divergencia (pero inconaciente © ininténciaial) entre voluntad y deelaracién por causa de violencia (ffsica) o de error (obstativo) (véase retro, Cap. II, n. 8, texto y nota 17). En estos dos diltimos casos la divergencia se verifica en el 4mbito de la declaracién de voluntad de una parte sin- gular; la deplaracién de voluntad esta (o puede estar) exen- ta de divefgencia, En el caso de Ja simulacién, que es un fenémeno voncebible por regia general en los negocios ju- ridicos bilaterales —especialmente contratos(*)—, la diver- at Bs () Pur tide) Fetieana, ob, lt, cit, n, 3, () En foe ‘se suele hablar mds en general de negocio simulads, en Sugar de contrato simulado. Pero es necesario ad- vertir que fas hipétesis de simulacién en el negocio se compren- den casi todas en Ia materia del contrato, Un caso de simulacién que sale del campo contractual es Ia simuilacién del reeibo del precio o del pepo de una detda (precio de la cosa y otros andlogos, Excede también el campo contractual, lta declaracién unilateral ficticla (reconvcimiento) de la deuda (¢ ésta, véase Casacién, ‘8 de abril de 1943, en A{FI, n. 830, col. 210) (véase av. vm). Principalmente al reconocimiento de th deuda se reflere el pa- “agrafo tercero del art. 1414, que declara aplicables el primero y segundo pardgrafo a ios riegocios unilateraies destinados a una persona determinada (los llamados recepticios), simulados por un Acuerdo entre ef declarante y el destinatario. Aguf el acuerdo rea- liza un acto bilateral, mientras que la declaracién ficticla es unt- lateral. La aplicabllidad del pardgrafo segundp del art. 1414 Induce a. concluir que también Ia simulacién realidada mediante ta declara- cién unllateral flcticia puede ser absoluta (constituye el caso més LA SIMULACION EN EL CONTRATO. 7 gencla.asume, en cambio, contornos muy distintos porque en ella participan ambos contratantes, 2) Al respecto debe ante todo dejarse sentado que la si- mulacién del contrato no puede realizarse sin la previa dis- posicién de un medio téenico—que preexiste o coexiste con el contrato simulado—: el lamado acuerdo (esta terminolo- gia se encuentra claramente en {el art, 1414, inciso terce- ¥0)(*#) stmulatorio("). A: falta de éste tendriamos, no simulacién del contrato, sino dos declaraciones de voluntad, cada una acompafiada por tuna reserva mental, con la con: Secuencia (que ya conocemos) de que ambas declaraciones valdrian tinicamente por lo que expresan, ya que la ley, para nada toma en cuenta la reserva mental (véase retro, Cap. II, n. 8, texto y nota 17) si no es cognoseible por la contraparte: Y, aunque fuera cognoscible, la reserva mental no produci- tfa el mismo efecto que es propio de 1a simulacton, porque podria dar vida con efecto sélo entre las partes— al con- ‘trato simulado, pero no también al contrato disimulado o a la interposiclén ficticia de persona. En estos casos, en el contrato con doble reserva mental faitarfa la simulacién en algunas de sus configuraciones caracteristicas(7-»!), Inde) que oe ocala ajo declan Hele tend seo que se la fioticla tendré el alcance.que establezca el acuerdo simulatorio, : En cuanto ala simulncién en el testamento, véase Manuale, 111, § 187, n. bis, (*) Berni (0b. cit., pg. 255) conclbe el acuerdo simulatorto tam- bién-como un medio de Interpretacién auténtica del negocio (en uestro cago: del contrato); en cuanto a ésta, véase Cap. XI, n. 2 Pero segiin la concepcidn lepistativa de 1a simulacién, el acuerdo simulatorio sirve para quitar Valor jurfdico al contrato'o para pre- parar un segundo contrato (el disimulado) con un contenido y una causa diversa, 0 para modificar un elemento objetivo del’ con {o simulado © para dleponer la sustitucién de un elemento audje- ‘tivo del contrato. Véase, por otra parte, infra, nota 8 (C-tin)-Dado que Impifeltamente pon como hipétesis un caso en el que faltarfa el acuerdo simulaterio, no puede aprobarne el punto de vista expresado por Ia Casaclén (sentencla del 31 de jullo de 1945, ‘n. 649,; en Giurispr. completa, 1948, 11, pég. 202), segdn el cual no pueden considerarse inconclilables ta incapacidad de enten- der 0 de querer y Ia slmulaclén, en relacién a un contrato en el que Ja simulacion sea referida al contratante capaz que tenga in- terés en hacer aparecer un contrato, més blen que otto, para in. fringlr la ley fiscal y para evitar Ia presencia de testigos que pu. dieran darse cuenta del estado de incapacidad del otro contratante, OKh 8 DOCTRINA GENERAL DEL CONTRATO Una mencién textual explicita del acuerdo simulatorio por parte de la ley, se encuentra en el segundo pardgrafo del art, 1414, donde se habla de voluntad (de las partes) de “concluir un contrato distinto del eparente” (aqui, la men- cién se refiere al acuerdo simulatorio que prepara Ja simu- lacién relativa de un contrato, pero puede referitse tam- bién a la hip6tesis de interposicién ficticia de persona, que es ~como veremos— una simulacién relativa parcial). Pero tra aluston (Implicita) al eee Reesor eek sana en el primer pardgrafo del art. 1414, en el que se supone simulado el contrato: para que el contrato sea simulado, es necesario que resulte de un hecho subjetivo, o sea, de la yoluntad de los contratantes: y esta voluntad se realiza, precisamente, en el acuerdo simulatorio; sin éste, el contrato no podria ser simulado (véanse aps. DCX). Bl acuerdo simulatorio, por tanto, tiene un contenido més © menos complejo, segdn dé lugar a simulacién absoluta a simulacién relativa (o bien a interposicién ficticia de persona). El susodicho acuerdo, que puede redactarse por escrito y hasta por acto piblico (véase art. 1319, Céd. civ. de 1885) ero que, por regia general, es verbal, sitve para preparar y hacer posible la simulactén; consiste en establecer cudl n las declaraciones de voluntad formar el contrato simulado ¥, por consiguiente, oudl es el alcance furidico efective que deben tener el simulténeo contrato, considerado en su uni- dad, y las ulteriores declaraciones (llamadas contradecla- raclones) que fueren eventualmente emtidas, Bete alcance cualquiera que pueda ser en concreto— es, en todo caso, divergente del que serfa el aleance juridieo objetive de las declaraciones de voluntad y del contrato, si no existlera et ecuerdo simulatorio; precisamente por esto, el contrato si- mulado se lama, también (art. 1414) (“), aparente, En sustancla, mediante el acuerdo simulatorio los contra- tantes declaran querer algo distinto de'lo que seria si uno se atuviera tiniéamente al valor literal y objetivo de tas de- claraciones de voluntad contenidas en él contrato simulado, Sin embargo, el acuerdo simulatorio no forma parte del contrato simulado o del contrato disimulado. ‘No puede reemplazar el acuerdo aunque pue- a proporcionar un apreciable indicio probatorio, la afir- LA SIMULACIGN EN RL CONTRATO 9 macién de una sola parte contractual segin la cual un con- trato dado serfa| simulado, Tnocuo a Jos fines de la simulacién es, en cambio, el he- cho de que las partes, por error, atribuyan al contrato una calificaci6n no correspondiente a su efectiva voluntad. Aqu{ falta ~evidentemente— un acuerdo simulatorio; y el caso se resolver con el conocido principio falsa demonstratio non nocet (véanse, Cap. II, n. 16 y Cap. XI, n. 6). Participes de} acuerdo simulatorio deben ser fos micmos que participan dn la simulacién; no puede existir simulacién ai el acuerdo simulatorio tiene lugar entre sujetos diferen- tes de los qui el contrato que deberia ser simula- , porque los kfectos de la simulacién no afectarfan a los sujetos que, mediante el acuerdo simulatorio, la han dis- puesto. El acuerdo simulatorio debe, ademés, verificarse entre su- jetos determinados; un acuerdo simulatorio en el que uno de Jos sujetos fuese una persona indeterminada, seria incon- cebible porque no se sabria a quién referir una parte de Jos efectos de la simulacién. ¢) La simulacién —en lugar de divergencia unilateral en- tre voluntad y declaracién, en la que el sufeto singular no quiere el contenido de su propia declaracién (como ocurre en Jos dos fenémenos, ya sefialados, de 1a violencia fisica y del error obstéculo)— produce, més bien, el resultado de que Jas partes no quieran —en todo caso— el contenido global del contrato aparente, en tanto que quieren (en los casas en. que existe) el contrato disimulado y el contenido de éste. De allf deriva, también, pero sdto indirectamente, que cada una de las partes del contrato simulado declara lo que no quiere, de modp que en este sentido se determina —en el in- terlor de cada Yeclaracién singular de voluntad— wna diver- gencia ( ite) entre 1a declaracién y la voluntad, es decir, entre yoluntad declarada y voluntad efectiva de ca- da una de las Si, por 10, Ticio y Cayo declaran que el primero vende al segundo, el cual acepta, mientras que en realidad se entlende entre ellos que la venta no se realiza, resulta ‘que ambas partes, ante todo, no quieren el contrato (que declaran querer) y s6lo indirectamente que también cada uno de los do sujetos tampoco quiere lo que el tenor de la respectiva declaracion (la de Ticlo de vender a Cayo y la de

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