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Andrés Felipe Monsalvo Godoy

Tilson Duarte Carreño

Desarrollo Humano y Nuevas Ciudadanías

27 de septiembre del 2021

Ciudadanía

El concepto de ciudadanía actual está articulado con dos palabras derechos y deberes lo cual

nos lleva a saber estamos hablando de un término jurídico. Estos derechos y deberes pertenecen a

un estado que es elegido por los miembros de la comunidad, con base a las facultades que

conforman los derechos civiles y políticos, y que la calidad del ciudadano, esté ligada a la

posibilidad a la participación de la producción de bienes y servicios, para asegurar un mejor

calidad de vida. En la actualidad el concepto de ciudadanía trasciende la localidad y se

transforma en ciudadanía universal que integran sociedades multiculturales y pluriculturales, en

las que priman identidades sociales múltiples.

Construcción de ciudadanía

Para correcta construcción de una ciudadanía, se requiere un espacio amplio en la igualdad de los

miembros de la comunidad, es decir, tratarnos de manera similar y visualizar los mismos

derechos para todos ya sea hombre o mujer o de cualquier raza, Horrach dijo en 2009

“Ciudadano es aquél que gracias al gozo de sus derechos y deberes, permite que la democracia

sea posible, esta es una construcción cultural” el hombre por naturaleza no desarrolla esa

construcción, para que la democracia se construya de forma efectiva, Horrach decía que debe

tenerse en cuenta la estructura jurídica constitucional que propone el marco normativo.


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¿Qué nos dice el eje?

Para fernando García, La idea de ciudadanía que se convirtió en pilar de la autocomprensión de

las sociedades democráticas modernas tiene su origen en el siglo XVIII y su nacimiento formal

se suele fechar el 26 de agosto de 1789, día en que se promulgan en Francia los derechos del

hombre y del ciudadano. Inspirada en el pensamiento de la Ilustración, esta declaración hace

explícita la idea de autodeterminación de un sujeto que demanda libertad frente al poder

arbitrario del gobernante, igualdad ante la ley y la posibilidad de participar en las decisiones que

atañen a los asuntos públicos. Por supuesto, este concepto tiene sus raíces más remotas en la idea

de autodeterminación y responsabilidad de un sujeto dentro de su comunidad, su ciudad o su

Estado, idea que florece realmente en la Grecia clásica y en la Roma republicana. Esos rasgos

son los que vinculan al polites y al civis de la Antigüedad con el ciudadano moderno, incluso

permiten percibir cierta equivalencia entre la sociedad civil contemporánea y las koinonia

politike y societas civilis de la Antigüedad, entendidas como comunidades de seres libres que se

gobiernan a sí mismos (Koselleck, 2006).

CONCLUSIÓN

Podemos asimilar que antes del siglo XX el concepto de ciudadanía era un tanto local y que la

participación del ciudadano dependía de los requisitos exigidos por el estado vigente, mientras

que en la ciudadanía actual, se ha dado más espacio a la participación y haciéndose menos

exigente cada vez, respetando el gozo de los derechos humanos y los deberes por igual.

Bibliografía

● Torres, A. (2002). Las lógicas de la acción colectiva: aportes para ampliar la comprensión

de la acción colectiva.
3

● Habermas, J. (1993) Facticidad y validez. Sobre el derecho y el estado democrático de

derecho en términos de teoría del discurso.

● Rubio Carracedo, J.(2007) Teoría crítica de la ciudadanía democrática.

● Sartori, G. (2001) La sociedad multiétnica. Pluralismo, multiculturalismo y extranjeros.

Madrid:

● Taurus. Kymlicka, W. (1996) Ciudadanía multicultural. Barcelona: Paidós.

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