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Como norma general, las aguas superficiales son más susceptibles a la contaminación que
las aguas subterráneas y su contaminación suele ser un proceso evidente y de efectos
inmediatos. La contaminación de fuentes subterráneas es por el contrario, un proceso
inicialmente inadvertido pero de efectos mucho más persistentes, costosos y técnicamente
difíciles de remediar.
A su vez, detectar una parte por billón equivale a ser capaz de detectar el sabor dulce de un
gramo de azúcar, disuelto en el agua contenida dentro de una piscina olímpica [1]. O si lo
prefiere, correlacionando la variable concentración con la variable distancia, considere que
si la distancia Tierra—Luna es de 380.000 km y la altura promedio de uno de sus saltos es
de 38 cm, entonces, cada vez que Ud salta hacia arriba, se habrá ubicado
momentáneamente “¡una parte por billón más cerca de la luna!...”
La toxicidad de la mayoría de los contaminantes que han sido detectados en el agua,
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(pesticidas, metales pesados, compuestos organoclorados, compuestos orgánicos sintéticos,
etc.), exigen mediciones confiables en la escala de las partes por billón. Este es el reto que
deben asumir los laboratorios de análisis de aguas, en cualquier parte del mundo.
Es por esta razón que las operaciones de muestreo y análisis de aguas, deben estar siempre
“dirigidas” a un ”Propósito Específico”. El propósito generalmente lo define el cliente o
usuario de los resultados. El muestreo y el tipo específico de análisis que se ajustan a los
requerimientos de cada propósito, lo prescribe el laboratorio que realiza los análisis, o en
situaciones de conflicto, el laboratorio y la persona o institución que actúa en calidad de
perito o especialista.
Desde un punto de vista genérico, los diversos parámetros que se miden a una muestra de
agua, pueden clasificarse como “Análisis de Componentes Mayoritarios”, “Análisis de
Componentes Minoritarios” y “Análisis de Componentes Traza o Específicos”. Los
primeros están orientados a la identificación y cuantificación de los constituyentes mas
frecuentes en una muestra de agua, (generalmente en la escala de las partes por mil), tales
como el calcio, el magnesio, el sodio y los bicarbonatos, etc.
Desde una perspectiva diferente, los diversos análisis que se realizan sobre una muestra de
agua, también pueden visualizarse de acuerdo con el significado de las mediciones: Así por
ejemplo, si se quiere tener idea de la cantidad total de substancias inorgánicas disueltas, la
conductividad eléctrica de la muestra constituye una buena estimación. Si se desea saber,
ya no la cantidad, sino el tipo de substancias inorgánicas disueltas, se deberán realizar
análisis específicos para cada uno de estos componentes.
Si se quiere tener idea de la cantidad total de substancias orgánicas disueltas, una medición
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de DQO constituye una estimación rápida y aceptable. Si se desea ahora especificar del
total de materia orgánica, la proporción mas fácilmente biodegradable, una medición de
DBO5 suministra esta información.
También podemos visualizar los diversos análisis que se realizan sobre una muestra de
agua, bajo la perspectiva del fundamento de las mediciones. Así por ejemplo, algunas
determinaciones como cloruros, alcalinidad, calcio y magnesio, se miden regularmente por
métodos conocidos como “volumétricos”.
Otros parámetros tales como el color, la turbidez, los nitratos y muchos compuestos
orgánicos, se miden regularmente mediante métodos analíticos conocidos genéricamente
como “fotométricos”. Estos métodos consisten en la medición de la absorción de luz de la
muestra, en una solución, (absorción de iones o moléculas) o en una llama, (absorción de
elementos en estado atómico). Mediante este último método se pueden medir
prácticamente todos los metales presentes en una muestra de agua.
Aun cuando estos métodos son frecuentes en química analítica, su aplicación en el caso
específico de los análisis de aguas, no es muy frecuente, debido principalmente, a la baja
escala de concentraciones que se maneja en estos casos. En realidad la sensibilidad de los
análisis gravimétricos esta directamente relacionada con la sensibilidad de la balanza
empleada.
La aplicación de los análisis gravimétricos en Calidad de Aguas se halla restringida a la
medición de los sólidos disueltos, suspendidos, volátiles y totales. En algunas ocasiones,
particularmente en aguas residuales o naturales altamente concentradas, puede ser posible y
mas adecuado medir por métodos gravimétricos, el fósforo total, (precipitándolo como
fosfomolibdato de amonio), los sulfatos, (precipitándolos como sulfato de bario), y la
dureza total, precipitando el calcio y el magnesio como carbonatos.
Para que un sistema reaccionante sea susceptible de ser utilizado como método
volumétrico, este debe cumplir con los siguientes requisitos mínimos: La reacción entre el
constituyente analizado y el agente titulante, debe ser sencilla, estequiométrica y
perfectamente definida.
La reacción de valoración debe ser rápida, con objeto de que la valoración pueda realizarse
en poco tiempo. Aunque la mayor parte de las reacciones iónicas son tan rápidas que
pueden considerarse instantáneas, muchas de las reacciones Redox son lentas; en estos
casos se utilizan catalizadores para adecuarlas a los propósitos volumétricos.
Se debe disponer de una solución patrón como reactivo valorante. Debe existir un
indicador que señale el punto final de la valoración.
Método Directo: Este método consiste en pesar exactamente una cantidad de un soluto de
composición constante y definida y en disolver y llevar la solución a un volumen conocido,
en un matraz volumétrico. La concentración se calcula a partir del peso y el volumen
medidos.
Para que pueda aplicarse este método, el soluto debe ser una sustancia que cumpla con las
características de un Patrón Primario. La sustancia utilizada como patrón primario debe
tener una pureza absoluta del 100,00% o, en su defecto, su concentración en componente
activo debe ser perfectamente conocida, (por ejemplo, 98,55%).
Cuando la sustancia patrón no es absolutamente pura, todas sus impurezas deben ser inertes
con respecto a las sustancias que intervienen en la reacción de valoración. Así, por
ejemplo, un carbonato sódico del 98,25% en Na2CO3 y con impurezas de NaCl es
perfectamente adecuado para la normalización de un ácido.
Las sustancias que acompañan como impurezas a un patrón primario, deben ser
susceptibles de identificar mediante ensayos sencillos de sensibilidad conocida. Además,
los patrones primarios deben ser estables a las temperaturas de secado en las estufas. Por
esta razón, rara vez se utilizan como patrones primarios sustancias hidratadas, pues es
difícil eliminar la humedad adsorbida sin que se genere una descomposición parcial del
hidrato, lo que conduciría a un material de composición desconocida.
Un patrón primario no debe ser higroscópico, ni reaccionar con el oxígeno o con cualquier
otro componente normal en el ambiente. El patrón primario debe reaccionar con la
solución que se normaliza, de acuerdo con las exigencias de los métodos volumétricos.
Estas exigencias se resumen diciendo que la reacción debe ser “cuantitativa”, lo cual quiere
decir que la reacción es sencilla, rápida, completa y estequiométrica.
Por último, las substancias utilizadas como patrón primario deben ser fáciles de adquirir,
baratas y poseer un alto peso molecular, con objeto de que los errores cometidos en su
pesada, sean siempre inferiores a los errores implícitos en el proceso volumétrico.
Método Indirecto: Ya que muchas de las substancias que se utilizan como reactivos
valorantes no cumplen con las características de un patrón primario, sus soluciones no
pueden prepararse por este método. Es por esto, que sus soluciones, una ves preparadas,
deben ser normalizadas frente a una solución patrón, con el objeto de obtener un valor más
confiable de su concentración. Tal es el caso de las soluciones de la mayor parte de ácidos y
bases.
En las valoraciones volumétricas, el agente titulante tiene capacidad para reaccionar con la
sustancia de interés y/o con el indicador o con cualquier otra sustancia equivalente a este.
Sin embargo, mientras exista en el sistema la sustancia a analizar, esta reaccionara con el
agente titulante, de forma preferente a las demás substancias presentes en el sistema.
Una ves que la sustancia de interés ha reaccionado totalmente con el agente titulante, la
siguiente gota de titulante adicionado, reaccionará con el indicador o con la sustancia
equivalente. El uso de estos indicadores se fundamenta en que la reacción entre el
indicador o su equivalente químico y el agente titulante, generan como producto una
sustancia de aspecto contrastante.
Por lo anterior el punto final de la valoración se obtiene cuando la siguiente gota de agente
titulante imparte al sistema reaccionante el aspecto del producto contrastante. “Cualquier
adición posterior de agente titulante, involucra error en la valoración”. Los cambios
contrastantes más frecuentes suelen estar asociados a cambios en la coloración de la mezcla
o a la generación de precipitados.
Son muchas las reacciones que cumplen con las condiciones fundamentales para poder ser
aplicadas en valoraciones volumétricas. Desde este punto de vista, las valoraciones pueden
clasificarse de acuerdo con el tipo de reacción implícito en la valoración:
3.2.3.1 VALORACIONES ÁCIDO-BASE
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Son reacciones que consisten básicamente en el desplazamiento, de un extremo a otro de la
escala de pH. Estas reacciones se conocen también como reacciones de neutralización y
tienen por objeto, la mayoría de los casos, determinar la concentración ácida o básica de
una solución. Constituyen ejemplos, las determinaciones de acidez y alcalinidad. Para
mayor información, el lector puede remitirse a la sección de Química de esta misma página
o al texto “Química para Estudiantes de Ciencias Ambientales”, del mismo autor.
Con frecuencia, el nombre del método fotométrico específico, alude a la región del espectro
electromagnético dentro de la cual se realiza la medición. Así por ejemplo, se habla de
espectroscopia de RMN, Infrarroja, VIS o UV, para referirse a la región de las ondas de
radio, al infrarrojo, al visible o al ultravioleta. Cada uno de estos métodos tiene un campo
de específico de aplicaciones.
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A su vez, “b” es el camino óptico o ancho de celda y “k”, la “absortividad” del medio, una
constante de proporcionalidad. El Término “- Ln T” se conoce como la “Absorbancia” y
así,
A = 2,303 kbc
En los inicios de esta técnica, las mediciones se efectuaban construyendo primero una curva
de calibración de Absorbancia “vs” Concentración para la especie en estudio y luego se
interpolaba en ella, las absorbancias de las muestras.
Pese a la complejidad aparente de los métodos fotométricos, también es posible medir con
gran precisión muchas substancias coloreadas por fotometría visual o Colorimetría. Esta
técnica consiste básicamente en la comparación visual del color de una muestra, con la de
una serie de patrones adecuadamente preparados.
3.4 Epílogo
Carta de un Jefe Indio Azteca a los Gobiernos de Europa
Aquí, pues, yo, Guaipuro Cuahutémoc, descendiente de los que poblaron la América hace
cuarenta mil años, he venido a encontrar a los que se la encontraron hace ya quinientos
años. Aquí, pues, nos encontramos todos: sabemos lo que somos y es bastante. Nunca
tendremos otra cosa.
El hermano aduanero europeo me pide papel escrito con visa para poder descubrir a los que
me descubrieron. El hermano usurero europeo me pide pago de una deuda contraída por
Judas, a quien nunca autoricé verdaderamente. El hermano usurero europeo me explica que
toda deuda se paga con intereses, aunque sea vendiendo seres humanos y países enteros, sin
pedirles consentimiento. Yo los voy descubriendo.
¿Saqueo? ¡No lo creyera yo! Porque eso sería pensar que los hermanos cristianos faltan a su
séptimo mandamiento. ¿Explotación? ¡Guárdeme el cielo de figurarme que los europeos,
igual que Caín, matan y después niegan la sangre del hermano! ¿Genocidio? ¡Eso sería dar
crédito a calumniadores como Bartolomé de las Casas, que calificaron el encuentro de
destrucción de las Indias, o a fanáticos como el doctor Arturo Pietri, quien afirma que el
arranque del capitalismo y de la actual civilización europea, se debió a la inundación de
metales preciosos arrancados por ustedes, mis hermanos europeos, a mis también hermanos
de América! ¡No!
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Esos 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata deben ser considerados como el
primero de varios préstamos amigables de América, para el desarrollo de Europa. Lo
contrario sería presuponer crímenes de guerra, lo que daría derecho, no solo a exigir
devolución inmediata, sino una indemnización por daños y perjuicios.
Yo, Guaipuro Cuahutémoc, prefiero creer en la menos ofensiva de las hipótesis para mis
hermanos europeos. Tan fabulosas exportaciones de capital no fueron más que el inicio del
plan Marshall-Tezuma, para garantizar la reconstrucción de la bárbara Europa, arruinada
por sus deplorables guerras contra los cultos musulmanes, defensores del álgebra, la
arquitectura, el baño cotidiano y otros logros superiores de la civilización.
Por eso, una vez pasado el Quinto Centenario del “Préstamo” podemos preguntarnos: ¿Han
hecho los hermanos europeos un uso racional, responsable o, por lo menos, productivo de
los recursos tan generosamente adelantados por el Fondo Indoamericano Internacional?
Deploramos decir que no. En lo estratégico, lo dilapidaron en las batallas de Lepanto,
Armadas Invencibles, Terceros Reichs y otras formas de exterminio mutuo, para acabar
ocupados por las tropas gringas de la OTAN, como Panamá (pero sin canal). En lo
financiero han sido incapaces después de una moratoria de 500 años, tanto de cancelar
capital e intereses, como de independizarse de las rentas líquidas, las materias primas y la
energía barata que les exporta el Tercer Mundo.
Sobre esta base, aplicando la europea fórmula del interés compuesto, informamos a los
descubridores que solo nos deben, como primer pago de su deuda, una masa de 185 mil
kilos de oro y 16 millones de kilos de plata, ambas elevadas a la potencia de trescientos. Es
decir, un número para cuya expresión total serían necesarias más de trescientas cifras y que
supera ampliamente el peso de la tierra. ¡Muy pesadas son estas moles de oro y de plata!
¿Cuánto pesarían calculada en sangre? Aducir que Europa en medio milenio no ha podido
generar riquezas suficientes para cancelar este módico interés sería tanto como admitir su
absoluto fracaso financiero y/o la demencial irracionalidad de los supuestos del capitalismo.
Tales cuestiones metafísicas, desde luego, no nos inquietan a los indoamericanos. Pero sí
exigimos la inmediata firma de una carta de intenciones que discipline a los pueblos
deudores del viejo continente y los obligue a cumplir su compromiso mediante una pronta
privatización o reconversión de Europa, que les permita entregárnosla entera como primer
pago de una deuda histórica. Dicen los pesimistas del Viejo Mundo que su civilización está
en una bancarrota que les impide cumplir con sus compromisos financieros o morales. En
tal caso, nos contentaríamos con que nos pagaran con la bala con que mataron al poeta.
Pero no podrán, porque esa bala es el corazón de Europa.
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Así es que siguen saqueando al que menos tiene.
Así es que seguimos mirándolos con afecto y entregando humildes nuestra alma
Así quedarán nuestras empresas, ... igual que los indios de entonces...
Ni hablar de aquellos que favorecieron estas entregas, deberían ser juzgados por traidores a
la patria y por incentivar la miseria....