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PONGALE NOMBRE.

José Gregorio Palencia Colmenares.


Escritor, poeta, conferencista
y articulista de medios.

“Preveo la desaparición del canibalismo. El hombre está asqueado del hombre.”


Stanislaw jerzy lec

Lejos están los días del joven pueblerino, pobre y escapado de las llanuras de Portuguesa
se había instalado en un cerro de Caracas, como única posibilidad de habitación para el
reposo y el estudio en los fines de semana alejados de la escuela en los periodos de
pernocta; mientras me abría paso en la carrera militar naval en La Guaira. Recuerdo con
mucha claridad, entender muy poco del lenguaje usado por los lugareños cuando
hablaban entre ellos, mientras ocupaban a sus anchas todos los espacios abiertos y
recovecos mientras subía unos trescientos escalones de una sinuosa escalera que me
llevaban al sector los Alpes del Cementerio.
”Epalè Comandante”, se dejaba escuchar la voz de algunos de ellos a mi paso, lo que
denotaba un grado de aceptación en su vecindad, mientras la plenitud de la escalera se
atiborraba de un espeso manto de humo que exhalaban de sus pulmones, con un
agradable olor a pasto verde chamuscado muy característico, que me recordaban las
quemas veraneras en la sabana.
Esas nuevas experiencias respecto al lenguaje se hacían mas notorias cuando por alguna
circunstancia afloraba algún tipo de diferencia entre ellos. “Bautícelo papá”, “Póngale
nombre becerro”, mientras enarbolaban tremendas “pistolotas”, que yo no había visto ni
en el parque de armas de la institución militar.
De allí en adelante todo era un desastre que por lo general terminaba con un cuerpo
tirado sobre los escalones y un hilillo de sangre haciendo lo propio con la gravedad por la
orilla de la escalera.
Hoy traigo a mi memoria esa desafortunada experiencia, solo para rescatar la necesidad
de llamar las cosas por su nombre y eso era exactamente lo que aquellos ciudadanos
reclamaban a sus contrarios, la definición exacta de la situación, y con ello la magnitud,
implicaciones y consecuencias.
Esta semana que transcurre, tuve la oportunidad de sorprenderme con un evento
inesperado. No con las circunstancias tan dramáticas del anterior, si no al contrario la
expresión de una labor humanista y académica de gran factura, valentía y de mucho
respeto. Que constituye en un extraordinario aporte al lenguaje universal, ya que significa
una definición concreta del tema. Se trata de un trabajo excepcional realizado por una
filosofa española, que igual al noble hidalgo contado por el oriundo de Alcalá de Henares,
vive una vida de empeños inimaginables, por cuanto su magisterio a estado vinculado a
temas bastantes polémicos como la discriminación de la mujer, la guerra, la ecología, la
genética entre otros. Se trata de la Profesora Adela Cortina Orts, una valenciana que es
filósofa, catedrática Emérita de Ética y Filosofía Política de la Universidad de Valencia y
directora de la Fundación Étnor y que tiene en su haber ser ganadora del Premio
Internacional de Ensayo Jovellanos entre muchos otros.
En esta oportunidad se trata de un trabajo que se inició en la década del 90 del siglo
pasado, sin embargo, no es hasta septiembre del 2.017 cuando es aceptado e incluido en
el Diccionario de la lengua española de la Real Academia Española.
Se trata de la palabra APOROFOBIA. Este vocablo simple, sencillo tiene en su contenido la
virtud de desnudarnos como seres humanos, de presentarnos a nosotros mismos y vernos
cara a cara como una sociedad hipócrita, deshonesta, de florido lenguaje, pero de
accionar realmente impúdico.
No se deben levantar estandartes de libertad o democracia, que necesariamente están
ligadas a un concepto de inclusión, si somos capaces de estar repletos sentimientos de
desprecio, soberbia, indiferencia o repulsa por otro ser humano.
Nos quieren hacer creer que es la xenofobia lo que los obliga a construir muro o barreras,
mientras sus medios promueven y pregonan el turismo extranjero.
No se discrimina ni margina a personas inmigrantes, si estas tienen patrimonio, recursos
económicos o relevancia social y mediática. ¿Entonces a que les temen? A los extranjeros
o a los desamparados, a los que no tiene medios para el intercambio. Tal sentimiento y
actitud son adquiridos y por tanto sensibles a ser remodelados.
Como nos increpa el título de esta entrega, ya le pusimos nombre y con este la definición
exacta de la situación, la magnitud, implicaciones y consecuencias. Debemos educarnos en
la misma, incitando a la reflexión intelectual y moral que nos obligue a un cambio, de lo
contrario seguirá corriendo el hilillo de sangre en la escalera de la conciencia de nuestra
sociedad.
Recuerden que ser felices es gratis.
Paz y bien.

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