Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
El escroto agudo es el cuadro clínico definido por dolor testicular de pocas horas de
evolución, asociado habitualmente a signos inflamatorios locales, como: tumefacción,
eritema y/o aumento de la temperatura escrotal.
El escroto agudo se considera un cuadro clínico urgente, ya que requiere un diagnóstico
precoz que confirme o descarte la existencia de torsión testicular: una de las causas más
frecuentes de escroto agudo, y que puede evolucionar a daño testicular irreversible y
atrofia, si no se trata precozmente.
Dolor: la torsión testicular se manifiesta de forma típica con: dolor intenso, de inicio
brusco, de pocas horas de evolución. Además, el paciente presenta mal estado
general, y puede asociar otros síntomas, como náuseas o vómitos.
En el caso de la torsión de hidátides testiculares o de la epididimitis, el dolor sigue
un curso más gradual, no es tan intenso, y no suele acompañarse de cortejo
vegetativo. En el caso de la torsión de apéndice testicular, el dolor se localiza de
forma típica en el polo superior del testículo. Tanto en la torsión testicular como en
la epididimitis, puede existir dolor irradiado a la región inguinal.
Exploración física
La exploración física se basa en la inspección y palpación testicular y escrotal, bilateral. Se
debe prestar atención en la posición del testículo, la intensidad y localización del dolor y de
los signos inflamatorios, y la valoración del reflejo cremastérico. Pueden observarse otros
hallazgos como: hidrocele reactiva, frecuente en la torsión testicular, en la epididimitis
evolucionada o en los traumatismos testiculares.
En la torsión testicular, son muy evidentes el eritema y la tumefacción escrotal, junto al
aumento de la consistencia del testículo, que es muy doloroso a la palpación.
Comunicante.
No Comunicante.
En este, no existe conexión con el peritoneo y no hay, por lo tanto, cambios de tamaño y
consistencia.
Tienden a desaparecer entre el primer y segundo año de vida, por lo que se prefiere una
actitud expectante durante este período. Deben tratarse a partir del segundo año si persisten,
ya que, después, raramente se resuelven espontáneamente. La intervención es similar a la
de la hernia, con sección del conducto peritoneo vaginal permeable y cierre a nivel del
orificio inguinal interno, dejando abierto el cabo distal, previo vaciamiento del líquido.
En general, el diámetro y el grosor del borde del defecto de la fascia están en relación con
la posibilidad del cierre espontáneo. Cuando el diámetro es mayor de 1,5 a 2 cm, es poco
probable que se cierren por sí solas, y cuanto más grueso y romo es el borde de la fascia,
más probable es que se cierre.
EDAD DE FRECUENCIA
Los pólipos incrementan su frecuencia con relación a la edad, principalmente por encima de
los 50 años
Los hombres mayores de 65 años pueden albergar adenomas hasta en un 50% de los casos
y las mujeres hasta en un 35%, mientras que, en las mujeres y varones jóvenes, la
posibilidad es del 20 y el 15% respectivamente
ENFERMEDAD DE HIRSCHSPRUNG
La enfermedad de Hirschsprung (EH) o megacolon agangliónico es una entidad de causa
desconocida, que se caracteriza por la ausencia de células ganglionares y fibras nerviosas
de la parte distal del colon, generalmente desde los 3 a los 40 cm. En el 10% de los casos,
se afecta un segmento de colon más largo, y excepcionalmente la totalidad del órgano.
Se presenta en aproximadamente 1 de cada 5.000 nacidos vivos, aunque sólo el 7% son
prematuros, y puede ser esporádico o heredofamiliar (2,5-8% de los casos en las formas
cortas, 20% en las largas)
En el segmento afectado por la enfermedad no hay peristaltismo propulsivo ni relajación
muscular, lo que hace que se comporte como una obstrucción funcional. El intestino grueso
previo al segmento afecto se contrae con mayor frecuencia y energía para empujar su
contenido en dirección distal, por lo que las capas musculares aumentan de espesor. Dado
que la eficacia de este mecanismo compensador es sólo parcial y la zona paralizada lo hace
en contractura por hiperactividad colinérgica (ley de Cannon), una gran parte del contenido
permanece en su luz y el colon se distiende de forma progresiva, llegando a adquirir en
algunos casos proporciones enormes
Los recién nacidos pueden presentar un síndrome obstructivo con riesgo de colitis, sepsis y
perforación por lo que el diagnóstico tiene que ser precoz para realizar el tratamiento. En
algunos pacientes el cuadro sólo muestra un estreñimiento de aparición neonatal con
eliminación tardía del meconio y su diagnóstico y tratamiento son más tardíos.
CLASIFICACIÓN
La EH más frecuente es la de segmento corto donde el aganglionismo no se
extiende más allá del sigmoides (80% de los casos).
TRATAMIENTO
Una vez confirmado el diagnóstico, el tratamiento siempre es quirúrgico. El objetivo final
es resecar el segmento afecto, llevando el intestino con células ganglionares hasta el ano
preservando la continencia. Por ello es muy importante preparar el colon para la cirugía,
vaciándolo de heces mediante irrigaciones de suero salino y maniobras de dilatación anal.
De ésta manera evitaremos la aparición de posibles episodios de enterocolitis y dejaremos
un colon de calibre normal, previo a la cirugía
MEGACOLON
El megacolon es una dilatación masiva del intestino grueso, acompañada de dificultad para
eliminar heces y gases, causado por lesiones en las terminaciones nerviosas del intestino
que hace con que se pierdan las contracciones y los movimientos intestinales, esto puede
generar signos y síntomas como estreñimiento que empeora a lo largo del tiempo, vómitos,
hinchazón y dolor abdominal.
Puede ser consecuencia de una enfermedad congénita del bebé, conocida como enfermedad
de Hirschsprung o puede ser adquirida a lo largo de la vida, debido a la enfermedad del Mal
de Chagas, por ejemplo. Otra forma de megacolon ocurre por una inflamación intestinal
aguda y grave llamada megacolon tóxico, que suele ser desarrollada por personas con
enfermedad inflamatoria intestinal, causando una intensa dilatación del intestino, fiebre,
ritmo cardíaco acelerado y riesgo de muerte.
A pesar de no tener cura, el megacolon puede ser tratado de acuerdo a su causa, y consiste
en aliviar los síntomas con el uso de laxantes y lavados intestinales o con la realización de
una cirugía para extirpar la porción afectada del intestino.
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Debido al compromiso de la capacidad de movimiento intestinal, los signos y síntomas del
megacolon incluyen:
Constipación intestinal o estreñimiento, que empeora a lo largo del tiempo, y puede
llegar hasta la total parada de eliminación de heces y gases
Necesidad de uso de laxantes o lavado intestinal para evacuar
Hinchazón y malestar abdominal
Náuseas y vómitos, que pueden ser graves e incluso eliminar el contenido de las
heces.
DIAGNOSTICO
para diagnosticar el megacolon adquirido es necesario una evaluación del gastroenterólogo
o coloproctólogo, que analizará los antecedentes médicos y realizará un examen físico,
además de solicitar exámenes un rayo X abdominal. enema opaco y en casos de que existan
dudas sobre la causa de la enfermedad, es posible que el médico pida una biopsia intestinal,
permitiendo la confirmación.
TRATAMIENTO
el tratamiento se realiza para permitir la eliminación de las heces y gases por el intestino,
inicialmente puede realizarse con la ayuda de lactantes como Lactulosa, por ejemplo y
lavados intestinales, sin embargo, cuando los síntomas son intensos y hay poca mejoría, el
coloproctólogo programa una cirugía para retirar la parte afectada del intestin
Bibliografía:
E.M. Diego García; A.R. Tardáguila Calvo. (2014)“Cirugía programada.
Calendario Quirúrgico”. Pediatr Integral 2014; XVIII(10): 760-766. Disponible
en: https://www.pediatriaintegral.es/publicacion-2014-12/cirugia-programada-
calendario-quirurgico/
A.L. Luis Huertas, S. Barrena Delfa (2019) “Escroto agudo”. Pediatr Integral 2019; XXIII
(6): 283 – 291. Disponible en: https://www.pediatriaintegral.es/publicacion-2019-
09/escroto-a
Bixquert M. Estreñimiento. Enfermedad de Hirschsprung. En: Berenguer J, eds.
Gastroenterología y Hepatología, 3ª ed. Elsevier, Madrid, 2002:268-79.