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DEBERES FORMALES: existe una íntima vinculación entre las facultades del
Fisco
que tienden al contralor y percepción de la renta pública, con los deberes formales
puestos en cabeza de los contribuyentes, responsables y aun de terceros.
En este sentido, la jurisprudencia ha dicho que "la colaboración en esta etapa de
fiscalización que efectúa el propio contribuyente es un deber que recae sobre el
mismo y no una facultad que puede o no ejercer".
Estos deberes formales fueron definidos como aquellos que impone la ley a
efectos de que el Fisco acceda al conocimiento y ejecutoriedad de los tributos.
Debe insistirse en la necesaria vinculación del deber formal con hechos imponibles
—pues solo estos sustentan interés fiscal—, y su contenido debe ser razonable y
materialmente posible en el tiempo requerido a fin de darle cumplimiento.
¿Qué es la AFIP?
La Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) es el organismo que tiene
a su cargo la ejecución de la política tributaria, aduanera y de recaudación de los
recursos de la seguridad social de la Nación.
La gestión de la AFIP se basa en la integridad, la transparencia y el
comportamiento ético de sus miembros, el profesionalismo y el trabajo en equipo
como base del desarrollo de los valiosos recursos humanos que componen
nuestra institución, y la vocación para brindar cada día un mejor servicio.
Misión y valores
Nuestra misión:
Administrar el sistema tributario, aduanero y de los recursos de la seguridad social
de forma efectiva, simple y equitativa; promoviendo la cultura del cumplimiento
voluntario, la formalización de la economía y la inclusión social.
Nuestra visión:
Promover el desarrollo de una sociedad comprometida con sus obligaciones
fiscales.
La AFIP es titular de los recursos enumerados por el dec. 1399/2001, los que no
pueden ser afectados por ningún Poder del Estado, los fondos correspondientes a
un año fiscal y no utilizados pasan a incrementar los recursos del año siguiente.
Auxilio de la fuerza pública: el inc. d) permite a la AFIP "requerir por medio del
administrador federal y demás funcionarios especialmente autorizados para estos
fines por la Administración Federal de Ingresos Públicos, el auxilio inmediato de la
fuerza pública cuando tropezasen con inconvenientes en el desempeño de sus
funciones, cuando dicho auxilio fuera menester para hacer comparecer a los
responsables y terceros o cuando fuere necesario para la ejecución de las
órdenes de allanamiento".
"Dicho auxilio deberá acordarse sin demora, bajo la exclusiva responsabilidad del
funcionario que lo haya requerido, y, en su defecto, el funcionario o empleado
policial responsable de la negativa u omisión incurrirá en la pena establecida por el
Código Penal".
Son tres los casos en que la AFIP puede recurrir al auxilio de la fuerza
pública:
a) si tropieza con algún inconveniente en el cumplimiento de sus funciones,
siempre que estén ejercidas legítimamente;
b) para hacer comparecer a sujetos pasivos y terceros, y
c) cuando fuese necesario para hacer cumplir órdenes de allanamiento (art. 35,
inc. e]). El efectivo policial tiene que cumplir sin demora la orden que le da el
funcionario habilitado del organismo fiscal. En ningún caso el primero podría
negarse a prestar tal auxilio, ya que, si existiera alguna arbitrariedad en el pedido,
la responsabilidad recaerá siempre sobre el funcionario solicitante.
Agente encubierto: el inc. g), agregado por la ley 26.044, incorpora la figura
conocida como el "agente fiscal camuflado" o "agente encubierto".
Se faculta al organismo fiscal a autorizar a sus funcionarios, mediante orden de
juez administrativo, a que actúen en el ejercicio de sus facultades como
compradores de bienes o locatarios de obras o servicios y constaten el
cumplimiento, por parte de los vendedores o locadores, de la obligación de emitir y
entregar facturas y comprobantes equivalentes con los que documenten las
respectivas operaciones, en los términos y con las formalidades que exige la AFIP.
Una vez que los funcionarios habilitados se identifiquen como tales al
contribuyente o responsable, y de no haberse consumido los bienes o servicios
adquiridos, se procederá a anular la operación y, en su caso, la factura o
documento emitido. De no ser posible la eliminación de dichos comprobantes, se
emitirá la pertinente nota de crédito.
La constatación que efectúen los funcionarios deberá revestir las formalidades
previstas en el segundo párrafo del inc. c) del art. 35, y en el art. 41 (actas) y, en
su caso, servirán de base para la aplicación de las sanciones previstas en el art.
40 (clausura) y, de corresponder, para la clausura preventiva.
Debe dejarse en claro que el art. 35, inc. g), de la ley 11.683 no autoriza la
utilización de esta figura en forma generalizada, sino respecto de contribuyentes
cuyos antecedentes hagan aconsejable recurrir a ella, como forma de comprobar
eventuales transgresiones a la obligación de emitir facturas.
LA DETERMINACIÓN TRIBUTARIA:
Es el acto o conjunto de actos dirigidos a precisar en cada caso si existe una
deuda tributaria, quién es el obligado a pagar el tributo al Fisco (sujeto pasivo),
cuál es el importe de la deuda y cuál es el plazo para su cancelación.
a) Acto: la determinación tributaria puede estar integrada solo por un acto del
obligado o de la Administración. Así, en los tributos fijos la tarea se reduce a
constatar el hecho imponible, a calificarlo y a indicar la cantidad a ingresar
señalada por la ley (p. ej., un importe fijo establecido por el impuesto de sellos
para algún especial documento). Como puede observarse, la Administración o el
administrado no hacen otra cosa que verificar o reconocer que un hecho imponible
ocurrió, y con base en ello se debe pagar la cuantía fijada en la ley.
b) Conjunto de actos: en la mayoría de los casos, y especialmente cuando el
tributo es de importe variable ad valorem, la determinación es una operación
compleja. En tales supuestos, será necesario un conjunto de actos mediante los
cuales, en primer lugar, se identificarán los hechos imponibles, se establecerán las
magnitudes a considerar —base imponible— y recién luego se podrá, aplicando la
alícuota, arribar al importe correspondiente que deberá ser abonado.
c) En cada caso particular: sabemos que la norma tributaria tiene dos partes
diferenciadas: un supuesto hipotético y un mandato de pago. Como la norma no
puede ir más allá de la enunciación abstracta de la hipótesis, tiene como
secuencia una operación posterior —la determinación— mediante la cual aquella
se amolda a cada supuesto en particular.
d) Si existe una deuda tributaria: el primer interrogante es el del an debeatur (si
se debe); y, para responderlo, será necesario contar con la certeza de que el
acontecimiento fáctico ocurrido en la realidad encuadró exactamente en la
hipótesis legal descrita por la norma.
Esta comprobación puede ser simple; por ej., establecer que un comerciante
vendió una mercadería y que debe tributar un porcentaje del valor de ella. Pero
también puede resultar complejo, por ej., para determinar si una gran empresa
obtuvo beneficios tales que la convierten en contribuyente del impuesto a la renta
o si, por el contrario, no solo no hubo utilidades, sino quebrantos. Para esta última
hipótesis, solo puede saberse si hay hecho imponible mediante operaciones de
liquidación destinadas a establecer si hay base imponible. Esto demuestra que, en
la realidad, las actuaciones necesarias para llegar a saber "si se debe" y "cuánto
se debe" constituyen —por lo general— un todo indivisible separado
expositivamente por razones didácticas.
Será necesario, además, verificar que aquel, cuyo hecho o situación se adecuó a
la hipótesis (el destinatario legal tributario), no está eximido de tributar por alguna
circunstancia preestablecida por la ley, y que no se ha producido una causa
extintiva de la obligación tributaria (p. ej., prescripción).
e) Quién es el obligado: se trata de otro asunto trascendental que debe dilucidar
quien efectúa esta operación, atento a que no siempre el realizador del hecho
imponible es quien el legislador coloca en el polo negativo de la relación jurídica
tributaria como sujeto pasivo. Por tanto, a pesar de ser el destinatario legal
tributario, puede no ser el obligado al pago del tributo al Fisco (recuérdese el caso
del residente externo con rentas en nuestro país, que no es "un obligado" para con
el Fisco argentino).
f) Cuál es el importe de la deuda: nos encontramos aquí ante el resultado final
del proceso, llamado por muchos liquidación. Si alguien debe es necesario dar
contenido patrimonial a lo que adeuda. El procedimiento solo puede considerarse
concluido cuando podemos afirmar que alguien debe tal importe.
g) Cuál es el plazo en que la deuda debe cancelarse: definido que alguien
debe y cuánto debe, cabrá establecer cuál es el plazo en que tal importe
corresponde sea ingresado; ya que esta oportunidad será determinante por los
efectos que puede producir el incumplimiento o la cancelación tardía (intereses,
recargos, sanciones, delitos).
Se ha dicho que, en definitiva, la determinación tributaria no es más que la
aplicación de una norma jurídica a la realidad, y que constituye otra de las tantas
tareas que realiza la administración de modo habitual en ejercicio de las funciones
que le son propias (p. ej., cuando expropia un inmueble).
Liquidaciones administrativas:
Las llamadas liquidaciones administrativas están insertas en el mismo dispositivo
en que se regulan las declaraciones juradas, aunque se encuentran sujetas a un
régimen jurídico diferente.
Por lo pronto, la AFIP puede disponer en forma general, si así lo requiere la
naturaleza del tributo a recaudar, la liquidación administrativa de la obligación
tributaria sobre la base de datos aportados por los contribuyentes responsables, y
terceros, o sobre la base de elementos que el propio organismo fiscal posea (art.
11, ley 11.683).
Tales liquidaciones son actuaciones practicadas por los inspectores y otros
empleados intervinientes, pero no constituyen determinación tributaria, puesto que
ella solo compete a los jueces administrativos (art. 16, párr. 2º, ley 11.683). Estas
peculiares formas de cuantificar la obligación tributaria posibilitan que el
responsable manifieste su disconformidad antes del vencimiento general del
gravamen, y si tal es rechazada, admite la interposición los recursos previstos por
el art. 76 de la ley.
Resolución determinativa.
La "cosa determinada": evacuada la vista o transcurrido el término señalado sin
que sea contestada por el responsable, corresponderá que el juez administrativo
dicte la resolución determinativa, que debe ser fundada (art. 17, párr. 2º, ley
11.683).
La ley admite que el sujeto pasivo preste conformidad a los cargos formulados por
la AFIP previo dictarse esta resolución, en cuyo caso la declaración rectificativa
surtirá los mismos efectos de una declaración jurada para el sujeto pasivo y de
una determinación de oficio para el Fisco.
Lo ordinario es que, presentado el descargo, se proceda al dictado de la
resolución determinativa, a cuyos aspectos más relevantes son:
a) Debe ser motivada. Motivar significa explicar, ello significa que la
Administración, al resolver las impugnaciones y pruebas presentadas por el
contribuyente, deberá evaluarlas, analizarlas y merituarlas bajo pautas de
razonabilidad que, a su vez, serán incorporadas al acto que emita.
b) Contenido. Esta resolución debe contener lo adeudado en concepto de tributos
y, en su caso, multa, con el interés resarcitorio y la actualización, cuando
correspondiese. Debe incorporar el plazo para su pago, las vías recursivas
procedentes y las reservas que pudieren hacerse.
c) Funcionario que la dicta. La resolución determinativa es emitida por el juez
administrativo. Cuando tal funcionario no es abogado, debe contar con el dictamen
previo del servicio jurídico (art. 10, in fine, dec. 618/1997).
d) Plazo - Caducidad. Este acto administrativo debe ser dictado en quince días de
evacuada la vista o transcurrido el término conferido a tal fin. Se trata de un
término meramente ordenatorio y no fatal. La falta de dictado de resolución
expresa puede llevar a la caducidad del procedimiento de determinación. El Fisco
tendrá derecho a iniciar, por una sola vez, un nuevo procedimiento, previa
autorización del titular de la AFIP y dando conocimiento al organismo de
superintendencia, con explicación de las razones que motivaron la falta de
cumplimiento del deber resolutivo.
El art. 19 de la ley 11.683 dispone que la determinación, una vez firme, solo
podrá ser modificada en contra del contribuyente:
— Cuando se hubiera dejado constancia expresa de su carácter parcial
— Cuando surjan nuevos elementos no considerados en la resolución
determinativa respectiva.
— Cuando se compruebe la existencia de error, dolo u omisión en la exhibición o
consideración de los elementos que sirvieron de base a la determinación.
También se ha resuelto que el contribuyente no puede quedar permanentemente
expuesto a cambios de criterio administrativos, razón por la cual, si el mismo había
proporcionado todos los datos y antecedentes requeridos, resulta inadmisible que
de manera posterior la administración pretenda rever la situación fiscal por un
cambio de criterio de las autoridades.
Así como la decisión de determinación es definitiva para la Administración, ella no
hace perder la facultad que el sujeto pasivo tiene de atacar la decisión en sede
judicial, si afecta los derechos que ha sostenido o considera que las leyes le
reconocen.
e) Responsables solidarios: el procedimiento de la determinación de oficio debe
ser cumplido también respecto de aquellos sobre los que se pretende efectivizar la
responsabilidad solidaria por deuda ajena, que surge del art. 8º de la ley 11.683.
En efecto, no puede el órgano fiscal desarrollar el procedimiento solo contra el
contribuyente, y al comprobar que este es insolvente, hacer valer la resolución
contra los responsables solidarios por deuda ajena, a menos que haya seguido
también contra ellos el procedimiento determinativo.