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Presentación de
VINCENZO ROPPO
Profesor Ordinario de Derecho Civil
Universidad de Génova
ESTUDIOS SOBRE EL CONTRATO EN GENERAL
©
© ARA Editores E.I.R.L.
Géminis 701 Dpto. 301-B Lima 39 - Perú
Telefax: (511) 522-8060
E-mail: araeditores@yahoo.com
Web site: http://www.araeditores.com
ISBN: 978-9972-238-
Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional
del Perú N° 2014-
6
ÍNDICE
ÍNDICE
ABREVIATURAS Y ADVERTENCIAS SOBRE LA TRADUCCIÓN ............................... 21
PRESENTACIÓN ............................................................................................ 25
NOTA PRELIMINAR A LA PRIMERA EDICIÓN .................................................... 29
NOTA PRELIMINAR A LA SEGUNDA EDICIÓN ................................................... 45
I
INFLUENCIA DEL CÓDIGO CIVIL ITALIANO EN LOS
LIBROS DE LAS OBLIGACIONES Y CONTRATOS EN LA CODIFICACIÓN PERUANA
MANUEL DE LA PUENTE Y LAVALLE
......................................................................................................... 49
II
EL DERECHO FASCISTA DE LOS CONTRATOS:
UNA COMPARACIÓN CON EL MODELO NACIONALSOCIALISTA
ALESSANDRO SOMMA
7
ESTUDIOS SOBRE EL CONTRATO EN GENERAL
III
EL CONTRATO EN EL DERECHO PRIVADO ITALIANO ACTUAL
GUIDO ALPA
IV
CONTRATTO, ACCORDO, CONVENZIONE, PATTO
LA TERMINOLOGÍA LEGISLATIVA ITALIANA EN MATERIA DE CONTRATOS
PIETRO RESCIGNO
8
ÍNDICE
V
LA CELEBRACIÓN DEL CONTRATO
ADOLFO DI MAJO
VI
EL CONTRATO Y LOS EFECTOS REALES
(ANÁLISIS DEL SISTEMA DE TRANSFERENCIA DE
PROPIEDAD ADOPTADO EN EL CÓDIGO CIVIL PERUANO)
FREDDY ESCOBAR ROZAS
9
ESTUDIOS SOBRE EL CONTRATO EN GENERAL
VII
COMPLEJIDAD DEL PROCEDIMIENTO DE FORMACIÓN DEL
CONSENTIMIENTO Y UNIDAD DEL NEGOCIO CONTRACTUAL
PIERO SCHLESINGER
VIII
INTERCAMBIOS SIN ACUERDO
NATALINO IRTI
10
ÍNDICE
IX
¿DESHUMANIZACIÓN DEL CONTRATO?
GIORGIO OPPO
X
“ES CIERTO, PERO...”
(RÉPLICA A GIORGIO OPPO)
NATALINO IRTI
11
ESTUDIOS SOBRE EL CONTRATO EN GENERAL
XI
EL INTERCAMBIO DE PAÑOLETAS
(RÉPLICA SEMI-SERIA AL PROFESOR MASSIMO BIANCA)
NATALINO IRTI
1. El argumento de las pañoletas –sí, esas serias piezas
de tela de que acarician los erguidos cuellos de nuestras
damas, ni más ni menos– ha atravesado el umbral
de la literatura jurídica. Lo ha hecho por medio de
un pequeño apunte, como celado y tímido, pero es
legítimo creer que su camino será seguro y afortunado ........ 299
2. Analicemos, pues, esas dos objeciones fundamentales,
que se ciernen, amenazadoras, contra nuestro análisis.
Una de ellas es enunciada como sigue ..................................... 300
3. Bianca prosigue ............................................................................. 301
4. Bianca concluye ............................................................................ 302
XII
¿SON NO CONTRACTUALES LOS CONTRATOS EN MASA?
C. MASSIMO BIANCA
1. La tesis de los “intercambios sin acuerdo”. Los precedentes
de la doctrina de las relaciones contractuales de hecho ....... 307
2. Los precedentes de la doctrina de los contratos estándar .... 310
3. El contrato en masa como presunta suma de actos
unilaterales ..................................................................................... 310
4. Presunta falta del acuerdo por ausencia de diálogo .............. 312
5. La noción normativa del contrato como acuerdo
perfeccionado mediante la aceptación de la oferta ................ 312
6. La elección del bien por parte del adquirente y el
significado social de la aceptación de la oferta del vendedor ... 314
7. El pretendido encuadramiento de los contratos en masa
en la categoría de los actos lícitos .............................................. 314
8. Infructuosidad de la tesis de los intercambios sin acuerdo
en el plano aplicativo ................................................................... 315
9. Observaciones conclusivas .......................................................... 317
XIII
CONTACTO REAL Y CONTACTO FÍSICO
(ESTO ES, EL ACUERDO CONTRACTUAL ACROBÁTICO)
FRANCESCO GAZZONI
......................................................................................................... 319
12
ÍNDICE
XIV
¿EXISTEN INTERCAMBIOS ECONÓMICOS SIN ACUERDO CONTRACTUAL?
A PROPÓSITO DE LAS TEORÍAS DEL CONTRATO Y DEL NEGOCIO JURÍDICO
RÓMULO MORALES HERVIAS
1. Introducción .................................................................................. 341
2. Teoría contractual de Labeón ..................................................... 343
3. Sistemas de contratación en el Derecho romano .................... 347
4. Tradición de la doctrina general del contrato ......................... 370
5. Tradición de la doctrina general del negocio jurídico ........... 384
6. Teoría general del negocio jurídico alemán ............................. 399
7. Teoría preceptiva del negocio jurídico ...................................... 401
8. Teoría normativa del negocio jurídico ...................................... 403
9. Teoría general del contrato ......................................................... 407
10. Teorías contemporáneas del negocio jurídico ......................... 408
11. Intercambios económicos sin acuerdo contractual ................ 410
12. Conclusión ..................................................................................... 421
XV
DIVAGACIONES NO MUY ORTODOXAS EN MATERIA DE CONTRATOS
VINCENZO ROPPO
1. La formación del contrato: un tema noble, un tema actual,
un tema aparentemente dramático ........................................... 427
2. ¿Pero es verdad lo del drama? La hipótesis de una
“desdramatización” selectiva ..................................................... 430
3. El problema de la formación del vínculo contractual como
alternativa entre diversas técnicas de protección del interés
digno de amparo ........................................................................... 431
4. Casos de emersión de la alternativa entre protección por
vínculo y protección por resarcimiento: revocación de la
oferta e indemnización al destinatario; responsabilidad
precontractual; apariencia de poderes representativos......... 433
5. (Sigue) La normativa sobre la ilegítima negativa a
prorrogar el arrendamiento habitacional (art. 3, 3er. párrafo,
Ley n. 431/1998) como indicativa de la relevancia
de dos elementos: la fuerza del hecho y el lugar
central de la cuantificación del resarcimiento ......................... 436
6. (Sigue) La relevancia de los mismos elementos se manifiesta
también en un plano más general: los remedios frente
a la inejecución del contrato ....................................................... 439
13
ESTUDIOS SOBRE EL CONTRATO EN GENERAL
XVI
LA RESPONSABILIDAD PRECONTRACTUAL
EN EL ORDENAMIENTO JURÍDICO ITALIANO
PIER GIUSEPPE MONATERI
1. Las tratativas: entre el contrato y el acto ilícito civil .............. 451
2. Diligencia y buena fe .................................................................... 458
3. Las epifanías de la buena fe ........................................................ 462
4. Acuerdos, cartas y pactos precontractuales ............................ 468
5. La buena fe de la Administración pública ............................... 469
6. El conocimiento de la invalidez del contrato........................... 471
7. El receso de las tratativas ............................................................ 477
8. El daño resarcible .......................................................................... 485
XVII
LAS CLÁUSULAS VEJATORIAS EN LOS CONTRATOS
ESTIPULADOS UNILATERALMENTE
JUAN ESPINOZA ESPINOZA
1. Premisa ........................................................................................... 498
2. Hacia una tutela efectiva de los derechos de los consumidores
(y de los agentes económicos que no han participado
en la negociación de los contratos predispuestos por la
contraparte) ................................................................................... 499
3. Las “coordenadas” establecidas por el legislador nacional .. 501
4. La experiencia jurídica comparada ........................................... 507
4.1. La ley alemana sobre condiciones generales del
contrato (AGB-GESETZ) de 1976 .............................................. 507
4.2. La disciplina francesa (Ley No. 78-23 del 10.01.78
y Ley N° 95-96 del 01.02.95) ............................................. 511
14
ÍNDICE
XVIII
CONTRATO Y OPERACIÓN ECONÓMICA
ANDREA D’ANGELO
15
ESTUDIOS SOBRE EL CONTRATO EN GENERAL
XIX
LA BUENA FE Y LA EQUIDAD COMO FUENTES
DE INTEGRACIÓN DEL CONTRATO
MASSIMO FRANZONI
1. La equidad y las cláusulas normativas generales ................... 583
2. El papel de la equidad y de la buena fe en la integración
del contrato .................................................................................... 589
3. La buena fe y la equidad en los Principios Unidroit .............. 591
4. La buena fe y la equidad en el contrato con cláusula de
recontratación ............................................................................... 593
5. La función unitaria del abuso del derecho y de la
exceptio doli generalis en el ámbito del juicio según buena fe ..... 595
6. Normas mediante cláusulas generales, mediante conceptos
indeterminados o elásticos y mediante fattispecie analíticas .... 598
XX
LA PROBLEMÁTICA DE LA TEORÍA DEL TIPO Y LA INTEGRACIÓN CONTRACTUAL
ERIC PALACIOS MARTÍNEZ
1. Ideas preliminares ......................................................................... 603
2. El concepto de tipo negocial y su función en el
ordenamiento. Los criterios de distinción entre
categorías tipológicas. Corrientes doctrinales. La causa ...... 607
3. Tipicidad y tipo. Caracteres. Tipicidad legal y tipicidad
social. La denominada tipicidad causal. El tipo
jurisprudencial .............................................................................. 617
4. Grados de tipicidad. Niveles de tipicidad contractual
y negocial. Órdenes de tipificación. Tipo abstracto
y tipo efectivo................................................................................. 620
5. La integración como mecanismo de actuación del tipo
contractual efectivo. Tipo contractual abstracto y efectivo
(particular y concreto) ................................................................. 623
XXI
LA “COMÚN INTENCIÓN DE LAS PARTES” Y EL PRINCIPIO DE BUENA FE
EN LA INTERPRETACIÓN DEL CONTRATO:
UN PANORAMA DE LA AUTONOMÍA PRIVADA
MAURO GRONDONA
16
ÍNDICE
XXII
INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO DE LA INTERPRETACIÓN
EN EL CÓDIGO CIVIL PERUANO
GASTÓN FERNÁNDEZ CRUZ
XXIII
LA AMENAZA DEL EJERCICIO DE UN DERECHO COMO
CAUSAL DE ANULABILIDAD DEL CONTRATO
LUIGI CORSARO
XXIV
APUNTES SOBRE EL PAPEL DE LA VOLUNTAD EN LOS NEGOCIOS JURÍDICOS
(CON ESPECIAL REFERENCIA A LOS CONTRATOS)
LEYSSER L. LEÓN
17
ESTUDIOS SOBRE EL CONTRATO EN GENERAL
XXV
LA RESOLUCIÓN POR INCUMPLIMIENTO
RODOLFO SACCO
XXVI
EL PLAZO ESENCIAL Y LA TUTELA RESOLUTORIA
HUGO FORNO FLÓREZ
18
ÍNDICE
XXVII
EL CONTRATO POR PERSONA A NOMBRAR
EN EL ORDENAMIENTO JURÍDICO ITALIANO
GIOVANNA VISINTINI
1. Orígenes históricos y naturaleza jurídica................................. 855
2. Ámbito de aplicación ................................................................... 862
3. La declaración de nombramiento .............................................. 867
4. Plazo de caducidad: relaciones con la normativa tributaria .... 870
5. Condiciones de eficacia y forma de la declaración
de nombramiento .......................................................................... 874
6. Eficacia del contrato y legitimación para el ejercicio
de las acciones ............................................................................... 878
XXVIII
DE LA CLÁUSULA “REBUS SIC STANTIBUS” A LA
RESOLUCIÓN POR EXCESIVA ONEROSIDAD
GIOVANNI BATTISTA FERRI
......................................................................................................... 883
XXIX
LAS NUEVAS FRONTERAS DEL DERECHO CONTRACTUAL
GUIDO ALPA
1. Prefacio ........................................................................................... 911
2. Perspectivas.................................................................................... 912
3. Los procesos de armonización y unificación del derecho
contractual ..................................................................................... 915
3.1. Los fundamentos ................................................................... 915
3.2. El método ............................................................................... 919
3.3. La construcción sistemática ................................................ 920
3.4. Ejemplos de comparación de textos ................................. 924
1) Libertad contractual .................................................... 924
2) Buena fe, lealtad y razonabilidad ............................. 925
3) Usos ............................................................................ 925
4) La protección de la parte débil ................................ 926
5) La tratativa................................................................. 926
6) La formación .............................................................. 927
7) El contenido ................................................................... 929
8) La forma ............................................................................ 930
9) La conservación ................................................................ 931
4. Algunas conclusiones ................................................................... 931
19
ESTUDIOS SOBRE EL CONTRATO EN GENERAL
APÉNDICE I
CÓDIGO CIVIL ITALIANO DE 1942
(NORMAS CITADAS)
......................................................................................................... 933
APÉNDICE II
CÓDIGO CIVIL PERUANO DE 1984
......................................................................................................... 969
20
ABREVIATURAS Y ADVERTENCIAS SOBRE LA TRADUCCIÓN
ABREVIATURAS Y ADVERTENCIAS
SOBRE LA TRADUCCIÓN
*
Se citan a título completo, en cambio, revistas como: Annali dell’Istituto di
Scienze Giuridiche dell’Università di Messina; Contratto e Impresa. Dialoghi con la
Giurisprudenza Civile e Commerciale (Padua) y Contratto e Impresa/Europa
(Padua), ambas dirigidas por Francesco GALGANO; Democrazia e Diritto (ahora
publicada en Nápoles); Europa e Diritto Privato (Milán); Il Diritto della Famiglia
e delle Persone (dirigida por Vincenzo LOJACONO); Jus (de la Universidad Cató-
lica de Milán); Leipziger Zeitschrift für deutsches Recht (Leipzig); Meridiano;
Quaderni Fiorentini per la Storia del Pensiero Giuridico (dirigida por Paolo GROSSI);
Rendiconti del Reale Istituto Lombardo di Scienze e Lettere; y la extinta Quadrimestre
(Milán).
La abreviatura Riv. dir. civ., vale para la antigua Rivista di Diritto Civile
milanesa de la Società Editrice Libraia (publicada entre 1909 y 1943), y para
la homónima publicación paduana de la CEDAM (fundada por Walter BIGIAVI,
en 1955, y que continúa publicándose bimestralmente).
21
EL TRADUCTOR
22
ABREVIATURAS Y ADVERTENCIAS SOBRE LA TRADUCCIÓN
Digesto 4a. ed., sez. civ. Digesto delle Discipline Privatistiche. Sezione
Civile.
Turín, UTET, 1987-1999 (más apéndice).
Dirigido por Rodolfo Sacco.
Diz. prat. dir. priv. Dizionario Pratico di Diritto Privato
Milán, Vallardi (¿1924?-1941, obra incon-
clusa).
Fundado por Vittorio Scialoja.
Enc. dir. Enciclopedia del Diritto
Milán, Giuffrè, 1958-1993 (más apéndices)
Iniciada bajo la dirección de Francesco
Calasso.
Enc. forense Enciclopedia Forense
Milán, Vallardi, 1958-1962.
Dirigida por Francesco Santoro-Passarelli
et al.
Enc. giur. Enciclopedia Giuridica Treccani
Roma, Ist. della Enciclopedia Italiana,
1988-1993.
Noviss. Dig. it. Novissimo Digesto Italiano
Turín, UTET, 1958-1975 (más apéndices)
Dirigido por Antonio Azara y Ernesto
Eula,
Nuovo Dig. it. Nuovo Digesto Italiano
Turín, UTET, 1937-1940.
Dirigido por Mariano D’Amelio.
23
EL TRADUCTOR
24
PRESENTACIÓN
PRESENTACIÓN
He aceptado con sincero agrado la gentil invitación de Leysser L.
León para escribir algunas palabras de presentación a esta selección
de estudios sobre el contrato, por él concebida y editada.
El gusto es aun mayor por una simpática coincidencia: el subtítulo
de la presente compilación recuerda los sesenta años del Código Civil
italiano, y es a la misma conmemoración que estuvo dedicado el Congreso
Internacional de Derecho Civil Patrimonial organizado por la Pontificia
Universidad Católica del Perú, realizado en septiembre del presente año,
en el que tuve la satisfacción y el honor de participar como ponente.
Perú e Italia están alejados geográficamente, mas no culturalmente.
Sabemos que nuestro Código, así como la doctrina que lo ha
tomado como base para desarrollar sus exposiciones teóricas, han
constituido objeto de alta consideración en el mundo del derecho civil
peruano. Para el jurista italiano, ello es motivo de satisfacción, pero
también fuente de gran responsabilidad cultural.
Asumir plenamente tal responsabilidad conlleva estar dispuestos
a un diálogo que sea lo más paritario y bilateral posible, y rechazar
toda tentación de adoptar un esquema de hegemonía-dependencia.
La doctrina italiana no puede limitarse a la satisfacción que suscita el
“éxito” que ha logrado entre los juristas peruanos; lo que debería hacer es
esforzarse en comprender el contexto dentro del cual sus teorías y
construcciones conceptuales han echado raíces; en otras palabras, debería
aprender a conocer, al menos a grandes rasgos, el derecho civil del Perú, a
partir del Código Civil de 1984, que constituye su estructura fundamental.
El estudio del Código Civil peruano (incluso si limitado a una lectura
veloz y superficial, como la emprendida por mí en esta oportunidad)
puede suministrar al jurista italiano temas de enorme interés.
25
VINCENZO ROPPO
*
Léase “de no renunciar a una Parte general” (Teil, “parte”, es masculino en
alemán, y aquí vale por el primer libro del BGB) [N. del T.].
26
PRESENTACIÓN
27
GUILLERMO EVARISTO MEDINA SANJINEZ
28
NOTA PRELIMINAR A LA PRIMERA EDICIÓN
29
LEYSSER L. LEÓN
30
NOTA PRELIMINAR A LA PRIMERA EDICIÓN
4
V. ROPPO, Istituzioni di diritto privato, 4ª ed., Monduzzi Ed., Bolonia, 1998,
p. 335; para un análisis más profundo del tema, ID., «Il contratto», en Trattato
di diritto privato dirigido por G. IUDICA y P. ZATTI, Milán, Giuffrè, 2001, pp. 5 y ss.
Cfr., conformemente, y sólo por citar algunos manuales: F. GAZZONI, Manuale di
diritto privato, 8ª ed., Nápoles, ESI, 2000, p. 749; P. GALLO, Istituzioni di diritto
privato, 2ª. ed., Turín, Giappichelli, 2000, p. 371; G. IUDICA y P. ZATTI, Linguaggio
e regole del diritto privato, 2ª. ed., Padua, Cedam, 2001, p. 268; E. RUSSO, G. DORIA
y G. LENER, Istituzioni delle leggi civili, Padua, CEDAM, 2002, p. 614.
“El requisito de la patrimonialidad de la prestación –explica el mismo ROPPO
(Istituzioni di diritto privato, cit., p. 266)– se funda en dos razones. Una razón
es ideal: los comportamientos que por su naturaleza, o por decisión de los
interesados, pertenecen a la esfera (no económica) de los sentimientos, de los
gustos, de la educación personal, de las convenciones sociales, no deben
someterse a la lógica del vínculo y de la coerción legal, que es la lógica típica de las
obligaciones. Y existe una razón práctica: si la prestación no fuera monetizable,
sería imposible, o muy difícil, determinar el resarcimiento que el deudor debe al
acreedor cuando no ejecuta, o ejecuta mal, la prestación misma: y el
resarcimiento es la sanción que surge cuando la obligación es infringida;
una sanción sin la cual la obligación no tendría sentido ni valor” (las cursivas
son del autor). Al respecto, cfr. las puntualizaciones de A. SOMMA, El derecho
fascista de los contratos: una comparación con el derecho nacionalsocialista, y
P. RESCIGNO, Contratto, accordo, convenzione, patto (la terminología legislativa
italiana en materia de contratos), ambos en el presente volumen, infra, II, § 6, y IV, § 5.
31
LEYSSER L. LEÓN
5
Son de citar las exhaustivas páginas que han dedicado a tan difícil tema
Adolfo DI MAJO, «Delle obbligazioni in generale», en Commentario del codice
civile Scialoja e Branca, ahora al cuidado de F. GALGANO, Roma y Bolonia, Soc.
Ed. del Foro Italiano y Zanichelli Ed., 1988, pp. 250 y ss., y C. Massimo
BIANCA, Diritto civile, 4, L’obbligazione (1990), reimpresión, Milán, Giuffrè, 1999,
pp. 77 y ss., y en nuestro medio, H. FORNO FLÓREZ, «Apuntes sobre el contenido
patrimonial de la obligación», en Advocatus, año I, Lima, 1991, pp. 21 y ss.; y
G. FERNÁNDEZ CRUZ, «La obligación: apuntes para una dogmática jurídica del
concepto», en Thémis-Revista de Derecho, 2ª época, núms. 27-28, Lima, 1994,
especialmente, pp. 49 y ss.
6
No podía ser de otra manera, si se tiene en cuenta que el modelo seguido no
es ni siquiera el original (el italiano, para entendernos), sino el tan voluminoso
cuanto desconcertante Proyecto de Código Civil argentino de 1998 debido a
una Comisión presidida por Atilio Aníbal ALTERINI . En efecto, en este
documento, que privilegia las definiciones (y por lo mismo las arbitrariedades
de sus redactores), se señala (art. 671) que “Se denomina obligación a la
relación jurídica en virtud de la cual una persona tiene el deber de cumplir
una prestación a favor de otra. La prestación puede ser de dar, de hacer o de
no hacer”, y se enumeran como requisitos de la prestación (art. 675) “tener
contenido patrimonial”, “corresponder a un interés del acreedor aunque sea
extrapatrimonial”, “ser física y jurídicamente posible”, “no configurar un
hecho ilícito” (¡!) y “ser determinada o determinable”.
El contrato, a su vez, es definido (art. 899, lit. a) como “el acto jurídico mediante
el cual dos o más partes manifiestan su consentimiento para crear, regular,
modificar, transferir o extinguir relaciones jurídicas patrimoniales”. En la
misma norma se incluyen definiciones verdaderamente inútiles como las de
“contrato discrecional” y “contrato predispuesto”.
Ya he tenido la oportunidad de evidenciar algunos de los no pocos deméritos
de este Proyecto, un vano tentativo de emular el BGB sin el talento de
WINDSCHEID o PLANCK, y del todo prescindible en los trabajos de reforma de
nuestro Código Civil, en mis «Consideraciones sobre los daños por homicidio
de un ser querido y las técnicas para su resarcimiento», en Revista Jurídica del
Perú, año 4, núm, 18, Trujillo, 2002, passim, especialmente, pp. xxx-xxxi, nota 49.
32
NOTA PRELIMINAR A LA PRIMERA EDICIÓN
7
La lógica, y la habitual carga persuasiva, de los argumentos de Alfredo
BULLARD (que ha analizado el tema en uno de sus más recientes estudios:
«“La parábola del mal samaritano”. Apuntes sobre la lesión en el derecho
los contratos», en Thémis-Revista de Derecho, 2ª época, núm. 43, Lima, 2001
pp. 223 y ss.) invitan a cuestionar, con honda reflexión, la posibilidad misma
de establecer un diálogo entre iuseconomistas y civilistas. Tengo para mí que
es sencillamente inviable, incluso desde el punto de vista de la teoría de la
comunicación, oponer argumentos que tengan que ver con la justicia o con
los valores sociales a quien concede prioridad, exclusivamente, y como
consigna, a la eficiencia económica. Y cuando semejantes debates llegan a
escenificarse, surge la impresión de asistir a una discusión de credos
religiosos, o de ver, simplemente, a dos o más personas que se han puesto de
acuerdo para jugar una partida de póker (hablar de derecho o de economía) y una
de ellas pretende utilizar una baraja de Tarot (argumentos jurídicos o económicos).
33
LEYSSER L. LEÓN
34
NOTA PRELIMINAR A LA PRIMERA EDICIÓN
35
LEYSSER L. LEÓN
desarrolló por etapas; como era de esperar, ello dio pie a algunas
incoherencias normativas. El primer libro que prepararon los
reformadores del Código Civil italiano de 1865 (de neta influencia
francesa) fue el libro de personas. Como es sabido, en el Código Civil
francés no se reconoce la distinción entre nulidad y anulabilidad12:
ésta ha sido una elaboración exclusivamente jurisprudencial y
doctrinal13. Pues bien, dado que en el decenio 1930-1940 la ascendencia
12
En los manuales y monografías franceses de derecho civil no se hace otra cosa
que estudiar la “teoría general de las nulidades” (théorie général des nullités), y,
comprendida en ella, la distinción entre nullités absolues y nullités relatives, y a
veces, simplemente, entre nullité, inopposabilité, rescision e inexistence. Véanse,
además de la clásica obra, con importantes referencias históricas, de Georges
LUTZESCO, Théorie & pratique des nullités, I, Nullités des actes juridiques à caractère
patrimonial, París, Sirey, 1938, especialmente, pp. 263 y ss.; J. GHESTIN, «Le contrat:
formation», 2ª ed., en Traité de droit civil bajo la dirección del mismo autor,
París, L.G.D.J., 1988, pp. 877 y ss.; H., L. y J. MAZEAUD, y J. CHABAS, Leçons de droit
civil, II, 1, Obligations. Théorie générale, 8ª ed., París, Montchrestien, 1991,
pp. 279 y ss.; J. FLOUR y J.-L. AUBERT, Les obligations, 1, L’acte juridique, 8ª ed., París,
Ed. Armand Colin, 1998, pp. 230 y ss.; P. MALAURIE y L. AYNÈS, Obligations, 2,
Contrats et quasi-contrats, 11ª ed., París, Cujas, 2001, pp. 163 y ss.
Excepcionalmente, A. PONSARD y P. BLONDEL, voz «Nullité», en Dalloz. Répertoire
de droit civil, VII, París, Dalloz, 1973, p. 2 (de la separata), rinden cuenta de la
distinción entre actes nuls de plein droit (los actos que una disposición legal declara
nulos, por ejemplo), y actes simplement annulables (los actos nulos por causa de
vicio de la voluntad o de incapacidad de una de las partes, por ejemplo). Huelga
decir que todos los autores citados destacan la delicadeza del problema.
13
Debida, en gran medida, a la progresiva imposición de la doctrina civilista
alemana (que reconoce la distinción entre Nichtigkeit, nulidad y Anfechtbarkeit,
anulabilidad o impugnabilidad), y el consiguiente abandono de los preceptos
de la llamada Escuela de la exégesis, que tuvo lugar en Italia desde fines del
siglo XIX. Con específica referencia a la nulidad y anulabilidad, véanse las
clásicas páginas de L. ENNECCERUS y H.-C. NIPPERDEY, Allgemeiner Teil des
bürgerlichen Rechts, t. II, 15ª ed., Tubinga, J. C. B. Mohr, 1960, pp. 1209 y ss.,
1224 y ss.; W. F LUME , Allgemeiner Teil des bürgerlichen Rechts, t. II, Das
Rechtsgeschäft, 4ª ed., Berlín, Heidelberg y Nueva York, Springer, 1992,
pp. 547 y ss.; D. MEDICUS, Allgemeiner Teil des BGB, 7ª ed., Heidelberg, C. F.
Müller, 1997, pp. 187 y ss., 275 y ss., y el reciente estudio del profesor Adolfo
DI MAJO, «La nullità», en Il contratto in generale, t. VII, a su vez en Trattato di
diritto privato dirigido por M. BESSONE, vol. XIII, Turín, Giappichelli, 2002,
especialmente pp. 36 y ss. Para consideraciones históricas sobre el tema
pueden consultarse, R. ZIMMERMANN, The Law of Obligations (1990), Cape Town,
Wetton y Johannesburg, Juta & Co. Ltd., reimpresión, 1992, pp. 681 y ss., y
G. B. FERRI, «Appunti sull’invalidità del contratto (Dal codice civile del 1865
al codice civile del 1942)», en Rivista del Diritto Commerciale e del Diritto Generale
delle Obbligazioni, año XCIV, parte I, Milán, 1996, pp. 367 y ss.
36
NOTA PRELIMINAR A LA PRIMERA EDICIÓN
14
Y ello era conforme con la normativa del Código Civil italiano de 1865, donde no
se empleaban las voces “anulable”, ni “anulabilidad” ni “anulación”. Una
denuncia de la imperfección de la terminología derivada del Código francés fue
expresada por R. DE RUGGIERO, Istituzioni di diritto civile, 7ª ed., I, Mesina y Milán,
Casa Ed. Giuseppe Principato, 1934, p. 290; de la bibliografía más reciente, véanse,
A. FEDELE, La invalidità del negozio giuridico di diritto privato, Turín, Giappichelli,
1983, pp. 3 y ss., y G. IUDICA, «L’invalidità del contratto», en Dieci lezioni di diritto
civile, al cuidado de G. VISINTINI, Milán, Giuffrè, 2000, pp. 163 y ss.
15
Véanse, L. NIVARRA y G. PALMIERI, «Il matrimonio civile: L’invalidita», en
Trattato di diritto privato, dirigido por P. RESCIGNO, 2, Persone e famiglia, t. 1, 2a ed.,
Turín, UTET, 1999, pp. 915 y ss.; y R. TOMMASINI, «Invalidità del matrimonio»,
en Il diritto di famiglia, I, a su vez en Trattato di diritto privato, dirigido por M.
BESSONE, vol. IV, Turín, Giappichelli, 1999, pp. 462 y ss.
C. M. BIANCA (Diritto civile, 2, La famiglia-Le successioni, 3a ed., Milán, Giuffrè,
2001, p. 146) duda que en el sistema italiano actual, luego de la reforma del
derecho de familia de 1975, se pueda postular con nitidez la distinción entre
nulidad y anulabilidad del matrimonio. La obscuridad de la normativa italiana
en este punto ha sido igualmente denunciada por F. FINOCCHIARO, Matrimonio
civile, 3ª ed., Milán, Giuffrè, 1997, p. 55 y ss., y muchos años atrás por F. MESSINEO,
Manuale di diritto civile e commerciale, 9ª ed., vol. II, Milán, Giuffrè, 1965, p. 81.
Nada de lo señalado significa negar las diferencias entre matrimonio y
contrato. En su reciente volumen Il matrimonio (en Trattato di diritto civile e
commerciale dirigido por A. CICU y F. MESSINEO, continuado por L. MENGONI,
vol. V, t. 1, Milán, Giuffrè, 2002, p. 525), Gilda F ERRANDO expresa que
distintamente del contrato, el matrimonio “es una declaración de voluntad
sin contenido patrimonial, y que apunta a la constitución de un status cuyos
derechos y deberes inherentes son típicos. El matrimonio, entendido como
acuerdo de los contrayentes constituye, además, el fundamento de la familia,
de una comunidad a la cual el Estado asegura certeza y estabilidad. De aquí
la normativa particular del acto del matrimonio y de su invalidez, que es
diversa con respecto a la de los actos de autonomía, tanto en lo tocante a sus
causas, cuanto en lo tocante a sus efectos”.
37
LEYSSER L. LEÓN
16
La laudatio dedicada a OPPO, pronunciada por Angelo LUMINOSO con motivo
de la distinción del ilustre maestro como doctor honoris causa de la Universidad
de Cagliari, ha sido publicada en la Rivista di Diritto Civile, año XLVIII, núm.
1, Padua, 2002, pp. 1 y ss. En el mismo ejemplar de la revista (pp. 11 y ss.) se
incluye la hermosa lectio doctoralis de OPPO, que llevó por título Scienza, diritto
e vita.
17
Un sucinto testimonio sobre sus años universitarios obra en la entrevista
concedida a Natalino IRTI, Intervista sul diritto privato, Padua, CEDAM, 1988,
pp. 89 y ss.
38
NOTA PRELIMINAR A LA PRIMERA EDICIÓN
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LEYSSER L. LEÓN
19
Véase, N. IRTI, «Emilio Betti, un maestro di taglio europeo», en ID., Scuole e
figure del diritto civile, Milán, Giuffrè, 1982, pp. 244 y ss.
40
NOTA PRELIMINAR A LA PRIMERA EDICIÓN
20
Véase también mi Nota del traductor en E. BETTI y otros, Teoría general del negocio
jurídico-4 estudios fundamentales, Lima, ARA Editores, 2001, pp. 18-20.
41
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42
NOTA PRELIMINAR A LA PRIMERA EDICIÓN
43
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21
G. TERRANOVA, «La struttura delle situazioni soggettive: contributo ad una
semantica dell’obbligo», en Europa e Diritto Privato, Milán, 2002, núm. 2, p. 514.
22
Santi ROMANO, «Giuristi», en ID., Frammenti di un dizionario giuridico (1947),
reimpresión, Milán, Giuffrè, 1983, p. 115.
23
F. CARNELUTTI, «Dell’utilità delle opere giuridiche italiane per i lettori stranieri»,
en Rivista Internazionale di Filosofia del Diritto, año XXI, Roma, 1941, p. 307.
44
NOTA PRELIMINAR A LA SEGUNDA EDICIÓN
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invitación a ofrecer, o sea que pese a ser una oferta con las peculiaridades
propias de ella, por no ser completa (le falta la identidad del destinatario)
no se le reconocen los efectos de ésta sino los de la invitación a ofrecer,
salvo que claramente se le haya dado carácter obligatorio.
La doctrina peruana se encuentra dividida respecto a la bondad
de la fórmula utilizada por nuestro codificador. Personalmente soy
partidario de la solución dada por el primer párrafo del artículo 1388
del Código de considerar que la oferta al público vale como invitación
a ofrecer, considerándose oferentes a quienes accedan a la invitación
y destinatario al proponente. En cambio, discrepo de lo establecido en
el segundo párrafo del mismo artículo, según el cual si el proponente
indica claramente que su propuesta tiene el carácter obligatorio de
una oferta, valdrá como tal, desde que la propuesta del proponente,
pese a haberle dado este carácter obligatorio, no es completa, por lo
cual mal puede desempeñar el rol de oferta.
g) Uno de los grandes aciertos del Codice en materia contractual
es haber dado cabida en su artículo 1341 a las condiciones generales
del contrato, que constituyen, sin duda, una respuesta audaz e
inteligente el reto lanzado al derecho al tráfico de masas, en el cual se
encuentran, por un lado, los productores que lanzan masivamente al
mercado los bienes y servicios que producen; y, por el otro, hay una
masa de consumidores de esos bienes y servicios. La manera más eficaz
de vincular contractualmente estas dos partes es a través de las
condiciones generales del contrato.
El Código ha seguido el camino abierto por el Codice regulando
con bastante minuciosidad las cláusulas generales de contratación,
denominación que se ha adoptado para evitar la utilización de la
palabra “condiciones” para el significado que se le da, o sea para
denominar el fenómeno de la preconstrucción unilateral del esquema
del contrato, porque la condición, jurídicamente hablando, es un
elemento accidental del acto jurídico, que tiene por finalidad someter
su eficacia a un hecho incierto.
h) Otro aporte del Codice ha sido incorporar en su seno la cesión del
contrato, figura que, según el artículo 1406 del Codice, consiste en que
cada una de las partes puede sustituir a sí misma un tercero en las
relaciones de un contrato con prestaciones recíprocas, si éstas no hubiesen
sido todavía ejecutadas, con tal que la otra parte consiente en ello.
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EL DERECHO FASCISTA DE LOS CONTRATOS
II
ALESSANDRO SOMMA
Università degli Studi di Ferrara
Max-Planck-Institut für Europäische Rechtsgeschichte
(Frankfurt a. M.)
*
Título original: «Il diritto fascista dei contratti: raffronti con il modello
nazionalsocialista», en Rivista Critica del Diritto Privato, año XVIII, núm. 4,
Nápoles, diciembre 2000, pp. 639-667.
El texto reproduce la ponencia de Alessandro SOMMA en el seminario Cultura
giuridica e ideologia fascista (È esistito un fascismo giuridico?), realizado en Roma
el 5 de mayo del 2000, y forma parte del volumen Das Europa der Diktatur.
Wirtschaftskontrolle und Recht, t. I, Der Italienische Faschismus, al cuidado de A.
MAZZACANE, Fráncfort, 2001.
65
ALESSANDRO SOMMA
66
EL DERECHO FASCISTA DE LOS CONTRATOS
*
Aquí y en texto, léase: “los perfiles de un derecho de los contratos «fascista,
mal de su grado»”. [N. de T.]
1
Cfr. especialmente: B. RÜTHERS, Die unbegrenzte Auslegung. Zum Wandel der
Privatrechtsordnung im Nationalsozialismus, Tubinga, 1968, y M. STOLLEIS,
Gemeinwohlformeln im nationalsozialistischen Recht, Berlín, 1974. El texto de
Bern RÜTHERS ha alcanzado una 5ª ed. (Heidelberg, 1997).
67
ALESSANDRO SOMMA
68
EL DERECHO FASCISTA DE LOS CONTRATOS
7
La tendencia ha sido desarrollada, en particular, por los estudiosos que retoman el
planteamiento de raíz “croceana” elaborado por N. BOBBIO, «La cultura e il fascismo»,
en AA.VV., Fascismo e società italiana, Turín, 1973, especialmente, pp. 209 y ss.; véase,
por todos, G. B. GUERRI, Fascisti. Gli italiani di Mussolini, Milán, 1995, pp. 154 y ss. La
misma tendencia se detecta en los estudios de autores que han “tomado partido
por una imagen no conflictiva de las relaciones entre intelectuales y régimen”: al
respecto, v. G. TURI, «Fascismo e cultura ieri e oggi», en A. DEL BOCCA, M. LEGNANI y
M. G. ROSSI (directores), Il regime fascista. Storia e storiografia, Roma-Bari, 1995, p. 531.
[Ad. del T.] “Croceano” (crociano, en italiano) está para evocar, obviamente, el
pensamiento de Benedetto CROCE.
8
Véase, por todos, R. TETI, Codice civile e regime fascista. Sull’unificazione del diritto
privato, Milán, 1990, p. 112, y C. GHISALBERTI, La codificazione del diritto in Italia
1865-1942, Roma-Bari, 1994, p. 38, con una síntesis del debate dedicado a este
aspecto. Entre los privatistas, véase, especialmente, G. B. FERRI, «Filippo Vassalli
e la defascistizzazione del Codice civile», en Diritto Privato, 1996, pp. 610 y ss.
9
N. IRTI, «Diritto civile», en Digesto, 4a ed., sez. civ., vol. IV, Turín, 1990, pp. 138
y ss. Precedentemente, v. M. ROTONDI, «Die italienische Rechtswissenschaft
der letzten hundert Jahre», en Rabels Zeitschrift für ausländisches und
internationales Privatrechts, 1996, pp. 114 y ss.
10
B. BIONDI, Il diritto romano cristiano, vol. I (Orientamento religioso della legislazione),
Milán, 1952, p. 55. Después de la Liberación, afirmaciones del mismo tenor se
encuentran, a menudo, en la obra de estudiosos favorables al mantenimiento de
la codificación civil: véase, por todos, G. FERRI, «Del codice civile, della codificazione
e di altre cose meno commendevoli», en Foro it., 1944/46, IV, cols. 34 y ss.
69
ALESSANDRO SOMMA
11
Similares afirmaciones se presentan, especialmente, en la experiencia
alemana, luego del concluida la Segunda Guerra. Véase, por ejemplo, W.
HALLSTEIN, Wiederherstellung des Privatrechts, Heidelberg, 1946, pp. 7 y ss. Del
período posterior, véase, por todos, H. P. H AFERKAMP , Die heutige
Rechtsmissbrauchslehre-Ergebnis national sozialistischen Rechtsdenken?,
Berlín–Baden-Baden, 1995, en especial, pp. 3 y ss. En la literatura italiana,
v. por todos, B. BIONDI, Il diritto romano cristiano, vol. I, cit., p. 55.
12
Controversia discutida, entre otros, por F. WIEACKER, Privatrechtsgeschichte der
Neuzeit unter besonderer Berücksichtigung der deutschen Entwicklung, 2a ed., 1967,
p. 468 y ss., y H. COING, «Sub Einleitung zum Bürgerlichen Gesetzbuch», en
BGB-Staudingers Kommentar, 13a reelaboración, Berlín, 1995, pp. 44 y ss.
13
Cfr. F. WIEACKER, «Das bürgerliche Recht im Wandel der Gesellschaftsordnung»,
ahora en ID., Industriegesellschaft und Privatrechtsordnung, Fráncfort, 1974,
pp. 38 y ss., y M. R. WILL, «Verso il Duemila: revisione del BGB?», trad. italiana
de A. Somma, en Rivista Critica di Diritto Privato, 1992, pp. 591 y ss.
70
EL DERECHO FASCISTA DE LOS CONTRATOS
14
En torno de la existencia y las características del derecho privado
nacionalsocialista, v. entre otros muchos, K. KROESCHELL, Rechtsgeschichte
Deutschlands im 20. Jahrhundert, cit., pp. 83 y ss., y B. RÜTHERS, Die unbegrenzte
Auslegung, 4a ed., cit., en especial, pp. 322 y ss.
15
Al respecto, A. J. DE GRAND, L’Italia fascista e la Germania nazista, trad. italiana
de M. L. Bassi, Bolonia, 1999, pp. 7 y ss., precisa: “El régimen fascista y el
régimen nazista se encuentran frente a un problema doble. Su base social
burguesa o pequeña burguesa hace difícil una ruptura potencia con la
Sociedad existente, con su élite burocrática y con la estructura del capital
privado [...] En busca de un común denominador que mantuviese el carácter
compacto de la alianza y la condujese al poder, ambos movimientos fueron
constreñidos, aun antes de asumir el gobierno, a liberarse de sus programas
radicales encaminados a promover una reestructuración fundamental de las
instituciones económicas y sociales [...] De ello resultó una fragmentación
del Estado en feudos dominados por dictaduras fuertemente personalizadas
que encarnaron en la persona de su líder supremo aquella unidad que no
habían realizado en la práctica”.
71
ALESSANDRO SOMMA
16
El sistema corporativista se corresponde, en la experiencia
nacionalsocialista, con el sistema elaborado en torno de la figura de los
“fiduciari del lavoro” (Treuhänder der Arbeit, “administradores fiduciarios
del trabajo”). En el § 2 Gesetz über Treuhänder der Arbeit del 19 de mayo de
1933, atribuye a los administradores fiduciarios la tarea de definir “an Stelle
der Vereinigungen von Arbeitnehmern, einzelner Arbeitgeber oder der
Vereinigungenabschluss von Arbeitgebern rechtsverbindlich für die Beteiligten
Personen die Bedingungen für den Abschluss von Arbeitsverträge” [“en lugar de
las asociaciones de trabajadores, empleadores individuales, o de las
asociaciones de empleadores, condiciones jurídicamente vinculantes para
las personas interesadas en la celebración de contratos de trabajo”]. En la
literatura italiana de la época se ocupó de estos aspectos, véase la
contribución de G. D’EUFEMIA, «Sul valore politico della legge germanica
del lavoro», en Lo Stato, 1934, pp. 774 y ss., quien “reivindic[a] la italianidad
de la concepción ético-social de las relaciones de trabajo, que desde casi
una década está vigente en el Estado fascista”. Véanse también, F. ERMARTH,
«Il nuovo ordinamento germanico del lavoro», en Lo Stato, 1934, pp. 81 y ss.,
y W. S IEBERT , «Principi fondamentali dell’ordine nazionalsocialista del
lavoro», en Lo Stato, 1938, pp. 321 y ss. De la bibliografía posterior, véase,
por todos, K. KROESCHELL, Rechtsgeschichte Deutschlands im 20. Jahrhundert,
Gotinga, 1992, pp. 98 y ss.
17
Sobre las analogías y diferencias entre las doctrinas fascista y
nacionalsocialista en materia de acrecentamiento del poder, véase,
entre otros: D. M AJER , «Recht und Gesetzgebung im italienischen
Faschismus», cit., p. 224, y R. TETI, Codice civile e regime fascista, cit., p. 189,
con ulteriores citas.
18
Estos aspectos también son valorizados por la investigaciones recientemente
dedicadas a la comparación entre las experiencias fascista y
nacionalsocialista: K. D. B RACHER y L. V ALIANI (directores), Faschismus
und Nationalsozialismus, Berlín, 1991, y F. LANCHESTER e I. S TAFF (directores),
Lo stato di diritto democratico dopo il fascismo ed il nazional socialismo,
Milán–Baden-Baden, 1999. En precedencia, v. K.-P. HOEPKE, Die deutsche
Rechte und der italienische Faschismus. Ein Beitrag zum Selbsverständnis und zur
Politik von Gruppen und Verbänden der deutschen Rechten, Düsseldorf, 1968, en
especial, pp. 241 y ss.
72
EL DERECHO FASCISTA DE LOS CONTRATOS
19
Véase, por ejemplo, F. OLGIATI, Il concetto di giuridicità nella scienza moderna del
diritto, Milán, 1943, pp. 183 y ss., y 215 y ss. De las publicaciones de autores
italianos en idioma alemán, cfr. G. LO VERDE, «Die verfassungrechtliche
Stellung der neuen faschistischen Kammer», en ZAkDR, 1939, pp. 257 y ss., e
ID., «Die Rechtsnachfolfe im Faschismus», en DR, 1939, pp. 1622 y ss. De la
literatura alemana, en fin, v. T. GERSTENMAIER, Wesen und Gehalte des Nationalsozialismus
und des Faschismus als zeitgenössische Staatsideen und Staatgestaltungen, Diss.
Heidelberg, 1937, en especial, pp. 68 y ss., y H. H ORSTMANN , «Neues
italienisches Verfassungsrecht. Die Kammer der Fasci und Korporationen»,
en DR, 1939, pp. 30 y ss. Véase, para terminar, C. SCHMITT, «La dottrina del
diritto nel fascismo e nel nazionalsocialismo», en Lo Stato, 1936, pp. 299 y ss.
20
El interés por los aspectos de orden politológico es testimoniado en las numerosas
obras en idioma alemán dedicadas al fascismo. Entre las debidas a autores
italianos, véase, por ejemplo, G. BORTOLOTTO, Faschismus und Nation. Der Geist der
korporativen Verfassung, Hamburgo, 1932. Entre las obras atribuidas al líder del
fascismo, cfr. B. MUSSOLINI, Der Geist des Faschismus. Ein Quellenwerk, Múnich,
1940, e ID., Schriften und Reden, ts. I/VIII, Zürich-Leipzig-Stuttgart, 1935. Véase,
además, T. BLAHUT, Staat und Führung im Faschismus. Ein Beitrag zur Geitesgeschichte
unserer Zeit, Berlín, 1940, y H. STOCK, Die faschistische Staatsjugend, Múnich, 1943.
Entre los textos editados antes de la imposición del nacionalsocialismo, en fin,
v. E. VON BECKERATH, Wesen und Werden des faschistischen Staates, Berlín, 1927, y W.
HEINRICH, Die Staats-und Wirtschaftverfassung des Faschismus, Berlín, 1929.
21
Véase, por ejemplo, J. Evola, «Sulle differenze fra la concezione fascista e nazista
dello Stato», en Lo Stato, 1941, pp. 143 y ss., y S. Villari, «L’idea dell’Impero e
l’idea del Reich», en Lo Stato, 1941, pp. 89 y ss. Entre los estudios sobre Carl SCHMITT,
v. «Tendenze nuove della dottrina tedesca: C. Schmitt», en Lo Stato, 1930, pp. 480 y ss.
22
La colaboración científica relativa al tema de la codificación se identifica, en
particular, en las obras en idioma alemán sobre el Código Civil italiano de 1942: S.
MESSINA, «Natur und Merkmale des faschistischen Kodifikation», en ZAkDR, 1941,
pp. 285 y ss., y A. AZARA, «Grundgedanken der Gesetzgebung Mussolinis», en
ZakDR, 1942, pp. 1251 y ss. Véanse, además, A. DRESLER, «Die Gesetzgebung
Mussolinis», en DR, 1942, pp. 867 y ss., y H. LEHMANN, «Der Entwurf des I. Buches
des künftigen VGB im Vergleich mit neueren Kodifikationen», en ZakDR, 1944,
pp. 153 y ss., con resaltos comparativos.
23
Al respecto, y recientemente, v. S. PATTI, «Fascismo, codice civile ed evoluzione
del diritto privato», en F. LANCHESTER e I. STAFF (directores) Lo stato di diritto
democratico dopo il fascismo ed il nazionalsocialismo, cit., pp. 347 y ss., con
abundantes referencias bibliográficas y comparativas.
73
ALESSANDRO SOMMA
24
El Comité es mencionado en el art. 7 del Acuerdo Cultural entre el Reino de
Italia y el Reich alemán del 23 de noviembre de 1938: “Las Altas Partes
contrayentes darán desarrollo al Comité de Colaboración instituido por la
Akademie für Deutsches Recht en Berlín, y por el Comitato italo-germanico
en Roma, con el fin de supervisar y estrechar las relaciones existentes en el
campo de las ciencias jurídicas, y en particular, de la evolución del derecho
y del derecho comparado”. Al respecto, véase por ejemplo:
S. MESSINA, «Origini scopi ed organizazione del Comitato», en Lo Stato, 1938,
pp. 387 y ss. De la bibliografía posterior, cfr. H.-R. PICHINOT, Die Akademie für
Deutsches Recht. Aufbau und Entwicklung einer öffentlich-rechtlichen Körperschaft
des Dritten Reichs, Diss. Kiel, 1981, pp. 112 y ss., y R. BONINI, Disegno storico del
diritto privato italiano (dal Codice civile del 1865 al Codice civile del 1942), 2a ed.,
Bolonia, 1990, p. 113, nota 27.
25
El Programa de la Deutsche Arbeiterpartei se lee, recientemente, en W. HOFER
(director), Der Nationalsozialismus. Dokumente 1933-1945, 46a ed., Fráncfort,
1999, pp. 28 y ss. En torno de las afirmaciones dedicadas al Derecho romano,
v. por ejemplo, P. KOSCHAKER, Europa und das römische Recht, 4ª ed., Múnich-
Berlín, 1966, pp. 311 y ss., y D. S IMON, «Die deutsche Wissenschaft vom
römischen Recht nach 1933», en M. S TOLLEIS y D. S IMON (directores),
Rechtsgeschichte im Nationalsozialismus. Beiträge zur Geschichte einer Disziplin,
Tubinga, 1989, pp. 161 y ss. En la literatura de la época, v. E. J UNG ,
«Deutschrechtliches und Römischrechtliches zur Reform des Bürgerlichen
Rechts», en ZakDR, 1934, pp. 183 y ss., W. MERK, «Wachstum und Schöpfung
im germanischen Recht», en Beiträge zur Neugestaltung des Deutschen Rechts.
Festschrift für E. Jung zum 70. Geburstag, Marburg, 1937, pp. 127 y ss. [Ad. del
T.] La cita señala: “Postulamos que el derecho romano, servidor del orden
materialista mundial, sea sustituido por un derecho común alemán”.
74
EL DERECHO FASCISTA DE LOS CONTRATOS
26
H. LANGE, Von alten zum neuen Schuldrecht, Hamburgo, 1934, p. 47. Al respecto,
v. por todos, H. SCHLOSSER, Grundzüge der Neueren Privatrechtsgeschichte, 7ª ed.,
1992, pp. 162 y ss.
[Ad. del T.] El pasaje citado dice: “[...] así como el nacionalsocialismo subordina
el individuo a la comunidad, debe invertir la relación entre derecho y voluntad
del individuo: la voluntad común deviene soberana y la voluntad individual
es puesta a su servicio”.
27
H. LANGE, Liberalismus Nationalsozialismus und Bürgerliches Rechts, Tubinga,
1933, en especial, pp. 1 y ss., quien precisa: “Der Liberalismus drängte in den
letzten 100 Jahren in Deutschland seinen grossen Gegner den preussischen Pflicht-
und Gemeinschaftsgedanke des 18. Jahrhunderts zurück. [...] Der Umturz dieses
Jahres is echte Revolution: er ändert nicht nur die Staatsfürung, sondern setzte auch
an die Stelle der liberalistischen eine neue Staatsgesinnung. Diese fusst auf dem
Pflicht- und Gemeinschaftsgedanke”. En la misma línea de pensamiento, por
ejemplo, G. BÖHMER, Einführung in das Bürgerliche Recht, Leipzig, 1932, p. 22, y
H. STOLL, Vertrag und Unrecht, 3a ed. al cuidado de W. FELGENTRAEGER, vol. I,
Tubinga, 1943, pp. 14 y ss.
[Ad. del T.] En el pasaje citado dice: “El individuo no asume significado por sí
mismo, sino por su posición en la colectividad”.
28
Como queda explicitado en la frase: “Du bist nichts – Dein Volk ist alles”. Al
respecto, y de lo reciente, v. H. HATTENHAUER , Die geistesgeschichtlichen
Grundlagen des deutschen Rechts, 4a ed. Heidelberg, 1996, pp. 309 y ss.
75
ALESSANDRO SOMMA
29
H. S TOLL, Vertrag und Unrecht, vol. I, cit., pp. 45 y ss. En el mismo sentido,
v. entre otros, K. LARENZ, Vertrag und Unrecht, parte I (Vertrag und Vertragsbruch),
Hamburgo, 1936, pp. 31 y ss.
[Ad. del T.] En el pasaje citado dice: “Sobre la base de la ideología jurídica
nacionalsocialista, la celebración del contrato constituye un evento relevante
para la comunidad entera. Por ello, la intervención del Estado en la celebración
del contrato [...] es oportuna. Todos los actos autoritarios generales o especiales
destinados a este fin son medidas [...] de una economía dirigida por el Estado”.
30
Este aspecto es destacado, principalmente, por G. OTTE, «Die zivilrechtliche
Gesetzgebung im “Dritten Reich”», en NJW, 1988, pp. 2836 y ss., quien aporta
una panorámica sobre las principales disposiciones. Una reseña sobre la
regulación concerniente a la materia privatista se encuentra también en
I. VON MÜNCH (director), Gesetze des NS-Staates, 3ª ed., 1994, pp. 145 y ss.
31
Al respecto, v. las síntesis de H. HATTENHAUER, «Das NS-Volksgesetzbuch», en
Festschrift für R. Gmür zum 70. Geburtstag, Gieseking, 1983, pp. 255 y ss., y G.
BRÜGGEMEIER, «Oberstes Gesetz ist das Wohl des deutschen Volkes. Das Projekt des
“Volksgesetzbuches”», en JZ, 1990, pp. 24 y ss. En la literatura de la época, v. por
ejemplo, H. W. HEDEMANN, «Arbeit am Volksgesetzbuch», en DR, 1941, pp. 1913 y ss.,
y H. LEHMANN, «Vom Werden des Volksgesetzbuchs», en DR, 1942, pp. 1492 y ss.
32
Cfr., en particular, H. FRANK, «Gesetzbung und Rechtsprechung im Dritten Reich»,
en ZakDR, 1936, pp. 137 y ss., y H. LANGE, Vom alten zum neuen Schuldrecht, cit.,
p. 41, quien precisa: “Ist so dem Richter die hohe Aufgabe der schöpferischen
Neugestaltung der Grundformen des neuen Rechtes verschlossen, so bleibt ihm doch
die schwerw und entsagungsvolle, das alte gestzte Recht mit dem Rechtsempfinden
des neuen Staates zu durchdringen, Unvereinbares zu beseitigen, Verhaltetes zu
76
EL DERECHO FASCISTA DE LOS CONTRATOS
77
ALESSANDRO SOMMA
35
Como se lee en el opúsculo titulado Professori ebrei e dottrina ebraica, publicado
con la firma de la Dirección de la revista Lo Stato, 1938, pp. 490 y ss. Al
respecto, v. la respuesta de P. DE FRANCISCI, «La difesa del diritto romano», en
Lo Stato, 1938, pp. 513 y ss.
36
Entre otros, v. G. MAFFEI, «La concezione “anti-romano” razzista del diritto»,
en Lo Stato, 1934, pp. 674 y ss.
37
Para estos aspectos, y de lo reciente, v. A. J. DE GRAND, L’Italia fascista e la
Germania nazista, cit., pp. 121 y ss. Comparaciones con la ideología
nacionalsocialista se hallan también en M. STOLLEIS, Geschichte des öffentlichen
Rechts in Deutschland, t. III, Múnich, 1999, pp. 323 y ss.
38
D. GRANDI, Tradizione e rivoluzione dei Codici Mussoliniani, Roma, 1940, p. 7. En
el mismo sentido, v. entre otros, C. CURCIO, «Germanesimo antiromano?», en
Lo Stato, 1933, pp. 703, y F. MAROI, «La codificazione fascista del diritto civile»,
cit., p. 66. Para una comparación entre las teorías fascista y nacionalsocialista
sobre el Derecho romano, v. especialmente A. MANTELLO, «La giurisprudenza
romana fra nazismo e fascismo», en Quad. Storia, 1987, I, pp. 23 y ss., e ID.,
«Das Jhering-Bild zwischen Nationalsozialismus und Faschismus. Die
Analyse eines ideologischen Vorganges», en O. BEHRENDS (director), Jherings
Rechtsdenken. Theorie und Pragmatik im Dienste evolutionärer Rechtsethik,
Rechtsanchauung, individualistische und soziale Ordnung, en J. RÜCKERT y D.
W ILLOWEIT (director), Die Deutsche Rechtsgeschichte in der NS-Zeit. Ihr
Vorgeschichte und ihre Nachwirkungen, Tubinga, 1995, pp. 95 y ss.
39
D. G RANDI , «Diritto romano-fascista e germanico-nazista di fronte alla
rivoluzione del secolo XX», en Mon. trib., 1941, pp. 3 y ss.
78
EL DERECHO FASCISTA DE LOS CONTRATOS
40
Por todos, v. A. ASQUINI, «Unificazione del diritto delle obbligazioni», en Lo
Stato, 1938, p. 413 y ss., quien resalta: “Da la impresión de que los juristas
alemanes tienden a dar al concepto de responsabilidad, cada vez más, un
significado de amplio contenido político, como responsabilidad del individuo
frente a la comunidad nacional. Ello responde, por lo demás, a los principios
de nuestra Carta del Lavoro”. En la misma línea de pensamiento: E. BODRERO,
«Evoluzione fascista del diritto di proprietà», en Lo Stato, 1930, p. 133, y A.
SERMONTI, «Sui principii generali dell’ordinamento giuridico fascista», en Lo
Stato, 1940, p. 283. Para los reflejos de estas apreciaciones en la distinción
entre derecho privado y derecho público, v. M. STOLLEIS , Geschichte des
öffentlichen Rechts in Deutschland, t. III, cit., p. 338 y ss.
41
F. MAROI, «La codificazione fascista del diritto», cit., p. 70.
42
Véase también el art. 250 de las disposiciones para la aplicación del Código
Civil: “En las leyes especiales se pueden establecer discriminaciones entre los
que pertenecen a razas diversas de la aria, con el fin de excluir en todo o en parte
las limitaciones impuestas en el Código para las personas que no son de raza
aria”. Sobre este punto, y en la literatura de la época, v. S. BORGHESE, «Razzismo e
diritto civile», en Mon. trib., 1939, pp. 353 y ss. Para referencias a la colaboración
ítalo-alemana en la configuración de un ordenamiento jurídico racista, v. «Razza
e diritto al Convegno italo-tedesco di Vienna», en Lo Stato, 1939, pp. 129 y ss.
43
Cfr. A. BUZZELLI, «La funzione sociale dell’impresa-azienda», en Dir. e prat.
comm., 1940, I, pp. 35 y ss., y G. STAMMATI, «L’impresa nell’ordinamento
corporativo», en Dir. e prat. comm., 1940, pp. 98 y ss.
44
Al respecto, v. las reflexiones de A. ACQUARONE, L’organizzazione dello stato
totalitario, 2ª ed., Turín, 1995, p. 287. Sobre las características del derecho
público fascista, y de lo reciente, v. L. FERRAJOLI, La cultura giuridica nell’Italia
del Novecento, Roma-Bari, 1999, p. 39, y G. ALPA, Storia del diritto civile italiano,
Roma-Bari, 2000.
79
ALESSANDRO SOMMA
45
Véase, entre otros, P. PERLINGIERI, «Scuole civilistiche e dibattito ideologico:
introduzione allo studio del diritto privato in Italia», ahora en ID., Tendenze e
metodi della civilistica italiana, Nápoles, 1979, pp. 44 y ss. En la amplia literatura
de la época, v. S. PUGLIATTI, «L’ordinamento corporativo e il codice civile», en
Riv. dir. comm., 1942, I, pp. 358 y ss.
*
La Carta del Lavoro fue dada el 21 de abril de 1927 por el Gran Consejo del
Fascismo y está compuesta de treinta “declaraciones” que cifran los
principios básicos del ordenamiento sindical-corporativista-fascista.
Pese al carácter político de su origen (el Gran Consejo era el órgano máximo
del Partido) la Carta se convirtió, definitivamente, en fuente de normas
jurídicas mediante la Ley n. 14 del 30 de enero de 1941, que reconoció a sus
“declaraciones” el valor de principios del ordenamiento jurídico del Estado,
y el valor de criterios para la interpretación y aplicación de las leyes. En las
primeras ediciones del Código Civil italiano de 1942, la Carta precedía el
texto propiamente dicho del Codice. Sobre este importante documento, cfr. la
óptima reseña de R. CORRADO, «Carta del lavoro», en Noviss. Dig. it., vol. II,
Turín, UTET, 1958, p. 967-968. [N. de T.].
46
Estas máximas han interesado a la literatura nacionalsocialista. Véase, por
todos, W AWRETZKO , «Grundzüge des deutschen und italienischen
Arbeitsrechts», en DR, 1942, pp. 1636 y ss. Véase también, A. PUTZOLU, «Das
Gesetzbuch der Arbeit», en DR, 1941, pp. 2577 y ss., y C. COSTAMAGNA, «Das
Gesetzbuch der Arbeit», en ZakDR, 1941, pp. 325 y ss.
47
Véanse, sobre todo, las intervenciones en el famoso congreso pisano al que se
hace referencia en G. PERTICONE, «Sui principii generali del diritto privato»,
en Arch. giur., 1940, pp. 129 y ss., e ID ., «Ancora sui principii generali
dell’ordinamento giuridico», en Arch. giur., 1940, pp. 54 y ss.
80
EL DERECHO FASCISTA DE LOS CONTRATOS
48
Esta cita figura en «Il comitato giuridico italo-germanico per la riforma del
diritto delle obbligazioni», en Riv. dir. comm., 1938, I, p. 437. Véase también,
A. ASQUINI, «Unificazione del diritto delle obbligazioni», cit., p. 411 y ss.
49
Véase, una vez más, «Il comitato giuridico italo-germanico per la riforma del
diritto delle obbligazioni», cit., p. 437. Sobre este punto, y de la literatura de la
época, v. A. BRUNETTI, «La riforma del diritto matrimoniale in Germania», en Giur.
it., 1939, I, cols. 129 y ss. Posteriormente, cfr. W. SCHUBERT (director), Ausschuss für
Personen-, Vereins-, und Schuldrecht. 1937-1939, a su vez en W. SCHUBERT, W. SCHMID
y J. REGGE (directores), Akademie für Deutsches Recht 1933-1945. Protokolle der
Ausschüsse, t. III-4, Berlín-Nueva York, 1992, p. XXXV y ss.
81
ALESSANDRO SOMMA
50
G. V ASSALLI, «Per un diritto unico delle obbligazioni», en Lo Stato, 1939,
pp. 206 y ss. En la literatura nacionalsocialista, v. H. L ANGE , «Die
Vertragstreue», en DR, 1934, pp. 531 y ss., y H. STOLL, Vertrag und Unrecht,
parte I, cit., pp. 43 y ss: “Daher bedeutet die Anerkennung der Privatautonomie
kein Recht gegenüber dem Staat zu willkürlichem Tun, sondern Verpflichtung
und Bindung gegenüber der Gemeinschaft” [“En los hechos, el reconocimiento
de la autonomía privada no es un derecho frente al Estado, para
comportarse arbitrariamente, sino un compromiso y un vínculo para con
la comunidad”].
51
En la literatura de la época, v. entre otros varios, H. WÜRDINGER, «Das subjektive
Recht im Privatrecht», en DR, 1935, pp. 492 y ss., y L. MOSSA, «Il rinnovamento
del diritto civile tedesco», en Riv. dir. comm., 1938, I, pp. 523 y ss. Para una
tímida defensa de la teoría del negocio jurídico, v. A. MANIGK, Neubau des
Privatrechts. Grundlagen und Bausteine und subjektives Recht, Leipzig, 1938,
pp. 1 y ss. A propósito, y de lo reciente, v D. GRIMM, «Gemeinschaftsvorrang
und subjektives Recht», en U. DAVY, H. FUCHS, H. HOFMEISTER, J. MARTE e I.
R EITER (directores), Nationalsozialismus und Recht. Rechtssetzung und
Rechtswissenchaft in Österreich unter der Herrschaft des Nationalsozialismus,
Viena, 1999, pp. 38 y ss.
52
Véase, por todos, C. C OSTAMAGNA , «Fascismo, Soviettismo e Diritto
“Tradizionale”», en Lo Stato, 1930, pp. 406 y ss., y P. DE FRANCISCI, «Ai giuristi
italiani», en Lo Stato, 1932, pp. 674 y ss.
53
Ecuación formalizada por el fundador de la Escuela histórica: F. C. VON
SAVIGNY, System des heutigen römischen Rechts, t. III, Berlín, 1840, en especial,
pp. 5 y ss., 309 y ss. Sobre este punto v. P. G. MONATERI y R. SACCO, voz
«Contratto in diritto comparato», en Digesto, 4a ed., sez. civ., vol. IV, Turín,
1989, p. 139, y G. ALPA, «Definizione codicistica di contratto e vinculum
iuris», en Mat. st. cult. giur., 1990, pp. 149 y ss.
54
Al respecto, v. H. LANGE, «Abstraktes oder kausales dingliches Geschäft?»,
en DR, 1935, pp. 485 y ss., y F. W IEACKER , Zum System des deutschen
Vermögensrechts. Erwägungen und Vorschläge, Leipzig, 1941, pp. 26 y ss.
82
EL DERECHO FASCISTA DE LOS CONTRATOS
55
En la literatura de la época, cfr. por ejemplo, W. SIEBERT, «Ergebnisse und Vorschläge
zum System des deustschen Vermögensrechts», en DR, 1941, pp. 1506 y ss. Sobre
este punto, v. por todos, R. KNIEPER, «Grenzelose Vertrags-und ausgrenzende
Gemeinschaftsverhältnisse im bürgerlichen Recht», en KJ, 1993, p. 242.
56
K. LARENZ, «Neubau des Privatrechts», en Arch. civ. Pr., t. 145 (1939), pp. 93 y ss.,
e ID., Vertrag und Unrecht, parte I, cit., p. 18. Sobre este punto, de lo reciente,
v. A. DAYERLING, Vertragslehre im Dritten Reich und in der DDR während der
Geltung des BGB. Eine vergleichende Betrachtung unter besonderer Berücksichtigung
der Diskussion des faktischen Vertrages in der Bundesrepublik, Beirut, 1996, pp. 34 y ss.,
y M. ZIRKER, Vertrag und Geschäftgrundlage in der Zeit des Nationalsozialismus,
Würzburg, 1996, p. 112.
[Ad. del T.] En el pasaje citado dice: “A nuestro entender, los esponsales, el
matrimonio, el formar parte de una relación laboral no son contratos, pues
no tienen por objeto el intercambio de prestaciones individuales o bienes,
sino la plena integración del individuo en una comunidad”.
57
G. VASSALLI, «Per un diritto unico delle obbligazioni», cit., p. 204, quien sintetiza
de este modo las tesis descritas, sobre el argumento, y en especial, por Hans
D ÖLLE. En la literatura nacionalsocialista, v. por todos, H. HILDEBRANDT,
«Rechtswandlungen im neueren Vermöngsverkehrsrecht», en ZAkDR, 1936,
83
ALESSANDRO SOMMA
84
EL DERECHO FASCISTA DE LOS CONTRATOS
61
G. HAUPT, «Über faktische Vertragsverhältnisse», en Festschrift der Leipziger
Juristenfakultät für H. Siber zum 10. April 1940, t. II, Leipzig, T. Weicher (ed.),
1943, pp. 3 y ss. Entre los autores alemanes de la época que analizan la teoría
de las relaciones contractuales de hecho, cfr. W. SPIESS, «“Faktische Verträge” oder
öffentliches Recht oder Tarif?», en ZAkDR, 1942, pp. 340 y ss., y F. WIEACKER,
«Leistungsbeziehungen ohne Vereinbarung», en ZAkDR, 1943, pp. 33 y ss. Sobre
el mismo tema, v. P. LAMBRECHT, Die Lehre vom faktischen Verträgsverhältnis.
Entstehung, Rezeption und Niedergang, Tubinga, J.C.B. Mohr, 1994, pp. 46 y ss.
62
G. HAUPT, «Über faktische Vertragsverhältnisse», cit., pp. 21 y ss. Sobre este
punto, v. por ejemplo, A. NIKISCH, «Über faktische Vertragsverhältnisse», en
Vom deutschen zum europäischen Privatrecht. Festschrift für H. Dolle al cuidado
de E. VON CAEMMERER, A. NIKISCH y K. ZWEIGERT, t. I, Tubinga, J.C.B. Mohr,
1963, pp. 79 y ss. Véanse, además, C. S YZ , Faktisches Vertragsverhältnis,
Zürich, Schulthess (ed.), 1991, pp. 20 y ss., y P. LAMBRECHT, Die Lehre vom
faktischen Vertragsverhältniss, cit., pp. 5 y ss. En la literatura italiana reciente,
v. V. FRANCESCHELLI, «Rapporti contrattuali di fatto: un cinquantenario», en I
contratti, 1993, p. 708.
63
Además de la literatura mencionada en precedencia, v. H.-C. NIPPERDEY, «Die
Vereinheitlichung des Rechts der Schuldverhältnisse in Italien und
Deustchland», en ZAkDR, 1938, p. 721, y W. HEDEMANN, «Das neue italienische
Obligationenrecht», en ZAkDR, 1941, pp. 305 y ss., quienes describen los
puntos en común de las reflexiones fascistas y nacionalsocialistas en materia
de autonomía privada. En la literatura italiana, v. entre otros varios, C. A. BIGGINI,
«Il principio corporativo e il sistema del diritto privato», en Lo Stato, 1930, p. 476,
y E. BETTI, «Sul codice delle obbligazioni. L’influenza francese e l’esempio
tedesco nel progetto (quarto libro) di riforma del Codice civile», en Mon. Trib.,
1939, pp. 422 y ss., con reflexiones sobre la experiencia nacionalsocialista.
64
Circunstancia denunciada por C. COSTAMAGNA, «Linee del diritto privato del
Fascismo», en Lo Stato, 1937, pp. 24 y ss., y E. B ETTI, «Sul codice delle
obbligazioni», cit., pp. 417 y ss.
85
ALESSANDRO SOMMA
65
L. FERRAJOLI, La cultura giuridica nell’Italia del novecento, cit., p. 43.
66
Sobre los extremos de tal intento, v. sobre todo R. TETTI, Codice civile e regime
fascista, cit., en especial, pp. 43 y ss., 153 y ss., y C. GHISALBERTI, La codificazione
del diritto in Italia 1865-1942, cit., pp. 270 y ss. Con específica referencia a la
materia contractual, véase V. ROPPO, Il contratto, Bolonia, 1977, pp. 50 y ss.
67
P. PERLINGIERI, Scuole civilistiche e dibattito ideologico: introduzione a lo studio del
diritto privato in Italia, cit., pp. 44 y ss.
68
Relazione della Commissione Reale al progetto del libro “Obbligazioni e contratti”,
p. 5, cit. por G. PANDOLFELLI, G. SCARPELLO, M. STELLA RICHTER y G. DALLARI,
Codice civile-Libro delle obbligazioni illustrato con i lavori preparatori e disposizioni
di attuazione e transitorie, Milán, 1942, p. 39.
69
Véase la Relazione del Guardasigilli al progetto ministeriale delle obbligazioni, n. 17,
cit. por G. PANDOLFELLI, G. SCARPELLO, M. STELLA RICHTER y G. DALLARI, Codice
civile-Libro delle obbligazioni, cit., p. 54. Sobre este punto, v. por todos L. BARASSI,
La teoria generale delle obbligazioni, vol. I (La struttura), reimpr. de la 2a ed.,
Milán, 1963, pp. 148 y ss. De lo más reciente, v. C. A. CANNATA, «Le obbligazioni
in generale», en Trattato di diritto privato dirigido por P. RESCIGNO, vol. 9, 2a ed.,
Turín, 1999, p. 12.
86
EL DERECHO FASCISTA DE LOS CONTRATOS
70
Relazione del Guardasigilli al progetto ministeriale delle obbligazioni, n. 156, cit.
por G. PANDOLFELLI, G. SCARPELLO, M. STELLA RICHTER y G. DALLARI, Codice civile-
Libro delle obbligazioni, cit., p. 154. En el mismo sentido, entre los autores de la
época, v. F. MESSINEO, Manuale di diritto civile e commerciale, reimpr. de la 6a ed.,
vol. II, Milán, 1943, p. 317.
71
A. DI MAJO, Obbligazioni in generale, Bolonia, 1985, p. 276, quien se refiere a
opiniones expresadas por Pietro RESCIGNO. De este último autor, v. Introduzione
al Codice civile, Roma-Bari, 1991, p. 139.
72
Sobre la circulación, veánse, por todos F. CALASSO, «Savigny e l’Italia», en Annali
di storia del diritto, vol. VIII (1964), pp. 1 y ss., y N. IRTI, «La scienza italiana del
diritto alla vigilia del BGB», en Riv. trim. dir. pubbl., 1997, pp. 341 y ss. Entre los
autores italianos fascinados por la ecuación que identifica el contrato con el
negocio jurídico bilateral, v. G. P. CHIRONI y L. ABELLO, Trattato di diritto civile
italiano, vol. I (Parte generale), Turín, 1904, pp. 375 y ss.
73
Relazione del Guardasigilli al progetto ministeriale delle obbligazioni, n. 10, cit.
por G. PANDOLFELLI, G. SCARPELLO, M. STELLA RICHTER y G. DALLARI, Codice civile-
Libro delle obbligazioni, cit., pp. 41 y ss., donde se precisa: “Es claro que las
87
ALESSANDRO SOMMA
88
EL DERECHO FASCISTA DE LOS CONTRATOS
77
Relazione del Guardasigilli al progetto ministeriale delle obbligazioni, nn. 193 y
194, cit. por G. PANDOLFELLI, G. SCARPELLO, M. STELLA RICHTER y G. DALLARI,
Codice civile-Libro delle obbligazioni, cit., p. 171. En el mismo sentido, v. la
Relazione al Re, n. 613, donde se rechazan las teorías de la causa como fin
práctico individual del contrato.
78
M. COSTANZA, Il contratto atipico, cit., p. 25. Véase también, A. M. PRINCIGALLI, «La
vicenda della codificazione, en N. LIPARI (director), Diritto privato. Una ricerca
per l’insegnamento, Roma-Bari, 1975, p. 57, y D. HART, «Sub Vorbemerkungen
von Par. 116», en BGB-Alternativkommentar, t. I, Neuwied-Darmstadt, 1987, p. 305.
De lo más reciente, v. G. ALPA, Storia del diritto civile italiano, cit.
89
ALESSANDRO SOMMA
79
Así se señala en el par. 1 “Gesetzentwurf von Heinrich Stoll aus der Denkschrift
des Ausschusses für Personen- Vereins- und Schuldrecht: Die Lehre von den
Leistungsstörungen”, en W. SCHUBERT (director), Volksgesetzbuch. Teilentwürfe,
Arbeitsberichte und sonstige Materialien, en W. SCHUBERT y J. REGGE (directores),
Akademie für Deutsches Recht 1933-1945. Protokolle der Ausschüsse, t. III-4, Berlín-
Nueva York, 1988, p. 270.
[Ad. del T.] El texto citado dice: “En particular, los acuerdos sobre el contenido
del contrato (condiciones generales de contratación) para un indeterminado
número de contratos futuros (contratos en serie) deben ser conformes a los
requerimientos de la vida en comunidad”.
80
W. HERSCHEL, «Die Vertragsordnung als Rechtsnorm. Zur praktischen Bedeutung
der neuen Lehre von den allgemeinen Geschäftsbedingungen», en DR, 1942,
pp. 753 y ss. Sobre la transición de la concepción liberal a la concepción
nacionalsocialista del tráfico de masa, v. por ejemplo, ID., «Der Ersatz des
indirekten Schadens. Ein Beitrag zur Frage der industriellen Lieferbedingungen»,
en DR, 1940, pp. 1451 y ss., y J. RITTER, «Legalisierung der allgemeinen deutschen
Spediteurbedingungen», en DR, 1940, pp. 779 y ss. En la literatura italiana, ha
prestado atención a estos aspectos, especialmente, V. ROPPO, «Le condizioni
generali di contratto tra “norma” e “negozio”», en Pol. dir., 1974, pp. 718 y ss.
81
Véase, por ejemplo, G. HAUPT, «Vertragsfreiheit und Gesetz», en ZAkDR, 1943,
pp. 84 y ss., y la propuesta formulada por el mismo autor de declarar nulas
90
EL DERECHO FASCISTA DE LOS CONTRATOS
91
ALESSANDRO SOMMA
86
Sobre el tema, v. por todos, P. RESCIGNO, «Presentazione», en A. BARENGHI
(coordinador) La nuova disciplina delle clausole vessatorie nel codice civile,
Nápoles, 1996, p. IX, y G. ALPA, I contratti dei consumatori. L’iter normativo degli
articoli 1469 bis-sexies del codice civile, Roma, 1997, pp. 7 y ss.
87
Relazione al Re, n. 612. Al respecto, v. por todos, M. FRAGALI, sub arts. 1341 y
1342, en Codice civile. Commentario, dirigido por M. D’AMELIO y E. FINZI, Libro
delle obbligazioni, vol. I, Florencia, 1948, p. 373, y A. GIORDANO, I contratti per
adesione, Milán, 1951, pp. 13 y ss. Posteriormente, v. sobre todo, V. ROPPO,
Contratti standard. Autonomia e controlli nella disciplina delle attività negoziali di
impresa, Milán, 1975, pp. 181 y ss.
88
H. STOLL, Vertrag und Unrecht, vol. I, cit., pp. 45 y ss. En la literatura fascista,
v. R. LABADESSA, «Produttori agricoli e consumatori», en Lo Stato, 1930, p. 344,
quien habla de “vínculo racional entre productores y consumidores”.
89
Véase, entre otros, C. E. FERRI, «Il sepolcro dell’uomo economico», en Lo Stato,
1931, pp. 708 y ss., y C. COSTAMAGNA, «La riforma della scienza giuridica. La
dottrina giuridica dello Stato e la sua crisi», en Lo Stato, 1933, p. 563.
90
Para reflexiones sobre el “economicismo fascista”, y de lo reciente, v. A.
MAZZACANE, «Relazione introduttiva», cit.
92
EL DERECHO FASCISTA DE LOS CONTRATOS
91
Cfr. el resumen expuesto por C. COSTAMAGNA, «Il giudice e la legge», en Lo
Stato, 1939, pp. 193 y ss. La reunión se concluye con una proclama que contiene,
entre otras, la siguiente máxima: “El juez, en el ejercicio de su ministerio, es
independiente de toda autoridad particular del Estado, pero debe inspirarse
en los ideales de la revolución fascista y nacionalsocialista”.
92
Cfr. el Gesetz zur Wiederherstellung des Berufsbeamtentums, del 7 de abril de 1933,
y en particular, el par. 4: “Beamte, di nach ihrer bisherigen politischen Betätigung
nicht die Gewähr dafür bieten, dass sie jederzeit rückhaltlos für den nationalen Staat
eintreten, könen aus dem Dienst entlassen werden [...]”. En la doctrina, v. sobre todo,
R. ANGERMUND, Deutsche Richterschaft 1919-1945, Fráncfort, 1990, pp. 50 y ss.
93
Según la opinión de A. AQUARONE, L’organizzazione dello stato totalitario, cit.,
pp. 11 y ss. El autor funda su parecer en el D. L. n. 1028 del 3 de mayo de 1923,
relativo a la dispensa del servicio a “los magistrados de todo grado, que por
enfermedad o incapacidad u otros motivos, no estén en condición de cumplir
con eficacia su función, o que demuestren un escaso rendimiento en su labor”.
Luego, v. la Ley n. 2300 del 24 de diciembre de 1925, que prevé la dispensa del
servicio para los funcionarios públicos que se hallaran “en condiciones de
incompatibilidad con los criterios políticos generales del Gobierno”. Y v. el
R. D. n. 12 del 30 de junio de 1941, sobre el poder judicial, aún en vigor. Sobre
este punto, v. F. GOVERNATORI, Stato e cittadino in tribunale. Valutazioni politiche
nelle sentenze, Bari, 1970, pp. 55 y ss., que desarrolla reflexiones sobre la
“superación consciente de las interpretaciones y evaluaciones de tipo liberal,
con adhesión a los principios y métodos del fascismo”.
93
ALESSANDRO SOMMA
*
En italiano se prefiere la expresión ordinamento giuridiziario (que se traduce
como “ordenamiento judicial”) en lugar de “poder judicial”, como ocurre
entre nosotros [N. del T.].
94
G. NEPPI MODONA, «La magistratura e il fascismo», en AA.VV., Fascismo e società
italiana, cit., pp. 135 y ss., y 153 y ss., con reflexiones sobre el “sistema de
controles ampliamente experimentado en los cincuenta años del Estado
liberal”. A propósito, v. la Relazione al Re sobre el poder judicial, n. 29: “No se
puede garantizar una buena administración de la justicia, si no se mantiene
la independencia de la jurisdicción en sus dictámenes”. Ello “no implica ya
que la jurisdicción constituya un poder autónomo del Estado, pues ella
también debe conformar su actividad a los criterios generales decididas por
el Gobierno para el ejercicio de toda función pública”.
**
En el original dice simplemente clausole generali (del alemán Generalklauseln).
Prefiero hablar de “cláusulas normativas generales” para dejar en claro que
se trata de un modo de legislar, y no de las “cláusulas generales (de
contratación)” de las que se habla en nuestro medio. Sobre esta terminología,
en el Código Civil peruano, véase la explicación del profesor Manuel DE LA
PUENTE Y LAVALLE, en su estudio incluido en el presente volumen. [N. del T.]
95
Véase, entre otras sentencias, RG, 9 de julio de 1935, en RGZ, t. 148 (1935),
pp. 266 y ss.: “Es kann keine Rede davon sein, dass der Richter berechtigt wäre, eine
klar verinbarte Vertragsleistung wie die hier streitige, in Geld festgesetzte Rente, bei
der kein Streit herrscht oder herrschen kann, wie sie zu bewirken ist, unter Berufung
auf den für das bürgerliche Recht in par. 242 BGB auffestellten Grundsatz, dass jede
Leistung nach Treu und Glauben zu bewirken ist, um deswillen herabzusetzen und
damit in den bestehenden Vertrag einzugreifen, weil das öffenliche Interesse von der
auf der einen Vertragsseite beteiligten Verwaltungsstelle infolge eines dem
Vertragsgegner [...] nicht zur Last liegenden und zu einer Anfechtung des Vertrags
nicht berechtigenden Irrtums nicht so gewahrt ist, wie dies nach Meinung des
Berufungsgerichts bei Kenntnis der Sachlage geschehen sein würde”.
94
EL DERECHO FASCISTA DE LOS CONTRATOS
96
En RG, 8 de enero de 1937, en RGZ, t. 153 (1937) pp. 294 y ss., se observa: “Der
Grosse Senat des Reichgerichts hat [...] augesprochen, der Begriff des Vertrages gegen
die guten Sitten sei durch das seit dem Umbruch herrschenden Volksempfinden, die
nationalsozialistische Volksanschauung, bestimmt, und mit dem daraus sich
ergebenden Inhalt erfüllt sei der Par. 138 BGB auch auf noch nicht abgewicketlte
Rechtsgeschäfte anzuwenden; wenn ein Vertrag nach der nunmerhr herrschenden
Anschauung gegen die guten Sitten Verstosse, so könne ihm kein Rechtsschutz durch
ein deutsches Gericht gewährt werden”. Sobre este punto, en la literatura de la
época, v. K. LARENZ, «Die Anfechtbarkeit des Kindesannahmevertrages wegen
Eigenschaftsirrtumms», en ZAkDR, 1939, pp. 11 y ss.
97
G. VASSALLI, «Per un diritto unico delle obbligazioni», cit., p. 205. A propósito,
véase también B. RÜTHERS, Die unbegrenzte Auslegung, 4ª ed., cit., p. 372.
***
Se refiere al Código Civil italiano de 1865 [N. del T.].
98
Véase, entre otras sentencias, Cass. civ., 1 de agosto de 1936, en Rep. Giur. it.,
1936, s.v. Obbligazioni e contratti, n. 44, y Cass. civ., 23 de abril de 1937, en Rep.
Giur. it., 1937, s.v. Obbligazioni e contratti, n. 18. Posteriormente, v. Cass. civ. 11
de diciembre de 1940, en Rep. Giur. it., 1940, s.v. Obbligazioni e contratti, n. 25,
y Cass. civ., 10 de abril de 1940, en Rep. Giur. it., 1940, s.v. Obbligazioni e
contratti, n. 28, con referencias a la causa como “función económica y jurídica”.
95
ALESSANDRO SOMMA
99
Cfr. Cass. civ., 11 de mayo de 1936, en Giur. it., 1936, I, 1, cols. 626 y ss., y Cass. civ.,
24 de abril de 1939, en Rep. Giur. it., 1939, s.v. Obbligazioni e contratti, n. 9. En la
jurisprudencia de primera y segunda instancia, v. por ejemplo, App. Milán, 15
de marzo de 1938, en Rep. Giur. it., 1940, s.v. Obbligazioni e contratti, n. 32, y App.
Milán, 8 de marzo de 1940, en Rep. Giur. it., 1940, s.v. Obbligazioni e contratti, n. 34.
100
Trib. Caltanissetta, 22 de diciembre de 1933, en Rep. Giur. it., 1934, s.v.
Obbligazioni e contratti, n. 59.
101
Para una primera formulación de la teoría de la “base del negocio”, v.
P. OERTMANN, Die Geschäftsgrundlage. Ein neuer Rechtsbegriff, Leipzig, 1921,
pp. 63 y ss. Posteriormente, v. E. L OCHER , «Geschäftsgrundlage und
Geschäftszweck», en Arch. civ. Pr., t. 121 (1923), pp. 1 y ss., y H. RHODE, «Die
beiderseitigen Voraussetzung als Vertragsinhalt», en Arch. civ. Pr., t. 124
(1925), pp. 258 y ss. Asimismo: F. LEONHARD, Das Schuldrecht des BGB, t. II
(Besonderes Schuldrecht des BGB), Múnich-Leipzig, 1931, pp. 520 y ss., con una
síntesis de las opiniones de la doctrina en materia.
96
EL DERECHO FASCISTA DE LOS CONTRATOS
102
Premisas que habían llevado a relegar, de igual forma, la teoría de la
presuposición elaborada por B. WINDSCHEID, Die Lehre des römischen Rechts von
der Voraussetzung, 1850, e ID., Lehrbuch des Pandektenrechts, 8ª ed., reelaborada
por T. KIPP, t. I, Fráncfort, 1900, pp. 435 y ss., con una síntesis de las tendencias
expresadas por la pandectística sobre este punto. En la doctrina sucesiva,
v. R. ZIMMERMANN, The Law of Obligations. Roman Foundation of the Civilian
Tradition, Oxford, 1996, p. 581, y F. WIEACKER, Privatrechtgeschichte der Neuzeit
unter besonderer Berücksichtigung der deutschen Entwicklung, cit., p. 520.
103
El limitado reconocimiento de la teoría en mención conduce, en especial, a la
previsión contenida en el § 321 BGB: “Wer aus einem gegenseitigen Vertrage
vorzuleisten verpflichtet ist, kann, wenn nach dem Abschlusse des Vertrages in den
Vermögensverhältnissen des anderen Teiles eine wesentliche Verschlecterung eintritt,
durch die der Anspruh auf die Gegenleistung gefährdet wird, die ihm obliegende Leistung
verweigern, bis die Gegenleistung bewirkt oder Sicherheit für sie geleistet wird“. Sobre
este punto, y en los trabajos preparatorios, cfr. los Protokolle der Kommission für die
zweite Lesung des Entwurfs des Bürgerlichen Gesetzbuchs, en B. MUGDAN (director),
Die gesammten Materialien zum Bürgerlichen Gesetzbuch für das Deutsche Reich, t. II
(Recht des Schuldverhältnisse), Berlín, 1899, pp. 636 y ss. De la literatura al respecto,
cfr. por ejemplo: C. CROME, System des deutschen bürgerlichen Rechts, t. I (Einleitung
und allgemeiner Theil), Tubinga-Leipzig, 1900, p. 339, nota 5, y H. DERNBURG, Das
bürgerlich Recht des deutschen Reichs und Preussens, 4a ed., t. II (Die Schuldverhältnisse
nach dem Rechte des deutschen Reiches und Preussens), parte I (Allgemeine Lehren),
Halle a.d.S., 1909, pp. 300 y ss. Menos antiguamente, v. K. L ARENZ ,
Geschäftsgrundlage und Vertragserfüllung. Die Bedeutung “veränderter Umstände”
im Zivilrecht, 2a ed., Múnich-Berlín, 1957, pp. 5 y ss.
104
Cfr., sobre todo, Cass. civ. 13 de julio de 1942, en Giur. it., 1942, I, 1, cols. 606
y ss.: “una meditación sobre los principios generales de las obligaciones
contractuales inducía a entender que en una ejecución requerida de buena fe,
y de conformidad con el art. 1124, la admisión de la teoría de la presuposición
fuera implícita, dentro de los límites impuestos por la equidad, reconocida
por la ley como fuente de integración del contrato”. Al respecto, v. M. COSTANZA,
«La presupposizione nella giurisprudenza», en Quadrimestre, 1984, p. 598, y
M. BESSONE y A. D’ANGELO, voz «Presupposizione», en Enc. dir., vol. XXXV,
Milán, 1986, en especial, pp. 332 y ss.
97
ALESSANDRO SOMMA
105
Véase, por todos, App. Palermo, 29 de abril de 1938, en Rep. Giur. it., 1939, voz
«Obbligazioni e contratti», n. 16, y Cass. civ., 24 de junio de 1940, en Giur. it.,
1940, I, 1, cols. 919 y ss. Con específica referencia a la interpretación del art.
1131 cód. civ., véase Cass. civ., 4 de abril de 1941, en Giur. it., 1941, I, 1, cols.
385 y ss.: “La norma del art. 1131 del Código Civil, según la cual el juez tiene
el deber de investigar la común intención de las partes, y no atenerse al
sentido literal de las palabras, es una regla de la experiencia común, que no
es sugerida, sino impuesta, al juez, de manera preceptiva. La norma explica
la necesidad de averiguar lo que las partes han querido realmente, y no la
facultad de imaginar lo que ellas pudieron haber querido”. Véase también,
Cass. civ., 30 de abril de 1940, en Rep. Giur. it., 1940, s.v. Obbligazioni e contratti,
n. 56, y Cass. civ. 5 de agosto de 1940, en Rep. Giur. it., 1940, s.v. Obbligazioni
e contratti, n. 47, donde se afirma que “la buena fe contractual tiene que ver
con la ejecución del contrato, y no con la interpretación del mismo”.
106
Cfr., entre otras sentencias: App. Bolonia, 20 de julio de 1939, en Giur. it.,
1940, I, 2, cols. 137 y ss. Al respecto, véanse los resaltos críticos de R. CAJANI,
«Le clausole oro e il r. d. 5 ottobre 1936 n. 1745 sull’allienamento della lira»,
en Mon. trib., 1939, pp. 257 y ss., quien propone soluciones conformes con la
voluntad del poder político. Véase también: Cass. civ., 10 de mayo de 1940,
en Riv. dir. priv., 1941, II, pp. 173 y ss., que inaugura la tendencia opuesta.
107
Cass. civ., 10 de junio de 1938, en Giur. it., 1938, I, 1, cols. 1056 y ss., donde se
precisa, entre otras cosas, que: “El carácter hostil de las leyes extranjeras,
aplicadas en el exterior, no se transmitía, por lo tanto, y en el caso concreto, a
las particulares consecuencias invocadas en el presente juicio, que
respondían, en cambio, a las precisas disposiciones de los arts. 1225 y 1226
del Código Civil”.
98
EL DERECHO FASCISTA DE LOS CONTRATOS
108
A. ASQUINI, «Unificazione del diritto delle obbligazioni», cit., pp. 413 y ss.
Sobre este punto, y entre muchos otros, v. M. DE S IMONE, «Ancora sulla
sopravvenienza contrattuale nel diritto positivo», en Riv. dir. priv., 1940,
pp. 34 y ss., y A. MONTEL, «La revisione dei contratti ad opera del giudice», cit.,
cols. 218 y ss. En la literatura de la época, v. también, J. W. HEDEMANN, «Der
Vertrag und die veränderten Umstände», en Zt. für Ausl. und Int. Privatrecht,
12 Jg. (1938/39), pp. 714 y ss., con reflexiones comparativas sobre los diversos
planteamientos de la jurisprudencia, y de los estudiosos italianos y alemanes.
109
Véase, por todos, H. LANGE, Vom alten zum neuen Schuldrecht, cit., en especial,
p. 72, y K. LARENZ, Vertrag und Unrecht, parte I, cit., p. 162. Sobre este punto,
v. en especial, M. Z IRKER , Vertrag und Geschäftsgrundlage in der Zeit des
Nationalsozialismus, cit., pp. 130 y ss., con ulteriores referencias a la doctrina
nacionalsocialista.
110
RG, 24 de abril de 1940, en DR, 1940, pp. 1314 y ss., con nota de A. SCHOLL.
Este último autor observa: “Nicht nur grundstürzende Änderungen der
wirtschaftlichen Verhältnisse (Geschäftsgrundlage), sondern auch grundlegende
Wandlungen in den Rechtsanschauungen, aus denen heraus Verpfichtungen
eingegangen worden sind können eine Überprüfung dieser Verpflichtungen
rechtfertigen”.
99
ALESSANDRO SOMMA
[Ad. del T.] En el pasaje citado en el texto se dice: “La manifestación reforzada
de la idea racial [...] puede ser un motivo para reexaminar precedentes
acuerdos de pensiones con empleados judíos, con el objeto de verificar si, y
en qué medida, tales acuerdos siguen siendo compatibles con los
sentimientos, popular y jurídico, nacionalsocialistas”.
111
RG, 5 de abril de 1939, en RGZ, t. 160 (1939), pp. 257 y ss. Para un comentario
de esta sentencia, v. B. RÜTHERS, Die unbegrenzte Auslegung, 4ª ed., cit., p. 374.
Para otras referencias sobre le “sistema económico popular”, en relación con
la cláusula sobre la buena fe, v. RG, 30 de abril de 1935, en RGZ, t. 148 (1935),
pp. 81 y ss.
[Ad. del T.] En el pasaje citado en el texto se dice: “Para una jurisprudencia
constante, la conservación del contrato sería incompatible con el principio
de la buena fe si, a consecuencia de un error de ambas partes sobre la existencia
de una objetiva base del negocio, ha surgido una alteración entre prestación
y contraprestación [...]. En este contexto debe ser tomado en consideración el
punto de vista político-económico”.
112
Para estos aspectos, v. entre otros muchos, L. FERRAJOLI, La cultura giuridica
nell’Italia del Novecento, cit., p. 38.
100
EL DERECHO FASCISTA DE LOS CONTRATOS
113
Para estos aspectos, v. por todos, R. SACCO (y G. DE NOVA), «Il contratto», en
Trattato di diritto civile, dirigido por R. SACCO, t. 1, Turín, 1993, pp. 10 y ss.,
donde se identifican cuatro genotipos contractuales, y en primer lugar, el
contratto mezzo di illimitata autonomia (“contrato medio de ilimitada
autonomía”), referido a las circunstancias en que se reconoce a las partes la
libertad de celebrar el acto y la libertad de determinar el contenido. Para las
hipótesis en que no se presente la secunda, se presenta, en cambio, el esquema
del contratto accordo (“contrato acuerdo”). El contratto scambio (“contrato
intercambio”) abarca las fattispecie que presuponen un sacrificio o ventaja a
cargo o en favor de una parte. En el contratto d’affidamento (“contrato de
confianza”), el intercambio o el sacrificio es más bien reemplazado por la
confianza del acreedor. Análogamente, v. B. SCHMIDLIN, «La causa del contratto
nel codice civile francese. Qualche osservazione sul consenso unilaterale e la
causa lecita nell’obbligazione secondo l’art. 1108 del codice civile», en L.
V ACCA (coordinadora), «Causa e contratto nella prospettiva storico-
comparatistica», actas del II Congreso internacional de la Aristec, Palermo-
Trapani, 7 al 10 de junio de 1995, Turín, 1997, pp. 287 y ss.
114
Aludimos a las teorías desarrolladas en las experiencias alemana y francesa,
en particular, por O. LENEL, «Parteiabscicht und Rechtserfolg», en Jahrbücher
für die Dogmatik des heutigen römischen und deutschen Privatrechts, t. 19 (1881)
pp. 154 y ss., y C. D EMOLOMBE , Traité des contrats ou des obligations
conventionnelles en général, t. 8 (Traité des engagements qui se forment sans
conventions), París, 1882, pp. 18 y ss. Con referencia a las tesis desarrolladas
por los exponentes del socialismo jurídico, v. G. B. FERRI , «Relazione»,
presentada en el Seminario Cultura giuridica e ideologia fascista (È esistito un
fascismo giuridico?), Roma, 5 de mayo del 2000.
101
ALESSANDRO SOMMA
115
No son numerosos los autores que admiten este juicio. Entre los poco,
v. especialmente, F. L UCARELLI , Diritti civili e istituti privatistici, Padua,
1983, p. 130, y G. TARELLO, «Il termine “corporativismo” e le sue accezioni»,
ahora en Diritto del lavoro e corporativismi in Europa: ieri e oggi, al cuidado de
G. VARDARO, Milán, 1988, pp. 47 y ss.
116
F. LUCARELLI, Diritti civili e istituti privatistici, cit., p. 130, quien se detiene en
las “señales de la forma en que los juristas [han] mediado en el proceso
involutivo de la Sociedad”.
117
Véase, T. GIARO, Paul Koschaker: un fiancheggiatore del regime “malgré soi”, cit.
118
G. ALPA, Storia del diritto civile italiano, cit., p. 263.
102
EL CONTRATO EN EL DERECHO PRIVADO ITALIANO ACTUAL
III
EL CONTRATO EN EL DERECHO
PRIVADO ITALIANO ACTUAL*
GUIDO ALPA
Università di Roma “La Sapienza”
*
Título original: «Il contratto», en Istituzioni di diritto privato, al cuidado de Mario
BESSONE, 8a ed., G. Giappichelli Editore, Turín, 2001, cap. XLV, pp. 535-551.
103
GUIDO ALPA
104
EL CONTRATO EN EL DERECHO PRIVADO ITALIANO ACTUAL
1. El marco normativo
Un entero título del cuarto libro del Código civil italiano de 1942
(el título II) está dedicado a la regulación del contrato “en general”
(arts. 1321 a 1469). Con esta serie de disposiciones, nuestro legislador
ha establecido principios generales y reglas específicas aplicables a los
contratos (así como a los pactos contractuales) y a los actos unilaterales
(art. 1324), en tanto y en cuanto tales principios y reglas sean compatibles
con la naturaleza de estos actos. La materia examinada se refiere a la
noción de contrato y a la autonomía contractual, a los requisitos del
contrato y su formación, a la condición, a la interpretación, a los efectos,
a algunas figuras generales (contrato preliminar, contrato por persona
a nombrar, contrato en favor de tercero, cesión del contrato), a la
representación, a la simulación, a la invalidez (nulidad y anulabilidad),
a la rescisión y a las resoluciones (por incumplimiento, por imposibilidad
sobrevenida, por excesiva onerosidad sobrevenida).
El camino lógico seguido por el legislador italiano es, entonces,
bastante claro: se define el objeto a normar –esto es, el contrato– se
regula su estructura y función, así como las posibles anomalías en su
constitución y ejecución; se tienen en cuenta, de igual forma, hipótesis
que son frecuentes en la práctica de las relaciones negociales, como el
empleo de representantes, la producción de efectos en favor de un
tercero, la celebración de contratos simulados, etc.
Este primer grupo de disposiciones es seguido de un título (el título
III) dedicado a los contratos en particular, como la compraventa, la
105
GUIDO ALPA
106
EL CONTRATO EN EL DERECHO PRIVADO ITALIANO ACTUAL
contratos especiales, a los cuales ellas están dirigidas; sólo cuando median
lagunas se recurre al régimen general. Queda claro, en todo caso, el
principio que hace aplicables las reglas generales a los contratos atípicos.
Para entender cabalmente él régimen legal del contrato es
necesario partir de algunas disposiciones de tenor general, relativas a
su noción, función y efectos (arts. 1321, 1322, 1372, párrafos 1 y 2,
1373, 1366, 1375 cód. civ.).
El legislador italiano ha tenido el cuidado de brindar una
definición de contrato en la que éste es entendido como “acuerdo”
(literalmente: “el acuerdo de dos o más partes para constituir, regular
o extinguir entre ellas una relación jurídica patrimonial”, ex art. 1321
cód. civ.), pero también como “vínculo” (“el contrato tiene fuerza de
ley entre las partes”, ex art. 1372 cód. civ.). Se ha precisado que las
partes son libres de celebrar contratos, aun cuando estos fueren
diversos de los regulados por la ley (art. 1322 cód. civ.); se ha señalado,
igualmente, que los efectos del contrato afectan sólo a las partes que
lo han celebrado y no pueden extenderse a terceros (ex art. 1372, 2do.
párrafo, cód. civ.), salvo los casos establecidos por la ley (art. 1411
cód. civ., donde se regula el contrato en favor de tercero); se ha
establecido que las partes pueden apartarse voluntariamente del
vínculo contraído sólo en casos excepcionales, o si deciden, de común
acuerdo, la extinción de la relación (art. 1321 cód. civ.), o si una parte
permite a la otra resolver el vínculo, o si ambas se han atribuido
recíprocamente este derecho potestativo; por último, se ha dictaminado
que las partes deben comportarse con arreglo a la lealtad y a la buena
fe al momento de celebrar el contrato, y también en el transcurso de
su ejecución (arts. 1175, 1337, 1358, 1366, 1375 cód. civ.).
Así pues, del régimen del Código Civil emergen algunos principios
generales, es decir, el principio del carácter vinculante del contrato, el
principio de relatividad del contrato, el principio de autonomía (o
libertad) contractual, el principio de la buena fe.
Junto con tales principios, las normas del Código Civil y la
jurisprudencia permiten identificar otros; y cabe apreciar que se trata de
muchos principios, de tenor menos amplio, que serán analizados a medida
que se vaya exponiendo la regulación del contrato. Con todo, los principios
que hemos enunciado, constituyen las columnas del régimen.
Pasemos a examinar, por separado, la noción de contrato y los
principios fundamentales.
107
GUIDO ALPA
2. La noción de contrato
El contrato puede ser entendido como “acto” y como “relación”: el
“acto” se refiere a la unión de las voluntades de los contratantes; la “relación”
tiene que ver con las consecuencias jurídicas que derivan del acto.
a) El acuerdo.- En el Código Civil se brinda una definición de
contrato: “El contrato es el acuerdo de dos o más partes para crear, regular
o extinguir entre ellas una relación jurídica patrimonial” (art. 1321)*.
Como todas las definiciones contenidas en el Código, se trata de un
enunciado que no es vinculante para el intérprete; su valor es meramente
de orientación. Para evitar tautologías, parece ser necesario deducir de la
citada definición que el término “acuerdo” es distinto, y más amplio, que
el término “contrato”; existen, por lo tanto, acuerdos que no son contratos,
y el contrato constituye una subcategoría de los acuerdos.
El acuerdo –que no es definido en el Código– es definido por la
doctrina como una expresión genérica, que alude a la unión de dos o
más voluntades: ejemplos de ello son los acuerdos colectivos laborales,
los acuerdos programáticos, los acuerdos entre entes administrativos
públicos, los convenios, etc.; puede tener por objeto una relación
jurídica patrimonial o un interés moral. En el segundo caso (interés
moral), nos encontraremos fuera de la definición de contrato.
Hay dos ejemplos de acuerdos no contractuales que son
representativos en este ámbito: el matrimonio y el gentleman’s
agreement. El matrimonio es clasificado como negocio jurídico bilateral:
es un acuerdo entre dos personas de sexo distinto encaminado a la
convivencia y asistencia recíproca; no tiene un contenido patrimonial,
aun cuando dicho acto se encuentre asociado, en virtud de la ley, con
consecuencias de carácter patrimonial (si los cónyuges no optan por
el régimen de la separación de bienes en el acto de la celebración del
matrimonio, las adquisiciones realizadas en el transcurso de la vida
matrimonial se consideran imputadas en cuotas iguales a ambos
cónyuges, aun cuando el marido fuera el único que contara con un
trabajo externo, y por lo tanto, con una fuente económica que se utiliza
para las adquisiciones, y la mujer se desempeñara solamente como
ama de casa). El gentlemant agreement es un acuerdo que vincula
*
Esta definición ha sido prácticamente transcrita en el Código Civil peruano:
“Art. 1351. El contrato es el acuerdo de dos o más partes para crear, regular,
modificar o extinguir una relación jurídica patrimonial” [N. del T.].
108
EL CONTRATO EN EL DERECHO PRIVADO ITALIANO ACTUAL
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EL CONTRATO EN EL DERECHO PRIVADO ITALIANO ACTUAL
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EL CONTRATO EN EL DERECHO PRIVADO ITALIANO ACTUAL
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EL CONTRATO EN EL DERECHO PRIVADO ITALIANO ACTUAL
117
GUIDO ALPA
**
En algunos tratados de derecho civil español e hispanoamericano es usual
encontrar que se hace referencia a este principio con el nombre de principio
de “obligatoriedad” de los contratos [N. del T.].
118
EL CONTRATO EN EL DERECHO PRIVADO ITALIANO ACTUAL
119
GUIDO ALPA
mismo modo, el juez puede aplicar, si así lo requiere una de las partes,
la teoría de la presuposición, y considerar que la base del negocio se
ha modificado por circunstancias presupuestas por los contratantes,
y no evidenciadas en las cláusulas del contrato; sin embargo, la
aplicación de la presuposición no conlleva una “reescritura” del texto
del contrato, sino la resolución de éste, y la disolución del vínculo.
Hoy en día, se discute si los tribunales, aunque no estén legitimadas
a modificar los acuerdos decididos por las partes, autolimitan sus
poderes sin interferir en la operación celebrada por las partes. Existen
formas, en mayor o menor medida ocultas, para interferir en la
actuación de los particulares.
Podemos citar algunos ejemplos. En cuanto a la calificación del
contrato, un principio constantemente aplicado en la jurisprudencia
italiana establece que el nomen iuris que las partes dan al contrato no es
vinculante para el juez: las partes pueden haber denominado
“compraventa” a un contrato que es (o el juez considera que es) en
atención a su causa y objeto, y en lo sustancial, una permuta, o una
compraventa de cosa futura ligada a una contrata de construcción
inmobiliaria; las partes pueden haber denominado su contrato con el
término “contrata”, cuando en realidad se trata de una contrata de
servicios, que se regula también mediante la normativa sobre el
suministro; a menudo las partes, para protegerse, no llaman de ninguna
manera a su contrato, y lo titulan, sencillamente, “minuta” (scrittura
privata), con lo que dejan al juez, íntegramente, la tarea de calificarlo.
Con respecto a la causa del contrato, el juez, una vez identificada la
causa concreta, y teniendo en cuenta el texto del contrato, así como
eventuales documentos complementarios o anexos, el comportamiento de
las partes y la naturaleza de la relación, puede establecer si determinados
riesgos están comprendidos en la causa, y por lo tanto, si son asumidos por
las partes, o si no están comprendidos en ella, y se imponen, por lo tanto,
sólo a una de las partes: por ejemplo, la bonificación que el empresario
otorga a un trabajador se considera compatible con la causa del contrato
de trabajo dependiente; en cambio, el retardo en el resarcimiento del daño
comporta un riesgo que no se comprende en la causa del contrato de seguro,
y es por ello que no puede ser asumido por el asegurado.
e) El principio de autonomía (o libertad) contractual.- La
autonomía contractual es una especificación de la autonomía privada,
120
EL CONTRATO EN EL DERECHO PRIVADO ITALIANO ACTUAL
que se desenvuelve en todos los sectores que tienen que ver con las
actividades humanas y son relevantes para el derecho, como la
actividad comercial, las relaciones familiares, las relaciones sucesorias,
etc. En el sector que concierne a las relaciones económicas, la
autonomía (o libertad) contractual representa el modo como se
manifiesta, en la celebración de negocios, la libertad económica.
De aquí surge el problema de establecer si, más allá de la normativa
del Código Civil, que reconoce a las partes esta autonomía (art. 1322),
nuestro ordenamiento asegura a los particulares una protección más
fuerte, es decir, de rango superior al del Código, y por lo tanto, de
rango superior al de la ley ordinaria. Según la tendencia de la Corte
Constitucional, la autonomía contractual encuentra protección en el
dictado del art. 41 de la Constitución, que reconoce y garantiza la
libertad de iniciativa económica privada. Se trata, sin embargo, de
una protección indirecta (Sentencia de la Corte Constitucional n. 37
del 21 de marzo de 1969), porque no está prevista de manera específica;
es una protección que deriva, más bien, de valores (iniciativa
económica, propiedad privada) que la Constitución protege.
De aquí surge, asimismo, la cuestión de si sería admisible o no una
normativa sobre el contrato plasmada en normas de rango inferior a la ley
ordinaria. Puesto que la reserva de ley contenida en el art. 41 de la
Constitución es relativa (como fluye de la sentencia de la Corte
Constitucional n. 4, del 14 de febrero de 1962), la normativa también puede
provenir del Gobierno, el cual puede recurrir a la Administración pública;
es necesario, sin embargo, que la intervención no sea discrecional, sino que
se adecue a criterios dictados por el Parlamento. En esta línea de
pensamiento, es perfectamente conforme al dictado constitucional la
actividad reguladora de entidades administrativas, como por ejemplo, la
Commissione per le Società e la Borsa (CONSOB)* que dicten reglas
concernientes a la formación y el contenido de determinadas categorías de
contratos (en el ejemplo citado, los contratos que tienen por objeto valores
mobiliarios), o como el Istituto per la Vigilanza delle Assicurazioni Private
(ISVAP)**, que dicta reglas relativas al contenido de las pólizas de seguros.
*
La Comisión supervisora de las sociedades y de la bolsa, con funciones
similares a las de la CONASEV en nuestro medio [N. del T.].
**
El Instituto supervisor de los seguros privados, con funciones similares a las
de la Superintendencia de Banca y Seguros en nuestro medio [N. del T.].
121
GUIDO ALPA
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EL CONTRATO EN EL DERECHO PRIVADO ITALIANO ACTUAL
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GUIDO ALPA
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EL CONTRATO EN EL DERECHO PRIVADO ITALIANO ACTUAL
125
GUIDO ALPA
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EL CONTRATO EN EL DERECHO PRIVADO ITALIANO ACTUAL
1
Principles of European Contract Law. Parts I and II. Combined and revised,
prepared by the Commission of European Contract Law. Chairman: professor
Ole LANDO. Edited by Ole LANDO and Hugo BEALE, La Haya, Londres y Boston,
Kluwer Law International, 1999.
127
GUIDO ALPA
128
CONTRATTO, ACCORDO, CONVENZIONE, PATTO
IV
PIETRO RESCIGNO
Profesor emérito de la
Università di Roma “La Sapienza”
Miembro de la Accademia dei Lincei
*
Título original: «Consenso, accordo, convenzione, patto (La terminologia
legislativa nella materia dei contratti)», en Rivista del Diritto Commerciale e del
Diritto Generale delle Obbligazioni, año LXXXVI, parte I, Milán, 1988, pp. 3-18.
129
PIETRO RESCIGNO
130
CONTRATTO, ACCORDO, CONVENZIONE, PATTO
131
PIETRO RESCIGNO
132
CONTRATTO, ACCORDO, CONVENZIONE, PATTO
133
PIETRO RESCIGNO
*
Código Civil italiano de 1865:
“1098. Il contratto è l’accordo di due o più persone per costituir, regolare o sciogliere
fra loro un vincolo giuridico” (“El contrato es el acuerdo de dos o más personas
para constituir, regular o disolver entre ellas un vínculo jurídico”) [N. del T.].
134
CONTRATTO, ACCORDO, CONVENZIONE, PATTO
135
PIETRO RESCIGNO
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CONTRATTO, ACCORDO, CONVENZIONE, PATTO
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CONTRATTO, ACCORDO, CONVENZIONE, PATTO
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los grandes criterios del régimen del retracto voluntario. Por otro lado, la
normativa sobre el “patto con el cual aquel que tiene derecho al suministro
se obliga a dar la preferencia al suministrante en la estipulación de un
contratto posterior para el mismo objeto” trae a colación, también a causa
de los límites temporales a los que está circunscrita su validez y por sus
formas de actuación, las reglas de los patti relativos a la competencia.
4. Patti derogatorios del régimen dispositivo. Clausola y patto
en el régimen de la interpretación.
Para concluir las consideraciones sobre el patto y la convenzione,
hay que recordar que a menudo los dos términos son usados en el
lenguaje legislativo con el significado de clausola contrattuale (“cláusula
contractual”). Así ocurre cuando la ley, con expresiones distintas, pero
equivalentes en lo sustancial (“salvo patto contrario”, “salvo pacto en
contrario”, “salvo diversa pattuizione”, “salvo que se pacte lo contrario”,
“se le parti non hanno diversamente convenuto”, “a menos que las partes
hayan convenido algo distinto”, y similares), dicta un régimen de
ciertos efectos de la fattispecie contractual, pero admite su derogación
por voluntad de las partes (véanse, por ejemplo, los arts. 1475, 1499,
1546, 1554, 1719, 1723, 2°. párrafo, 1774 cód. civ.). La configuración
del patto como mera clausola, en caso de derogación del régimen
dispositivo, no impide entrever en ello una peculiar manifestación de
la autonomía de los sujetos, porque en ausencia de esa expresa
previsión en sentido contrario, los efectos destinados a producirse
serían aquellos que la norma predispone, lo cual es conforme a una
consideración típica que induce a identificar un área de efectos
“naturales” del contrato. La generación automática de tales efectos
es impedida por la explícita y contraria voluntad de los contratantes.
En materia de interpretación del contrato (arts. 1362 a 1371 cód.
civ.), en el Código Civil italiano se emplea el término clausola con
coherente insistencia, tanto en los encabezados de las normas (arts.
1363, 1370 cód. civ.), cuanto en el texto de las disposiciones legales
(arts. 1363, 1367, 1368, 1370 cód. civ.).
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**
Estas reflexiones tienen que ver con el negozio di accertamento, es decir, con el
negocio destinado a eliminar las incertidumbres de una relación previamente
establecida. Accertamento vale, indistintamente, como “determinación”,
“aclaración”, o “constatación” [N. del T.].
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**
En el Código Civil peruano, la ocupación (occupazione) recibe el nombre de
“apropiación”, y la usucapión (usucapione) es la prescripción adquisitiva de
dominio. Con todo, “ocupación” y “usucapión” son voces reconocidas por
la Academia, como modos de adquisición de la propiedad [N. del T.].
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*
Título original: «La conclusione del contratto», en Istituzioni di diritto privato
al cuidado de Mario BESSONE, 8a ed., G. Giappichelli Editore, Turín, 2001, cap.
XLVII, pp. 558-575.
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LA CELEBRACIÓN DEL CONTRATO
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*
En el original se emplea el término italiano oblato. No tiene equivalentes en
castellano, por lo que prefiero traducirlo, simplemente, como “destinatario”
[N. del T.].
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*
La normativa del Código Civil peruano es coincidente: “Art. 1380.- Cuando
a solicitud del oferente o por la naturaleza de la operación o según los usos,
la prestación a cargo del aceptante haya de ejecutarse sin respuesta previa, el
contrato queda concluido en el momento y lugar en que comenzó la ejecu-
ción. El aceptante debe dar aviso prontamente al oferente del inicio de la
ejecución y, en su defecto, queda obligado a la indemnización de daños y
perjuicios” [N. del T.].
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dos o más partes sin haber recibido un encargo formal para ello (art.
1754 cód. civ.). En el caso de la mediación, es suficiente que las partes
celebren el negocio por efecto de la intervención del mediador para
que ellas queden obligadas a pagarle su retribución (provvigione) (art.
1755 cód. civ.).
Otras fattispecie que se suelen asimilar a la temática de las
“relaciones contractuales de hecho” plantean problemas de orden
distinto. Tal es el caso de la prestación laboral realizada en ejecución
de un contrato de trabajo nulo, porque en esta situación “la nulidad o
anulabilidad del contrato de trabajo no produce efecto por el período
en que la relación ha sido ejecutada, a menos que la nulidad derive de
ilicitud del objeto o de la causa” (art. 2126 cód. civ.). Al respecto, es
de recordar el episodio de un periódico que invitó a un joven, no
inscrito en el Colegio de periodistas, a colaborar con la redacción.
Aunque en este caso no se produjo jamás un acto formal de asunción
(porque el joven no estaba inscrito en el Colegio), era posible reconocer,
de todas maneras, que entre la empresa y la otra parte se había
establecido una relación de trabajo subordinado, y por lo tanto, en la
determinación de la retribución correspondiente, se podían tener en
cuenta las tarifas establecidas en el convenio colectivo* de los
periodistas.
Otro caso es el de la nulidad de una sociedad anónima (società
per azioni) que no produce efectos con respecto a los actos realizados
en nombre del ente luego de la inscripción de ésta en el registro
societario (registro delle imprese) (art. 2332, 2º. párrafo, cód. civ.). Ello
significa que las relaciones establecidas entre la sociedad y los terceros
son válidas y eficaces, a pesar de la nulidad declarada del contrato de
sociedad. En esta situación, cobra relevancia la inscripción de la
sociedad en el registro, y el hecho de que la sociedad inscrita haya
entablado relaciones con terceros.
En los dos últimos casos citados, como es evidente, rige una ratio
diversa. Debía tenerse en cuenta el interés del trabajador –que había
realizado su prestación laboral en el ámbito de la empresa– en ser
retribuido, y en no menor medida, el interés de aquellos que, medio
tempore, habían tratado con la sociedad a través de los órganos de
*
En italiano se habla de contratto colettivo (de trabajo). Utilizo la expresión más
afín a nosotros [N del T.].
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*
Código Civil italiano:
“1155. Adquisición de buena fe y enajenación anterior a otro.- Si alguien, mediante
sucesivos contratos, enajena a varias personas un bien mueble, aquella que
ha adquirido de buena fe la posesión de este es preferida a las otras, incluso
si su título es de fecha posterior”.
“2643. Actos sujetos a inscripción.- Se deben hacer públicos mediante la
inscripción:
1) Los contratos que transfieren la propiedad de bienes inmuebles.” (parte
pertinente).
“2644. Efectos de la inscripción (trascrizione).- Los actos enumerados en el artículo
precedente no tienen efecto frente a terceros que por cualquier título hubieren
adquirido derechos sobre inmuebles por medio de un acto inscrito (trascritto)
o transcrito (iscritto) con anterioridad a la inscripción de tales actos.
Efectuada la inscripción, no puede tener efecto contra aquel que ha inscrito
ninguna inscripción o transcripción de derechos adquiridos frente a su
transferente, aunque la adquisición sea de fecha anterior” [N. del T.].
Las voces comunes en el discurso jurídico italiano son trascrizione y trascritto,
que traduzco, por ello, como “inscribir” (“tomar razón, en algún registro, de
los documentos o las declaraciones que han de asentarse en él según las
leyes”, según la 22ª ed. del DRAE) e “inscrito”, respectivamente. Marco
COMPORTI («Pubblicità e trascrizione», en Istituzioni di diritto privato, al cuidado
de Mario BESSONE, 8a ed., Giappichelli, Turín, 2001, cap. CX, p. 1173) define la
trascrizione como “la formalidad necesaria para hacer públicos los actos con
que se adquieren o regulan la propiedad y demás derecho reales de uso y
disfrute sobre bienes inmuebles”. El valor de esta operación es meramente
declarativo.
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VI
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EL CONTRATO Y LOS EFECTOS REALES
1. Introducción
Desde que se promulgó el Código Civil de 1984, se ha instalado
en nuestro país un tenue pero importante debate acerca de la
posibilidad de que, al amparo de lo establecido por dicho cuerpo
normativo, el contrato produzca efectos reales; y, más concretamente,
de que transfiera la propiedad (mueble e inmueble). Como se podrá
suponer, este debate enfrenta dos posiciones: la que admite la referida
posibilidad y la que la niega.
Particularmente, considero que el debate en cuestión no debería
haber surgido, pues en mi opinión resulta indiscutible que bajo el
Código Civil de 1984 el contrato puede, además de crear –modificar o
extinguir– obligaciones, constituir y transferir derechos reales (e incluso
producir otro tipo de consecuencias que no pueden ser explicadas a
la luz de las categorías tradicionales). Es cierto que el lenguaje
empleado por el legislador no es el más adecuado y que la lectura
literal de algunas normas del referido código puede conducir a la
conclusión opuesta; pero es cierto también que dicha lectura no puede
prevalecer sobre la que se basa en la historia, la sistemática y la razón.
Reconociendo que puede resultar algo desconcertante el hecho
de considerar que el debate comentado no debería haber surgido, dos
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EL CONTRATO Y LOS EFECTOS REALES
2
CUENA C ASAS, Matilde, Función del poder de disposición en los sistemas de
transmisión onerosa de los derechos reales, José María Bosch Editor, Barcelona,
1996, p. 42 y 43.
3
CUENA CASAS, Matilde, op. cit., p. 226; DE LOS MOZOS, José Luis, «La doctrina de
F. C. Von Savigny en torno a la transmisión de dominio», en Revista General de
Legislación y Jurisprudencia, Reus, año CXVI, Segunda Época, Tomo LV, Número
223, 1967, p. 86.
189
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4
CUENA CASAS, Matilde, op. cit., p. 226.
5
CUENA CASAS, Matilde, op. cit., p. 225.
6
Según refiere C UENA C ASAS, la expresión “título” fue el resultado de la
comparación del requisito de la iusta causa de la tradición con el requisito del
justo título de la usucapión. Esta comparación determinó que la noción de
causa (tradicionalmente entendida como finalidad) se objetivara, al quedar
esta última asimilada a la causa hábil para transferir el dominio (título),
identificada con el contrato independiente. La equiparación de la iusta causa
de la tradición y el justo título de la usucapión parece encontrarse tanto en la
Instituciones de GAYO (II. 41-42) como en el Digesto (D. 18.1.74) (ver CUENA
CASAS, op. cit., p. 356 y sgtes).
7
DE LOS MOZOS, José Luis, op. cit., pp. 84 y 85.
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EL CONTRATO Y LOS EFECTOS REALES
8
CUENA CASAS, Matilde, op. cit., p. 228.
9
DE LOS MOZOS, José Luis, citado por CUENA CASAS, Matilde, op. cit., p. 229.
10
En Roma ya se conocían casos en los cuales el objeto no pasaba materialmente
de manos del tradens a manos del accipiens. Estos casos fueron agrupados en
las siguientes figuras: traditio simbólica, traditio longa manu, traditio brevi manu
y constitutum possessorium.
11
COLIN, Ambrosio y CAPITANT, Henri, Curso elemental de derecho civil, Instituto
Editorial Reus, Madrid, 1961, t. II, vol. II, p. 725; C UENA CASAS, Matilde,
op. cit., p. 92.
191
FREDDY ESCOBAR ROZAS
12
Se trata de la fórmula contenida en el artículo 1.138 del Code, según la cual
“l’obligation de livrer la chose est parfaite par le seul consentement des parties
contractantes. Elle rend le créancier propriétaire et met la chose à ses risques dès
l’instant où elle a dû été faite, à moins que le dèbiteur ne soit en demeure de la livrer;
auquel cas la chose reste aux risques de ce dernier”.
13
Según MARCADÉ, los redactores del Code, que eran más juristas prácticos que
teóricos, al formular el artículo 1.138 de este cuerpo normativo, trataron de
sancionar legalmente una situación (la espiritualización de la tradición) que
se estaba presentando en la práctica, sin percatarse de que en realidad estaban
consagrando un nuevo principio, según el cual el solo consensu transmitía la
propiedad (citado por CUENA CASAS, Matilde, op. cit., p. 95).
14
CUENA CASAS, Matilde, op. cit., p. 95.
192
EL CONTRATO Y LOS EFECTOS REALES
15
En palabras de FLUME, el problema de si la transmisión de propiedad mediante
tradición exige una iusta causa tiene una historia que ofrece rasgos dramáticos.
Para este autor, la discusión científica renovada constantemente a lo largo de
los siglos tuvo su punto de partida en la antinomia existente entre el D. 12, 1,
18 y el D. 41, 1, 36 (ver FLUME, Werner, El Negocio Jurídico, traducción de José
María Miquel González y Esther Gómez Calle, Fundación Cultural del
Notariado, Madrid, 1998, p. 218).
193
FREDDY ESCOBAR ROZAS
nulo, SAVIGNY sostuvo que la traditio era el negocio en virtud del cual
el tradens transfería al accipiens la propiedad de una cosa. En su
opinión, por tanto, la traditio no representaba, como lo entendían los
defensores de la teoría del título y el modo, la simple ejecución del
negocio obligacional precedentemente celebrado con el objeto de
efectuar la transferencia de la propiedad.
Para demostrar su tesis, SAVIGNY acudió a distintos ejemplos en
los cuales la traditio transfería la propiedad de la cosa, sin que existiera
una obligación previa que sujetara al tradens a la necesitas de entregarla.
Uno de los ejemplos más famosos fue, sin duda, el del mendigo. De
acuerdo con este ejemplo, cuando alguien ponía una limosna en manos
de un mendigo, era claro que la propiedad de la moneda quedaba
transferida únicamente en virtud de la traditio, pues no existía
obligación alguna que permitiera considerar a esta última como la
solutio de una iusta causa 16.
Habiendo considerado a la traditio como una verdadera
convención (desde que contenía las voluntades suficientes del tradens
y del accipiens para transferir y adquirir, respectivamente, la propiedad
de la cosa), capaz de provocar el efecto real buscado por las partes,
SAVIGNY tuvo que abordar el problema de la iusta causa, mencionada
en varios textos romanos como requisito de la referida convención.
La posición de SAVIGNY sobre dicho problema fue ingeniosa e
innovadora, pues, en lugar de cuestionar la trascendencia de la iusta
causa dentro del iter traslativo, le otorgó a la misma un papel mucho
más modesto que el que tenía en ese entonces para los defensores de
la teoría del título y el modo.
En efecto, según SAVIGNY, cuando se efectuaba la traditio no se
acostumbraba a indicar expresamente cuál era el animus, pues tal cosa
resultaba demasiado teórica para un acto tan natural como la entrega
de la cosa. Ahora bien, en los casos dudosos, en los casos en los que
no estaba claro cuál era el animus de las partes, era preciso acudir a
las circunstancias del caso para determinar si éstas efectivamente
deseaban transferir y adquirir la propiedad. En ese contexto, la iusta
causa, cuando existía, cumplía plenamente su función, pues, al ser el
negocio que antecedía a la traditio, revelaba la intención de las partes
16
MIQUEL, Joan, op. cit., p. 182; CUENA CASAS, Matilde, op. cit., p. 189.
194
EL CONTRATO Y LOS EFECTOS REALES
17
CUENA CASAS, Matilde, op. cit., p. 188 y 189.
18
Los críticos más importantes de la tesis de SAVIGNY fueron FUCHS y STROHAL.
Según FLUME, el trabajo de este último, redactado con ocasión del primer
proyecto del BGB, sigue siendo importante en la actualidad para considerar
los problemas que trae consigo la disposición abstracta (ver FLUME, Werner,
op. cit., p. 219).
19
Según J HERING, para demostrar la adquisición derivativa del derecho de
propiedad había que probar dos cosas: (i) que el enajenante tenía dicho
derecho antes del acto de transferencia; y, (ii) que el enajenante y el adquirente
habían realizado tal acto (si la cosa había pasado por varias manos, esta
prueba se multiplicaba tantas veces como sucesiones hubiese existido).
J HERING consideraba que la primera prueba implicaba remontarse al
nacimiento de la propiedad adquirida originariamente por el predecesor
remoto. En efecto, para él no bastaba con probar que la cosa había sido
entregada, pues la tradición sólo transfería la posesión. Por consiguiente,
era imprescindible demostrar que la tradición había sido hecha con la
intención de transferir la propiedad. Para tal fin, según JHERING, se tenía que
indicar y probar la existencia del acto que contenía la referida intención. Si
ese acto era, por ejemplo, una compraventa, se tenía que probar, además, que
195
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el precio ya estaba pagado, pues tal cosa era condición necesaria para la
transmisión. Sobre la base de tales consideraciones, JHERING concluía que la
realización de la primera prueba implicaba escribir toda la historia de la
cosa; empresa que resultaba penosa y que desanimaba a cualquiera. Pero el
drama no quedaba ahí. En efecto, según JHERING, si la transferencia de
propiedad no era más que la ejecución de otro acto, las causas de nulidad de
éste irremediablemente afectaban a aquélla, de modo tal que, ante tales causas,
lo único que le quedaba al accipiens era la usucapión. Para evitar un panorama
tan desalentador como el descrito, JHERING consideraba que se tenía que
separar el elemento de la causa de la transmisión de la propiedad, tomando
como modelo la mancipatio y la in iure cessio romanas, que contenían las
voluntades de transferir y adquirir en su estado más puro, aisladas
completamente de la causa de la operación (JHERING, citado por CUENA CASAS,
Matilde, op. cit., p. 194 y 195).
20
LARENZ, Karl, Derecho de obligaciones, traducido por Jaime Santos Briz, Editorial
Revista de Derecho Privado, Madrid, 1957, p. 19 y 20; CLEMENTE DE DIEGO,
Felipe, Instituciones de derecho civil, J. San Martín, Madrid, 1959, tomo I, p. 400;
PUIG PEÑA, Federico, Tratado de derecho civil español, Editorial Revista de Derecho
Privado, tomo II, vol. I, Madrid, 1958,p. 177; WAYAR, Ernesto, Compraventa y
permuta, Editorial Astrea de Alfredo y Ricardo Depalma, Buenos Aires, 1984,
p. 201.
196
EL CONTRATO Y LOS EFECTOS REALES
21
LARENZ, Karl, op. cit., p. 22 y 23; ENNECCERUS, Ludwig, KIPP, Theodor y Martin
WOLFF, Tratado de derecho civil, traducido por Blas Pérez González y José
Alguer, Bosch, t. II, vol. I, Barcelona, 1971, p. 391; PUIG PEÑA, Federico, op. cit.,
t. II, vol. I, p. 177.
22
Así, por ejemplo, DE LA PUENTE Y LAVALLE, Manuel, El contrato en general, Fondo
Editorial PUCP, tomo III, Lima, 1991, p. 443; ARIAS SCHREIBER PEZET, Max,
Exégesis, Studium Editores, t. I, Lima, 1987, p. 155; OQUENDO HERAUD, Sergio,
«Posesión de buena fe y rescisión: virtualidad de un conflicto», en Themis-
Revista de Derecho, segunda época, número 7, 1990, p. 26; C ANTUARIAS
SALAVERRY, Luis Felipe, «Análisis económico de la compraventa con reserva
de propiedad», en AA. VV., El derecho civil peruano. Perspectivas y problemas
actuales, Fondo Editorial PUCP, Lima, 1993, p. 94.
197
FREDDY ESCOBAR ROZAS
23
Así, por ejemplo, BULLARD, Alfredo, «Un mundo sin propiedad. Análisis del
sistema de transferencia de la propiedad inmueble», en Derecho, número 45,
Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima, 1991, p. 147.
24
Se trata de “La compraventa y la transmisión de Propiedad”, ensayó que
formó parte del primer volumen de la colección Para leer el Código Civil, editado
por el Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú.
25
BIGIO CHREM, Jack, op. cit., p. 183.
198
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199
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28
LOHMANN LUCA DE TENA, Juan Guillermo, op. cit., pp. 234 a 236.
29
LOHMANN LUCA DE TENA, Juan Guillermo, op. cit., pp. 236 y 237.
30
LOHMANN LUCA DE TENA, Juan Guillermo, op. cit., p. 237.
31
Se trata de “El contrato con efectos reales”, en Ius et Veritas, año IV, número 7,
Lima, 1993.
200
EL CONTRATO Y LOS EFECTOS REALES
32
FORNO FLÓREZ, Hugo, op. cit., p. 77.
33
FORNO FLÓREZ, Hugo, op. cit., p. 83.
34
FORNO FLÓREZ, Hugo, op. cit., pp. 83 y 86.
35
FORNO FLÓREZ, Hugo, op. cit., p. 86.
201
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36
Se trata de Estudios sobre el contrato de compraventa, Editora Jurídica Grijley,
Lima, 1993, parte I.
37
TORRES MÉNDEZ, Miguel, op. cit., p. 143.
202
EL CONTRATO Y LOS EFECTOS REALES
38
TORRES MÉNDEZ, Miguel, op. cit., p. 145.
39
TORRES MÉNDEZ, Miguel, op. cit., p. 145.
40
TORRES MÉNDEZ, Miguel, op. cit., pp. 146 y 147.
41
TORRES MÉNDEZ, Miguel, op. cit., p. 148.
203
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42
Se trata de las siguientes obras: (i) “Exposición de motivos y comentarios.
Compraventa”, en Código Civil. Exposición de Motivos y Comentarios.
Compilación de los trabajos de la comisión encargada del estudio y revisión
del Código Civil, a cargo de Delia REVOREDO DE DEBAKEY, Artes Gráficas
Industrias Avanzada, parte III, vol. VI, Lima, 1985; (ii) “El contrato con efectos
reales”, en Ius et Veritas, año V, número 9, Lima, 1992; y, (iii) Estudios ....
43
DE LA PUENTE Y LAVALLE, Manuel, Estudios …, p. 24.
44
DE LA PUENTE Y LAVALLE, Manuel, Estudios …, p. 24.
45
DE LA PUENTE Y LAVALLE, Manuel, Estudios …, p. 25.
204
EL CONTRATO Y LOS EFECTOS REALES
46
DE LA PUENTE Y LAVALLE, Manuel, Estudios …, pp. 25 y 26.
205
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206
EL CONTRATO Y LOS EFECTOS REALES
207
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51
TORRES ha defendido la identificación de la obligación impuesta por el artículo
1549 del Código Civil con la obligación de producir o realizar la transferencia
de propiedad (ver: op. cit., p. 140). DE LA PUENTE, por su parte, ha defendido la
identificación de la referida obligación con la de entregar el bien al comprador
(ver: Estudios …, p. 126). Semejantes posturas, sin embargo, no pueden ser
compartidas, en tanto que desconocen que el propio Código Civil, en sus
artículos 1529 y 1550, obliga expresamente a producir la transferencia de la
propiedad (cuando tal efecto no deriva directamente del contrato) y a entregar
el bien al comprador. Atendiendo al criterio interpretativo según el cual debe
preferirse la interpretación que le otorga cierto efecto a la norma en lugar de
la que no le otorga alguno, no se puede aceptar que la obligación impuesta
por el artículo 1549 del Código Civil tenga exactamente el mismo contenido
que las obligaciones impuestas por los artículos 1529 y 1550 del mismo código.
52
ESCOBAR ROZAS, Freddy, «En el Código Civil peruano, ¿es el contrato de compraventa
el que transfiere la propiedad mueble?», en Ius et Veritas, Lima, año III, número 5,
1992, p. 79.
208
EL CONTRATO Y LOS EFECTOS REALES
209
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210
EL CONTRATO Y LOS EFECTOS REALES
54
Para un mayor desarrollo: ESCOBAR ROZAS, Freddy, «Reflexiones en torno a la
venta de bien ajeno», en Themis-Revista de Derecho, Lima, 1994, número
29, p. 154. Comparte la crítica: FERNÁNDEZ CRUZ, Gastón, «La obligación de
enajenar y el sistema de transferencia de la propiedad inmueble en el Perú»,
en Themis-Revista de Derecho, número 30, Lima, 1994, p. 171, nota 79.
55
Evidentemente, no se trata de negar que resulta útil acudir a los antecedentes
e incluso a la voluntad del legislador para atribuirle un sentido u otro a las
normas jurídicas. Pero de ahí a considerar que la sustitución de uno de los
artículos contenidos en el proyecto indicado no puede determinar que el
211
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212
EL CONTRATO Y LOS EFECTOS REALES
57
De acuerdo, aunque en términos abstractos: BERDARDES DE MELLO, Marcos,
Teoria do fatto jurídico (Plano da exisência), Editora Saraiva, São Paulo, 1998,
p. 19. Evidentemente, esto no significa que la aprobación de una norma jurídica
(por el poder estatal correspondiente) no tenga la naturaleza de hecho jurídico.
213
FREDDY ESCOBAR ROZAS
58
En palabras de HERNÁNDEZ MARÍN, las ficciones legales, al igual que las definiciones
legales, son enunciados jurídicos cualificatorios, esto es, enunciados que no son
susceptibles de verdad o falsedad (al establecer un enunciado jurídico
cualificatorio, el legislador no pretende afirmar o negar algo). Ahora bien, si
hipotéticamente las ficciones legales fuesen aserciones, esto es, enunciados
susceptibles de verdad o falsedad, las mismas serían patentemente falsas (ver
HERNÁNDEZ MARÍN, Rafael, Introducción a la teoría de la norma jurídica, Marcial Pons,
Madrid, 1998, p. 284).
59
DÍEZ-PICAZO, Luis, Fundamentos del derecho civil patrimonial, Civitas, Madrid,
vol. III, 1995, p. 776.
214
EL CONTRATO Y LOS EFECTOS REALES
El artículo 949 del Código Civil, por su parte, establece que “La
sola obligación de enajenar un inmueble determinado hacer al acreedor
propietario del mismo, salvo disposición legal diferente o pacto en contrario”.
Como resulta claro, este artículo, lejos de adoptar la teoría del título y
el modo, le otorga al contrato (de finalidad traslativa) la virtualidad
de transferir directamente la propiedad60.
En efecto, tomando en consideración el hecho que el artículo 949
del Código Civil no requiere la existencia de otro acontecimiento
distinto del consentimiento de las partes para que opere la transferencia
de propiedad inmueble, resulta evidente que hay que atribuirle a tal
consentimiento la consecuencia jurídica prevista por dicho artículo.
A la conclusión indicada no puede oponerse, como lo han hecho
OSTERLING y CASTILLO61, la consideración de que no es el contrato sino
más bien la “obligación de enajenar” creada por el mismo la que en
definitiva provoca la transferencia de la propiedad inmueble, pues,
bien visto el asunto, tal obligación no existe62. En efecto, todas las teorías
60
FERNÁNDEZ CRUZ, Gastón, op. cit., p. 173.
61
OSTERLING PARODI, Felipe y CASTILLO FREYRE, Mario, Tratado de las obligaciones,
Pontificia Universidad Católica del Perú, Fondo Editorial, Lima, 1994, primera
parte, tomo I, p. 425.
62
Como magistralmente lo ha notado FORNO, el hecho que el artículo 949 del
Código Civil contemple una “obligación de enajenar” que en realidad no
existe, encuentra su explicación en las circunstancias históricas que rodearon
al legislador francés al momento de redactar el artículo 1.138 del Code. En
efecto, en un primer momento, en Francia la transferencia de propiedad se
realizó mediante la entrega física de la cosa, tal como lo dictaba la teoría del
título y el modo. En un segundo momento, sin embargo, dicha entrega fue
sustituida por la cláusula dessaisine-saisine, suscrita por las partes ante notario.
El uso de la cláusula en cuestión determinó que en la práctica se entendiera
que la transferencia de la propiedad operaba por el solo consensus. Ahora
bien, cuando el legislador francés tuvo que redactar el Code, se encontró con
un dilema, pues, por un lado, la costumbre y los defensores del iusnaturalismo,
para los cuales la omnipotente voluntad debía ser capaz de transferir
directamente la propiedad, le exigían adoptar el principio del solo consensus;
y, por el otro, los defensores de la tradición romana le exigían adoptar la
noción de contrato como convención productora de obligaciones. Ante tal
situación, en lugar de optar por una solución honesta que hubiese implicado
el abandono del principio del solo consensus (en aras de la noción de contrato
como productor de obligaciones) o de la teoría del título y el modo (en aras de
la noción de contrato como creador de efectos reales), el legislador francés,
mediante un artificio, una triquiñuela jurídica, quiso satisfacer a unos y otros.
En efecto, influido por POTHIER, el referido legislador estableció en el artículo
215
FREDDY ESCOBAR ROZAS
1.101 del Code que el contrato sólo producía obligaciones. Seguidamente, sin
embargo, estableció en el artículo 1.138 del Code que la sola obligación de dar
convertía al acreedor en propietario. Con tal modo de actuar, el legislador
francés entendió haber encontrado la fórmula perfecta para recoger los
postulados básicos de las corrientes contrapuestas (ver FORNO FLÓREZ, Hugo,
op. cit., pp. 80 y 81).
63
La teoría subjetiva (SAVIGNY, WINDSCHEID); la teoría realista (KÖPPEN, SCHOTT,
BRINZ); la teoría del deber libre o de la carga (BINDER, BRUNETTI); la teoría del
débito y la responsabilidad (ROCCO, PACCHIONI, GANGI); la teoría del bien debido
(NICOLÒ); la teoría de la tolerancia (CARNELUTTI); la teoría neosubjetiva (ORLANDO
CASCIO, GIORGIANNI); y la teoría de la integración (BARASSI, HERNÁNDEZ GIL) han
admitido a la prestación como elemento de la obligación, aunque, claro está,
le han otorgado también roles y posiciones diversas.
64
OSTERLING PARODI, Felipe y CASTILLO FREYRE, Mario, op. cit., primera parte, tomo
I, p. 139.
65
Según OSTERLING PARODI y CASTILLO FREYRE, la prestación “… está constituida
por la conducta en cuya observancia estriba el deber del obligado. Esta conducta, a
través de la cual el deudor satisface un interés del acreedor, puede consistir en la
entrega de un bien, prestar un servicio o abstenerse de realizar una acción.” (ver
OSTERLING PARODI, Felipe y CASTILLO FREYRE, Mario, op. cit., primera parte, tomo
I, p. 145).
66
VON TUHR, Andreas, Tratado de las obligaciones, traducción de W. Roces, Editorial
Reus, Madrid, 1934, tomo I, p. 33; DE RUGGIERO, Roberto y MAROI, Fulvio,
Istituzioni di diritto privato, Casa Editrice Giuseppe Principato, Milán, 1947,
vol. II, p. 4; SCUTO, Carmelo, Istituzioni di diritto privato, Libreria Internazionale
Teves di Leo Lupi, Nápoles, 1955, vol. III, p. 12; LACRUZ BERDEJO, José Luis,
Elementos de derecho civil, Bosch Casa Editora, 1977, tomo III, p. 253; CRISTOBAL
MONTES, Ángel, La estructura y los sujetos de la obligación, Civitas, Madrid, 1990,
p. 157.
216
EL CONTRATO Y LOS EFECTOS REALES
67
En efecto, consideran que el artículo 1.138 del Code adopta el principio del
solo consensus: OSTI, Giuseppe, «Contratto», en Novissimo Digesto Italiano,
diretto da Antonio Azara e Ernesto Eula, Unione Tipografico-Editrice
Torinese, Turín, 1959, vol. IV, p. 468; BIANCA, Massimo, La vendita e la permuta,
Unione Tipografico-Editrice Torinese, Turín, 1972, pp. 72 y 73; CHIANALE,
Angelo, Obbligazione di dare e trasferimento della proprietà, Dott. A. Giuffrè
Editore, Milán, 1990, p. 76; LARROUMET, Christian, Teoría general del contrato,
traducido por Jorge Guerrero, Temis, Santa Fe de Bogotá, 1993, vol. II,
p. 185; PUIG BRUTAU, José, Fundamentos de derecho civil, Bosch, Casa Editorial,
Barcelona, 1994, tomo III, vol. I, p. 307; BADENES GASSET, Ramón, El contrato
de compraventa, J. M. Bosch Editor, Barcelona, 1995, tomo I, p. 17; CUENA
C ASAS , Matilde, op. cit., p. 89.K
217
FREDDY ESCOBAR ROZAS
218
COMPLEJIDAD DEL PROCEDIMIENTO DE FORMACIÓN DEL CONSENTIMIENTO...
VII
PIERO SCHLESINGER
Università Cattolica del Sacro Cuore
*
Título original: «Complessità del procedimento di formazione del consenso
ed unità del negozio contrattuale», en Rivista Trimestrale di Diritto e Procedura
Civile, año XVIII, Giuffrè, Milán, 1964, pp. 1345-1365. El trabajo fue escrito
para los Studi in onore di Paolo Greco (Padua, CEDAM, 1965, 2 vols.).
219
PIERO SCHLESINGER
220
COMPLEJIDAD DEL PROCEDIMIENTO DE FORMACIÓN DEL CONSENTIMIENTO...
1. El problema
Según el art. 1326 cód. civ., para la celebración del contrato
son necesarias una “oferta” 1 y una “aceptación” que sea
1
El pandectismo –al identificar en el “consentimiento de las partes
legítimamente manifestado” el fundamento de la eficacia vinculante de los
contratos– acostumbraba considerar que el acuerdo de los contratantes
siempre era necesario, y siempre era suficiente, al mismo tiempo, para la
estipulación del negocio contractual. Esta enseñanza, de cariz iusnaturalista,
ha sido sometida a una profunda revisión en la actualidad, ya sea porque no
parece que una aceptación sea de verdad indispensable (cfr. SACCO, «Contratto
e negozio a formazione bilaterale», de próxima publicación en los Studi in
onore di Paolo Greco), o bien, y sobre todo, porque el acuerdo de las partes debe
encontrar una justificación de carácter objetivo para volverse vinculante.
Con todo, no son estos los temas que se tratan en el presente estudio: aunque
fuera cierto que la adhesión de ambos contratantes a una determinada
regulación constituye sólo uno de los posibles esquemas para la formación
del contrato, del cual se ha deducido con indebida generalización el dogma
que eleva el acuerdo al nivel de “requisito esencial” del negocio (cfr. GORLA,
«Il dogma del “consenso” o “accordo” e la formazione del contratto di
mandato gratuito nel diritto continentale», en Riv. dir. civ., 1956, I, pp. 923 y ss.),
sigue siendo indudable que cuando menos la más importante categoría
contractual, la de los contratos de intercambio “consensuales”, requiere
siempre, en efecto, una manifestación conforme de las partes. De aquí la
importancia de una investigación dirigida a aclarar el papel que se debe
reconocer a las correspondientes declaraciones de los contratantes.
221
PIERO SCHLESINGER
2
En el último párrafo del art. 1326 cód. civ. se establece, en efecto, que “una
aceptación no conforme a la oferta equivale a una nueva oferta”. Al respecto, hay
que observar que una aceptación “no conforme” a la oferta no es ni siquiera una
aceptación: si la expresión legislativa quiere referirse a la llamada aceptación
“pura y simple”, acompañada de algunas reservas, sólo se podrá hablar de
“nueva oferta” cuando el destinatario original precise las modificaciones que
pretende aportar a la operación (manteniéndose el problema, además, de si la
aceptación con modificaciones determina o no la caducidad de la oferta original:
cfr. GORLA, «Note sulla distinzione fra opzione e proposta irrevocabile», en Riv.
dir. civ., 1962, I, pp. 217 y ss.). El equívoco nace, como se apreciará mejor más
adelante, de la configuración como “aceptación de la oferta” de la declaración
con la cual el destinatario adhiere a la regulación contractual ya previamente
aprobada por el que ha tomado la iniciativa de formular la oferta.
3
Otro aspecto del mismo problema concierne a la naturaleza de las específicas
declaraciones de los contratantes, que son consideradas, por la mejor doctrina,
como “actos prenegociales” (para esta terminología cfr. SANTORO-PASSARELLI,
Dottrine generali del diritto civile, 7ª ed., Nápoles, 1962, p. 206, y voz «Atto giuridico
(dir. priv.)», en Enc. dir., IV, Milán, 1959, p. 204): si cada una de tales declaraciones
no es un negocio jurídico (y ciertamente, al menos por regla, no lo es) es necesario
preguntarse de qué manera es que ellas, sumándose, logran perfeccionar el
contrato, que en cuanto negocio consiste, justamente, y según la definición
usual, en “una declaración de voluntad”. Es claro que las soluciones posibles
son sólo dos: o se considera, como es acostumbrado afirmar, que las específicas
declaraciones de los contratantes, una vez perfeccionado el acuerdo, “se
fundan” en una única declaración, con lo cual se hace necesario explicar en
qué cosa consiste la “fusión” que se postula; o bien se reconoce, como resulta
más exacto, a mi parecer, que las manifestaciones de las partes, necesarias
para el perfeccionamiento del negocio, no deben ser confundidas con la
regulación concordada, que, sin embargo, sólo resulta vinculante por medio
de ellas: y con ello se hace necesario contraponer nítidamente el plano en que
se ubican los comportamientos de los contratantes y el plano en que debe
evaluarse la (única) declaración contractual en la cual resulta formulado el
precepto negocial.
4
CARNELUTTI, Teoria generale del diritto, 3ª ed., Roma, 1951, p. 351.
222
COMPLEJIDAD DEL PROCEDIMIENTO DE FORMACIÓN DEL CONSENTIMIENTO...
223
PIERO SCHLESINGER
224
COMPLEJIDAD DEL PROCEDIMIENTO DE FORMACIÓN DEL CONSENTIMIENTO...
10
ALLARA, La teoria generale del contratto, 2ª ed., Turín, 1955, p. 66, señala que en los
contratos con prestaciones recíprocas, las partes, o mejor dicho, ambas partes,
“quieren el intercambio de las prestaciones; este intercambio constituye el objeto
de la volición contractual” y que en el contrato de donación las partes, ambas
partes, quieren “la transferencia sin recibir algo a cambio”; así pues, sería del
todo arbitrario “desintegrar el elemento volitivo del negocio o del contrato”.
Con la misma agudeza, PIETROBON, L’errore nella dottrina del negozio giuridico,
Padua, 1963, p. 262, anota que “en concreto las partes, cuando celebran el
contrato, quieren llevar a cabo una única regulación de intereses”.
11
Tal es la antigua objeción, justificadamente planteada en el siglo XIX, contra
las inaceptables consecuencias a las que conducía el denominado “dogma
de la voluntad”.
12
Cfr., de lo reciente, P. TRIMARCHI, Invalidità delle deliberazioni di assemblea di società per
azioni, Milán, 1958, p. 19 (“el término ‘voluntad’ tiene un significado psicológico
que sólo permite referirla a los individuos, y no a las asambleas ni a las sociedades”).
13
Legítimamente, hace ya tiempo que la mejor doctrina ha ido desvalorando el
fundamento de la tradicional distinción entre interpretación “literal” e
interpretación “lógica”; rigurosamente hablando, en efecto, y teniendo en
cuenta sólo la letra de una proposición, se podría efectuar, a lo sumo, un
árido elenco de todos los significados posibles de cada símbolo adoptado
(cfr. CASELLA, Il contratto e l’interpretazione, Milán, 1960, pp. 122 y ss.). Por ello,
la interpretación es siempre, y necesariamente, “lógica”, es decir, que se
encamina a reconstruir el “mensaje” que puede haber sido confiado, por
parte del declarante, a los signos utilizados.
225
PIERO SCHLESINGER
14
“La palabra deja de tener significado, o (lo que es lo mismo) un significado
determinado, cuando se prescinde de las circunstancias, de los términos
implícitos, del énfasis, de los gestos, con los cuales ha sido pensada, dispuesta
y pronunciada” (CROCE, Logica, 7ª ed., Bari, 1947, p. 72).
15
Naturalmente, según el tipo de regulación adoptada –en interés propio o
ajeno; por una o más personas; en ejercicio de poderes discrecionales o en
cumplimiento de un deber, de un cargo o función; en relación con intereses
de carácter privado o público; para normar situaciones específicas y actuales,
o bien situaciones individuadas abstractamente y susceptibles de repetirse
infinitas veces, etc.– puede ser objeto de una mayor o menor consideración el
punto de vista de las personas físicas que han determinado su eficacia jurídica.
Se pasa, así, a través de toda una gama de sucesivos matices, desde los casos
en los cuales la máxima es la valoración concedida por el legislador a la
actitud del sujeto al que es imputada la regulación (como en el testamento, o
en general, en los actos unilaterales no recepticios), a los casos en que la
valoración es prácticamente nula, como ocurre en las disposiciones
legislativas.
16
Indudablemente, el concepto de “imputación” de un acto a un sujeto –elimi-
nando la equívoca referencia, de cariz individualista, a la “voluntad”, y
permitiendo abarcar sintéticamente, con una fórmula unitaria, la variedad
de procedimientos a través de los cuales una decisión deviene jurídicamente
relevante para una persona, grupo o ente– parece ser el más correcto para
expresar la relación entre todo tipo de “disposición” (pública o privada) y los
sujetos a los cuales la disposición, sobre la base de reglas de procedimiento
necesariamente jurídicas, llega a ser “imputada” en el ámbito de un ordena-
miento dado.
226
COMPLEJIDAD DEL PROCEDIMIENTO DE FORMACIÓN DEL CONSENTIMIENTO...
17
Se pueden citar, a propósito las bien conocidas polémicas en torno de la
definición de la ley como “voluntad general” : una definición que –incluso
en sistemas democráticos– asume un mero significado simbólico.
En materia contractual, lo cierto es que la referencia a una “voluntad común”
reviste un valor mucho más puntual y pleno desde el momento que el vínculo
naciente del acuerdo tiene como fuente, justamente, una decisión concreta y
específica de cada una de las partes interesadas. Sin embargo, la fórmula
deviene inaceptable cuando es entendida en el sentido de que el contenido
de la regulación aprobada debe corresponder a una representación conforme
y consciente de ambos contratantes.
18
Afirmar que en tal caso “debe imponerse la voluntad común” en la cual
encontraría su “límite” la voluntad individual (así lo sostiene, por ejemplo,
CARIOTA-FERRARA, Il negozio giuridico nel diritto privato italiano, Nápoles, s.a., p. 735),
parece ser un claro artificio para salvar a toda costa la definición del contrato
como “voluntad común”: de hecho, si esta última está constituida, justamente, y
únicamente, por el encuentro de voluntades individuales coincidentes, es
bastante evidente que no puede ni siquiera plantearse la hipótesis de un contraste
de ella con las voluntades individuales ¡que representan sus componentes!
En resumen: o la expresión “voluntad común” es adoptada como una mera
alegoría para indicar, sintéticamente la entera regulación contractual a la que
quedan vinculadas las partes –y por lo tanto, como comprensiva, incluso de
aquellos aspectos que las partes podrían no haber previsto en lo más mínimo,
o que, es más, una de ellas podría haber sometido a duda y descartado, con
certeza, de la representación de los efectos negociales que la ha decidido a
estipular el acuerdo– pero con ello la fórmula pierde toda vinculación con el
contenido efectivo de las voluntades individuales y deviene una mera
hipóstasis, inidónea para explicar la reducción a la unidad de las declaraciones
de los contratantes; o bien la expresión “voluntad común” es adoptada para
indicar una concreta coincidencia de las valoraciones de los contratantes en
torno del alcance de una determinada regulación de intereses –y es en este
sentido, a mi parecer, que se debe interpretar, sin más, el término “intención” al
que se hace referencia en el art. 1362 cód. civ.–, pero con ello se hace forzoso
reconocer que dicha coincidencia, por lo general, no logra cubrir el entero
ámbito de eficacia del negocio, ni constituir un presupuesto indispensable
para el perfeccionamiento del acuerdo, que también puede verificarse sobre la
base de una concordancia de propósitos puramente aparente o punitiva.
227
PIERO SCHLESINGER
19
Esta acción impugnativa está condicionada, por otro lado, a la esencialidad
y a la reconocibilidad del error, es decir, a circunstancias que nada tienen
que ver con la falta de coincidencia de las voluntades de las partes.
20
Como si fuera poco, las discrepancias en torno de la interpretación de los
contratos surgen, normalmente, en relación con conflictos de intereses que
las partes no se habían ni siquiera representado al momento de la estipulación
del negocio, y que por lo tanto, jamás podrían encontrar regulación en una
“voluntad” concreta. Por ello, afirmar que “cuando un acto es expresión de
una voluntad o de un sentimiento sólo existe un sentido que puede recabarse
del mismo” (como hace CARRESI, «L’interpretazione del contratto», en Riv.
trim. dir. proc. civ., 1964, p. 555) significa ignorar el valor normativo del
contrato, proyectado con función reguladora hacia el futuro (para análogas
apreciaciones, véase: DENTI, «L’interpretazione della senteza civile», en Studi
dell’Università di Pavia, XXVIII, 1946, pp. 9 y ss.).
228
COMPLEJIDAD DEL PROCEDIMIENTO DE FORMACIÓN DEL CONSENTIMIENTO...
21
Véanse, por ejemplo, BETTI, Teoria generale del negozio giuridico, 2ª ed., 3ª reimpr.,
en Trattato di diritto civile italiano, dirigido por VASSALLI, Turín, 1960, p. 60 (“lo
que genera el precepto contractual es [...] el intercambio de las respectivas
declaraciones (oferta y aceptación) y su congruencia consciente”; I D .,
«Riflessioni sulla nozione di negozio giuridico», en Temi, 1963, p. 614 (“las
diferentes declaraciones [...] confluyen en el mismo negocio, y dado que son
complementarias entre sí, se funden en dicho negocio, en una síntesis”);
SCOGNAMIGLIO, Contributo alla teoria del negozio giuridico, Nápoles, 1950, p. 131
(el acuerdo es el “encuentro o congruencia exterior de la oferta y de la
aceptación”).
[Ad. del T.] Mi traducción de las Riflessioni sulla nozione di negozio giuridico de
Emilio BETTI (1890-1968) forma parte del volumen Teoría general del negocio
jurídico-4 estudios fundamentales, ARA Editores, Lima, 2001, pp. 27 y ss., y
para este punto, p. 47.
22
El concepto de “contenido” del contrato resulta ser uno de los más inciertos
y contradictorios de la dogmática jurídica: ya sea por las discutidas relaciones
(cfr. una cuidadosa reseña de opiniones al respecto en PERLINGIERI, I negozi su
cosa futura, I, Nápoles, 1962, pp. 60 y ss.) con el no menos vago concepto de
objeto del contrato (véanse las interesantes consideraciones de GORLA sobre
el tema, «La teoria dell’oggetto del contratto nel diritto continentale», en Jus,
1953, pp. 289 y ss.), o ya sea, sobre todo, por la inaceptable e implícita
contraposición a un “continente”. Así pues, deviene inevitable que –definido
el contenido del contrato como “el conjunto de las determinaciones de las
partes del cual resulta el tipo de regulación (de intereses) que ellas han querido
realizar con el contrato” (CARRESI, «Il contenuto del contratto», en Riv. dir.
civ., 1963, I, p. 365)– alguien se sienta persuadido a responder que “el conjunto
de las determinaciones de las partes es el contrato mismo, y no el contenido”
(CARNELUTTI, «Chiose», en Riv. dir. proc., 1964, p. 107).
A mi parecer, el fundamento del equívoco se debe identificar –como señalaré
más adelante– en la ambigüedad del término “contrato”: que por un lado
229
PIERO SCHLESINGER
230
COMPLEJIDAD DEL PROCEDIMIENTO DE FORMACIÓN DEL CONSENTIMIENTO...
25
Considerado en el plano de los hechos jurídicos, el contrato no puede ser
definido como un “acto jurídico” si se conserva para tal expresión el
significado usual de “comportamiento humano jurídicamente relevante”.
Por ello, se ha dicho justificadamente que “es inevitable apreciar en el seno
del contrato [...] una pluralidad de actos jurídicos propiamente dichos”
(SANDULLI, Il procedimento amministrativo, Milán, 1940, p. 196).
Además, y siempre en el plano de las fattispecie, el contrato no individua ni
siquiera un procedimiento típico, como hacía, por ejemplo, la stipulatio de
derecho romano, o como hace un moderno procedimiento legislativo: se limita
a ser un genérico “paradigma” (esta feliz terminología puede verse en
MESSINEO, voz «Contratto», cit., pp. 786-787).
La consecuencia es que cuando se identifica en el contrato una unidad, un
acto jurídico, es forzoso hacer referencia a un distinto concepto de contrato y
de acto; en otras palabras, ya no a comportamientos humanos, ni a hechos,
sino a valores jurídicos que a partir de aquellos comportamientos llegan a
insertarse en el ordenamiento, entendido como trama global del régimen de
las relaciones existentes entre los miembros de una comunidad organizada.
26
“Materialmente, y en su aspecto exterior, el contrato se presenta organizado
en una o más proposiciones” (MESSINEO, voz «Contratto», cit., p. 818).
27
A menudo se habla de “contenido” del contrato, en lugar de “texto”, pero
esta última expresión es adoptada, más frecuentemente, para indicar el tercer
significado de contrato, es decir, el conjunto de las “disposiciones” o
“preceptos” que emergen del texto aprobado. Véase, lo señalado infra, en este
mismo acápite.
231
PIERO SCHLESINGER
28
También la expresión “cláusula contractual” es susceptible de ser entendida
como “texto” del contrato y “precepto” negocial, a la vez (“Por cláusula se
puede entender, sobre todo, cada una de las proposiciones de las cuales
consta el negocio [...] Por cláusula se puede entender, en segundo lugar, un
precepto negocial autónomo [...] un imperativo jurídico inescindible”: esto
según GRASSETTI, voz «Clausola del negozio», en Enc. dir., VII, Milán, 1960,
pp. 184-185. Véase, además, N. COVIELLO, «In margine all’art. 1340 c.c.», en
Riv. trim. dir. proc. civ., 1963, pp. 502 y ss.
29
Por otro lado, toda declaración se resuelve en un “hecho lingüístico” –cfr.
PUGLIATTI, La trascrizione. La pubblicità in generale, Milán, 1957, p. 367; FALZEA,
voz «Apparenza», en Enc. dir., II, Milán, 1958, p. 687; G IAMPICCOLO, La
dichiarazione recettizia, Milán, 1959, p. 7; SCHLESINGER, voz «Dichiarazione (teoria
generale)», en Enc. dir., XII, Milán, 1964, pp. 373 y ss.– y por lo tanto, en un
conjunto de símbolos expresivos que se consideran “adecuados” para
representar, frente a un lector, el “mensaje” que se ha confiado a ellos (SCHICK,
Il linguaggio, Turín, 1960, p. 100).
30
“El negocio contiene y es, esencialmente, un estatuto, una disposición, un
precepto de autonomía privada en orden a concretos intereses propios de quien
lo lleva a cabo” (BETTI, Teoria generale del negozio giuridico, cit., pp. 52-53).
Acentuando este aspecto, se ha llegado a afirmar que constituiría un error,
inclusive, “asimilar el negocio jurídico, como se hace desde tiempos de SAVIGNY,
al concepto genérico de los hechos jurídicos” (FLUME, «Das Rechtsgeschäft
und das rechtlich relevante Verhalten», en Arch. civ. Pr., vol. 161, 1962, p. 60).
232
COMPLEJIDAD DEL PROCEDIMIENTO DE FORMACIÓN DEL CONSENTIMIENTO...
31
Hablando de realidad objetiva no pretendo referirme sólo a las declaraciones
“incorporadas” –para las cuales un instrumento material, una res, garantiza la
posibilidad de someter a examen el texto contractual, aun cuando la actividad de
expresión se hubiese ya agotado– sino también a las declaraciones para las cuales se
hayan adoptado formas de lenguaje “transeúnte”, porque incluso en estos casos la
combinación de símbolos utilizada siempre puede ser reconstruida con posterioridad.
32
La relación entre texto del contrato y precepto negocial puede parecer simple –y
por consiguiente, la tarea del intérprete puede parecer limitada– a quien parta de
la ilusoria premisa de que todo texto tiene un significado propio, que sólo se trata
de lograr individuar con el sapiente uso de los instrumentos hermenéuticos.
Sólo que, en primer lugar, el lenguaje, todo lenguaje, constituye un medio de
comunicación imperfecto, y necesariamente es incierta, por lo tanto, la
reconstrucción del “mensaje” que le es confiado; en segundo lugar, el texto
de un contrato debe ser valorado, ya sea teniendo en cuenta los distintos, y a
veces contrapuestos puntos de vista de los sujetos que lo han aprobado, o
bien dirigiéndose, sobre todo, a resolver conflictos que a menudo surgen
solamente en el ámbito de actuación de la regulación predispuesta, sin haber
sido previstos al momento de la estipulación, de modo que difícilmente podrían
hallar solución mediante una investigación dirigida a encontrar el significado
que los mismos contratantes atribuían, inicialmente, al acto.
33
Sin embargo, el texto aprobado por los contratantes sigue siendo el único
objeto de la interpretación, y el comportamiento conjunto de las partes no
constituye sino el material del cual se sirve el intérprete para su actividad.
Por ello, afirmar que “la declaración no es dada sólo por la palabra o por el
escrito, sino también por el comportamiento global del declarante, es decir,
por las circunstancias” (OPPO, Profili dell’interpretazione oggettiva del negozio
giuridico, Bolonia, 1943, p. 17) puede ser aceptable sólo si se pretende hacer
referencia al significado de la declaración, y no a la declaración como “hecho
lingüístico”. De otra manera, en efecto, surgirían problemas muy delicados
en lo que concierne a la documentación en los negocios solemnes, y la
imposibilidad de oponer a los terceros el precepto contractual determinado
en virtud de una interpretación antiliteral (cfr. CARRESI, «Apparenza e realtà
233
PIERO SCHLESINGER
del contratto», en Riv. trim. dir. proc. civ., 1963, pp. 479 y ss.).
Naturalmente, puede resultar de extrema dificultad, en los distintos casos
concretos, la distinción entre comportamiento directamente relevante en la
determinación del contenido negocial y comportamiento relevante sólo para
los fines de la interpretación.
34
Al respecto, me permito remitir a mi estudio «Interpretazione del contratto e
principio dispositivo», en Temi, 1963, pp. 1135 y ss., donde concluía –anotando
que “la relación entre la ‘fórmula’ de una declaración y su significado no es
asimilable a una relación entre hechos” (p. 1142)– en el sentido de que una
reconstrucción judicial de la regulación contractual, que no es un hecho,
sino un valor, “escapa a los principios normales que conciernen a la
reconstrucción judicial de la realidad extraprocesal” (p. 1144).
35
Adopto la expresión “acto normativo” con genérica referencia a todos los casos
en los cuales, a través de un determinado procedimiento, se atribuye valor
jurídico a una fórmula consistente “en una o más disposiciones idóneas para
plantearse como ‘reglas’ o ‘normas’ de conducta en la vida de relación”
(CRISAFULLI, voz «Atto normativo», en Enc. dir., IV, Milán, 1959, p. 238): sin afrontar,
entonces, el delicado problema de la admisibilidad de una diferenciación, en
el ámbito de los actos normativos, de la categoría de los actos “constitutivos de
ordenamientos objetivos” (un problema planteado con particular profundidad
en la citada voz de CRISAFULLI, quien destaca perspicazmente, sin embargo, y
bajo la influencia de la Escuela de Viena, que “parece ser posible considerar,
sin más, que entre las dos hipótesis-límite, del acto negocial con efectos
instantáneos y de la ley formal con duración potencialmente ilimitada, existe,
en la práctica, una gama de hipótesis intermedias, que gradualmente se van
desplazando, por decirlo así, de un extremo hacia otro”, op. cit., p. 258).
A la luz de tales observaciones, no se puede hacer menos que considerar totalmente
estériles las recurrentes discusiones sobre la posibilidad de incluir entre las
“normas jurídicas” las disposiciones negociales, discusiones que tienen por
objeto la presencia o no, en estas últimas, de las características de la “generalidad”
o de la “abstracción”: y ello, ni más ni menos, cuando la doctrina publicística
saca a la luz, justificadamente, la equivocidad de tales criterios, y su inidoneidad
para caracterizar las “verdaderas” normas jurídicas, frente a todas las demás
reglas por las que aún se encuentra normada la convivencia de los grupos sociales
(véase una vez más, al respecto, la citada voz de CRISAFULLI).
Mucho más interesante, en cambio, parece ser la confirmación “histórica”
del aspecto preceptivo del fenómeno negocial, como se desprende de agudas
investigaciones de derecho romano e intermedio (cfr. GROSSO, Il problemi
generali del diritto attraverso il diritto romano, Turín, s.a., pero de 1948, pp. 111
y ss.; CALASSO, Il negozio giuridico, 2ª ed., Milán, 1959, pp. 242 et passim).
234
COMPLEJIDAD DEL PROCEDIMIENTO DE FORMACIÓN DEL CONSENTIMIENTO...
se verifica, como regla, el mismo fenómeno; ello quiere decir que con
una sola expresión (como “ley”, “decreto”, “sentencia”, etc.) se indica,
según el caso, el acto, o mejor aun, el procedimiento36 a cuyo
perfeccionamiento está condicionada la relevancia jurídica de un texto,
pero también el texto mismo –o fórmula, o proposición37– que, una
vez perfeccionado el procedimiento establecido por el legislador, asume
valor para el mundo del derecho; y también, en fin, la norma38, el
estatuto, o mejor aun, la regulación39, deducible de la interpretación
36
Por ejemplo, el término “ley” –cuya equivocidad ha sido denunciada desde
hace mucho tiempo: cfr. ESPOSITO, voz «Legge», en Nuovo Dig. it., VII, Turín,
1938, p. 720– es utilizado, actualmente con predominancia, para indicar el
procedimiento legislativo, tal cual anota SANDULLI, voz «Legge (Dir. cost.)»,
en Noviss. Dig, it., IX, Turín, 1963, p. 632.
37
La diferencia entre la fórmula o proposición normativa y el estatuto (o estatutos)
que se deducen de ella surge, con particular evidencia, a propósito de la
controvertida cuestión en torno de la exacta determinación del objeto de las
sentencias de la Corte Constitucional, y en especial, de los pronunciamientos
que declaran infundados recursos, sobre la base de una particular (y no pacífica)
interpretación del texto legal impugnado por alegada ilegitimidad constitucional:
cfr. M. S. GIANNI, «Alcuni caratteri della giurisdizione di legittimità delle norme»,
en Giur. cost., 1956, pp. 802 y ss.; CRISAFULLI, «Questioni in tema di interpretazione
della Corte costituzionale nei rapporti con l’interpretazione giudiziaria», en
Giur. cost., 1956, pp. 829 y ss.; ASCARELLI, «Giurisprudenza costituzionale e teoria
dell’interpretazione», en Riv. dir. proc., 1957, pp. 351 y ss.; MONTESANO, «Norma e
formula legislativa nel giudizio costituzionale», en Riv. dir. proc., 1958, pp. 524 y ss.,
y «Le sentenze costituzionali e l’individuazione delle norme», en Rivista dir. proc.,
1963, pp. 20 y ss.; MAZZIOTI, «Efficacia delle sentenze interpretative di rigetto
della Corte costituzionale», en Giur. cost., 1960, pp. 1110 y ss.; SANDULLI, «Atto
legislativo, statuizione legislativa e giudizio di legittimità costituzionale», en
Riv. trim. dir. proc. civ., 1961, pp. 1 y ss.; ANDRIOLI, «Motivazione e dispositivo
nelle sentenze della Corte costituzionale», en Riv. trim. dir. proc. civ., 1962,
pp. 529 y ss.; PIERANDREI, voz «Corte costituzionale», en Enc. dir., X, Milán, 1962,
pp. 982 y ss. Recientemente, véase el extenso análisis de CRISAFULLI, voz
«Disposizione (e norma)», en Enc. dir., XIII, Milán, 1964, pp. 195 y ss.
38
Según MORTATI, Istituzioni di diritto pubblico, 6ª ed., Padua, 1962, p. 172, es
necesario distinguir: “a) el poder normativo, o fuente, en el cual hay que incluir
tanto al sujeto que es su titular cuanto la competencia atribuida al mismo; b) el
procedimiento de producción desarrollado mediante actos o hechos
normativos; c) la fórmula normativa, que es el producto de la disposición misma,
una vez que esta ha sido dada; d) el acto normativo, es decir, la expresión
externa que la fórmula asume (siempre que la fuente no sea consuetudinaria),
con la relativa documentación dirigida a su conocimiento; e) la norma (en
sentido específico) que el intérprete asume para regular la relación concreta”.
39
Prefiero hablar de “regulación”, ya sea para adoptar una expresión idónea
para abarcar la eficacia de todos los actos con carácter normativo, dejando al
margen el problema de la eventual admisibilidad de una categoría más
235
PIERO SCHLESINGER
236
COMPLEJIDAD DEL PROCEDIMIENTO DE FORMACIÓN DEL CONSENTIMIENTO...
237
PIERO SCHLESINGER
43
En confirmación de la autonomía del significado de “contrato” ahora
examinado, téngase presente que la Corte de Casación ha admitido
recientemente –aunque el art. 1453 cód. civ. se refiera expresamente a los
“contratos”– que la acción de resolución por incumplimiento se puede
plantear incluso con respecto a la “relación (rectius: regulación) nacida por
efecto de la sentencia constitutiva de procedencia de la demanda de
ejecución específica de la obligación de cumplir un contrato preliminar”, y
ello en atención a que “los efectos constituidos por la sentencia son de
naturaleza negocial” (Cass. 14 de febrero de 1963, n. 324, en Giur. it., 1963,
I, 1, c. 1116, y en Giust. civ., 1963, I, p. 1318, con nota adhesiva de G. E.
L ONGO , Esecuzione specifica dell’obbligo di contrarre e risoluzione per
inadempimento).
238
COMPLEJIDAD DEL PROCEDIMIENTO DE FORMACIÓN DEL CONSENTIMIENTO...
44
La misma variedad de significados, por lo demás, se detecta también con
respecto a otros actos negociales: así, por ejemplo, en las “deliberaciones” de
las sociedades o en el testamento –más allá del significado impropio de
“documento”– la misma expresión puede, según el caso, indicar la actividad
de formación de la “disposición” (cfr. arts. 2364, 1er. párrafo, n. 4, y 603 cód.
civ.), el texto o la fórmula en la cual el acto se concreta (por ejemplo, arts. 2375
y 602, 1er. párrafo, cód. civ.), el precepto o disposición que constituye el
resultado perseguido por el autor o autores del negocio (arts. 2373 y 587, 1er.
párrafo, cód. civ.), la regulación jurídica que tiene como fuente a la disposición
(arts. 2377 y 682 cód. civ.).
45
El examen de las razones políticas que justifican la concesión de dicha
potestad y la valoración de la relevancia que la autonomía privada asume en
el ordenamiento (y en cada ordenamiento en particular: democrático o
autoritario, de estructura capitalista, etc.) merecería una atención muy distinta
de la normalmente les dedican los jueces.
46
Una contraposición entre la conducta destinada a la utilización en el plano
social de una fórmula o proposición lingüística, y el texto que es utilizado de
tal forma es siempre proponible para toda declaración: a propósito, me
permito reenviar a mi voz «Dichiarazione (teoria generale)», cit., pp. 372 y ss.
En materia contractual es fuente de equívocos el hecho de que el procedimiento
a través del cual asume valor vinculante el texto que expresa la proyectada
estructura de intereses consiste a su vez –como ocurre, por lo demás, para
todos los actos normativos– de declaraciones, con las cuales las partes
manifiestan su aprobación a aquel texto.
239
PIERO SCHLESINGER
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COMPLEJIDAD DEL PROCEDIMIENTO DE FORMACIÓN DEL CONSENTIMIENTO...
241
PIERO SCHLESINGER
53
La adhesión del destinatario tampoco debe ser configurada como aceptación
“de la oferta”, sino como aceptación del “contrato”, es decir, de la estructura de
intereses destinada a regular las relaciones entre los contratantes (justamente
por ello parece ser más feliz que nuestro art. 1326 cód. civ., la fórmula del § 145
del BGB, donde se habla de oferta “de celebrar un contrato”). La distinción entre
oferta y aceptación, por lo tanto, termina entendiéndose como destinada a normar
solamente el ciclo del procedimiento de formación del negocio, en el sentido de
que el ciclo se cierra solamente cuando el que ya ha manifestado su adhesión al
proyecto contractual recibe comunicación de la adhesión que también ha
realizado la otra parte: ¡Pero no hay quien no aprecie –por ejemplo, en el caso de
un proyecto enviado por un tercero a los dos interesados– el significado particular
que se debe dar a la afirmación según la cual el que manifiesta en primer lugar su
conformidad a dicho proyecto formula una “oferta”!
54
Sobre la absoluta y recíproca independencia de los conceptos de “oferta
contractual” y de “predisposición de las cláusulas contractuales”, cfr. Cass.,
14 de julio de 1948, n. 1143, en Giur. compl. cass. civ., 1948, III, p. 1069 (“el
contrato por adhesión se perfecciona en el lugar donde el oferente –contratante
adherente– tiene conocimiento de la aceptación de la otra parte, aun cuando
la oferta contenga cláusulas generales, predispuestas unilateralmente por el
aceptante”); DOSSETTO, Le condizioni generali di contratto ed i contratti conclusi
mediante moduli o formulari, Padua, 1951, pp. 35-38; GENOVESE, voz «Condizioni
generali di contratto», en Enc. dir., VIII, Milán, 1961, p. 804.
242
COMPLEJIDAD DEL PROCEDIMIENTO DE FORMACIÓN DEL CONSENTIMIENTO...
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244
INTERCAMBIOS SIN ACUERDO
VIII
*
Título original: «Scambi senza accordo», en Rivista Trimestrale di Diritto e
Procedura Civile, año LII, Milán, 1988, pp. 347-364, ahora en N. IRTI, Norma e
luoghi. Problemi di geo-diritto, Roma y Bari, Ed. Laterza, 2001, pp. 103-129. El
texto es una renovada versión de la ponencia expuesta el 12 de diciembre de
1997, con ocasión del Congreso académico en honor de Renato SCOGNAMIGLIO.
Por expresa indicación del profesor IRTI, se traducen, asimismo, las críticas
formuladas a la teoría planteada en las páginas subsiguientes –que ha
desatado un apasionado debate en el medio jurídico italiano–, debidas a
autores como Giorgio OPPO y Massimo BIANCA.
245
NATALINO IRTI
246
INTERCAMBIOS SIN ACUERDO
1. Un programa fenomenológico
Imaginemos la jornada de una persona común y corriente.
Hagamos el intento de observarla y describirla. En horas de la mañana,
nuestro personaje, que ha decidido adquirir un departamento en una
céntrica de la ciudad, encuentra al propietario del inmueble, y discute
momentáneamente con éste sobre algunas cláusulas: una reducción
del precio, la modalidad de entrega, la elección del notario
correspondiente. Luego se traslada a la oficina de una institución
bancaria, de la que ha logrado obtener un préstamo. Pone su firma en
formularios previamente impresos. Por la tarde, se da una vuelta por
el centro comercial que domina la vida de su distrito: adquiere alimentos
y otros productos domésticos. Al final del día, se relaja frente a las
pantallas de su televisor y de su computadora. La jornada de esta
persona común y corriente concluye, y nuestra mirada lo abandona
entre las solitarias paredes de su casa.
El jurista, llamado a transcribir en su propio lenguaje las
experiencias cotidianas, no tendrá inconvenientes para identificar en
todo lo narrado cuatro, cinco o más contratos. Resulta ciertamente
útil y sencillo comprender múltiples episodios de la vida bajo un único
nombre, y explicarlos de un mismo modo, con el solo límite de señalar
247
NATALINO IRTI
*
Lo mismo se señala en el Código Civil peruano: Art. 1376, 1er. párrafo: “La
aceptación tardía y la oportuna que no sea conforme a la oferta equivalen a
una contraoferta” [N. del T.].
248
INTERCAMBIOS SIN ACUERDO
indefinido del hablar y del escuchar. Y puesto que las normas sobre la
interpretación hacen referencia a partes que usan “palabras”, y se
fían de “expresiones”, el Código Civil, al esbozar la fisonomía general
del contrato, continúa gravitando en torno de la palabra, es decir, en
torno de la expresión humana mediante los recursos de la lengua.
Las decisiones de realizar el intercambio –o las decisiones
unilaterales de vender y de adquirir, para mantenernos en el ámbito
del ejemplo más recurrente– se ubican en un momento anterior al
encuentro entre las preguntas y respuestas. El acuerdo referido en los
Códigos Civiles no coincide con las decisiones unilaterales de realizar
el intercambio: éstas no son más que presupuestos o razones que
empujan a las partes a entrar en el circuito de las preguntas y
respuestas. Personas que al inicio son desconocidas e indiferentes, la
una para con la otra, intercambian palabras, porque han decidido
intercambiarse bienes. El intercambio de valores económicos es, al
mismo tiempo, un intercambio de valores lingüísticos.
3. La técnica de la lengua
El intercambio en mención se asienta en el diálogo entre las partes.
El acuerdo, descrito en los códigos civiles nace del diálogo: es el
resultado discursivo y cognoscitivo que equilibra los puntos de vista
de las partes, y resuelve en unidad las dualidades discordantes de
éstas. El “contraer” se perfila como el resultado de un “contratar”; es
unirse en un vínculo, como resultado del hablar y del razonar de
manera conjunta. En otras palabras, es el resultado de un diálogo. El
logos que se desarrolla entre una y otra parte es, a la vez, un hablar y
un conocer, un querer decir y un querer entender. Es obvio que la
bilateralidad del contrato no indica las decisiones unilaterales de
realizar el intercambio económico, sino, justamente, aquella
reciprocidad dialógica, el hablar y entender de las partes. El “trato”
(intesa) nace de un “entendimiento” recíproco.
El acuerdo logrado y consagrado mediante palabras también
exige una tecnología, es decir una técnica de la lengua (como ya
la denominaba, a inicios del siglo XIX, el gran Wilhem VON
HUMBOLDT) 1, propiamente dicha. Tal es la razón de la implicancia
1
W. VON HUMBOLDT, La diversità delle lingue, trad. italiana de Di Cesare, Bari,
1993, pp. 67 y ss.
249
NATALINO IRTI
2
G. NENCIONI, Idealismo e realismo nella scienza del linguaggio, 1946, reimpresión,
Pisa, 1989, p. 113. Cfr. N. IRTI, Testo e contesto, Padua, 1996, pp. 159 y ss.
3
A. PAGLIARO, La parola e l’immagine, Nápoles, 1957, p. 195.
250
INTERCAMBIOS SIN ACUERDO
4
G. NENCIONI, Idealismo e realismo nella scienza del linguaggio, cit., p. 93.
5
W. VON HUMBOLDT, La diversità delle lingue, cit., p. 47; Cfr. M. HEIDDEGER,
Linguaggio tramandato e linguaggio tecnico (1962), trad. italiana de Esposito,
1997, pp. 50 y ss.
251
NATALINO IRTI
252
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253
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254
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7
N. IRTI, Letture bettiane sul negozio giuridico, Milán, 1991, p. 70; ID., Società civile,
Milán, 1992, pp. 125 y ss.; ID., Codice civile e società politica, Bari, 1995, pp. 95 y ss.;
ID., Testo e contesto, cit., pp. 103 y ss. El declive de la palabra ha sido bien
advertido por R. SACCO, «Il diritto muto», en Riv. dir. civ., 1993, I, pp. 689 y ss.
255
NATALINO IRTI
8
CICU, Gli automi nel diritto privato (1901), ahora en ID., Scritti minori, II, Milán,
1965, en especial, p. 315. La lección de CICU sigue teniendo eco en la actualidad,
y con provecho, en el libro de Al. GAMBINO, L’accordo telematico, Milán, 1997.
256
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257
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9
G. S ARTORI , “Homo videns”. Televisione e post-pensiero, Bari, 1997, p. 13.
Configura un diálogo entre usuario y mecanismo telemático P. ROSSI, «Quale
rivoluzione?», en AA.VV., Tecnologia domani, Bari, 1985, pp. 339 y ss.: “en
lugar de una situación de pasividad, del género de la impuesta por los medios
tradicionales de comunicación (piénsese, por ejemplo, en la televisión), las
tecnologías de la información determinan una situación de pregunta y
respuesta, en la cual el sujeto instaura un diálogo con la computadora y
elabora los datos que esta provee”.
10
DERRIDA y STIGLER, Ecografia della televisione, trad. italiana de Chiesa, Milán,
1997, pp. 87 y ss. Cfr. M. HEIDEGGER, L’abbandono, trad. italiana de Fabris,
Génova, 1983, p. 32.
258
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259
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260
INTERCAMBIOS SIN ACUERDO
12
E. TROELTSCH, L’essenza dello spirito moderno (1907), ahora en ID., L’essenza del
mondo moderno, trad. italiana de Cantillo, Nápoles, 1977, p. 141.
261
NATALINO IRTI
**
Constitución de la República Italiana: “Art. 41. La iniciativa económica
privada es libre.
No puede desenvolverse en oposición a la utilidad social o en modo que
ocasione daño a la seguridad, a la libertad, a la dignidad humana.
La ley determina los programas y controles oportunos para que la actividad
económica pública y privada pueda ser dirigida y coordinada con arreglo a
los fines sociales”. [N. del T.].
262
INTERCAMBIOS SIN ACUERDO
sujeto hacia la cosa: la cosa, por ser el punto de encuentro de los dos
actos, demuestra la idéntica funcionalidad de estos, y determina la
consideración unitaria del derecho. No es de tanta importancia atribuir
un nombre al fenómeno, ni ponerse a discutir sobre el contrato sin
acuerdo, o designaciones similares; el problema está en distinguir el
intercambio y el acuerdo, y en reducir el primero a una dualidad de
actos lícitos (que podríamos definir como actos binarios) encaminados
inmediatamente a la particularidad de las cosas. En el ejercicio de la
capacidad de entender y de querer, que sustenta los específicos actos
unilaterales, existe –y nadie piensa negarlo– un ejercicio de la libertad,
pero dirigida, justamente, hacia la cosa: una intención real, una
intención orientada hacia la res, y que se consume en la existencia
física o en la imagen de ésta.
El análisis descriptivo ha demostrado que los intercambios en masa
se desarrollan sin que medien acuerdos (porque acuerdo, según el
diseño mismo del legislador, es la consonancia obtenida mediante la
palabra y el diálogo), y que las partes dirigen sus decisiones hacia la
mercadería, y éstas se encuentran y combinan en la mercadería. La
supervivencia del término “contrato” deriva de su ligazón con el
acuerdo, y de la conjunción o disyunción con respecto a éste: si el
contrato se expande para designar la “operación” del intercambio,
así como la mera confluencia de decisiones unilaterales, entonces nada
impide ni prohibe su empleo. Liberado de su relación con el acuerdo,
el contrato también podrá denotar, sin problemas, los intercambios
en masa. En cambio, si se confirma –equivocadamente, a mi parecer–
la necesidad del requisito del acuerdo, la combinación de los dos actos
lícitos reclamará un nombre distinto13. En este punto, lamento carecer
de toda competencia en los estudios de derecho romano, y tener que
limitarme al simple recuerdo de una línea de pensamiento –amparada
en los grandes nombres de Silvio PEROZZI, Pietro BONFANTE, y de mi
venerado Maestro Emilio BETTI– que, al analizar la génesis histórica
13
¿Acaso ha llegado el momento de restituir dignidad constructiva a las variae
causarum figurae que el art. 1173 cód. civ. recoge, junto al contrato y al hecho
ilícito? De ello tenemos un autorizado anuncio en una página de RESCIGNO,
Introduzione al codice civile, 2ª ed., Bari, 1992, p. 161 y ss. También es de verse:
V. SCIALOJA, «In difesa dei termini giuridici fuori d’uso», 1930, en ID., Studi
giuridici, IV, 2, Roma, s.a., pp. 241 y ss. (en las pp. 243-245, la defensa del
término “cuasicontrato”).
263
NATALINO IRTI
14
BONFANTE, «Il contratto e la causa del contratto» (1908), ahora en ID., Scritti
giuridici varii, III, reimpresión, Turín, 1926, p. 128, nota 2; cfr. ID., Corso di
diritto romano, IV, Le obbligazioni, reimpresión, Milán, 1979, pp. 249 y ss. Y
téngase presente el parecer de BETTI, Istituzioni di diritto romano, II, 1, Padua,
1960, p. 68: “puede existir, por lo tanto, contractus sin acuerdo, y viceversa,
acuerdo sin contractus: el elemento esencial del contractus no es dado por la
estructura bilateral y consensual del acto, sino por la idoneidad a unir en un
vínculo la persona frente a los demás, por su referencia esencial a otro sujeto
(relatividad en este sentido)”. Cfr. BETTI, La struttura dell’obbligazione romana e
il problema della sua genesi, 1919, reimpresión, Milán, 1955, pp. 117 y ss.
15
Los artículos 1321 y 1325 cód. civ. –el primero, ordenando el contrato como
species al interior de la categoría del “acuerdo”; el segundo, enumerando el
“acuerdo de las partes” entre los requisitos del contrato– dan la impresión
de descartar los contratos sin acuerdo. Pero también es verdad que el mismo
Código Civil, luego de diseñar el acuerdo de las partes como consonancia de
declaraciones, y el “contraer” como resultado de un “contratar”, inserta bajo
el mismo encabezado las normas relativas a las condiciones generales de
contratación, y al uso de modelos y formularios. El contrato, entonces,
demuestra un apartamiento del acuerdo: el “sacrificio” de la “libertad de
tratativa”, es explícitamente confesado en el n. 612 de la Relazione al Codice
civile del Ministro Guardasellos. Acuerdo privado de la libertad de tratativa
no es concebible, si no es reduciéndolo a la elemental libertad de no cumplir
el acto, y de no asumir los efectos en su propia esfera jurídica. Que es una
nueva definición la palabra “acuerdo”, en forma tal que esta comprenda
también los actos que no se realizan con libertad de tratativa.
La honestidad constructiva aconseja no alterar el significado de las palabras,
y de ponerse, simplemente, frente a la elección: de ubicar los fenómenos,
desprovistos de acuerdo, fuera de la categoría del contrato; o bien de liberar
el contrato del acuerdo, de modo tal que aquél esté en condición de comprender
también los actos unilaterales, convergentes en una misma cosa. Esta última
solución no atentaría contra el léxico jurídico, y restituiría la palabra
“contrato” a la antigua acepción de “operación”, o de mera fuente de vínculo
jurídico. Dejando a un lado los requisitos del objeto y de la causa (y, cuando
sea necesaria, la forma), el contrato podría resultar del acuerdo de las partes,
o bien de la combinación de actos unilaterales, los cuales no están destinados
a declarar nada, sino solamente a exponer o preferir mercaderías. En el incidir
en la idéntica mercadería –es decir, en un bien inserto en la circulación
264
INTERCAMBIOS SIN ACUERDO
265
NATALINO IRTI
16
Es un gusto recordar, también en esta oportunidad, la aguda fórmula de
MENGONI, con respecto a la autonomía privada, como “variable dependiente
de garantías públicas”: «Proprietà e libertà», en ID., La costituzione economica,
Milán, 1990, p. 20. Sobre los problemas a que hacemos referencia en este
punto, cfr. N. IRTI, L’ordine giuridico del mercato, Bari, 1998.
266
INTERCAMBIOS SIN ACUERDO
17
P. VALÉRY, Sguardi sul mondo attuale, trad. italiana de Paffaro, Milán, 1994, p. 213.
18
Cfr. SARTORI, “Homo videns”. Televisione e post-pensiero, cit., p. 15.
267
NATALINO IRTI
268
¿DESHUMANIZACIÓN DEL CONTRATO?
IX
*
Título original: «Disumanizzzione del contratto?», en Rivista di Diritto Civile,
año XLIV, parte I, Cedam, Padua, 1998, pp. 525-533.
269
GIORGIO OPPO
270
¿DESHUMANIZACIÓN DEL CONTRATO?
271
GIORGIO OPPO
Civile, 1998, pp. 347 y ss.)* que transfiere al plano individual (inicia
con la descripción de la “jornada de una persona común y corriente”),
y concluye la configuración –elaborada por el mismo autor en varios
estudios (ahora compilados en su volumen L’ordine giuridico del mercato,
Bari, 1998– del derecho del mercado como “lugar de intercambios”.
El trabajo se puede considerar inserto en nuestro tema, aunque lo
cierto es que el mercado también debe ser considerado, para captar y
regir su función e incidencia social, como un lugar de producción y
trabajo, incluso con prescindencia del intercambio. Igualmente, el orden
jurídico del mercado debe ser considerado no sólo como regularidad
y previsibilidad de los intercambios, y como protección de un orden
espontáneo, sino desde una perspectiva de correlación con las
exigencias de la Sociedad civil.
Pues bien, con referencia a los intercambios de mercado, IRTI
propone ubicarlos, alternativamente, en una noción de contrato que
se extienda más allá del acuerdo, o bien en una noción de intercambio
sin contrato; en ambos casos, él identifica dos decisiones unilaterales,
que están destinadas a mantenerse como tales. Desde luego que frente
a semejante alternativa considero preferible la segunda
“configuración”, porque ni la ciencia, ni la práctica se benefician
cuando los conceptos e instituciones devienen pantanosos.
Las dos alternativas planteadas por IRTI parecen cargadas de
consecuencias, las cuales, sin embargo, no exceden del plano de la
técnica. Preferiría, en cambio, y atendiendo a la invitación de IRTI (también
dirigida a los romanistas, aunque no pueda equipararme a estos), brindar
“auxilio” a su meditación sobre el “contrahere sin consentire”; y quiero
acoger la invitación en un punto que me parece singularmente
estimulante en el plano, no sólo jurídico, sino también social y
“humano”. Más allá de la identificación y calificación, con la elegancia
propia del autor, de datos objetivos como el “texto”, la “cosa”, la
“imagen”, lo que suscita particular interés, pero también (al menos por
lo que a mí respecta) cierta inquietud, son las convicciones que conducen
al autor a proponer la antedicha alternativa.
Basta recordar algunas de ellas. “Las técnicas o tecnologías no
son siervos sumisos, sino patrones déspotas”. El diálogo, si bien esencial
*
Ver supra, cap. VIII [N. del T.].
272
¿DESHUMANIZACIÓN DEL CONTRATO?
273
GIORGIO OPPO
dominada por nosotros, sino que nos domina”; en otras palabras, está
ausente el diálogo, que es considerado, por lo demás, como un
“desperdicio irracional que reduce y anula las ventajas objetivas y
funcionales de la lengua”.
Dejemos a un lado el hecho de que si la lengua es la que nos
domina, no existen problemas de interpretación “subjetiva” (art. 1362
cód. civ.). Dejemos a un lado el hecho de que las ventajas de la lengua
son, o deberían ser, funcionales, principalmente, con respecto a la
manifestación del pensamiento y del propósito del que la usa (el mismo
IRTI escribe que “los signos se actualizan en la expresión concreta de
las partes”). Dejemos a un lado el hecho de que también puede existir
algo de diálogo, ciertamente no determinante, pero tampoco
irrelevante, ni mucho menos un “desperdicio irracional”, en los
intercambios que estamos examinando: se produce algo de diálogo
con los dependientes de la empresa (del banco, por ejemplo), que han
predispuesto modelos o formularios; lo mismo ocurre con el
predisponente de los mensajes que se leen por vía informática, sobre
la calidad, los precios, y la especie de las mercaderías ofrecidas. Por
otro lado, los “precios fijos” y las condiciones inmodificables no son
exclusivos de tales intercambios.
Dejemos a un lado todo lo anterior, aunque nada de ello pueda ser
ignorado. ¿Acaso lo que falta, o faltaría, en nuestros intercambios es
esencial para el acuerdo, para el consentimiento, para el encuentro de
las voluntades? Porque es ello, y nada más, lo que se requiere en el
contrato. En el art. 1321 cód. civ. no se requiere una tratativa, ni un
diálogo, ni tampoco una expresión lingüística, en mayor o menor medida
predominante o dominable. El diálogo no sólo no es requerido en el art.
1321 cód. civ., sino que falta, o puede faltar, en las hipótesis típicas del
art. 1327 (celebración “antes de la respuesta”, mediante la ejecución) y
del art. 1333 (celebración “por ausencia de rechazo” del contrato con
obligaciones para el solo proponente): aquí el acuerdo del art. 1321 es
reconocido sobre una base distinta del mecanismo previsto en el art.
1326, 1er. párrafo, sobre la base de un comportamiento distinto, que se
considera, igualmente, de adhesión a la oferta. La configuración (en la
hipótesis del art. 1333) de un “negocio unilateral salvo que exista
rechazo” –como propone Giuseppe BENEDETTI, y como he tenido
oportunidad de expresar en Riv. dir. civ., 1969, I, pp. 372 y ss.–, y, a
fortiori, la configuración de un “contrato” tout court “de declaración
274
¿DESHUMANIZACIÓN DEL CONTRATO?
275
GIORGIO OPPO
276
¿DESHUMANIZACIÓN DEL CONTRATO?
277
GIORGIO OPPO
*
Aquí el autor realiza un juego de palabras intraducible. Escribe: “ad eludere
o elidere, etc.” Eludere está por “eludir”; elidere, por “suprimir” o “anular”
[N. del T.]
278
¿DESHUMANIZACIÓN DEL CONTRATO?
279
GIORGIO OPPO
**
Código Civil italiano: “Art. 2046. Imputabilidad del hecho dañoso.- No responde
de las consecuencias del hecho dañoso aquel que no tenía la capacidad de
entender y de querer al momento en que lo ha cometido, a menos que el
estado de incapacidad derive de su culpa”.
280
¿DESHUMANIZACIÓN DEL CONTRATO?
281
GIORGIO OPPO
282
¿DESHUMANIZACIÓN DEL CONTRATO?
283
NATALINO IRTI
284
“ES CIERTO, PERO...” (RÉPLICA A GIORGIO OPPO)
*
Título original: «“É vero, ma...” (Replica a Giorgio Oppo)», en Rivista di Diritto
Civile, año XLV, parte I, Padua, 1999, pp. 273-278.
285
NATALINO IRTI
286
“ES CIERTO, PERO...” (RÉPLICA A GIORGIO OPPO)
1
N. IRTI, «Scambi senza accordo», en Riv. trim. dir. proc. civ., 1998, pp. 347 y ss.
Las páginas de OPPO han sido publicadas en la Riv. dir. civ., 1998, I, pp. 525 y ss.
[Ad. del T.] Ambos ensayos forman parte de la presente compilación, supra,
capítulos VIII y IX.
287
NATALINO IRTI
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“ES CIERTO, PERO...” (RÉPLICA A GIORGIO OPPO)
289
NATALINO IRTI
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“ES CIERTO, PERO...” (RÉPLICA A GIORGIO OPPO)
291
NATALINO IRTI
292
“ES CIERTO, PERO...” (RÉPLICA A GIORGIO OPPO)
que me permite volver al art. 1326 cód. civ.); las decisiones unilaterales
de las partes, que realizan intercambios sin diálogo, se unen, combinan
o confluyen en algo distinto: la mercadería o la imagen de la
mercadería. Atendiendo a ello, yo proponía representar tales
decisiones como dos segmentos que descienden desde los sujetos hacia
un idéntico punto, y no como los lados de un triángulo. Por lo tanto:
A B
M
(Donde A y B son las partes del intercambio, y M la mercadería);
y no así:
A B
M
(Donde A y B, hablando de la mercadería, y tomándola como
objeto de su diálogo, se expresa uno frente al otro).
En la primera figura, las decisiones de las partes consisten en
exponer y preferir la mercadería; en la segunda, las decisiones consisten
en ofertar y aceptar (art. 1326 cód. civ.), y ellas asumen la mercadería
como objeto de la relación de diálogo. Yo diría que OPPO no niega los
dos modelos diversos, sino que también identifica en el primero un
encuentro de voluntades, y por lo tanto, un acuerdo.
5. Problemas normativos
En el penúltimo acápite del ensayo de OPPO –que me parece el
más útil y fructífero de todo el texto– se destacan concretos problemas
normativos, tanto para la hipótesis de combinación de actos
unilaterales, cuanto para la hipótesis de supervivencia del acuerdo.
293
NATALINO IRTI
294
“ES CIERTO, PERO...” (RÉPLICA A GIORGIO OPPO)
295
NATALINO IRTI
296
EL INTERCAMBIO DE PAÑOLETAS
XI
EL INTERCAMBIO DE PAÑOLETAS
(RÉPLICA SEMI-SERIA AL PROFESOR MASSIMO BIANCA)*
NATALINO IRTI
Università di Roma “La Sapienza”
Miembro de la Accademia dei Lincei
*
Título original: «Lo scambio dei foulards (replica semiseria al prof. Bianca)»,
en Rivista Trimestrale di Diritto e Procedura Civile, año LIV, Milán, 2000,
pp. 601-604.
297
NATALINO IRTI
298
EL INTERCAMBIO DE PAÑOLETAS
*
Tal es el título del tratado de derecho civil del Prof. BIANCA [N. del T.]
1
C. M. BIANCA, Diritto civile, 3, Il contratto, 2ª ed., Milán, 2000, pp. 43 y ss.
2
N. IRTI, «Scambi senza accordo», en Riv. trim. dir. proc. civ., 1998, pp. 347-364.
299
NATALINO IRTI
**
En el texto original se lee: “Il fenomeno dei contratti di massa vedrebbe «la mancanza
del dialogo (in cui s’invera l’accordo), rimpiazzato da due atti solitari, i gesti
dell’offrire e dello scegliere»”. El profesor IRTI cuestiona el uso de los términos
invera y rimpiazza. La apreciación es, desde luego, intraducible [N. del T.].
300
EL INTERCAMBIO DE PAÑOLETAS
Para comenzar, hay que indicar que esta última frase, con el
arcaico verbo inverare (concretizar) y el burocrático verbo rimpiazzare
(reemplazar), es fruto del gusto prosista de BIANCA: no figura en
ninguna página de Intercambios sin acuerdo, ni en mi réplica a OPPO3.
Pero ello es lo de menos. Lo más grave está en la equiparación de la
oferta y aceptación de mercaderías, por un lado, y el acuerdo de las
partes, por otro. Aquí el lector puede apreciar, de inmediato, la
indebida conversión de relaciones con la cosa en relaciones entre
las partes. La mercadería es expuesta, no es “ofrecida”; la mercadería
es escogida, no “aceptada”. BIANCA olvida aclarar cómo es que la
mercadería puede ser “aceptada”: ¿“aceptar” la mercadería no es
acaso escogerla en su pura naturaleza física, en lugar de ponerse de
acuerdo con otros sujetos? ¿Y qué tipo de acuerdo sería éste, en todo
caso, que es logrado por las partes mediante su acción sobre las cosas?
Y es inútil, para terminar, ampararse en el nombre de Giorgio OPPO,
con quien he tenido, y mantengo, discrepancias, ¡pero con otro estilo
argumentativo, con otra atmósfera!
3. Bianca prosigue
“Hay que observar, sin embargo, que es precisamente en el plano
de la fenomenología social donde se capta la realidad del acuerdo
contractual: el comerciante que expone su mercadería, la ofrece en
venta; el cliente que la toma, acepta la oferta. No es válido replicar
que las voluntades internas son inescrutables. Lo que interesa aquí es
el significado negocial objetivo del comportamiento de las partes
(significado bien distinto es el asumido por el comportamiento de
quien toma la mercadería y la esconde bajo su casaca). Tampoco es
válido argumentar la raigambre solitaria de los comportamientos,
porque su aptitud para constituir la relación contractual está dada
por la congruencia de sus significados, encaminados hacia el
intercambio”.
En este punto, invirtiendo el punto de vista, se regresa de las cosas
a las partes. La exposición de la mercadería deviene, entonces, oferta
de venta; la aceptación ya no concierne a la mercadería, sino a la
oferta de venta. BIANCA se olvida de las cosas, que en un primer
momento eran ofertadas y aceptadas, y se acerca a los
3
IRTI, «“É vero, ma...” (replica a Giorgio Oppo)», en Riv. dir. civ., 1999, I, pp. 273-278.
301
NATALINO IRTI
302
EL INTERCAMBIO DE PAÑOLETAS
4
Véase IRTI, «Scambi senza accordo», cit., pp. 361 y ss., nota 15; e ID., «Principi
e problemi di interpretazione contrattuale», en Riv. trim. dir. proc. civ., 1999,
pp. 1165 y ss.
*
Se refiere a un famoso Autorretrato (1925) de la artista plástica polaca Tamara
DE LEMPICKA (1898-1980), que la representa al timón de un automóvil Bugatti
verde. Es considerado una obra maestra de la pintura del movimiento Art-
Deco [N. del T.].
303
NATALINO IRTI
304
¿SON NO CONTRACTUALES LOS CONTRATOS EN MASA?
XII
*
Título original: «Acontrattualità dei contratti di masa?», en Vita Notarile, año
LIII, núm. 3, Milán, septiembre-diciembre 2001, pp. 1120-1128.
305
C. MASSIMO BIANCA
306
¿SON NO CONTRACTUALES LOS CONTRATOS EN MASA?
1
N. IRTI, «Scambi senza accordo», en Riv. trim. dir. e proc. civ., 1998, p. 347. El
ensayo fue objeto de agudas críticas por parte de G. OPPO («Disumanizzazione
del contratto?», en Riv. dir. civ., 1998, I, p. 525), las cuales fueron proseguidas
por una réplica inmediata, en la que IRTI volvió a exponer su tesis («“È vero
ma...” (replica a Giorgio Oppo)», en Riv. dir. civ., 1999, p. 273).
[Ad. del T.] Todos los estudios citados por el profesor BIANCA integran la
presente compilación.
2
IRTI, «Lo scambio dei “foulards” (replica semiseria al prof. Bianca)», en Riv.
trim. dir. e proc. civ., 2000, p. 601.
307
C. MASSIMO BIANCA
3
IRTI, «Scambi senza accordo», cit., p. 360: “los intercambios en masa se
desarrollan sin acuerdo [...]. La supervivencia del término “contrato” deriva
del vínculo con el acuerdo [...]. Confirmada, en cambio –y creemos que
equivocadamente– la necesidad del requisito del acuerdo, la combinación de
los dos actos lícitos requerirá un nombre diverso”.
4
G. HAUPT, Über faktische Vertragsverhältnisse, Leipzig, 1941, p. 6: “in der Praxis
des Rechtsverkehrs auf großen Gebieten das Zustandekommen von
Vertragsverhältnissen ganz anders aussieht, als es nach den Regeln des Bürgerlichen
Gesetzbuches gedacht war. In der modernen Organisation des Zusammenlebens ist
der Einzelne in stärkstern Maße darauf angewiesen. Leistungen zu erbringen oder in
Empfang zu nehmen, ohne sich seinen Vertragspartener aussuchen oder mit ihm den
Vertragsinhalt individuell bestimmen zu können [...]. Bei einer derartigen
Verschiebung der Sachlage verliert jedoch die Willenseiningung der Beteiligten di
konstituierende Bedeutung, die ihr im System unserer Zivilgesetze zuerkannt ist”.
La amplia bibliografía alemana sobra las relaciones contractuales de hecho,
comprende, entre otros, los nombres de SIEBERT, Faktische Vertragsverhältnisse,
Karlsruhe, 1953; NIPPERDEY, «Faktische Verhältnisse», en Monatschrift f. Deutsches
Recht, 1957, p. 129; LARENZ, «Die Begründung von Schuldverhältnissen durch
sozialtypisches Verhaltens», en Neue Jur. Wochenschrift, 1956, p. 1897; SIMITIS,
Die faktischen Vertragsverhälnisse als Ausdruck der gawandelten sozialen Funktion
der Rechtsinstitute des Privatrechts, Frankfurt a. M., 1957; ESSER, «Gedanken
zur Dogmatik der faktischen Schuldverhältnisse», en AcP, CLVII (1957/58),
p. 86; NIKISCH, «Über faktische Vertragsverhältnisse», en Vom deutschen zum
europäischen Recht. Festschrift f. Hans Dölle, I, Tubinga, 1963, p. 79; LEHMANN,
«Faktische Vertragverhältnisse», en Neue Jur. Wochenschrift, 1958, p. 1;
LAMBRECHT, Die Lehre vom faktischen Vertragverhältnisse, Tubinga, 1994.
Entre los autores italianos, véanse: C. A. FUNAIOLI, «I rapporti di fatto in materia
contrattuale», separata de los Ann. Univ. Ferrara, I, 1950; BETTI, «Sui cosiddetti
rapporti contrattuali di fatto», en Nuova riv. dir. comm., 1956, I, p. 238; RICCA,
Sui cosiddetti rapporti contrattuali di fatto, Milán, 1965; V. F RANCESCHELLI,
«Premesse generali per uno studio sui rapporti contrattuali di fatto», en Rass.
dir. civ., 1981, p. 662; G. STELLA RICHTER, «Contributo allo studio dei rapporti
di fatto nel diritto privato», en Riv. trim. dir. proc. civ., 1997, p. 151; ANGELICI,
voz «Rapporti contrattuali di fatto», en Enc. giur. XXV, Roma, 1991.
308
¿SON NO CONTRACTUALES LOS CONTRATOS EN MASA?
5
M. POSCH , Neugestaltung des Kaufrechts, Berlín, 1961, p. 125: “Der fiktive
Charakter des alten Vertragschemas erwies und erweist sich in Praxis des
kapitalistischen Rechtsleben immer häufiger als widersinnig. Es zeigt dies ebenso
bei den in der Zirkulation massenweise wiederkehrenden gleichförmig Sachverhalten,
bei denen die bürgerlichen Juristen darum streiten, in welchen tatsächlichen Vorgang
das Vertragsangebot und in welchen die Vertragsannahme hineinzuintepretieren
sei, wie bei den Fällen eines bewußten fiktiven Unterschiebens ein Vertragsabschlusses,
wo nach weislich kein Wille zum Vertragsabschluß vorlag”.
Obviamente, P OSCH toma distancia de la doctrina de las relaciones
contractuales de hecho, en atención de la matriz nazista y “burguesa” de
éstas.
6
Sobre la historia de las relaciones contractuales de hecho, y su declive, véase
LAMBERT, op. cit., 19, p. 125.
7
No es casual que ANGELICI, cit., p. 4, asuma como objeto de verificación de la
validez de la figura de las relaciones contractuales de hecho, a la sociedad
nula, el trabajo de hecho y la utilización de servicios ofertados al público.
A la teoría de las relaciones contractuales de hecho se remite en Cass., 22 de
enero de 1999, n. 589, en Giust. civ., 1999, p. 999, con nota de GIACALONE, y en
Corr. giur., 1999, p. 441, con nota de DI MAJO, para deducir la naturaleza
contractual de la responsabilidad del médico dependiente del servicio
sanitario nacional frente al paciente.
8
G. STELLA RICHTER, cit., p. 194: “las exigencias del tráfico, en continuo devenir,
jamás se prestan a ser encuadradas, para todos los casos, en criterios
309
C. MASSIMO BIANCA
310
¿SON NO CONTRACTUALES LOS CONTRATOS EN MASA?
9
R. SALEILLES, De la déclaration de volonté, París, 1929, p. 229 : “Il n’y a de contrat
véritable que là où l’on fait ressortir, par delà les divergences personnelles, une
volonté commune qui soit, non pas forcément la volonté de l’offrant, et non pas
forcément la volonté de l’acceptant, mais la volonté contractuelle, celle qui se déduit
du contrat comme devant être, ou comme ayant dû être, ce qu’il y a d’identique et de
commun dans les intentions unilatérales des deux parties. L’on s’exposera, sans
doute, à construire ainsi une volonté contractuelle, qui ne sera exactement, ni celle de
l’offrant, ni celle de l’acceptant, mais quelque chose de fictif et d’artificiel, une volonté
purement juridique, au lieu d’une volonté réelle”.
10
SALEILLES, op. cit., p. 230: “Ce qui doit constituer l’interprétation, ce n’est plus la
recherche d’une volonté moyenne, qui puisse répresenter la volonté commune des
deux contractants– ces procédés ne sont de mise que là où les deuz volontés ont un rôle
égal à jouer – mais bien l’interprétation de la seule volonté qui a été prédominante,
qui seule a formé l’engagement”.
11
La perspectiva analítica del contrato está presente en CIAN, quien en su
monografía Forma solenne e interpretazione del negozio, Padua, 1969, refiere la
operación interpretativa a las dos declaraciones de voluntad, singularmente
consideradas. Al comentar este libro, IRTI advierte que las observaciones de
CIAN en materia hermenéutica adquieren un alcance general y concurren a
la fundación de una teoría analítica del contrato («Per una teoria analitica
del contratto (a proposito di un libro di Giorgio Cian)», en Riv. dir. civ.,
1972, II, pp. 307 y ss.).
12
IRTI, «Scambi senza accordo», cit., p. 360: “actos lícitos, de exponer y de preferir”.
311
C. MASSIMO BIANCA
13
IRTI, «Scambi senza accordo», cit., p. 360.
14
U. ECO, Trattato di semiotica generale, Milán, 1964.
15
D ATTILO , «Il silenzio e la parola: polarità dinamiche nella relazione
terapeutica», en Riv. psicosintesi terapeutica, 2000, p. 25.
312
¿SON NO CONTRACTUALES LOS CONTRATOS EN MASA?
16
IRTI, «Scambi senza accordo», cit., p. 356.
17
LARENZ y WOLF , Allgemeiner Teil des deutschen Bürgerlichen Rechts, 8ª ed.,
Múnich, 1997, p. 598: “ist für das Angebot oder die Annahme auf die objektiv
normative Erklärung-sbedeutung aus der Sicht des Empfängerhorizonts
abzustellen”.
18
OPPO, «Disumanizzazione del contratto?», cit., p. 529.
19
IRTI, «“È vero ma...”», cit., p. 276.
20
El pago del precio no es, por sí mismo, la adquisición, sino uno de los
comportamientos que, inserto en las modalidades de la operación, manifiesta
objetivamente la decisión del cliente de proceder a la adquisición.
La distinción entre el comportamiento de las partes y la operación negocial que se
realiza a través de ella es claramente indicada por SCALISI, «La teoria del negozio
313
C. MASSIMO BIANCA
314
¿SON NO CONTRACTUALES LOS CONTRATOS EN MASA?
24
IRTI, «Scambi senza accordo», cit., p. 361, se pregunta “¿es acaso tiempo de
restituir dignidad constructiva a las distintas causarum figurae, que el art.
1173 recoge junto con el contrato y el hecho ilícito?”.
[Ad. del T.] Código Civil italiano: “1173. Fuentes de las obligaciones.- Las
obligaciones derivan de contrato, de acto ilícito o de todo otro acto o hecho
idóneo para producirlas de conformidad con el ordenamiento jurídico”.
25
La hipótesis de un regreso al cuasicontrato ya había sido propuesta con
respecto a las relaciones contractuales de hecho: véase HÜBNER, Zurechnung statt
Fiktion einer Willenserklärung, Festschrift f. Nipperdey, I, Múnich, 1965, p. 398.
26
Véase, KÖNDGEN, Selbstbindung ohne Vertrag, Tubinga, 1981, pp. 185, 284, y allí
mismo, un intento de generalización de una categoría de “comportamientos
comunicativos” que escapan de la ficción del consentimiento tácito.
27
IRTI, «Lo scambio dei foulards», cit., p. 603: “En cuanto a la fecundidad en el
terreno de la normativa –BIANCA habla elegantemente de ‘regulación de la
operación’– me limito a señalar la distinta capacidad de obrar que es propia
de los actos unilaterales, y por ello deducible del art. 2046 cód. civ.”.
315
C. MASSIMO BIANCA
316
¿SON NO CONTRACTUALES LOS CONTRATOS EN MASA?
317
C. MASSIMO BIANCA
318
CONTACTO REAL Y CONTACTO FÍSICO
XIII
*
Título original: «Contatto reale e contatto fisico (ovverosia l’accordo contrattuale
sui trampoli)». Estudio inédito, de próxima publicación en la revista Vita Notarile.
319
FRANCESCO GAZZONI
320
CONTACTO REAL Y CONTACTO FÍSICO
*
En italiano, un argumento “sui trampoli” (literalmente, “en zancos”,
aquellas largas varas de madera sobre las cuales caminan los equilibristas
en los carnavales y en el circo) es un argumento privado de lógica. El
ingenioso título que el profesor GAZZONI da a su estudio es intraducible en
su sentido original, por lo que he preferido hablar de “intercambios
acrobáticos” [N. del T.].
321
FRANCESCO GAZZONI
1
N. IRTI, Idola libertatis, Milán, 1985. Críticos, entre otros, DE CUPIS, «Sul contestato
principio di libertà delle forme», en Riv. dir. civ., 1986, II, p. 203; GRASSO, «La
forma tra regola ed eccezione», en Rass. dir. civ., 1986, p. 46.
2
IRTI, «Scambi senza accordo», en Riv. trim. dir. proc. civ., 1998, p. 347.
3
G. OPPO, «Disumanizzazione del contratto?», en Riv. dir. civ., 1998, I, p. 525, a
quien IRTI ha replicado en «“È vero, ma...”», en Riv. dir. civ., 1999, I, p. 273.
4
C. M. BIANCA, Diritto civile, 3, Il contratto, 2ª ed., Milán, 2000, p. 43, a quien IRTI
ha replicado en «Lo scambio dei “foulards”», en Riv. trim. dir. proc. civ.,
2000, p. 601, y a quien, a su vez, ha replicado BIANCA, «Acontrattualità dei
contratti di massa?», en Vita Notarile, 2001, p. 1120.
5
IRTI, «Scambi», cit.
322
CONTACTO REAL Y CONTACTO FÍSICO
6
IRTI, «“È vero, ma...”», cit., p. 274, y «Scambi», cit., pp. 350-351.
323
FRANCESCO GAZZONI
**
Se refiere a artículos incorporados al Código Civil italiano para regular los
contratos con los consumidores [N. del T.].
***
Lo mismo se dispone en el Código Civil peruano: “Art. 1400. En los casos del
artículo 1397, las cláusulas agregadas al formulario prevalecen sobre éste
cuando sean incompatibles, aunque las últimas no hubieran sido dejadas
sin efecto” [N. del T.].
324
CONTACTO REAL Y CONTACTO FÍSICO
que ella, en todos los casos, debería cambiar por lo menos una de las
cláusulas predispuestas, aun cuando éstas sí fueran útiles para realizar
su propio interés. Así, el adherente se vería ante una alternativa
paradójica: o va contra sus propios intereses y establece un acuerdo,
o bien realiza sus intereses, para lo cual debe renunciar al acuerdo, y
contentarse con la soledad de una decisión individual.
Obviamente, la verdad es distinta. Lo que sucede es que la adhesión
no se diferencia de la aceptación, porque ésta se manifiesta
necesariamente, y con mayor razón, mediante la suscripción del módulo
o formulario. No se puede afirmar –ni siquiera de modo limitado, con
respecto a una específica parte del conjunto integral de reglas– que las
tratativas estén ausentes, salvo en el sentido de que ellas son consideradas
innecesarias por el adherente, tal cual ocurre todas las veces que una
oferta contractual no es seguida por una contraoferta, ex art. 1326,
último párrafo, cód. civ., una norma que IRTI invoca para apoyar su
tesis sobre el indisoluble nexo entre acuerdo y diálogo, como si la
contraoferta, una vez más, fuera un acto obligatorio, o como si ésta
constituyera, al menos en términos estadísticos, la pauta.
Es cierto que “la persona que pregunta espera una respuesta”,
pero también corresponde al concepto de respuesta la acción de la
persona que se limita a replicar con un puro y simple “sí”, que no
significa otra cosa que aquella aceptación plena de la oferta, en nada
diversa de la adhesión, si no es en las modalidades en que la oferta es
formulada, por el hecho de que ésta integra un módulo o formulario.
3. En cuanto a las ventas en los centros comerciales, y a las ventas
telemáticas y televisivas, la ausencia de diálogo, es decir, de tratativa,
es el resultado de una precisa e intuitiva realidad de mercado,
vinculada con el circuito comercial de venta de los mismos bienes.
El único elemento del contrato en relación con el cual las partes
podrían instaurar una tratativa es, ni más ni menos, el precio de la
mercadería. Pero en la realidad del mercado, el precio se hace más
competitivo, entre otras cosas, gracias a la reducción de los costos del
personal; en la venta televisiva o telemática, ello es posible gracias a la
permanente ausencia de un intermediario, porque la relación se
establece directamente entre productor y consumidor.
Por lo tanto, esa persona común y corriente prefiere este último
tipo de adquisición debido a su conveniencia económica. La ausencia
325
FRANCESCO GAZZONI
*
En Italia, la Autoridad garante de la competencia cumple funciones en mayor
o menor medida equiparables a las del INDECOPI, entre nosotros [N. del T.].
7
OPPO, op. cit., pp. 528-529.
326
CONTACTO REAL Y CONTACTO FÍSICO
**
Porta Portese es la sede del mercado de productos de segunda mano más
grande de Roma [N. del T.].
8
IRTI, «Scambi», cit., pp. 353, 354, 355.
327
FRANCESCO GAZZONI
9
OPPO, op. cit., p. 530.
10
A. CICU, «Gli automi nel diritto privato», ahora en ID., Scritti minori, II, Milán,
1965, especialmente, p. 315.
328
CONTACTO REAL Y CONTACTO FÍSICO
11
DI MAJO, «Delle obbligazioni in generale», en Commentario del codice civile
fundado por SCIALOJA y BRANCA, ahora al cuidado de GALGANO, Bolonia y
Roma, 1988, p. 200.
12
Al respecto, v. F. GAZZONI, Manuale di diritto privato, Nápoles, 2001, p. 848.
13
IRTI, «Scambi», cit., p. 361, nota 15.
329
FRANCESCO GAZZONI
14
OPPO, op. cit., p. 529, quien no considera, empero, que en el art. 1327 cód. civ.
se prevé, en todo caso, no la ejecución iniciada, sino la concluida.
15
IRTI, «“È vero, ma...”», cit., p. 276.
330
CONTACTO REAL Y CONTACTO FÍSICO
16
F. GALGANO, Diritto civile e commerciale, II, 1, Padua, 1999, p. 177.
331
FRANCESCO GAZZONI
17
Así se expresa, en cambio, B IANCA , Diritto civile, 3, cit., p. 43, e I D .,
«Acontrattualità», cit., p. 1124. Este comportamiento puede infringir, a lo
sumo, normas reglamentarias, impuestas por la empresa.
*
En italiano se utiliza el adverbio lapalissianamente, que vale por “groseramente
obvio y evidente”. Recuerda la ingenuidad de una canción de la soldadesca
a la muerte de Jacques DE CHABANNES, señor de La Palice: “un cuarto de hora
antes de morir, estaba vivo”, y nuestro “si mi abuela viviera, no estaría
muerta” [N. del T.].
332
CONTACTO REAL Y CONTACTO FÍSICO
18
IRTI, «Scambi», cit., pp. 356-357.
**
Una popular vidente, mezcla de astróloga y cartomántica, con programa de
televisión propio. Más famosa, hoy por hoy, por haber sido denunciada
penalmente por estafa [N. del T.].
19
IRTI, «“È vero, ma...”», cit., p. 277.
333
FRANCESCO GAZZONI
cód. civ.***, sino que seguirían siendo meros actos unilaterales lícitos,
sujetos a la normativa prevista en el art. 2046 cód. civ.20.
La capacidad se resolvería, por lo tanto, en imputabilidad, de
modo que tiene razón quien, entre otras críticas radicales, ha destacado
el problema de la incapacidad de obrar, y ha observado que “no puede
contentarnos la invocación del más bien remoto art. 2046 cód. civ.”21.
Por su parte, Emilio BETTI, uno de los maestros (y no ya “el”
Maestro) de IRTI, a propósito de un problema cercano, las relaciones
contractuales de hecho, advertía sobre lo apresurado de inducir que,
al no poderse identificar una declaración de voluntad en dicho
supuesto, la capacidad de obrar no tendría ninguna relevancia en
éste: “semejante apreciación sería simplista y errónea, al igual que
aquella otra apreciación, según la cual en los llamados «actos reales»
no se requeriría la capacidad de obrar, sino solamente la llamada
voluntad natural”22.
¿No habría sido también simplista y errónea, para BETTI, la tesis
irtiana? No es seguro, desde luego, pero la duda es más que legítima,
y el discípulo habría debido advertirlo.
¿Pero cuáles, entonces, son las normas sobre el contrato que
podrían ser extendidas por vía analógica? Este es otro problema que
no interesa a IRTI, pero es claro que no sería aplicable ninguna de las
normas que presuponen el acuerdo, en vía de formación; podrían surgir
dudas, en cambio, con respecto a las normas sobre la validez y eficacia,
si se considera, igualmente, que no se estaría en presencia de
actividades negociales, aunque sean unilaterales.
Si dicha mercadería, por ejemplo, no pudiera ser vendida en los
centros comerciales, porque estar reservada a las farmacias, ¿serían
nulos, por ir en contra de normas imperativas, los dos actos unilaterales
y singulares? Y si la respuesta es positiva, ¿sería necesario impugnarlos
ambos, o bastaría impugnar sólo uno? Y si la mercadería tiene algún
vicio, ¿qué es lo que se resuelve?
***
Código Civil italiano: “1324. Normas aplicables a los actos unilaterales. Salvo
disposición distinta de la ley, las normas que regulan los contratos se
observan, en cuanto fueren compatibles, en los actos unilaterales entre vivos
que tengan contenido patrimonial” [N. del T.].
20
IRTI, «Scambi», cit., p. 361, nota 15; ID., «“È vero, ma...”», cit., p. 277.
21
OPPO, op. cit., p. 531.
22
E. BETTI, «Sui cosiddetti rapporti contrattuali di fatto», en Jus, 1957, p. 368.
334
CONTACTO REAL Y CONTACTO FÍSICO
23
IRTI, «Scambi», cit., p. 361, nota 15.
24
OPPO, op. cit., p. 531.
25
IRTI, «Lo scambio dei “foulards”», cit., p. 602.
26
BIANCA, Diritto civile, 3, cit., p. 44, nota 140.
27
IRTI, «Lo scambio dei “foulards”», cit., p. 603. BIANCA, «Acontrattualità», cit.,
p. 1125, nota 22, replica que el contrato no se celebraría aunque la vendedora
callase, porque mantendría la oferta a aceptar. En efecto, según BIANCA, la
exposición de la mercadería con el precio no sería, como me parece, una
invitación a ofrecer.
335
FRANCESCO GAZZONI
28
IRTI, «Lo scambio dei “foulards”», cit., p. 604.
*
Fuera de valoraciones críticas sobre todas estas agudas inquisiciones, y ante
la imposibilidad de incluir aquí una reproducción del autorretrato en
cuestión, anotaré, y confío en la confianza de los lectores, que el profesor
GAZZONI está en lo cierto en todas sus aclaraciones sobre la obra, y el nombre,
de Tamara DE LEMPICKA [N. del T.].
29
Ibíd, p. 602.
[Ad. del T.] La cita del texto de IRTI, por parte del profesor GAZZONI, dice: “Il
rapporto, come nesso di posizioni soggettive, può ricollegarsi a contratti od [sic!] a
coppie di atti unilaterali”. Ese sic está para subrayar un error ortográfico (la
“d” después de la “o”, y antes de “a”).
336
CONTACTO REAL Y CONTACTO FÍSICO
30
GAZZONI, Amore e diritto, Nápoles, 1994, p. 65.
31
SALOMÉ, Riflessioni sull’amore, Roma, 1993, p. 36.
337
FRANCESCO GAZZONI
338
¿EXISTEN INTERCAMBIOS ECONÓMICOS SIN ACUERDO CONTRACTUAL?
XIV
339
RÓMULO MORALES HERVIAS
340
¿EXISTEN INTERCAMBIOS ECONÓMICOS SIN ACUERDO CONTRACTUAL?
1. Introducción
El presente estudio tiene el propósito de analizar
comparativamente la realidad contemporánea de la contratación y
las teorías que han tratado de explicar tal realidad. Este estudio
comparativo es un presupuesto necesario para verificar si las teorías
negociales y contractuales explican satisfactoriamente la actual
realidad. No se trata de aplicar una teoría por aplicar sino por el
contrario se trata de utilizar adecuadamente teorías que nos ayuden
a adecuar convenientemente los casos concretos a los supuestos de
hecho de las normas jurídicas y calificar racional y razonablemente
adecuadas consecuencias jurídicas.
Se ha expresado erróneamente que los contratos “masivos o
predispuestos” han constituido una verdadera revolución en el aspecto
contractual, donde la existencia de cláusulas predispuestas por uno de
los contratantes disminuye considerablemente la libertad negocial del
adherente. Al respecto se distingue entre la libertad contractual y la
libertad de contratar; la primera de ellas se refiere a la libertad de las
partes de poder o de tener la facultad de establecer reglas al contrato,
en tanto que la segunda de ellas se refiere a la libertad de optar entre
celebrar o no el contrato. En base a este marco teórico se ha formulado
341
RÓMULO MORALES HERVIAS
1
LORENZETTI, Ricardo Luis, “Esquema de una teoría sistémica del contrato”, en
AA.VA., Contratación contemporánea, Teoría general y principios, Instituciones de
derecho privado, Palestra, Editorial Temis S.A., Santa Fe de Bogotá, 2000,
pp. 17-20. Influenciada por esta doctrina se ha expresado a propósito de los
contratos conexos o coligados que “se precisa de un enfoque sistémico que
facilite el entendimiento de este novedoso tema sin inhibir la iniciativa privada
y que al abordarlo tenga en cuenta que por lo general los usuarios no pueden
quedar desprotegidos. Como es evidente, habrá que replantear,
necesariamente, nuestros viejos conceptos del contrato si queremos estar a
tono de los tiempos que corren”: VEGA MERE, Yuri, “Brevísimos apuntes sobre
la conexidad contractual”, en Revista jurídica del Perú, año LIII, Nº 49, agosto,
Lima, 2003, pp. 6-7.
2
De allí que se han expresado afirmaciones que desnaturalizan el concepto
mismo de contrato: SOTO COAGUILA, Carlos Alberto, “La transformación del
contrato: del contrato negociado al contrato predispuesto”, en A A .V V.,
Contratación contemporánea, Teoría general y principios, Instituciones de derecho
privado, Palestra y Editorial Temis S.A., Lima y Santa Fe de Bogotá, 2000,
p.p. 406-407: “Entonces, la contratación masiva no es un contrato, sino un
fenómeno jurídico que se ha constituido en una nueva forma de contratar,
un nuevo sistema de contratación, que aparece ante la necesidad urgente
de agilizar el intercambio masivo de bienes y servicios a un menor costo,
para lo cual la etapa de las tratativas del iter contractual ha sido reducida
o eliminada en muchos casos”. S OTO C OAGUILA , Carlos Alberto, “Las
cláusulas generales de contratación y las cláusulas abusivas en los contratos
predispuestos”, en Contratación privada, Contratos predispuestos, contratos
conexos, Código europeo de contratos, Jurista Editores E.I.R.L., Lima, 2002,
p. 257: “De una observación de la realidad negocial, podemos afirmar que,
hoy en día, el contrato por negociación es una excepción, siendo la regla la
contratación masiva o predispuesta”.
342
¿EXISTEN INTERCAMBIOS ECONÓMICOS SIN ACUERDO CONTRACTUAL?
3
DE RUGGIERO, Roberto, Instituciones de derecho civil, tomo II, volumen I, Instituto
Editorial Reus, Madrid, p. 250. DE LA PUENTE Y LAVALLE, Manuel, El contrato en
general, Comentarios a la Sección Primera del Libro VII del Código Civil, primera
parte, en Biblioteca para leer el Código Civil, volumen XI, tomo I, Fondo Editorial
de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima, 1991, pp. 31, 340.
4
L ÓPEZ SANTA MARÍA, Jorge, “Algunas consideraciones sobre el contrato,
formuladas a propósito de los Artículos 1351 y 1352 del Nuevo Código Civil
del Perú”, en El Código Civil peruano y el sistema jurídico latinoamericano,
Ponencias presentadas en el Congreso Internacional celebrado en Lima del 9
al 11 de agosto de 1985, organizado por la Facultad de Derecho y Ciencias
Políticas de la Universidad de Lima y la Associazione di Studi Sociali
Latinoamericani (ASSLA), Cultural Cuzco S.A. Editores, Lima, 1986, p. 371.
343
RÓMULO MORALES HERVIAS
5
GUZMÁN BRITO, Alejandro, “Para la historia de la formación de la teoría general
del acto o negocio jurídicos y del contrato (I), El vocabulario de la negocialidad
jurídica en el Derecho romano”, en Corso di Perfezionamento e di Magister in:
“Sistema jurídico romanístico, unificación del derecho y derecho de la
integración (con especial atención al derecho de los contratos)”, Materiali VI,
Centro di Studi Latinoamericani della Università degli Studi di Roma “Tor
Vergata”, Aracne Editrice, Roma, 1998, p. 43.
6
TALAMANCA, Mario, Istituzioni di diritto romano, Dott. A. Giuffrè Editore, S.p.A.,
Milán, 1990, p. 534.
7
BURILLO LOSHUERTOS, Jesús, “Contrahere y Contractus”, en TEMIS, Revista de
ciencia y técnica jurídica, Nº 13, Facultad de Derecho de la Universidad de
Zaragoza, Zaragoza, 1963, p. 128.
344
¿EXISTEN INTERCAMBIOS ECONÓMICOS SIN ACUERDO CONTRACTUAL?
8
GUZMÁN BRITO, op. cit., p. 40: “[…] el verbo contrahere prácticamente carece de
todo tecnicismo específico y que en general es utilizable para describir
cualquier actuación bilateral para indicar bien la celebración del acto, bien
su resultado, es decir, la relación generada misma”.
9
BURDESE, Alberto, Manuale di diritto romano, ristampa de la 4a edizione, Unione
Tipografico-Editrice Torinese-Utet, Turín, 1998, p. 419.
10
GALLO, Filippo, Synallagma e conventio nel contratto, Ricerca degli archetipi della
categoria contrattuale e spunti per la revisione di impostazioni moderne, Corso di
diritto romano, tomo I, G. Giappichelli editore, Turín, 1992, p. 113, nota (100).
11
GALLO, op. cit., t. I, p. 156.
12
CANNATA, Carlo Augusto, “Contratto e causa nel diritto romano”, en Causa e
contratto nella prospettiva storica-comparatistica, Palermo, 7-8 giugno 1995, a
cura di Letizia VACCA, Unione Tipografico-Editrice Torinese, Turín, 1997, p. 47.
345
RÓMULO MORALES HERVIAS
346
¿EXISTEN INTERCAMBIOS ECONÓMICOS SIN ACUERDO CONTRACTUAL?
13
BONFANTE, Pietro, Instituciones de derecho romano, traducción de la 8ª edición
italiana por Luis BACCI y Andrés LARROSA, Editorial Reus S.A., Madrid, 1929,
pp. 399-400, nota (2).
14
BONFANTE, Pietro, “Il contratto e la causa del contratto”, en Rivista del diritto
commerciale, industriale e maritimo, parte prima, Casa Editrice Dottor Francesco
Vallardi, volume VI, Milán, 1908, p. 121.
15
BONFANTE, Instituciones de derecho romano, cit., pp. 399-400.
347
RÓMULO MORALES HERVIAS
16
BETTI, Emilio, Teoría general de las obligaciones, traducción y notas de derecho
español por José Luis DE LOS MOZOS, Editorial Revista de Derecho Privado,
Madrid, 1969-1970, p. 16: “El contractus es por su misma esencia, negocio
creador de obligación”.
17
ESPÍN CÁNOVAS, Diego, Manual de derecho civil español, Parte general. Obligaciones
y contratos, volumen III, 6ª edición revisada y ampliada., Editorial Revista de
Derecho Privado, Editoriales de Derecho Reunidas, Madrid, 1983, p. 335.
BIANCA, Massimo, Diritto civile, 3, Il contratto, Dott. A. Giuffrè Editore, Milán,
1984, pp. 4-5: “La afirmación, frecuentemente repetida, según la cual el
derecho romano no conoció el contrato en general sino sólo singulares
contratos aparece al respecto insuficiente. Aquello que se trata de saber es
más bien si en el momento que los Romanos alcanzaron a reconocer la eficacia
vinculante del pacto, prescindieron de la dependencia a categorías típicas
conocidas. En el derecho justinianeo esto aparece un resultado alcanzado.
Otro problema es si los juristas romanos, sin elaborar una teoría del contrato,
habían tenido la idea de la conventio como fundamento común de las varias
figuras contractuales. Igualmente esto es un resultado seguramente
alcanzado en el derecho postclásico mientras es controvertido si ya en la
época clásica prevaleció la consideración de la importancia del ánimus, es
decir de la voluntad negocial”.
18
BONFANTE, “Il contratto e la causa del contratto”, p. 115; ID., Instituciones de
derecho romano, cit., p. 400.
19
SERAFINI, Felipe, Instituciones de derecho romano, traducción y corrección a la
9ª edición italiana por Juan de Dios Trías y Trías De Bes, tomo II, Espasa
Calpe, S.A., Madrid, 1927, p. 19.
348
¿EXISTEN INTERCAMBIOS ECONÓMICOS SIN ACUERDO CONTRACTUAL?
20
ARIAS RAMOS, J. y ARIAS BONET, J., Derecho romano, tomo II, 18ª edición, Editorial
Revista de Derecho Privado, Editoriales de Derecho Reunidas, Madrid, 1986,
p. 601.
21
OSTI, Giuseppe, voz “Contratto”, en Novissimo Digesto italiano, diretto da
Antonio AZARA e Ernesto EULA, tomo IV, Unione Tipografico Editrice Torinese,
1959, pp. 467: “El acuerdo de voluntad no es considerado idóneo para
producir obligaciones”.
22
“Hermogeniano; Epitome del Derecho, libro II.- El pacto de división, si no tuviese
efecto por la tradición o la estipulación, como nudo pacto, no podrá aprovechar a
nadie para una acción”. (D.2.14.45).
349
RÓMULO MORALES HERVIAS
23
BONFANTE, Instituciones de derecho romano, cit., pp. 10-13; ARANGIO RUIZ, Vincenzo,
Instituciones de derecho romano, traducción de la 10ª edición italiana por José
M. Carames Ferro, Ediciones Depalma, Buenos Aires, 1973, p. 1.; DE LOS MOZOS,
José Luis, El negocio jurídico, Estudios de derecho civil, Editorial Montecorvo
S.A., Madrid, 1987, pp. 214-215, nota (286).
24
GROSSO, Giuseppe, “Il problema dell’autonomia privata attraverso l’esperienza
viva degli ordinamenti giuridici romani”, en Scritti giuridici en onore di Francesco
Carnelutti, vol. III, Diritto Privato, Casa Editrice Dott. Antonio Milani, Cedam,
Padua, 1950, p. 4.
25
ARANGIO RUIZ, op. cit., p. 2.
26
SOHM , Rodolfo, Instituciones de derecho privado romano, Historia y sistema,
17ª edición corregida por L. MITTEIS y traducida por W. Roces, Librería General
de Victoriano Suárez., Madrid, 1928 pp. 35-36.
27
GROSSO, Giuseppe, voz “Causa del negozio giuridico nel diritto romano”, en
Enciclopedia del diritto, tomo VI, Dott. A. Giuffrè Editore, Varese, 1960, p. 533:
“[…] el contrato era individualizado en la forma (como en la stipulatio), la
forma creaba el efecto, y permitía la libertad contractual a las partes sea en la
determinación del objeto, sea en aquella del elemento causal”.; ARIAS RAMOS,
J. y ARIAS BONET, J., op. cit., tomo II, p. 613.
350
¿EXISTEN INTERCAMBIOS ECONÓMICOS SIN ACUERDO CONTRACTUAL?
28
LÓPEZ SANTA MARÍA, op. cit., p. 372: “En el antiguo derecho, el consentimiento
no es base de las obligaciones contractuales. Estas nacen automáticamente
al cumplirse las ritualidades externas”.
29
DE LA ESPERANZA MARTÍNEZ-RADIO, Antonio, “La función de la voluntad en los
negocios jurídicos”, en Estudios de derecho civil en honor del profesor Castán
Tobeñas, Ediciones Universidad de Navarra, tomo V, Pamplona, 1969,
pp. 467-468.; D’ORS, Alvaro, Derecho privado romano, 4ª edición revisada,
Ediciones Universidad de Navarra, S.A., Pamplona, 1981, pp. 216- 217.
30
MARTÍN BALLESTERO, Luis, “De la causa en los negocios jurídicos contractuales”,
en Revista general de legislación y jurisprudencia, año CIV, Nº 6, 2ª época, junio,
tomo XXXII, volumen 200, Madrid, 1956, pp. 707-708.
31
BETTI, Emilo, “La tipicità dei negozi giuridici romani e la cosidetta atipicità
del diritto moderno”, en Diritto, metodo, ermeneutica. Scritti scelti, a cura di
Giuliano CRIFÒ, Giuffrè Editore, Milán, 1991, p. 329.
32
BETTI, Emilio, Istituzioni di diritto romano, ristampa inalterata della 2ª edizione,
Casa Editrice Dott. Antonio Milani-Cedam, Padua, 1947, p. 10: “La segunda
fase comprende, después de un primer período de desarrollo (III-I sec. a. C)
caracterizado por la formación del ius gentium y del derecho pretorio [...],
aquella que se suele llamar edad clásica (I-III s.d.C)”.; BONFANTE, Instituciones
de derecho romano, cit., p. 11.; MARTÍN BALLESTERO, op. cit., p. 709.
33
GROSSO, voz “Causa del negozio giuridico nel diritto romano”, cit., p. 532: “Ahora
si consideramos esta categoría de los contratos, en la cual es a