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Nombre: Valeria Valdivia

Código: 41941

Crónica

Los misterios del espacio llegaron a Bolivia.


En 1978 una bola de fuego que se encontraba en el cielo se estrelló en territori o
boliviano, en Padcaya en la frontera entre Bolivia y Argentina. Aquel suceso es
recordado como uno de los más impresionantes entre la memoria de quienes lo
vieron. ¿Pero realmente fue un ovni o fue otra cosa?

Un suceso que muchos considerarían un caso sacado de una película de ciencia


ficción que hasta la fecha deja más preguntas que respuestas, y que se mantiene
en la memoria de aquellas personas que habitaban en Tarija en el año 1978. Lo
que aconteció fue que, una llamarada de fuego bastante grande choco en un
cerro en la localidad de Padcaya al promediar las 17:00pm un 6 de mayo de
aquel año.
Los pobladores de Aguas Blancas, Bermejo, Padcaya, Cañas, La Mamora y
Mecoya vieron al objeto no identificado sobrevolar el cielo y mantenerse estático
unos segundos antes de colapsar y estrellarse en algún punto de la frontera. El
tamaño de aquel objeto era de tal magnitud que se lo podía ver desde diferentes
puntos de la ciudad, y al momento de impactar contra el piso hizo un ruido
bastante estruendoso.
En ese momento Daniel Centeno, un geólogo muy conocido en aquellos años,
formo una comisión de exploración para investigar lo que pudo haber caído
desde el cielo. “Estábamos tranquilos en la ciudad de Tarija, cuando de repente
se formó todo un alboroto, la gente comenzó a contar que vio un objeto bastante
extraño en el cielo, y lo vieron desde la Circunvalación, un objeto de forma
alargada y que botaba fuego, este se dirigió hasta Padcaya en donde colapso e
hizo una gran explosión que se sintió hasta el norte de Argentina”, relata
Centeno.
Ufólogos, periodistas, científicos y gente aficionada a este tipo de temas
empezaron a llegar desde diferentes partes del mundo, ya que, les llamo la
atención lo ocurrido y querían investigar si realmente era un ovni, un meteorito o
basura espacial lo que pudo haber caído desde el espacio. Este hecho se hizo
conocido rápidamente y la prensa extranjera también llego para hacer reportajes
y notas acerca de lo que paso aquel día.
“Yo era miembro de la Comisión Boliviana de Energía Nuclear con base en La
Paz, así que, tome contacto con el Capitán Víctor Mariaca junto con un
especialista en radiología y formamos una comisión para entrar en la zona del
impacto”, detalla el alcalde de Tarija de aquel entonces Yamil Taja Kruger, que
también fue la persona que convocó a Daniel Centellas, para que se les uniera
y encabezara la expedición por aquella zona.
Pero antes de dirigirse al lugar del hecho, decidieron investigar las versiones de
los habitantes de Tarija que vieron al objeto no identificado. Comenzaron a
preguntar a las personas que fue lo que habían visto y todos repetían el mismo
relató: “Un objeto envuelto en una llama de fuego que viajó por el cielo, chocó
causando una explosión y un hueco gigante en la superficie”, un hueco que al
momento de investigar jamás encontraron.
La expedición y las preguntas sin respuestas aumentaron el misterio.
Centeno recuerda haber alistado todo los equipos para la expedición y el
personal se dirigió al lugar donde ellos calculaban que fue el fenómeno que
sorprendió a los comunitarios. Sin embargo, no fue tan fácil acceder a aquella
zona, ya que en esos años no existían carreteras en donde las movilidades
puedan entrar a aquel lugar y tuvieron que caminar un día entero para poder
ingresar y llegar al lugar del impacto.
A pesar de todos los esfuerzos de los investigadores, no pudieron encontrar
nada, no solo en una ocasión, sino en dos, que no encontraron ni el más mínimo
indicio de que pudo haber caído algo sobre ese territorio. “Entramos una primera
vez y una segunda vez, pero no ubicamos nada. Cada vez el misterio crecía mas
y la gente se alborotaba por que afirmaban que había explosionado, que había
un gran hueco y que se había escuchado en todas partes”, relata el ex Alcalde.
Sin saber qué hacer, y como seguir adelante con la investigación, el geólogo
explica que un oficial de la Fuerza Aérea en aquel entonces Omar Forti les
ofreció su avioneta para sobrevolar el territorio en busca de pruebas que puedan
afirmar o refutar si ese objeto era un ovni, como todos aseguraban, o era algo
menos fantasioso. Sin embargo, no obtuvieron mejores resultados.

“Sobrevolamos la parte de Mecoya, Cañas, todo el territorio boliviano y también


nos extendimos hasta territorio argentino intentando encontrar el enorme hueco.
Pero era un misterio, no había tal hueco y no habían restos de nada” Centeno
comenta. Después de tres meses desde que ocurrió el evento y sin tener nada
de pruebas o alguna respuesta, el ex Alcalde Yamil Taja le pidió un informe final
a Daniel Centeno para concluir la investigación.
Hasta la fecha se mantiene el misterio.

Actualmente Daniel Centeno con un poco más de 70 años asegura que este
fenómeno fue tan conocido en aquellos años y causo tanto furor nacional e
internacional, que hasta ahora recibe llamadas y solicitudes para que él pueda
hacer una recuento de los hechos y así llegar a una conclusión final.
“Investigando, porque esa es mi vida, me di cuenta que hay muchos fenómenos
que se quedaran en el archivo del misterio y he aprendido a asimilarlo desde esa
perspectiva, ya que, la vida está llena de misterios y este suceso fue, es y
probablemente sea un misterio más sin resolver”.

Bolivia en la mira de los EEUU.

Luego de que haya ocurrido el evento, la NASA mando desde Estados Unidos
un equipo para hacer una expedición en Tarija, ya que por esas épocas los
avistamientos de ovnis eran bastante frecuentes y, según los aficionados al
tema, todas aquellas visitas tenían una conexión y un propósito.
Según los pobladores que residían cerca de la zona del impacto, los agentes de
la NASA llegaron antes que los investigadores bolivianos y pudieron recolectar
todas las pruebas necesarias y dejar aquel lugar como si nada hubiera pasado
en ese momento. Incluso al haber pasado más de 40 años desde el avistamiento,
este misterio aún no resuelto sigue apareciendo como uno de los eventos más
importantes dentro del campo de la ufología y entre los eventos más llamativos
que ocurrieron en Bolivia en el siglo XX.

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