Está en la página 1de 1

Carta a una desconocida

Vistió su cuerpo del inmundo placer que se le podría brindar todo aquel que pudiera pagárselo
¿y sus besos? Como demostraciones de productos nuevos en ese bajo mercado, aun te
recuerdo como eras antes ¿Por qué no te recuerdas a ti?

No recuerdas tus labios temblando a lo que seria nuestro primer beso, tampoco tus ojos como
brillaban cuando inocente como bella luciérnaga te adjuntabas a mi brazo y hacías mas
precioso mi aire, mi entorno, todo cuanto viera era bello porque lo veía a través de tus ojos
desde el fondo de tu corazón. Mi reina de corazones a la cual no encontrar el lugar para ella
empezó a quemar todo lo que mi amor había sembrado, el entregarse por amor se fue a la
hoguera junto al pudor, y los demás sentimientos haciendo de sus cenizas sus nuevos polvos,
que hacían fantasear a uno que otro incauto ¿Quién te hizo tanto daño para que pensaras que
todo era mentira hasta lo que sentí alguna vez por ti? Uno entra pasa un rato sale y hay otro
que vuelve a entrar, así de agitada es tu vida hecha un carnaval, como un circo y tú eres la
atracción principal, las masetas de tu alcoba están sin flores tan vacías están cerca de tu
ventana, corrompido aire, mujer que corroe lo ultimo de si, engañada y embustera a la vez,
jugando un ajedrez sin tablero y sin reglas, haciendo frente a peones que te dan su dinero y
alfiles que te llenan de placer uno que otra torre que te da por días la sensación de poder pero
como herramienta usada te vuelven a dejar en el almacén donde te encontraron.

Te escribo no como un amigo ni tampoco te escribo por creerme tu primer amor aunque lo
sea, a pesar de todo siéndote sincero si de poder querer, quisiera al menos ser el ultimo en tu
vida para recordarte que también fui el primero y cuanto todo fue diferente a lo que es ahora,
pero no me escuchas ,las palabras no llegan a esa de 16 años que soñaba en casarse, que me lo
mencionaba emocionada y quería con todas sus fuerzas estar allí siempre, pero la vida nos
llevo lejos y no tuve la suficiente fuerza para volver a encontrarte y cuando al fin lo hice, tu ya
estabas perdida y yo estaba demasiado herido y cansado para poderte ayudar, como animal
tendido en el suelo me encontraba viendo como los animales oportunistas te arrancaban
pedazo a pedazo con sus garras tu vida, perdóname por no ser lo que en verdad te merecías,
solo me queda la esperanza de que algún día puedas descansar, desde el fondo de mi corazón:
tu poeta.

También podría gustarte