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24, LA JORNADA DE TRABAJO noci6n de jornada corresponde al tiempo en que el trabajador se obliga los servicios que son materia del contrato de trabajo. a se divide en ordinaria, cuando se limita al tiempo usualmente rel trabajador para desempefiar su labor, y extraordinaria, que se re- po adicional al de la jornada ordinaria, que eventualmente debe ser el trabajador para cumplir las tareas especiales que han resultado 1S para agotar el trabajo requerido por el empleador. ia, a su vez, se divide en la convencional 0 convenida por a legal. La primera, en todo caso, y como es obvio, debe segunda, la cual opera ante el silencio de las partes sobre este 6n laboral. ixima legal esta fijada en ocho horas diarias y en 48 horas en la irémetro horario que conduce a concluir, por una parte, que en : duracion de la jornada se estan incluyendo solamente seis dias -que significa que se excluye el séptimo, para el cual la ley tiene s, como se verd después. Ordinariamente, ese séptimo dia, exclui- jornada de trabajo, corresponde al domingo. Por otra parte, metro expresa un elemento de proteccién especial para el traba- respeta el proceso ordinario de desgaste originado en el traba- nsecuente requerimiento vital de recuperacién periddica, dia por ensable para conservar unas adecuadas condiciones de salud. | evitar un cansancio excesivo tiene otro objetivo: el de precaver situa i6n que puedan originar accidentes con consecuencias dai | propio trabajador o para el conjunto de trabajadores, cuya funcidn de- Ja debida coordinacion entre los integrantes de un determinado grupo. normas sobre duracién de la jornada y las que regulan los descansos son e de leyes biolégicas que, como tales, tienen un fundamento superior al del simple diseno de origen humano. Por eso, el respeto por los limites de la jorna- da es de imperativo cumplimiento, no solo porque tales limites se encuentran en. normas de orden piblico, sino porque reflejan condiciones y necesidades bio- légicas que no pueden ser modificadas por la simple voluntad de las partes. Ello horas de ere anteriores de la de a iS i 164 del CST, modificado por el articulo 23, : Ena norma original, solamente se permitia el traslado a los otros dias de la ‘semana de las horas de la tarde del sdbado, con lo cual siempre habfa que con- ‘curtiral trabajo los sdbados, al menos en media jornada, salvo que el empleador, por su cuenta o mediante acuerdo con sus trabajadores, los liberara de la obli- ‘gacién de asistr al trabajo durante todo el dia los sbados. £1 cambio que intro- -dujo la Ley 50 de 1990 consistié en permitir que ese traslado de las horas labo- tables del sdbado fuera total, con el fin exclusivo de permitir a los trabajadores ‘el descanso durante todo el sabado, caso en el cual se permite ampliar la jorna~ ida diaria de los otros dias hasta en dos horas para llegar a un total maximo de diez horas en el dia, sin que esos tiempos adicionales constituyan horas extras, pues en ellas simplemente se esta trabajando el tiempo ordinario de jornada del dia s4bado. Ha habido diferencias en cuanto a si al acudir a este traslado de ho- fas se puede hacer en forma parcial o si debe hacerse en forma total, discrepan- ia en la cual medié el Ministerio del Trabajo, sefialando que, de acuerdo con el texto de la disposicion, ese traslado, de acogerse tal posibilidad, debe hacer- se en forma total, porque la norma sefiala que su finalidad es permitirle al traba- jador e! descanso durante todo el s4bado, entendimiento que resulta razonable. La jornada maxima legal de 8 horas diarias y 48 horas semanales cuenta con ‘excepciones originadas en situaciones especiales: * Para las labores especialmente insalubres o peligrosas, sea por la naturale- za misma de la labor o por el lugar o regidn en la cual se debe desarrollar, el Ministerio de! Trabajo puede ordenar la reduccin de la jornada, apo- fandose en estudios técnicos sobre el particular. Aunque la norma no lo también puede autorizar disefios de jornada especiales que pueden | aumento de horas diarias de trabajo, pero a cambio de la dismi- los dias laborables de la semana, caso en el cual se incluyen en nes, las circunstancias especiales del trabajo, como es te- izado en lugares distantes de los centros urbanos u otras conduzcan al Ministerio a aceptar las Propuestas que for- tajornaoa oe reasajo 297 mulen las partes. En todo caso, debe tenerse en cuenta el elemento de pro- teccién, imprescindible para los trabajadores. * La jornada para los menores de edad también se sale de los pardmetros generales, como en un aparte anterior se sefial. EI articulo 114 de la Ley 1098 de 2006 dispuso para los menores entre 15 y 17 afios (la norma ha- bla de mayores de 15 aftos y menores de 17 afios) una jornada maxima de seis horas diarias y de 30 a la semana, lo que significa que solo cinco dias de la semana son laborables para ellos y, adicionalmente, puntualiz6 que solamente podrian trabajar en horas diurnas y no mas alla de las seis de la tarde. Para los mayores de 17 afos, naturalmente sin pasar de los 18 afios, Porque en tal caso ya serian mayores de edad, la jornada maxima previs- ta es de ocho horas diarias y 40 a la semana, es decir, durante solo cin- 0 dias en la semana, pero sin sobrepasar, en ningtin caso, las ocho de la Noche. Para los menores de 15 afios no hay previsién alguna en la norma €n cuestiGn en cuanto al ntimero de horas que pueden trabajar, dado que idealmente ellos no deberfan atender ningtin trabajo, pero el pardgrafo del -_articulo 35 de la citada Ley 1098 de 2006 sefala que, en casos excepciona- _les el inspector del trabajo puede autorizar la labor de menores de 15 afios sin exceder de 14 horas semanales, para desempeitar actividades remune- fadas de tipo artistico, cultural, recreativo y deportivo. Si llegara a aprobar- ‘se la mayoria de edad a partir de los 16 afios, tal como se ha propuesto, se eneraria la necesidad de adecuar la regulacin que se ha explicado. ‘ay una jornada especial que se disefié con el fin de ampliar la capaci- _ dad de empleo en algunas empresas en las cuales, por raz6n de lo inin- _ terrumpible de sus labores, estas se atienden por turnos de trabajadores. ‘Cuando hay trabajo por turnos, usualmente se divide la jornada diaria en ‘tres turnos, cada uno de ocho horas, por lo que se conforman tres contin- _ gentes de trabajadores para el efecto. El articulo 51 de la Ley 789 de 2002 ‘(que subrog6 el articulo 20 de la Ley 50 de 1990) consagré la posibilidad ‘de acordar la atenci6n de estas labores que no se pueden interrumpir, me- diante turnos de seis horas diarias y treinta y seis a la semana, pensando en que con ello se crearia un turno mas que supondria la admision de un cuarto contingente de trabajadores. La reduccién de la extensi6n de la jor nada, en el disefio establecido por la norma, se compensa con la exclu- si6n de estos trabajadores de los recargos por trabajos nocturnos o en dias de descanso dominical. La idea, aunque con buenos propésitos, no ha te- nido acogida, pese a lo cual se conserva vigente. Asi mismo, se prevén en la ley (art. 162, CST) unos casos de personas que se encuentran excluidas del limite de la jornada maxima legal y, por tanto, deberan dedicar a la ejecucién de sus funciones todo el tiempo que estas demanden, sin que por eso puedan acceder al pago de recargos por trabajo en horas extras. En la norma, se les denomina excepciones, pero en realidad no lo son, dado que las “que desempefian cargos de direccién, de confianza 0 de manejo. ‘estan agrupados en un mismo aparte, en realidad representan _ tres clases de trabajadores distintos. Los de direccién, como se vio al ex- -__ plicar lo relativo a los representantes del empleador, son los que tienen ~ una posici6n jerarquica especial en la organizacién de la empresa, por lo -que tienen mando, representan al empleador laboralmente y, usualmente, perciben una remuneracién superior, concordante con la mayor responsa- bilidad exigida por sus funciones. Son los presidentes, gerentes, directores y, en general, todos aquellos que participan en la orientacién de las polit cas de la empresa. Los de confianza, elemento que naturalmente también existe en el caso de los de direccin, son los que, sin tener funciones pro- piamente directivas, ocupan cargos y ejercen tareas en las cuales estén en contacto con los elementos mas delicados del funcionamiento de la em- presa, como puede ser el caso de los auxiliares inmediatos (secretarios, se- cretarias 0 asistentes) de los directivos o también el de quien, por ejemplo, funge como secretario de la junta directiva 0 de los comités de mayor res- ponsabilidad al interior de la empresa. Son depositarios de la confianza de la empresa, por lo que no se trata simplemente de una confianza perso- nal, sino institucional. Un elemento coadyuvante de su condicién de em- pleados de confianza, para los efectos que se estan tratando, es que ten- gan una remuneracién acorde con su responsabilidad y con la exclusion de la posibilidad de acceso al recargo por horas extras, pues hay emplea- dos que tienen encargos de confianza, pero su remuneracién, por lo ge- neral, no es alta o especialmente alta, y por tal circunstancia no pueden quedar excluidos de la causacién de recargos por labor en jornada extra, como es el caso de algunos mensajeros a quienes se les confia en ocasio- nes el porte de dineros y de documentos de especial contenido. Los tra- bajadores de manejo son los que tienen bajo su cargo “la administracién de elementos representativos de dinero, sea el propio papel moneda o los titulos representativos del mismo", Por razén de su responsabilidad, al igual que en el caso de los trabajadores de confianza, se entiende que su Valdés Sanchez, Germin Gonzalo, Compendio tedrico practico de d brie \ , lerecho del t (en partcipacién), Bogota, Legis-Colegio de Abogados del Trabajo, 2013, at tayoanapa ne teataso 299 remuneracién debe guardar alguna forma de compensacién con la mayor responsabilidad que les compete en la ejecucidn de su labor y con su mar- ginamiento de la posibilidad de acceder al pago de recargos por trabajos en horas extras. “Esto significa que si se trata de un trabajador de un nivel bajo de remuneraci6n, aunque su labor pueda ser asociada con funciones de confianza 0 de manejo, se le debera tener como incluido dentro de la regulacién normal de la jornada de trabajo”. * Los trabajadores que se ocupan de labores discontinuas 0 intermitentes también se encuentran excluidos de! limite maximo de jornada de traba- jy, consecuencialmente, del acceso a los recargos provenientes de la la- ‘bor en jornada extraordinaria, en tanto residan en el lugar 0 sitio de traba- Jo. En la obra que se viene citando, se alude a estos trabajadores asi: “El caso de los trabajadores de actividades discontinuas o de simple vi- gilancia, con vivienda en el lugar de trabajo es diferente. Para ellos la ra- 26n de su exclusién del régimen de jornada suplementaria se ubica en la baja intensidad que demanda su funci6n pues no se requiere de un esfuerzo constante, por lo que en suma no alcanzan a laborar en el dia el ntimero de horas en que aparecen disponibles, una parte de las cua- les no tienen una ocupacién que les demande algtin esfuerzo particular. ‘Ademés, el contar con la vivienda en el lugar de trabajo, que supone al- gin nivel de disponibilidad constante pero de ejercicio eventual, repre- senta una compensacién importante por la eliminaci6n del costo conse- Cuente con una mayor jornada dentro de sus obligaciones ordinarias”. * Un tercer caso que se encontraba previsto en el texto original del articu- lo 162 del CST es el de los servidores domésticos, entendiendo por tales aquellos que concentran sus servicios en el nticleo personal o familiar de su empleador, por lo que la calificacién de doméstico no guarda relacion con la esencia de la labor, sino con su destinatario, de modo que un jardi- nero ser4 doméstico en la medida en que trabaje para una familia y no lo ser si su funci6n consiste en el mantenimiento de los jardines de una em- presa, y lo mismo puede decirse de un trabajador que atiende labores de Cocina, pues se tendré por doméstico si lo hace al servicio de un nucleo familiar y no adquirird tal condicién si ejecuta su labor en un estableci- miento comercial. A estos trabajadores domésticos, en cuanto vivieran en el lugar de ejecucién de sus labores, elemento este no mencionado en la norma pero anexado por la via de la interpretacion, igualmente se les tenia (2) Valdés Sanchez, German Gonzalo, ob. cit, @) Ibidem. ve puede exceder de do y las ‘lo cual confirma que en ningtin caso se encuentra autorizado que un trabajador labore por mas de diez horas en un dia (ocho horas ordinarias y dos ‘como expresién protectora de su salud, de la seguridad en el de trabajo y de prevencién de riesgos. El trabajo en jornada extraordinaria se encuentra condicionado a la presencia ‘de varios requisitos, dado que se entiende que es una situacién especial que no ‘puede admitirse para atender labores comunes de la empresa, pues en tal caso se generaria una ampliacion o desbordamiento de la jornada ordinaria para ex- ‘ceder los limites legales respecto de ella en forma contraria a las precauciones legales sobre el particular. “Esas condiciones son las siguientes: * La obtencién de autorizacién del Ministerio del Trabajo. * Aunque no lo sefiala la ley, se deduce de lo anterior que el empleador debe tener una situacién especial que le imponga acudir al trabajo en tiempo suplementario, pues ello es lo que debe examinar el Ministerio para defi- nir si otorga 0 no el permiso. * La limitaci6n en cuanto a la duraci6n de ese trabajo suplementario pues la ley sefiala que no puede exceder de dos horas diarias y de doce semanales. * El pago especial que conlleva el trabajo en horas extras. Si es diurno ten- dra un recargo del 25% sobre el valor de la hora ordinaria de trabajo y si es nocturno, serd del 75%. * El registro a cargo del empleador del tiempo laborado en horas extras. * Tampoco se encuentra sefialado en la ley posiblemente porque resulta 16- gico suponerlo, El empleador debe avisar al trabajador con una pruden- 301 LATORNADA DE TRABAIO te anticipacién para que este pueda expresar su disponibilidad, pues pue- de tener justos motivos que le impidan quedarse a laborar en este tiempo adicional. Naturalmente si no los tiene, es obligacién atender la orden del empleador para el trabajo suplementario que se encuentre autor izado por el Ministerio del Trabajo, so pena de incurrir en violacién de una obliga- ci6n labora”, La jornada de trabajo puede ser diurna 0 nocturna. La primera corresponde a la que se ejecuta entre las seis de la mafiana y las nueve de la noche, y la se- ‘gunda la que se realiza en las horas restantes. La norma original, que es el articu- ‘To 160 del CST, fue modificada por el articulo 25 de la Ley 769 de 2002, en el ‘cual se consigns con error, que el trabajo ordinario [sic] es el que se realiza en- Be ‘tre las seis horas (6:00 a.m.) y las veintidés horas (10:00 p.m.), cuando en rea- E lidad no estaba regulando el trabajo ordinario sino el diurno. Anteriormente, la | _jormada diurna iba de las seis de la mafiana a las seis de la tarde, pero con la re- | __ forma introducida, se amplié en la forma consignada atrés, lo cual ha genera- ‘do muchos comentarios desfavorables y la abierta oposicién del sector sindical, que ha propendido a regresar al disefio original de la jornada diurna, argumen- ‘tando que con el cambio se retardé el inicio de la causacion del recargo que “corresponde a la jornada nocturna, al pasar de las seis de la tarde a las diez de | __ Ianoche, situacién que para dicho sector representa una desmejora en las con- ie de prestaci6n de los servicios por los trabajadores. Tal argumento ha "ido alcanzando receptividad en los sectores gubernamentales y legislativos, y a ‘ello obedece que se haya adelantado el inicio de la jornada nocturna para las ‘nueve de la noche, pero es probable que el sector sindical continte insistien- do en que al final se regrese al texto original de la norma o a otra medida inter- | media. i La realidad es que el cambio en la disposicidn tuvo por objeto favorecer a la clase trabajadora, buscando mejorar la disposicién de los empleadores para con servar o ampliar la capacidad de empleo. En su momento, varias de las empre- sas que laboraban ininterrumpidamente por turnos de trabajadores (turno diur- no de 6 a.m. a 2 p.m,; turno mixto de 2 p.m. a 10 p.m. y turno nocturno de 10 p.m. a 6 a.m.) comenzaron a eliminar los turnos mixtos y nocturnos por la in- cidencia en el costo de sus productos del recargo por el trabajo nocturno, cos- to adicional que les afectaba las condiciones de competitividad, con lo cual se estaba generando una negativa incidencia en los indices de desempleo. Al am- | pliar la jornada diurna, resultaba viable tener dos turnos (6 a.m.-2 p.m. y 2 p.m.- 10 p.m), sin recargo alguno, y con ello se defenderia el segundo tumo, con la consecuente estabilidad para los trabajadores integrantes del mismo y con ello se obtenia también un paliativo frente a la reducci6n de la capacidad de empleo & oe (4) Valdés Sanchez, German Gonzalo, ob. cit cordinario y diurno oes 5 c / pues se entiende que el salario que se pacta en el contrato se fija partiendo de tal clase de jornada o bajo el supuesto de que el servicio se va a pres- tar en el marco de esos dos pardmetros. + El trabajo ordinario pero nocturno genera, por el solo hecho de realizarse coun recargo del 35% sobre el valor del salario en la jornada ordinaria diurna. '* El trabajo extraordinario diurno causa un recargo del 25% sobre el valor de! salario del trabajo ordinario diurno. * El trabajo extraordinario nocturno tiene un recargo del 75 % sobre el valor del salario en trabajo ordinario diurno. Sobre los aspectos de la jornada de trabajo, existen adaptaciones especia- les diseiadas para permitir los ajustes pertinentes a las distintas condiciones de trabajo y por eso se pasa a describir las distintas previsiones sobre el par- ticular: a) Lajorada flexible fue creada por la Ley 789 de 2002, y tuvo como obje- to acoplar la duracién de la jornada a la real intensidad de la actividad em- presarial de alunos empleadores, para quienes la demanda de sus servicios or los usuarios no es igual en los distintos dias de la semana. “Por medio de un acuerdo entre empleador y trabajador, que no nece- sariamente debe formalizarse por escrito, se pueden distribuir las horas de la jornada ordinaria semanal (convenida 0 maxima legal) de modo que varfe diariamente entre un minimo de cuatro horas y un maximo de diez horas, sin que el excedente de ocho horas en algunos dias constitu- ya trabajo suplementario, naturalmente en la medida en que el total de horas de trabajo semanales no excedan el limite convenido o las 48 ho- ras propias de la jornada maxima legal, tajornanapereansjo 303 El convenio correspondiente forma parte del contrato de trabajo y por eso su modificacién slo procede por la via del acuerdo entre las par- tes. El mismo comprende los seis dias de la semana laboral y ello signi- fica que el séptimo dia debe necesariamente destinarse al descanso en los términos sefialados en la ley para el descanso dominical, aunque no necesariamente tiene que disfrutarse el dfa domingo, porque la ley ex- presamente prevé que ese descanso ‘podra coincidir con el domingo’, lo cual significa una apertura para que las partes convengan que su disfru- te sea en otro de los dias ordinarios de la semana, No es claro si, dentro de esta figura, el hecho de trabajar el domingo por haberse trasladado el descanso a otro dia (diferente al sdbado), supone el pago del tiempo servido con el recargo especial disefiado para el caso del trabajo domi- nical. En la misma Ley 789 cuando se previé la posibilidad de cambiar el domingo para trasladar el descanso propio de tal dia, Gnicamente se previ6 hacerlo al dia s4bado para convertir este en domingo laboralmen- te hablando. De esta forma, el trabajo en los domingos termina equiva- liendo a hacerlo en un sabado y, por tanto, no genera el recargo espe- cial correspondiente. Esta previsin (art. 26, L. 789/2002) solo cobija el cambio del sébado por el domingo y por eso, para el caso de la jornada flexible, no tendria los efectos antes sefialados (tener e! domingo como un dia ordinario) si el cambio se hace por un dia diferente al sabado”®. - Esta clase de jornada tiene aplicacién especialmente en los establecimien- tos que tienen mayor actividad en algunos dias, especialmente los fines de ‘semana, como son algunos restaurantes, bares 0 discotecas, que en los pri- __meros dias de la semana tienen poca demanda pero es voluminosa en los es de semana. 'b) Ampliacién de la jornada por razones especiales y sin que se requiera el iso del Ministerio del Trabajo, que es la situacion prevista en el articu- _ lo 163 del CST, modificado por el articulo 2° del Decreto 13 de 1967. Cuan- do se presenten situaciones de fuerza mayor 0 de caso fortuito, o la amena- za u ocurrencia de un accidente o la urgencia de trabajos en las maquinas en la dotacién de la empresa, para evitar dafios o perjuicios para esta, el ‘empleador puede disponer la ampliacion de la jornada diaria, aun sin la au- torizacién del Ministerio del Trabajo, con el compromiso de registrar el ni- mero de horas adicionales que se hayan trabajado y con el pago del recar- 0 que corresponda por ellas. ©) El trabajo por turnos, que se encuentra explicado en el escrito que se vie- ne citando, opera de la siguiente forma: (5) Valdés Sanchez, German Gonzalo, ob. cit. (6) cere panes ee att AMD “Como el articulo 167 del CST impone que la jornada debe estar distri- - buida por lo menos en dos secciones separadas por un descanso ‘que ‘se adapte racionalmente a la naturaleza del trabajo y a las necesidades ‘de los trabajadores,, lo cual significa que en ningtn caso es posible un trabajo continuo por ocho horas (0 por el tiempo de la jornada ordina- ria acordada), cuando se enfrenta una actividad que requiere el trabajo por turnos, en ellos los trabajadores siempre tendran una jornada infe- rior a ocho horas diarias. Cualquiera sea el tiempo destinado a ese des- canso que interrumpe la continuidad de la labor, en estos casos de la- bores atendidas en tres turnos diarios, los trabajadores no alcanzaran a completar el néimero maximo de horas de trabajo propias de la jornada maxima legal. Hay que tener en cuenta que ese descanso que separa las dos secciones de trabajo no forma parte de la jornada ni corresponde a un descanso remunerado”®. En este caso, para los trabajadores no hay en rigor un incremento de su tiem- po de trabajo y simplemente se menciona como una forma especial de aten- ién de la jornada, porque se acostumbra la rotaciGn de los turnos ello sig- nifica que los trabajadores laboran en unas semanas un turno puramente diurno y en otras unos turnos mixtos (cuando la jornada diurna iba hasta las 6 p.m, 0 totalmente nocturnos, por lo que se acostumbra, como antes se se- fial6, promediar los recargos para adicionar tal promedio a la remuneracién bsica, y de tal forma unificar el monto del salario que se paga en las distin- tas oportunidades en las que se ha convenido su cancelacién. Pero el articulo 165, cuando regula el trabajo por turnos, alude a una situa- cién conereta y muy poco frecuente en la actualidad, que supone la con- currencia de dos condiciones, como son que la actividad no sea continua 0 ‘no exija una atenci6n continua y esté disenada para ser atendida por turnos, evento en el cual la jornada puede ampliarse en mas de ocho horas diarias y ‘en més de 48 horas semanales, siempre que en el promedio de tres semanas Valdés Sanchez, German Gonzalo, ob. cit. | a AYORNADA DE TRABAIO. 305 no se excedan los limites de la jornada ordinaria de ocho horas diarias y de 48 en la semana, Si se dan todos los condicionamientos anteriores, los exce- dentes de la jomada en los dias en que ellos ocurran no ¢ onstituyen jorna- da suplementaria o de horas extras y, por tanto, no generan recargo alguno. Esta prevision se dirigié a algunos casos especiales en los que la intensidad de la labor podia variar con alguna frecuencia, siendo nula en ocasiones y muy exigente en otras, como en los eventos de carga y descarga de navios u otros: medios de transporte. En la actualidad, como ya se anot6, tiene muy Poca ocurrencia, si es que tiene alguna, 4) El trabajo soluci6n de continuidad, que es la figura prevista en el articulo 166 del CST, modificado por el articulo 3° del Decreto 13 de 1967, se encuentra descrito en el estudio al cual se ha venido haciendo remisién en este capitulo, en la siguiente forma: “Se trata de una situacién muy especial que ha motivado diferentes in- terpretaciones. En realidad, aunque la norma autoriza la ampliacién de las horas de trabajo de la jornada maxima legal hasta un total de 56 se- manales en ‘aquellas labores que por razén de su misma naturaleza ne- Cesitan ser atendidas sin solucién de continuidad, por turnos sucesivos de trabajadores’, ello no puede significar, la privacién del trabajador del derecho a su descanso semanal, lo que lleva a pensar en que el legisla- dor se refiri6 a una autorizacién para que el empleador disponga el tra- bajo en los siete dias de la semana, pero en forma tal en que no afecte el descanso dominical de los trabajadores, lo cual supondra la presen- cia de un sistema o una distribucién de horas que acople lo uno con lo otro puesto que, como ya se anot6, todos los trabajadores deberan tener acceso semanalmente al disfrute de un dia de descanso remunerado" Realmente, se trata de una situacién muy especial, pues no es facil colegir cémo concibié el legislador esta situacién, en la que la aplicacién de lo pre- Visto en la norma supone que el trabajador debe laborar todos los siete dias de la semana para completar las cincuenta y sels horas en la semana, par- tiendo del supuesto de no superar las ocho diarias. Es pertinente insistir en ue el trabajador de todos modos, debe contar con un descanso en el cur so de la semana, lo que dificulta avin mds la puesta en practica de lo previs- to en el articulo 166 del CST, y ello explica que la utilizacién de lo previsto en esta norma sea muy escasa 0 extrafia. ©) _Enrelacién con el tema que se viene desarrollando, cabe incluir la situa- Ci6n prevista en el articulo 21 de la Ley 50 de 1990, en el cual se les impo- (7) Valdés Sanchez, German Gonzalo, ob. cit lestinar a la ejecucién de a 1se ha comprometido, pero cabe reiterar que, res- como maximo del tiempo que debe destinarse al traba- ‘con discrecionalidad para organizar la atencién del traba- metros que conjuntamente convengan. que ahora se menciona tangencialmente porque se va a en el capitulo siguiente, como es el mandato previsto en el articulo =n virtud del cual ninguna jornada puede ser ininterrumpida, pues 0 de la misma debe mediar una interrupcién para tener algtin nso, el cual no se encuentra identificado en la ley, por lo que ser fijada por el empleador, cifiéndose a unos criterios de ra- © que la regulacidn sobre el tiempo de trabajo tie- debe ser, la biologia de las personas, para que la ejecucion i "80 No genere un detrimento en su salud ni una merma en {e Por eso, se puede decir que, en lo relacionado con la + descansos, las leyes laborales deben ajustarse ante todo a las, ‘que sus modificaciones no pueden asumirse arbitraria- siempre las capacidades normales, fisicas e intelectua- igatorios, se establecen cinco expresiones de descanso de la jornada. isin o interrupci6n de la jornada. descanso dominical. e los descansos los limites que el lepislador le impone a las “ordinaria y extraordinaria, porque con ello busca evitar los exce- 0 istes del trabajador originados en la ejecucién de las labores n las cuales se ha comprometido. Al limitar el tiempo diario de trabajo, std sefialando que el tiempo restante es de propiedad o de administra- | del trabajador, sin mas limites que los originados en su propia volun- por lo que bien puede destinarlo al reposo, a actividades ldicas 0 cul- , 0, inclusive, a otras labores, pero independientes de aquellas con ‘cuales se ha comprometido frente a su empleador. Por estar el tiempo “posterior al de la jornada de trabajo destinado a permitir la recuperacion del trabajador, es por lo que la ley permite restringir la dualidad 0 coexis- tencia de contratos de trabajo y la concurrencia con otra suerte de contra- tos, por medio de la cldusula de exclusividad. c se de ‘en los casos en los que el tiempo de jornada es telativamente corto parciales, medio tiempo © menos), pero la ~ realidad es que la norma no contempla excepciones, y por eso debe dar- sele puntual cumplimiento, teniendo en cuenta, naturalmente, que el tiem- po de este descanso es independiente de lo pactado para la duracién de la jornada, de modo que, como dice la norma, no se computa en la jorna- da. En este orden de ideas, por ejemplo, una persona que esta contratada por cuatro horas diarias, en realidad va a estar en el ambito de su trabajo més de esas cuatro horas, porque a ellas hay que sumar el tiempo de inte- rrupci6n de la jornada al que se viene haciendo referencia. En otros casos, resulta imposible sumarle al tiempo de labor el destinado a la interrupci del mismo, como sucede cuando se trabaja en labores que no pueden in- terrumpirse y se atienden por turnos de trabajadores (tres turnos de ocho horas cada uno o cuatro turnos de seis horas cada uno, como anteriormen- te se vio), casos en los cuales, al final y en la realidad, ningdn turno puede trabajar las ocho horas 0 las seis horas completas, pues en el curso de ellas debe mediar una interrupcién que se ajuste a la clase de trabajo y a las ne- cesidades de los trabajadores, por lo que racionalmente no puede ser ex- cesivamente reducida. Por lo general, puede entenderse que no puede ser menor de quince o veinte minutos, dado que es un tiempo en que se to- man alimentos, aunque sean ligeros, y se atienden necesidades fisioldgicas. ¢ El descanso dominical es el primero que se encuentra especificamente re- gulado en el capitulo de los descansos obligatorios. Este descanso tiene una duracién minima de 24 horas y a él tienen derecho los trabajadores que, habiéndose obligado a trabajar en todos los dias laborables de la se- mana, efectivamente los trabajen, y si no lo hacen o faltan al trabajo, ello sea por justa causa, como una incapacidad médica, 0 por disposicién o culpa del empleador. La expresién que se resalté en cursivas da lugar a entendimientos diversos, porque puede colegirse de ella que la ley exige para consolidar el derecho al descanso dominical que el trabajador labo- re en los seis dias que son laborables en el marco de la jornada maxima legal, lo cual tiene un alto nivel de razonabilidad, porque si se conside- fa que ese es el tiempo en que un trabajador normalmente puede traba- jar cada semana, es porque se colige que solamente con la dedicacién al trabajo por ese tiempo se genera el cansancio que requiere del descanso eo lla completo del domingo, pero también puede comprenderse que los dias laborables de la semana son los que hayan acordado trabajador y tcinen ve otscansos 309 empleador como aquellos suficiente: objeto del contrato de trabajo, ent cuenta en su beneficio con el fact 's para la ejecucién de la labor que es tendimiento que también es admisible y ¢ for de mayor favorabilidad para el traba jador ademas de la clarificacién que el legislador de 1990 incluyé en el nu meral 5° del articulo 26 de la Ley 50 de dicho afio, amén que de acogerse {a primera versi6n, podria concluirse, aunque de modo algo forzado, que quienes hayan pactado una jornada de cinco o menos dias nunca accede rian al descanso dominical con el pago de la correspondiente remunera- c6n, que es el factor que complementa positivamente esta expresion de los descansos y que la distingue de los dos descansos vistos anteriormen- te, en los cuales no se causa pago alguno. El pago del descanso dominical, cabe sefialarlo ahora, se entiende incluido en los salarios pagados bajo la forma de sueldo, por lo que, a pesar de tratar- ‘se de un pago en un tiempo en que no hay servicio, resulta calificado como salario, lo cual representa una excepcién a la regla segtin la cual son salario los pagos directamente retributivos del servicio y ello, como excepci6n, re- sulta atribuible exclusivamente a un mandato de la ley. EI valor de la remu- neracién que debe recibir el trabajador por su descanso dominical cuando ha cumplido el requisito de prestaci6n del servicio en los dias laborables de fa semana es el mismo que se recibe por un dia de trabajo y, por ello, en los casos en los que el salario se ha pactado bajo la forma de jornal (valor del dia de trabajo pagadero, a lo sumo, cada semana), el empleador debe pagarle al trabajador un dia més correspondiente al del descanso en el dia domingo. Si en cada dia de la semana ha recibido una suma distinta, el pago en cuestion se hard tomando e! promedio de lo recibido en tal semana. Si un trabajador falta sin justificaci6n al trabajo en uno de los dias labora- bles, pierde la remuneracién del descanso dominical, por lo que, aunque ese dia domingo descanse porque en la empresa no hay ninguna labor, no ten- ‘dtd derecho a recibir el pago del descanso dominical, Como la norma que se viene estudiando (art. 173, CST; art. 26, L. 50/1990) habla de los dias la- borables, puede entenderse que, para perder la remuneracién del descanso dominical, debe haberse producido la ausencia injustificada en la totalidad ‘de uno de esos dias laborables, por lo que la ausencia parcial en uno de ta- es dias no alcanzarfa para generar la pérdida del pago en cuestién. Las sus- ‘pensiones del trabajador por sancién disciplinaria no son justificaci6n de la ausencia, lo cual ha sido definido jurisprudencialmente, y aunque sobre las ‘otras causas de suspensi6n del trabajo no se ha tenido un pronunciamiento feiterado, puede entenderse que la presencia de ellas tampoco se entiende ‘como justa causa para faltar al trabajo para los efectos de la remuneracién del descanso dominical, comprensi6n que se podria entender reforzada si se acepta que la calificaci6n de las justas causas de ausencia al trabajo para Jos efectos del derecho en cuestidn que se hace en el numeral 2° de la dis- fr pues ello igual- “mente se encuentra previsto en forma expresa en la ley. Si en el dia dornin- ‘el trabajador esta recibiendo el valor de una incapacidad por enferme- as por accidente de trabajo, no tiene derecho a recibir la remuneracion del descanso dominical para que no se genere un doble pago por el mismo dia, aunque el valor de la incapacidad 0 auxilio es menor del equivalente al salario de un dia. El pardgrafo 1° del articulo 26 de la Ley 789 de 2002 facults a las partes del ‘contrato de trabajo para establecer por convenio que el descanso dominical se disfrutara los dias domingos, que es lo comtin, o se trasladara para el dia sdbado (importante en empresas que tienen actividades los domingos), caso en el cual el sébado pasa a tenerse como domingo para todos los efectos le- gales y, en sentido contrario, el domingo serd tenido como un dia mas de la semana laboral. Cuando se acuerda tal cambio y en virtud del mismo el des- canso dominical se disfruta el sébado, los trabajos que se lleguen a atender en el dia sébado deberdn remunerarse con el recargo que en condiciones normales se causa por el trabajo en dias domingos y festivos. * En los dias de fiesta, que se encuentran puntualmente enumerados en el articulo 177 del CST, modificado por el articulo 1° de la Ley 51 de 1983, y que en la realidad son bastantes, contando los de contenido nacional, muy justificados, y los religiosos, que no lo estan tanto, el trabajador tiene de- recho a descansar y a recibir la misma remuneracién que le corresponde por un dia de trabajo, sin que tal derecho se afecte por ausencias al traba~ joen el tiempo anterior a la ocurrencia o llegada del dia festivo. Esto tlti- mo se explica porque el descanso en los festivos no proviene de la misma causa del descanso en los domingos, pues en este caso la razon que da lugar a tal descanso es el supuesto de cansancio que debe haberse conso- lidado con el hecho de trabajar en los dias de la semana en los que se ha comprometido a prestar sus servicios, mientras que, en los festivos, la ra~ Z6n para no trabajar no es ese mismo supuesto de descanso, sino simple- mente el mandato legal para no trabajar en unos dias en los que se supone que se honra o recuerda algtin suceso 0 acontecimiento de especial signi- ficado para la historia del pais, a Jo cual se suman los dias en los que, por incidencia de la Iglesia catolica, se debe honrar algtin evento de especial connotacién religiosa. Pero, se insiste, el descanso en estos dias no tiene el mismo sentido de reposicin de fuerzas que s{ tiene el descanso domi- nical, y ello es més claro en Colombia, debido a que entre nosotros la ma- nécwwen o piscansos 311 yoria de los dias festivos fueron trasladados a los lunes, que es el dia de menor cansancio, dado que se supone que los trabajadores han recupera- do su energia laboral con el descanso del dia domingo. Al igual que sucede con la remuneracién del descanso dominical, la de los dias festivos también tiene la connotacin de salario, y se tiene incluida en el pacto de salario bajo la forma de sueldo y equivale al mismo valor de un dia de trabajo cuando se ha pactado bajo la forma de jornal. * Las vacaciones representan el tiempo de descanso més significativo, y al referirse a ellas el doctor Gonzdlez Charry sefiala: “Como nueva manifestacién del sistema de descanso remunerado, se Presenta el de las vacaciones anuales. Aunque [sic] ocurre que el des- gaste biolégico que sufre el organismo humano al cabo de ocho dias de trabajo, es mayor al término de un afio de continuas labores. Esto hha dado origen a descanso o vacaciones anuales. Se ha comprobado que, después de un afio continuo de trabajo, el organismo necesita des- Cansar para ponerse nuevamente en actitud de proporcionar un traba- jo econémico rendidor, no solo para la empresa, sino para el emplea- do, en cuanto a su capacidad para obtener determinado salario. Eso motive que las leyes sociales establecieran el sistema de las vacaciones remuneradas"”. El estudio de las vacaciones comprende los siguientes elementos: * Naturaleza juridica: las vacaciones, segtin lo ha sefialado la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia, corresponden a un descanso remunerado y ello significa que no son prestacién social ni tampoco salario, precision de gran importancia para identificar su tratamiento en distintas situaciones de contenido laboral, como puede ser en el caso de la sancién moratoria, pues esta no se causa por la falta de pago de las vacaciones, precisamente por no tener la condicion de salario ni de prestacidn social, Sin embargo, ppara los efectos de la identificacidn de la liquidacién de aportes paratisca- Tes y a la seguridad social, se tiene en cuenta el valor que se paga por las vacaciones. Sobre la naturaleza juridica de las vacaciones, resulta ilustra- tivo el siguiente aparte de una sentencia de la Corte Suprema de Justicia: “Y en cuanto a la condena por vacaciones, el replicante asevera que, en estricto sentido, no son salario, prestacién social ni indemnizacién y en ello le asiste raz6n, como lo ha explicado esta Sala de la Corte, al con- siderar que no retribuyen el servicio y no estn comprendidas dentro de Gonzalez Charry, Guillermo, Derecho laboral colombiano. Relaciones individuales, 102 edicién, Bogota, Legis, 2004. ibe que se anota porque, en la ac- ‘otras labores en las cuales puedan darse radiacio- penance delicados, que bien deberfan adicionarse a los dos tratamiento especial que consagra el articulo 186 del CST. pees & supuesto de causacién del derecho a las vacaciones es el cansan- ‘por el trabajo durante un aijo, la ley le permite al empleador -del tiempo de vigencia del contrato, el tiempo en que se den sus- es del contrato de trabajo, tal como se sefialé en su momento. De si, por ejemplo, por una licencia no remunerada el contrato de tra~ uspendido durante dos meses, el derecho a las vacaciones pue- ‘en su causacion ese mismo tiempo a discrecién del empleador. bilidad: el momento de exigibilidad de las vacaciones es muy flexible, es [a ley faculta al empleador para fijar la época 0 momento de su dis ‘a més tardar dentro del aiio subsiguiente, expresion que no es preci- "ha dado lugar a dos entendimientos, ambos muy razonables y ambos dos en sentencias de la Corte Suprema de Justicia en distintas épo- “Uno de esos entendimientos considera que las vacaciones se hacen iiples en el afio posterior al siguiente al de causaci6n de las vacaciones, decir, se cuenta un primer afio cuyo transcurso causa el derecho a las es, se deja pasar el afio inmediatamente siguiente y al concluir el erior, sino se ha permitido el descanso correspondiente, el empleador ‘en mora. Tal comprensién ha surgido de un andlisis puntual de la 6n literal de la norma (art. 187, CST), dado que en ella se incluye un plazo extremo al decir a mas tardar, que se identifica cuando se menciona el afio subsiguiente, que, en criterio de quienes siguen este entendimiento, es el posterior al siguiente (Sent. CS}, oct, 18/1985). La otra teorfa considera que el aio en el que el empleador debe otorgar el tiempo para el disfrute de las vacaciones es el inmediatamente siguiente al de la causacion de las mismas, por haberse completado el aiio de trabajo exigido por la ley. Tal (2) Corte Suprema de Justicia, Sala Laboral, Sentencia del 2 de junio de 2009, Rad. 33.082. ntcwwen oe oescansos 313 posicién se fundamen en el objetivo de las vacaciones, cual es el de brin- ~~ nee ee Fecuperacién frente al cansancio que se ha acumu- a trabajo. Se considera que mal se puede pensar que una persona: descanse por el cansancio que tiene al finalizar el afio de traba- jo que caus6 su derecho al reposo, dos afios después (el afio siguiente y el subsiguiente). Como el tratamiento juridico de la exigibilidad de las vaca~ ciones ha sido cambiante, lo aconsejable es aplicar el entendimiento mas tutelar o de mayor efecto protector para la salud y bienestar del trabajador, que supone entender que el tiempo para el disfrute de las vacaciones se debe conceder en el aio inmediatamente siguiente a aque! cuyo transcur- so ha causado el derecho al descanso. Es importante tener en cuenta que la diversidad de posiciones en este aspecto incide en la aplicaci6n de la prescripcién en relacién con el derecho correspondiente, porque el efec- to de la prescripcién comienza a contarse a partir de la fecha de exigibili- dad del derecho y no de la de su causacién. Si el tiempo de exigibilidad se extiende, asf mismo se retrasa la fecha en la cual se inicia la contabiliza- i6n de los tres afios en que opera la prescripcidn en lo laboral, en los tér- minos de los articulos 488 y 489 del CST y 151 y siguientes del CPT y ss. '* Remuneracion: en el tiempo en el que el trabajador se encuentra disfrutan- do del descanso de las vacaciones, debe recibir un pago que equivale al salario ordinario o basico de los dias que transcurran mientras se encuen- tra disfrutando de las vacaciones. La norma (art. 192, CST, modificado por el art. 8°, D. 617/1954) dice que el trabajador recibird el salario ordinario, pero a este pago no se le ha reconocido como salario, por cuanto no pue- de representar una contraprestacién directa del servicio, pues este no se esté prestando. Aclara la norma que, de la liquidacién de las vacaciones, solo se excluird el valor del trabajo en dias de descanso obligatorio y en jomnada extraordinaria, aclaracién que es légica porque en tales momen- tos no habrd lugar a la prestaci6n del servicio en esas oportunidades espe- ciales, pero que también permite tener muy claro que para el pago de las vacaciones no se incluye el promedio de lo que el trabajador hubiera per- cibido por esos trabajos especiales en el tiempo inmediatamente anterior Al inicio del disfrute del descanso. Tampoco se incluye en la base de liqui- dacién del pago de las vacaciones el subsidio 0 auxilio de transporte, no solo porque en ese tiempo no hay desplazamiento al lugar de trabajo que Cause la necesidad de dicho pago, sino porque en la regulacién det auxi- lio en cuestidn, como se vio en su momento, se encuentra claramente pre- cisado que lo pagado por tal concepto solamente se toma en cuenta para la liquidacién de las prestaciones sbclales. nes ha sido calificado a la postre como un descanso re- ‘ondicion constantemente se ha reiterado que no cons- efecto. Es de anotar, en el caso de los trabajado- El pago de las vacacior munerado, y bajo tal con tituye salario para ningén _ cacién adecuada, pero se encuentra prevista en 1° del Decreto Reglamentario 1174 de 1991. '* Duracion: el descanso de las vacaciones se encuentra fijado en la ley en 15 dias habiles continuos 0 consecutivos, y corresponde a un tiempo ade- -cuado para lograr la recuperaci6n del desgaste sufrido en el tiempo de tra- bajo que ha generado la causacién del derecho pertinente. Si llega a pre- ‘sentarse alguna interrupci6n del descanso por disposicién de! empleador que se encuentre debidamente justificada, el trabajador tiene derecho a reanudarlo una vez superada la situacién que impuso la interrupcién co- rrespondiente, y ello supone que la fecha en la que se tenia previsto que el trabajador reiniciara el ejercicio de sus funciones deberd retardarse tantos dias cuantos hayan sido los de la interrupcién. Hay ocasiones en las que el retardo del regreso del trabajador a sus labores puede generar trauma- tismos operativos a la empresa, y en tales eventos, con el consentimiento del trabajador, se puede diferir el disfrute de los dias de descanso que no pudo disfrutar para una ocasién posterior 0 acumukindolos a las proximas vacaciones que llegue a causar, También puede producirse la interrupcién de las vacaciones si el trabajador, por una enfermedad o por un accidente, tecibe una incapacidad médica, pues, estando afectado por tales noveda- des de salud, es consecuente entender que no esta viviendo el descanso ‘en los términos de recuperacion de fuerzas que se propone con el dere- cho a las vacaciones. Como la ley tarifa el tiempo de descanso en dias habiles, debe entenderse _ que solamente se excluyen de la contabilizacién los dias de descanso obli- ~gatorio, como son los domingos y los festivos, pero cuando en la empresa _ se ha excluido el sabado de los dfas laborables o se han trasladado las horas aborables del sdbado a los dias restantes de la semana, el empleador puede ~ incluir esos sdbados entre los inhabiles, con lo cual el tiempo de duraci6n de las vacaciones va a resultar extendido unos dias mas. El tiempo en que se disfruten las vacaciones lo fija el empleador discrecional- mente, pero debe hacerlo dentro del afio siguiente al de causacién del dere- cho, tal como se comenté anteriormente, cuando se explicaron las dos teo-

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