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Luciana Choque

Comisión 5 IEL

José Fraguas

LA POSIBILIDAD DE LIBERAR EL ALMA EN DOS NOVELAS DE AUTOFICCIÓN


ARGENTINAS

.INTRODUCCIÓN

Mucho sabemos y mucho hemos leído sobre la teoría literaria que aborda como eje de grandes
análisis al movimiento contemporáneo de la autoficción. Así, autores como Julia Musitano –por
nombrar una coterránea- nos invita a reflexionar sobre este maravilloso género que desentraña
mundos internos que rozan lo onírico y que, en muchos casos, se pierden en ellos. Es una nueva
corriente que viene a irrumpir en nuestras vidas ya que la barrera entre lo privado y lo público se
ha roto. Ya no existe, se encuentra extinta. Claras muestras de esto son los realitys que llegaron
para quedarse y ser la compañía predilecta de la familia occidental a la hora de compartir un
momento familiar. No se trata aquí de cuestionar moralmente la elección de una nueva manera de
vivir la ficción sino todo lo contrario. Se trata de abordar el tema de la autoficción como una
posibilidad de liberar el alma humana utilizando como puntapié para el análisis las novelas de
Delfina Korn “Decir mi nombre” y de Mariano Dorr “Osvaldo”.

El presente trabajo aborda dicha cuestión a través de las siguientes preguntas ¿cualquiera puede
escribir? ¿El narrador protagonista de una novela de autoficción es el autor? Y la última y más
intrigante de todas las cuestiones –muy personal por cierto- ¿Deberían todas las personas escribir
una autoficción como un ejercicio de liberación personal?
.DESARROLLO

a-La cuestión del escritor

En dos entrevistas recientes, con los autores de las novelas que se utilizan como materia prima
para este trabajo y ante la misma pregunta sobre “¿todos pueden escribir?” ambos coincidieron
en que la respuesta es sí. Cualquiera que se lo proponga podrá escribir, bien o mal, con buena o
mala aceptación del público lector, etc. Así mismo ambos agregaron que “escribir es un ejercicio
para la vida humana y que aseguran que con la práctica, se logran buenos resultados” Jaime Rest
nos va a decir que la novela como tal, ha tenido desde sus orígenes, una cuota de verosimilitud en
cuanto a los detalles de la anécdota ficticia y de las circunstancias historicosociales en que se
inserta la composición. Al inicio de su análisis, Rest deja claro que la novela se convierte en un
vasto continente literario casi exento de fronteras que se extiende desde la más remota antigüedad
hasta los experimentos más novedosos de la ficción actual. Entonces, ¿no podríamos afirmar que
el narrador se encuentra impregnado de la esencia del autor y más aún en la novela autoficcional?

Tal es el caso en “Decir mi nombre” de Delfina Korn ya que la joven protagonista de esta historia
comparte rasgos físicos con la autora, la religión y desde ya el género. En tanto, en la novela
“Osvaldo” de Dorr, coincide el nombre del protagonista, la edad, la historia emotiva –sus recuerdos
de la niñez entre otros- y los lugares físicos donde él habitó.

b-La cuestión del narrador

Mucho se ha hablado y se sigue hablando sobre “el narrador” porque desde ya es un elemento
fundamental en la literatura. Autoras como Isabel Vassallo nos explican que no es quien escribe
materialmente el relato, el autor de carne y hueso, sino la figura gramatical inventada por el
escritor para sostener el discurso lingüístico. Sin embargo, a partir del análisis de las novelas
trabajadas debemos poner en duda esa afirmación e inclinarnos más hacia lo que nos dice Musitano
con respecto a la “pulsión autobiográfica” que es aquella que levanta la barrera de la censura
memorística y que permite al autor de una autoficción evocar la memoria de lo sucedido sin caer
en una autobiografía ya que juega con aquellos recuerdos que se borran con el paso del tiempo
pero que pueden aparecer ante pequeñas descripciones de situaciones, lugares y personajes
secundarios. Por lo tanto ¿el narrador de la novela de autoficción no es la voz del autor recreando
la memoria, aunque un tanto borrosa, del propio autor?

c-La cuestión de la liberación del alma o la catarsis de la Tragedia


Cuando se lee al final, en la novela “Decir mi nombre” la siguiente frase “…no había un hilo
conductor en mi persona porque en verdad nunca había querido que el Yanqui supiera quién era
realmente yo… me volví llorando en el colectivo no porque lo amaba sino porque ya no lo
amaba… Acaso ¿no podemos afirmar que es una forma de “catarsis” que como en la Tragedia
griega provoca la evacuación y la descarga afectiva que realiza el narrador-autor en este caso de
la novela de autoficción?

.CONCLUSIÓN

Afirmamos, que a partir del presente análisis es posible que la novela de autoficción sea la nueva
manera de expresión de las personas atravesadas por sus vivencias y recuerdos de manera literaria
como una forma de liberar el alma humana presente en cada relato autoficcional.
.BIBLIOGRAFÍA

-Musitano Julia (Junio de 2016) “La autoficción: Una aproximación teórica entre la retórica de la
memoria y la escritura de recuerdos” Tesis

-Rest, Jaime “Conceptos de literatura moderna”

-Vassallo, Isabel “Narrador”

-Pavis, Patris “Diccionario del teatro”

-Door, Mariano (2016) “Osvaldo” Ed. Blatt y Rios y las cuarenta.

-Korn, Delfina (2015) “Decir mi nombre” Ed. Blatt y Rios y Las cuarenta.

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