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Erik Swyngedouw y la

ecología política urbana


Joan Ramon Ostos Falder*

Áreas de investigación Según explica el propio Swyngedouw (“Prof.


Erik Swyngedouw – Research”), su trabajo de
Nacido en 1956, investigación se construye sobre dos perspecti-
en Flandes (Bélgi- vas teóricas, la economía política geográfica y la
ca), Erik Swynge- ecología política, que se articulan a su vez sobre
douw se graduó en dos áreas empíricas, el agua y el ciclo hidrosocial,
1979 en ingeniería y la ciudad y el proceso urbano.
agrícola en la Uni- Su investigación sobre ecología política
versidad Católica se centra en la política y la economía de los
de Lovaina con recursos hídricos y persigue fusionar teórica-
un trabajo sobre el mente los procesos físicos y sociales, y for-
cambio agrario en mular una teoría socionatural políticamente
la comunidad de progresista. Destacan, especialmente en este
Heers (en la pro- área, sus aportaciones sobre el agua en España
vincia flamenca de (Swyngedouw, 2007, 2013a, 2014a; y un libro
Limburg), y en 1985 obtuvo un máster en Plani- de próxima publicación, 2014b), que incorpo-
ficación Regional y Urbana, también en Lovaina. ran además de la historia ambiental, con un
Desde 1988, y hasta su traslado en 2006 a la importante trabajo de archivo, el análisis de la
Universidad de Manchester, donde ejerce la do- ecología política.
cencia en la actualidad, fue profesor de geografía A lo largo de la obra de Swyngedouw es re-
en la Universidad de Oxford (y miembro del St. currente la coexistencia de un enfoque teórico
Peter’s College), aunque realizó su tesis doctoral, deliberadamente crítico, no neutro ideológica-
The production of new spaces (Swyngedouw, 1991, mente, con una voluntad explícita de contribuir
ver tb. Swyngedouw, 1992), en la Universidad a una práctica política alternativa y transforma-
John Hopkins, en Baltimore, bajo la supervisión dora, línea en la que viene explorando en los
de David Harvey, que, como veremos, ejerció en últimos años los conceptos de posdemocracia
él una notable influencia intelectual. y pospolítica y su relación con los temas am-
Su trabajo inicial sobre temas agrarios se fue bientales (Swyngedouw, 2011, 2013b, 2013c),
orientando cada vez más hacia temas urbanos y sobre los que está a punto de publicar un libro
globales, especialmente sobre los conflictos en coeditado con Japhy Wilson (Wilson y Swynge-
torno al abastecimiento de agua (en la ciudad douw, 2014).
de Guayaquil o en España durante el franquis-
mo) (Swyngedouw, 1995a, 1995b, 1996, 1997, Influencia intelectual en la obra
1999). de Swyngedouw

El enfoque de EPU del grupo de Swyngedouw


* Departament d’Història i Institucions Econòmiques. Univer- recoge las críticas, especialmente de autores mar-
sitat de Barcelona (joanramon.ostos@gmail.com) xistas, a la lógica dualista cultura-naturaleza (o

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ciudad-naturaleza) que se impuso sobre todo a la de los ecosistemas, y por lo tanto excluir las
partir del siglo XVIII y está muy marcado por la estructuras urbanas del análisis ecológico, sino
comprensión del trabajo como un proceso trans- que las ciudades son producto del uso de recur-
formador de la naturaleza. Pero la idea de Marx sos naturales en su construcción y de procesos
de que los procesos naturales y sociales ocurren naturales mediados socialmente. De esta misma
inextricablemente unidos, solo ha calado recien- obra recoge los análisis en torno a los conceptos
temente en el mundo académico. Swyngedouw de justicia social y justicia ambiental.
destaca, en este sentido, la aportación de Neil Es también destacable la influencia en Swy-
Smith (1984) sobre la noción de “producción de ngedouw del concepto de “urbanización del
naturaleza”, que desafía la separación convencio- capital” (Harvey, 1985a, 1985b), resultante de
nal entre naturaleza y sociedad. aplicar al ámbito urbano la tesis, desarrollada en
Fue el capitalismo mismo el que empezó a la obra The Limits to Capital (Harvey, 1982), de
desafiar esta división con el desarrollo de las que el desarrollo capitalista no se puede entender
ciudades modernas en el siglo XIX, que generó sin considerar la dimensión espacial como un
la aparición de las primeras críticas sobre su ca- elemento central de la acumulación de capital.
rácter “insostenible” y de diferentes soluciones y A través de Harvey y otros autores marxistas
planes para remediar las desastrosas situaciones también alcanzan un lugar central los conceptos
socioambientales creadas. Engels (1845) advir- de metabolismo y de circulación (Swyngedouw,
tió además de la relación entre las deprimentes 2006: 31).
condiciones sanitarias y ecológicas de las grandes Los procesos de acumulación de capital tienen
ciudades inglesas y el carácter de clase de la ur- un papel destacado en los procesos de urbani-
banización industrial. zación moderna. En las ciudades capitalistas la
naturaleza toma prioritariamente la forma de
mercancías, cuya movilización a través de proce-
sos metabólicos asociados a flujos de materiales y
energía responde al predominio de las relaciones
sociales mercantiles y capitalistas. Esta mercanti-
lización de la naturaleza oculta las múltiples for-

Referentes del pensamiento ambiental


mas de dominación y explotación que alimentan
estos procesos, y permite también imaginar una
desconexión de los flujos de “naturaleza meta-
bolizada, transformada y mercantilizada” de su
inseparable fundamento físico (Heynen et al.,
2006b: 5-6).
Erik Swyngedouw y David Harvey en un evento La noción de metabolismo socioecológico
público en Syros, Grecia (Autor: Felipe Milanez) es uno de los elementos centrales del enfoque
de ecología política urbana propugnado por
Swyngedouw recoge aportaciones de diferen- Swyngedouw (2006), como un desarrollo de
tes autores que, entre los años 1970 y 1990, ana- la noción de metabolismo utilizada por Marx,
lizaron diversas facetas de las estrechas interre- que es la metáfora central de su análisis sobre las
laciones entre los aspectos físicos, ambientales, relaciones dinámicas y complejas entre la hu-
sociales, económicos, culturales, de clase, etc., manidad y la naturaleza, de forma que mientras
en los procesos de urbanización, como Lefeb- que la naturaleza proporcionaría los fundamen-
vre (1976), Bookchin (1979), Williams (1973), tos, la dinámica de las relaciones sociales y el
Cronon (1991), Davis (1996), o Jacobs (1992), trabajo humano producirían la historia natural
pero remite especialmente a David Harvey y social (cf. sobre marxismo y ecología Grund-
(1996) para defender la tesis de que la activi- man, 1991; Benton, 1996; Burkett, 1999; Fos-
dad humana no puede ser vista como externa a ter, 2000).

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Ecología política urbana estrecha relación entre los procesos de urbaniza-
ción y los fenómenos socio-político-ambientales
El propio Erik Swyngedouw (1996) fue el que y de ser útil en el ámbito del activismo político,
acuñó la expresión ‘ecología política urbana’, para elaborar y perseguir políticas ambientales
como proyecto de investigación que recogía la urbanas adecuadas.
herencia de diversas tradiciones teóricas (Hey- Así, el mensaje central que emerge de la EPU
nen, 2013). es esencialmente político y emancipador, ya que
Roger Keil (2003: 732) identifica al grupo en- se pregunta a través de qué procesos políticos
cabezado por Swyngedouw en la Universidad de se producen y reproducen las diferentes condi-
Oxford como uno de los cuatro focos principales ciones socioambientales urbanas, quién y para
de desarrollo de la EPU, especialmente en el ám- quién las produce y qué proyectos políticos de-
bito de la ecología política del agua, que ha tenido mocráticos se pueden proponer para conseguir
también continuidad en los numerosos trabajos una organización alternativa de los procesos
de Karen Bakker (p. ej. Bakker, 2003). Además, que producen el medio ambiente urbano. Estos
asumiendo el reto lanzado por Neil Smith y Da- procesos socioecológicos desiguales generan a
vid Harvey, Swyngedouw ha estado teorizando su vez todo tipo de activismo y de movimientos
acerca de una ecología política urbana marxista, socioecológicos que desafían las formas domi-
lo que en colaboración con Esteban Castro, Nik nantes de urbanizar la naturaleza, a la vez que
Heynen y Maria Kaika, ha resultado en un cuerpo esbozan formas alternativas y democráticas de
teórico sólido (Swyngedouw et al., 2002; Kaika y hacerlo.
Swyngedouw, 2000; Castro et al., 2003; Swynge- La EPU también implica una cierta ruptu-
douw y Heynen, 2003) y en los libros Social Power ra con el foco predominantemente agrario de
and the Urbanization of Water - Flows of Power buena parte de la historia ambiental. Además,
(Swyngedouw, 2004), sobre el abastecimiento de aunque existe un importante campo de litera-
agua en Guayaquil, y en la colección de artículos tura centrada en la historia ambiental urbana
In the Nature of Cities: Urban Political Ecology and (Tarr, 1996; Hurley, 1997; Melosi, 2000; Scho-
the Politics of Urban Metabolism (Heynen et al., tt et al., 2005), la EPU reconoce más explícita-
2006a). mente que las condiciones materiales asociadas
Este enfoque de EPU parte de una crítica al medio ambiente urbano están controladas
tanto a la teoría urbana del siglo XX, que a y responden a los intereses de las élites, a ex-
diferencia de los estudios de finales del siglo pensas de las poblaciones marginadas, y no son
XIX no ha tenido en cuenta ni los fundamentos independientes de los procesos sociales, políti-
bio-físicos de los procesos de urbanización ni cos, económicos y culturales que constituyen lo
las injusticias socioambientales asociadas a los natural o lo urbano.
mismos (la Escuela de Chicago de ecología so- La comprensión de los cambios ambientales
cial urbana es vista desde esta perspectiva como urbanos que está en el núcleo de la investiga-
una forma de análisis social “desnaturalizado”) ción político-ecológica debe hacerse en el con-
como a gran parte de los estudios ambientales, texto de las relaciones económicas, políticas y
que han prestado poca atención a la urbaniza- sociales que han provocado estos cambios. Es
ción como motor de transformaciones socio- necesario considerar los procesos políticos y
metabólicas y al origen urbano de muchos de económicos que producen injusticias y no solo
los problemas ambientales globales, así como a los “artefactos naturales” producidos a través de
las relaciones de poder involucradas en la pro- estos procesos sociales desiguales (Swyngedouw
ducción de lo ecológico. y Kaika, 2000).
Se pretende, por lo tanto, conseguir una teoría La EPU recoge aportaciones de diferentes
sintética que combine los conceptos de urbani- tradiciones de la teoría social radical y crítica
zación del capital y de producción de naturaleza (ecomarxismo, ecofeminismo, ecoanarquis-
urbana, con el doble objetivo de comprender la mo…), pero también de unas prácticas políticas

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de radicalidad democrática que “incorporan la La EPU considera también los factores de
liberación de las relaciones sociales con la natu- género, etnicidad, etc., que intervienen en las
raleza en el proyecto general de liberación de la transformaciones socioecológicas, y los procesos
humanidad” (Keil, 2003: 724). que capacitan y empoderan o discapacitan y des-
Un objetivo central perseguido por la EPU enpoderan a diferentes grupos sociales, de forma
es el estudio sistemático de las desigualdades en que la lucha contra las relaciones de explotación
los procesos de cambio socioecológico urbano. socioeconómica se fusione con las luchas para
En este sentido, Swyngedouw es crítico con la generar ambientes urbanos más justos.
forma en que los estudios ecológicos han tratado Swyngedouw rechaza fijar un marco concep-
la cuestión de la justicia social, especialmente tual para la EPU, pero defiende un decálogo de
a través del movimiento de justicia ambien- aspectos centrales en ella (cf. Swyngedouw et al.,
tal (Wenz, 1988; Bullard, 1990; Szaz, 1994; 2002: 124-125; Swyngedouw, 2004: 23-24; Swy-
Dobson, 1999), ya que aunque mucha de esta ngedouw et al., 2006: 11-13), que pueden servir
literatura es sensible a la centralidad de las re- como punto de partida para el debate y como pla-
laciones de poder social, político y económico taforma para la investigación futura. Básicamente
en el proceso de modelado de las condiciones resaltan la importancia de la codeterminación o
socioecológicas desiguales, a menudo falla en en- coevolución de los aspectos sociales y biofísicos
tender cómo estas relaciones son consustanciales en los procesos de urbanización, y la importancia
al funcionamiento de un sistema político-eco- de las relaciones sociales y de poder en la creación
nómico capitalista. El movimiento de justicia de desigualdades, origen a su vez de conflictos y
ambiental, centrado en la distribución desigual movimientos sociales que abren la posibilidad a
de beneficios y daños ambientales, adopta según configuraciones socioambientales alternativas me-
Swyngedouw, una perspectiva liberal, distribu- diante prácticas de democracia radical.
cional y “rawlsiana” de la justicia, basada en la Pese a la asunción ya comentada de la noción
asignación de estas externalidades ambientales. de metabolismo social, Swyngedouw es crítico
En contraposición, la EPU parte de la asun- con los estudios del metabolismo urbano ba-
ción de que las condiciones socioeconómicas sados en los modelos input-output de flujos de
desiguales son producidas a través de formas materiales, propios de la ecología industrial, a los

Referentes del pensamiento ambiental


capitalistas particulares de organización social que reconoce el planteamiento del problema y la
del metabolismo de la naturaleza (Heynen et aportación de instrumentos para analizar cuan-
al., 2006b: 9). titativamente la urbanización de la naturaleza,
Desde la perspectiva construccionista de la pero a los que acusa de debilidad teórica al no
EPU (considera el proceso de urbanización considerar los procesos de urbanización como
como una parte integral de la producción de procesos sociales y de poder de transformación
nuevos ambientes y nuevas naturalezas, y ve de la naturaleza (Swyngedouw, 2006: 35).
la naturaleza y la sociedad actuando conjun- Roger Keil (Keil, 2003: 643; Keil y Boudreau,
tamente en un proceso de producción histó- 2006: 43) amplía este análisis crítico señalando
rico-geográfico), no existe una ciudad insoste- cuatro debilidades de este tipo de análisis meta-
nible en general, sino más bien una serie de bólico, que la ecología política urbana debería
procesos urbanos y ambientales que afectan ne- tener en cuenta, añadiendo las correcciones ne-
gativamente a algunos grupos sociales mientras cesarias a los estudios sobre metabolismo urba-
que benefician a otros, lo que requiere investi- no: 1. escasa atención a los cambios políticos;
gar quién gana y quién pierde y qué necesidades 2. ausencia de una crítica fundamental a la eco-
tienen que ser sostenidas y de quién y cómo, nomía capitalista, que subyace en los cambios
dado que los procesos de cambio socioambien- económicos registrados; 3. escasa consideración
tal no son nunca ni social ni ecológicamen- de factores sociales (modos de regulación, hábi-
te neutrales (Heynen et al., 2006b: 9-11; cf. tos de consumo, etc.); 4. visión relativamente
Swyngedouw y Kaika, 2000). estática de la naturaleza.

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