La siguiente establece que la constitución es la norma suprema que prevalece sobre
cualquier otra de ordenamiento jurídico, las disposiciones normativas y los actos del poder público deberán mantener la conformidad con disposiciones constitucionales, ya que caso contrario carecerán de eficacia jurídica, se puede decir que esta se fundamenta del Estado constitucional y puede ser defendida por cualquier ciudadano. La supremacía constitucional es la fuente o principio del orden estatal entero del Estado haciendo que todo lo demas sea de una manera determinadamente establecida, por eso es que se dice que la constitución es la norma de normas o ley de leyes. A título personal sostengo que un estado sin una constitución, ya que no existiría un régimen, y sin este no habría algo establecido el cual límite las acciones o las voluntades de las personas y por el simple hecho de que no exista dicho régimen, las personas harían lo que quisieran porque no habría algo que les diga que si cometen algún acto serán judicializados o cabe resaltar que pueda que exista un régimen que este por debajo de cualquier ordenamiento jurídico y por el hecho de no ser supremo, pueda que este no tenga tanta eficacia por parte de la sociedad.
Por consiguiente, la constitución política ocupa una posición jerárquica respecto al
ordenamiento jurídico de un Estado, sirviendo de orientación no solo a los agentes del poder-los gobernantes, sino a la conducta de los gobernados, en cuanto a miembros del conglomerado social.
Copete Lizarralde afirma lo siguiente” siempre se ha considerado que el fundamento
de la superlegalidad de la constitución está en el reconocimiento que ella hace con el derecho de las personas, encauzando y limitando la actividad legítima del Estado, cuyo fin es la persecución del bien común”.
Debido a esto la constitución no se limita a la recopilación de las normas
fundamentales para la recopilación de las normas fundamentales para la organización del poder en el Estado, sino que también comprende otros tipos de reglas como lo son las que consagran los derechos de los individuos frente al Estado y también las libertades públicas, de las cuales se deriva dicha supremacía de la constitución. La supremacía de la constitución según el profesor García De Enterría se fundamenta en varios aspectos, los cuales son:
“Primero: porque la constitución define el sistema de fuentes formales del derecho, de
modo que solo por dictarse conforme a lo dispuesto por la constitución una ley será válida o un reglamento vinculante. En este sentido, este explica que es la primera de las normas de producción, la norma normarum, la fuente de las fuentes.
Segundo: porque en la medida en que la constitución es la expresión de una intención
funcional, configuradora de un sistema entero que en ella se basa, tiene una pretensión de permanencia o duración, lo que parece asegurarle una superioridad sobre las normas ordinarias carentes de una intención total tan relevante, limitada a objetos mucho más concretos. Todos singulares dentro del mareo globalizador y estructural que la constitución ha establecido”.
la constitución contiene como una de sus características más distintivas el ser
suprema. Esta supremacía radica en dos vertientes esenciales:1) formal, y 2) material. La Constitución es formal al ser una ley que, a diferencia de otras, fundamenta y ordena la validez de todo un sistema jurídico, estableciendo un procedimiento dificultoso para su reforma, así como los criterios para la creación de otras normas. Y en otro sentido es material, ya que en la Constitución se concentran los valores y principios fundamentales que rigen a una organización político-social, los cuales solventan las necesidades vitales de justicia de sus integrantes.
De todo lo anteriormente expuesto podemos concluir diciendo que es necesario la
eminencia de la constitución en cualquier Estado, debido a que con esta se concibe el reconocimiento de los derechos de las personas al igual que existirá un régimen que tendría a la sociedad de una manera muy regulada y acatada a sus normas establecidas, también presenta valores y principios que dan sustento y razón de ser al sistema constitucional, pues expresan no solo los anhelos sociales más arraigados o trascendentales para una comunidad política determinada, sino también aquellos que son universales e inherentes a la persona.