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Origen de la Filosofía:

Los principales impulsos para filosofar son: el asombro, la duda y las situaciones límites.

 El asombro que nos produce la realidad cuando dejamos de mirarla con los ojos del
acostumbramiento y llegamos a descubrir lo extraordinario que hay en las cosas, es la
admiración por la vida.
 La duda que surge cuando se conmueven nuestras certezas. La duda es lo que da inicio
al filosofar.
 Las situaciones límite, son aquellas que están más allá del dominio de la persona. Ante
lo fatal, lo sorpresivo, lo inaudito. Tanto situaciones positivas, como negativas. Por
ejemplo: tener un hijo, un accidente, la muerte, etc.

Asombrarse o admirarse es sorprenderse, nos acostumbramos cuando rompemos la relación


práctica con el mundo y nos preguntamos que es la realidad, cual es su fundamento, cuando
nos extrañamos que haya mundo. Esos interrogantes los tematizamos, ingresamos a la
filosofía. Para Platón y Aristóteles la filosofía tenía su origen en la admiración y la extrañeza
frente al mundo.

El asombro es lo que marca, lo que inicia y decide. Sin asombro no se llegará a ninguna parte.
Somos parte del asombro al que no debemos eludir si es que pretendemos ser protagonistas
de nuestro mundo.

Dudar es suspender el juicio, es no afirmar ni negar. En la vida cotidiana nos vemos obligado a
decidir, a afirmar o negar, en ocasiones nuestras más firmes creencias, las que parecían más
sólidamente establecidas, vacilan, si dudamos frente a ellas y si profundizamos esa dudase nos
abre el segundo camino hacia la filosofía en la cual la duda juega un papel fundamental en la
construcción de esta.

Las situaciones límite del sujeto, situaciones que no podemos eludir, como la muerte, el dolo,
la lucha, que nos llevan a tomar conciencia de nuestra subjetividad.

Los tres motivos anteriores no dicen todo el origen de la filosofía, lo que hace falta es un
motivo, LA COMUNICACIÓN entre hombres, ya que el hombre solo no vale nada si la
comunicación no nos afectara estaríamos seguros de nosotros mismos de que nuestras
respuestas son la única verdad, pero esto es imposible ya que se necesita de una comunicación
de “existencia” a “existencia”. Con la comunicación se realiza otra verdad.

PRINCIPIOS DE LA FILOSOFÍA:

Aristóteles, o Plotino, o Descartes, o Kant, son tan “actuales” como los filósofos vivientes.
Platón es tan actual como Heidegger, es por ello que en cada momento de la historia de la
filosofía no hay acuerdo. Este fenómeno se llama “anarquía de los sistemas filosóficos”. En el
lugar en que nos encontramos colocados, frente a esta galería de filósofos que se extiende
desde Tales de Mileto hasta nuestros días.
SEGUNDO ORIGEN DE LA FILOSOFÍA: LA DUDA.

El conocimiento humano esta asechado por el error, y esto no sólo ocurre en la filosofía, sino
también en la ciencia y en la vida diaria.

El primer origen de la filosofía se lo encontró en el asombro. Esta situación lleva al filósofo a


someter a crítica nuestro conocimientos y nuestras facultades de conocer, y es la duda la
desconfianza radical ante todo saber, lo que se convierte en origen de la filosofía.

Los llamados errores de los sentidos, un ejemplo: una torre vista a la distancia parece circular,
más observada de cerca resulta ser una base cuadrangular. Entonces estos problemas los
resuelve la óptica de manera sencilla. No es ahora esa la solución, lo que interesa es tomar
conciencia de que los sentidos con frecuencia nos engañan, entonces, ¿Qué seguridad
tenemos de que nos engañen siempre? , ¿Puede tenerse la absoluta seguridad de que la razón
no nos engaña? Parece que no, porque a veces nos equivocamos aun mas en los
razonamientos más sencillos, por ejemplo haciendo una simple suma, por tanto, no es la razón
un instrumento tan seguro como para confiar ciegamente en ella.

El conocimiento se nos ofrece con una evidencia original, pero esta evidencia desaparece
pronto y la remplaza la duda. Nace la duda cuando nos damos cuenta de este estado de cosas,
de la falibilidad de las percepciones y e los razonamientos. La duda filosófica debe asumir dos
formas diferentes: la duda por la duda misma. La duda sistemática o pirroniana, y la duda
metódica o cartesiana.

Al escepticismo sistemático se la llama también pirroniano porque fue Pirrón de Elis el que lo
formuló. Pirrón era un escéptico absoluto, es decir, negaba la posibilidad de cualquier
conocimiento fuera de lo que fuese; y por lo mismo negaba que el “el conocimiento es
imposible”, puesto que ello implicaría ya cierto conocimiento- el que no sabe nada. Pirrón
consecuente con su pensamiento, prefería no hablar, y en última instancia, como recurso fina,
trataba de limitarse a señalar con el dedo.

Es conveniente observar dos cosas. En primer lugar, que Pirrón era hombre íntegro, en el
sentido de que tomaba con toda seriedad todo lo que enseñaba. De hecho hubieron que
practicarle dos o tres operaciones quirúrgicas, en esa época no existían los anestésicos, el cuál
soportó las intervenciones sin exhalar un solo gripo, ya que gritar hubiese sido lo mismo que
decir “me duele”, hubiese sido afirmar algo, cosa que su escepticismo le prohibía. En segundo
lugar, sus conciudadanos lo admiraron tanto que promulgaron una ley estableciendo, en honor
a Pirrón, que los filósofos quedaban exceptuados de pagar impuestos.

La duda metódica, la duda de Descartes , esta duda no se la practica por la duda misma, sino
como medio para buscar un conocimiento que sea absolutamente cierto, como comino para
llegar a la certeza.

Descartes dice lo siguiente: si dudo de todo, y llevo la duda hasta el extremo máximo de
exageración a que pueda llevarla, sin embargo tropezaré por último con algo de lo que ya no
podré dudar, por más fuerza que hiciere, y que es la afirmación “Pienso, luego existo”, esta
afirmación representa un conocimiento cierto, porque ni aun la duda más disparada puede
hacernos dudar de él.
Es el asombro lo que lleva al hombre a formular preguntas. Por su parte, la pregunta conduce
al conocimiento; pero a su vez, cuando se tiene experiencia con el conocimiento, se descubre
la existencia del error, y el error nos hace dudar. Se plantea entonces el problema acerca de
que es el conocimiento y a cuál es su valor , sus fuentes del conocimiento y a cuál de las dos
(los sentidos o la razón ) debe darse la primicia. De todas estas cuestiones se ocupa la parte de
la filosofía.

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