Está en la página 1de 17

Son ideas incompletas formadas con letras aleatorias que

rondaban en mi cabeza a las 2 am.


1.

“Nunca”

Nunca sabrás la manera en la que te quise.

Nunca tendrás la mínima idea de todo lo que hice


por ti, de todo lo que di.

Nunca supe cómo llegaste tampoco como te fuiste.

Nunca sabrás las cartas que escribí para ti,


incluso lo cursis que solían ser.

Me preguntaba todo, todo acerca de ti. Desde lo


que pensabas hasta lo que hacías.

Nunca notaste cómo te miraba, como mis ojos


brillaban.

Iba a quererte bonito, a brindarte lo mejor de mí,


de ésta alma tan rota y oscura; desde lo más
insípido de mi corazón.

Iba amarte.

RM
2.

“Caos”

El caos que formabas con tan solo mirarme, no


tenía explicación.

¿Cómo explica la ciencia aquella sensación de un


corazón acelerado ocasionado por un simple ser
humano?
Aquello no merece las leyes de la ciencia, sin
embargo, ahí estabas tú, demostrándome lo
contrario.

RM
3.
Pocas veces nos detenemos a observar lo que hemos
hecho y ver lo que aún está por hacerse o incluso
remediarse.

Es un mundo en donde es mejor evadir la realidad y


crear nuestra propia burbuja en donde podamos
sentirnos bien con nosotros mismos, aquel estado
de calma sin la sociedad que tanto contamina.

Así es que, en cualquier momento de tu vida por el


que este atravesando, seas pequeño, grande,
importante o muy importante, sabes tú que de todas
maneras posibles tienes que seguir adelante, aun
cuando sientas que ya no vas a poder más, aun
cuando creas que vas a desfallecer, aun cuando
creas que hasta ahí llegaste.

Siempre hay aquellos momentos en nuestras vidas en


donde nos rendimos de tanto intentar, pero es que
si las cosas que valen la pena se hicieran
fácilmente cualquiera las haría.

RM
4.

No te conocí charlando, tampoco de sonrisas. No


creía en la magia hasta que pasó… hasta que te vi.
Tu ceño fruncido tratando de poner atención me
pareció tu expresión más bella. Después vinieron
millones de más. Podría enumerar muchas de ellas,
pero tus estrellas marrones iluminando mi oscuro
ser, eran sin duda, la mejor sensación de ésta
maldita galaxia.

RM
5.


¿Qué es exactamente el amor?‘ Me pregunté cuando
te miré por primera vez porque justo ahí sentí que
aquello iba a suceder.

Sabía que iba a enamorarme.

RM
6.

A veces pienso que la sociedad es una mierda,


otras veces pienso que puedo tolerarla un poco.

A veces me gusta la altura y me imagino cayendo al


vacío.

A veces, sólo a veces me gusta vivir un poco.

A veces me gusta ser sociable. Otras veces no


soporto a la gente.

A veces me pregunto cómo sería mi funeral.

A veces me pregunto por qué y simplemente por qué.

RM
7.

Todas las rosas se marchitan, pero aquella que


logré obsequiarte era la muestra de mis más
oscuros y sinceros sentimientos.

Las rosas son hermosas, si… ¿pero qué es más


hermoso que tú, luna de mi oscuridad?

Todas las rosas tienen espinas, pero no me


importaba incrustarme algunas para lograr abrazar
tus miedos, tus demonios.

Las rosas se asemejaban a tú aroma, aquel que


lograba afligirme con tan solo recordarlo.

RM
8.

Los pensamientos pueden consumir la mente de


cualquier persona, a mi pensarte tanto me estaba
consumiendo…

RM
9.

Cuando ya me quise dar cuenta, ya te amaba.

Cuando quise hablarte, yo tartamudeaba.

Cuando quise escribirte, mi mano temblaba.

Cuando te miraba, no quería dejar de hacerlo


porque eres una obra de arte, aquel tipo de arte
en que me pasaría toda mi vida admirando.

Cuando quise parar todo esto, mis ojos ya estaban


brillando por tu belleza, por tu inocencia, por tu
sonrisa, por tu carisma.

Cuando me quise dar cuenta ya te amaba en todos


los sentidos, ya amaba cada ángulo de tu ser.

RM
10.

¿En qué momento de la vida se vive?

Miraba a las personas reírse estando al borde del


abismo y entonces entendí que éramos demasiado
fuertes y nos subestimaban.

No está mal asilarse y acumularse un poco, sólo un


poco.

Nos ahogamos pensando en lo que podemos ser y en


lo que podemos hacer.

Nos sentimos obligados a mostrar quienes no somos


y vivir con nuestros demonios.

¿Qué entonces es la libertad?

RM
11.

En tus días más oscuros prometí ayudarte. Abrazar


cada uno de tus miedos, cada una de tus
inseguridades, a estar pendiente de ti hasta en lo
más mínimo.

Besar cada herida que alguien más haya causado,


incluso aquellas de la vida que dejan marcas.

Hice muchas promesas sin embargo, te marchaste


antes de que pudiera cumplirlas.

RM
12.

La Luna y el Sol se veían tan sólo en los


eclipses.

Pero que amor que vivían esos dos.

Yo comparaba tan sólo mi amor por ti cómo aquel


¡qué loco! Pensar que alguien pueda amar de esa
forma.

Tan descabellado y despreocupante era amarte.

No me importaba, me gustaba que me gustases así.

No me asustaba, porque si de sufrir era, podía


morir por ti.

RM
13.

Veía su reflejo en la oscuridad

No estaba mal tener un alma oscura

Con demonios

Con miedos,

Con inseguridades.

Tan pura, pero tan triste

El dolor era tan grande que incluso la propia


tristeza sentía compasión por aquella alma.

Llegaba incluso, a llorar por ella.

RM
14.

“Interno - externo”

Todo te asentaba tan bien.

Tu cabello desordenado, incluso la manera tan


despreocupante de ver la vida… de vivir.

¿Cómo es posible adorar pequeñas cosas que no son


visibles?
¿Era esa tú alma?

Tus oscuros secretos asomaban por tus ventanas


marrones queriéndolos ocultar.

Pero cariño mío, yo te amaba, y estaba


descubriendo cada centímetro de tu anatomía.

Tú cuerpo también era admirable, ¡claro que lo


notaba!

Pero incluso tú alma y lo que temías por mostrar


logró captar toda mi atención.

RM
15.

La venda en mis ojos me confundía

quería imaginar, tan sólo imaginar que me querías


un poco… que me notabas, pero parecía no ser así.

¡Mierda! Sí que era desesperante tratar de llamar


tú atención, eras difícil.

Tampoco me importó conocer de tu indiferencia, de


que pasaras por mi lado casi rozando mi hombro sin
notar como te miraba.

¡Malditos ojos delatadores!

¡Estoy justamente aquí!

¿Acaso no puedes verme?

¿No puedes ver cómo me descoloco al verte?

Quería pensar entonces que yo no estaba ciega,


quizás tú tenías aquella venda en los ojos…

RM

También podría gustarte